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El ‘tasazo’

La basura, en el sentido metafórico y en el real, domina la política en los últimos tiempos. En Sevilla hemos tenido varios ejemplos recientes. Primero fue la polémica, de alcance nacional, por la norma del Ayuntamiento de imponer multas de 750 euros a quienes rebuscaran en los contenedores. Posteriormente, por el vertedero clandestino de basura que hace la vida imposible a los vecinos de Padre Pío y La Plata. Y en el Pleno extraordinario del pasado martes para la aprobación de las Ordenanzas Fiscales de 2015, surgió la denuncia por el portavoz del PSOE, Juan Espadas, del denominado ‘tasazo’ a los institutos públicos: la decisión del gobierno de Zoido de cobrarle la tasa de la basura a los IES, que provocó un debate cargado de trasfondo ideológico.

Espadas denunció que la Hacienda municipal ya ha enviado a los directores de los aproximadamente 65 institutos oficiales de educación secundaria un oficio en el que se les conmina a pagar la tasa por la recogida de basuras, de la que se sobreentendía que estaban exentos porque nunca antes se les había exigido.

El periodo de gracia ha sido dado por liquidado, y puede que incluso con efectos retroactivos. La Hacienda municipal les ha exigido a los directores que acrediten mediante certificado el número de alumnos matriculados, a fin de calcular la cantidad de residuos que podrían generar y pasarles el recibo al cobro, con la advertencia de que si en un plazo de diez días no ‘regularizan’ su situación se dará traslado de las actuaciones a la Agencia Tributaria.

BRONCA POLÍTICA

La terminología empleada denota incluso la posibilidad de exigir el pago con efectos retroactivos por un periodo de cuatro años. Se estima que por este concepto los IES podrían tener que pagar entre 700 y 1.000 euros anuales, cantidad que se cuadruplicaría si se les obligara a pagar el último cuatrienio. En resumen, el Ayuntamiento ingresaría entre 50.000 y 200.000 euros por este concepto.

La iniciativa del gobierno, desvelada por Espadas, derivó en una bronca política en el Pleno que, de paso, sirvió para fijar las posiciones ideológicas de cada uno.

El alcalde defendió la medida con el argumento de que todos los sevillanos son iguales ante la ley y que 158 centros privados y concertados pagan la tasa de la basura, mientras que la Junta de Andalucía, responsable última de los IES,  es la única que no la abona.

Por su parte, el portavoz del PSOE recordó que la ley exime de pagar a los centros de enseñanza públicos y que cada euro que se destine a pagar la basura es un euro que se retira de la educación pública. La réplica del alcalde fue inmediata: “Usted lo que quiere es que la Junta no pague y tengan que hacerlo los ciudadanos”.

FISCALIDAD DE LA BASURA

La medida demuestra, al igual que el año pasado, cómo la Hacienda municipal trata de compensar o resarcirse de los anuncios de rebaja fiscal que públicamente hace el alcalde de cara al electorado. Dinero que el Ayuntamiento deja de ingresar por las decisiones políticas de Zoido, dinero que la delegada de Hacienda, Asunción Fley, busca por otras vías. Y la basura parece darle bastante juego.

El año pasado se inventó la tasa a los locales vacíos, sin reparar en que si estaban vacíos no generaban residuos que recoger y porque por efecto de la crisis económica sus propietarios, sufridores de las consecuencias, no habían podido colocarlos en el mercado inmobiliario.

La tasa provocó un gran malestar en la patronal, especialmente en los empresarios agrupados en la sectorial de la construcción, Gaesco, ya que además de soportar la devaluación de sus inmuebles invendidos y los gastos financieros correspondientes, se encontraron con el imprevisto de tener que pagar por los locales comerciales desocupados y construidos en los bajos de los bloques de viviendas.

También se produjeron situaciones esperpénticas, como pasar al cobro recibos por tasa de basura a casetas de la electricidad, repetidores de telefonía y similares, en los que jamás podría registrarse una actividad comercial. Cualquier punto señalado en el Catastro era motivo suficiente para que la Delegación de Hacienda notificara un recibo.

VUELTA DE TUERCA

Ahora, la delegada da una vuelta de tuerca más al colocar en su lupa fiscal a los IES y obligar al alcalde a respaldar su política recaudatoria frente al líder de la oposición, ya que no se podía permitir el lujo de desautorizarla en un Pleno municipal, aunque este respaldo político contribuye a alimentar la imagen de voracidad fiscal de su gobierno: se une a la ampliación de la zona azul y a las multas por la rebusca en los contenedores y contrarresta el discurso de Zoido de que este Ayuntamiento ha rebajado la presión fiscal a los sevillanos.

Espadas citó con fundamento la legislación existente, que teóricamente permitiría mantener la exención del cobro de tasas a los centros públicos de enseñanza. Así, el Real Decreto 2/2004, de 5 de marzo, por el que se aprobó el texto refundido de la ley Reguladora de las Haciendas Locales, especifica en su artículo 21 (supuestos de no sujeción y de exención) lo siguiente: “Las entidades locales no podrán exigir tasas por los servicios siguientes: f) Enseñanza en los niveles de educación obligatoria”.

Y, por otra parte, es cierto que cada euro que los IES destinen a pagar la basura es un euro que se retira de la educación pública, ya que la Junta asigna a cada instituto una cantidad para gastos corrientes, partida de la que ahora habrá que detraer en conjunto unos 50.000 euros.

EXCEPCIONES

Para defender a su delegada de Hacienda, Zoido lanzó el mensaje de que como todos los sevillanos son iguales ante la ley, todos han de pagar, sin excepciones. La realidad demuestra que este principio no siempre se cumple. Sin ir más lejos, recuérdese cómo el Ayuntamiento se exonera a sí mismo de pagar y pasar la ITE de sus edificios mientras obliga a los ciudadanos a abonar la correspondiente inspección.

Más ejemplos los puede encontrar el alcalde en las propias Ordenanzas Fiscales que se sometían a aprobación en el Pleno, ya que el Ayuntamiento, mientras pone en su punto de mira a los institutos,  exime de pagar la tasa de la basura a los kioscos de menos de 20 m2, y bonifica con un 20% en el IBI a los empresarios que se instalen en la Zona Franca, cuando ya por el hecho de radicarse allí sus mercancías no pagan impuestos, con lo cual se les otorgan dos ventajas añadidas. Y, por otra parte, ¿pasa el recibo de la tasa de la basura a todas las parroquias de Sevilla al igual que dice lo va a hacer con todos los institutos porque todos son iguales ante la ley?

EQUIPARACIÓN

El segundo mensaje de Zoido fue el de equiparar a los centros de enseñanza privados con los públicos, cuando los primeros son negocios mercantiles con ánimo de lucro, legítimo pero se trata de negocios al fin y al cabo creados para ganar dinero aunque sea con la educación, y los IES son un servicio público que satisfacen el derecho y el deber de la educación de todos los ciudadanos, rasgo diferencial esencial por el que la ley les exime hasta del pago del IBI.

La diferencia que no han comprendido Fley ni Zoido es que mientras la tasa de basura de los centros privados de enseñanza la pagarán sólo los padres que pueden permitirse una educación con mayores recursos tecnológicos y de todo tipo para sus hijos, la de los institutos públicos la acabarán pagando, en cuanto contribuyentes, todos los sevillanos, aunque ellos piensen que la pagará la Junta de Andalucía.

Conflicto de poder

Los medios de comunicación han interpretado que con la publicación, el sábado 25 de octubre, de una nueva Orden en el BOE el Ministerio de Hacienda ha corregido el error que cometió el 28 de julio, cuando dejó fuera del consorcio de la Zona Franca a la Autoridad Portuaria y la Cámara de Comercio, una omisión señalada en aquel entonces por Viva Sevilla y que ha tenido como consecuencia el bloqueo del futuro recinto aduanero durante estos tres meses.

Tanto el Ministerio de Hacienda como el Ayuntamiento dejaron correr la especie de que aquella omisión se había debido a un error u olvido involuntario, el cual sería subsanado de inmediato con la publicación de una nueva disposición en el Boletín Oficial.

En el BOE se han registrado numerosos casos de correcciones de errores, admitidos como tales y resueltos en el plazo de 24 horas o de a lo sumo unos días. ¿Es normal que se haya tardado tres meses en publicar una nueva Orden ministerial para incluir en el consorcio de la Zona Franca a la Autoridad Portuaria y a la Cámara de Comercio?

No parece normal, máxime si se trata de la promesa-estrella de Zoido para su mandato como alcalde, luego debe haber algo más.

UNA COARTADA

¿Y si no se trató realmente de un error? ¿Y si el ‘error’ no fue más que una coartada para encubrir un conflicto de poder?

Vamos a retrotraernos a finales de julio y ver los actos programados para aquellas fechas.

El 29 de julio, martes, estaba convocado un Pleno municipal extraordinario para debatir sobre el estado de la ciudad antes de las vacaciones de verano, probablemente el último debate global previo a las próximas elecciones municipales, que se celebrarán en primavera. Zoido no podía llegar a ese Pleno con las manos vacías en el sentido de que más de tres años después de su investidura como alcalde su proyecto-estrella, la creación de una Zona Franca en el puerto, seguía sin visos de materializarse por falta de andamiaje jurídico, que dependía del Ministerio de Hacienda.

