Archivo de la categoría: Economía

Los agravios comparativos de Zoido

 

El Ayuntamiento ha aprovechado el ‘puente’ de la Constitución y la Purísima, cuando la atención de los sevillanos no estaba centrada precisamente en las decisiones emanadas de la Casa Grande, para presentar a una distraída opinión pública los Presupuestos de la ciudad para 2013, calificados en clave de “economía de guerra”.

Efectivamente, las grandes cifras de las cuentas municipales se resumen en una caída de los ingresos en 129 millones de euros en comparación con los de este ejercicio a punto de expirar y también en una reducción de los gastos en 96 millones, con lo cual apenas queda margen de maniobra para las inversiones públicas. Este capítulo se reduce a tan sólo 17,8 millones de euros, que se asignarán a arreglos de calles (9 millones), mantenimiento de colegios (4 millones), cuidado de parques y jardines (3 millones), una comisaría de la Policía (1,5 millones) y el parque infantil de tráfico (0,4 millones), entre las partidas más significativas.

El gobierno municipal se ha mostrado sensible a la situación de emergencia social que sufre la ciudad, ya con más de 91.000 parados, y ha dotado con 7 millones un plan para paliar los efectos de la crisis, dinero que se destinará a Cáritas (3 millones), subvenciones directas (2,3 millones), Banco de Alimentos y comedores sociales (un millón) y menores de edad (medio millón). A este dinero hay que añadirle un millón más para el bonobús solidario, a fin de que no ocurra como durante este año, cuando la partida existente se había agotado a la vuelta del verano.

HECHOS LLAMATIVOS

No obstante, y a falta de un examen más detallado de los Presupuestos una vez que se pueda contar con el desglose de las partidas, llaman la atención aspectos como los siguientes:

1) El incremento en 11 millones de euros de la recaudación por, fundamentalmente, impuestos y tasas a los sevillanos pese a la actual situación de crisis económica y una vez eliminada la habitual ficción de consignar ingresos por la nonata venta de la Gavidia y de los bajos del mercado del Arenal, que se venía haciendo desde los tiempos de Monteseirín.

2) El capítulo de gastos de personal sigue subiendo en la práctica, hasta los 283,3 millones de euros, pese a las aparentes políticas de austeridad y de recortes del gasto público anunciadas por Zoido conforme a las directrices del Gobierno central.

3) La falta de dotaciones para el Plan extraordinario de Empleo que el alcalde anunció antes del verano ( teníamos entonces 86.759 parados) para la ‘rentrée’ de septiembre (se registraban ya 88.819) y del que se sigue sin tener noticia a la fecha (ya vamos por los 91.627) y parece que tampoco la vamos a tener para el nuevo ejercicio.

4) Una partida de 5 millones para ‘reestructuración de servicios públicos’, expresión ambigua tras la que se esconde la liquidación de sociedades municipales como Sevilla Global pero también la reactivación, en una especie de ‘operación acordeón’ societaria, de Giralda Televisión mediante la adjudicación de su gestión y/o de la programación, por concurso público redactado de la forma en que suelen redactarse este tipo de concursos, a una productora privada a cambio de entre 1,5 y 1,8 millones de euros que saldrían de este fondo global de 5 millones. Recuérdese cómo cuando se hallaba en la oposición el PP preconizaba la desaparición de esta emisora municipal de TV, por considerar que era el aparato de propaganda de Monteseirín y que carecía de sentido su existencia por competir con las emisoras privadas. Ahora el discurso ha cambiado por el de que se trata de garantizar “un servicio público de calidad” y de que costará diez veces menos a los contribuyentes, por más que en el espectro haya más de cien canales de televisión.

PAGO DE DEUDAS

A excepción de las partidas para personal y gasto corriente en estos Presupuestos de transición por el desierto de la crisis económica, el gran pellizco se lo llevan los gastos destinados al pago de la deuda viva municipal (529 millones de euros), a la que se reservan 64 millones de euros en números redondos, y al de los intereses (23 millones) del préstamo suscrito de 59 millones para el pago de las 3.000 facturas pendientes de abono desde hacía años a los proveedores.

Como se recordará, el Ayuntamiento se adhirió al Real Decreto Ley 4/2012 sobre medidas de financiación para que las Administraciones Locales saldaran sus deudas con los proveedores, pero a cambio de someterse a estrictas medidas de austeridad y contención del gasto público, una decisión muy criticada por el PSOE por estimar que buena parte de los 59 millones del crédito han engrosado las cuentas de unas pocas grandes empresas, con las que se podría haber negociado bilateralmente mejores condiciones de pago sin necesidad de haber asumido mayores sacrificios económicos; la delegada de Hacienda, Asunción Fley, ha defendido por su parte esta política de sacrificios añadidos con el fin de saldar cuanto antes las deudas y de insuflar oxígeno a la economía local.

CARTAS A LOS JUBILADOS

En este escenario macroeconómico de caída de los ingresos en 129 millones de euros, recorte drástico de inversiones y proclamada austeridad por la falta de dinero, al tiempo que la delegada de Hacienda presentaba las grandes cifras de las cuentas municipales sin descender en demasía a los detalles, el Ayuntamiento notificaba a 200 de los 700 jubilados del Consistorio que va a dejarles de abonar la denominada ‘paga extraordinaria de antigüedad’, que han venido cobrando hasta ahora.

El gobierno local se ampara en el Real Decreto de Medidas para garantizar la Estabilidad Presupuestaria y de Fomento de la Competitividad y que, según su interpretación, prohíbe que se pague premio extraordinario alguno a efectos positivos en aquellos supuestos en que se produzca concurrencia en la percepción de pensiones públicas cuando los beneficiarios superen los topes establecidos en la ley de Presupuestos Generales del Estado.
Sin embargo, ni el Gobierno ni el Ayuntamiento han tenido en cuenta que esta paga extraordinaria se ha nutrido de los descuentos de hasta un 8,5% en sus nóminas que los antiguos empleados municipales soportaron a lo largo de su vida activa con vistas a recuperar ese dinero como una especie de seguro o depósito  cuando les llegara la edad de la jubilación. Para colmo, los 200 pensionistas afectados tendrán que abonar las tasas judiciales impuestas por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, si se plantean pleitear contra el gobierno municipal y el Estado por lo que aquellos consideran “un robo” de sus pensiones.

