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Año nuevo

Año nuevo, problemas viejos. El tiempo en Sevilla, al contrario que en la máxima latina, no parece que vuele, sino que marche en sentido inverso, hacia atrás. A la ocupación de edificios, ahora llamados ‘corralas’ como en Madrid, en demanda de una vivienda para los desahuciados o los que carecen de ella, se une el encierro de los trabajadores de la factoría Roca, de Alcalá de Guadaíra, en la catedral en protesta contra el proyectado cerrojazo a la fábrica. Esta pacífica toma del templo metropolitano por turnos de 40 obreros nos retrotrae treinta años en el tiempo, cuando eran tan frecuentes estas formas de protesta en las iglesias que inspiraron al gran Manuel Barrios una de sus obras más celebradas, ‘El encierro de San Serapio’, en la que un sacerdote que no se había visto en otra semejante debía afrontar la ocupación de su templo por unos obreros en conflicto laboral. Tanto éxito tuvo que hubo de ser repuesta en cartelera diez veces en el plazo de seis años. Por éso este 2013, más que un año nuevo semeja un año viejo que nos trae el aroma de lo ya vivido.

 

Zoido pide a la Junta lo que él no hace en Sevilla

El alcalde de Sevilla y aún presidente del PP (A), Juan Ignacio Zoido, propuso recientemente al titular de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, cinco grandes acuerdos como alternativa al Pacto por Andalucía que éste propugna. Los cinco grandes pactos o “pilares” que para conformar una “agenda reformista” en beneficio de toda la sociedad preconiza Zoido versarían  sobre creación de empleo, impulso a los sectores productivos, reforma del sistema educativo, reducción del gasto superfluo y de racionalización de la Administración Pública y transparencia y control de la misma.

El alcalde de la micropolítica es, sin embargo, muy aficionado a la política de grandes gestos, de ahí que este quíntuple pacto ofrecido a Griñán recuerde al ‘Pacto por Sevilla’ resumido en 15 “pilares”, por emplear su expresión, que sugirió a los dos partidos de la oposición municipal, PSOE e IU, apenas tomar posesión de la Alcaldía y cuando aún aparecía ante la opinión pública nimbado por la aureola de su espectacular victoria electoral, con sus 20 concejales, e instalado en el celestial territorio de las buenas intenciones y el propósito de marcar distancias del sectarismo de Monteseirín.

EL EMPLEO, LO PRIMERO

Así pues, hace ahora algo más de año y medio, Espadas y Torrijos, confiados en la mano tendida por el entonces recién investido alcalde y por aquello de la buena educación y los cien días de gracia que se otorgan a todo nuevo gobernante, acudieron al despacho de Zoido a coprotagonizar poco menos que una escena del sofá, por el bien de la ciudad y para escuchar el contenido de aquel ‘Pacto por Sevilla’ que tan generosamente pregonaba el alcalde de la mayoría absoluta y que por eso mismo no necesitaba del concurso de ambos para la ejecución de cualquier política que se propusiera acometer.

El primero y esencial de los 15 pactos propuestos por Zoido es el mismo primero de los cinco que ha planteado a Griñán: debía versar sobre el empleo y la necesidad de crear las condiciones para que los emprendedores, autónomos y empresas de la economía social invirtieran en Sevilla y generaran empleo de calidad.

Pactar, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, significa acordar algo entre dos o más personas o entidades, obligándose mutuamente a su observancia Pactar, pues, no significa imponer una política determinada con los demás como oyentes pasivos, sino recoger al menos una parte de las propuestas de los demás y ceder en algunas posiciones para conseguir el fin superior de un acuerdo conjunto apoyado por todas las partes para así transmitir un mensaje unitario a la sociedad.

En el año y medio que lleva en la Alcaldía, Zoido ha fracasado en sus dos aparentes grandes iniciativas que podrían englobarse en buena parte de cuatro de los cinco pactos que ha propuesto a Griñán, a excepción de la reforma educativa, en la que carece de competencias. Primero fue incapaz de materializar esos ‘Pactos de la Moncloa’ a la sevillana que lanzó apenas tomar posesión de su cargo, no ya sólo en los quince “pilares” que lo componían, sino también en cualquiera de ellos por separado, incluido el primero de todos en importancia, como él mismo reconocía: el Pacto por el Empleo y la Inversión.

NUEVA FORMULACIÓN

Al cabo de un año volvió a la carga sobre el mismo asunto, si bien con otra formulación: anunció en el debate sobre el estado de la ciudad que a la vuelta de las vacaciones de verano, en septiembre de 2012, presentaría un Plan de Empleo. Pues ni lo uno ni lo otro, ni Pacto por Sevilla ni Plan de Empleo.