Así pues, el alcalde precisaba con urgencia que el ministro Montoro publicase en el BOE la Orden ministerial que permitiera activar la tramitación administrativa de un proyecto que él había presentado como vital para el futuro de la ciudad y como generador de miles de empleos.

ACTO EMPRESARIAL

El acuerdo ya habría sido pactado con el ministro, hasta el punto de que para la víspera del Pleno municipal, el lunes 28 de julio, los dos iban a comparecer en un acto en el Real Alcázar al que se había invitado a 200 empresarios sevillanos para presentarles conjuntamente la Orden ministerial que días antes o en esa misma fecha, en último extremo, iba a aparecer en el BOE para dar luz verde a la Zona Franca de Sevilla.

Esa Orden era la HAP/1358/2014, de 25 de julio (datada el viernes previo), por la que se autorizaba la constitución del consorcio de la Zona Franca de Sevilla y se aprobaban sus estatutos. Podría haberse publicado el sábado 26 de julio, pero no aparece en el BOE hasta el lunes 28, justo el mismo día en que Montoro viajó a Sevilla a anunciar la buena nueva conjuntamente con Zoido a los empresarios convocados al Alcázar, unos empresarios entre  los que a partir de ese momento empieza a  correrse la voz de que el ministro ha dejado fuera a la Autoridad Portuaria y a la Cámara de Comercio.

El olvido aparente se presenta como error subsanable pero la Orden cumple el objetivo político de salvarle la cara al alcalde durante el Pleno del debate sobre el estado de la ciudad, en que la oposición no puede ya reprocharle el fracaso en su proyecto-estrella porque Zoido puede enseñar el BOE, aunque la tramitación administrativa y jurídica se dilate durante un tiempo, un tiempo que nadie podría imaginar se prolongaría durante tres meses.

COMPARACIÓN

Si se compara la Orden de la supuesta corrección de errores, publicada en el BOE el pasado sábado (25 de octubre), con la original del 28 de julio y analizamos los ‘errores’ corregidos podemos llegar a algunas interesantes conclusiones.

Se modifica el artículo 2 para incluir en el consorcio a la Autoridad Portuaria y a la Cámara de Comercio, que no figuraban en la Orden del 28 de julio.

Bien, pero la clave radica en la modificación del artículo 10, sobre la composición del pleno del consorcio, que ahora queda integrado por: el alcalde; tres representantes del Ayuntamiento elegidos entre concejales que formen parte de la Junta de Gobierno local; el delegado especial del Gobierno, nombrado por Hacienda; el delegado regional de Aduanas; tres representantes de la Autoridad Portuaria y uno de la Cámara de Comercio (hay también un secretario, con voz pero sin voto, salvo que actúe como tal uno de los anteriores). En total hay 10 miembros (sin contar al secretario).

En la Orden original, la del 28 de julio, sólo había 5: el alcalde, dos concejales y los dos delegados por parte del Estado. Vemos que, aparte de la inclusión de los representantes de la Autoridad Portuaria y de la Cámara, el Ayuntamiento tiene ahora uno más que antes: cuatro de un total de diez.

OLVIDO REVELADOR

Volvamos a la Orden original, la del 28 de julio, artículo 11. Reza así: “El Consorcio podrá en cualquier momento, mediante acuerdo del Pleno y con al menos nueve votos favorables, proponer la modificación de la forma de representación de las entidades…..”.

¿Nueve votos? ¡Pero si en el artículo 10 sólo aparecen como miembros del Pleno cinco personas: el alcalde, dos concejales y dos delegados del Estado! ¿Cómo se va a adoptar un acuerdo por 9 votos cuando hay sólo 5 posibles?

Saldrían nueve votos si hubiesen aparecido en el artículo anterior como miembros del consorcio los tres representantes de la Autoridad Portuaria y el de la Cámara de Comercio, y por eso en el artículo 11 se habla de 9 votos y no de 5.

¿Qué pudo haber ocurrido? Recordemos: la Orden se redactó un viernes y el acto de presentación de Montoro y Zoido ante los empresarios había sido convocado para el lunes siguiente. Verosímilmente, el Ayuntamiento, que conoció el texto previamente, no estaba dispuesto a quedar en pie de igualdad con la Autoridad Portuaria (tres representantes cada uno), pese a ser ésta la dueña de los terrenos de la Zona Franca. Ese rechazo obligaba a cambiarlo todo, pero con un fin de semana por medio y con los actos programados para el lunes y el Pleno municipal para el martes ya no daba tiempo a rehacer en profundidad la Orden ministerial antes de publicarla tal como estaba redactada.

SOLUCIÓN

La solución de emergencia habría consistido en eliminar de un plumazo la parte final del artículo 10 (donde figuraban los representantes de la Autoridad Portuaria y de la Cámara de Comercio), pero con las prisas se olvidaron de corregir la discordancia reveladora de los 9 votos a que hacía referencia el artículo siguiente.

Y para salvar la situación, cuando la omisión fue descubierta se presentó como un error u olvido lo que en realidad era un conflicto de poder que habría planteado el Ayuntamiento por mantener el control del proyecto-estrella del alcalde.

Por eso la nueva Orden no se limita a corregir la mera inclusión de la Autoridad Portuaria y de la Cámara de Comercio: incorpora nueve modificaciones a la anterior del 28 de julio. La principal es que ahora el Ayuntamiento tiene un representante más (cuatro) que la Autoridad Portuaria (tres) y que se cambia en su beneficio la redacción del artículo 11. Si antes debía haber unanimidad (9 votos) en el Pleno del Consorcio para modificar la forma de representación de la entidades integrantes, ahora bastan 6 votos favorables (los que sumarían los 4 del Ayuntamiento más los dos de los delegados del Estado).

EL VOTO DEL ALCALDE

Anteriormente (artículo 15), se especificaba que los acuerdos “podrán ser tomados por mayoría; en caso de empate decidirá el voto del presidente”. Ahora ya no es potestativa sino obligatoria esa mayoría en la nueva redacción, y como en caso de empate decide el voto del presidente, el que en calidad de tal tendrá la última palabra en el consorcio será siempre Zoido mientras sea alcalde. Y para que haya empate, al Ayuntamiento le bastará sumar el apoyo de tan sólo un solo representante a los cuatro suyos.

También se modifica la composición del Comité Ejecutivo, que funcionará como brazo del consorcio. Si antes estaba formado por los dos delegados estatales más dos miembros nombrados por el pleno, ahora éstos se amplían a tres para hacer un hueco a la Autoridad Portuaria, pero siempre quedarán dos más, en la órbita del Ayuntamiento.

En resumen, la nueva Orden ministerial está diseñada para reforzar el control del Ayuntamiento y de Zoido sobre la Zona Franca, aunque ello haya supuesto un retraso de tres meses que ha frustrado el inicio de las obras en 2014 y que por su  duración (8 meses para el vallado) se prolongarán probablemente más allá de la fecha límite fijada en el BOE: el 31 de agosto de 2015.

Promesas ‘boomerang’

En plena polémica por el rebrote de la movida y/o de las ‘botellonas’ en la Alfalfa, el Arenal y la Alameda de Hércules, el Ayuntamiento tuvo la ocurrencia de tratar de contrarrestar las informaciones negativas con la filtración de otros datos aparentemente positivos pero que han tenido un efecto ‘boomerang’, porque sólo han servido para recordar que otro problema sigue irresuelto y para devolverlo al primer plano de la actualidad: las 20.000 multas impuestas a los ‘gorrillas’ durante el mandato de Zoido.

El Consistorio suele reaccionar ante cualquier asunto conflictivo recurriendo a su particular Eurostat estadístico, para arrojar una catarata de cifras con las que demostrar que no ha permanecido de brazos cruzados, sino todo lo contrario, como a su juicio prueban los datos.

La diferencia es que esta vez no había ocurrido nada extraordinario que obligara a tirar de los cuadros de Excel, por lo que se trataba de una maniobra de distracción: frente a la ineficacia, por relajación -admitida públicamente-, ante la movida, imagen de eficacia ante los ‘gorrillas’.

CASCADA DE MULTAS

Y así se filtraron los datos de que desde que se inició el mandato actual se han interpuesto 19.815 denuncias contra los ‘guardacoches’ y se ha detenido a 17 individuos relacionados con estas prácticas vulneradoras de las Ordenanzas, 8 de ellos extranjeros en situación irregular en España. Desde que se activó el plan específico contra los ‘gorrillas’, en febrero de 2012, el número de denuncias ha sido de 13.889 (un 41% de las mismas en Bami y su entorno; casi un 23%, en Nervión; y un 17%, en el distrito Macarena).

El balance estadístico sólo ha servido para remover las estancadas aguas del estanque y generar una onda expansiva de turbulencias, ya que se ha registrado una inusual unanimidad entre los medios de comunicación, fuera cual fuera su espectro ideológico, y la oposición a la hora de apostillar que el problema de los ‘gorrillas’ sigue persistiendo en las calles y que su número es equivalente o incluso superior al que había hace casi cuatro años, al inicio del mandato.

Juan Espadas, el líder de la oposición, lo resumió en una sola frase: “La cuestión es que los ‘gorrillas’ siguen ahí”. Añadió el portavoz socialista que “se dice a cuántos se multa, no a cuántos se consigue cobrar las multas”.

