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Emasesa

El consejero delegado de Emasesa, Jesús Maza, ha proclamado en nota de prensa un principio que parece obvio: “Lo que se hace a partir de ahora es que el dinero que se recauda con el agua se destina a pagar lo que cuesta el agua”. Elemental, querido Jesús, salvo para tu antecesor, Manuel Marchena, que te ha dejado un pufo de 200 millones. El valido de Monteseirín utilizó la empresa en plan cajón de-sastre: desde para financiar las ocurrencias del (sin) alcalde en obras públicas, walkie-talkies de los guindillas y convenios para comprar silencios periodísticos hasta las suyas propias, como aquellas botellas de diseño con agua de sabores. Era un camelo que nos ha costado un ojo de la cara para que el carota, con la excusa de presentarlas a lo largo y ancho del mundo, coincidiera en el calendario con algunas de esas maratones a las que tan aficionado era siempre que no tuviera que pagarse el viaje de su bolsillo. Maza tiene claro que el ciclo integral del agua es el objeto social de Emasesa; para Marchena todo daba igual con tal de disparar con pólvora ajena.

Gobierno sin funcionarios

El vicepresidente de la Corporación de Empresas Municipales (CEMS) y consejero delegado de Emasesa, Jesús Maza, saltó a la arena pública hace unos días para dar la versión oficial de que “por un error” se había incluido en la página del Perfil del Contratante un contrato de 60.000 euros con la arquitecta Soledad Cruz Guzmán, adjudicado por la vía de negociación, para la captación de inversiones, cuando en realidad ascendía a 30.000 euros. Según la explicación dada por Maza, el contrato era de 30.000 euros por un año pero con posibilidad de prórroga por otro periodo de 365 días, por lo que se incluyó la cantidad total del bienio cuando técnicamente sólo debió figurar la retribución de un solo ejercicio.

El supuesto error cometido en la contratación de servicios externos por parte del ‘holding’ municipal se produce tan sólo días después de que la Delegación de Urbanismo atribuyera a otro supuesto ‘error material’ la reiteración en las Ordenanzas Fiscales para 2014 de un texto que intentó introducir el año pasado y que le habría permitido incrementar en un 100% el importe de las licencias de obra a los promotores inmobiliarios.

Detectada la contumacia en su empeño, Urbanismo hubo de recurrir al pretexto del ‘error material’ para justificar la medida, que hubo de retirar de inmediato para evitarle otro conflicto al alcalde. Fuentes bien informadas cuestionan, sin embargo, la versión oficial por el hecho de que el polémico párrafo había sido destacado en el texto en letra negrita, para que no pasara inadvertido a los responsables de tomar la decisión. Maximiliano Vílchez y Alberto de Leopoldo, delegado y gerente de Urbanismo, respectivamente, aún no han sido capaces de explicar cómo es posible que además de repetirse el texto del año anterior, ahora apareciera en negrita para que resaltara aún más a la vista, salvo que los ordenadores en las caracolas de la Cartuja tengan vida propia.

ERROR DE SEIS MESES

Jesús Maza se ha visto en la misma tesitura de culpar a ‘errores materiales’, pero dados los precedentes, esta explicación no parece gozar entre la oposición y la opinión pública de muchos visos de credibilidad aun a su pesar, dado su propósito de que las empresas municipales funcionen con la eficacia y precisión de ese reloj suizo puesto como metáfora por Zoido. Al contrario: la reiteración de supuestos errores de bulto que no detectan los servicios y empresas municipales pese a los medios y el numeroso personal de que disponen, mientras que sí lo hace la oposición y los medios de comunicación aunque sus recursos sean limitados  denota, en el mejor de los casos, que la maquinaria administrativa falla de forma lamentable en una urbe en la que Zoido prometió despejar la chapuza, el enchufismo y los escándalos.

