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Sin alfombra roja

Al igual que en el fútbol la Supercopa es oficialmente la competición -a doble partido- con que se inicia la nueva temporada pero realmente es el torneo de clausura de la anterior porque en el mismo se enfrentan el campeón de Liga y el campeón de Copa de la última campaña, el primer pleno del Consejo Económico y Social de Sevilla (CESS) del mandato de Juan Espadas como alcalde ha sido realmente el último de la era Zoido, al presentarse el Informe de Coyuntura Socioeconómica de la ciudad de Sevilla correspondiente al año 2014, periodo final del mandato del anterior regidor.

Salvo prácticamente en el capítulo turístico, en el que el CESS, a la luz de las estadísticas de visitas, viajeros y pernoctaciones hoteleras, ha reconocido las buenas cifras registradas por el sector con Zoido de alcalde, el resto del informe es una enmienda casi a la totalidad de su gestión, con la percepción de un año casi perdido para la ciudad. El CESS, que es un órgano consultivo del Ayuntamiento y el transmisor de la opinión de los agentes económicos y sociales al gobierno municipal, refleja en su informe y dictámenes, por más que no tengan carácter vinculante, la misma impresión de anomia municipal y de falta de respuesta a las muchísimas expectativas creadas que semestralmente venían recogiendo los Barómetros socioeconómicos de la Fundación Camára de Comercio.

La sensación de frustración y de oportunidad perdida con la excusa de anteponer el saneamiento de las cuentas municipales explica la pérdida de casi 60.000 votos por el PP en las elecciones municipales del 24 de mayo, la de ocho concejales, la de la mayoría absoluta y, a la postre, la del gobierno municipal.

TRABAS BUROCRÁTICAS

Uno de los mantras de Zoido era la reiteración de la expresión “alfombra roja” para referirse a los empresarios. Así, en una de las varias veces en que a lo largo de su mandato anunció junto con el ministro de Hacienda y diputado por Sevilla, Cristóbal Montoro, la inminencia de la Zona Franca, que como el Godot de la obra del dramaturgo Samuel Beckett nunca acababa de llegar, el ya exalcalde declaró: “Sevilla será más atractiva para las inversiones; el tejido industrial será ampliado en nuestra ciudad, así que, desde el máximo respeto a la legalidad, vayamos dejando atrás los complejos y pongamos, de modo simbólico, alfombra roja a todos aquellos que quieran crear empleo”.

Los inversores, emprendedores y empresarios no han encontrado en el Ayuntamiento durante el mandato anterior extendida esa metafórica alfombra roja, a la luz del informe del CESS, que describe un cuadro totalmente opuesto a tales pretensiones: “Muchos proyectos no han podido llevarse a cabo como consecuencia -afirma- de la dificultad del empresariado de enfrentarse a las trabas burocráticas, que eternizan proyectos que no se llevan a término por cuestiones administrativas y que sólo consiguen perjudicar a Sevilla, y que todavía no han puesto en valor los reajustes realizados durante los años de crisis para crear empleo”.

EL TAPÓN DE URBANISMO

Hay casos paradigmáticos de estas trabas administrativas y de la falta de agilidad, especialmente en la Gerencia de Urbanismo, que han dificultado, cuando no han impedido la materialización de proyectos de inversión en Sevilla. Algunos no han trascendido a la opinión pública, como el de una gran cadena valenciana de supermercados, que lleva meses esperando a que se le desbloqueen algunos comercios en barrios de la ciudad. Otros, como el de Decathlon en la isla de la Cartuja, son un ejemplo de las contradicciones en que incurrió el gobierno de Zoido  en materia de urbanismo y economía.

Pese a preconizar durante todo su mandato la redacción de un nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) con la tesis de que el vigente constreñía la iniciativa empresarial, el anterior Consistorio dejó escapar a la multinacional francesa Decathlon junto al estadio ‘Olímpico’ justamente por su inflexibilidad para proceder a una modificación del PGOU.

