El Ayuntamiento defiende Palmera 38 con un argumento contrario al que usa para modificar el PGOU de Monteseirín

Rechaza un recurso diciendo que el proyecto no produce alteración sustancial del paisaje urbano

Pero justifica el cambio del Plan para evitar la distorsión de la imagen de la ciudad por moles como las de esa avenida

El gobierno de Antonio Muñoz, que no hay que olvidar ha sido delegado de Urbanismo durante 6,5 años y responsable de la aplicación del PGOU de Monteseirín, ha incurrido en una flagrante contradicción al rechazar un recurso contra la licencia otorgada al proyecto de triple mole universitaria en Palmera 38 dando un argumento opuesto a aquel usado para justificar el cambio del Plan General, cuyo objeto es precisamente evitar que se alcen más moles en esa avenida y en otras zonas de Sevilla.

La Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla ha rechazado el recurso presentado por un propietario colindante con el número 38 de la avenida de La Palmera contra la concesión de licencia para la construcción en la misma de una triple mole universitaria con la que prácticamente se colmatará la amplia parcela y, a la viwta de la recreación realizada por un estudio de arquitectura, se transformará la imagen tradicional de ese tramo, compuesta por casas señoriales con amplios jardines, de dicha emblemática vía, el eje de la Gran Exposición Iberoamericana de 1929.

Según la Gerencia, con la triple mole universitaria autorizada al amparo del artículo 6.6.3 de las Normas del PGOU de Monteseirín «no se produce alteración sustancial del paisaje urbano».

Este argumento es opuesto al usado en el expediente que la Gerencia ha acordado elevar al Pleno del Ayuntamiento por el que se justifica la modificación puntual número 52 del Texto Refundido del PGOU en el artículo 6.6.3 de las Normas Urbanísticas.

Así, puede leerse en el expediente de modificación cosas como éstas:

-De la aplicación de dicho precepto en determinadas zonas de ordenanza, han resultado edificaciones que no se adaptan a las condiciones del entorno, por lo que se hace precisa una revisión del citado Art. 6.6.3 y, en su caso, una modificación del mismo
que permita evitar la gran distorsión de la imagen de la ciudad que produce la
sustitución del uso principal por el permitido de Equipamientos y Servicios Públicos en esas zonas de ordenanza
.

Planeamiento reconoce la gran distorsión que están provocando los «equipamientos» (como las moles universitarias) autorizados por el coladero del artículo 6.6.3 del PGOU de Monteseirín

-El Plan General de 1987 en su Art. 4.86 establecía que los equipamientos
debían adaptarse a las condiciones particulares de la zona en que se ubicaran. Sin
embargo la revisión del PGOU de 2006 introdujo esta novedad respecto al
planeamiento anterior que el tiempo ha permitido reconocer un resultado no
deseable a consecuencia de las importantes diferencias y desproporción producidas
entre las condiciones de ocupación, posición, forma, volumen y edificabilidades correspondientes al uso principal de zona y las del uso permitido de Equipamiento y Servicios Públicos.

-De la aplicación de las determinaciones establecidas por el PGOU para los
usos de equipamiento definidas en el ya citado artículo 6.6.4, están resultando
edificios ajenos a los tipos edificatorios de la zona, tanto por su volumetría, –
resultado de la alta edificabilidad asignada por el PGOU a los equipamientos-, como por su configuración arquitectónica derivada de la especificidad de los usos que albergan, produciéndose una alteración del paisaje urbano
.

Otro párrafo de Urbanismo para modificar el PGOU en el que reconoce la alteración del paisaje urbano

-En relación a lo anterior, cabe destacar por su particular incidencia, la
Zona de Ordenanzas residencial Unifamiliar Aislada y/o adosada, que son
suelos colmatados con edificaciones residenciales unifamiliares cuyo espacio
libre ajardinado constituye uno de los elementos característicos de la trama
urbana
.

URBANISMO Y EL PATRIMONIO

En este sentido, el doctor en Historia del Arte y profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Hispalense, Julián Sobrino, ha escrito un artículo titulado ‘El descrédito de la arquitectura contemporánea en Sevilla’, del que por su interés me hago eco. Dice lo siguiente:

«En 1992 la Unesco iniciaba la definición de la categoría de paisaje cultural en la Convención del Patrimonio de la Humanidad que se consolidó en la recomendación, de ese mismo organismo, sobre el Paisaje Urbano Histórico en 2011. Desde entonces se ha recorrido un largo camino en las principales ciudades históricas del mundo para tratar de preservar la integridad y autenticidad de los sistemas urbanos de valor patrimonial frente a la protección individualizada de monumentos o elementos aislados.

En Andalucía nos encontramos con una situación en la que esos criterios del valor de conjunto del ecosistema patrimonial, sobre la ciudad física, la ciudad percibida, la ciudad sentida, es decir, sobre la ciudad vivida, han sido contemplados en los sucesivos planes de Bienes Culturales, planes Estratégicos y leyes de patrimonio histórico (1991 y 2007). Incluyendo, debido a su transversalidad, las normas, recomendaciones y leyes de protección de los paisajes culturales que cristalizan en la redacción, por parte del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, y por encargo de la Unesco, de la Guía del paisaje Urbano de Sevilla (2007).

