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El Auditorio

El Auditorio es la prueba del algodón de que las normas pueden ser burladas en Sevilla de la misma forma una y otra vez sin consecuencia alguna, ya que si las hubiera habido en primera instancia quizás  no habría habido una segunda ocasión.

Como nadie escarmienta en tragedia ajena, pese a la reciente catástrofe del Madrid Arena, sólo tras la alerta provocada por las pesquisas periodísticas se suspendió allí el pasado fin de semana un sarao musical que iba a durar hasta las 7 de la madrugada del domingo, para tormento de los vecinos del Casco Antiguo, donde se ha llegado a medir 27 decibelios más del máximo legal. Para obviar cualquier control, las entradas (más de 1.200) se habían vendido por teléfono o Whatsapp, pese a que el edificio sólo tiene licencia de actividad para el período estival y no para febrero, obviamente, y Urbanismo, mediante resolución del 30 de enero, le denegó el permiso a la sucedánea carpa denominada ‘Rocío Jurado’.

Llueve sobre mojado, porque hace tres meses, en pleno duelo nacional por las cinco víctimas de la macrofiesta de Madrid, el Auditorio iba a acoger una ‘Mega Party’ con la misma falta de papeles que ahora, pese a lo cual ya había vendido unas 1.500 entradas. Y como no pasó nada entonces porque los expedientes sancionadores, si se incoan siquiera, parecen que tienen el mismo efecto disuasorio que las multas para los gorrillas, la historia ha vuelto a repetirse.

El dossier de vistas gordas y de presuntas irregularidades cometidas en favor del Auditorio, pese a ser -o quizás por eso mismo- de propiedad municipal y estar la concesionaria en concurso de acreedores desde hace casi dos años,  contribuye a alimentar el descrédito de los políticos, siempre tan miopes cuando interesa: licencia otorgada obviando las competencias de la Junta de Andalucía pese a una capacidad superior a los 700 espectadores, autorización de emisión de ruidos hasta 94,3 decibelios cuando el máximo legal permitido entonces era de 70, aislamiento acústico que no consta fuera verificado, expedientes sancionadores (ocho) criando telarañas en los cajones, fijación de una hipotética sanción por un máximo de 30.000 euros cuando la normativa fija ese máximo en 300.000 (lo que hace un cero de menos, ¿verdad?), quejas sobre el incumplimiento sistemático de los horarios caídas en saco roto…..

Era vox populi que, con Monteseirín, el Auditorio tenía un padrino en el Ayuntamiento. Lo que no cabía esperar es que con el cambio de Zoido todo iba a seguir igual, como en El Gatopardo.

Dilatación

Caixabank, el banco de La Caixa o La Caixa reconvertida en banco, que tanto monta monta tanto, presentó sus resultados en la capital económica de Andalucía, o sea Barcelona, adonde acudieron en peregrinación desde las colonias los periodistas sevillanos a quienes antaño bastaba con darse un paseíto hasta la Plaza de San Francisco, aún no velada, cuando Cajasol era la Caja de Sevilla en vez de un brazo menor de la estrella catalana o ni siquiera éso. Y en la ciudad Condal, el presidente de la entidad, Isidro Fainé, que confesó haberse subido a lo más alto de la torre Pelli para observar sus nuevas conquistas, como San Fernando se subió a lo alto de la Giralda para contemplar la Sevilla arrebatada a los moros, confirmó que la inversión inicial -subráyese el término- en el rascacielos de la Cartuja y futura sede del CaixaFórum exAtarazanas va por los 350 millones de euros. Recuérdese que la torre gemela de Pelli para Iberdrola en Bilbao ha costado 200 millones, ¡casi la mitad menos! Será que en Sevilla, por el calor u otros efectos, se dilatan hasta los precios.

Isla Mágica hablará en francés

Apenas conocerse la noticia de la venta, por CaixaBank, de Isla Mágica a los franceses de ‘Looping Group’, llamo a un exalto cargo del Parque Temático para que me amplíe la información sobre los nuevos propietarios. Aunque en su día negoció con AsproOcio, Parques Reunidos y otros operadores de parques el cuaderno de venta de Isla Mágica (las Cajas estaban locas por desprenderse del espacio lúdico y los potenciales compradores, conociendo su ansiedad, lo querían poco menos que regalado), carece de referencias sobre el grupo galo, por ser un recién llegado al sector y formar parte de la ‘otra Liga’ de los Parques Temáticos, la de carácter regional, no la ‘Champions’ de Disney, Six Flags y otros elegidos.

¿Quiénes son, pues, los nuevos dueños de Isla Mágica? No ‘suenan’ porque aparentemente son nuevos en el gremio, ya que formalmente ‘Looping Group’ no es visualizado por la opinión pública hasta hace dos años, pero en realidad hunde sus raíces de forma más profunda en el tiempo, hasta unos años antes del nacimiento de Isla Mágica en su primera acepción, la de ‘Cartuja. El Parque de los Descubrimientos’, gestionado por Partecsa en 1993.

Y en el origen, la sorpresa: de nuevo hay una Caja de Ahorros, aunque en este caso francesa: Caisse d´Epargne (Caja de Depósitos y Consignaciones). Su nombre probablemente sí resultará familiar a los aficionados al ciclismo, ya que es una gran patrocinadora del deporte de las dos ruedas en todas sus formas y, especialmente, de equipos profesionales que han participado en las tres grandes pruebas del calendario ciclista: Tour de Francia, Giro de Italia y Vuelta a España. En nuestro país prestó su nombre hasta 2010 al equipo propiedad de Abarca Sports que dirigía Eusebio Unzúe, y contaba en sus filas con, entre otros, Alejandro Valverde y ‘Purito’ Rodríguez.

