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Babilonia

Cuenta la Biblia que, ufano por las riquezas acumuladas en el templo de Jerusalén, Israel hizo alarde de ellas ante una legación extranjera, por lo que despertó su codicia. Al poco, en justo castigo de Yavé a ese pecado de soberbia que era la culminación de muchos otros, el rey Nabucodonosor invadió la Tierra Prometida, saqueó sus tesoros y se llevó cautivos a los judíos hasta Babilonia para una diáspora que duró 70 años. ¿Que a qué viene esto aquí y ahora? Pues a que de tanto fardar el Ayuntamiento con los dineros que mueve la Feria  en tan sólo siete días, ha acabado por levantarle la liebre al ministro de Hacienda, para colmo diputado por Sevilla: Cristóbal Montoro. Este, cual redivivo Nabucodonosor, ha enviado aquí a un ejército de inspectores, los cuales han invadido las casetas pidiendo papeles, examinando contratos y aflorando la economía sumergida predominante en el Real para llevarse su parte del botín a Madrid. Más de uno estará maldiciendo la hora en que a Gregorio Serrano le dio por presumir de que la Feria genera 600 millones de euros.

La Preferia

Una lectora proponía ayer que el Ayuntamiento tome medidas para controlar la Preferia porque,
a su juicio, está desvirtuando la fiesta y, lo que es peor, la deja vacía de sevillanos a partir del
jueves. Si el pueblo soberano ha convertido la Preferia en Feria, ¿por qué el Ayuntamiento
debería  ponerle puertas al campo? Prohibido prohibir, como en el mayo francés. La Feria es un
reflejo de su tiempo y viceversa: al cambiar la sociedad cambia también la fiesta, su ritmo y su
disfrute sin perder por ello su esencia. En todo caso, ha de ser el Consistorio el que se adapte a
la Feria o la ‘evolucione’, como los ingenieros ‘evolucionan’ la Fórmula-1 carrera tras carrera y
temporada tras temporada sin que nos deje de parecer siempre la misma apasionante
competición. Seguro que al ingeniero de la Feria, el súperconcejal Goro Serrano, se le ocurre
algo en esa darwiniana evolución, como este año se le han ocurrido las visitas guiadas para
turistas. Y en último extremo, atengámonos al mandato bíblico: no se hizo el hombre para el
sábado, sino el sábado para el hombre.

El ecuador

Oído en el autobús. Una pasajera le pregunta a gritos desde un extremo al otro del vehículo a un amigo el pasado domingo: “¡¿Irás el lunes por la noche a la Feria?!”. Respuesta igual de altisonante: “¡Pero si ya estamos en Feria desde el viernes por la tarde!”. Efectivamente, el interpelado añade que a esas alturas ya lleva metido tres días en la caseta familiar, a la que retornaba en el bus, y, como él, decenas, por no decir ‘cienes’, de miles de sevillanos, de lo cual se infiere que en esta ciudad dual tenemos un calendario oficial y otro real, como el reloj que marcaba un tiempo distinto según lo miraran el Ayuntamiento o los canónigos de la Catedral. Y que el sevillano de a pie y el de coche de caballos no reparan en esas distinciones administrativas entre Preferia y Feria: Feria desde las mismas vísperas o vísperas convertidas directamente en Feria. Cuando, tras la prueba del ‘alumbrao’, estas líneas vean la luz, el almanaque municipal señalará el inicio de la Feria, pero el reloj biológico de la ciudad marca que en realidad ya estamos en su ecuador.

Isla Mágica bis

Debido a la rendición de Breda de Zoido, comerciantes, hoteleros y hosteleros piensan que todo el monte es orégano y que la ciudad está a su servicio. De ahí deriva la ocurrencia de la Asociación de Hoteleros  de que se dedique la Feria cada año a una ciudad  que tenga “puntos de conexión”. Según los hoteleros, a los que se les entiende todo, hay  que “conjugar” (verbo de moda que declina el alcalde hasta con la torre Pelli) los intereses de los sevillanos con una “dimensión comercial”, eufemismo que significa sus propios intereses. No hay nada más antitético: la fiesta, ocio, con el no-ocio latino, del que deriva la palabra ‘negocio’. La Feria derivó del negocio ganadero inicial al ocio, y no es cuestión de invertir ahora el sentido de 165 años de historia. Además, como su nombre indica, la Feria es de Sevilla, no de Sevilla para Madrid, Zaragoza o cualquiera otra ciudad con estación de AVE; de a ver si viniendo más gente ellos hacen más caja. Los hoteleros, en su afán de lucro, han acabado confundiendo la Feria con Isla Mágica o ‘Sevilla son sus pueblos’.

Expedientados

CorcueraEl (sin) alcalde, en vez de felicitar a los policías municipales que le pararon los pies a Corcuera, el ministro ‘de la patada en la puerta’ de Felipe González, cuando pretendía burlar el control de la Feria con el muy socialista argumento de “usted no sabe con quién está hablando”, les ha abierto un expediente a ver si los empura por exceso de celo y por no haber hecho la vista gorda. Arguye Monteseirín que los agentes debían conocer que Corcuera fue ministro del Interior y que viajaba en coche oficial. Concedamos que por la cartera que ocupó se le mantenga durante los casi veinte años transcurridos el privilegio del coche público y el escolta, pero eso no le da patente de corso para no identificarse a requerimiento de los policías, ni éstos tienen la obligación de recordar la faz de todos los ministros de la Democracia. La paradoja es que Monteseirín expedienta a los policías que se limitaron a cumplir sus propias órdenes de que por allí no pasara ningún vehículo no autorizado por el Ayuntamiento, aunque todavía hay quienes  piensan que la calle es suya.