Julián Sobrino, profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Hispalense

La arquitectura contemporánea tiene su lugar en la ciudad de Sevilla y buena muestra de ello son las obras de arquitectos como José Galnares, Gabriel Lupiáñez, Rafael Arévalo, Gabriel Ruiz Cabrero, Rafael Moneo, Guillermo Vázquez Consuegra o Antonio Cruz y Antonio Ortiz, en los que descubrimos su impronta conciliadora, entre ciudad histórica y modernidad, en algunas de sus obras más relevantes, desde la capacidad y voluntad de intervención crítica y reflexiva en el conjunto histórico de la ciudad frente a otras obras y estrategias recientes, puramente especulativas, de mercantilización inmobiliaria, tanto del suelo como del paisaje de la ciudad de Sevilla.

Desgraciadamente Sevilla no tiene quien vele por su paisaje histórico, ya que el Servicio de Desarrollo y Planeamiento Urbanístico de Gerencia de Urbanismo actúa de manera autónoma y mediante una interpretación sui generis de conceptos como el de paisaje urbano, para sostener que el mamotreto del número 38 de la Avenida de la Palmera “no altera sustancialmente el paisaje urbano” cuando, vean las infografías, no es que altere, es que produce una mutación, destructiva e irreversible, del paisaje urbano, compuesto éste, como sabemos, de escala, volumen, trama, tejido, textura y percepción ciudadana.

Recreación de cómo quedará la triple mole universitaria en Palmera, 38

Pero claro, qué hemos de esperar de un Servicio de Planeamiento que actúa sin ningún tipo de sincronización con las diversas actualizaciones del paradigma del patrimonio cultural ocurridas desde los años 90 del pasado siglo. Y, aún si cabe, llama más poderosamente la atención el clamoroso silencio del Área de Patrimonio Municipal Histórico Artístico y de su Dirección General, del mismo modo que las instancias competentes de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico.

Qué lástima de ciudad y qué descrédito de la arquitectura moderna, y no porque esta última no disponga de buenas prácticas, como podemos observar a nada que viajemos por las principales ciudades europeas, sino porque tenemos gobiernos municipales que no disponen de auténticas estrategias para la preservación e incremento contemporáneo de su patrimonio edificado y de su paisaje urbano.

Porque claro, que podemos esperar de un Servicio de Desarrollo y Planeamiento Urbanístico que en la modificación puntual 54 del PGOU de Sevilla de 2006 redacta las siguientes perlas patrimoniales, que consienten que “se altere la forma y volumen” de la capilla, de las viviendas de los ingenieros y de portería y del edificio de talleres y de oficinas, y se puede alterar “la posición, ocupación, forma y volumen” de los almacenes. Nunca había visto tamaño dislate en un documento técnico que debe velar por la protección patrimonial.

La destrucción de la unidad de paisaje histórico de la Avenida de La Palmera conforma un conjunto indisoluble del sistema de pabellones, jardines, traza urbanística y viario generado por la Exposición Iberoamericana de 1929. Su alteración incumple tal cantidad de cartas internacionales, de recomendaciones de la Unesco, de leyes europeas y de leyes españolas y andaluzas que no hay espacio en el periódico de este día para su reseña y comentario.

Pero lo más importante es que el paisaje es de toda la ciudadanía y sus administradores, técnicos y políticos deben tener en cuenta esta premisa insoslayable en toda administración democrática, transparente y participativa. El mamotreto número 38 es una afrenta y una carga de profundidad a la conmemoración de la Exposición de 1929, propuesto como horizonte estratégico en el discurso de toma de posesión del nuevo alcalde».

CONCENTRACIÓN

El colectivo ‘Palmera Agenda 2029’, del que forman parte asociaciones y entidades como Parque Vivo del Guadaíra, Bermejales Activa, Salva Tus Árboles Sevilla, SOS Santa Clara, ADEPA y Ben Basso, ha convocado para el jueves 17 de marzo (2022), a las 18 horas, una concentración frente a las obras en el número 38 de la avenida de La Palmera, con el lema ‘Paremos este nuevo atentado urbanístico’.

Cartel convocando a la concentración ante las obras en Palmera 38

El intenso tráfico de camiones que entran y salen en la parcela de Palmera 38, tal como vimos en una entrada anterior https://www.manueljesusflorencio.com/2022/03/la-tierra-que-se-excave-en-palmera-38-llenaria-mas-de-1-600-camiones/ , está dejando un reguero polvoriento en la calzada que se extiende al menos hasta la confluencia con la calle Tramontana, tal como muestran estas imágenes tomadas antes de la llegada del polvo sahariano a la Península. Dicho de otro modo, es como si la avenida de La Palmera sufriera el doble efecto de una polvareda: la del Sáhara y la de las obras para la construcción de la triple mole universitaria:

Por otra parte, avanzan a toda intensidad las obras de construcción de otra residencia universitaria en la calle paralela a la avenida de La Palmera, concretamente en el número 58 de la avenida Manuel Siurot:

El hondo agujero que se está excavando para la planta sótano en una parcela minúscula comparada con la de Palmera 38 da idea de la excavación y movimiento de tierra que será necesario realizar en esta última para las plantas sótano y semisótano de la futura triple mole universitaria.

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