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Quejío turístico

A falta de  días para que concluya oficialmente la estación estival, en Sevilla ya puede hablarse de un verano turístico de récord, como prolongación de un año en que se vienen batiendo la mayoría, si no todos, de los registros establecidos.

La celebración en nuestra ciudad de quince partidos del Campeonato Mundial de Baloncesto, más el congreso en Fibes de la Federación Internacional de este deporte (aquí se ha notado la mano de José Luis Sáez, presidente de la Federación Española y sevillano adoptivo), contribuyen a que la ocupación en los hoteles ronde entre el 75% y el 82% en el tránsito de agosto a los primeros días de septiembre.

Si se repasa la hemeroteca, las crónicas periodísticas han reflejado que durante el ‘puente’ de la Virgen de los Reyes la ocupación media de los hoteles sevillanos fue cercana al 80%, un porcentaje superior en 15 puntos al registrado hasta entonces a lo largo del verano y cifrado en torno al 65%, un dato insólito, por lo elevado, para la época estival e incluso para la media del conjunto del año. Los propios hoteleros han destacado un aumento del número de turistas extranjeros, principalmente de portugueses y franceses, seguidos de italianos, ingleses y alemanes.

EL MEJOR JULIO

El ‘puente’ de agosto siguió al calificado como mejor mes de julio de la historia local en número de turistas y pernoctaciones hoteleras, un calificativo que previamente se había otorgado a los meses de junio y mayo. Según los datos de la Encuesta de Ocupación Hotelera difundidos entonces por el Instituto Nacional de Estadística (INE), los 156.128 turistas (85.965, extranjeros; 70.163, nacionales) alojados en hoteles sevillanos en julio supusieron un incremento interanual del 7,69%. Estos turistas realizaron 298.117 pernoctaciones, lo que supuso un incremento del 9,51% respecto de julio de 2013.

El INE ofreció además un balance general del año 2014 para el periodo enero-julio, según el cual en esos siete meses se han alojado en los hoteles sevillanos 1.182.000 viajeros que han realizado 2.276.000 pernoctaciones, cifras que han supuesto aumentos del 7,40% y del 7,69%, respectivamente. Y, atención a este significativo dato: pese a todos estos records en turistas y pernoctaciones, la plantilla del conjunto de los hoteles sevillanos apenas se ha incrementado en un 0,18% y es ahora de 2.826 empleados, siempre según el INE. Se colige que en el último año el sector ha creado tan sólo seis empleos. Por tanto, con la misma plantilla se está atendiendo a un 7% más de clientes.

INDICADORES POSITIVOS

Todos los indicadores turísticos han ido en esta línea. El delegado municipal de Turismo, Gregorio Serrano, subrayaba que el número de viajeros por el aeropuerto de San Pablo creció en un 10,66%; el de pasajeros del AVE por Santa Justa, en un 0,91%, y el de visitas al Alcázar, en un 8,63%.

Podríamos seguir dando datos y más datos como, por ejemplo, el de que nuestro aeropuerto, que llegó a ser el primero de Europa en número de pasajeros perdidos, ha remontado el vuelo con alzas consecutivas mes tras mes desde abril y superó en julio los 2,2 millones de usuarios acumulados a lo largo del año, primer balance positivo en el mismo periodo durante el último trienio.

Item más, después de que haya sido la provincia de Sevilla, con un aumento del 10,5%, la que haya liderado las estancias hoteleras en el conjunto de Andalucía hasta julio, el consejero del ramo, Rafael Rodríguez, ha augurado que también se producirá un nuevo récord de pernoctaciones en los meses de agosto y de septiembre.

EL INFORME GREMIAL

Por todo ello, resulta aún más sorprendente que la patronal hotelera sevillana, que preside Manuel Otero, presentara al final del mes de julio un informe en el que no sólo mostraba una supuesta situación de crisis sectorial en pleno proceso de recuperación económica, sino que también contradecía el discurso de Zoido, y sus dirigentes concluían en sus declaraciones exigiendo, una vez más, que la ciudad se ponga a su servicio.

Según la Asociación de Hoteles (en puridad debería llamarse de hoteleros) de Sevilla y Provincia, la rentabilidad de los hoteles prototípicos sevillanos ha caído en un 50% durante los años de la crisis económica, pese a lo cual no explica cómo en paralelo no sólo no cae el número de plazas hoteleras ni se cierran hoteles como en la post Expo-92, hechos que parecerían lógicos ante tal brutal descenso del negocio, sino que se mantienen o incluso se incrementan.

Los hoteleros afirman que si bien puede haber más turistas, pernoctan menos en los hoteles (las estadísticas oficiales del año en curso lo desmienten) ya que su ocupación media ha pasado del 65% al 59% y gastan menos dinero que antes (afirman que su facturación ha caído en un 33%), al tiempo que sus gastos de producción se han disparado. Estos mensajes fueron lanzados tan sólo 24 horas después del último Pleno municipal del mes de julio y contradicen el discurso del alcalde sobre la bajada de la presión fiscal durante su mandato y el anuncio de una nueva bajada de impuestos para el próximo año.

SUBIDA DE PRECIOS

Al contrario que Zoido, la patronal hotelera sostiene en su informe, sin discriminar entre el periodo de PSOE-IU en el Ayuntamiento y el del PP, que desde 2008 el agua (Emasesa) ha subido en Sevilla un 25%; el IBI, un 20%, y la tasa de basuras, un 9%, factores todos imputables al Ayuntamiento. Entre los no imputables, como la subida de la luz, el gas, el IVA… la patronal hotelera destaca nada menos que ¡un 11% de subida salarial!, un dato escasamente verosímil, como si los hoteleros se hubieran dedicado durante los años de crisis a subirle el sueldo a sus empleados a un promedio del 1,83% anual cuando los salarios se congelaban en otros sectores.

Este es el informe de crisis dentro de la crisis que ha esgrimido el presidente de la patronal hotelera para tratar de justificar por qué los records turísticos de Sevilla no se traducen en más puestos de trabajo en su sector: “En estos años -ha declarado Manuel Otero- nos hemos ido apretando las tuercas. No se puede crear empleo por estos motivos”.

MÁS DEMANDAS

Y, como siempre, el sector más quejumbroso de nuestra economía, que incluso se quejaba durante las vacas gordas de la Expo, pide que para que los turistas pasen más tiempo en Sevilla y aumente la rentabilidad de sus hoteles se creen y promocionen nuevos productos en línea con el museo de la cerámica (4,2 millones de euros de coste), tales como un museo de las cofradías y un gran proyecto en el anfiteatro de Itálica. Bien, ¿y de dónde saldría el dinero? ¿Por qué hay que crear nuevos productos con dinero público pensando sólo en los hoteleros y no también, por ejemplo, en el sector industrial, mucho más castigado por la crisis y la destrucción de empleo?

Nunca dan un paso al frente para contribuir a crear o captar esos nuevos productos que, como en el caso de la noria y el acuario de Delicias y Aquamágica protagonizan inversores foráneos; o en el de la Copa Davis, el Mundial de Baloncesto y otros eventos, que  afronta el Ayuntamiento en solitario. Aún esperamos que el sector turístico (hoteleros + hosteleros) cumpla aquel aserto de Pedro Sánchez Cuerda de que estaba dispuesto a financiar no una, sino tres Copas Davis más con tal de llenar la ciudad de turistas. Meras palabras que no se traducen en hechos.

Al contrario que Kennedy, el sector turístico local nunca se pregunta qué puede hacer él por Sevilla, sino que siempre plantea qué va a hacer Sevilla por él.

Sin consenso ni sobre el ruido

La reina Fabiola, una aristócrata española que accedió al trono del país centroeuropeo tras su matrimonio con el rey Balduino, acudió en cierta ocasión de visita a una residencia de la Tercera Edad que el Gobierno de su país adoptivo había habilitado para albergar a personas sin recursos, entre ellas muchos emigrantes que durante la posguerra contribuyeron con su trabajo a la reconstrucción de la nación.

La reina fue visitando las estancias donde los jubilados mataban el tiempo de distintas y tranquilas maneras, pero al salir de una de ellas se le oyó exclamar:

-¡Estos ruidosos españoles!

Fabiola de Mora y Aragón llevaba ya tantos años en Bélgica -ha sido reina consorte durante más de tres decenios- que su oído, habituado a la plácida forma de vida de los belgas, ya no soporta el elevado tono de voz y los decibelios emitidos por sus compatriotas de origen cuando se divierten.

REGULAR LA VIDA

La anécdota revela una de las características por las que se nos identifica a los españoles y más aún a los meridionales como los sevillanos y andaluces: ruidosos a fuer de alegres por festejar una vida en gran parte desarrollada en el exterior gracias a un clima donde el frío y la nieve son la excepción en vez de la norma, como en la Europa central y nórdica.

Por éso no es de extrañar que el afán del Ayuntamiento por regular la emisión de ruido mediante una Ordenanza ‘contra la contaminación acústica, ruidos y vibraciones’ se haya convertido en el más polémico del trienio del mandato de Zoido, ya que en el fondo equivale a un intento de regular la vida cotidiana de los sevillanos.

La Ordenanza, finalmente aprobada en el último Pleno con únicamente los votos favorables de la mayoría del PP, sin consenso político y con una fuerte contestación de colectivos ciudadanos y de sectores económicos -unos, por defecto; otros, por exceso- ha provocado la presentación de una cifra inusual de alegaciones, nada menos que mil, que ocupan siete tomos.

Se han registrado alegaciones (42) hasta de los técnicos de la propia Delegación de Medio Ambiente, encargada junto con la Policía Local de velar por su cumplimiento, sin contar las presentadas por la patronal CES, los hosteleros, cofradías, sindicatos, comunidades de propietarios, asociaciones en defensa del derecho al descanso….

El gobierno municipal ha redactado unos 400 folios en contestación a los escritos presentados y admitido 400 de las 1.000 alegaciones. Como dice en el preámbulo del texto, ha intentado conciliar “esos intereses a veces contradictorios”, pero por la división generada ese intento de solución salomónica no ha contentado ni a tirios ni a troyanos, que es lo que suele ocurrir con las soluciones a medias.