Caisse d´Epargne constituyó el 26 de enero de 1989 la Compañía de los Alpes, con sede en Boulougne-Billancourt y con el fin de gestionar estaciones de esquí, deporte al que por la abundancia de nieve en el país tan aficionados son los franceses. Poco a poco, la nueva compañía se fue haciendo de estaciones invernales como Tignes, Les Arcs y La Plagne (nombre asociado de nuevo al ciclismo, a una de las míticas victorias de etapa de Miguel Induráin en el Tour) en Francia, y de otras en Suiza y los Países Bajos, hasta un total de catorce destinos blancos.

SALTO DESDE LA NIEVE

 

 

En el año 2001 su actividad se extiende a los parques de atracciones, acuáticos, temáticos y de ocio en general y da un salto cuantitativo y cualitativo cuando tres años más tarde le surge la oportunidad de comprarle a Six Flags, el mayor operador de parques de ocio del mundo y rival de Disney, los parques europeos agrupados bajo la marca Walibi y otros en el Viejo Continente. Al cabo de veinte años de su creación, la Compañía de los Alpes, que había empezado con una estación de esquí tipo Sierra Nevada, se había convertido en uno de los operadores de ocio más importantes de Europa, al ser propietaria total o parcialmente de 35 espacios lúdicos o invernales en una decena de países del Viejo Continente.

Casi en paralelo, el Parque Temático de la isla de la Cartuja, creado en 1993 bajo la acepción de ‘El Parque de los Descubrimientos’, sólo daba pérdidas año tras año y se libraba del cierre merced a las generosas quitas de sus acreedores y a las inyecciones a fondo perdido de las Cajas de Ahorros, presionadas por los políticos.

La Compañía de los Alpes creó una filial, Grevin & Cie, para gestionar todo lo que no fueran sus estaciones de esquí: la veintena de parques que fue incorporando con el tiempo en Francia, Holanda, Alemania y Reino Unido. Entre ellos, el más conocido en el país vecino, aparte de Futuroscope y Disney París, cual es el Parque Astérix, dedicado al mítico personaje de los cómics, con su aldea gala perfectamente plasmada, y que recibe del orden de 1,5 millones de visitas anuales. En conjunto, sus estaciones invernales y  parques registran unos 24 millones de visitas y la compañía facturó 641,5 millones de euros en 2011.

 

 

EXPERTO EN REFLOTAR

 

 

Laurent Bruloy, el presidente de ‘Looping Group’, es hijo de un carnicero y un ‘self made man’ a la francesa. A partir del negocio familiar hizo de todo. Organizando recepciones para hombres de negocio y sirviendo a los restaurantes, llegó al mundo del ocio casi por casualidad, tras hacerse cargo de la cafetería de Aqualud, un parque acuático en un pueblo de 5.000 habitantes llamado Le Touquet,  situado de forma estratégica en el Paso de Calais y que era deficitario desde 1985. En 1997 lo compra, invierte en nuevas atracciones y en su especialidad, los establecimientos gastronómicos bajo la marca Nemo, y tan sólo dos años después ya atrae a 119.000 visitantes, que se convierten en 175.000 en 2002; en 180.000 en 2003…. En diez años, el negocio antaño ruinoso es tan próspero y apetecible que se lo compra la empresa española Parques Reunidos en 2007.

Bruloy se queda con el gusanillo de los parques de ocio y convence a la filial europea del fondo americano de capital riesgo HIG Capital (que en España ha entrado en la audiovisual Vértice) para fundar la empresa ‘Looping Group’ y comprarle a la Compañía de los Alpes, el 31 de enero de 2011, sus más pequeños parques de ocio, ya que aquélla estaba más interesada en potenciar sus grandes marcas, como Astérix, Walibi y Grévin. La operación fue apoyada por los representantes de los trabajadores de cada parque que se iba a segregar de la compañía matriz, ya que se les promete una inversión de unos 20 millones de euros en mejoras en el curso de cinco años. Los vendidos son Bagatelle, Minichateaux, el Acuario de Saint Malo y el Acuario del Valle del Loira, en Francia; Aquaparc, en Suiza; Aventurenpark Hellendoor, en Holanda; y Hills Pleasurewood, en Reino Unido.

 

LÍDER DE LOS PEQUEÑOS

 

 

En conjunto, estos espacios habían recibido 1,6 millones de visitas en la temporada 2009-2010, generado una facturación de 28,3 millones de euros y obtenido unos beneficios de 4,9 millones antes de impuestos. La Compañía de los Alpes se quedó con el 30% del capital de ‘Looping Group’, a fin de facilitar la transición y de tutelar el proyecto desde sus inicios, y también concedió un crédito de proveedores.

Bruloy había diseñado un ambicioso plan de negocios para acelerar la expansión de estos parques como plataforma desde la que seguir creciendo vía adquisiciones. Así, el 22 de mayo de 2012 ‘Looping’ compra el Cobac Park, cerca de Rennes (Bretaña), que el año anterior había recibido unas cien mil visitas. Cédric Lépée, director de HIG Capital, declara: “Nuestra meta es llegar a ser uno de los líderes europeos en la operación de los parques de atracciones regionales. A la vista de los proyectos actualmente en revisión, esperamos anunciar más adquisiciones en los próximos meses”.