La Sociedad Estadio Olímpico convocó en 2008 un concurso para la implantación de empresas en una parcela colindante a la instalación deportiva. No hubo ningún interesado, pero después  llegó Decathlon con un proyecto de una tienda complementada por una piscina climatizada, un gimnasio y pistas para el pádel y otros deportes, para lo que necesitaría 15.000 m2 de edificabilidad (la décima parte que Ikea). La inversión estimada era de 18 millones de euros y crearía 160 empleos.

LICENCIA CONDICIONADA

En el verano de 2008, desde Urbanismo se le dijo que podía ser viable siempre que se ajustase a los requisitos del PGOU y a los de la Junta para las grandes superficies comerciales. En marzo de 2009, la Sociedad Estadio Olímpico adjudicó a Decathlon la explotación del terreno (un derecho de superficie por un plazo de 40 años), condicionada a la obtención de licencia de obras y al ‘nihil obstat’ del Gobierno autónomo.

La compañía reservó el suelo en enero de 2010 mediante el pago de una fianza de 200 euros diarios. El convenio la obligaba al abono de 440.000 euros/año a la Sociedad Estadio Olímpico, a cuyo Consejo de Administración pertenece el Ayuntamiento, que por tanto ha estado informado desde el principio del tema. Ese mismo año, la Junta dictaminó que por incluir una gran superficie comercial el proyecto de Decathlon debía adaptarse al PGOU vigente.

Por tanto, al igual que con Ikea, o la empresa se adaptaba al Plan General o éste se modificaba para ajustarse a sus pretensiones mediante un procedimiento cuya tramitación debía incoar Urbanismo.

Hay constancia de al menos dos ‘cumbres’ en la Gerencia, ya con Zoido en la Alcaldía: diciembre de 2011 y febrero de 2012. Mientras nada trascendía a la opinión pública del proyecto de Decathlon, el de Ikea aparecía continuamente en los medios. El gobierno local insistía en la necesidad de no ponerle cortapisas urbanísticas a la multinacional sueca porque a los proyectos empresariales había que extenderles una alfombra roja.

Mientras, a Decathlon se le decía todo lo contrario: su proyecto era urbanísticamente irrealizable y no se le daba tampoco la opción de cambiarle el PGOU, como se ha hecho para Ikea y la Gavidia. En junio de 2012 Decathlon tiró la toalla, la Sociedad  Estadio Olímpico tuvo que devolverle los más de 100.000 euros que le había entregado como  reserva y perdió una expectativa de negocio de 18 millones de euros por el canon (sin IPC), y Sevilla a su vez una inversión de cuantía similar y 160 empleos. Sólo después de dejar escapar a Decathlon el Ayuntamiento movió ficha para modificar el PGOU.

UN LARGO CAMINO

Por casos como éste el CESS ha acabado calificando a Sevilla en el informe que presentó la semana pasada como la ciudad de las oportunidades perdidas: “Sevilla sigue sin apreciar sus grandes oportunidades para ser más competitiva en un mundo globalizado; la paralización de las infraestructuras, el raquitismo, cuando no la inexistencia de las inversiones, entre otros, están haciendo que la ciudad deje pasar oportunidades sin aprovecharlas”.

El nuevo delegado de Hábitat Urbano (engloba Urbanismo, Turismo y Cultura), Antonio Muñoz, ha declarado de forma gráfica que conseguir una licencia en Sevilla es como la canción de los Beatles ‘Un largo y tortuoso camino’, por lo que se plantea como reto político algo tan simple y sencillo, pero que aquí parece hercúleo, como es conseguir que en nuestra ciudad sea más fácil hacer negocio,  simplificando para ello los trámites administrativos.

Y es que el exceso de burocracia parece incompatible con la alfombra roja.

Moverse por Sevilla

El nuevo alcalde de Sevilla, Juan Espadas, ha iniciado su mandato como es tradicional en los nuevos alcaldes de Sevilla en los últimos tiempos, anunciando un plan de tráfico que afecta al Centro de la ciudad (aunque no quiere que se llame del mismo modo que el aplicado por Monteseirín), y los comerciantes han reaccionado inicialmente como es tradicional que reaccione el comercio, alarmado y temiendo por una caída de sus ventas en caso de que se restrinja el acceso de vehículos privados al casco antiguo más extenso de Europa.