PAGA EXTRA ENCUBIERTA

Y mientras Zoido les dice a los jubilados del Ayuntamiento que no hay dinero para mantener esta paga extraordinaria, a la que habían contribuido a lo largo de su vida laboral, el mismo alcalde ha tratado de colar por la gatera el abono de una paga extra de Navidad, por una cuantía de 600.000 euros, para los 1.073 policías locales, a razón de 559 euros por cabeza.

Cierto es que desde 2010 los agentes se consideran agraviados porque como consecuencia de la reclasificación que se les aplicó deberían percibir salarios acordes a la categoría C1 y, en realidad, están cobrando como si pertenecieran al grupo C2, pero también, como en tres ocasiones (la última, el pasado viernes) le ha recordado la Intervención General al alcalde, el archicitado Real Decreto ley de Medidas de Estabilidad Presupuestaria impediría adoptar medidas de este tipo en el actual escenario macroeconómico.

Zoido se puso en evidencia a sí mismo cuando admitió que el objetivo de esta paga a la Policía era cumplir el compromiso de subirle el sueldo, al que había llegado con sus representantes durante las protestas del pasado mes de abril, por lo que luego, cuando trató de rectificar al percatarse de que vulneraría las disposiciones del Gobierno, intentó camuflar el abono del dinero diciendo que se trataba del pago de horas extraordinarias por la sobrecarga del trabajo policial en la persecución de los gorrillas y la ‘botellona’.

Espadas, el portavoz municipal del PSOE, ha subrayado la falacia del argumento de las horas ‘extra’ porque al repartirse el dinero entre todos los policías por igual, hayan o no realizado horas extraordinarias, se trata en el fondo de una paga lineal en concepto, en todo caso, de productividad y que sólo se ha contemplado para la Policía y no para el resto de los funcionarios y empleados municipales.


TRATO DESIGUAL

El anuncio del alcalde ha suscitado de inmediato un sentimiento de agravio comparativo en toda la plantilla del Consistorio, que reclama el mismo trato por parte del alcalde. En este sentido, el sindicato CSI-CSIF ha puesto de manifiesto que si la Policía Local sufre un déficit enorme de agentes, lo mismo sucede en servicios como los de limpieza o las bibliotecas, a los que hasta ahora Zoido se ha negado a pagar horas extraordinarias o productividades.

Así pues, en un Ayuntamiento sin dinero según para qué, Zoido se saca de la manga 600.000 euros en una paga ‘extra’ y camuflada para los policías mientras se la quita a los jubilados y se la niega al resto de la plantilla del Ayuntamiento. El factor diferencial que maneja el alcalde para tratar de mantener contentos a los 1.073 agentes en comparación con el resto de empleados municipales, es que, número aparte, mientras los jubilados, las limpiadoras y los bibliotecarios no pueden poner multas, los agentes son vitales para el objetivo del Ayuntamiento de seguir recaudando para el año próximo al menos otros 25 millones de euros en sanciones de tráfico y de todo tipo para que así no se le descuadre el Presupuesto.

El solsticio de Zoido

Hace casi un año por estas fechas, las crónicas periodísticas reflejaban que la primera Navidad con Zoido al frente del Ayuntamiento había servido para recuperar “el verdadero espíritu” con el que se celebra esta fiesta en la ciudad, y que el delegado de Empleo, Economía, Turismo y Fiestas Mayores, Gregorio Serrano, había presentado una guía de actividades  con la oferta cultural y de ocio denominada “En Sevilla se llama Navidad”, en clara referencia a la manera en que el anterior teniente de alcalde de Monteseirín, Antonio Rodrigo Torrijos (IU), se había referido a esta celebración. Para Gregorio Serrano, aquella campaña, que incluía la de ‘En Sevilla como un Rey’, que dio lugar a otra gran polémica y que popularmente fue conocida como la de ‘los Reyes vagos’, difundía el disfrute de “las tradiciones religiosas”, así como la riqueza artística y arquitectónica de la ciudad y su “inmensa” oferta cultural.

El lema ‘En Sevilla se llama Navidad” era, todavía cuatro años después, la respuesta del PP a una ocurrencia de Torrijos, expresada a mediados de noviembre de 2007, conforme a su militancia en el marxismo-leninismo y a su visión materialista de la historia, de que él prefería llamar a  la Navidad solsticio de invierno.
Ciertos medios interpretaron que el portavoz municipal de IU había propuesto cambiar la denominación de la Navidad por la de solsticio de invierno, y ello dio amplia munición a la artillería del PP y a la derecha mediática para fustigar de forma inmisericorde en aquel entonces al político comunista (subrayando expresamente esta adscripción ideológica) y ya, a partir de ese momento, a medida que se acercaba cada Navidad y el Ayuntamiento acababa enfrentado a los comerciantes del Centro, grandes beneficiarios ‘a posteriori’ de las políticas de Zoido, por la iluminación navideña y el reparto o no reparto de la factura de la misma, casualmente dependiente de la Delegación de Torrijos (Infraestructuras para la Sostenibilidad).

Como es sabido, nuestro planeta gira alrededor del sol, y por la inclinación del eje de la Tierra en su órbita alrededor del astro rey hay un momento en que el hemisferio Norte está más cerca de nuestra estrella y, por tanto, un día con más luz en todo el año (el del solsticio de verano, alrededor del 21 de junio), y otro en que el hemisferio Norte está más lejos y, por tanto, con un día de menos luz y la noche más larga (el del solsticio de invierno, en torno al 21 de diciembre).

Las culturas paganas festejaban el solsticio de invierno como la fecha del nacimiento del dios-sol, porque era justamente el momento en que la noche dejaba de crecer y la luz emprendía la senda de su triunfo sobre la oscuridad hasta el cénit del verano.

Sabido es también que la Iglesia Católica, con el fin de facilitar la conversión al cristianismo de los pueblos paganos, instituyó la Natividad o fecha del nacimiento de Jesucristo el día 25 de diciembre, para hacerla coincidir al máximo posible con el solsticio de invierno y para que  así los pueblos bárbaros pasaran sin dificultad el tránsito de adorar al dios-sol al Dios verdadero.