Isla Mágica ha sido la nueva pieza de este proyecto de Bruloy, el hombre al que no le asustan los retos, capaz de posar ante un tigre para un reportaje y apasionado del enduro, las carreras de motos de resistencia.

 

 

Balance de 2012 en Sevilla: el año de la marmota

La observación de la Naturaleza para la predicción del tiempo está tan arraigada en todas las culturas que incluso en nuestro país aún existe una red de voluntarios que informa anualmente al Instituto Nacional de Meteorología de acontecimientos como la llegada de las primeras cigüeñas migradoras (con su correspondiente traducción al refranero popular: ‘Por San Blas, las cigüeñas verás’) y la floración de los almendros, que sirven de bioindicadores climáticos para adivinar si la primavera viene adelantada o retrasada.

Los emigrantes alemanes a Norteamérica instauraron la tradición en diversos puntos de Estados Unidos y de Canadá de predecir el tiempo a partir del comportamiento que mostrara una mascota sacada de su madriguera el 2 de febrero, fecha intermedia entre el solsticio de invierno (el día más corto en luz natural del año) y el equinoccio de primavera (cuando el día dura tanto como la noche). Si la marmota sacada de su letargo  ve su propia sombra, se asusta y vuelve a su refugio, es señal de que el mal tiempo va a durar al menos seis semanas más. Si, por el contrario, el roedor no se asusta y campa a sus anchas por barruntar buen tiempo, es la indicación de que va a dejar de nevar y de hacer frío y, por tanto, de que ya se puede empezar a sembrar. Del acierto o el error en esta predicción digamos faunística dependía la ruina o la fortuna de sociedades que hace más de un siglo vivían de la agricultura.

PELÍCULA DE CULTO

La tradición real de ‘el día de la marmota’ inspiró el argumento de una famosa película protagonizada por Bill Murray y Andie McDowell y que se estrenó en España con el título ‘Atrapado en el tiempo’. Conforme al argumento, Phil, el periodista responsable de la información meteorológica en una cadena de televisión, es enviado a un pueblo de Pensilvania de nombre impronunciable, Punxsutawney, a retransmitir, el 2 de febrero, la fiesta popular de ‘el día de la marmota’, que cuenta con su propio comité de miembros encargados de mantener la costumbre. Phil no cree en absoluto en lo que considera una superchería popular sin base científica, por lo que afronta su misión en una actitud entre displicente y burlona, como si supusiera una minusvaloración profesional para él.

En el viaje de regreso, Phil y su equipo son sorprendidos por una tormenta de nieve y se ven obligados a regresar al pueblo a pasar la noche. A la mañana siguiente, tras sacarle de su sueño el radiodespertador con la canción ‘I got you Babe’, de Sonny&Cher, el periodista comprobará con estupor que se va a repetir el ‘día de la marmota’ anterior. Y así, un día tras otro. Siempre lo mismo: haga lo que haga, intente cambiar lo que intente cambiar, modifique o no su comportamiento, cada día se convierte en un calco del anterior, como si estuviera atrapado en el tiempo y éste no avanzara nunca.

 


EL PRIMER AÑO COMPLETO DE ZOIDO

Esta misma sensación de tiempo detenido y sin avance en los principales proyectos pendientes de la ciudad es la que se aprecia al cierre de 2012 en comparación con la misma fecha de 2011: la Sevilla del primer año completo de Zoido como alcalde y en el que también ha podido aplicar las políticas que preconizaba merced a disponer de sus primeros Presupuestos, está prácticamente en el mismo punto muerto de 2011, en lo que han sido 365 ‘días de la marmota’.

Zoido, al igual que el periodista Phil de la película, sigue instalado cada jornada en su confrontación con la Junta de Andalucía  y le da miedo ver su sombra proyectada más allá de Sevilla como líder de emergencia del PP andaluz en sustitución de Javier Arenas. Prefiere volver sobre sus pasos y refugiarse al abrigo de la Plaza Nueva antes que lanzarse a la ardua tarea de liderar la oposición pateándose los casi 800 municipios de la región como hizo Arenas a lo largo de cuatro años.

Aun así, las grandes asignaturas pendientes de la ciudad siguen tan pendientes hoy como hace un año. Por ejemplo, la segunda tienda de Ikea en las proximidades del aeropuerto, primer gran proyecto estrella de Zoido, aunque heredado de la etapa de Monteseirín (diciembre de 2010), y que prometió desbloquear apenas llegado a la Alcaldía, en cuestión de pocas semanas o de meses. Sin embargo, ha pasado ya año y medio y el alcalde ha podido comprobar en todo este tiempo que las cuestiones urbanísticas están sometidas a un complejo proceso regulado que no es posible saltarse a la torera ni acelerar. Es más, cuando el aparato propagandístico  municipal anunció en su día el desbloqueo del proyecto de Ikea, la multinacional sueca replicó de inmediato diciendo lo contrario y dejando en evidencia al gobierno local. Escarmentado, Zoido ya no lanza las campanas al vuelo tan alegremente.

En este ‘año de la marmota’ sólo hemos asistido a la firma de un protocolo de intenciones con los promotores urbanísticos, en el que todas las partes se comprometieron a agilizar la tramitación burocrática para materializar el proyecto cuanto antes: unos hablan de 2014, otros de 2015…. O sea, que hasta se corre el riesgo de que Zoido llegue a las elecciones municipales de dicho año sin cortar la cinta inaugural del nuevo complejo de Ikea en Sevilla.