Uno de los problemas añadido para el caso de la arquitecta Sol Cruz Guzmán y su contrato edulcorado bajo la figura de la negociación radica en que la adjudicación por valor de 60.000 euros habría figurado en el perfil del contratante al menos desde el mes de marzo y que no fue corregido hasta el dia 24 de septiembre hacia las 15 horas, un día después de que la noticia fuera publicada por El País. Dicho de otro modo, durante seis meses ha figurado oficialmente la existencia de un contrato de asesoramiento externo por valor de 60.000 euros, y si un medio de comunicación no se hubiese percatado de tal circunstancia cabe preguntarse qué habría ocurrido. Así pues, por de pronto la prensa le ha ahorrado 30.000 euros al Ayuntamiento, cuya ineficacia ha quedado otra vez en evidencia.

AFÍN A ZOIDO

Casualidad o coincidencia (¿pero existen casualidades en política?), la beneficiaria del contrato en un Ayuntamiento en el que Zoido prometió acabar con el ‘enchufismo’ de correligionarios, amigos y parientes para pasar al Gobierno de los funcionarios es una arquitecta colaboradora del alcalde y del PP desde los tiempos en que el regidor estaba en la oposición.

A título de ejemplo, en noviembre de 2010 Zoido anunció su proyecto ‘Corazón de Sevilla’:  convertir el Parque de María Luisa y su entorno, desde la Puerta de la Carne a la Casa Rosa, en un Parque Central, un ‘Hyde Park’ a la sevillana, con la construcción en toda esa área de hasta tres aparcamientos subterráneos con 2.300 plazas para así erradicar todos los estacionamientos existentes en superficie y celebrar, completamente rehabilitado, el centenario del parque de María Luisa el 18 de abril de 2014.

La comisaria de ese proyecto iba a ser la exalcaldesa Soledad Becerril y su directora y brazo ejecutivo la arquitecta Sol Cruz Guzmán, la misma que cuatro meses después de ser contratada (el 11 de marzo de 2013) como asesora técnico-económica especializada en búsqueda de convocatorias y ayudas para financiar inversiones (un perfil más propio de un economista que de una arquitecta) era nombrada miembro del Consejo Social de la Universidad Pablo de Olavide (12 de julio) a propuesta del PP.

SEVILLA GLOBAL

La tercera circunstancia singular que concurre en este caso es que la contratación de esta asesoría externa se produjo prácticamente en paralelo al proceso de disolución y despido de toda la plantilla de la empresa municipal Sevilla Global, uno de los departamentos encargados de la misión de captar inversiones exteriores para Sevilla junto con la Asociación para la Promoción Exterior de Sevilla y la Oficina de Planificación Estratégica.

En su día, el Gobierno local trató de justificar la liquidación de Sevilla Global con, entre otros, el argumento de que carecía de sentido mantener su actividad por el ahorro que supondría la asunción de sus funciones por parte de la propia Delegación de Empleo y Economía. Mientras el Consistorio despedía al personal de esta empresa municipal estaba contratando a Soledad Cruz Guzmán y gasta dinero por partida doble: en el ERE de Sevilla Global y en el fichaje de asesores externos.

Además de incorporar a la arquitecta que iba a ejecutar el nonato proyecto ‘Corazón de Sevilla’ (otro más de los que han caído en el limbo del olvido del programa electoral de Zoido), el Ayuntamiento contrató a la consultora Deloitte tras propiciar la salida, el pasado mes de mayo, del hasta entonces director de la Oficina de Planificación Estratégica y Desarrollo (OPEyD), el catedrático Rafael Salgueiro.

TAMBIÉN DELOITTE

La misión reconocida de Salgueiro y la OPEyD era atraer inversiones a Sevilla, pero según la versión oficial del delegado de Relaciones Institucionales, Javier Landa, como la materialización de este cometido, cuya dificultad admite, “recibe una valoración poco satisfactoria a lo largo de estos dos años”, a Salgueiro se le invita a marcharse pese a que hasta entonces se le habñia atribuido un papel esencial en la consecución de la Zona Franca.

El 25 de julio, Javier Landa comunica al Consejo Asesor de la OPEyD que la empresa Deloitte ha resultado adjudicataria de un concurso que tiene por objeto facilitar las inversiones en Sevilla, “inversión en Sevilla -añade- entendida como atracción empresarial tanto a la zona portuaria, ya sea en el interior del recinto de la Zona Franca o en cualquier espacio portuario, como en otros espacios habilitados para el ejercicio de actividad industrial o empresarial, tal es el caso de la zona aeroportuaria”.

