Archivo de la etiqueta: Jekyll

Contradicción

El alcalde ha tardado casi dos años y medio en sacar a la luz la oculta Hoja de Ruta que se había diseñado en el seno del PP para la Gerencia de Urbanismo, desvelada en su momento por el colega y máximo experto en lides urbanísticas Carlos Mármol, y, tras filtrarlo primero al modo y medio habituales para ir preparando el ambiente, confirmó su plan de disolver la Gerencia y recalificar, nunca mejor dicho, a su personal como funcionario a cambio de que se rebajen sus elevados emolumentos (otra pesada herencia de Monteseirín y Marchena, los que decían iban a levantar las alfombras en las caracolas) en un 30%. Mezclando churras con merinas, pasó a continuación a hablar de los parkings en la glorieta del Cid y la plaza de San Martín de Porres y dijo que si no los construye la iniciativa privada lo hará la Gerencia de Urbanismo. Pero, vamos a ver: si la Gerencia va a ser disuelta, ¿cómo está pensando al mismo tiempo en encargarle la ejecución de los parkings? Hay días en que ni Juan Ignacio se pone de acuerdo con Zoido, cual si fueran el doctor Jekyll y míster Hyde.

 

Incógnito

Vídeo en Youtube informando de que Monteseirín fue Melchor en el Cerro

Vídeo en Youtube informando de que Monteseirín fue Melchor en el Cerro

El (sin) alcalde ha confirmado, en la que dice ha sido su última entrevista de cámara en un medio adicto, que salió de rey Melchor en la Cabalgata del Cerro, para no ser menos que su valido, el imputado Marchena, el cual también desfiló en Alcosa tras recuperarse del susto por su caballo desbocado en Dos Hermanas. Monteseirín ocultó su identidad hasta el último minuto con ayuda del último de Filipinas del alfredismo, el hombre grande –que no al revés-, Fran Fernández, no fuera que la gente tuviera tiempo de prepararse para lanzarle caramelos a él y no viceversa. No acudió a recibir la real corona en los días previos y fue anunciado en los carteles como un tal ‘A. Sánchez’, señal de que Alfredo, en su dicotomía de doctor Jekyll y Míster Hyde, se avergüenza de Monteseirín. Ahora cobra todo su sentido su petición al PSOE de que por caridad le den algo fuera de aquí. El (sin) alcalde que tuvo que salir de incógnito en una cabalgata de barrio por miedo a la reacción que podría suscitar su impopularidad, quiere acabar como merece: saliendo por pies de Sevilla.

El sapo

El (sin) alcalde, con tal de no molestar a Torrijos, fue preso del síndrome de Estocolmo  en el caso del edil piquetero y le justificó con la peregrina tesis de que iba en la manifestación que atacó el ‘Serranito’ no como delegado de Economía, sino como  sindicalista. Ahora, Carlos Vázquez ha publicado un artículo en la web del Partido Comunista en que pone a caldo a Viera y Espadas y ridiculiza la tesis monteseirinesca de que él encarnaba ‘El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hide’, la novela de Stevenson.  El edil piquetero ha escrito: “Se contentaban con que reconociera “mi error” en la plaza pública y abjurara de mi condición de militante sindical, desvinculándola de mi responsabilidad institucional. ¡Como si fuera posible separar ambas señas de identidad!”. Así que ya sabemos que Vázquez es sólo Mr. Hide, algo elemental, querido Watson, con lo que ha dejado en evidencia y en ridículo a Monteseirín, su protector en todo este escándalo. Para seguir siendo (sin) alcalde, Monteseirín tiene que desayunarse cada mañana  un sapo de sus socios de gobierno.

Disociación

Si Stevenson fuera coetáneo nuestro en vez de haber vivido en el siglo XIX, no habría escrito ‘El extraño caso del doctor Jekyll y el señor Hyde’, sino ‘El extraño caso del delegado de Economía Vázquez y el piquetero Galán’, inspirado en las tesis de Monteseirín. El (sin) alcalde ha tardado dos semanas en fabricarle una coartada al edil que participó en el piquete agresor al mesón ‘Serranito’ en la calle Alfonso XII durante la huelga: que Vázquez estaba entre los huelguistas como sindicalista en vez de como miembro del gobierno municipal. Como si, al igual que en la novela de Stevenson, pudiese desdoblarse físicamente y disociarse de sí mismo, negando ser edil simultáneamente a cualquier otra condición. Mientras en el misterio de la Santísima Trinidad hay tres personas distintas en una sola, en el de Vázquez hay dos. Milagro en la Plaza Nueva. Pero Vázquez es sólo un émulo de Monteseirín, el cual, tras estallar el escándalo de Mercasevilla,  se disoció de su condición de alcalde para eludir cualquier responsabilidad diciendo: “Yo no sé nada; yo soy médico”.