LAS DOS RONDAS

Estrechamente vinculado a este proyecto está el de la construcción de la ronda intermedia SE-35, vital para allegar clientes al complejo comercial y para que no se colapse la SE-30. En este asunto, el ‘año de la marmota’  se prolonga desde 2007, cuando Monteseirín anunció el inicio de las obras para 2008. Todavía en 2010 se decía que en 2011 se iniciarían por fin. Pues ni en 2011 ni tampoco en 2012. Habrá que esperar a 2013 para comprobar si la maquinaria se mueve al menos por el primer tramo, el comprendido entre San Nicolás Oeste y Sevilla Este.

Y de la SE-35 a la SE-40, la ronda de circunvalación exterior, aunque no depende del Ayuntamiento, sino del Ministerio de Fomento. Tras cuatro años de obras, los primeros 10 kilómetros de esta carretera se abrieron al tráfico en noviembre de 2011. El segundo tramo, de tan sólo 6 kilómetros y que conecta la autovía A-92 a la altura de Alcalá de Guadaíra con la autovía de Utrera (A-376), debería haberse inaugurado este verano. Tampoco. El ‘año de la marmota’ también ha pasado en blanco  para esta infraestructura. Oficiosamente se da como nueva fecha marzo de 2013, cuando Fomento disponga de dinero para pagar a las empresas constructoras. Si se cumple el pronóstico, en seis años se habrán puesto en servicio  16 kilómetros, a un promedio de 2,6 kilómetros anuales. A este ritmo, los 77,6 kilómetros de esta vía de comunicación tardarían en completarse 29 años. Marmota, no, tortuga.

Como premio de consolación, el Ministerio ha abierto al tráfico, ya casi al final del año que expira, un nuevo tramo de 2,5 kilómetros del tercer carril de la autovía del Centenario Sevilla-Huelva, entre los enlaces de Gines-Bormujos y Sanlúcar la Mayor-Benacazón. El balance tampoco es para tirar cohetes. Desde que, gobernando aún Aznar, se emprendieron en 2003 las primeras obras para ampliar a tres los carriles de acceso a Sevilla por esta colapsada autovía, en los nueve años transcurridos desde entonces, se han culminado 12 kilómetros, a un promedio de 1,33 kilómetros/año. A este ritmo, si se ampliaran a tres los carriles hasta Huelva, se tardaría 68 años.

NI METRO NI CIUDAD DE LA JUSTICIA

En el ‘año de la marmota’ para las infraestructuras sevillanas también se ha registrado la paralización ‘sine die’ de las líneas 2 y 3 del Metro, anunciada por la consejera de Fomento de la Junta de Andalucía, Elena Cortés, en septiembre debido a la necesidad de recortar el gasto público por la crisis económica. Desde que en 1975 se aprobó la ley del Metro de Sevilla hasta hoy, la ciudad sólo ha podido ver materializados 17 kilómetros de suburbano en 37 años, a un promedio de 2,1 kilómetros anuales.

La Ciudad de la Justicia, de la que se han elaborado sobre el papel varios proyectos en diversas ubicaciones a lo largo de un decenio, ha quedado tan frenada como el Metro con la excusa de la crisis.

Y así podríamos seguir enumerando proyectos abandonados, frenados, paralizados, detenidos… atrapados en un tiempo que parece tan congelado  como el que obliga a la marmota de Pensilvania a meterse dentro de la madriguera y no sacar la cabeza del agujero. La  iglesia de Santa Catalina sigue cayéndose cada día un poco más, mientras que la Archidiócesis de Sevilla, a la que como propietaria corresponde su rehabilitación, encarga nuevos informes para determinar si puede seguir cerrada más tiempo todavía sin invertir en su restauración y el Ayuntamiento y la Junta prometen que aportarán dinero siempre que el otro o la otra lo desembolsen primero y/o abonen lo que aún no han pagado pese a los años transcurridos.

RETRASO HASTA EN EL RASCASCIELOS

La recuperación de la antigua comisaría de la Gavidia continúa también en el mismo punto muerto de siempre, con el Consistorio y el Gobierno andaluz enfrentados por la interpretación del PGOU, al igual que con el anunciado parking subterráneo en la Alameda.

Hasta la torre Pelli se ha contagiado del ambiente reinante, y aunque acaba el año prácticamente rematada en la altura prevista (178 metros), su nueva dueña, CaixaBank, ha anunciado otro calendario de trabajo en el que se fija su terminación para mayo de 2014, cuando la anterior previsión era la del primer trimestre de 2013.

El ‘año de la marmota’ 2012 lega a Sevilla nuevas paralizaciones y conflictos, como la pérdida del Caixafórum en las Atarazanas y la inversión asociada al mismo (25 millones en la rehabilitación y 4 millones anuales para contenidos durante un periodo de 75 años), con el aplauso inicial de Zoido -plasmado en la conocida foto con los directivos de La Caixa-, el cual ha tenido luego que rectificar y alinearse con PSOE e IU para exigirle a la entidad catalana una retractación que parece no va a producirse y por lo cual se verá abocada a un pleito con la Junta, en exigencia de daños y perjuicios al haber incumplido el acuerdo firmado en su día.