No consta la previa convocatoria de ese concurso del que resulta adjudicataria Deloitte para captar inversiones en Sevilla, pero una vez más nos encontramos con que se externalizan, con el consiguiente sobrecoste para las arcas municipales, funciones previamente asignadas a empresas, servicios u organismos del Consistorio, como serían Sevilla Global, la APES y la Oficina de Planificación Estratégica; y a la luz de las palabras de Landa, asumiendo incluso la labor que corresponde a entes ajenos, como la Autoridad Portuaria y el Aeropuerto de Sevilla.

Por tanto, ya no cabe hablar de ‘error material’ alguno, sino de una nueva política que prescinde de forma expresa y deliberada de los funcionarios y del personal municipales y, por ende, vacía de competencias organismos como el Instituto Municipal de Deportes, pese a que Zoido prometió que su Gobierno sería el de los funcionarios.

Contrasentido

Como los zoólogos que examinan la egagrópilas regurgitadas por ciertas aves para averiguar qué han comido, el Ayuntamiento se dedica a contabilizar las toneladas de residuos que dejan los visitantes en el Real para calificar o no de éxito la Feria de Abril: este año, un 7% más de basura que en la edición anterior, indicativo a juicio de nuestros munícipes de una mayor ingesta de comida y bebida, para jolgorio de Pedro Sánchez Cuerda, el presidente de los hosteleros. En este contexto, ya me dirán si ha tenido sentido la campaña publicitaria lanzada por Lipasam con una modelo vestida de flamenca para invitar a los sevillanos a ser limpios durante la fiesta y no generar residuos. Si la campaña de la empresa municipal de la limpieza hubiera sido un rotundo éxito, a estas horas ni Zoido ni su delegado de Fiestas Mayores, Gregorio Serrano, estarían alardeando del resultado económico del evento. Así que imagino que Jesús Maza le leerá la cartilla a Lipasam para que el año próximo cambie de discurso y aconseje lo contrario que ahora: ¡Más basura, que ésto es la Feria!

El convenio de Marchena

Uno de los recientes hitos de la era Zoido ha sido el acuerdo en Emasesa para revisar el convenio colectivo firmado, ya en plena crisis económica (año 2009), por Manuel Marchena como gerente y con una vigencia de tres años (2011) prorrogables. A pesar de que la empresa municipal  no figuraba en el Plan de Ajuste por operar como sociedad anónima, al final, para que no quede marcada ante la opinión pública y el resto del Ayuntamiento, ha sido obligada a aplicar la reducción salarial del 5% durante 2012.
El gobierno local considera que este recorte tendrá en Emasesa menos impacto que en otras áreas municipales, dado el generoso convenio colectivo autorizado por Marchena -el cual se puso a sí mismo un sueldo de 168.392 euros anuales- y que el PP decidió revisar en cuanto llegó al Consistorio, colocó a Jesús Maza al frente del ‘holding’ municipal y conoció  su verdadera situación.

UN CALENDARIO MUY PARTICULAR

Una de las sorpresas con el convenio colectivo de Marchena fue ver que la jornada de trabajo se había fijado en 1.575 horas/año, con lo cual, según se contabilizaran 52 semanas ó 48 (sin las vacaciones), la media semanal oscila entre 30,28 y 32,81 horas de trabajo, cuando el debate se centra en incrementar las horas laborales de 35 a 37,5.
El calendario laboral que se encontró Jesús Maza tiene la particularidad de añadir a los festivos nacionales y locales (día de San Fernando y el Corpus), otros cuatro: el viernes de Feria (permite así gozar de  tres días seguidos de descanso), el 5 de enero y el 24 y 31 de diciembre, con lo que en los tres últimos casos se propician dos días consecutivos de libranza. Un trabajador normal goza de 14 festivos al año; los de Emasesa, 18.

