Archivo de la etiqueta: referéndum

Capitalidad

Me pareció oír de Zoido en su discurso de investidura como nuevo alcalde que iba a reivindicar la capitalidad para Sevilla. ¿Empezamos desde el minuto uno con complejo de culpa, que obedece a la leyenda negra sobre el centralismo sevillano? Reivindicar,  según el Diccionario de la Real Academia Española, significa “reclamar algo a lo que se cree tener derecho”, pero en puridad no se puede reclamar lo que ya se tiene de pleno derecho. ¿A quién se lo vas a reclamar? Casi dos millones de andaluces aprobaron el 18-02-2007 en referéndum la Reforma del Estatuto de Autonomía, cuyo artículo 4º establece que Sevilla es la capital de Andalucía, un texto que fue sancionado como Ley Orgánica, esto es, una ley básica de la Nación Española. Punto. No hay lugar para revisionismos ni debates porque  lo hubo en su momento. Andalucía ya ha hablado. A ver si encima vamos a tener que pedir perdón o flagelarnos. Como Zoido es hombre de leyes y debe conocer todo esto, yo creo que le colaron en el discurso una errata. Donde él leyó “reivindicar”, en realidad quería decir “reafirmar”.

 

Diagonal

El Ayuntamiento de Barcelona, espejo en que se mira Sevilla, organizó un referéndum sobre el proyecto municipal de convertir la Diagonal  en un bulevar al alfrediano modo (con tranvía, carril bici y dos carriles para coches con velocidad limitada a 30 Kms) o en una nueva versión de las Ramblas, o bien por una tercera opción puesta al final de tapadillo y sin apenas publicidad, por aquello de aparentar algo de democracia: dejarla como estaba. El 80% de los votantes (172.161 de un censo de 1,4 millones) se pronunciaron al juanramoniano modo de ‘no la toquéis más, que así es la rosa’ y desautorizaron la iniciativa. Yo me pregunto qué habrían votado los sevillanos si se les hubiera dado a elegir entre dejar la Alameda como estaba o convertirla en el Paseo Marítimo bis de Islantilla; la calle San Fernando de toda la vida o como la terminal ferroviaria de Alcázar de San Juan; dejar igual la Encarnación o embutirle las ‘setas’ inspiradas en una gasolinera de Hamburgo, y dejar igual el Prado o meterle la biblioteca que imita el pabellón de México en la Expo-92.