El año ha resucitado también la polémica por las ‘Setas’ de la Encarnación, al plantear la empresa constructora Sacyr su devolución al Ayuntamiento y el pago de una indemnización de 35 millones de euros por supuestos incumplimientos del contrato; y otra demanda similar de Detea, por los ruinosos locales que le fueron entregados en la isla de la Cartuja, en la que se maneja una cifra de 40,8 millones de euros. Dos conflictos en el que se sustancian 75,8 millones de euros.

Y a todo ello se suma la confrontación Ayuntamiento-Junta por el traslado de las líneas de autobuses desde la estación del Prado de San Sebastián a la de Plaza de Armas. ¿Habrá algún ámbito donde los Poderes Públicos no se peleen?

TIRANDO DE HERENCIA

Así que la casi única satisfacción que en materia de grandes proyectos ha dejado 2012 para Sevilla y para Zoido ha sido la inauguración del nuevo Auditorio de Fibes, tras, como manda la tradición en nuestra ciudad, sus como mínimo diez años de ejecución entre anuncios, concursos, proyectos y obras, con sobrecostes que han disparado el presupuesto hasta los 120 millones de euros, el doble de lo estimado inicialmente.

El nuevo Palacio de Congresos y las ‘Setas’ de la Encarnación fueron las dos obras que promocionó Sevilla en Nueva York hace unas semanas de la mano del delegado de Economía, Gregorio Serrano. Dos proyectos que, paradójicamente para el nuevo Consistorio, proceden de la etapa de Monteseirín y que Zoido ha tenido que hacer suyos ante los inversores foráneos porque en los dieciocho meses que lleva como alcalde, en parte por la crisis, las deudas dejadas por su antecesor y los recortes, aún no ha definido su modelo de ciudad para Sevilla, que sigue tan atrapada en el tiempo al finalizar 2012 como el protagonista de la película sobre el día de la marmota.

Karaoke

Rojas Marcos, alcalde entonces, dijo que Sevilla era una ciudad universal pero que hasta la Expo 92 no había tomado consciencia de su universalidad. Efectivamente, la que fue capital del mundo durante su condición de puerto y puerta de América recuperó un rol planetario con la celebración de la mayor y más exitosa Exposición de la historia y acogiendo las reflexiones de aquel ‘Senado de los saberes’ que fue el Comité de Expertos, el cual alumbró reflexiones sobre el futuro de la Humanidad recogidas en documentos como ‘En el umbral del Tercer Milenio’.

Siete años después, nuestra ciudad aún gozaba de aquella proyección internacional al dar nombre a la ‘Declaración de Sevilla’, que aquí suscribieron los participantes en la Conferencia Euro-Mediterránea de Ciudades Sostenibles.

Aún hace un decenio, en 2002, Sevilla era escenario de la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, en la que se acordaron temas tan importantes como el Plan Global de Asilo e Inmigración y la Reforma de la organización y funcionamiento de las propias Cumbres Europeas y del Consejo de Ministros de la Unión.

Estos grandes eventos con proyección mundial y ligados a Sevilla hasta hace tan sólo una década contrastan con el nuevo rol al que aspira la ciudad, su vuelta al clásico papel de jugador número 12, puesto de manifiesto el domingo con el karaoke promovido por el Ayuntamiento en la Plaza de San Francisco, con el cantante Hugo Salazar de maestro de ceremonias y definido como ‘El mayor evento navideño jamás cantado’. ¿Objetivo? Reunir a un coro de 15.000 personas que cantaran, siguiendo la letra proyectada a modo de karaoke sobre la fachada de las Casas Consistoriales, el tema ‘Blanca Navidad’, para que así Sevilla pueda figurar en el libro Guinness de los Records junto al de esos pueblos a los que nadie conoce y que por eso mismo inventan marcas estrafalarias como la de degustar la paella más grande del mundo, batir el récord de troncos convertidos en astillas a hachazos o superar el de kilómetros de fichas de dominó que se sostienen en pie sin caerse.

Al igual que en la evolución humana hay una escala de Jacob por la que el hombre asciende desde la piedra al cielo, en la evolución de las ciudades debe de haber otra escalera en la que Sevilla recorre el camino inverso: desciende desde los cielos que tocó con la Expo hasta el suelo de equipararse a cualquier poblachón sin nombre que trata de lograr un  estrambótico minuto de gloria.

Será ésto a lo que Zoido llama “la ciudad del talento”.

 

Sevilla puede dejar atrás a Berlín

Aunque en el último Pleno Zoido dio otro de sus típicos bandazos, similar al que protagonizó con la torre Pelli (de detractor a defensor) y se sumó al PSOE e IU para, en línea con la Junta, exigirle a La Caixa que reconsidere su decisión de trasladar el Caixafórum al rascacielos de la Cartuja y lo mantenga en las Atarazanas, en el fondo el alcalde no cree que la entidad catalana, con la que confiesa tener hilo directo, dé su brazo a torcer.
Por éso, en previsión de que las ‘cumbres’ que por separado mantendrán con La Caixa el próximo miércoles tanto la Consejería de Cultura como el propio Ayuntamiento acaben en sendos fracasos, el alcalde ya ha anticipado que su alternativa para los antiguos astilleros medievales sería un museo de América o un museo de la Navegación.