CAMPAÑA ELECTORAL

Por su parte, el delegado de Seguridad y Movilidad, Juan Bueno, sobre el que de golpe han vuelto a caer los problemas de las ‘botellonas’ y los ‘gorrillas’, ha reaccionado diciendo que el gobierno de Zoido “es el único que ha actuado con determinación tanto contra los ‘gorrillas’ como contra el ‘botellón’, tras muchos años de permisividad total del anterior gobierno socialista”.

Y ha añadido: “Preferimos que la oposición nos critique porque no hemos conseguido erradicarlo todavía a que los ciudadanos nos digan que no estamos haciendo nada por solucionarlo. Nadie duda hoy en día de que este gobierno le ha plantado cara a ambos fenómenos”.

La tesis de Juan Bueno sería absolutamente irreprochable si no fuera por un gran matiz: Zoido les dijo a los ciudadanos durante la campaña electoral, e incluso antes, que él iba a acabar con los dos problemas, no que fuera únicamente a intentarlo. Ese fue el factor diferencial de Zoido para ganarse la confianza de los sevillanos, que así le otorgaron la mayor mayoría absoluta que se recuerde, 20 ediles: prometer la solución a problemas que llevaban años enquistados y frente a los que habían fracasado sus predecesores, pese a que todos intentaron resolverlos con Ordenanzas o tratando de regularizar la actividad (PM-40).

SIN VARITA MÁGICA

Como hemos dicho en anteriores ocasiones, Zoido levantó tales expectativas al prometerles a los sevillanos prácticamente todo lo que estaban deseando oír (desde ser el alcalde del empleo hasta acabar con los ‘gorrillas’) que corre el riesgo de que esa enorme ilusión que suscitó (recuérdese cómo fue aclamado en su primera procesión del Corpus)  se troque en frustración colectiva a la hora de la rendición de cuentas al final del mandato: podría resultar que el alcalde no tenía la varita mágica que tomó forma en el imaginario colectivo.

Ese sentimiento de frustración por los grandes problemas irresueltos (paro, ‘botellonas’, ‘gorrillas’) es el que ya empieza a proyectar la oposición, en palabras de Espadas: “Zoido apuesta por soluciones que no resuelven el problema, como la ampliación de la zona azul, pero no ha planteado una solución integral. Creía tener la varita mágica para las cosas en un par de meses y, ahora, debería reconocer que las cosas no eran tan fáciles ni él ha tenido capacidad para resolverlas. Los ‘gorrillas’ no ha encontrado solución en este mandato tampoco”.

INSOLVENCIA

La elevadísima cantidad de denuncias (casi 20.000) interpuestas es justamente la demostración de la persistencia del problema, prueba de que se puede multar una y otra vez a los miembros de este colectivo de desclasados sin que por ello dejan de acosar a los conductores una y otra vez: sólo han sido pagadas 405 de las 19.815 sanciones  (el 2%) cursadas por los agentes de la autoridad.

En otras circunstancias, los datos habrían sido calificados de un gran éxito, porque nunca antes se había logrado por ningún gobierno local cobrarle una multa a un ‘gorrilla’, pero cuando el propio Zoido puso tan alto el listón, con la promesa de erradicar el problema al 100%, ese 2% de sanciones cobradas y la vuelta a las andadas de los ‘guardacoches’ no se considera trascendente.

Generalmente, los ‘gorrillas’ ni pagan ni suplen el importe de la multa (120 euros) con trabajos sociales, por tratarse habitualmente de personas insolventes, excluidos sociales y sin trabajo u oportunidad de tenerlo en una ciudad con casi 90.000 parados.

CAUSAS Y CONSECUENCIAS

Nos enfrentamos a un problema social de una compleja solución, que no puede resolverse  con miles y miles de multas, enfocadas hacia las consecuencias y no hacia las causas, salvo que se recurra a un despliegue policial disuasorio prácticamente las 24 horas del día en sus zonas de actuación, como Bami.

La decisión de implantar la zona azul en todas y cada una de las calles de este barrio, colindante con la ciudad sanitaria Virgen del Rocío y cercano a varias consejerías de la Junta y al campus universitario de Reina Mercedes, sólo ha servido para espantar temporalmente a los ‘gorrillas’, que retornan en las horas ‘valle’ en que no está activa, y durante las noches y los fines de semana, y para soliviantar a los empleados del hospital y de las consejerías y a  los estudiantes de la Hispalense, más los comerciantes.

En un caso, aquéllos no pueden afrontar el pago cada hora de estacionamiento regulado; en otro, éstos ven cómo los potenciales clientes no se detienen a comprar en sus establecimientos porque tratan de salir cuanto antes de la zona azul para no pagar más por aparcar.

PICARESCA

La zona azul hasta se ha convertido en un negocio para algunos residentes que ya tenían una plaza de garaje y que ahora la alquilan porque se han podido beneficiar del bono anual por aparcar en el estacionamiento regulado en superficie, mientras que para los comerciantes está siendo una ruina, ya que sus ventas han caído en un 40% desde que se implantó la medida antes del verano.

Casi el 73% de los comerciantes de Bami se han adherido ya a la plataforma creada contra la zona azul, en una demostración de que no había tanta unanimidad en el barrio a la hora de pedir esta regulación de los aparcamientos como sostenía el Consistorio.

Y ésa es la peor noticia para el gobierno: ver que su remedio contra los ‘gorrillas’ acabe siendo considerado peor que el problema que trataba de solucionar y que se una contra sus políticas de movilidad uno de los colectivos que han constituido la base electoral de Zoido, los comerciantes.

Paciencia agotada

El delegado de Seguridad, Juan Bueno, ha reconocido que “todo lo que se ha hecho (contra las botellonas) no es suficiente; y Zoido ha declarado a raíz de las protestas de los desesperados vecinos de la Alfalfa que hará que “se cumplan las Ordenanzas”, en implícito reconocimiento a su vez de que aquéllas no se están cumpliendo, pese a que ésa es justamente su función como máxima autoridad.

En el gobierno municipal no ha habido más remedio, dada la evidencia y las grabaciones colgadas en Internet (véase, por ejemplo,  https://www.youtube.com/watch?v=32d9PhsERNc ) por la plataforma ‘Alfalfa Degradada’, que asumir que se ha producido una relajación en la lucha contra la movida nocturna y las ‘botellonas’ en plena vía pública, aunque tras ese ‘mea culpa’ inicial divulgó una serie de datos para justificarse.

Aparte de por la desastrosa gestión de la dupla Monteseirín-Torrijos, Zoido ganó las elecciones porque durante cuatro años se dedicó a patear la calle y, simultáneamente, a mantener una fuerte presencia en las redes sociales.

RELAJACIÓN

La movilización vecinal en la Alfalfa, liderada por una procuradora y por tanto miembro -en otra escala- de la carrera judicial al igual que Zoido, que es juez, ha servido para dejar en evidencia que el alcalde y su equipo han descuidado de manera notable esos dos factores que tanto coadyuvaron a la victoria por goleada en los anteriores comicios.

La complacencia parece instalada en el seno del equipo de gobierno, como prueba el hecho de que en un reciente Pleno se dedicó  a dar pábulo a un supuesto sondeo que dejaría a  Espadas con menos concejales que ahora. Sin embargo, creerse que todo el pescado está vendido puede ser un error fatal en política, máxime cuando aún quedan siete meses para la cita con las urnas y ya no dé tiempo de corregir cualquier imprevisto o fallo garrafal.

Recuérdese lo ocurrido en Alemania, donde hace unos años todas las encuestas pronosticaban la victoria del democristiano Edmund Stoiber frente al canciller socialdemócrata Gerhard Schroeder, pero se produjeron unas inundaciones y la gestión de la catástrofe por parte del canciller, frente a la pasividad de su rival a la hora de solidarizarse con los afectados, le dio la vuelta a los sondeos y Schroeder acabó ganando.

DESCONEXIÓN

Así que mientras los estrategas del PP contaban los concejales que va a perder Espadas, no se percataban de que a tan sólo unos centenares de metros de la Plaza Nueva, la Alfalfa y sus alrededores se poblaban cada noche de bebedores de alcohol que impedían el descanso de los vecinos. Y que éstos, hartos de cursar denuncias a la Policía Local sin resultado alguno, se aglutinaban en una plataforma que se dedicó a realizar grabaciones de la masa de gente y a colgar vídeos en Internet y narrar sus cuitas en las redes sociales, sin que tampoco esas señales de peligro para el Ayuntamiento fueran detectadas o se les diera mayor importancia por el equipo que Zoido tiene dedicado a Twitter, Facebook, Instagram y compañía.

Desconexión con  la calle y desconexión con lo que se cocía en las redes sociales, justo lo contrario de lo que ocurría anteriormente en las filas del gobierno, ésas fueron dos moralejas extraíbles del caso de la Alfalfa, a la que habría que unir una tercera: la tardanza en reaccionar, pese a que las protestas de los vecinos ya habían saltado desde Internet a las páginas de la prensa.

Sólo cuando por las previsiones de las agencias  el equipo de gobierno se enteró de que Espadas tenía concertada a las 11 de la mañana del día siguiente una reunión con los vecinos de la Alfalfa, se dispararon las alarmas políticas en la Casa Grande y se convocó una minicumbre de los departamentos implicados en el control de la movida dos horas antes de la que iba a mantener el líder de la oposición, en ese afán de proclamar que aquél siempre llega tarde en sus denuncias porque ya se ha previsto solucionar el problema denunciado. Esta vez, no obstante, con los vídeos de la plataforma ‘Alfalfa degradada’ circulando por Internet desde hacía días, era evidente que quien se había dormido en los laureles era el equipo de la mayoría absoluta, fiado a sus 20 concejales.