ORDINARIO Y EXTRAORDINARIO

Estas Ordenanzas llegan a regular, a veces hasta el exceso, las actividades ordinarias incluso de la vida doméstica y económica, pero en contraste son permisivas con las actividades extraordinarias, a las que no se impone límite de ruido: Semana Santa, Feria, ‘velás’, romería del Rocío, fiestas navideñas, Cabalgata de Reyes…. El texto es, pues, maximalista y minimalista e incurre en contradicciones por alternar el exceso con el defecto de celo.

A título de ejemplo, incluye una prohibición que habría hecho feliz a la reina Fabiola de Bélgica: la de jugar al dominó, los dados y cualquier otro, digamos, deporte de mesa cuya práctica genere ruido. La prohibición se antoja maximalista, ya que en todo caso se podría haber actuado de forma conjunta con las federaciones de jugadores existentes para educar a éstos a depositar las fichas del dominó sobre la mesa en vez de golpearla y/o haber impuesto la obligación de disputar las partidas sobre tapetes amortiguadores del ruido, como se ha dispuesto para las patas de las sillas metálicas de los bares a fin de que no causen contaminación acústica cuando se las arrastre.

Al Ayuntamiento, sin embargo, no se la ha ocurrido prohibir las sillas de bares y terrazas porque forman parte de una actividad económica muy rentable para sus arcas (los más de 10.000 veladores que ha autorizado le generan unos ingresos de entre 2,5 y 3 millones de euros/año en tasas); ni tampoco el fútbol pese al griterío ensordecedor de las hinchadas del Sevilla F.C. y el Betis cuando animan a sus equipos y/o cantan sus goles, a pesar de que emiten muchos más decibelios -y se dejan oír en buena parte de la ciudad- que una simple partida de dominó en una peña de jubilados.

Esta antítesis maximalismo/minimalismo en función de los intereses que haya por medio es uno de los rasgos que más se reprochan al gobierno municipal, el cual también parece ignorar que en toda España hay un millón de jugadores de dominó, muchos más que de fútbol, por lo que esta prohibición aparentemente insignificante puede acabar provocándole un quebradero de cabeza electoral.

BUENAS INTENCIONES

Si se lee detenidamente la Ordenanza, plagada de buenas intenciones, es difícil no suscribir muchos de sus puntos, encaminados a acabar con o mitigar el ruido al que nos hemos condenado a acostumbrarnos, a nuestro pesar, por nuestra falta de civismo pero que sería evitable con un poco de educación y sin necesidad de las medidas coercitivas contempladas en el texto: coches-discoteca, barriles de cerveza arrastrados por el suelo en vez de ser transportados en carretillas de mano, vendedores ambulantes pregonando su mercancía o sus servicios con megafonía a toda pastilla, perros sin bozal dejados solos ladrando en los balcones, macro pantallas de televisión en el exterior de los bares amplificando el volumen del partido de fútbol estrella de la jornada liguera, el choque de las bombonas para avisar de que ha llegado el camión del butano….

Ahora bien, frente a esta regulación de los focos emisores de ruido en la vida ordinaria del común de los sevillanos, el Ayuntamiento se muestra mucho más laxo, con la típica y tópica coartada de la creación de puestos de trabajo, cuando hay intereses económicos de por medio. Así, el gobierno municipal autoriza (artículo 12) la apertura de locales con música siempre que se radiquen en un edificio con parcela catastral distinta del colindante de uso de vivienda, existan sistemas estructurales distintos en ambas parcelas y no se ubiquen en Zona Acústica Saturada. A juicio de la Plataforma por el Derecho al Descanso y de Juristas contra el Ruido, este artículo puede suponer un coladero que acabe provocando numerosos conflictos, por cuanto permitirá que se instalen al lado de bloques habitados desde academias de baile a cualquier otro negocio emisor de música.

A OJO

Otro punto de gran controversia es el que faculta a la Policía Municipal a imponer sanciones por contaminación acústica cuando a juicio de los agentes se perciban unos niveles inaceptables de ruido. ¿Y cuáles son esos niveles y cómo se miden? No hay obligación de medir de forma objetiva con un sonómetro y comprobar si el volumen de decibelios se atiene a la normativa. Todo queda al arbitrio del policía de turno y del grado de sensibilidad de su oído, que puede ser hipersensible o lo contrario. Salvando las distancias, es como si Tráfico impusiera las sanciones por exceso de velocidad a los conductores no ateniéndose a lo que marque un radar, sino a la estimación a ojo de los agentes.

El texto, pues, era perfectible y el Ayuntamiento podría haber hecho un mayor esfuerzo en su mejora y en el  logro de un mayor grado de consenso, un equilibrio entre el razonable interés en fomentar la actividad económica y el legítimo derecho de los ciudadanos a disfrutar del medio ambiente, reconocido por la Constitución.

El problema de fondo de este tipo de bienintencionadas Ordenanzas es la voluntad política y la disposición de medios para aplicarlas. Al tiempo de la aprobación de esta última se conocía la querella presentada por un ciudadano ante la Fiscalía contra una terraza que usaba hasta los árboles del Parque para colgar altavoces, sin que las denuncias presentadas previamente ante el Ayuntamiento hubieran surtido efecto alguno. Y son infinidad las quejas aparecidas en la prensa y/o elevadas al Defensor del Pueblo por la pasividad municipal a la hora de atender las quejas por contaminación acústica, al margen de que por los recortes no hay personal suficiente en turno de noche para calibrar denuncia alguna.

El propio alcalde ha declarado tras la aprobación de la Ordenanza que van a seguir trabajando para lograr “el máximo consenso posible”. ¿No habría sido más lógico haber actuado al revés: lograr primero el consenso para después aprobar la Ordenanza? Una vez aprobado el texto ya no tiene sentido hablar de consenso, cuando en realidad se ha aplicado el rodillo de la mayoría absoluta.

La agilidad como coartada

Todos los alcaldes comienzan y acaban igual. La única diferencia consiste en el tiempo que tardan en hacerlo, en completar el tránsito de la transparencia y la participación prometidas al inicio de sus mandatos a la opacidad y la restricción posteriores. Todos prometen corregir la prácticas viciadas de sus predecesores e integrar a los vencidos en las urnas, su más o menos leal oposición, pero acaban marginándola a fin de no someterse a su, para ellos, inoportuno, control, pese a que en Democracia el rol de la oposición es justamente ése y esencial: fiscalizar al gobierno para que no se extralimite y se atenga siempre a la observancia de los preceptos legales.

Si se revisaran los discursos de Monteseirín tras sus investiduras (tres veces) como alcalde, formalmente parecerían impecables, tanto que hasta podrían haber sido suscritos por Zoido. Todo eran bonitas palabras, mano tendida a la oposición, gobernar para todos los sevillanos y no sólo para quienes habían votado a la lista de su partido que él encabezaba, transparencia en los asuntos públicos, democracia participativa, etcétera, etcétera.

Pocos dirían, a la luz de aquellas palabras y sin conocer la trayectoria posterior del alcalde con más escándalos en su etapa de gobierno y mayor agujero en las cuentas públicas y en las empresas municipales, que esas promesas se convertirían en humo a las pocas semanas o meses de recoger el bastón de mando. Así, una de las decisiones de Monteseirín como alcalde fue excluir a la oposición del PP, liderada entonces por Zoido, de los consejos de administración de las empresas del Ayuntamiento, como Tussam, Emasesa, Lipasam, Emvisesa…

EL DISCURSO HACE AGUAS

Para marcar diferencias con el gobierno de coalición PSOE-IU, Zoido anunció tras su investidura como alcalde que daría representación a los partidos de la oposición en las compañías y entes del Ayuntamiento pese a su mayoría absolutísima (20 concejales). El discurso de la transparencia y la participación anunciadas por el nuevo alcalde se resumió en su famoso lema “luces y taquígrafos”.

Sin embargo, a tan sólo diez meses de las próximas elecciones municipales, el discurso del alcalde ha empezado a hacer aguas de forma significativa según evidencian las actuaciones de su gobierno, pese a que éste, con 20 concejales, no debería aparentemente mostrar signos de debilidad o inseguridad. Pero le empiezan a molestar las voces críticas o no alineadas y obra en consecuencia al procurar evitarlas o que, al menos, no se oigan.

Así, ninguna asociación vecinal que no fuera afín a los planteamientos del Ayuntamiento o hubiera adoptado previamente alguna posición crítica fue invitada por el gobierno local a la inauguración oficial del parque del Guadaíra pese a que, paradójicamente, Zoido dio las gracias en su discurso a los colectivos que con sus aportaciones y sugerencias habían contribuido al diseño final de una obra que es unánimemente considerada esencial para la vertebración de la zona Sur de la ciudad y la integración del Polígono Sur, al discurrir entre este barrio marginado y Heliópolis.

VÍA RÁPIDA

Como se recordará, con la excusa de la crisis, el proyecto inicial del parque, con el que se pretendía reinstaurar un curso de agua por el antiguo cauce hasta la dársena del Guadalquivir con lagunas, molinos y pasos elevados sobre la avenida de Holanda, mutó hasta convertirse en el intento de construir una vía rápida de circulación para enlazar la carretera de Su Eminencia con la prolongación de la avenida de La Raza, una mera vía rápida flanqueada por árboles a uno y otro lados.

La fuerte oposición vecinal en Heliópolis, Pedro Salvador, Pineda y otras barriadas obligó a aparcar un proyecto que todavía pende como una espada de Damocles sobre el parque, cuya espina dorsal no deja de ser una plataforma de menor anchura pero reconvertible en cualquier momento en carretera. A la hora de la verdad, los colectivos que impidieron que el parque del Guadaíra fuera una vía rápida con árboles en sus cunetas no salieron en la foto de la inauguración porque fueron excluidos del acto oficial.