PAZ SOCIAL ‘C0MPRADA’

La política de Monteseirín y Marchena durante los 12 años de mandato socialista consistió  en ‘comprar’ la paz social firmando unos convenios colectivos al margen de  la crisis económica y que han contribuido a agravar el balance global del Consistorio, hasta el punto de que la propia Emasesa, la joya de la corona del ‘holding’ municipal,  tenía una previsión de pérdidas de 4 millones de euros cuando Jesús Maza tomó el timón de la misma a mitad de 2011. Gracias a que adoptó medidas de recorte de gastos para paliar los excesos de Marchena, los números rojos  quedaron finalmente reducidos a dos millones.
El convenio autorizado por el valido de Monteseirín incluye todo tipo de pluses, premios y complementos que multiplican con creces el salario base del personal, ya que a las doce mensualidades se añaden cuatro pagas extraordinarias que oscilan, según categorías profesionales y meses, entre 3.061 y 5.889 euros para los técnicos; entre 2.977 y 3.248 euros para los subalternos y entre 2.926 y 3.872 euros para los obreros.

PAGAS Y PREMIOS

Independientemente de la categoría laboral, Marchena aprobó una paga lineal en la nómina del mes de enero que ascendió a 715 euros en 2009; 737 euros en 2010 y 1.000 euros en 2011. Por otra parte, a fin de favorecer el incremento de la productividad de la plantilla, estableció otra paga en el mes de mayo, también independiente de la categoría laboral, por el siguiente importe: 384 euros en 2009; 737 euros en 2010 y 1.000 euros en 2011. El único requisito para cobrarla consistía en asistir a los cursos de formación de Emasesa.
Otra retribución que llamó poderosamente la atención de Jesús Maza y su equipo ha sido el premio contra el absentismo. Otra vez con el  declarado fin de mejorar la productividad y de luchar contra la apatía laboral, Marchena autorizó un premio bimestral (cada dos meses) consistente en el abono de siete sueldos/base diarios en las nóminas de febrero, abril, julio, agosto, octubre y diciembre. La suma de estos siete días de sueldo cada dos meses se acababan convirtiendo a final de año en 42 días, casi una paga y media extra más que añadir a las cuatro anteriores. Y según la cláusula negociada por Domingo Vera en nombre de Marchena, como mínimo cada empleado debía percibir el 66% de un sueldo base en cada bimestre.

TARJETA MÉDICA PRIVADA

Además de pluses de nocturnidad, penosidad , festivos, de asistencia/rendimiento y de turnos (4,08 euros), en Emasesa se cobra el denominado ‘plus volante’ por conducir los coches de la empresa (de 3,56 a 4,13 euros); el de ‘pantalla’, por trabajar con un ordenador (3,10 euros diarios); el de lectura de contadores (0,29 euros por cada uno que exceda de los 200 diarios) y el de cobro de recibos en ventanilla a los usuarios (el 0,25 por mil de las cantidades cobradas en efectivo, garantizándose un mínimo de 60 euros/mes, equivalentes a 720 euros/año) y en los centros oficiales (el 2 por mil de la recaudación).
Marchena también autorizó desde anticipos de 600 euros para las vacaciones, convertidos en la práctica es un préstamo a interés cero y descontables a razón de 50 euros/mes en las nóminas del año siguiente, hasta la dotación de un fondo con 150.000 euros para créditos/vivienda a un 1,5% de interés, y ayudas para el estudio de los hijos a todos los niveles (desde 200 euros para la EGB hasta 470 euros para cursar carreras universitarias).
Y como parece que Marchena no tenía mucha confianza en la sanidad pública andaluza, autorizó que se contratara con una empresa privada especializada una tarjeta sanitaria para todos los empleados (ahora son 148) y sus familias, a fin de que gozaran de asistencia médica y descuentos especiales por valor de 9.000 euros anuales.
Por éstas, y muchas otras razones, Zoido tenía especial interés en que Emasesa se adhiriera al menos al Plan de Ajuste, pues como ha expresado Asunción Fley, “sanear el Ayuntamiento es cosa de todos”·

* Texto completo del convenio colectivo firmado en la época de Manuel Marchena:Convenio colectivo Emasesa