OBVIANDO LA HISTORIA

Un no creyente como Torrijos estaba en su derecho de reconocer sólo el acontecimiento astronómico del solsticio de invierno, pero desde una perspectiva histórica su error consistió en tratar de obviar una realidad innegable: que durante 2.000 años, los países de tradición cristiana como el nuestro lo que festejan no es una efemérides astronómica, sino religiosa, en cuanto fecha tradicionalmente aceptada, fuera o no cierta, como la del nacimiento de Cristo, motivo por el que se iluminan las calles con un alumbrado especial y se celebran el resto de ritos navideños, que concluyen con el día de los Reyes Magos.

Y como el alumbrado navideño dependía de Torrijos, los elementos ornamentales de la iluminación especial  al llegar estas fechas con el anterior mandato eran objeto de las mayores críticas. Para empezar, se extendió el dicho de “¡Feliz solsticio de invierno!”, en vez de “¡Feliz Navidad!”, para desgastar la posición política e institucional de Torrijos.

Luego, en las redes sociales y en opiniones expresadas en ciertos medios de comunicación, se ironizaba sobre los motivos del alumbrado navideño sevillano bajo la responsabilidad del ex-primer teniente de alcalde: “¿Qué motivos tendrá el alumbrado de este año? ¿La hoz y el martillo? ¿Marx, Lenin yEngels? ¿La escuadra y el compás?”.

Los motivos puramente geométricos, los renos y los cristales de nieve como alegorías luminosas de la Navidad utilizados durante la época de Torrijos eran automáticamente identificados con su ateísmo y asociados a su celebración del solsticio de invierno en vez de al nacimiento de Cristo.

EL ARZOBISPO SE PRONUNCIA

Cuando el año pasado, ya con Zoido de alcalde, el arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo, censuró a quienes vaciaban de sentido cristiano la Navidad, los medios de comunicación volvieron la vista atrás y a interpretar que las palabras del pontífice sevillano se referían a Torrijos, ya que en su carta pastoral del 22 de diciembre de 2011 decía, entre otros extremos, que “también este año serán muchos los que convertirán estas fechas en la celebración del solsticio de invierno”, y que “con ello se intenta vaciar de contenido estos días santos, convirtiéndolos en vacaciones blancas, en las fiestas del consumismo y el derroche”.

Monseñor Asenjo criticaba “la ambientación navideña de nuestras ciudades y de nuestros hogares” porque “se prescinde del misterio que en estos días celebramos: se sustituye el belén por el árbol de Navidad; los Reyes Magos, por un Paá Noel sin referencias religiosas, signos todos ellos de la secularización de la Navidad”.
El arzobispo aseguraba que “el despojamiento  del sentido religioso” también se manifiesta en el lenguaje, pues la palabra Navidad, que significa natividad o nacimiento del Señor, se sustituye por la palabra fiesta, más inocua y menos comprometedora. Así -continuaba- ‘felices Pascuas’ se sustituye por ‘felices fiestas’, un circunloquio que evita reconocer que el corazón de la Navidad es nuestro encuentro en el Señor”.

SIN SÍMBOLOS RELIGIOSOS

Pues bien, pese a todas las críticas que durante cuatro años -y aun ahora- se hicieron al alumbrado navideño ‘laico’ de Torrijos por su falta de simbología religiosa que aludiera al nacimiento de Cristo, ha resultado que el del primer año de Zoido como alcalde y también el de este segundo año obedecen a las mismas características que los del político de Izquierda Unida.

El mayor exponente de esta Navidad en esta línea van a ser las grandes lámparas como de salón con que se están adornando las calles Tetuán y Sierpes, a las que se unen las enormes bolas de colores de la calle Rioja, los encajes de la Avenida y las figuras geométricas de la Campana.

En la iluminación navideña de Zoido como alcalde, más espectacular por su colorido y por su diseño que las tristes y apagadas de Torrijos por su afán en utilizar lámparas de tipo LED para ahorrar energía, hay esa similar falta de iconografía religiosa por la que tanto se criticó al socio de Monteseirín.

Y entre las novedades que se anuncian para este año figuran un árbol gigantesco (otro de esos símbolos de secularización tan criticados por el arzobispo Asenjo y no un belén más grande que el habitual bajo el arquillo del Ayuntamiento)  además de otra proyección sobre la fachada de las Casas Consistoriales, nieve artificial y hasta un posible tren turístico.

De lo que se colige que entre el ateo Torrijos y el ferviente católico Zoido no hay apenas diferencias temáticas e iconográficas a la hora del alumbrado especial, mismamente como si ambos estuvieran celebrando una fiesta en vez de la Pascua y el solsticio de invierno en lugar de la Navidad.

¿Crisis? ¿Qué crisis?

A finales de los años 70 del pasado siglo, aunque no tan lejano, Gran Bretaña era escenario de continuas protestas y de huelgas contra el Gobierno presidido en aquel entonces por el laborista James Callagham que, obsesionado por controlar la inflación, dictó orden de contención salarial para los funcionarios, a fin de que al apretarse el cinturón sirvieran de ejemplo para los convenios colectivos que habrían de negociarse en las empresas del sector privado. ¿Empieza a sonarles la historia?

Para colmo, el invierno trajo una ola de frío polar como no se conocía en los 15 años anteriores, y los temporales y las continuas nevadas agravaron aún más las penosas condiciones de vida de los británicos. En medio de los conflictos sociales y laborales, el premier tuvo que viajar a una cumbre política que se celebraba en la paradisiaca y soleada isla de Guadalupe.

A su regreso a Londres, Callagham, contra el consejo de sus asesores, que querían quitarlo del medio cuanto antes, dio una rueda de prensa en el mismísimo aeropuerto de Heathrow y en la que, aparentemente ajeno a la realidad de su país, hasta alardeó de que se había bañado en el Caribe aprovechando la cumbre. Y cuando un periodista le preguntó que cuál era su enfoque general sobre la situación, teniendo en cuenta el creciente caos existente, con los parados y los manifestantes en las calles, el presidente del Gobierno británico respondió en tono displicente:

-Bueno, eso es un juicio de valor que está usted haciendo. Usted está adoptando una visión más bien provinciana en este momento, porque, si se mira desde fuera, no creo que otras personas en el mundo compartan esa misma opinión.

Al día siguiente, el periódico ‘The Sun’ tituló la portada referida a la rueda de prensa del primer ministro con una frase que ha pasado a la historia como un lugar común y que incluso inspiró un famoso disco del grupo ‘pop’ Supertramp:

-¿Crisis? ¿Qué crisis?

