Sanz no tenía un proyecto para Tablada, sino un globo sonda

Se remite ahora a lo que decidan en el futuro los sevillanos en el marco de un nuevo PGOU

El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, ha expresado este jueves (16 de noviembre de 2023) en el Pleno del Ayuntamiento «no tener sobre la mesa ningún proyecto sobre Tablada», al tiempo que ha supeditado el destino de la antigua dehesa a un nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y ha afirmado con rotundidad que destinar algunas parcelas a unidades residenciales y a otros equipamientos «en estos momentos es imposible».

Así lo ha asegurado Sanz en respuesta a una pregunta formulada por el grupo municipal de Vox acerca de los usos y destinos de los suelos de la antigua dehesa. «En este momento, lo que a mí me gustaría que fuera Tablada no se puede hacer. Será lo que los sevillanos quieran que sea. Se trata de un suelo estratégico por su ubicación y extensión», ha afirmado el regidor de la ciudad.

«Estamos hablando de una superficie que sería similar a la del Casco Antiguo, a la de Triana y Los Remedios. Y podemos decidir entre todos que Tablada siga siendo casi 700 hectáreas de terreno baldío, un gran parque periurbano o un gran pulmón verde que contemple también equipamientos, no sólo residenciales, también culturales y deportivos», ha aseverado Sanz.

Tablada, en el centro de la fotografía tomada mediante satélite

El alcalde de Sevilla ha insistido en la idea de que el futuro uso de la dehesa «se decidirá entre todos los sevillanos». «Durante toda la campaña electoral he afirmado que a esta ciudad le hace falta un nuevo PGOU porque el actual (2006) está agotado y no ha sido capaz de resolver algunos temas que se han quedado enquistados».

En opinión de Sanz, cuando se inicie la elaboración de un nuevo Plan General de Ordenación Urbana, en ese debate se verá qué hacemos con la dehesa de Tablada. Participarán todos los sevillanos», ha sentenciado.

Por su parte, la portavoz de Vox, Cristina Peláez, ha mostrado su «perplejidad» después de que «haya anunciado en campaña –en alusión directa a Sanz– el uso que deberían tener esos terrenos y que ahora, gobernando la ciudad, diga que no tiene sobre la mesa ningún proyecto ni pensamiento de tenerlo: sencillamente es preocupante».

Peláez ha criticado al alcalde por «generar confusión» puesto que, el pasado mes de julio, «declaró su deseo de compatibilizar la dehesa de Tablada como un gran pulmón verde de la ciudad con un uso residencial en unas 200 hectáreas, para hacer viviendas y equipamientos públicos».

José Luis Sanz, con la vara de alcalde

Efectivamente, en un exceso de locuacidad impropio en una persona habitualmente seria, comedida y prudente como él, José Luis Sanz, quizás preso de la euforia tras su investidura como alcalde, empezó a hacer controvertidas declaraciones sobre asuntos que, por así expresarlo, en ese momento no tocaban, como era el de Tablada. Si, como reconoce ahora, lo que a él le gustaría que se hiciera no se puede hacer, entre otras razones porque lo impide el Plan General vigente, tal como vimos en varias entregas anteriores, ¿para qué hablar de ello? No había ni razón política, ni urbanística ni de oportunidad, por lo cual cabe inferir que el alcalde estaba lanzando un globo sonda, lanzamiento muy del agrado de quienes tenían el máximo interés en que se midiera la reacción de la opinión pública, que por cierto no fue muy positiva que digamos.

Y es que lo que el alcalde no reconoce ahora es que en aquel entonces tenía sobre su mesa las propuestas que la Agrupación de Interés Económico Tablada Híspalis, por boca de sus representantes (autonominados, sin contar con los restantes proindivisarios) y la oportunista incorporación de una entidad que quería promover allí el equivalente a una universidad privada, le habían formulado y a las que él no se opuso, ya que si no hubiera sido así no habría sacado el tema a la palestra en pleno verano.

Ya sabe Sanz que la Junta de Andalucía hoy por hoy no es proclive al cambio de situación de Tablada y, además, que está en redacción la revisión (o nueva formulación) del Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía (POTA ), tras la que habrá que hacer la del Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Sevilla (POTAUS). Y después, sólo después, vendría la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Sevilla para adaptarlo al POTA y POTAUS, y con ellos a la LISTA y su Reglamento.