Si el Plan Centro de Monteserín suponía en esencia una limitación en la penetración de vehículos particulares al corazón de la ciudad el no-Plan Centro de Espadas, que prefiere llamarlo Plan Integral, persigue el mismo objetivo con, en principio, otros métodos que no recuerden a las cámaras de vigilancia que grababan las matrículas de los coches y actuando no sólo en el Casco Antiguo, sino también sobre el conjunto de la urbe para conseguir un cambio en el modelo de movilidad de Sevilla.

Recuérdese que el Consejo Económico y Social de Sevilla (CESS), en su dictamen sobre Movilidad Sostenible aprobado el 17 de octubre de 2014 por unanimidad y con tan sólo un voto particular del PP en relación con las inversiones en la red de carriles bici pero no sobre el resto del contenido, calificó de insostenible el modelo vigente y propuso otro basado en la potenciación del transporte público, tanto en infraestructuras como en servicios de transporte; la mejora de la red viaria y el fomento de los modos más sostenibles: a pie y en bicicleta.

EL ENSAYO DE NAVIDAD

Como el modelo es insostenible y siguen sin acometerse la inmensa mayoría de las recomendaciones contenidas en el dictamen del CESS, no es extraño que Espadas, en línea con los alcaldes anteriores -unos en un sentido y otros, en otro- haya desembarcado en el Ayuntamiento anunciando de forma genérica su propio plan para arreglar el tráfico en el Centro y, por extensión, en el resto de la ciudad frente al bloque formado por los comerciantes y por el PP. Por cierto, el presidente de la asociación Alcentro, Enrique Arias, participó como asesor en el dictamen del CESS. Por su parte, el PP, a través de Gregorio Serrano, ha calificado el anuncio de Espadas de “ocurrencia” que puede poner en peligro, a su juicio, el repunte de ventas del comercio en el Casco Antiguo.

Aunque Sevilla no es Bérchules (Granada), donde se celebra la Nochevieja en verano, hay que recordar a efectos informativos en este mes de julio el Plan de Tráfico que se aplica en Navidad en la capital hispalense. El de 2014/2015, con Zoido aún de alcalde, duró desde el 19 de diciembre de 2014 hasta el 7 de enero de 2015, como es costumbre en la ciudad.

En ese periodo de tres semanas en números redondos sólo se permitió el acceso al Centro a los residentes o titulares de plazas de garaje, vehículos de servicio público u oficiales, vehículos de carga y descarga en los horarios estipulados y clientes de los hoteles, mientras que los vehículos privados sólo podían entrar hasta que se llenaran las plazas de aparcamiento en superficie de la zona azul y los aparcamientos subterráneos de uso público.

Además, por causa del ‘mapping’, de 18:45 a 22 horas se cortaba el tráfico en la confluencia de la plaza de la Alfalfa con la calle Jesús de las Tres Caídas y en la de la Pescadería con la Cuesta del Rosario. Asimismo, se aplicaban medidas especiales en los accesos y/o salidas de los aparcamientos subterráneos de los centros comerciales de Nervión y Los Arcos.

El Plan de Tráfico de Navidad podría definirse como una especie de Plan Centro circunscrito a tres semanas del año y con tales restricciones al tráfico privado que cabría imaginar, conforme a los planteamientos que suelen hacer los comerciantes, la ruina del comercio en el Casco Antiguo por falta de compradores ante las dificultades de accesibilidad y para el aparcamiento de coches particulares.

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. El Centro se ponía de bote en bote de gente gracias al transporte público y en los últimos años los comerciantes, abonados al ‘quejío’ por sistema, no han tenido empacho en reconocer un incremento de ventas en el periodo navideño, cuando más difícil es circular y aparcar en el Centro. En enero de 2014, Enrique Arias, presidente de la asociación de comerciantes de esta zona de la ciudad, reconoció que la facturación en los establecimientos había subido en un 7%.