LA TORRE DEL ORO

Quizás muchos sevillanos no sepan que la Torre del Oro es un museo naval, acorde con su historia como torreón adelantado de las murallas del Alcázar, para la defensa tanto del conjunto palaciego como del puerto y del puente de barcas en la Sevilla islámica.
Cuatro meses antes de que estallara la guerra civil, el Ministerio de Marina  acordó su conversión en un Museo Marítimo que, por las vicisitudes del conflicto bélico y las penurias de la posguerra, no pudo abrirse hasta  1944, en un acto que inspiró a Julio Guillén, secretario perpetuo de la Real Academia de la Historia, estas palabras: “La Torre del Oro, el rasgo más característico de Sevilla, ha dejado de ser una caracola vacía y abandonada junto al río; y este museo que inauguramos, pequeño y modesto en dimensiones materiales, le dará nuevas sonoridades”.
Aunque relativamente pequeño, la suma de estancias permite una superficie expositiva de unos 600 m2, y en verdad aquí se cumple el tópico del marco incomparable, tanto por la originalidad y belleza de la torre como por su ubicación al borde del Guadalquivir. Cartas náuticas, brújulas, mascarones de proa, maquetas de barcos y otros fondos dan vida a este museo naval desde hace 68 años, aunque Sevilla no sea muy consciente de su existencia.

LA EXPO-92

Cuando la XCIII Asamblea de la Oficina Internacional de Exposiciones acordó el 15 de junio de 1983 adjudicar a Sevilla (de forma compartida con Chicago, aunque luego la ciudad americana renunció) la organización de la Exposición Universal de 1992, las Administraciones Públicas epañolas tuvieron nueve años por delante para haber decidido rehabilitar las Atarazanas y convertirlas en el museo/pabellón de la Navegación de la Muestra como reclamo, además, de la ciudad para los visitantes que se concentrarían en el recinto de la isla de la Cartuja.
Sin embargo, se acordó construir un pabellón de la Navegación de nueva planta también al borde del río y obra, casualmente, del mismo arquitecto redactor del controvertido proyecto del Caixafórum en las Atarazanas: Guillermo Vázquez Consuegra.
Por su forma de quilla de barco invertida y la profusa utilización de madera, con grandes vigas curvadas de este noble material natural, el pabellón de la Navegación de la Expo-92 remitía y remite automáticamente al espectador al mundo marítimo, al margen de los contenidos expositivos que albergó durante la Muestra.

DISEÑO ‘AD HOC’

Calificado como ‘el pabellón 10’ de la Exposición, fue uno de los de mayor éxito, ya que recibió 2.122.461 visitas en los 180 días que duró el evento. El presupuesto inicial de construcción sólo del edificio fue el equivalente a 9,3 millones de euros de hoy, cifra que con las típicas actualizaciones, mejoras y demás y con la adición de contenidos se habría triplicado o incluso cuadruplicado finalmente.
La superficie de la parcela supera los 14.000 m2, el doble que la planta de las Atarazanas; la superficie construida  es superior a 16.000 m2, con una altura máxima de 20 metros, y dispone de una zona sólo para exposiciones de 7.600 m2, al margen de los amplios talleres, almacenes, oficinas e instalaciones. Es, pues, un edificio con prestaciones para museo de la Navegación muy superiores a las que ‘a priori’ pudieran obtenerse de la adaptación de las Atarazanas, aunque, obviamente, sin su valor histórico y su entorno monumental.
Y un dato muy significativo para el tema que nos ocupa: según el Colegio de Arquitectos, Vázquez Consuegra definió el edificio en la memoria del proyecto como “flexible en su espacialidad”, pensando en su transformación cuando acabara la Expo en el futuro Museo Marítimo de Sevilla.

INVERSIÓN EN PLENA CRISIS

Como se recordará, Agesa ha invertido en plena crisis económica más de 11 millones de euros en remodelar el pabellón, bajo la dirección del propio Vázquez Consuegra, y en dotarlo de nuevos contenidos, que han sido realizados por la multipremiada empresa sevillana GPD, la misma que le ha diseñado a Zoido los ‘mappings’ o proyecciones tridimensionales navideñas sobre la fachada de las Casas Consistoriales. El pabellón modernizado se reabrió el pasado 2 de enero, en este año del XX aniversario de la Expo.
Así pues, Sevilla tiene dos museos navales, marítimos, de la navegación o como queramos llamarlos, uno desde hace 66 años en la Torre del Oro, y otro desde hace 20 en la Cartuja y en el que, en dos fases, se han podido invertir entre 30 y 40 millones de euros.
Y, sin embargo, Zoido propone ahora un tercer museo de la Navegación en las Atarazanas. Hasta ahora sólo se conocían casos de museos duplicados sobre la misma temática en Berlín, por aquello de la división de la ciudad tras la II Guerra Mundial, pero podemos acabar superando a la capital alemana con tres Museos de la Navegación…… además de con tres estadios para tan sólo dos equipos de fútbol.
Y es que Sevilla es un caso especial.

Portaveu

Isla Mágica es fruto, previo concurso público,  de una concesión por un plazo de 50 años de la Junta de Andalucía, ya que se asienta sobre parte de la antigua Exposición Universal del 92, hoy propiedad del Gobierno andaluz, al que debe pagar un canon anual en concepto de utilización de los terrenos y activos. El cierre o venta del Parque Temático supondría una modificación del contrato de concesión. Por tanto, lo más lógico habría sido que, ante los rumores desatados en tal sentido, La Caixa hubiera desmentido o comunicado sus intenciones a su casero, al que le paga el alquiler, o sea, la Junta de Andalucía. Sin embargo, quien ha salido a la luz pública en funciones de delegado territorial y/o portaveu/portavoz de la entidad financiera  ha sido el alcalde de Sevilla, el cual ha confesado que habla con mucha frecuencia con La Caixa o Caixabank, que tanto monta, monta tanto. A este paso, y tras esa foto suya para la posteridad bendiciendo con los directivos el traslado del Caixafórum a la torre Pelli, Zoido va a acabar como Aznar: hablando catalán en la intimidad.

