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‘Kale borroka’

Hay titulares que han pasado a la historia, como el de aquella crónica taurina de Corrochano: ‘Es de Ronda y se llama Cayetano’. Y hay entradillas que también deberían perdurar en la memoria porque, al modo de una greguería, condensan la surrealista realidad en apenas unas palabras, tal como magistralmente ha logrado Sebastián Torres en el inicio de su crónica sobre la huelga: “Era un piquete a sueldo del Ayuntamiento de Sevilla”. Sí, porque al menos once cargos municipales de IU aparecen en el vídeo en el que un piquete coactivo destroza una mesa de un bar en la calle Alfonso XII sin que el delegado de Economía, que formaba entre los piqueteros, se inmute ante esta ‘kale borroka’ a la sevillana. Aunque IU diga que no hizo nada, al hacer la vista gorda cómplice  incurrió en el mayor pecado del mundo según Cristo: la omisión. Ya ven la triste paradoja: el delegado de Economía que debe apoyar a las empresas de Sevilla, en los piquetes que iban forzando el cierre de los negocios. Como en una fábula de Esopo, Monteseirín puso a la zorra a cuidar del gallinero.

Verdades del pescadero

‘Es de Ronda y se llama Cayetano’. Corrochano inmortalizó así al  ‘Niño de la Palma’ tras su presentación en Madrid. Si yo tuviera su misma pluma,  escribiría ahora: ‘Es de Triana y se llama Jesús’. Jesús Estela es el pescadero que, tras oírle a Monteseirín su rollo sobre la peatonalización de San Jacinto, tuvo el valor de romper el silencio de los corderos para espetarle: “¿Usted cree en el Defensor del Pueblo?”. Cuentan las crónicas que Alfredo empezó a sudar, expresión somática de su angustia. Pero Jesús no calló: “Se lo digo porque llevamos este asunto al Defensor y el Ayuntamiento no le ha contestado, pese a que se lo ha pedido en tres ocasiones, hasta el punto de que el Defensor califica su postura de hostil y entorpecedora”. Por dejar en evidencia al (sin) alcalde, un pesebrista del Ayuntamiento le amenazó en plan matón, al peor estilo marchenero: “¡Cuidadito con lo que dices!”. Rindo homenaje a quien no se dejó intimidar y le cantó al (sin) las verdades del barquero y las del pescadero. Ojalá hubiera en Sevilla muchos en la estela de Jesús.