Por tanto, no tenía sentido ir por delante de los acontecimientos y soliviantar innecesariamente a los partidarios de mantener el ‘statu quo’ de Tablada.

El alcalde, forzado por las circunstancias, se remite ahora obligadamente a un futurible nuevo Plan General en el que, dice, todos tendremos la oportunidad de participar y decidir (pura retórica, ya que decidirán los políticos) si queremos «que Tablada siga siendo casi 700 hectáreas de terreno baldío, un gran parque periurbano o un gran pulmón verde que contemple también equipamientos, no solo residenciales, también culturales y deportivos».

Empecemos por el final: para no hablar claramente de construir viviendas, que es lo que realmente interesa a las inmobiliarias propietarias de esos suelos, el alcalde las camufla como «equipamientos residenciales», un puro eufemismo, ya que no es lo mismo equipamientos que viviendas. Recurramos al Diccionario de la Real Academia de la Lengua (DRAE), que define equipamiento como sigue: «conjunto de todos los servicios necesarios en industrias, urbanizaciones, ejércitos, etcétera». Así pues no cabe hablar de equipamientos residenciales como uno más entre otros, sino de viviendas por un lado y de equipamientos que les dan servicios por otro.

Técnicamente, conforme al DRAE, baldío es la tierra «que no está labrada ni adehesada», pero cuando Sanz habla de Tablada como un baldío no está pensando en la definición del Diccionario, sino que la está presentado como un terreno inútil que supone un lujo no aprovechar, en línea con el «horror vacui» del barroco, tan sevillano.

Sin embargo hay baldíos y baldíos. También es técnicamente un baldío el campo de la Feria con sus 120 hectáreas en números redondos, y aunque sea sólo durante una semana al año cumple la función de albergar uno de los eventos más importantes en el calendario anual de la ciudad, la Feria de Abril, que según el Ayuntamiento tiene un impacto económico de 930 millones de euros.

El campo de la Feria, en Los Remedios

Y ese baldío de Tablada, en palabras del alcalde, puede tener una función esencial como defensa ante el cambio climático, que se manifiesta cada vez más con lluvias de carácter torrencial que pueden provocar inundaciones como las que han caracterizado la historia de Sevilla.

Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), “los corredores de vegetación, las zonas verdes, los humedales y otras infraestructuras y equipamientos basados en la naturaleza pueden integrarse en el entorno urbano para reducir el calor y minimizar los riesgos de inundación, al tiempo que proporcionan otros beneficios para la salud de los habitantes”.

El cambio climático debe obligar, y máxime en Sevilla con sus extremos de riesgo de sequía y riesgo de inundaciones por avenidas del Guadalquivir, a repensar el urbanismo de las ciudades no en la línea de ocupar cada vez más suelo, sino de dejar libres grandes espacios que puedan servir de colchón amortiguador para paliar el impacto de lluvias torrenciales y de las inundaciones que suelen ser su consecuencia.

Para poder construir viviendas en Tablada habría que levantar en paralelo al Guadalquivir un muro de defensa de unos 6 kilómetros de longitud y una altura de 7 metros, pero en caso de una avenida del orden de 10.000 m3/segundo se produciría una sobreelevación del nivel del agua de al menos medio metro en la margen derecha, con importantes afecciones a los municipios situados en esa orilla del río. Por eso Tablada trasciende el término municipal de Sevilla y es un asunto de carácter metropolitano que ha de ser tutelado al menos por el Gobierno andaluz.

Ficha del parque de Los Toruños, dependiente de la Junta de Andalucía

De las opciones para la antigua dehesa planteadas por el alcalde (baldío, gran parque periurbano o pulmón verde con viviendas y equipamientos culturales y deportivos) no me quedo con ninguna, sino con la opción que vimos en el informe ‘Medias verdades sobre Tablada‘: un parque metropolitano como el de Marisma de Los Toruños y Pinar de La Algaida en la provincia de Cádiz, de mantenimiento barato y acorde con el modelo denominado en su día la Tablada azul (más que la verde).

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