URBANISMO

La semana pasada, el gobierno municipal avanzó en su estrategia de aislar a los discrepantes, en este caso su oposición PSOE-IU, en la Gerencia de Urbanismo, el departamento que históricamente ha sido el más poderoso y brazo ejecutor de las políticas del Ayuntamiento de Sevilla pero que a Zoido no deja de producirle dolores de cabeza por la descoordinación existente en su cúpula.

Las dos últimas pruebas las hemos tenido en los dos intentos frustrados de la Gerencia de acelerar la aprobación del convenio urbanístico/modificación subsiguiente del PGOU con Altadis y Puerto Triana para la recalificación de los suelos de la multinacional tabaquera y la construcción de un puente al servicio de la torre Pelli, que han sido tumbados por sendos informes del secretario municipal debido a su improcedencia legal y amplificados por la oposición gracias a su presencia en el Consejo de la Gerencia, que le permite el acceso a los expedientes y controlar más o menos en tiempo real la labor de Urbanismo.

Para evitar esa fiscalización ‘en simultáneo’ y quedar en evidencia ante la opinión pública por la difusión de los dictámenes negativos de los Servicios Municipales, el gobierno de Zoido ha decidido un vaciamiento de las competencias del Consejo de Gobierno de la Gerencia y el traspaso de la mayor parte de las mismas a la Comisión Ejecutiva, donde ya no están representados los partidos de la oposición, sino sólo los ediles de la mayoría gobernante.

VACIAMIENTO

A partir de ahora, el Consejo de Gerencia sólo conocerá los asuntos relacionados con los presupuestos, las ordenanzas fiscales y las modificaciones del PGOU. Pasan a la Comisión Ejecutiva los temas relativos a vivienda, licencias de ocupación del dominio público, adjudicaciones de obras, expropiaciones, inscripciones de solares, recursos judiciales, quioscos, gastos de hasta 200.000 euros y ayudas y subvenciones.

Formalmente, Zoido no ha expulsado a la oposición del Consejo de un organismo autónomo del Ayuntamiento cual es la Gerencia, pero al reducir sus competencias al mínimo el resultado es prácticamente como si lo hubiera hecho y redunda en detrimento de las ‘luces y taquígrafos’ prometidas por el alcalde.

La oposición ha calculado que si en el mes de junio hubiera estado ya vigente esta modificación, el orden del día del Consejo de la Gerencia hubiera pasado de 90 asuntos a 10, porque 80 habrían sido tratados sólo por el Comité Ejecutivo. El dato significa una reducción ¡del 89%! de los asuntos a tratar.

El delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, ha tratado de justificar la medida con la manida tesis de la agilización de los procedimientos y para una mayor eficacia en la gestión, el mismo argumento que en la Junta de Andalucía ha acabado por configurar toda una Administración paralela para sustraerla al control de los órganos de supervisión, con resultados que están en la mente de todos.

Asimismo, Vílchez afirma que la oposición tendrá acceso a cualquier documentación que quiera ver, independientemente del órgano en que se apruebe, pero no es lo mismo, obviamente, acceder a los documentos casi en pie de igualdad y poder reaccionar sobre la marcha que ‘a posteriori’ e incluso permitiéndole tomar sólo notas a mano durante un tiempo limitado.

CRUZ ROJA

Y, en esta línea, la delegada del distrito Macarena, Evelia Rincón, ha declarado que asociaciones como A Contramano y Ecologistas en Acción, cuyo objeto social es la defensa de la bicicleta como medio de transporte y el medio ambiente, respectivamente, no han sido invitadas por el Ayuntamiento a la mesa de trabajo para la remodelación de la avenida de la Cruz Roja “porque -dijo- no van a opinar sobre las canalizaciones de Emasesa ni sobre la limpieza de Lipasam”.

Pero la reordenación de la avenida es mucho más ambiciosa que cambiar unas canalizaciones o unos contenedores de basura de sitio, ya que el Ayuntamiento ha anunciado también la creación de plazas de aparcamientos para coches pese al carril-bici existente y la reposición del arbolado, lo cual significa que previamente se eliminarán los árboles que hay ahora. Son dos cuestiones altamente sensibles y que se sustraen a la opinión de estos dos colectivos ciudadanos pese a tanta promesa de fomentar la participación.

Como en el caso de la Gerencia de Urbanismo, el gobierno municipal no quiere tener presentes incómodos testigos que puedan cuestionar su actuación.

Un triple Nervión Plaza

Sevilla Park tendrá el mayor complejo comercial de Andalucía, con 65.000 m2, y el vigésimo de España

Los promotores plantean la construcción de torres de hasta 40 metros de altura a orillas de la dársena

 

El jueves 3 de julio, Zoido, acompañado de su delegado de Urbanismo -Maximiliano Vílchez-, trató de acaparar protagonismo en relación con el proyecto de macrocentro comercial ‘Sevilla Park’, al que con su entusiasmo habitual llegó a calificar de “proyecto de Estado”. A tal efecto había convocado una rueda de prensa en el Ayuntamiento, cuyo inicio demoró durante media hora porque, según se dijo, estaba realizando las últimas llamadas a las Administraciones implicadas.

El alcalde anunció que la Junta de Gobierno prevista para el día siguiente iba a tramitar por vía de urgencia la aprobación inicial de la modificación puntual del Plan Especial del puerto para permitir su implantación, que se complementaría con un auditorio para eventos musicales y deportivos y una terminal para el atraque de cruceros turísticos.

Zoido agradeció a la Junta de Andalucía, el Gobierno y, especialmente, a la Autoridad Portuaria su colaboración para sacar adelante el proyecto y, sobre todo, a la iniciativa privada su apuesta por elegir Sevilla. Según dijo el alcalde, supondrá una inversión de unos 200 millones de euros y creará más de 2.500 empleos. En su momento, los promotores hablaron de 180 millones de euros de inversión y 2.000 empleos, de los que 1.000 serían únicamente durante la fase de construcción.

INICIATIVA DEL PUERTO

¿Gracias a la colaboración de la Autoridad Portuaria por su colaboración o más bien al revés? Porque éste no es un proyecto digamos propio del Ayuntamiento, al margen de que lo sean todos los que se ejecuten en la ciudad, sino de aquélla y del Estado, del que depende el puerto, como prueba el hecho de que fue el antiguo presidente de dicho organismo, Manuel Fernández, quien el pasado 15 de enero remitió a Vílchez un extenso documento de 230 páginas sobre la modificación puntual del Plan Especial del puerto e implantación del nuevo artículo XXXIV. Area AP-18. Deportivo-Ocio-Cultural y Gran Superficie Minorista.

Pero según algunas interpretaciones en materia urbanística, dado el régimen especial del puerto de Sevilla y la redacción del PGOU de la ciudad (2006), la Autoridad Portuaria tendría autonomía urbanística para redactar una innovación del Plan Especial, de competencia estatal, y al Ayuntamiento únicamente le correspondería validarla, sin necesidad del proceso iniciado por Manuel Fernández, mucho más lento y que ha equivalido a no ejercer su especial status portuario.

Dicho de otro modo, es como si no hubiera diferencia alguna entre Altadis y el puerto a la hora de tramitar sus respectivas modificaciones urbanísticas, cuando en el caso de este último la vía más corta era la mera modificación del articulado del Plan Especial. Al margen de todo ello, si algo está claro es que quien inicia los trámites para la instalación de Sevilla Park en la ciudad no es Zoido, como incluso ha lllegado a titularse, sino Manuel Fernández, en su momento presidente de la Autoridad Portuaria.

TREINTA AÑOS PRORROGABLES

Y es que ésta, necesitada de ingresos alternativos al margen de su actividad ordinaria, es quien recibirá en sus arcas los jugosos canon de ocupación y de explotación del suelo del que es propietaria en la margen derecha del río por su cesión a Sevilla Park por un plazo de 30 años prorrogables a 35, mientras que el Ayuntamiento cobrará por las licencias de obra que expida y, luego, por los tributos de carácter local.

Pese a las prisas para que el proyecto empiece a construirse después del verano y antes de las elecciones y sea una realidad en 2015 (¿alguien puede creerse que 80.000 m2 de edificabilidad pueden rematarse en sólo 12 ó 15 meses?), no ha habido tanta alfombra roja como podría pensarse extendida a los pies de los inversores, cuatro empresas ligadas al sector del ocio y de los espectáculos: Octagon, Live Nation, RIM y Last Tour.

Estas han tenido que redactar siete informes específicos en respuesta a los requerimientos técnicos de la Gerencia de Urbanismo desde que en enero la Autoridad Portuaria solicitó la modificación del Plan Especial, requerimientos que han ido dilatando la tramitación hasta que el 4 de julio se aprobó oficialmente el inicio de los trámites para aprobar la modificación del Plan Especial.

DE PUNTILLAS

Llama poderosamente la atención que en su rueda de prensa el alcalde omitiera, más allá de palabras genéricas -al igual que en las filtraciones periodísticas previas- detalles sobre la esencia del proyecto, un macrocomplejo comercial al borde de la dársena, ya que se ha tratado de poner siempre el foco exclusivamente  sobre el Auditorio. El macrocomplejo se despachaba con la expresión “zona de compras” o “zona comercial”. ¿Por qué se oculta esta circunstancia si el proyecto se atiene a la legalidad urbanística y tanto se pondera la magnitud de la inversión y los miles de empleos a crear?

Sevilla Park no será un Auditorio con zona de compras anexa, sino tal como describe la Autoridad Portuaria en el documento presentado en enero a Urbanismo, el mayor complejo comercial de Andalucía (65.000 m2 de superficie) con un Auditorio anexo, que no es lo mismo: “Esta nueva Superficie Comercial, por sus dimensiones y oferta de plazas de aparcamiento es -puede leerse- una de las mayores de España y la mayor de Andalucía, triplicando la S.B.A. (Superficie bruta arrendable) del Centro Comercial Nervión-Plaza, situado también en Sevilla, y superando asimismo el centro Plaza Mayor de Málaga, que hasta la fecha era el mayor de los analizados en Andalucía”.

