Se equivocó Arenas, se equivocaba, como la paloma de Alberti. No es que el Gobierno le dijera a la Junta que Agesa valía 300 millones y haya dicho luego que son 518, sino que era la Junta la que, conforme a su propia tasación, decía que valía 300 y la que al final ha acabado pasando por el aro de la valoración de Zapatero, que siempre se mantuvo en los 518 millones desde el primer día. Por tanto, el que se ha llevado el gato al agua con la Deuda Histórica no ha sido Griñán, sino Zapatero, apodado ‘el Maquiavelo de León’ en cierta biografía no autorizada. Griñán, que fue consejero de Hacienda antes que presidente, deberá explicarles a los sevillanos y a los andaluces cómo ha comprado por casi el doble de su valor los activos de la Expo que ya teníamos y encima gratis. El Estado ha hecho el negocio del siglo cobrándose de golpe todas las plusvalías de la Exposición. Parafraseando a Luis Aragonés con el fútbol, lo peor de esta derrota política de Sevilla ante Madrid con la Deuda Histórica no es la derrota en sí misma, sino la cara de tontos que se nos queda.
El gato al agua
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