Al leer la noticia de que en la Sevilla de los más de 90.000 parados oficiales inscritos en las oficinas del Inem, de los 71.383 sevillanos atendidos por Cáritas y de los 6.000 niños que subsisten gracias al Banco de Alimentos se han renovado, con un mes de antelación sobre años anteriores, todas y cada una de las solicitudes para las 1.049 casetas de la Feria de Abril, sin una sola renuncia, no sé por qué me vinieron a la mente aquellas palabras de James Callagham  en el sentido de qué opinarían sobre la crisis en Sevilla quienes nos estén mirando desde fuera:

-¿Crisis? ¿Qué crisis?

Contrastes

El periódico divulgaba la campaña de Cáritas denominada ‘Son derechos, no regalos. Nadie sin hogar’, en la que la organización humanitaria hacía balance de las personas atendidas durante el último año en nuestra comunidad autónoma, la del 30% de parados. Cáritas destinó 672.500 euros a asistir a sevillanos que se han quedado literalmente en la calle, sin techo con que guarecerse de las inclemencias, y tiene ya bajo su manto protector a otros 71.383 en situación de pobreza o vulnerabilidad. Por eso mismo resaltaba mucho más la noticia contigua: pese a que este año se ha adelantado el plazo en un mes, y por consiguiente también la pertinente obligación del pago al Ayuntamiento, se han renovado todas y cada una de las solicitudes para las mil y pico casetas de la próxima Feria de Abril. Horrible mundo de contrastes. En el debate en las Escuelas de Periodismo sobre qué es y qué no noticia, con la gravísima crisis que estamos sufriendo lo más noticioso y que tuvo mayor cobertura periodística no era ya lo de ‘nadie sin hogar’ de Cáritas, sino lo de ‘nadie sin caseta’.

 

Indisys

Los ciudadanos que hayan accedido a la página web de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía para pedir cita con el médico o realizar cualquier otro trámite administrativo han debido de encontrarse con una figura parlante que les habla en estos términos:

-Buenos días. Me llamo María. Le puedo ayudar a pedir cita para medicina de familia o darle información sobre la gripe A y enfermedades de transmisión sexual. También puedo hablarle de alimentación y dietas infantiles, cuidados del bebé, vacunas, lactancia o temas como el aborto…. Estoy a su disposición para lo que necesite.

 

María es lo que se conoce como un asistente virtual, una figura cada vez más habitual en las páginas corporativas de las grandes empresas que precisan relacionarse con sus usuarios, o al revés, y que son capaces de atender las peticiones y consultas de éstos. Los asistentes virtuales son la avanzadilla del Internet del futuro, las denominadas webs semánticas, que se basarán en el procesamiento del lenguaje natural, algo que parece elemental pero que en la práctica es muy difícil de emular.

El usuario que dialogue con María, la asistente virtual de la Consejería de Salud, podrá ver en la parte inferior del cuadro de diálogo la siguiente leyenda en inglés: ‘Powered by Indisys’, es decir, creado o mantenido por Indisys, siglas correspondientes a la empresa Intelligent Dialogue Systems (Sistemas de Diálogo Inteligente).

Y, aunque lo parezca, quien es capaz de crear esta maravilla informática no es una compañía grande de Silicon Valley, sino una pequeña por tamaño pero grande en creatividad e imaginación, esta firma sevillana que responde por Indisys, tan grande a ojos de los que saben de este mercado que todo un gigante como Intel, el que equipa con sus chips la mayor parte de los ordenadores del mundo y les obliga a lucir externamente la pegatina ‘Intel inside’, ha comprado el 40% de sus acciones para financiar su expansión internacional.

De la nada, en tan sólo nueve años, la empresa sevillana creada en 2003 por tres licenciados en Filología Inglesa (Pilar Manchón, Gabriel Amores y Guillermo Pérez) ha pasado a codearse con la élite tecnológica mundial. Para quitarse el sombrero ante ellos: un espejo en que deben mirarse quienes no ven ninguna salida a la crisis. Y lo mejor es que encima son de Letras.

En un futuro que espero no sea muy lejano, además del ‘Intel inside’ en la carcasa de los ordenadores, lo que veremos en las páginas web será eso de ‘Powered by Indisys’ (made in Seville).

 

Zoido llega tarde

El suicidio, el día 9, de la exedil socialista Amaia Egaña cuando iba a ser desahuciada de su piso en Baracaldo multiplicó la indignación ciudadana y obligó a Rajoy a anunciar una propuesta de paralización temporal de los desalojos que negociarían a partir del lunes, día 12, PP y PSOE. Zoido, oportunista, vio la ocasión de aparecer como el adelantado de la nueva política que se estaba fraguando e hizo un doble anuncio el domingo 11.

Tras hacerse la foto en plan gabinete de crisis con sus delegados de Urbanismo y Asuntos Sociales y el gerente de Emvisesa, comunicó la paralización de los desahucios en curso por la Empresa Municipal de la Vivienda. Previamente había propuesto a Griñán un pacto antidesahucios, en estos términos: “que se olvide de la demagogia y se siente de verdad con el PP, como ha ofrecido Mariano Rajoy a nivel nacional, para buscar la salida al problema. No se trata de ser demagogo -añadió-, se trata de tener rigor”. Y más tarde instó a la Junta a que, a través de la Empresa Pública del Suelo, mostrara su disponibilidad a paralizarlos.

 

FRENAZO YA EN JUNIO

 

 

El rigor y la falta de demagogia invocados por Zoido en un asunto tan delicado han brillado por su ausencia en su caso, pues como líder de la Oposición y parlamentario autonómico no debía ignorar que a finales de junio la consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés, anunció en el Parlamento andaluz que había dado la orden de frenar todos los lanzamientos previstos en el parque de viviendas de la Junta, a pesar de que sólo se han producido 16 de carácter administrativo en el último cuatrienio en las 46.000 VPO que gestiona en régimen de alquiler. “No se va a utilizar esta práctica -aseguró- contra quienes se encuentren en una situación desesperada y no puedan hacer frente, por causas justificadas, a la renta de alquiler establecida”.