Feria de Mayo

feria dosMonteseirín, en su afán de pasar a la historia como el alcalde de la Modernidad contra la Sevilla rancia y eterna, también se ha cargado la tradición de la Feria de Abril, porque en éste su último año de mandato a Griñán gracias, de abril el festejo no tiene nada de nada, porque es plenamente de mayo. Y, además, ha dado en las nuevas Ordenanzas carta de naturaleza a la excepción del cambio de mes. Desde hace tiempo el Ayuntamiento juega con declarar festividad local o no un día de la Feria en función del ‘puente’ del 1 y/o 2 de mayo en Madrid, pero al menos disimulaba que nuestra fiesta universal se organizaba ya en función de la invasión turística madrileña fijando la prueba del alumbrado en la medianoche del último día de abril. Ahora, ni eso. Así que en esa otra tradición de sus dualidades, Sevilla tiene una nueva: la Feria de Abril en Mayo.

Costumbres

atascoEl hombre es un animal de costumbres. (In)Movilidad había acostumbrado a los conductores sevillanos a desviarse por el Puesto de los Monos hacia la avenida de La Raza (dicho a la usanza tradicional, sin las eses políticamente correctas de Sánchez Monteseirín)  para rodear las interminables obras del túnel de La Palmera/Bueno Monreal, un tapón que puede convertir el acceso a la Feria en la segunda calle del Infierno, si no la primera. Pues ahora, cuando llega la fiesta, el plan de tráfico de (In)Movilidad consiste en obligar a los sevillanos a que hagan lo contrario de la fuerza de la costumbre: quienes quieran acceder al Real desde la zona Sur tendrán ahora que desviarse por la avenida Manuel Siurot y orientarse, como los forasteros, por las rayas de colores pintadas en el suelo. El  plan ha sido elaborado tan a última hora, entre los ruidos de las excavadoras, que no dará tiempo a comunicarlo a los policías locales –y menos aún a los ciudadanos- hasta mañana, con la Feria ya empezada. La improvisación de este Ayuntamiento es marca de la casa, para no perder la costumbre.

Colegios

Hay en el calendario fechas más o menos inmutables que permiten planificar con una antelación más que suficiente las actividades públicas asociadas a estos días ‘señalaítos’, por decirlo con terminología trianera. Y ya que hemos citado el arrabal, empecemos la relación por la Velá de Triana y sigamos sin orden ni concierto por la Semana Santa, la Feria, la Cabalgata de los Reyes Magos, el día de San Fernando, la Virgen de los Reyes, el Corpus, el Primero de Mayo, la Purísima y el día de la Constitución, la Navidad….¿Verdad que todos los años se sabe desde el primero de enero que el curso escolar comienza, día arriba día abajo, en septiembre? Pues el Ayuntamiento se da trazas cada verano en lograr que la mayoría de las obras que emprende en los colegios no estén listas para el nuevo curso. De los 63 centros en que se está trabajando durante las vacaciones estivales, sólo 27 estarán a tiempo para la cita con alumnos y profesores. El de Conservación de Edificios Municipales es el único concejal del Ayuntamiento que tropieza dos veces (y más) con el calendario.

Asfixia

Castilblanco ha suspendido la feria por la asfixia de las arcas municipales, hasta el punto de que en el último Pleno se acordó rebajar en un 30% el sueldo de 2.160 euros netos que cobra el alcalde y la nómina a tres concejales; quitarle la remuneración a otro edil; suprimir dos cargos de confianza del equipo de gobierno, y recortarle los pagos a otros dos. Yo ya he perdido la cuenta de cuánta gente estaba cobrando de las arcas municipales. ¿No iban a estar asfixiadas las pobres, por  tantos como metían la mano en ellas? Yo me crié en un pueblo que, como Castilblanco ahora, tenía unos 5.000 habitantes y nunca conocí que el alcalde y los concejales cobraran un duro, ni que hubiera cargos de confianza en nómina. Ser alcalde en un pueblo era, al tiempo que un honor, un servicio altruista a la comunidad, donde todos éramos medio familia o una gran familia. Ahora, gracias a la crisis nos estamos enterando de que cualquier politiquillo de pueblo tiene coche oficial con chófer incluido o se ha liberado –nunca mejor dicho- a costa del dinero de los contribuyentes.

El dilema

Espadas declaró en Canal Sur que los sevillanos querían “un cambio, una renovación” y que él no se iba a convertir “en el acompañante de Monteseirín para salir en la foto”. Pues bien, Alfredo lo pone hoy a prueba con una invitación saducea, pues además de a sus fieles ejecutados del sector crítico lo ha convocado también a él, por SMS, a una comida de hermandad en el restaurante ‘La nueva victoria’, de Sevilla Este. La denominación del local donde van a reunirse los derrotados en la batalla contra Viera no hace honor a la realidad, pero Alfredo lanza mensajes simbólicos, quizás porque ve demasiadas películas de Nicolas Cage. ¿Qué hará Espadas? Si va y lo sacan en la foto junto a Monteseirín, como ya le pasó en la caseta de la Feria, quedará retratado como el continuista del (sin) alcalde, más de lo mismo, para gozo del propio Alfredo y de Zoido. Y si no va, se arriesga al boicot interno de Alfredo y los críticos. Espadas tiene una coartada perfecta. Hoy es 24 de junio, él se llama Juan y siempre puede decir que acostumbra a pasar su onomástica en familia.