Efectivamente, será el más grande de la región al superar los 53.107 m2 del centro malagueño y los 22.000 del Nervión Plaza sevillano, y el vigésimo de España, tras el Thader de Murcia (67.000 m2) y por delante del Max Center (59.773 m2) de Baracaldo (Vizcaya).

COMERCIAL MÁS QUE CULTURAL

Dado que la gran superficie comercial minorista ocupa el 81,25% de la edificabilidad solicitada para el proyecto, frente a tan sólo el 18,75% del Auditorio, Sevilla Park es sobre todo un complejo comercial y no cultural como se ha tratado de presentar, por acción u omisión, desde el Ayuntamiento, que en paralelo tramita también la recalificación para usos terciarios (comercios, hoteles, oficinas) de la cercana fábrica de tabacos de Altadis en la misma margen derecha del río.

Cabría, pues, pensar, con Ikea-2 en el horizonte igualmente, que Sevilla puede sufrir aún mayor saturación de centros comerciales y preguntarse si habrá suficiente tarta para todos en la ciudad y su área de influencia, un riesgo que en todo caso deberán correr sus promotores en una economía de libre mercado. Sin embargo, la tesis de que la explotación del macrocomplejo tres veces más grande que el Nervión Plaza es fundamental para asegurar la viabilidad económica del Auditorio demuestra entonces la infundada idea de que Sevilla, con su área de influencia y su turismo, es un mercado de suficiente tamaño como para organizar la actuación de grandes estrellas de la música pop durante todo el año bajo techo.

TORRES DE 40 METROS

Los promotores no sólo piden 65.000 m2 de edificabilidad terciaria más a orillas de la dársena hasta un total de 80.000, sino también que les autoricen a construir torres de 30 metros de altura, y de 40 metros en casos singulares, con lo que habría una prolongación de las torres de 30 metros previstas en Altadis y de los grandes bloques ya existentes en la avenida Presidente Adolfo Suárez. Se creará un nuevo ‘skyline’ en la margen derecha del Guadalquivir.

Dado que la construcción de la línea 4 del Metro, que pasaría por el entorno, no se adivina factible a medio plazo, la accesibilidad a esta franja de suelo junto a la dársena a través del único punto existente, el puente de las Delicias, se antoja como el gran talón de Aquiles de Sevilla Park.

Los promotores prevén que atraiga a 24 millones de visitantes/año, el 74% de los cuales lo hará en coche privado y generará un tráfico de 6,1 millones de vehículos. Esto significa un promedio de 16.712 vehículos/día que añadir a los 40.384 que ya circulan (cifra más baja debido a la crisis) por la Avenida de Juan Pablo II y a los 15.587 que lo hacen por la carretera de la esclusa.

Va a haber, pues, 6,1 millones de coches más por el embudo del puente de las Delicias, en una situación similar, si no peor, de la temida por Zoido por el efecto de la torre Pelli. El alcalde no deja de reivindicar que la Junta le autorice a construir un puente entre Torneo y la Cartuja para aliviar el tráfico atraído por el rascacielos, mientras que Fomento apuesta por el transporte público y los carriles-bici.

Curiosamente, en el caso de Sevilla Park el alcalde elude hablar de los previsibles problemas de tráfico y subraya que los promotores proyectan extender un carril bici a las inmediaciones. En un caso la bicicleta se critica por insuficiente y en otro se presenta como la solución a los problemas de movilidad.

Sevilla queda con 87.381 parados tras un descenso de 611 en junio de 2014

En el último año hay 1.596 desempleados menos en la capital

Las personas de edad madura, las más golpeadas por la crisis

El repunte en 308 parados eleva el paro en la provincia a 245.775

 

El paro disminuyó en Sevilla capital durante el mes de junio en 611 personas y se sitúa ahora en 87.381, según los datos oficiales registrados en las oficinas del Servicio de Empleo (antiguo Inem) y divulgados por el Ministerio de Empleo que dirige la onubense Fátima Báñez. Es el tercer mes consecutivo, tras abril y mayo, en que baja el número de parados en la capital de Andalucía, aunque no de forma tan acusada como el mes pasado. El descenso en la capital contrasta con el repunte registrado en la provincia, donde el paro vuelve a subir levemente (+308 personas) al figurar inscritos en las oficinas del SAE 245.775 desempleados.

El descenso del número de parados en Sevilla capital supone apenas un -0,69%, mientras que el ascenso en la provincia es de un +0,12%. En comparación con el mismo mes del año 2013, la caída del desempleo en la capital es un poco mayor que entonces, cuando 520 personas salieron de las listas de parados y la cifra global se situó en 88.977.

Así pues, en la evolución interanual, entre junio de 2013 y junio de 2014 el número de parados ha descendido en la ciudad en 1.596 personas, lo que significa un -1,79%. Dado que Zoido llegó a la Alcaldía con un paro oficial de 76.689 personas, los 87.381 actuales significan un incremento de 10.692.  Sin embargo, desde el pasado mes de marzo, en que se alcanzó el peor dato de paro en el mandato del actual alcalde, con un pico de 91.925 desempleados, la tendencia se ha invertido en positivo y en tan sólo tres meses se han registrado 4.546 parados menos, números demostrativo de lo importante que para la ciudad es lo que podría llamarse el ‘efecto primavera’, la estación del año en que gracias a sus fiestas mayores el tirón del turismo supone un gran alivio y su impacto económico se traduce en creación de empleo, siquiera temporal.

Tras los datos facilitados por el Ministerio de Empleo, el número de mujeres inscritas en las oficinas en demanda de un puesto de trabajo asciende en Sevilla capital a 47.566 (descenso de 207 en comparación con mayo), y el de hombres a 39.815 (caída de 404).

Por sectores productivos, el paro ya no baja en todos, como ocurrió durante el mes de mayo, sino sólo en Industria, Construcción y el colectivo de Sin empleo anterior, y sube en Agricultura y, de nuevo, en Servicios. Ahora queda distribuido de la siguiente manera: Agricultura, 1.450 parados (+62); Industria, 5.539 (-267); Construcción, 8.627 (-102); Servicios, 59.869 (+29), y Sin empleo anterior, 11.896 (-333).  Llama poderosamente la atención que de nuevo se haya invertido la tendencia en un sector clave para la capital cual es el de los Servicios, en que ha vuelto a subir el paro, levemente, tras las buenas cifras del mes de mayo, que turísticamente fue el mejor de la historia reciente, cuando este sector acumuló el 67% del descenso del paro en la ciudad. Ahora no llega a superar la cota de los 60.000 desempleados pero se queda a las puertas.

 

GRUPOS DE EDAD

Por grupos de edad, el número de parados sube en cuatro segmentos: los menores de 20 años; los que tienen entre 40 y 44 y los dos colectivos de mayor edad, los de entre 55 y 59 años y los mayores de 59. En el resto de grupos se registra una caída. Prácticamente se compensan el mayor incremento, los 380 parados más entre los menores de 20 años, con el mayor descenso, los 348 parados menos entre quienes tienen de 20 a 24 años.

En junio, el número de parados por edad queda de esta manera:

Menores de 20 años, 1.423 parados; de 20 a 24 años, 6.527; de 25 a 29 años, 8.971; de 30 a 34 años, 9.981 desempleados; de 35 a 39 años, 11.249; de 40 a 44 años, 11.310; de 45 a 49 años, 12.413; de 50 a 54 años, 10.885; de 55 a 59 años, 9.073; y mayores de 59 años, 5.549.

Según la estadística, el paro juvenil (hasta 29 años de edad) afecta en la ciudad a 16.921 personas, un 19,36% del total. En el lado contrario, el número de parados mayores de 50 años asciende a 25.507, lo que supone el 29,19% del total. En ambos colectivos ha crecido levemente el paro en el mes de junio, mientras que ha caído en los grupos de edad madura, salvo entre quienes tienen de 40 a 44 años, donde ha subido ligeramente.

El colectivo con mayor número de desempleados es el de 45 a 49 años, donde hay 12.413 parados. En general, la franja de edad con más parados en Sevilla capital es la de las personas entre 35 y 54 años, donde se registra un total de 45.857 desempleados (el 52,47%). En cada subgrupo de edad en esa franja hay más de 10.000 parados, un dato que no se registra en ningún otro. Por tanto, más que a los jóvenes, el paro está golpeando en la ciudad a las personas de entre 40 y 50 años sobre todo y a los escalones inmediatamente anteriores y posteriores.

LA PROVINCIA

Por lo que se refiere al conjunto de la provincia de Sevilla, se ha invertido la buena tendencia del mes de mayo, cuando se registró un descenso de 4.935 parados, ya que el paro ha subido en junio, levemente pero incremento al fin y al cabo, en 308 personas, con lo que afecta a  245.775.

Esta subida se ha debido sobre todo al ascenso experimentado entre las mujeres, donde hay 609 paradas más que en el mes anterior (129.858), mientras que el descenso de parados masculinos en 301 hasta quedarse en un global de 115.917 no ha servido para compensar en el balance general por sexos.

Si en mayo el descenso del paro se registró en todos los sectores salvo en el grupo de Sin empleo anterior, ahora es éste en el que baja, pero sube en Agricultura y en los Servicios, con lo que la distribución sectorial queda de esta manera:

Agricultura, 15.492 parados (+ 1.215); Industria, 19.189 (-552); Construcción, 32.372 (-411); Servicios, 149.381 (+ 819), y Sin empleo anterior, 29.341 (-763).

 

Puente o pasarela

El gobierno municipal acordó en el Pleno ordinario de junio la aprobación provisional de la modificación puntual del PGOU para la construcción de un puente que, en lugar de la pasarela peatonal prevista en el Plan General, canalice el tráfico rodado que genere la futura puesta en servicio (año 2015) de la torre Pelli. El punto contó con el voto a favor del PP, el negativo de IU y la abstención del PSOE.