CULPAR A LOS ERASMUS

Tras la asunción pública en las primeras horas de los errores cometidos por no advertir el problema de la Alfalfa, el Consistorio intentó contrarrestar luego la imagen de desidia frente a la movida tirando del manual habitual: difusión de gran cantidad de datos sobre actuaciones  a lo largo del año (16.200). Pero la estadística sólo venía a demostrar su inutilidad, por cuanto esa cascada de números no había servido para contener ni erradicar las botellonas en pleno corazón de la ciudad.

La segunda línea defensiva consistió en culpar a los estudiantes extranjeros del programa Erasmus, con lo cual el problema se aquilataba en el tiempo a tan sólo los días previos y como si se tratase de un fenómeno puntual de carácter universitario. Sin embargo, entre la Hispalense (unos 1.700) y la UPO (705) suman unos 2.400 estudiantes extranjeros, y esa cantidad no podía explicar la muchedumbre que tomaba la Alfalfa y su entorno, más los restantes focos de movida dispersos por el Arenal, la Alameda, Los Remedios y el entorno del Parque.

Además, los reportajes publicados y los testimonios de los vecinos revelan que el problema no es de ayer, sino que se viene arrastrando desde al menos 2012. Por tanto, no se debe a la súbita llegada de los Erasmus por el inicio del nuevo curso. Ellos no lo han creado, aunque hayan contribuido a agravarlo.

ESCASOS POLICÍAS

La polémica sirvió para que se conociera que sólo durante el primer fin de semana de  octubre el teléfono de emergencias 112 recibió 434 denuncias sobre ingesta de alcohol y ruido en las calles, que fueron  comunicadas a la Policía Local en un tiempo máximo de dos minutos.

Para responder a esas 434 denuncias, el Ayuntamiento sólo tenía destacados once policías en tres furgones: uno para patrullar el Centro; otro, para Los Remedios, y el tercero, para el resto de la ciudad. Once policías en las noches del fin de semana para una urbe con más de 700.000 habitantes. La cifra se antoja manifiestamente insuficiente, ya que cada agente debería haber atendido una media de 39 denuncias.

Los vecinos denunciaban también el descontrol con los horarios de los bares, prácticamente abiertos durante toda la noche pese a que la Alfalfa está declarada zona acústicamente saturada. Y ello ocurría también en la Alameda, según las declaraciones de quienes allí residen: “No hay ningún bar de copas cerrado por el Ayuntamiento; somos los vecinos -afirmaban- los que provocamos los cierres. No sabemos cómo se siguen concediendo licencias. La única manera que hay para que el ocio y el descanso sean compatibles es cumpliendo las Ordenanzas”.

SUCEDÁNEO DE COMISIÓN

Curiosamente, ese diagnóstico coincide con el del alcalde, que ha insistido en la necesidad de cumplir las normas municipales, así que lo primero que planteó el Ayuntamiento fue adelantar la hora de cierre de los bares.  La idea fue desterrada en cuanto  se conoció la reacción negativa de la patronal de hostelería.

En esa tesitura se ha recurrido a la solución preconizada por Napoleón cuando no se sabe bien cómo actuar o se trata de diferir un problema: crear una comisión, en este caso una denominada mesa de diálogo con todas las partes implicadas y con el fin de hallar, según Juan Bueno, “un acuerdo de máximo consenso que busque el equilibrio entre el ocio, el negocio y el derecho al descanso de los vecinos”. Dicho de otro modo, el gobierno traslada la responsabilidad a los ‘agentes sociales’, antes que aplicar las Ordenanzas.

Otra decisión ha sido la de darles a los vecinos de la Alfalfa un teléfono directo de la Policía para que denuncien las aglomeraciones de la movida. Esta medida abunda en los errores cometidos hasta la fecha. El mensaje que se transmite es que como el Consistorio no pone en la calle suficientes policías para averiguar qué está ocurriendo y disuadir a quienes beben alcohol, se le encomienda la función de vigilantes supletorios a los vecinos. Estos denunciarán cuando la aglomeración ya se haya producido, con lo cual el riesgo de enfrentamiento con la Policía una vez se presente ésta será mucho más elevado.

120 SEGUNDOS

¿Necesita el gobierno municipal, cuya sede está a 300 metros de la Alfalfa, que los vecinos le avisen de las aglomeraciones de bebedores en la vía pública? ¿Es incapaz de verificarlas por sus propios medios? Y cuando lo haga, ¿no será ya demasiado tarde?

La medida de la línea telefónica directa no deja de tener su intencionalidad: transmitir la idea de que como el 112 no es eficaz, por eso se da un número alternativo mientras se reimplanta el 092, pero el 112 ya ha dejado constancia de que la Policía recibe los avisos en un máximo de 120 segundos. ¿Acaso va a reaccionar antes por que se la llame a otro número?

El equipo de Zoido parece no percatarse de que la clave no es la reacción en respuesta a un problema ya creado y sólo cuando el vecindario ha emprendido movilizaciones o ha llevado sus denuncias hasta las redes sociales, sino la prevención y la disuasión para evitar las concentraciones en la vía pública, lo cual le obliga a imponer el cumplimiento a rajatabla de las Ordenanzas, por más que les pese a los dueños de los bares, y a ordenar un mayor despliegue policial y no sólo once agentes para toda Sevilla.

El alcalde ha dicho que este problema “no se soluciona de la noche a la mañana”. O sea, lo mismo que dijeron los anteriores. Olvida que cuando era líder de la oposición prometió solucionarlo; que ha tenido 40 meses  para hacerlo y que no lo ha logrado, pero los vecinos de la Alfalfa, la Alameda, Los Remedios….. se han cansado de esperar porque su capacidad de aguante ya está más que agotada. Nadie puede reprocharles que hayan perdido la paciencia.

Sobrecoste del 50% del baile de los mayores en la Plaza de España

El contrato de los Supersingles disparó

el presupuesto inicial

El Ayuntamiento gastó más de 9.000 euros en

traer al grupo de los  ex ‘triunfitos’

 

Las 10.000 lupas de Participación Ciudadana

acabaron costando más de 5.000 euros

 

Del presupuesto inicial de 24.388 euros se ha

pasado ya a 36.623

 

El coste de organización de la Gran Gala del baile para los mayores en la Plaza de España, celebrada el pasado 25 de septiembre y a la que el alcalde invitó mediante cartas personalizadas a los sevillanos que cumplan o hayan cumplido 65 años a lo largo de 2014, se ha disparado en un 50% sobre el presupuesto inicialmente previsto y asciende ya a 36.623 euros.

El Perfil del Contratante de la página web oficial del Ayuntamiento refleja hasta la fecha cuatro contrataciones efectuadas en relación con el baile de los mayores que organizó el Area de Participación Ciudadana, la cual dirige el concejal Beltrán Pérez.

La gestión general del acto se encomendó a la Cadena SER al coste de 20.000,39 euros, con IVA incluido. Esta cantidad suponía un ahorro de 1.000 euros sobre los 21.000 en que inicialmente se sacó el contrato a licitación y en el que se englobaba a seis bandas o grupos musicales y a un presentador del espectáculo.

Sin embargo, en la víspera del baile, el edil responsable anunció que serían al menos doce los grupos o artistas encargados de amenizar la fiesta: José Manuel Soto, Carmela, Marta Quintero, Paco Candela, Las Mónicas, Fernando Soto, Kafé pa 3, Soles, Amigos de Gines, Jesús Giles, Melody y, como broche final, Los Supersingles.

A la espera de que se dilucide qué actuaciones han ido incluidas en el contrato general de los 20.000 euros y cuáles se han pagado aparte, el Ayuntamiento reconoce ya en el Perfil del Contratante un gasto (no previsto inicialmente) de 9.075 euros en la contratación específica de una hora y media de actuación de Los Supersingles, grupo compuesto por antiguos concursantes del programa televisivo Operación Triunfo, a través de la entidad Artisti-K Producciones Musicales y Cultural.

Otra partida que se ha disparado de coste (en un 52% ) ha sido la compra de 10.000 lupas con impresión del lema del programa de mayores, denominado ‘Mucho que Participar’, y el logo del Area Municipal. El pliego inicial de contratración era por valor de 3.388 euros, pero se han gastado realmente 5.172,75 en la compra del material a la empresa Cadeis Artes Gráficas.

Además, hubo que contratar un servicio de cobertura sanitaria (ambulancias), en previsión de posibles incidencias, a la empresa Gestión de la Formación y la Salud, a un coste de 2.375 euros (factura exenta de IVA).

Estos costes suponen una factura total hasta la fecha de 36.623,14 euros, frente a un presupuesto inicial de 24.388 euros, lo que significa un incremento del 50%.

Atrapados en el círculo

Zoido dijo el pasado 16 de septiembre en una intervención pública que su reto consiste en crear el clima favorable para propiciar un cambio de modelo productivo a medio y largo plazo, que a su juicio pasa por fortalecer el sector industrial, logístico y tecnológico, además de por promover la investigación, el desarrollo y la innovación, sin renunciar a los pilares del modelo tradicional.