SIN CAUSA-EFECTO

Por tanto, no existe una relación causa-efecto entre la restricción del tráfico en el Centro y las ventas del comercio. Antes al contrario: la peatonalización de calles como Tetúa, Velázquez y O´Donnell ha contribuido a revitalizar el corazón de la ciudad y a revalorizar los comercios establecidos en el mismo, como demuestra su inclusión en el ranking de las calles con mayor cotización comercial de España, la presión de las grandes cadenas textiles por instalarse en esta zona de la ciudad y los precios al alza que se pagan por alquileres y traspasos.

El respuesta al alcalde, el presidente de los comerciantes del Centro ha pedido la construcción de las tres líneas restantes del Metro y más plazas de aparcamiento. Son dos medidas caras de materializar en las actuales circunstancias de crisis económica, ya que su  su día se estimó que la ampliación del Metro costaría al menos 3.706 millones de euros, mientras que la construcción de aparcamientos tendría un efecto llamada sobre el tráfico privado en vez de al contrario, tal como analiza el CESS en su dictamen: “El aparcamiento es un factor de enorme importancia en la regulación del uso del coche. La experiencia indica que la expectativa positiva de aparcar en destino es el factor que más alienta el uso del automóvil. Si el aparcamiento en destino es fácil y accesible, es casi seguro que el ciudadano optará por la utilización del coche, con independencia de la disponibilidad y calidad de otros medios de transporte puestos a su disposición”.

MENOS CARAS

Hay medidas mucho más baratas y que podrían tener un efecto inmediato en la mejora de la movilidad en la ciudad. Mientras Espadas y/o su delegado de Movilidad hablan de construir un aparcamiento subterráneo en Torneo, en el borde del Casco Antiguo, el CESS aboga con buena lógica por lo que denomina Areas Verdes: aparcamientos en las entradas a la ciudad, junto a las principales vías de acceso por carretera, cuyo uso debe comportar un bajo o nulo coste para el usuario y conectados al centro urbano mediante transporte público y carriles-bici.

Otra medida preconizada en el dictamen del CESS son los autobuses de tránsito rápido, que ya funcionan en el extranjero y en Barcelona: los viajeros validan el billete antes de acceder a autobuses articulados de gran capacidad por cualquier puerta y que circulan por plataformas reservadas.

El dictamen del CESS es un catálogo de incumplimiento de medidas propugnadas en los últimos años, e incluso recogidas en el PGOU, cuya aplicación podría provocar la doble función de aliviar el tráfico privado en el Centro y de allegar clientes a los comerciantes al captar mayor flujo de viajeros en otras zonas de la ciudad y del área metropolitana: extensión del tranvía más allá de San Bernardo y del Cercanías hasta enlazar con el Metro en Blas Infante; creación de una red de intercambiadores de transporte en Plaza de Armas, la UPO, Puerta de Jerez, Puerta Osario y la Macarena, además de las ya conformadas a trancas y barrancas en el Prado y San Bernardo; mantenimiento y ampliación de la red de carriles-bici y conexión del Metro con el tranvía de Alcalá de Guadaíra y el nonato del Aljarafe.

Hay tanto por hacer en materia de movilidad que Espadas sólo tiene por delante margen de mejora con su anuncio de un Plan Integral de Tráfico que aborde no sólo el Centro sino el conjunto de Sevilla.

El pollo de Asunción

Se le atribuye a Mark Twain, considerado como el padre de la moderna literatura norteamericana, la frase de que hay tres clases de mentiras: mentiras, malditas mentiras y estadísticas. En el imaginario popular, la comprensión de la estadística deriva de la metáfora sobre el pollo, según la cual si de dos personas una se come dos pollos y la otra ninguno, la estadística hará la media y dirá que se han comido un pollo cada una de ellas.

La estadística fue parodiada hasta por los hermanos Marx en una de sus películas. El genial Groucho entraba en escena vestido como un médico y diciéndole a una enfermera: “Señorita, tengo mucha prisa. Déme una media de la temperatura de todos mis pacientes”.