Elena Cortés insistió en que no se privaría de una vivienda social a las familias afectadas por sobreendeudamiento o que contaran entre sus miembros a personas dependientes, una medida con la que cinco meses más tarde ha coincidido la patronal bancaria al anunciar una moratoria de dos años en los lanzamientos de viviendas “en aquellos casos en que concurran circunstancias de extrema necesidad”.

Además, la consejera subrayó que sería muy exigente a la hora de velar por que las viviendas públicas no se queden vacías, con lo cual se adelantaba a la demanda ahora planteada, al cabo de cinco meses, por Zoido. Y el 1 de octubre inauguró en Sevilla la primera de las ocho oficinas de intermediación contra los desahucios y en la que un equipo de administrativos, trabajadores sociales y letrados asesoran gratuitamente a las potenciales víctimas de desalojos.

 

LIQUIDACIÓN DE OTAINSA

 

 

En el frente sevillano, la falta de visión de Zoido en este asunto, convertido luego en clamor nacional, quedó de manifiesto cuando sólo llevaba tres meses en la Alcaldía y su delegado de Urbanismo, Vílchez, decidió el desmantelamiento de la Oficina Técnica de Atención al Inquilino en Situación de Abuso (Otainsa) y la asunción de sus funciones por la Gerencia de Urbanismo. A la vista de lo sucedido en estos catorce meses (1.613 desahucios en la capital y provincia sólo en el primer semestre de 2012) no parece que la Gerencia haya suplido con eficacia a Otainsa.

El radar del alcalde siguió sin detectar la gravedad del drama, del que venía alertando la oposición. En el Pleno del 30 de marzo, Espadas propuso “frenar los 3.500 desahucios” por impago de hipotecas e instó a Zoido a que adoptara una batería de medidas urgentes que ayudaran a “minimizar el tremendo impacto que están provocando los desahucios y contrarresten los efectos del paro en Sevilla”. El PP votó en contra argumentando que el PSOE “llega a los sitios tarde y mal porque no ha hecho nada y ahora viene a decir que lo que se hace no es suficiente”.

El 9 de abril, el PSOE volvía a la carga a cuenta de los desahucios por Emvisesa en la barriada La Estrella, Pino Montano, y pedía una moratoria de hipotecas de tres años para personas del perfil de los desahuciados por la empresa municipal: en paro, con menos jornada laboral o menos ingresos y/o con dependientes a su cargo.

 

CIEN AVISOS EN SAN JERÓNIMO

 

 

En el Pleno de septiembre, el gobierno local se negó a activar un servicio municipal de atención a los potenciales desalojados de forma que se pudiera estudiar cada caso en concreto, así como un plan de alquiler a precios asequibles gestionado por Emvisesa.

En octubre, Torrijos (IU) destapó que Emvisesa había enviado un centenar de cartas intimidatorias a adjudicatarios de sus viviendas en San Jerónimo, en las que les avisaba de que si en el plazo “inexcusable” de 15 días no abonaban las deudas pendientes o los recibos atrasados de la comunidad, se darían por resueltos los contratos y se les abriría de inmediato un proceso judicial de desahucio.

Zoido tuvo ahí su gran oportunidad de haber paralizado los desahucios en Sevilla y logrado proyección nacional antes de que la iniciativa partiese de la Moncloa en Madrid tras el suicidio de Baracaldo, pero se limitó a decir que se trataba de “trámites administrativos” y a hablar de “sensibilidad” para con los afectados. El resto de la historia es conocido: la ola de indignación ciudadana obliga a Emvisesa a frenar el primer desahucio previsto en San Jerónimo y a ofrecer una salida digna al inquilino horas antes de la intervención judicial, y sólo cuando el alcalde conoce la reacción de Rajoy trata de aparecer como el gran precursor frenando a Emvisesa y reconociendo que había 600 inquilinos en riesgo de ser expulsados.

Tanto en Andalucía como en Sevilla, Zoido llegó demasiado tarde.

 

Oportunistas

El Zoido que ahora anuncia la paralización de los desahucios por parte de la Empresa Municipal de la Vivienda es el mismo que permitió hasta hace unos días que Emvisesa enviara noventa  notificaciones de expulsión de sus hogares a adjudicatarios de sus pisos y el que, según subraya el PSOE, hace un mes votó en el Pleno del Ayuntamiento en contra de una moción socialista que proponía echarle el freno a los desalojos y la adopción de medidas sociales de apoyo a los inquilinos con problemas económicos por causa de la crisis. Pero el partido de Rubalcaba es también el que en el mes de marzo votó en las Cortes, junto con el PP, en contra de una propuesta de Izquierda Plural para acabar con los abusos de las entidades financieras y para que se aceptaran las donaciones de pago de las viviendas, como en los países anglosajones, para liquidar las deudas acumuladas y que no se mantengan incluso tras el desahucio. Si ahora unos y otros se han caído del caballo y se han convertido a la causa antidesahucios no ha sido por convicción previa, sino por mero oportunismo político.

 

Gol a la Junta, autogol a Sevilla

La celeridad con que Zoido (tan sólo horas después de hacerse, sonriente, la foto con los directivos de La Caixa que le comunicaron la renuncia a instalar el Caixafórum en el antiguo astillero medieval de Sevilla) envió una carta al consejero de Cultura para exigirle la rehabilitación de las Atarazanas, el plan director de usos a que se vaya a destinar el edificio y un calendario de ejecución por una consejería que, debido a los recortes, carece de capacidad inversora alguna, demuestra que el alcalde ha utilizado el monumento como arma arrojadiza contra el Gobierno autónomo, que le negó la recalificación de la Gavidia, y como un nuevo elemento de confrontación.

Dicho de otro modo, al propiciar con sus dilaciones urbanísticas la coartada que necesitaba La Caixa para desistir de su proyecto en el Arenal, Zoido, como bien ha interpretado el consejero Luciano Alonso, pensaba que le estaba metiendo un gol a la Junta de Andalucía, sin reparar en el autogol que le marca a Sevilla, ya que la ciudad pierde una inversión de 25 millones de euros en la rehabilitación de las Atarazanas, otra comprometida por La Caixa con el Gobierno autónomo de 4 millones de euros anuales durante 75 años (un total de 300 millones) y todo el efecto económico inducido que habría tenido para el casco histórico la ubicación del gran centro cultural de La Caixa en este privilegiado espacio de Sevilla.