Fortalecer el sector industrial, logístico y tecnológico como una de las (si no la) salidas a la crisis. ¿Quién no suscribiría las palabras del alcalde? Van en línea con lo que se viene preconizando por parte de los agentes económicos y sociales y en foros como ‘Sevilla (en)clave industrial’, que organizó el sindicato CC OO el 24 de junio y que se convirtió en una auténtica ‘cumbre’ económica, por el número y categoría de los participantes, entre los que estuvo el propio Zoido.

Hasta el presidente de la Confederación Empresarial Sevillana (CES), Miguel Rus, subrayó en aquellas Jornadas que “es imposible una Sevilla de futuro sólo con el monocultivo de la industria de servicios”.

ALTADIS Y SEVILLA PARK

Pues bien, mientras el alcalde participa en Jornadas en las que se aboga por la reindustrialización de Sevilla tras el cierre en los últimos años de Danone, Cargill y Panrico -entre otras- y habla de fortalecer el sector industrial, tan sólo diez días después, en el Pleno municipal del 26 de septiembre, aprueba con su voto y el del Grupo Popular un convenio urbanístico con la multinacional tabaquera Altadis para recalificar los más de 26.000 m2 de su antigua fábrica a orillas del Guadalquivir, hasta ahora suelo industrial de carácter singular (la fábrica de Sevilla era la más antigua del mundo), y permitir así la demolición de parte del complejo fabril y la construcción en su lugar de inmuebles con usos terciarios: hoteles, comercios, oficinas…

Si a ello se une el entusiasmo con que el Consistorio ha acogido la iniciativa del puerto de recalificar también parte del suelo portuario industrial existente junto al puente de las Delicias para que se construya el complejo Sevilla Park, con el mayor centro comercial de Andalucía (65.000 m2, el triple que el Nervión Plaza), salta a la vista la contradicción existente entre las declaraciones públicas de Zoido y la política de eliminación de suelo industrial que a la hora de la verdad aplica el Ayuntamiento.

Una política que implicará la imposibilidad de reconstruir parte del tejido industrial con nuevos usos acordes al siglo XXI, como las tecnologías avanzadas no contaminantes y para las que Sevilla tendría un atractivo especial si se ubicaran en emplazamientos urbanos (no en alejados polígonos industriales) privilegiados al lado del río como es el caso de la antigua fábrica de Altadis.

MODELO TRADICIONAL

Sin embargo, las decisiones urbanísticas del Ayuntamiento van en sentido contrario o en el de fortalecer aún más los pilares del modelo económico tradicional a los que también se refería Zoido, ya que la conversión de suelos industriales en terciarios supone una renovada apuesta por el sector Servicios, pese a que es el que más está sufriendo los efectos de la crisis en la ciudad y donde se registra más destrucción de empleo: 60.076 parados del total de los 87.279 existentes (el 69%).

En vez de procurar diversificar nuestra economía y de poner en carga suelos industriales abandonados o infrautilizados pero de un gran valor potencial como los de Altadis, volvemos a crear las condiciones para un más de lo mismo económico, ese “monocultivo de los Servicios” con el que según el presidente de la patronal, Miguel Rus, es imposible construir la Sevilla del futuro.

Esta perseverancia en potenciar la economía turística y comercial, con la que nos mantenemos en el entorno de los 90.000 parados, es la cuestión de fondo que late en el convenio urbanístico con Altadis aprobado por el Ayuntamiento, más allá de otras consideraciones ya expuestas en esta página sobre el ‘pelotazo’ que supondrá para la multinacional tabaquera y pese a que, cuando se hallaba en la Oposición, Zoido, al igual que el resto de grupos políticos, anunció que no se llevaría un euro de Sevilla ni se la premiaría de ningún modo tras haber cerrado su histórica factoría y despedido a toda la plantilla.

DARLE EL PASE

Altadis ya ha anunciado que en cuanto logre la recalificación efectiva del suelo (la Junta de Andalucía deberá aprobar la modificación del PGOU) y la edificabilidad pactada en el convenio con el Ayuntamiento, le dará el pase a un tercero porque su vocación no es inmobiliaria, sino industrial. Según algunas estimaciones recogidas en el sector inmobiliario, podría obtener al menos 18 millones de euros por la venta. Haría lo mismo que otras empresas que tras obtener la recalificación de sus fábricas las vendieron y se fueron de Sevilla para no volver, caso de Uralita.

Si la propia Altadis reconoce que su vocación es industrial, ¿qué razón hay entonces para recalificar la fábrica y que haga un pingüe negocio inmobiliario, cuando el Ayuntamiento tiene instrumentos legales para obrar en consecuencia en un caso en que como éste la propiedad lleva diez años abandonada y sin cumplir la función social a que está obligada según la Constitución?

DECLARACIÓN DE INTENCIONES

Al margen de la contradicción que supone preconizar un cambio de modelo productivo en pro de la reindustrialización al tiempo que se elimina suelo industrial, el Ayuntamiento sostiene frente a las entidades ciudadanas, agentes sociales y partidos que han alegado al convenio urbanístico (alegaciones que ha desestimado en su totalidad pero sin fundamentar por escrito las razones del rechazo) que el documento pactado con Altadis es una mera declaración de intenciones, algo virtual, y que como no se han definido aún los usos, el texto queda pendiente de desarrollo.

Un convenio aprobado en Pleno, firmado por el alcalde y que establece la recalificación del suelo, los edificios que se derribarán y conservarán y hasta el reparto de la edificabilidad lucrativa no puede reducirse a una simple declaración de intenciones. Si mañana Zoido se arrepintiera de aplicarlo por que llegara una multinacional con una inversión tecnológica para esos terrenos, Altadis podría llevar al Ayuntamiento a los tribunales con ese convenio firmado en la mano y que ya le ha creado unas expectativas urbanísticas.

Por ende, se ha firmado un convenio en beneficio de Altadis cuando los suelos, pertenecientes a la antigua Tabacalera, ni siquiera constan aún a su nombre en el Registro de la Propiedad, ni coinciden los datos de los m2 de la parcela registrados con los que obran en poder del Ayuntamiento.

CONCURSO DE IDEAS

Zoido ha tratado de mitigar el rechazo de la oposición y de colectivos ciudadanos dando un golpe de efecto en el Pleno con el anuncio de la convocatoria de un concurso de ideas sobre Altadis, para que los técnicos y los ciudadanos puedan plantear soluciones y aprovechamientos en esos suelos.

¿Qué sentido tiene este concurso y quién lo va a pagar? ¿Los contribuyentes sevillanos? Recuérdese que sólo para un nuevo puente en la Cartuja (y en Altadis se trata de ordenar más de 26.000 m2 de superficie) el Ayuntamiento ha convocado otro concurso al que destinará 50.000 euros para el ganador; 35.000 euros para el segundo clasificado; 18.000 para cada finalista; 150.000 para la redacción del anteproyecto y unos 750.000 para el proyecto.

¿Va a pagar Altadis un concurso de ideas virtuales sobre un terreno al que sólo quiere darle el pase? Y aunque lo pagara para estar en línea con el alcalde, ¿admitiría el comprador posterior del suelo el resultado del concurso si lo pintado sobre el papel o la pantalla del ordenador no concuerda con su proyecto para la parcela? Porque no es lo mismo dibujar un inmueble para un centro comercial que para un hotel; sin pretensiones o con intencionalidad simbólica; por un desconocido que por un arquitecto-estrella como valor presuntamente añadido…

Todavía se recuerda cuando Monteseirín compareció en el balcón del Ayuntamiento con Norman Foster, Jean Nouvel, Arata Isozaki y Guillermo Vázquez Consuegra el 25 de septiembre de 2006 para anunciar que ellos iban a diseñar el futuro de los suelos de la Cruzcampo, anuncio que quedó en nada.

Ocho años después, volvemos a hablar de concursos arquitectónicos, recalificaciones de suelo, pelotazos urbanísticos…..

No salimos del mismo círculo.

 

‘Radiografías’ verdes

Las primeras tormentas de septiembre no sólo han dejado inundados sótanos, garajes, la comisaría de la Ranilla y los túneles del Metro, volviendo a demostrar por enésima vez lo mal que se prepara Sevilla para recibir las lluvias que anticipan el otoño, sino que también se han llevado por delante algunos árboles previamente debilitados, como fue el caso del caído en la calle Palos de la Frontera.

Zoido, que aún respira por la herida de la polémica a cuenta de la inmisericorde tala de plataneros en la calle Almirante Lobo -la Plataforma en defensa de los parques y jardines convocó el pasado fin de semana una concentración de protesta a los pies de la torre del Oro-, volvió a sacar a colación el tema del arbolado en su visita a la escuela-taller de hostelería de Torreblanca.

Allí comunicó a la opinión pública que ha pedido que se haga una ‘radiografía’ de qué árboles tenemos que plantar en Sevilla y recordó que hace escasas fechas se encontró en el Ayuntamiento un informe que databa del año 2001 y en que se aseguraba que la mayoría de los plataneros de Indias estaban enfermos y deberían ser sustituidos..

El alcalde aboga no por plantar árboles más baratos o de crecimiento más rápido, sino aquellos más adecuados en función de las condiciones medioambientales de Sevilla y cuyas raíces no levanten las aceras o estropeen las tuberías o los desagües.