El pasado viernes el gobierno local tiró de medias matemáticas y de la estadística en el Pleno en el que aprobó con su mayoría absoluta, previa aceptación de tres enmiendas del PSOE, las Ordenanzas Fiscales para el año 2013. La delegada de Hacienda, Asunción Fley, defendió el proyecto con el argumento de que, “matemáticamente”, han sido “congelados” los impuestos.

El término “congelación” en materia fiscal es sumamente equívoco, porque si originalmente estaba perfectamente claro y significaba que no había variación en el coste de un servicio o en la cuantía de un impuesto o tasa, posteriormente la clase política, especialmente durante la era Monteseirín, empezó a utilizarlo como sinónimo del IPC. Mientras que el ciudadano pensaba
que aquéllos no iban a subir de un año para otro porque oían decir a los políticos que quedaban congelados, en realidad éstos habían acordado una subida equivalente a la del coste de la vida previsto por el Instituto Nacional de Estadística o el Gobierno en sus previsiones macroeconómicas.

ZANAHORIA FISCAL

Asunción Fley puso por delante de los sevillanos la zanahoria de la presunta congelación del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE), el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (el popularmente conocido como ‘sello’ del coche), el de Construcción, Instalaciones y Obras (ICIO) ….. para tratar de justificar así, “matemáticamente”,  la subida de la mayor parte de las tasas y la creación de nuevas figuras tributarias, no precisamente para “congelar” los ingresos municipales, sino para incrementarlos, por mucho que tratara de camuflar la medida recurriendo a la estadística, como en el típico ejemplo del pollo.

A título de muestra, oficialmente el Ayuntamiento dice haber congelado el Impuesto sobre Bienes Inmuebles , pero como ha eliminado la bonificación existente por domiciliación del pago a través de entidades bancarias, los miles y miles de sevillanos que habían recurrido a este método en beneficio tanto suyo como del Ayuntamiento (por ahorro de costes y mayor recaudación) verán en la práctica cómo el IBI se les incrementa.

Decisiones como ésta tienen un efecto disuasorio sobre los contribuyentes en una sociedad como la sevillana, tradicionalmente benevolente con aquellos que incumplen sus obligaciones tributarias con el Ayuntamiento y que históricamente se han beneficiado del calamitoso sistema -o más bien, falta de sistema- de la Hacienda local desde los no tan lejanos tiempos de los recaudadores que actuaban en su nombre a cambio de jugosas participaciones en las cantidades que lograban cobrar.

TASA DE MOROSIDAD

La ineficacia municipal en este sentido ha sido de tal magnitud que el Ayuntamiento ha dejado de ingresar en el último decenio más de 379 millones de euros, de los que considera ya incobrables 56 millones.

Justamente para combatir esta morosidad y ganar tiempo para reorganizarse internamente con la creación de una Agencia Tributaria propia, el Consistorio lanzó hace años una campaña entre los sevillanos para incentivar mediante una pequeña bonificación, descendente con el paso del tiempo, la domiciliación bancaria del pago de los tributos. De esta manera, los contribuyentes se libraban de la tentación de caer en el olvido de no pagar o de hacerlo fuera de plazo, con los consiguientes recargos, y la Hacienda municipal no sólo se garantizaba el cobro del dinero, sino también de hacerlo en el plazo más favorable para la Tesorería y se ahorraba los costes administrativos -de personal y papeleo- de emprender acciones contra los olvidadizos y morosos de larga duración (publicando los exhortos en el Boletín Oficial de la Provincia de Sevilla).

Salvo error u omisión, el Ayuntamiento ha modificado 37 de las 44 Ordenanzas Fiscales preexistentes, con una subida media del 3% según Asunción Fley, la delegada municipal de Hacienda, que incluso llegó a decir que así se cumplía la promesa electoral de Zoido de bajar los impuestos en Sevilla porque este promedio era inferior al del IPC del pasado mes de septiembre, que fue del 3,5%. Sin embargo, la oposición ha subrayado que la Hacienda municipal ha tomado como referencia arbitraria el dato que recoge la media de marzo del último decenio por ser el más beneficioso para el Consistorio, no para los contribuyentes.