BANDAZOS URBANÍSTICOS

La falta de criterio y de modelo de ciudad de Zoido, que ha pasado de oponerse a la torre Pelli a defenderla ante la Unesco y, ahora, a llenarla de contenido con el Caixafórum al apoyar su traslado desde las Atarazanas, se pone de manifiesto de nuevo con estos antiguos astilleros que datan del siglo XIII. El alcalde es capaz, sin inmutarse, de decir sí y no y blanco y negro a lo mismo. Cuando tan sólo unos días antes de la decisión de La Caixa trascendió que su íntimo enemigo, el alcalde malagueño Francisco de la Torre, negociaba con la entidad catalana a la vista de las pegas urbanísticas que al Caixafórum se le ponían en Sevilla, Zoido declaró: “Málaga, como siempre, que reivindique lo que le parezca oportuno, pero hay que decir que no hay otro enclave igual a las Atarazanas para desarrollar un Caixafórum”. No hay otro enclave igual, pero cuando días después La Caixa lo abandona en beneficio de su torre Pelli, a la que Zoido se oponía cuando aún no era alcalde, declara que “es un día muy importante para Sevilla”.

Sobre el proyecto de Vázquez Consuegra para las Atarazanas y sobre la figura del propio arquitecto se ha dicho de todo, tanto a favor como en contra. Los conservacionistas y la Fundación Atarazanas se han opuesto a su diseño de Caixafórum por entender que suponía la adulteración del monumento, y al final Zoido, de forma más o menos explícita, ha hecho suyo este argumento cuando dijo durante la polémica con Málaga que el proyecto “podía tener correcciones que no pusieran en peligro ni el monumento ni su entorno, declarado Patrimonio de la Humanidad”, como dando a entender que había una exigencia de modificación por parte de la Unesco tras la controversia por el rascacielos de la Cartuja.

LA UNESCO SE DESMARCA

Ese argumento ha sido rechazado de plano por Icomos, el órgano asesor de la Unesco en materia de patrimonio histórico, que al contrario que en el caso de la torre Pelli, a la que se oponía frontalmente, nunca ha llamado la atención sobre el proyecto de Vázquez Consuegra para las Atarazanas. El secretario general de Icomos España y profesor de la Hispalense, Víctor Fernández Salinas, ha declarado al respecto: “Salvo que se pretendiera hacer un rascacielos en las Atarazanas, este asunto nada tiene que ver con el Patrimonio de la Humanidad”.

Desmentido el argumento patrimonial de última hora, independientemente de lo que cada uno piense sobre el proyecto y que no es objeto de este análisis, el único intento de justificación que le ha quedado al Ayuntamiento en este tiempo para boicotear el Caixafórum en las Atarazanas  por identificarlo como un proyecto de la Junta a la que devolver políticamente el golpe por, a su juicio, el boicot del Gobierno autónomo a su proyecto de conversión de la Gavidia en un centro comercial, era de índole urbanística: si hacía falta o no la redacción de un Plan Especial previo a la concesión de la licencia de obras.

Recordemos brevemente la génesis del proyecto. Las Atarazanas estaban en manos del Ejército, que había levantado sobre sus cubiertas durante el siglo pasado una serie de instalaciones militares, cuando la Junta se las compró por algo más de 3,7 millones de euros hace una veintena de años. El Gobierno andaluz había invertido 8 millones de euros en su rehabilitación -cantidad manifiestamente insuficiente, habida cuenta la magnitud del edificio, de 7.200 m2 de planta- hasta que La Caixa, en su política de implantación en Andalucía y Sevilla frente a las Cajas sevillanas (El Monte y Caja San Fernando, unidas luego en Cajasol), se interesó por el inmueble para ubicar en el mismo un Caixafórum, a modo de escaparate de su Obra Social y Cultural. Hasta tal punto tuvo interés la entidad catalana, que la Junta modificó la ley para poder ampliarle el plazo de concesión: de 50 a 75 años.

EL PLAN ESPECIAL

Fue La Caixa, y no la Junta, la que, con las Atarazanas ya en su poder, convocó un concurso restringido de arquitectura al que invitó a diez estudios españoles, y en octubre de 2009 eligió como proyecto ganador al del sevillano Guillermo Vázquez Consuegra. El arquitecto redactor del PGOU de Sevilla, el jerezano Miguel Angel González Fustegueras, había introducido en el Plan General un mecanismo de salvaguarda para los bienes de interés cultural (BIC), con el fin de que cualquier intervención en los mismos contara siempre con la aprobación de la Junta de Andalucía  a través de la Comisión de Patrimonio. Ese mecanismo era el Plan Especial. Sin embargo, en la práctica, el Consistorio no venía exigiéndolo si comprobaba que la Junta autorizaba previamente los proyectos de rehabilitación de los BIC, como ha ocurrido con las intervenciones en el castillo de San Jorge y los conventos de Santa Paula y de las Teresas, entre otros ejemplos.

Parece obvio: si el objeto del Plan Especial es conseguir la luz verde de la Junta y ésta ya lo ha dado, no tiene sentido exigir la redacción de un Plan, con gasto añadido de tiempo y dinero, para que la Junta autorice lo que ya ha autorizado.

Cuando La Caixa tramitó la licencia de obras ante Urbanismo en octubre de 2010 y aún gobernaba Monteseirín, desde la Gerencia se le dijo que con el aval de la Junta resultaba innecesario perder medio año en redactar un Plan Especial. El proyecto de Vázquez Consuegra pasó un primer examen de la Comisión de Patrimonio del Gobierno autónomo, que le exigió al arquitecto mayores precisiones sobre las cubiertas, precisiones que fueron incorporadas al proyecto de ejecución, mucho más detallado que un Plan Especial.

INFORMES FAVORABLES

En enero de 2012, cuando Zoido llevaba ya siete meses de alcalde, el director técnico de la Gerencia de Urbanismo, Andrés Salazar, en línea con la doctrina seguida hasta entonces por el departamento, emitió un informe favorable a la tramitación de la licencia de obras “sin necesidad de redactar y tramitar un nuevo documento de planeamiento”. Es, pues, con el gobierno de Zoido cuando se ratifica que no hay necesidad de Plan Especial para otorgar la licencia al Caixafórum en las Atarazanas. Y gracias a este documento, el Colegio de Arquitectos da su visado al proyecto de Vázquez Consuegra.