En el transcurso del debate, el delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, insistió en que el puente en vez de la pasarela peatonal es la única solución para el problema del tráfico que generará el rascacielos, mientras que el portavoz de IU, José Manuel García, defendió que se acometan las soluciones previstas en el PGOU, las cuales pasan por el transporte público (prolongación del tren de cercanías hasta Torretriana y, luego, Blas Infante; dos nuevas líneas de Metro y extensión del tranvía hasta Plaza de Armas), dos puentes para el tráfico rodado pero no al Sur de la Cartuja, sino al Norte, y aparcamientos públicos en la calle Guadalquivir y el Canal de la Expo.

Maximiliano Vílchez espetó a García, para finalizar el debate, que si no se construye el puente, “a ver cómo se lo dicen a los sevillanos cuando estén en el atasco”. Pues en el caso de que se produjera tal hipótesis, que está por demostrar después de que por causa de la crisis y en paralelo a la construcción de la torre Pelli el tráfico haya descendido casi un 20% en Sevilla, el gobierno local de turno debería decirles a los sevillanos que ésa es la consecuencia de la política urbanística de ‘grandeur’ preconizada por Monteseirín durante su mandato, simbolizada por el rascacielos de la Cartuja, las ‘Setas’ de la Encarnación, la derruida -por ilegal- biblioteca universitaria sobre la zona verde de los jardines del Prado (más de 9 millones de euros tirados a la basura) y la conversión de la Alameda de Hércules en el equivalente al paseo marítimo de Islantilla.

ADVERTENCIA DESOÍDA

Si la hipótesis del atasco con más intensidad aún que el existente antes del inicio de la crisis se convirtiera en realidad, no haría más que dar la razón, fundamentalmente a los ecologistas y conservacionistas, que ya cuando se lanzó el proyecto del rascacielos alertaron de la irresponsabilidad que supondría construirlo justo en el punto más saturado de tráfico de la ciudad, la entrada a Sevilla desde la autovía que la conecta con el Aljarafe, Huelva y Portugal.

Cuando en febrero de 2008 se empezó a vallar el solar cercano a Torretriana en el que se iba a construir la torre Pelli y centenares de funcionarios de la Junta que allí aparcaban sus vehículos expresaron su protesta por que debían buscarse un estacionamiento alternativo y empezaban a tomar consciencia del problema que se les avecinaba, el entonces alcalde y promotor político del rascacielos en la Cartuja como supuesto símbolo de modernidad, Monteseirín, prometió redactar un plan de tráfico concreto para su entorno.

Atención al dato: se promovió la torre Pelli y se iniciaron las obras hace seis años (licencia, 16 septiembre de 2008) ¡sin un plan previo de movilidad sobre sus efectos y con sólo una promesa ‘a posteriori’ de redactarlo pero del que nunca más se supo! Monteseirín no hacía más que ratificar lo que en su día ya habían dicho los entonces responsables de Cajasol durante la presentación del rascacielos: desconocían los planes de tráfico existentes para la zona y remitían al Ayuntamiento, en la confianza de que éste tendría previsto su impacto en la Cartuja.

MÁS QUE LA TORRE

Ese impacto, según dijo Monteseirín en marzo de 2008, sería “positivo”. En su opinión, la solución (hablar de solución ya equivalía a reconocer un problema y por tanto un impacto negativo) no consistía en hacer más viales porque al final todos desembocarían en el mismo puente, el del Cristo de la Expiración, sino en “apostar por el transporte público, la política de aparcamientos, las rondas de circunvalación y ofrecer más alternativas al vehículo particular”.

Pero ese impacto no medido, pese a lo cual se autorizó el rascacielos en una política de hechos consumados, no sólo iba a derivar de la torre Pelli, sino también de otros proyectos existentes entonces y que fueron tumbados por la crisis. Recuérdese que en el entorno de la torre se había planeado la construcción de una nueva sede para la Gerencia de Urbanismo que sustituyera a las caracolas, con un coste de 70 millones de euros y para dar cobijo a más de 600 funcionarios, y una nueva macroconsejería de la Junta, Torretriana II, en la parcela de las banderas de la Expo, con una edificabilidad de 68.000 m2, equivalente a la posteriormente autorizada para la torre Pelli.

Y todo elllo cuando el Plan de Transporte Metropolitano de la Junta ya reflejaba que el tráfico con destino al centro de Sevilla superaba en un 5% la capacidad de absorción de la demanda por las infraestructuras existentes en hora punta. La previsión para 2020 era de que se superaría en un 25% la capacidad de absorción de ese embudo citado por Monteseirín del puente del Cristo de la Expiración.

PROBLEMA HEREDADO

Este problema en ciernes, muy aliviado por la caída de tráfico causada por la crisis económica, es el que ha heredado Zoido. El alcalde lo pretende solucionar antes de que hipotéticamente se plantee construyendo un puente para el tráfico rodado, en vez de una pasarela peatonal, desde Torneo a la Cartuja, embutido entre los bienes patrimoniales como el pabellón de la Navegación de la Expo y el monasterio de Santa María de las Cuevas, y a un coste mínimo de 11,3 millones de euros. De este dinero, sólo dispondría de los 4,8 millones comprometidos en su día por la promotora del rascacielos para la pasarela peatonal.

Zoido se ha empecinado en esta batalla urbanística contra los dictámenes hasta ahora negativos de la Junta, que visó el PGOU de Monteseirín, con lo cual estaría liberando al Gobierno andaluz y al central del elemento de presión que supuestamente tendría -la amenaza del terrible atasco permanente- para exigir a esas Administraciones que construyan las infraestructuras previstas en el PGOU para evitarlo o paliarlo: cierre del anillo ferroviario, nuevas líneas de Metro, puentes al Norte de la isla, aparcamientos públicos, etcétera.

Al contrario: en vez de presionar a la Junta para que ejecute las alternativas que avaló con el PGOU de Monteseirín, Zoido se echa sobre sus hombros y sobre las arcas del Ayuntamiento la solución al hipotético problema en beneficio de una iniciativa privada y que le obligaría a desembolsar 6 millones de euros (la diferencia entre el coste de la pasarela que sufragaría la promotora del rascacielos y el del puente), más otro millón de euros en la convocatoria de un concurso arquitectónico para el puente, cuya construcción y entrada en servicio se demoraría hasta 2018, tres años después de la prevista inauguración de la torre Pelli.

COMPÁS DE ESPERA

Por tanto, con estos plazos el puente no va a solucionar de entrada el hipotético problema de los atascos que provocaría el rascacielos y que parecen demasiado magnificados por los técnicos municipales para justificar su construcción: ¡un 46% de incremento del tráfico, casi el doble de todo lo previsto en el Plan Metropolitano para el año 2020!. Si de todos modos habría un lapso de tiempo de tres años, ¿no sería mejor esperar a ver cómo evoluciona el tráfico sin puente para obrar en consecuencia?

Si al tráfico rodado se le crean nuevas infraestructuras a su servicio, nunca se darán las condiciones para que el problema se aminore, sino al contrario, ya que se entraría en una espiral sin fin: un efecto llamada para más coches, que a su vez demandarían nuevos puentes, con lo que se incrementaría de nuevo el tráfico, y así sucesivamente. La solución, pues, consistiría en crear alternativas al tráfico privado -que no se han hecho todavía- en vez de potenciarlo con un nuevo puente. A su impacto paisajístico sobre los bienes patrimoniales de la Cartuja (no es el mismo que el de una liviana pasarela peatonal) habría que añadir el hecho de que contravendría lo dispuesto no ya sólo en el PGOU vigente, sino también en la LOUA, el Plan de Transporte Metropolitano, el POTAUS y la Estrategia Andaluza de Movilidad, los cuales abogan por potenciar el transporte público en vez de potenciar el privado.

IMPACTO EN TORNEO

Hay otro elemento apenas considerado en este debate: el puente canalizaría  el tráfico rodado hacia y desde la Cartuja a través de la calle Torneo, de relativa circulación rápida y que discurre en paralelo al río sin obstáculo más allá de algunos semáforos en el itinerario.

La construcción del puente en perpendicular a Torneo rompería la continuidad del tráfico, por la necesidad de abrir paso al proveniente o con destino a la isla  a través del puente, con rotondas de acceso, con lo que se ralentizaría aún más el tráfico, con efectos hasta la zona de Arjona y del Paseo de Colón.

Y, por ende, el Ayuntamiento acaba de aprobar un parking de 180 plazas para dar servicio al Paseo del Arte, también con obligado acceso/salida desde Torneo.

Así, mientras trata de adelantarse a un problema en la Cartuja va sentando las bases para crear otros equivalentes en esta orilla del río.

El problema azul

Zoido no ha tenido mejor ocurrencia que conmemorar su tercer aniversario al frente del Ayuntamiento y a tan sólo once meses de las elecciones municipales que incumpliendo una de las reglas no escritas de la política, aquella que prescribe adoptar las decisiones impopulares en los primeros meses, o a lo sumo el primer año del mandato (por ejemplo, Rajoy con la subida de los impuestos), para que el tiempo mitigue sus efectos y el recuerdo que de ellas quede en el electorado.

Pues bien, el alcalde ha hecho justamente lo contrario con la extensión de la zona azul a todo el barrio de Bami (1.767 plazas), Macarena (229), Pirotecnia (772) y Luis Montoto (786) con la excusa, sobre todo en el primero, de acabar con los gorrillas. Como no ha podido con ellos, ha acabado castigando a sus víctimas allí donde más les duele, sus bolsillos, con el predecible efecto de acabar provocando la rebelión de éstas.

Así que mientras aún está por ver que los gorrillas desaparezcan de los barrios con nueva zona azul, Zoido ha conseguido el efecto contrario de soliviantar a una parte de los vecinos y comerciantes, a los más de 6.000 trabajadores de la ciudad sanitaria Virgen del Rocío, a la infinidad de enfermos y sus familiares que se ven obligados a estancias de larga duración en el complejo médico, a los mismos colectivos de las clínicas privadas (por ejemplo, la del Sagrado Corazón) radicadas en Bami y sus aledaños, a los centenares de estudiantes allí asentados por la proximidad del campus de Reina Mercedes y a las plantillas de las consejerías de Medio Ambiente y de Agricultura, sitas en el área de influencia del centro sanitario y también por tanto de la nueva zona azul.