Los vaivenes de Zoido

El alcalde, al que no se puede negar olfato político porque en caso contrario no habría obtenido la mayoría más absoluta (20 concejales) en la historia democrática de la ciudad, dio orden en el último Pleno municipal al Grupo Popular para que se adhiriera a la moción del PSOE por la que se insta a La Caixa a rectificar su decisión de trasladar el Caixafórum a la torre Pelli y lo mantenga en las Atarazanas, cumpliendo así el convenio firmado en 2008 con la Junta de Andalucía.

Y es que Zoido había percibido a lo largo de las dos semanas y media transcurridas desde que se hizo aquella foto con los directivos de la entidad  catalana en el Ayuntamiento, que había acabado navegando en  sentido contrario a aquel en  que iban la mayoría de los sevillanos en este asunto, a tenor de la reacción generalizada de indignación, expresada en las redes sociales y en y por los medios de comunicación locales, donde no se han ahorrado críticas a la pasividad, cuando no presunta complicidad, del Consistorio para propiciar la ‘solución’ del rascacielos de la Cartuja en detrimento de las Atarazanas.

 

Pirueta política

El alcalde ha hecho de la necesidad virtud y, en otra pirueta política más similar a la que protagonizó con la misma torre Pelli al pasar de propugnar su paralización a defenderla ante la Unesco, ha evolucionado desde la posición de agradecer la decisión de La Caixa de abandonar las Atarazanas a alinearse con el PSOE e IU para exigirle que la reconsidere y no renuncie al proyecto original en el antiguo astillero medieval. “Si La Caixa rectifica, estaría encantado”, ha declarado Zoido, que tiene ya tal grado de conexión con la entidad catalana que aun no siendo de su competencia el convenio sobre el inmueble ordenado construir por Alfonso X el Sabio sino de la Junta de Andalucía -como bien se ha encargado de recalcar una y otra vez-, ha sido él y no ningún miembro del Gobierno andaluz el que ha anunciado públicamente que la reunión bilateral entre la Consejería de Cultura y La Caixa se celebrará el próximo día 12 de diciembre para reevaluar la situación creada.

Así pues, al igual que ha hecho con el tema de los desahucios, tras pasar de permitir que Emvisesa enviara cartas de desalojo a sus adjudicatarios a tratar de ponerse en vanguardia del movimiento antidesahucios exigiendo incluso a la Junta que adoptara medidas similares y omitiendo o pareciendo ignorar que ya lo están desde hace meses, Zoido puede acabar encabezando el movimiento contrario al traslado del Caixafórum, en una nueva demostración de su imperturbable capacidad de mutación política y sin despeinarse.

 

Argumentario

Aun así, el alcalde y el grupo municipal del PP han tenido que articular un mensaje, un argumentario destinado a justificar este giro ante la opinión pública y su electorado, un discurso de negación del cambio de postura mismo o presentándolo como fruto de un exceso de celo por la legalidad urbanística, para lo cual han tenido que volver a poner la tramitación administrativa de la licencia de obras bajo sospecha.

El alcalde dice ahora que no tiene que arrepentirse de sonreír en una fotografía “con unos señores que dijeron que iban a ratificar convenios con el Ayuntamiento de Sevilla de carácter social, contando con cinco millones para estos fines además de un plan especial de empleo para personas desfavorecidas, algo a lo que añadieron que el Caixafórum en Sevilla no peligraba, aunque alguien de manera interesada hablaba de que podía irse a otra ciudad”.

Sin embargo, si se repasa la hemeroteca se comprobará que el alcalde, algo insólito en él, habría perdido entonces la gran oportunidad de apuntarse el tanto político de los cinco millones de euros para programas sociales en una ciudad con 90.000 parados, ya que ningún medio de comunicación reflejó por aquellas fechas ni una sola palabra sobre el supuesto convenio. Y es que no dijo nada al respecto. Al contrario, todos los medios se hicieron eco de su valoración sobre la decisión de La Caixa de llevarse el Caixafórum a la torre Pelli.

Según la prensa más afín al primer edil, Zoido dijo que era un día muy importante para Sevilla, agradeció la decisión adoptada por la entidad financiera y destacó que el proyecto de las Atarazanas podía poner en peligro la consideración de Patrimonio de la Humanidad de los monumentos del entorno. “Hemos dado un paso muy importante y al mismo tiempo -dijo- algo que para nosotros es fundamental: que nuestro patrimonio quede fuera de peligro y no tenga ningún riesgo”.

 

Nuevo cambio de posición

Al votar ahora a favor de que el Caixafórum vuelva a las Atarazanas, Zoido demuestra su incoherencia o la vacuidad del argumento patrimonial que utilizó entonces, ¿o es que ya no es fundamental que el Caixafórum ponga en peligro el Patrimonio de la Humanidad, como él sostenía, si se instala en las Atarazanas? ¿Lo ponía o no lo ponía? Sí y no, según convenga en cada coyuntura política.