Por tanto, cuando en febrero de 2012 La Caixa pide definitivamente la licencia de obras, se daban ‘a priori’ todas las condiciones favorables para otorgarla en un proceso que además es reglado y que no puede estar al capricho de los gobernantes: debe darse licencia si se cumplen las condiciones y no darse si no se cumplen. Y se cumplían en aquel entonces: visto bueno de la Comisión de Patrimonio, informe favorable de la Gerencia de Urbanismo, y visado del Colegio de Arquitectos.

Pero en paralelo o casi a continuación se van a producir varios acontecimientos que cambiarán el curso de esta historia. Por una parte, la Comisión de Patrimonio de la Junta de Andalucía se opone a la modificación del PGOU de Sevilla para avalar jurídicamente dos proyectos del Ayuntamiento presidido por Zoido: un parking subterráneo en la Alameda de Hércules y la venta de la antigua comisaría de La Gavidia para su conversión en centro comercial.

GIRO DE LOS ACONTECIMIENTOS

Casualidad, coincidencia u otra cosa, desde Urbanismo se emite otro informe, contrario al del mes de enero, en el que se concluye que La Caixa debe redactar un Plan Especial para las Atarazanas si quiere conseguir la licencia de obras, lo cual suponía una demora mínima de seis meses más. La lectura política quedaba clara: como Zoido entiende que la Junta le boicotea sus proyectos urbanísticos, el Ayuntamiento boicotea en correspondencia el proyecto del Caixafórum en un monumento propiedad de la Junta.

Y, por otra parte, el 26 de marzo de 2012 La Caixa compra Banca Cívica, y con ella Cajasol y todos sus activos -incluida la faraónica torre Pelli- por 977 millones de euros. La entidad catalana ya no necesita gastarse 25 millones de euros en las Atarazanas, más 300 millones en los próximos 75 años, para disponer de un escaparate ante Sevilla, porque Sevilla toda es ya territorio conquistado comercialmente con la absorción de su hasta entonces rival local, Cajasol.

Confluyen a partir de ese momento los dos intereses, el político de Zoido de devolverle el golpe urbanístico a la Junta, y el económico de La  Caixa de ahorrarse 325 millones de euros en las Atarazanas y de rellenar el vacío de la torre Pelli con el Caixafórum para dotarlo de un gancho comercial con el que incentivar la venta futura de oficinas en el rascacielos.

En medio, sacrificada a los intereses de unos y de otros, Sevilla.

Conseguidores

Amparo Rubiales ha reconocido que su bufete percibió a finales del año  2009, cuando aún ella era miembro del Consejo de Estado, pagos periódicos de 6.000 euros de Nueva Rumasa, la empresa de José María Ruiz Mateos. Unos medios dicen que los abonos eran mensuales y otros que semanales, y que podrían haber ascendido a casi 55.000 euros. La actual presidenta del PSOE (A) defiende la legalidad de su actuación y justifica el cobro de tan sustanciosas minutas por su intermediación ante el Ayuntamiento de Sevilla en la era Monteseirín o bien ante el de La Rinconada, también gobernado entonces por su partido, para que le concediesen licencia urbanística a Ruiz Mateos. Sin entrar en esas mismas disquisiciones de Miguel Ángel Vázquez sobre la diferencia entre legalidad, ética y estética (en 2009 ya estábamos en plena crisis), yo, en plan ingenuo, planteo como simple ciudadano si para pedir una licencia municipal hay antes que pasar por la caja de ciertos despachos. ¿Será acaso ésta la famosa pregunta del millón (de las antiguas pesetas), o sea, de los 6.000 euros?

 

El pollo de Asunción

Se le atribuye a Mark Twain, considerado como el padre de la moderna literatura norteamericana, la frase de que hay tres clases de mentiras: mentiras, malditas mentiras y estadísticas. En el imaginario popular, la comprensión de la estadística deriva de la metáfora sobre el pollo, según la cual si de dos personas una se come dos pollos y la otra ninguno, la estadística hará la media y dirá que se han comido un pollo cada una de ellas.

La estadística fue parodiada hasta por los hermanos Marx en una de sus películas. El genial Groucho entraba en escena vestido como un médico y diciéndole a una enfermera: “Señorita, tengo mucha prisa. Déme una media de la temperatura de todos mis pacientes”.

El pasado viernes el gobierno local tiró de medias matemáticas y de la estadística en el Pleno en el que aprobó con su mayoría absoluta, previa aceptación de tres enmiendas del PSOE, las Ordenanzas Fiscales para el año 2013. La delegada de Hacienda, Asunción Fley, defendió el proyecto con el argumento de que, “matemáticamente”, han sido “congelados” los impuestos.

El término “congelación” en materia fiscal es sumamente equívoco, porque si originalmente estaba perfectamente claro y significaba que no había variación en el coste de un servicio o en la cuantía de un impuesto o tasa, posteriormente la clase política, especialmente durante la era Monteseirín, empezó a utilizarlo como sinónimo del IPC. Mientras que el ciudadano pensaba
que aquéllos no iban a subir de un año para otro porque oían decir a los políticos que quedaban congelados, en realidad éstos habían acordado una subida equivalente a la del coste de la vida previsto por el Instituto Nacional de Estadística o el Gobierno en sus previsiones macroeconómicas.

ZANAHORIA FISCAL

Asunción Fley puso por delante de los sevillanos la zanahoria de la presunta congelación del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE), el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (el popularmente conocido como ‘sello’ del coche), el de Construcción, Instalaciones y Obras (ICIO) ….. para tratar de justificar así, “matemáticamente”,  la subida de la mayor parte de las tasas y la creación de nuevas figuras tributarias, no precisamente para “congelar” los ingresos municipales, sino para incrementarlos, por mucho que tratara de camuflar la medida recurriendo a la estadística, como en el típico ejemplo del pollo.

A título de muestra, oficialmente el Ayuntamiento dice haber congelado el Impuesto sobre Bienes Inmuebles , pero como ha eliminado la bonificación existente por domiciliación del pago a través de entidades bancarias, los miles y miles de sevillanos que habían recurrido a este método en beneficio tanto suyo como del Ayuntamiento (por ahorro de costes y mayor recaudación) verán en la práctica cómo el IBI se les incrementa.