NO HAY CONSENSO

El final del curso ha paliado las protestas estudiantiles en el campus de Pirotecnia y la inminencias de las vacaciones de verano hará lo propio en julio y agosto con los trabajadores del complejo sanitario, por lo que la oposición podría radicalizarse aún más en septiembre, con el inicio del último curso político de este mandato. Además, al Ayuntamiento se le ha abierto otro frente entre los trabajadores del área de Luis Montoto, con los 800 empleados de Telefónica a la cabeza, los cuales han recabado en tan sólo unos días 500 firmas en contra de la zona azul y proyectan una manifestación conjunta de todos los colectivos afectados.

Estas protestas, el sabotaje de parquímetros en Bami y el mismo anuncio de los delegados de Movilidad, Juan Bueno, y del distrito Sur, José Luis García de crear mesas de diálogo con los afectados desmienten las afirmaciones oficiales de que la extensión del aparcamiento regulado en superficie se ha realizado por consenso y a petición de los propios vecinos.

El gobierno municipal, ya claramente a la defensiva, ha incurrido en flagrantes contradicciones al tratar de sofocar el descontento ofreciendo ahora bonos de descuento a quienes trabajan en Bami y en la ciudad sanitaria (en este caso, tan sólo unos 150) para que gocen de las mismas condiciones que los vecinos, los cuales deberán pagar 80 euros anuales para el derecho a aparcar en la zona azul, pese a que ya abonan cada año el sello del coche.

DECÍAN QUE ERA ILEGAL

En su momento, tanto la Confederación de Empresarios de Sevilla, como el PSOE, IU y el Consejo de Alumnos de la Universidad de Sevilla (Cadus) presentaron emiendas y/o alegaciones al proyecto de Ordenanzas Fiscales en las que, entre otros, pidieron al gobierno local bonificaciones, exenciones y reducciones para comerciantes, trabajadores y estudiantes afectados por la zona azul. IU incluso fue más lejos al plantear que los descuentos fueran mayores en función del Iprem.

La respuesta municipal entonces fue que no se podían conceder bonificaciones a los no residentes porque vulnerarían el mismísimo concepto de la zona azul, cuyo objeto era precisamente obligar a la rotación de vehículos en los aparcamientos, no a que éstos estuvieran ocupados la mayor parte del tiempo por los mismos coches.

La delegada de Hacienda, Asunción Fley, respondió lo siguiente: “Hemos de estar a lo previsto en la Ley General Tributaria, que dispone en su art. 8 que se regularán por ley: d) El establecimiento, modificación, supresión y prórroga de las exenciones, reducciones, bonificaciones, deducciones y demás beneficios e incentivos fiscales. De la norma se extrae -aseguró- que no existe habilitación legal para el establecimiento de los citados beneficios fiscales”.

Si, según la delegada, es ilegal ofrecer bonificaciones a los no residentes, no se comprende cómo ahora el Ayuntamiento recurre a ellas para tratar de sofocar el conflicto, aunque no es la primera vez que Asunción Fley tacha de ilegal propuestas de la oposición y que pasado el tiempo haya acabado haciéndolas suyas, olvidándose de sus propias palabras en sentido contrario.

La polémica jurídica no acaba aquí. Tanto los partidos de la oposición municipal como la asociación de consumidores Facua han anunciado la presentación de recursos contra la ampliación de la zona azul por el hecho de que el gobierno municipal no incluyó la lista de calles afectadas en la Ordenanza Fiscal reguladora, sino en una disposición muy posterior, lo que a juicio de los recurrentes vulneraría la ley de Haciendas Locales.

CIUDAD SANITARIA

El conflicto afecta especialmente a Bami, donde se han incluido todas y cada una de sus calles. Era previsible salvo, al parecer para el propio Ayuntamiento, que sólo ha tenido en cuenta la opinión favorable de una parte del barrio -esgrime varios miles de firmas a favor-, pero no se ha percatado de la existencia de millares de trabajadores de la sanidad pública y privada que allí acuden a diario y del gran número de pacientes y de sus familiares que requieren sus servicios y que también se ven afectados por la zona azul sin los beneficios paliativos del bono de residencia.

Por la propia naturaleza de la función médica y la condición de los enfermos y de los familiares que los acompañan, este gran colectivo no se puede permitir, aunque económicamente pudiera, salir del hospital cada dos horas a retirar el vehículo aparcado y dar vueltas en busca de un nuevo estacionamiento. Piénsese, por ejemplo, en un cirujano operando en quirófano o en un paciente en plena diálisis.

Se ha estimado que un trabajador de la ciudad sanitaria o de cualquier otro establecimiento sito en Bami necesitaría pagar 260 euros mensuales y estar saliendo de su trabajo cada dos horas para mover el coche si pretende aparcar en la zona azul dentro del barrio, una situación similar a la que sufrirían los familiares de enfermos de larga duración internados en el Virgen del Rocío, por lo cual la medida municipal acabará creando una onda expansiva por toda la ciudad a modo de recordatorio permanente de la política de movilidad del Consistorio.

INSOLVENTES

Zoido podría haber argumentado que hizo lo mismo e incluso más que sus predecesores para acabar con la lacra de los gorrillas y cumplir su promesa electoral al respecto. Incluso llegó a anunciar una Ordenanza que permitiera requisarles el dinero que llevaran en sus bolsillos, pero como jurídicamente habría sido muy difícil demostrar que todos sus fondos procedían de una actividad ilegal, desistió. También los ha acribillado a multas, pero con nulo efecto práctico. A título de ejemplo, a principios de año el BOP de Sevilla publicó más de 500 sanciones de entre 30 y 50 euros a gorrillas por su actividad como aparcacoches y a los que no se había podido notificar individualmente por hallarse en paradero desconocido. Y cuando se les localiza se declaran insolventes.

El alcalde, pues, podría haber demostrado que no se cruzó de brazos o haber adoptado medidas disuasorias y no probadas hasta ahora, como habría sido un despliegue permanente de la Policía Local en la treintena de calles de Bami, cumpliendo así la función añadida de Policía de proximidad, pero en vez de eso ha optado por la solución más impopular y aún más gravosa que la propina al gorrilla de turno: la ampliación de la zona azul, con lo que ha acabado proyectando la imagen de que en el fondo hay también un afán recaudatorio en beneficio de la empresa municipal Aussa.

De museo a mercado gourmet

 

El gobierno municipal ha culminado el proceso de adjudicación del antiguo mercado de la Puerta de la Carne a unión temporal (UTE) compuesta por varias empresas sin experiencia previa en la gestión cultural y sí en el sector del ocio y la hostelería y lideradas por Inversport 2010, sociedad de Jesús León, el empresario cordobés conocido por haberle comprado su paquete de acciones a José María del Nido antes de que éste ingresara en la cárcel por el caso Minutas.

Pomposamente rebautizado como ‘Centro de cultura, ocio y gastronomía’, el orden de esos factores no responde al del producto que se va a instalar allí y al que se espera obtener del mismo, ya que en realidad se trata de un mercado gourmet con un pequeño o mediano espacio acotado para actividades culturales, como demuestra la distribución de la zona de la antigua plaza de abastos realizada sobre el papel por los promotores: restaurantes, locales con veladores y puestos para la venta de productos ‘gourmet’ en la planta baja, y más restaurantes, terrazas y una sala multiusos en la planta superior. En medio de la planta inferior se reservaría un espacio para uso cultural, que los promotores han ofrecido al Ayuntamiento para la quinta parte del año.

PROMESA ESTRELLA

Recuérdese que la conversión de este edificio, un Bien de Interés Cultural protegido patrimonialmente, en el equivalente a un Centro Pompidou como, salvando las distancias de todo tipo, el de París fue una de las promesas estrella de Zoido durante su campaña electoral, en la que habló de habilitar allí “un nuevo espacio para creadores de arte contemporáneo andaluces, con talleres de formación, becas, seminarios y centros de estudios”.

“Aspiro -dijo Zoido el 27 de enero de 2011- a que, con el tiempo, Puerta de la Carne se convierta en el Centro de Arte Contemporáneo, con la misma filosofía que el centro Pompidou de París, porque tiene unas posibilidades de espacio y de ubicación increíble para la cultura más emergente y vanguardista de Sevilla”.

Lo que iba a ser el Pompidou sevillano ha acabado convertido en otro mercado gourmet más, a imagen y semejanza del proyectado en tiempos de Monteseirín como alcalde para el antiguo mercado del Barranco, con la única diferencia de que ese espacio/sala multiusos con capacidad para albergar 300 personas donde celebrar alguna actividad cultural que justifique su nueva denominación como ‘Centro de cultura, ocio y gastronomía’, cuando en realidad la palabra cultura debería ser la última de la triada, en proporción al número de m2 que se le reserva en el nuevo proyecto, cuyo encaje en el PGOU también es cuestionable (figura como un equipamiento público al 100%).

MÁXIMO Y MÍNIMO

De lo que iba a ser a lo que ha sido o será el mercado de la Puerta de la Carne es toda una metáfora del mandato de Zoido, que ilusionó a los sevillanos con un programa de máximos en todos los aspectos (de ahí, en parte, los 20 concejales que los electores le dieron en las municipales de mayo de 2011) pero que ha acabado convertido en un programa de mínimos.

La gran excusa invocada para acabar haciendo algo parecido a lo de Monteseirín en el Barranco en vez de materializar las ideas propias con el Pompidou sevillano ha sido la crisis económica y los recortes presupuestarios para reducir el déficit público. Sin embargo, este pretexto no se compadece con los informes de la Intervención municipal, tanto referidos al conjunto del Ayuntamiento como específicamente a la adjudicación del mercado de la Puerta de la Carne, que dejan en el aire la duda de por qué Zoido no acometió desde el Consistorio la recuperación para usos museísticos de la plaza de abastos en vez de entregarla a una UTE para su transformación en mercado gourmet para los próximos 35 años.