LA MISMA HISTORIA

Las palabras de Zoido parecen un ‘déjà vu’, porque seguimos debatiendo sobre los árboles y su estado y viendo cómo se siguen eliminando de forma masiva (desde el arboricidio en la Plaza Nueva, Avenida y calle San Fernando con motivo del tendido del tranvía y la pretendida peatonalización hasta el reciente de la calle Almirante Lobo) pese a que tras cada episodio polémico se hacen propósitos de enmienda y se proclaman las mejores intenciones sobre el patrimonio natural sevillano.

Si nos remontamos a los tiempos (años 90 del pasado siglo) en que Soledad Becerril se encadenó a un gran eucalipto en la antigua Catalana de Gas para evitar que lo cortaran, vemos que las historias sobre las talas se repiten.

Las palabras de Zoido invitan a reflexionar sobre cómo es posible que los técnicos municipales hicieran en 2001 un informe sobre la situación del arbolado en general y de los plataneros en particular, en el que preconizaban la sustitución de éstos, y que se hayan  seguido sembrando hasta la fecha; y cómo es posible  que el gobierno actual haya tardado más de tres años en enterarse de su existencia.

Hemos llegado a un momento procesal, valga la expresión jurídica, en que ya no se necesitan más ‘radiografías’ del arbolado sevillano, sino actuar o dejar de actuar (podas, talas masivas o a destiempo) en función de los informes y conocimientos acumulados y que los gobernantes de turno les den a los árboles y a los técnicos de Parques y Jardines -y no sólo a los de Urbanismo- la importancia que tienen para la ciudad.

El informe de 2001 ya era una ‘radiografía del estado de los árboles, pero se usó no conforme al dictamen de los técnicos, sino a conveniencia de los políticos. Monteseirín se basó en aquel documento para tratar de justificar la tala de plataneros de la Plaza Nueva para el tendido del tranvía, para a continuación -como hemos recordado anteriormente- llenar de plataneros la avenida de Italia y flanquear con este tipo de árbol la ciudad deportiva del Betis. ¿Para qué sirvió entonces el dinero y el tiempo empleados en diagnosticar el estado de los árboles?

ABUNDANCIA DE EXPERTOS

¡Si está todo estudiado! El Ayuntamiento lo tiene facilísimo si en verdad quiere asesorarse convenientemente sobre cómo debe actuar en cuestión de parques y jardines, ya que a su alcance están los técnicos municipales de dicha especialidad, los profesores de las universidades sevillanas (Hispalense, Pablo de Olavide, Internacional y Loyola), el personal superviviente de la Escuela de Jardinería ‘Joaquín Romero Murube’ y, si no los tacha de enemigos y sabe ganárselos para esta causa, la Plataforma de Parques y Jardines, la Asociación de Amigos de los Jardines de la Oliva y Ecologistas en Acción.

Con todo este panel de expertos se puede supervisar la aplicación de todas las ‘radiografías’ realizadas hasta la fecha. Por saberse, se sabe hasta cuáles son las especies de árboles que más contribuyen a combatir el ‘efecto invernadero’ en la ciudad, conforme al libro ‘Los sumideros naturales de CO2’, escrito por un equipo de investigadores bajo la dirección del catedrático de Ecología, Manuel Enrique Figueroa, y editado hace años por la universidad.

Desde entonces se conoce que en una calle de cien metros de longitud y con diez árboles plantados, la melia absorbería al día el CO 2emitido por 10.373 vehículos (cada uno libera 200 gramos por kilómetro recorrido); la acacia de tres espinas contrarrestaría las emisiones de 1.619 vehículos; la jacaranda, las de 1.405, y el olmo, las de 1.320.

Por el contrario, la catalpa, el árbol del amor y el ciruelo japonés son las especies menos eficientes, pues absorben el CO 2 equivalente a las emisiones de 38, 33 y 26 vehículos, respectivamente.

Las especies forestales más ecoeficientes son el pino carrasco y el piñonero, que absorben 48.870 y 27.180 kilos de CO 2 al año, y el alcornoque, con 4.537 kilos.

HASTA EL CONSUMO DE AGUA

El mismo catedrático hizo más recientemente otra ‘radiografía’ ecológica, mediante la cual averiguó el consumo de agua de las 103 especies de árboles y de 88 arbustos existentes en los jardines de la Universidad, estudio perfectamente extrapolable al resto de árboles de Sevilla.

Este estudio ha revelado que el ciprés, la mimosa y el olmo entre los árboles, y la banderita española, la adelfa y el pitosporo entre los arbustos, con gastos medios de entre 42 y 140 litros de agua por kilogramo de CO2 absorbido, son las que menos agua demandan, frente a las especies menos eficientes como el árbol de fuego, el brachichito y la altea, que presentan gastos de entre 700 y hasta 2000 litros de agua.

Entre el informe de 2001, los estudios de la Universidad y las directrices emanadas de los numerosos congresos nacionales e internacionales sobre jardinería hay material de sobra para aplicar una correcta política de siembra, mantenimiento, poda y sustitución (cuando se compruebe que es necesario, por efecto de las plagas, debilitamiento u otras razones) de nuestros árboles, por consenso y con información transparente a la opinión pública.

INVENTARIO POR CONTRATO

Si el alcalde pide a estas alturas una ‘radiografía’ del arbolado de la ciudad, sus palabras dejan en evidencia al propio gobierno municipal, ya que éste debería tener un inventario y una evaluación de la situación de los árboles por lo menos desde hace dos años, tras haber adjudicado un macrocontrato de conservación de las zonas verdes por valor de 48 millones de euros.

El punto 4.9 del pliego de condiciones del contrato firmado  con las empresas privadas para el mantenimiento de los parques y jardines especifica, entre otras cosas, lo siguiente:

“Asimismo,  para la disminución del riesgo potencial del árbol urbano es necesaria su prevención mediante la detección, el análisis y la evaluación de aquellos árboles que pueden presentar peligro para la seguridad vial y de aquellos otros que por su estado de regresión o decrepitud precisan un estudio pormenorizado para determinar su viabilidad futura.

La empresa adjudicataria deberá realizar en el plazo máximo de tres meses en el viario y de seis en el resto de las zonas verdes tras la firma de los respectivos contratos, la evaluación de todo el arbolado del lote de distrito correspondiente, con los instrumentos necesarios que se consideren en cada caso, presentando al final del plazo establecido un programa de apeos o sustituciones de árboles peligrosos o en mal estado que sean susceptibles de actuación, diferenciando claramente dos niveles de prioridad en las actuaciones a realizar, es decir, se establecerán actuaciones  de acción (sic) inmediata que impliquen un claro riesgo en el momento de la evaluación del arbolado, y otras a medio o largo plazo en las que los árboles o palmeras no presentan riesgo pero podrían entrañarlo con el paso de los meses….”.

¿Y LA TRANSPARENCIA?

El macrocontrato firmado por el Ayuntamiento y que ha costado a los contribuyentes sevillanos 48 millones de euros obligaba a tener una ‘radiografía’ del arbolado de la ciudad desde hace dos años. ¿Cómo entonces Zoido habla de pedirla ahora? La oposición se pregunta si es que acaso ese informe no se ha realizado. El delegado de Urbanismo y Medio Ambiente, Maximiliano Vílchez, asegura que los funcionarios municipales realizan el control del macrocontrato “bajo una total y absoluta transparencia”.

Si es así, y en línea con la política de “luces y taquígrafos” prometida por Zoido, Vílchez tendría que difundir, colgándola por ejemplo en la página web municipal para que sea accesible a todos los sevillanos, la ‘radiografía’ del arbolado que debió realizarse hace dos años, so pena de que haga lo mismo que con los expedientes de la tala de la calle Almirante Lobo, denegados a Ecologistas en Acción desde que los solicitó en el mes de febrero y por cuya negativa el Defensor del Pueblo le ha incoado un expediente al Ayuntamiento de Sevilla.

Mira quién baila

El alcalde envió con su firma el 7 de julio una carta-tipo a los sevillanos que han cumplido 65 años a lo largo del presente 2014 y en la que aprovecha la ocasión para, tomando como percha la clausura del programa municipal ‘Mayores de Sevilla, mucho que participar’, les invita a una Gran Gala de Música y Baile en la Plaza de España el día 25 de septiembre, “al son de numerosas actuaciones musicales”. Zoido se despide esperando contar ese día con la presencia de los destinatarios de la misiva, “para disfrutar de este reconocimiento público que la Ciudad de Sevilla le ofrece desde su más sincero agradecimiento”.

En relación con la ‘Gran Gala del Baile’ anunciada por el alcalde y/o el programa ‘Mayores de Sevilla, mucho que participar’, el Area de Participación Ciudadana y Coordinación de Distritos, que dirige Beltrán Pérez, convoca aparentemente tres concursos a lo largo del verano, según se refleja en el Perfil del Contratante al menos hasta el 10 de septiembre:

1) Para la organización de un baile de mayores en la Plaza de España, por valor de 20.000 euros, con fecha 8 de agosto de 2014.

2) Para la organización, gestión y dinamización de un baile de mayores en la Plaza de España, por valor de 21.000 euros, con fecha 5 de septiembre.

3) Para el suministro de 10.000 lupas con funda para las actividades del programa de mayores que organiza el Area de Participación Ciudadana y Coordinación de Distritos, con fecha 8 de septiembre y por valor de 3.388 euros.