Decisiones como ésta tienen un efecto disuasorio sobre los contribuyentes en una sociedad como la sevillana, tradicionalmente benevolente con aquellos que incumplen sus obligaciones tributarias con el Ayuntamiento y que históricamente se han beneficiado del calamitoso sistema -o más bien, falta de sistema- de la Hacienda local desde los no tan lejanos tiempos de los recaudadores que actuaban en su nombre a cambio de jugosas participaciones en las cantidades que lograban cobrar.

TASA DE MOROSIDAD

La ineficacia municipal en este sentido ha sido de tal magnitud que el Ayuntamiento ha dejado de ingresar en el último decenio más de 379 millones de euros, de los que considera ya incobrables 56 millones.

Justamente para combatir esta morosidad y ganar tiempo para reorganizarse internamente con la creación de una Agencia Tributaria propia, el Consistorio lanzó hace años una campaña entre los sevillanos para incentivar mediante una pequeña bonificación, descendente con el paso del tiempo, la domiciliación bancaria del pago de los tributos. De esta manera, los contribuyentes se libraban de la tentación de caer en el olvido de no pagar o de hacerlo fuera de plazo, con los consiguientes recargos, y la Hacienda municipal no sólo se garantizaba el cobro del dinero, sino también de hacerlo en el plazo más favorable para la Tesorería y se ahorraba los costes administrativos -de personal y papeleo- de emprender acciones contra los olvidadizos y morosos de larga duración (publicando los exhortos en el Boletín Oficial de la Provincia de Sevilla).

Salvo error u omisión, el Ayuntamiento ha modificado 37 de las 44 Ordenanzas Fiscales preexistentes, con una subida media del 3% según Asunción Fley, la delegada municipal de Hacienda, que incluso llegó a decir que así se cumplía la promesa electoral de Zoido de bajar los impuestos en Sevilla porque este promedio era inferior al del IPC del pasado mes de septiembre, que fue del 3,5%. Sin embargo, la oposición ha subrayado que la Hacienda municipal ha tomado como referencia arbitraria el dato que recoge la media de marzo del último decenio por ser el más beneficioso para el Consistorio, no para los contribuyentes.

LOS SERVICIOS BÁSICOS

Independientemente de esta circunstancia, lo significativo no es que el Ayuntamiento rebaje la media estadística de la suma de impuestos/tasas congelando o subiendo poco una cantidad de tributos por servicios escasamente utilizados por los sevillanos (como podría ser la expedición de un documento en las caracolas de la Gerencia de Urbanismo), si no, y aquí radica la clave de la cuestión, la subida que ha aplicado a los servicios básicos o más demandados por los ciudadanos, como son las tarifas de Tussam (una media del 5%, superior por tanto a ese IPC del 3,5% citado por Asunción Fley como referencia), las de la zona azul y la grúa (un 6%) y la utilización de las instalaciones deportivas del IMD (hasta un 7%).

Y aún más significativo es que este encarecimiento del transporte público y  del uso de los espacios colectivos (también a los polémicos veladores se les ha aplicado una subida bastante apreciable) se haya realizado en un contexto de aguda crisis económica, con más de 90.000 parados en la ciudad, y pese a la promesa del alcalde de no subir los impuestos porque su doctrina económica consistía en hacer lo contrario, bajarlos,  para estimular así la actividad económica y porque así, a mayor crecimiento de la riqueza y del PIB sevillanos, mayores acabarían siendo por tanto los ingresos en las arcas municipales.

Y el tercer elemento significativo, ignorado por el gobierno local, ha sido el dictamen contrario y unánime, por primera vez en la historia del organismo, del Consejo Económico y Social de Sevilla, el órgano consultivo del Ayuntamiento y en el que están presentes los agentes sociales de la ciudad, que llevan al Consistorio la voz de la calle, la voz de la sociedad.

POR UNANIMIDAD

La Confederación de Empresarios de Andalucía, los sindicatos UGT y Comisiones Obreras, organizaciones de consumidores como Facua y UCE, CEPES, asociaciones de vecinos y expertos aprobaron por unanimidad un dictamen contrario al proyecto de Ordenanzas Fiscales redactado por Asunción Fley.

El CESS dictaminó en contra de esa subida media del 3% en tasas y precios públicos, tan invocada por la delegada de Hacienda , porque a su juicio carecía de lógica si el objetivo era el de acercar la referencia del incremento de las Ordenanzas a la realidad, porque tomaba como referente el IPC interanual de los últimos diez años en vez del de los últimos cuatro, el periodo de la crisis económica, ya que en este caso la subida tendría que haber sido de sólo el 1,8%.

En vez de rectificar su política fiscal conforme a las recomendaciones del CESS, el delegado de Economía, Gregorio Serrano, subrayó que este organismo ha emitido generalmente dictámenes contrarios a las Ordenanzas y los Presupuestos municipales y que como su carácter es meramente consultivo y no vinculante, el gobierno local haría lo que tuviera que hacer.

INDEPENDENCIA DE CRITERIO

Efectivamente, Gregorio Serrano tenía razón cuando recordaba que en los ocho años en que fue responsable en temas de Hacienda por el PP, el CESS prácticamente emitió dictámenes negativos, pero ello no le resta importancia al dato, sino todo lo contrario: revela su independencia de criterio respecto al gobierno de turno, y también cuando eran del PSOE e IU, con gran irritación de Monteseirín con el entonces presidente, José Vallés. En su sectarismo contra quien no opinara como él, el exalcalde esperaba un completo respaldo del CESS y de Vallés a sus políticas fiscales, habida cuenta de que éste había sido delegado de Hacienda, Patrimonio y Estadística con el socialista Manuel del Valle de alcalde, pero Vallés antepuso a su condición de socialista la de catedrático de Economía de la Universidad, su integridad moral y su independencia intelectual y acabó dejando el cargo antes que seguir soportando las presiones de Monteseirín.

Y lo que también demuestra la reacción de Gregorio Serrano de minusvalorar el papel del CESS es que la clase política desoye las voces críticas cuando se instala en el poder (bastaría comprobar qué decía Serrano sobre los dictámenes del CESS cuando se hallaba en la oposición y ahora) y que aquél y otros organismos consultivos no son a la postre más que floreros con que el sistema se adorna para aparentar una Democracia participativa y consultiva más ficticia que real.