Por una parte, siempre según la Intervención municipal, el Ayuntamiento cerró el ejercicio de 2013 con un superávit de 61,2 millones de euros y una mejoría general en todos los parámetros económicos que permitiría incluso volver a disponer del crédito bancario en caso de necesidad. Por otra parte, merced al informe emitido por el interventor el pasado 28 de abril, en el que cuestiona que las empresas que componen la UTE de la Puerta de la Carne hayan acreditado su solvencia para ser adjudicatarias de su gestión y explotación, se ha sabido que para restaurar el inmueble cuentan con 1,48 millones de euros de fondos propios y que esperan beneficiarse de una ayuda de 3,5 millones de euros (aún no concedida) de la Unión Europea con cargo al programa Jessica.

FONDOS EUROPEOS

Jessica es el acrónimo de ‘Ayuda europea conjunta en apoyo de inversiones sostenibles en zonas urbanas’, un programa conjunto de la Comisión Europea, el Banco Europeo de Inversiones y el Banco de Desarrollo del Consejo de Europa, mediante el cual los países de la UE pueden optar por invertir parte de sus asignaciones de fondos estructurales en fondos reembolsables que permitan acelerar las inversiones en, entre otros capítulos, infraestructuras urbanas, patrimonio histórico o cultural para fines turísticos u otros usos sostenibles (donde podría haberse englobado el Pompidou sevillano) y reconversión de terrenos industriales abandonados (aquí habría cabido la recuperación de la fábrica de tabacos de Altadis).

Si los promotores privados tramitan la concesión de una subvención europea de 3,5 millones de euros para reconvertir el antiguo y abandonado mercado de la Puerta de la Carne (lleva dieciséis años sin uso) en un mercado gourmet, cabe preguntarse por qué no pudo solicitar el Ayuntamiento esa misma subvención para su transformación en un centro cultural de vanguardia tal como preconizaba Zoido. Aunque hubieran quedado 1,5 millones de euros por financiar, habría sido una cifra asequible para los presupuestos municipales, máxime prorrateada a lo largo de un par de ejercicios.

CÁNONES DIFERENTES

La operación económica por parte de la UTE adjudicataria del inmueble es sobre el papel magnífica, ya que sólo se le impone por parte del Ayuntamiento el pago de un canon inicial de 18.000 euros anuales a partir del cuarto año (gozará de tres de carencia), y aunque la cantidad irá subiendo progresivamente más tarde hasta pasar de 25.000 euros a 100.000 y se estabilizará en 150.000 euros más IPC a partir del vigésimo ejercicio, nunca llegará a los 230.000 euros/año que deben pagar los concesionarios de las naves del Barranco para otro mercado gourmet.

Si estas cifras bastante menores se han aprobado para la Puerta de la Carne era en consideración a que su rehabilitación por parte de la UTE costará 5 millones de euros (más de 2 millones costará restaurar el mercado del Barranco), pero hasta el informe del interventor no había trascendido que el plan de los empresarios consiste en que el 70% del dinero necesario para esa rehabilitación lo aporte la UE con cargo al programa Jessica.

En tal caso sólo tendrían que desembolsar 1,5 millones de euros, cuando según las condiciones del pliego la UTE podrían cobrar hasta un máximo de 918.820 euros/año a sus concesionarios de bares, restaurantes, kioscos….Así pues, en caso de lograr una plena ocupación podrían amortizar la inversión inicial en poco más de año y medio y todavía les quedarían 33 años y medio para seguir explotando el edificio, aunque también podría ocurrir lo contrario, ya que la oposición municipal ha mostrado sus dudas sobre la capacidad de la ciudad de absorber con el mercado gourmet en la Puerta de la Carne otro espacio más de gran superficie comercial y hostelería justo cuando se están poniendo en carga más de 150.000 metros cuadrados en distintos proyectos como Altadis, Estación de Cádiz, Naves del Barranco y Sevilla Park.

SATURACIÓN

Si hay tal saturación en ciernes, cabe preguntarse también cómo la oposición incurre en la contradicción de cuestionar el mercado gourmet en este inmueble mientras apoya Sevilla Park en el puerto, pese a ser inmensamente más grande.

Y si el Ayuntamiento acepta el ofrecimiento de la UTE de que el ICAS se quede durante el 20% del tiempo con la zona habilitada para usos culturales, aquélla conseguiría ahorrarse por añadidura la quinta parte del gasto que debería asumir para una realizar una programación de actividades culturales.

Ese ofrecimiento, que supondría trasvasarle el gasto a las arcas municipales, es lo que el excomisario general de la Expo-92, Emilio Cassinello, calificaba de ‘regalo envenenado’.

Espadas entró al trapo

Zoido decidió tras acceder a la Alcaldía nombrar como presidente de la Comisión de Sugerencias y Reclamaciones del Ayuntamiento, vulgo Defensor del Ciudadano, a una persona muy singular, con un sentido entre quijotesco y mesiánico de la vida y que para irritación de los políticos no tiene pelos en la lengua, porque dice lo que siente sin pensar en las consecuencias de lo que dice: el comandante de Caballería en la reserva, José Barranca.

Los grupos municipales de PSOE e IU decidieron boicotearlo de inmediato con medidas como no participar en la Comisión y ausentarse de los Plenos en que aquél estuviera institucionalmente presente, por considerarlo un “protogolpista”.

Y es que Barranca, con la impulsividad propia de su carácter y quizás más con un sentido de adhesión personal y lealtad militar al superior jerárquico que otra cosa, tuvo la ocurrencia de enviar a dos periódicos locales una carta para solidarizarse con el teniente general Mena tras ser éste destituido a raíz del discurso que pronunció durante la Pascua Militar del año 2006.

LA CARTA

Mena, general jefe de la Fuerza Terrestre del Ejército, advirtió de su discurso de las consecuencias que para aquélla podría tener la aprobación del nuevo Estatuto de Cataluña y dejó entrever, o más que entrever, que en el caso hipotético de que la Constitución fuera rebasada, el Ejército tendría vía libre para una actuación en defensa de la norma suprema.

Barranca reaccionó enviando la misiva, titulada ‘Mi respetado general’, a los periódicos y en la que, entre otras cosas, decía: “Hacía tiempo que me preguntaba cómo era posible que nadie dijera nada y mirase hacia otra parte ante la ruina moral en que este Gobierno ha sumido a nuestra nación….. Mi general, somos muchos los españoles que pensamos y estamos unidos a usted en estos momentos. Desde estas letras, mi respeto y mi apoyo más sincero….”. Barranca concluía su escrito con una petición de dimisión generalizada del Gobierno por “desleal” con la Constitución y la nación española, “la única hasta la llegada de los progresistas”.

QUEBRADERO DE CABEZA

En los tres años del mandato de Zoido, Barranca se ha convertido en un dolor de cabeza para el gobierno municipal, que lo ha visto más como un aliado de la oposición por el tono de las críticas a la gestión y al estado de la ciudad que como el mero florero que este tipo de cargos son para la clase y el sistema políticos con el fin de aparentar que los ciudadanos tienen valedores independientes y fuera del control del aparato de los partidos.

Barranca es un verso suelto que va por libre y no se somete a nada ni nadie. Además, interpreta de modo muy particular y ‘sui generis’ su función, hasta el punto de que no se limita a recibir, enumerar y transcribir las quejas de los sevillanos en el típico Informe anual que eleva y presenta ante el Pleno, sino que cámara de fotos en ristre se pasea con ojos escrutadores por la ciudad y va tomando notas y recogiendo pruebas sobre lo que ve, para así formarse su propia opinión sobre el funcionamiento de los servicios municipales. El ciudadano José Barranca acaba formulando al Defensor José Barranca sus propias quejas además de o al margen de las que le envían los sevillanos, y luego las incluye en su Informe anual.

Barranca entiende que de esa forma actúa de oficio como Defensor y que está legitimado y tiene autonomía para hacerlo. Sonados son sus enfrentamientos con la Policía Local, a una minoría de cuyos integrantes achaca un comportamiento arrogante, y los taxistas del aeropuerto.

UN PROBLEMA

Al principio, el Defensor del Ciudadano, por su propia rareza, cayó simpático en las filas de un gobierno cómodamente instalado en su mayoría absoluta, pero a medida que se acercan las elecciones municipales y sus quejas sobre el funcionamiento del Ayuntamiento y del estado de la ciudad podían suponer munición para la oposición y calar en los votantes, Barranca pasó a convertirse en un problema. Ha sido sobre todo para el primer teniente de alcalde y presidente del Pleno, Javier Landa, de quien institucionalmente depende y al que por ser un político al que se da por amortizado para las próximas elecciones el PP encomendó la difícil misión de domeñar al rebelde militar.

El catedrático Landa, Reglamento en mano, vetó en primera instancia el Informe anual del Defensor con el argumento de que refleja más, o además, sus opiniones personales que las quejas de los sevillanos. El enfrentamiento entre ambos provocó un retraso en la presentación del Informe anual al Pleno y un principio de crisis al filtrarse a los medios de comunicación. El alcalde se vio entre dos fuegos por no desautorizar a ninguno de los dos y se intentó una solución salomónica que no dejara desairado a nadie.

CAMBIO DE ESTRATEGIA

En este contexto se celebró hace unos días el Pleno en que el Defensor presentaba su Informe correspondiente a 2013. Los ediles de IU, coherentes con su posición de rechazo a Barranca, abandonaron sus puestos y se fueron. Sin embargo, en vez de hacer lo mismo en línea con lo acaecido en años anteriores, los socialistas de Espadas permanecieron en sus escaños. ¿Por qué modificaron su estrategia? Quizás porque esperaban contemplar -y sacar partido del mismo- el enfrentamiento entre Barranca y Landa.