LA LICITACIÓN

Tras oírse las primeras críticas a esta iniciativa, el concejal responsable del Area, Beltrán Pérez, ha declarado que se está dando una información “absolutamente inexacta, pues hay una licitación por importe de 20.000 euros para la contratación de varios artistas y de un presentador de primer nivel”.

Según el edil, hay que aprender a consultar correctamente el Perfil del Contratante, ya que se trata de la misma licitación que no puede sumarse por tanto dos veces, al haberse retirado una “en el mes de julio por errores en el expediente”.

Cabe exigirle al concejal que sea él quien aprenda a usar correctamente el Perfil del Contratante, ya que en el mismo han convivido como plenamente vigentes en la pestaña de Licitaciones hasta el 10 de septiembre las tres citadas y  ha inducido así a la confusión, ya que quien haya visto durante algo más de un mes los tres concursos como plenamente vigentes jamás podría haberse imaginado que uno de ellos había sido anulado.

Y no lo fue en el mes de julio, como afirma Beltrán Pérez, ya que el primer pliego se dio a conocer el 8 de agosto; el segundo, el 5 de septiembre, y el tercero, el 8 de septiembre, luego difícilmente pudo retirarse alguno antes de haberse convocado siquiera.

RENUNCIA

El 8 de agosto, casi un mes después de que Zoido enviara su carta a quienes cumplen o han cumplido 65 años a lo largo de 2014, el Area de Participación Ciudadana y Coordinación de Distritos convoca un concurso para la organización de un baile de mayores en el que se requiere un presentador de reconocido prestigio, tres grupos musicales que amenicen el baile, la colocación de al menos 600 sillas y una larga serie de medios técnicos de sonido y demás.

Verosímilmente, dadas las características del mes de agosto en Sevilla y del riesgo de que la convocatoria no alcance el eco deseado, el concejal se percata de las limitaciones de los términos en que se ha redactado el contrato y, según hemos comprobado luego a raíz de sus palabras, con fecha 14 de agosto renuncia “al procedimiento de adjudicación del servicio de organización de un baile de mayores a realizar en la Plaza de España” y acuerda elaborar un nuevo pliego de prescripciones técnicas en el que se excluyan las prestaciones comprendidas en el contrato tramitado anteriormente (medios técnicos de sonido y demás) y se incluyan nuevas.

Así se inicia un nuevo procedimiento de licitación con nuevo pliego de prescripciones técnicas, reajustando el importe de licitación a las nuevas prestaciones y procediendo a su publicación en el Perfil del Contratante, con fecha 5 de septiembre.

ERRORES

Por tanto, ni se retira en julio ni se hace por corrección de errores, como puede comprobarse tanto en el nuevo expediente, donde no se dice nada al respecto, como en la práctica administrativa habitual cuando se detecta un fallo. Así, por ejemplo, en el BOE del pasado 10 de julio, se publica una corrección de errores observados en el Real Decreto sobre Medidas Urgentes para la Competitividad. Se subsanan citando el Real Decreto, los fallos detectados en el mismo y cómo quedan los textos una vez rectificados.

Nada de ésto se produce en el contrato que se licita el 5 de septiembre, que ve la luz en el Perfil del Contratante como si se tratara de uno distinto, incluso con diferente número de expediente, al convocado el 8 de agosto. Y como éste no se retira del Perfil del Contratante, Participación Ciudadana comete el error de mantener como vigentes dos convocatorias aparentemente distintas sobre el mismo tema del baile de la Plaza de España, con números, fechas y hasta cantidades también diferentes, induciendo a la confusión. Sólo después del 10 de septiembre, cuando sale a la luz el tema, es retirado el primer contrato, el de los 20.000 euros, para dejar como únicamente válido el de los 21.000, al contrario de lo dicho también por Beltrán Pérez.

EDAD EQUIVOCADA

En el pliego del 5 de septiembre hay tantos cambios que difícilmente puede hablarse de una mera corrección de errores, a la que nunca se alude. El título ya pasa a ser  además de “gestión y dinamización” del baile, se piden seis grupos musicales en vez de tres, la captación de mayores mediante la difusión del evento entre los colectivos que tengan relación con ellos (la denominada población ‘diana’) y actividades de dinamización, como un reconocimiento a las mejores parejas de baile, en línea con el concurso televisivo ‘Mira quién baila’.

Curiosamente, no se corrige el auténtico error existente: decir que el baile está destinado a los mayores que cumplen 85 años a lo largo de 2014, cuando el alcalde había enviado su carta a los de 65 años. ¿Están los mayores de 85 años en disposición de aguantar un baile de tres horas en la Plaza de España?

Beltrán Pérez también ha afirmado que “el Ayuntamiento está perfectamente facultado para informar a los ciudadanos de cuantas actividades realice” y que “el proceso de envío de las cartas ha estado perfectamente supervisado por los funcionarios”.

SIN NOTA OFICIAL

Se puede estar de acuerdo con su primera aseveración si no fuera porque en este caso no se trata de una información de tipo genérico que haya sido divulgada en nota de prensa por el Ayuntamiento, pese a que la iniciativa empieza a tomar cuerpo el 10 de julio y a la fecha sólo faltan diez días para la celebración del baile – un silencio hartamente llamativo-,  sino de una carta personal del alcalde dirigida sólo a quienes cumplen 65 años en 2014.

Y ¿cómo sabe el alcalde quiénes son los sevillanos que cumplen 65 años exactamente y puede así enviarles una invitación personal, como si les hablara en exclusiva a todos y cada uno de ellos? ¡Qué gran detalle! ¿Ha utilizado acaso la información contenida en el Padrón Municipal de Habitantes o en cualquier otra base de datos, arriesgándose así a una intervención de la Agencia de Protección de Datos? ¿Está en condiciones Beltrán Pérez de decir qué  funcionarios han supervisado y dado el visto bueno al envío de estas cartas personalizadas y comprobando de dónde han salido las direcciones y las fechas de nacimiento de los destinatarios?

DESTINO DEL DINERO

Durante estos tres años los sevillanos no han dejado de recibir desde el Ayuntamiento el mensaje de la necesidad de todo tipo de recortes en los servicios públicos debido a la falta de dinero por la crisis. Así, por ejemplo, no había dinero para ayudar a las cabalgatas de los barrios o para abrir las bibliotecas públicas por las tardes. Y, sin embargo, a tan sólo ocho meses de las elecciones municipales sí hay fondos (que sean 44.000 ó 23.000 es, en el fondo, lo de menos) para organizar un baile claramente populista en la Plaza de España como “reconocimiento público” a quienes cumplan 65 años.

¿ Y qué? ¿Cuál es el mérito en un país en el que la esperanza de vida según el INE es de 82 años? ¿Por qué no gastar dinero también en reconocer a los que cumplen 60 años, 50, 70, 83 e incluso 18 años por alcanzar la mayoría de edad? ¿Cuáles son las prioridades para el uso de los fondos públicos?

Curiosamente, nunca antes en los tres años del mandato el gobierno municipal se acordó de esta manera de los mayores, salvo ahora, con las elecciones en lontananza. Las intenciones se traslucen demasiado.

La iniciativa, por otra parte, parece más propia de épocas pretéritas y de núcleos menores de población que de una gran ciudad como Sevilla, capital de Andalucía y que aspiró a serlo del Sur de Europa.

 

El Ayuntamiento gastará más de 40.000 euros en un baile para mayores en la Plaza de España

El alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, está enviando a lo largo del verano cartas de felicitación con su firma (alguna está fechada el día 14 de julio) a sevillanos que han cumplido 65 años de edad durante el año en curso.

En la misiva, les invita a una Gran Gala de Música y Baile en la Plaza de España el próximo 25 de septiembre (jueves) con motivo de la clausura del primer programa ‘Mayores de Sevilla, mucho que participar’, con objeto de que el escenario creado por el arquitecto Aníbal González para la Exposición de 1919 “se inunde del entusiasmo y la vitalidad de nuestros vecinos mayores de 65 años, al son de numerosas actuaciones musicales”.

En línea con esta iniciativa, el Area de Participación Ciudadana y Coordinación de Distritos ha sacado a concurso durante el mes de agosto y septiembre tres contratos. El primero, por valor de 20.000 euros (IVA incluido), para la organización del baile, en el que se especifica que durará desde las 8 de la tarde hasta las 11 de la noche dentro de un par de semanas.

La Delegación que dirige Beltrán Pérez requiere un presentador de reconocido prestigio; tres grupos musicales que animen el baile en las distintas modalidades; transporte, montaje y desmontaje de 600 sillas; alquiler de equipo de sonido; ocho monitores de escenario; cuatro de campo cercano y otra larga serie de medios técnicos.

CAPTACIÓN DE PARTICIPANTES

El segundo contrato, con fecha 5 de septiembre, se saca a concurso por un valor de 21.000 euros, con IVA, y requiere de nuevo un presentador de reconocido prestigio, aunque se incrementa hasta seis el número de grupos, bandas o solistas musicales. La variante es que también se exige la captación de personas mayores de Sevilla para su participación en el baile de mayores, “difundiendo esta actividad entre aquellas entidades y colectivos que tengan relación con la población Diana”, más actividades de dinamización, incluyendo un acto de reconocimiento a las mejores parejas de baile.