LOS SERVICIOS BÁSICOS

Independientemente de esta circunstancia, lo significativo no es que el Ayuntamiento rebaje la media estadística de la suma de impuestos/tasas congelando o subiendo poco una cantidad de tributos por servicios escasamente utilizados por los sevillanos (como podría ser la expedición de un documento en las caracolas de la Gerencia de Urbanismo), si no, y aquí radica la clave de la cuestión, la subida que ha aplicado a los servicios básicos o más demandados por los ciudadanos, como son las tarifas de Tussam (una media del 5%, superior por tanto a ese IPC del 3,5% citado por Asunción Fley como referencia), las de la zona azul y la grúa (un 6%) y la utilización de las instalaciones deportivas del IMD (hasta un 7%).

Y aún más significativo es que este encarecimiento del transporte público y  del uso de los espacios colectivos (también a los polémicos veladores se les ha aplicado una subida bastante apreciable) se haya realizado en un contexto de aguda crisis económica, con más de 90.000 parados en la ciudad, y pese a la promesa del alcalde de no subir los impuestos porque su doctrina económica consistía en hacer lo contrario, bajarlos,  para estimular así la actividad económica y porque así, a mayor crecimiento de la riqueza y del PIB sevillanos, mayores acabarían siendo por tanto los ingresos en las arcas municipales.

Y el tercer elemento significativo, ignorado por el gobierno local, ha sido el dictamen contrario y unánime, por primera vez en la historia del organismo, del Consejo Económico y Social de Sevilla, el órgano consultivo del Ayuntamiento y en el que están presentes los agentes sociales de la ciudad, que llevan al Consistorio la voz de la calle, la voz de la sociedad.

POR UNANIMIDAD

La Confederación de Empresarios de Andalucía, los sindicatos UGT y Comisiones Obreras, organizaciones de consumidores como Facua y UCE, CEPES, asociaciones de vecinos y expertos aprobaron por unanimidad un dictamen contrario al proyecto de Ordenanzas Fiscales redactado por Asunción Fley.

El CESS dictaminó en contra de esa subida media del 3% en tasas y precios públicos, tan invocada por la delegada de Hacienda , porque a su juicio carecía de lógica si el objetivo era el de acercar la referencia del incremento de las Ordenanzas a la realidad, porque tomaba como referente el IPC interanual de los últimos diez años en vez del de los últimos cuatro, el periodo de la crisis económica, ya que en este caso la subida tendría que haber sido de sólo el 1,8%.

En vez de rectificar su política fiscal conforme a las recomendaciones del CESS, el delegado de Economía, Gregorio Serrano, subrayó que este organismo ha emitido generalmente dictámenes contrarios a las Ordenanzas y los Presupuestos municipales y que como su carácter es meramente consultivo y no vinculante, el gobierno local haría lo que tuviera que hacer.

INDEPENDENCIA DE CRITERIO

Efectivamente, Gregorio Serrano tenía razón cuando recordaba que en los ocho años en que fue responsable en temas de Hacienda por el PP, el CESS prácticamente emitió dictámenes negativos, pero ello no le resta importancia al dato, sino todo lo contrario: revela su independencia de criterio respecto al gobierno de turno, y también cuando eran del PSOE e IU, con gran irritación de Monteseirín con el entonces presidente, José Vallés. En su sectarismo contra quien no opinara como él, el exalcalde esperaba un completo respaldo del CESS y de Vallés a sus políticas fiscales, habida cuenta de que éste había sido delegado de Hacienda, Patrimonio y Estadística con el socialista Manuel del Valle de alcalde, pero Vallés antepuso a su condición de socialista la de catedrático de Economía de la Universidad, su integridad moral y su independencia intelectual y acabó dejando el cargo antes que seguir soportando las presiones de Monteseirín.

Y lo que también demuestra la reacción de Gregorio Serrano de minusvalorar el papel del CESS es que la clase política desoye las voces críticas cuando se instala en el poder (bastaría comprobar qué decía Serrano sobre los dictámenes del CESS cuando se hallaba en la oposición y ahora) y que aquél y otros organismos consultivos no son a la postre más que floreros con que el sistema se adorna para aparentar una Democracia participativa y consultiva más ficticia que real.