Craso error. Espadas, en vez de quedarse sentado,  entró al trapo de las acusaciones de Barranca de que PSOE e IU actúan de forma conjunta con la Junta para boicotear a Sevilla. Y entonces el portavoz socialista continuó con una especie de cuerpo a cuerpo dialéctico con el Defensor del Ciudadano para acusarle de ejercer “un control político”  sobre la oposición pese a carecer de competencias para ello, recordarle que el PSOE no participaría en su Comisión y exigirle a Zoido su destitución.

El Pleno se convirtió, episodios con Landa aparte, en un rifirrafe entre Espadas y Barranca, para regocijo del PP, que pasó de presunto censor a presentarse como paladín de la libertad de expresión cuando Juan Bueno se permitió el lujo de acusar a Espadas de querer taparle la boca al Defensor mientras que el PP -dijo- escucha sus opiniones aunque no las comparta.

Los 265 expedientes de queja de los sevillanos por las multas, el ruido de los veladores, el vandalismo, la suciedad, etcétera, que habrían ocupado la sesión y los titulares de la prensa al día siguiente desaparecieron del debate y de la perspectiva de los sevillanos porque a Espadas se le ocurrió cambiar de estrategia política e ir al Pleno para decir que no cambiaría de estrategia pero entrando a la vez en un cuerpo a cuerpo con Barranca, por lo que los medios de comunicación transmitieron la imagen de un Pleno convertido en una bronca entre el Defensor y Espadas.

Así fue como Barranca dejó de ser el problema de Zoido y del PP para proyectarse como el problema de Espadas y del PSOE.

Tras la Feria

Se acabó la Feria más tardía en el calendario (6-11 de mayo), aunque nos faltan datos para aventurar si ha sido también la más tardía de la historia (otras cuatro se habrían celebrado íntegramente en mayo a lo largo de 168 años), pero sí muy probablemente la más calurosa de los últimos tiempos; y se ha acabado con un sabor agridulce de plenitud no alcanzada, al contrario que la pasada Semana Santa, y de objetivos no logrados, por más que el discurso oficial abunde en la calificación de ‘la Feria de la recuperación’ y se ampare en todo tipo de datos estadísticos para tratar de proyectar la imagen de un éxito total.

El optimista balance del Ayuntamiento no coincide con la percepción ni siquiera de los medios de comunicación situados en el espectro ideológico más afín a Zoido, en los cuales se ha hablado de ambiente de precrisis, poco ambiente, calor sofocante y tórrido en el que se desplomaban hasta los caballos y que los datos oficiales contradicen la impresión colectiva de que la Feria ha estado vacía.

Si la Feria hubiera transcurrido al gusto del Ayuntamiento, los ediles, especialmente Gregorio Serrano, no se habrían pasado hasta el ecuador del festejo justificándose con el argumento de que la Feria se ha celebrado en mayo y con estos calores (un periodista se llevó un termómetro al campo de Los Remedios y registró 35º a la sombra) por atender la petición del sector turístico de la ciudad. Es pura cuestión de psicología humana y política. Si la Feria hubiera sido el éxito que tratan de ‘vendernos’, el Consistorio no habría sentido la necesidad de justificarse ni de desviar la atención sobre el sector turístico, sino que había capitalizado el evento por sí solo y sin necesidad de invocar pretexto alguno.

ESTADÍSTICAS

Durante la segunda mitad de la Feria, la Corporación Municipal ha tratado de tirar de todo tipo de estadísticas para, con los grandes datos, construir una imagen triunfalista: desde el número de viajeros transportados por Tussam (no todos los usuarios del bus van necesariamente a la Feria) hasta los millones de impresiones del ‘hastag’ Feria de Abril en Twitter y los miles de descargas de aplicaciones en los teléfonos inteligentes.


Y cuando el dato habitualmente utilizado por el Consistorio como indicador económico y de consumo en la Feria, los kilos de basura recogidos por Tussam, eran inferiores a los del año pasado un día tras otro (salvo el viernes), Gregorio Serrano, el delegado de Fiestas Mayores, acuñó la peregrina teoría del embalaje: si había menos basura era porque los fabricantes habían hecho embalajes más livianos para las mercancías. La ocurrencia de Serrano, que debe tener más cintura política y no tomarse como cuestión personal toda opinión que le parezca crítica o negativa, es de las que se quedan en la memoria colectiva.

EL CALOR

La impresión general es que con temperaturas tan altas (superiores a los 30 grados durante todo el festejo), en el Real se ha registrado poca afluencia de público a lo largo del día, hasta que no refrescaba al caer la tarde/inicio de la noche. Ha habido menos Feria de día, con lo cual los sevillanos no han comido como antaño en las casetas. Eso se ha traducido en menor consumo y, por ende, en menor generación de residuos, cuando justamente se había justificado la fijación de la Feria en mayo para incrementar su impacto económico.

Por otra parte, aunque los hoteleros hablan de un 85% de ocupación (nadie tiene datos para rebatirles, como tampoco para verificar las cifras oficiales de otra índole), ‘sotto voce’ comentan que no han podido poner los altos precios que habrían deseado, por lo que se habría difuminado en parte el supuesto efecto de la Feria de mayo. Los indicadores de los medios de transporte que nos traen a los turistas de mayor poder adquisitivo  tampoco denotan que la Feria cambiada de mes haya tenido un extraordinario poder de atracción en los mercados emisores. La oferta del AVE se ha incrementado en 6.000 plazas (no significa que se hayan ocupado al 100%) en total para los cuatro días del jueves al domingo y en Renfe se constata que para otras Ferias ha habido mucha mayor demanda que para esta ocasión.

La Feria tampoco se ha notado en demasía en la actividad del aeropuerto, al ser considerada una fiesta de carácter muy local que no justifica un movimiento importante de pasajeros. Para este fin de semana de Feria había programados en San Pablo 280 vuelos (entre llegadas y salidas), frente a los 266 del fin de semana anterior.

POR EL TURISMO

Durante su mandato, Zoido ha adoptado al menos tres grandes iniciativas (intento del parking en la Alameda y recalificación de la Gavidia aparte) en beneficio del sector turístico y comercial. La primera fue la Copa Davis. El sector quedó tan contento con sus resultados (los suyos) económicos, que dijo estar dispuesto a pagar no una, sino tres Copas Davis, pero lo cierto es que el tenis se saldó con un déficit de un millón de euros que pagaron unas arcas municipales  que no tienen ni para abrir por las tardes bibliotecas públicas, mientras que el negocio se quedaba en el ámbito privado.

El segundo hito de Zoido fue el ‘mapping’ navideño, que tiene que patrocinar una multinacional como Telefónica porque el Ayuntamiento no ve que entre nosotros ninguna empresa dé un paso al frente. Y el tercero ha sido programar la Feria de Abril para el 6-11 de mayo, con más riesgo,  por simple estadística meteorológica y cálculo de probabilidades, de temperaturas calurosas, que han restado público durante gran parte del día y facturación a los feriantes, dentro y fuera de las casetas.

SIN RETORNO

Sevilla se ha subordinado con la Feria una vez más a los intereses del sector turístico, pero hay que preguntarse qué retorno obtiene a cambio la ciudad por facilitar la generación de un negocio privado. ¿Qué patrocina el sector turístico? ¿El Maestranza y/o la Sinfónica acaso? ¿Dónde están tres años después las tres Copas Davis o su equivalente que iba a pagar para que vinieran eventos a la ciudad?

¿Es tan estratégico el sector turístico? ¿Por qué hay que fijar la fecha de la Feria en función de sus deseos y no, por ejemplo, del sector tecnológico de la Cartuja, donde se facturan casi 2.000 millones de euros y trabajan unas 15.000 personas? ¿O del sector aeronáutico, que exportó por valor de 1.002 millones de euros -casi el doble de todo lo que genera la Feria- y que dentro de 23 días organiza con ADM 2014 el mayor evento aeroespacial de España, con profesionales y empresas de primer nivel mundial? ¿Y si el sector aeronáutico hubiera dicho que para sus intereses y como factor añadido de atracción habría sido mejor hacer coincidir ese evento con la Feria pero celebrándose ésta del 12 al 18 de mayo?

Aunque, parafraseando la Biblia, no se hizo el hombre para el sábado, sino el sábado para el hombre, y por tanto no debemos ser dogmáticos con la fecha del festejo abrileño, también hay que ponderar hasta dónde debe llegarse con esa elasticidad sin poner en peligro su esencia y su imagen de marca.

ESTRATEGIA DE CIUDAD

El aprovechamiento de la Feria como motor económico añadido a lo que ya supone por sí misma debe ser fruto de una estrategia de ciudad, plenamente consensuada por todos los grupos políticos y sectores económicos y aceptando los riesgos que ello puede suponer (el calor ha cambiado las costumbres y el aspecto del Real durante gran parte del día y tanta zona vacía  incluso puede haber afectado a la imagen de la Feria ante terceros), con capacidad de autocorrección y con beneficios compartidos también para lo público y no sólo siempre para un segmento determinado.

Si, como ciudad, la estrategia con la Feria consiste en tratar de rentabilizarla al máximo captando el mayor número posible de turistas de Madrid y aprovechando para ello la coincidencia buscada con las fiestas allí del 1 y 2 de mayo, entonces, en la medida de lo posible (factor Semana Santa), debería celebrarse siempre en los últimos días de abril (primera mitad) y principios de mayo (segunda mitad). De paso, ello permitiría disponer de  un festivo de por medio o al final (la fecha del 1 de mayo), se acabaría así con la anomalía de que la de Sevilla es la única Feria sin festividad local y se preservarían las dos fiestas locales actuales de San Fernando y el Corpus.

Queda el debate de la PreFeria. Gregorio Serrano ha estado más afortunado esta vez con la metáfora de que la Feria es como un organismo vivo que evoluciona con el tiempo. Pues bien, ese organismo vivo que es a la postre el pueblo de Sevilla ha creado la PreFeria, con igual o más ambiente aún que la propia Feria. En vez de perseguirla y de prohibir en simultáneo que funcione la calle del Infierno, ¿por qué no abre el Ayuntamiento el debate sobre la conveniencia de convertir la PreFeria en Feria?

Se haría oficial lo que ya es real.