Los medios de comunicación no sólo reflejaron la gratitud del alcalde a La Caixa el día en que se hizo con sus directivos la foto en el Ayuntamiento, sino que también al día siguiente, cuando aquél envió la carta a la Consejería de Cultura de la Junta para mostrarle su inquietud por el futuro de las Atarazanas, Zoido reiteró su agradecimiento a la entidad financiera por -dijo- garantizar su inversión en la capital de Andalucía aunque con distinta ubicación a la prevista.
Asumir los 5 millones para programas sociales como una compensación a Sevilla por el traslado del Caixafórum a la torre Pelli, como se ha interpretado desde el entorno del alcalde, sería un gran error político por parte de Zoido. Primero, porque este tipo de programas de la Obra Social de La Caixa ya existen desde hace tiempo, de forma independiente y sin necesidad de vincular la asignación del dinero a ningún otro proyecto de la entidad. Es, por ejemplo, el caso de los 102 pisos al final de la calle Torneo que La Caixa ha alquilado con rentas inferiores a las de una vivienda de protección oficial (VPO), con contratos de cinco años prorrogables y posibilidad de compra para sus inquilinos al cabo de cinco lustros, siempre que los adjudicatarios no tengan ingresos superiores a 4,5 veces el IPREM.

Y, segundo, porque pésima imagen de negociante para los intereses de la ciudad proyectaría Zoido entre los sevillanos si trocara esos 5 millones a invertir en un programa social (¿cuántos millones más sin necesidad de convenio alguno con el Ayuntamiento han costado los 102 pisos construidos al final de la calle Torneo y de los que no ha hablado nadie hasta ahora?) por los 25 millones de la rehabilitación de las Atarazanas más los 300 millones de inversión cultural en el plazo de 75 años: la renuncia de un total de 325 a cambio de tan sólo 5. ¡Qué negocio habría hecho Zoido para Sevilla en tal caso!

 

A vueltas con el plan especial

La segunda línea Maginot de defensa del Ayuntamiento ha sido la de seguir arrojando sospechas urbanísticas sobre el Caixafórum en las Atarazanas, de ahí la insistencia en modificar la moción original del PSOE con el añadido de que se actúe “según la legalidad vigente”, para seguir justificando así su exigencia de un Plan Parcial previo. Incluso el delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, había preparado en la víspera del Pleno un informe en el que se aseguraba que el proyecto de Vázquez Consuegra no era una mera rehabilitación, sino una ampliación de las Atarazanas. Ambos extremos, la necesidad del Plan Parcial y que se trata de una ampliación en vez de una rehabilitación, han sido desmentidos en estas mismas páginas por sendos informes de expertos urbanísticos como Angel Cabral y José García Tapial, respectivamente.

Aunque haya sido a regañadientes de Zoido y su grupo, de manera excepcional en este mandato el PP, el PSOE e IU han sido capaces por fin de formar un frente común en defensa de un proyecto a cuya materialización se había comprometido La Caixa, mediante la firma de un convenio con la Junta, desde el año 2009.

Una vez colocada la primera piedra del entendimiento entre las tres fuerzas políticas con representación municipal, cabe preguntarse por qué este consenso es excepcional y no la regla cuando se trata de abordar otros asuntos no menos importantes para la ciudad, empezando por el primer problema de todos los existentes: el paro, con 90.000 sevillanos inscritos en las oficinas del INEM.

 

Antes y ahora

La hemeroteca es la prueba del algodón, el suero de la verdad que deja en evidencia a los políticos. Titulares de la prensa sevillana del día 7 de noviembre: Zoido dice que el Caixafórum de Sevilla no peligra; que Málaga, como siempre, que reivindique lo que le parezca y que no hay otro enclave igual a las Atarazanas para desarrollar el Caixafórum. Cuenta del alcalde en Twitter tan sólo unos días después: “Hemos cerrado el acuerdo con La Caixa para que el Caixafórum se quede en Sevilla hoy y se instale en la torre Pelli”. Mensaje subliminal: he salvado el Caixafórum para Sevilla aceptando el sacrificio de reubicarlo en el rascacielos. ¿Pues no decía que no peligraba? Pero, como es de dominio público, el acuerdo para instalar el Caixafórum en Sevilla, o sea en las Atarazanas y no la torre Pelli, lo cerró la Junta con La Caixa hace más de tres años, no el alcalde. Lo dicho: Zoido ha pasado de amenazar con tumbar la torre Pelli a defenderla ante la Unesco y, ahora, a darle su aval como sede del Caixafórum. Hay conversos mayores aún que San Pablo camino de Damasco.

 

Pilatos

Zoido se ha explayado diciendo por activa y por pasiva que el Ayuntamiento nada tiene que ver con la renuncia de La Caixa a instalar el Caixafórum en las Atarazanas porque ese proyecto se convino entre la Junta de Andalucía y la entidad catalana, por lo que es el Gobierno autónomo quien debe mirar el convenio con lupa y tomar las decisiones que tenga que tomar. Si el Ayuntamiento no tiene arte ni parte en este proyecto, salvo en su tramitación urbanística, ¿por qué entonces el alcalde recibió en el Ayuntamiento a los directivos de La Caixa que fueron a comunicarle su abandono de los antiguos astilleros, calificó su decisión como día grande para Sevilla y se hizo la foto triunfal con ellos, en plan baloncestístico, cuando conforme a sus actuales palabras lo procedente habría sido decirles que se habían equivocado de puerta y haberles dado la dirección de la Consejería de Cultura? Tras haber chupado cámara y aparentado ser el salvador del Caixafórum, a la vista de la gran cantidad de reacciones opuestas, Zoido trata ahora de lavarse las manos en plan Pilatos.