El tercer contrato se ha sacado a concurso con fecha 8 de septiembre y aunque no se hace referencia al baile en la Plaza de España, su objeto es vinculable al fin que se viene declarando de otorgar un reconocimiento a la Tercera Edad, ya que se requiere el suministro de 10.000 lupas con funda con impresión del lema del programa de mayores denominado ‘Mucho que participar’ y logo del Area de Participación Ciudadana y Coordinación de Distritos, “destinadas -puede leerse- a las diversas actividades socioculturales promovidas por la mencionada Area”.

Las lupas, a un coste de 3.388 euros, deberán ser suministradas para el 22 de septiembre y tendrán una dimensión de 9,5 cms. de anchura x 6,1 cms. de altura. En total, pues, en la organización del baile en la Plaza de España el Ayuntamiento gastará 41.000 euros, a lo que hay que sumar los 3.388 de las lupas, por lo que la clausura de este primer programa de mayores supondrá un coste añadido de 44.388 euros.

Según distintos textos de estos tres concursos, el Area de Participación Ciudadana y Coordinación de Distritos sostiene que la celebración de estas actividades fomenta la participación de los ciudadanos, además de ofrecerles una alternativa de ocio.

También se trata de “celebrar un reconocimiento público a la contribución social y a la experiencia de los mayores que cumplen los 85 años (en realidad quiere decirse los 65) a lo largo de 2014 y que estén empadronados en la ciudad”.

Tropiezo con los mismos árboles

Reza el adagio que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Tras la tala masiva de plataneros en la calle Almirante Lobo con el declarado fin de que se vea mejor la torre del Oro desde la Puerta de Jerez habrá que acuñar una variante y expresar que el político es el único animal que tropieza dos veces con el mismo árbol y que la sensación es aún peor cuando el tropiezo se produce en especie “ajena”, como le ha ocurrido a Zoido.

Y es que quien no aprende de la historia está condenado a repetirla. Zoido ha demostrado no haber aprendido, pese a haber estado en primera fila, del impopular error de Monteseirín de haber talado gran parte de la arboleda existente (plataneros, naranjos, falsas acacias…) desde la calle San Fernando a la Plaza Nueva para la construcción del tranvía y una peatonalización que sólo ha servido para llenar de más veladores la Avenida y crear un galimatías de usos entre mesas, sillas, paneles expositores, carril bici y vías del tranvía que no dejan apenas sitio al transeúnte.

 

El gobierno de Zoido no ha sabido calibrar la indignación popular que iba a provocar la tabla rasa de la treintena de plataneros, la mitad datados de la Expo del 29, de la calle Almirante Lobo y, como gato panza arriba, trata de defenderse esgrimiendo cada día un argumento distinto y derivando la responsabilidad política a los informes de los técnicos, como si sobre éstos no pesara la dependencia de la clase política a la que sirven.

En el catálogo de excusas municipales se ha leído que los árboles eran insalvables porque estaban podridos, llenos de oquedades y/o atacados por diversas enfermedades; que estaban dispuestos de manera caótica en la calle; que podrían derrumbarse sobre los operarios que trabajarían en la reurbanización; que las raíces se habían enroscado sobre las tuberías….

 

Hace más de un año, cuando el alcalde y su delegado de Urbanismo presentaron el proyecto de reurbanización (¿no había otras calles que necesitaran más el gasto cercano a los 900.000 euros?) de Almirante Lobo sólo dieron dos razones para acabar con los árboles: que estaban muy deteriorados y que ocultaban la visión de la torre del Oro.

A raíz de aquel anuncio acudí a la calle para inspeccionar los árboles uno por uno y a contrastar mis apreciaciones con expertos botánicos que sabían y saben más que yo. Mi conclusión, avalada por éstos, es que casi la mitad de la treintena de plataneros eran relativamente nuevos (entre 10 y 20 años) y estaban sanos y que el estado de la otra mitad era similar al del 80% de los plataneros de Sevilla pero salvables con un tratamiento adecuado, que podría alargar su vida durante medio siglo más.

Ahora, un año después y ya sobre el terreno y con los árboles cortados, esa misma impresión obtuvo Ecologistas en Acción cuando al verificar el argumento municipal de “oquedades y pudriciones en ramas principales” comprobó lo siguiente: “De los 27 árboles (más dos palmeras) incluidos en el ámbito de la reurbanización, sólo nueve muestran evidencias externas de ese tipo de lesiones. Muchos de los árboles más viejos (7 de 11) sí que se ven más o menos dañados y dos de los jóvenes también (aunque no sabemos si tanto como para justificar su tala), pero han metido en el mismo “saco de la tala” árboles que no manifiestan ningún daño, ni se les puede presumir dada su juventud y lozanía; hay seis que no superan ni los 25 cms. de diámetro….”

 

Tras talar los naranjos más exteriores de la Plaza Nueva y una hilera de plataneros para el tranvía, Monteseirín echó pestes en el transcurso de una comida contra este tipo de árboles, a modo de justificación de su actuación y usando el mismo argumentario de uno de esos informes redactados en Parques y Jardines durante su mandato, en el sentido de que no es una especie adecuada para Sevilla por ser proclive a la pudrición de su tronco y/o ramas, las alergias que provoca la lluvia de sus semillas al desperdigarse y los atoramientos de los husillos por la alfombra de sus hojas al desprenderse y el tiempo que tardan en descomponerse.

Pues bien, en el colmo de las contradicciones, su proyecto de reurbanización de la Puerta de Jerez concluyó con la siembra de dos hileras de plataneros en su extremo sur. Item más, posteriormente el gobierno de Monteseirín llenó de este tipo de árboles la avenida de Italia en vez de recurrir a los autóctonos almeces ya existentes en la colindante avenida de Grecia pese a lo que preconizaba el informe citado de Parques y Jardines.

Que, según opiniones, el platanero no sea el árbol más adecuado para Sevilla no debe significar, como ha hecho el Ayuntamiento en Almirante Lobo, que haya que hacer tabla rasa de los mismos de la noche a la mañana y sin intentar con tratamientos selvícolas salvar los salvables, que en algunos casos como en la calle de la polémica son casi centenarios. La tala debe ser la última medida, cuando se demuestre inevitable, pero no sistemática, como ha sido el caso que ha provocado la indignación ciudadana y sin repararse en que los argumentos dados para tratar de justificarla se volvían contra éste y anteriores gobiernos municipales por su deficiente gestión del patrimonio vegetal. ¿Quién si no el Consistorio es el encargado de que los árboles no se dispongan de forma supuestamente caótica y se cuiden en tiempo y forma para evitarles oquedades y pudriciones en tronco y ramas principales?

 

En su defensa, el delegado Vílchez afirma que gracias al macrocontrato de 48 millones de euros con empresas privadas para la conservación de zonas verdes se han realizado más podas en unos meses que hacía el gobierno de Monteseirín en un año. No se trata de una cuestión cuantitativa, sino cualitativa, un principio que ningún Ayuntamiento ha sabido comprender, hasta el punto de que en la Transición hubo que traer a un experto extranjero para que diera clases de poda a los jardineros municipales tras las protestas ciudadanas por las mutilaciones más que podas que practicaban a los árboles.

Como detalle revelador, Jacinto Martínez Gálvez, presidente de la Asociación Amigos de los Jardines de la Oliva, tuvo que disuadir a una cuadrilla al servicio del Ayuntamiento que trataba de hacer una poda masiva en pleno verano -la época menos adecuada- en su barrio, una más de tantas como han denunciado los ecologistas en los últimos años. Por tanto, no se trata de ni dejar de podar, porque hay situaciones en que las ramas constituyen un serio peligro (recuérdense los desprendimientos sobre la tapia del Alcázar desde los Jardines de Murillo o sobre el restaurante de La Raza), ni de batir records de poda, sino de podar lo justo y necesario. Pero, ¿quién controla el número y la oportunidad de las podas que practican las empresas privadas contratadas por el Ayuntamiento?

 

La polémica ha puesto de manifiesto el desmantelamiento que desde hace años (no viene de ahora) sufre el Servicio de Parques y Jardines (Comisiones Obreras cifra la merma de plantilla en un 40%) y su minusvaloración dentro del organigrama municipal, al ser convertido en un mero apéndice de Urbanismo, que está en sus antípodas, con lo que siempre primarán las obras proyectadas en ese Departamento sobre las zonas verdes.

Zoido, que tampoco ha creado el Central Park sevillano que prometió en su precampaña uniendo los jardines históricos, debería extraer conclusiones del ‘arboricidio’ de Almirante Lobo y tomar nota de lo que ha hecho Ana Botella en Madrid tras el desplome de árboles y/o ramas en la capital de España: crear un comité de expertos de prestigio e independientes (no de la misma cuerda política) para que al margen de partidismos dictaminara sobre el auténtico estado de los parques y jardines y diera las pautas a seguir.

En Sevilla, con tres universidades incluyendo la UIA, hay expertos que hasta han identificado los árboles que menos agua consumen o más oxígeno liberan, pero ese conocimiento botánico luego no se aplica en la ciudad. Habría que nombrar un Defensor de los Arboles como ya existe el de los Ciudadanos. Esperemos al menos que la de Almirante Lobo sea la última tala masiva en Sevilla y que no haya ningún alcalde más que tropiece con los mismos árboles… por tercera vez.