Y mientras Zoido emplaza, en calidad de presidente del PP (A), a Griñán a que “baje de la estratosfera, llegue a La Tierra, ponga los pies en Andalucía, se comporte como un político de altura, busque el diálogo lejos de la agitación y la radicalización y aplique las medidas necesarias para resolver los problemas de los demás”, en su condición de alcalde de Sevilla no se aplica ese mismo credo para, dialogando con la oposición, consensuar medidas que resuelvan el principal problema de la ciudad, el paro, que sigue lanzado hacia esa estratosfera a la que alude. Aun habiéndose intitulado ‘el alcalde del empleo’, la flecha de la gráfica del paro en Sevilla no deja de apuntar cada vez más hacia arriba: el número de desempleados ha crecido durante su mandato en un 18,87% y ha pasado de 77.000 a 91.000 en números redondos.

La demoledora cifra resalta aún más si se considera que Zoido hizo un fichaje-estrella para el puesto de director general de Economía y Empleo del Ayuntamiento: Luis Miguel Rufino Rus, economista con una larga trayectoria profesional, desde la General Motors hasta la Real Orquesta Sinfónica. Tan sólo dos meses antes de las elecciones municipales de mayo de 2011, Luis Miguel Rufino y Emilio Carrillo, con el patrocinio de la Diputación y de la UGT, presentaron un estudio sobre el impacto de la crisis en la provincia de Sevilla, en el que aportaban, presuntamente, soluciones para crear hasta 76.000 empleos en el periodo 2011-2015, en 57 sectores relacionados con nuevas ocupaciones.

El mensaje de esperanza de ambos era el de que pese a lo crudo y difícil de la situación en Sevilla, había condiciones para “levantar el vuelo y crear empleo, aprovechando para ello la red de desarrollo local y los empleos de futuro”. Según el actual director general de Economía y Empleo del Ayuntamiento hispalense, el 26,42% de los futuribles 76.000 empleos nuevos se crearían en los servicios culturales; un 12,25%, en telecomunicaciones, teletrabajo y tecnologías; un 11,13%, en medio ambiente e iniciativas contra el cambio climático, y un 10,85%, en el sector primario (agricultura y ganadería).


TERCERA OPORTUNIDAD

Desgraciadamente para todos, ninguno de estos augurios parece haberse cumplido todavía y Zoido va camino de su ecuador como alcalde bajo el riesgo de llegar a la cifra sin precedentes de 100.000 parados en la ciudad, una posibilidad pavorosa que por sí sola debería ser razón más que suficiente para articular con el resto de fuerzas políticas y con los agentes sociales ese Pacto o Plan de Empleo que sigue siendo incapaz de materializar pero que por elevación exige a su vez a Griñán en Andalucía.

El alcalde ha tenido una tercera y magnífica oportunidad de demostrarlo en la redacción de los Presupuestos de Sevilla para 2013, cuyo capítulo en materia de Economía y Empleo podría al menos haber tratado de acordar con la oposición. Sin embargo, una vez más ha vuelto a actuar conforme al rodillo de su mayoría absoluta, de espaldas a PSOE e IU y presentando un mero y sucinto avance en vísperas del puente de la Constitución y la Purísima para soslayar cualquier atisbo de debate o análisis. Posteriormente, cada delegado en solitario ha ido divulgando sus particulares cuentas públicas, mientras que la oposición bucea en los papeles  y los números para tratar de perfilar su propia alternativa.

En los nuevos Presupuestos, la Delegación de Empleo, Economía, Fiestas Mayores y Turismo dispondrá de 35 millones de euros, casi diez millones más que en este ejercicio. De esa cantidad global, unos 11 millones se destinan a programas de formación e inserción laboral, conforme a este desglose en números redondos:

-Programa de Agentes Locales de Promoción de Empleo (Alpe): 644.000 euros.
-Tres escuelas-taller que finalizan en marzo: 295.000 euros.
-Nuevas escuelas-taller: 4.428.000 euros.
-Programa de inserción sociolaboral Redes: 3.200.000 euros.
-Programa de orientación profesional Andalucía Orienta: 1.230.000 euros.
-Inserción laboral de jóvenes titulados universitarios: 519.000 euros.
-Otro programa de orientación: 353.000 euros.
-Programa de generación de negocios ‘Genes’: 351.280 euros.

ESPADAS LO TRIPLICA

Si Zoido hubiera pactado previamente al menos los Presupuestos para este área, podría haber incorporado las sugerencias de Juan Espadas, portavoz del grupo municipal socialista, que reordenando diversas partidas demuestra que se pueden redirigir 30 millones de euros a un Plan de Empleo y de rehabilitación de viviendas. Así pues, Espadas es capaz de multiplicar por tres el dinero que Zoido destina a Empleo en sus Presupuestos, la proclamada prioridad número uno de su gobierno pero que a la hora de la verdad queda subordinada a otras políticas.

El portavoz socialista dice haber detectado “partidas ocultas” sobre cuyo destino no ha informado el alcalde, como, por ejemplo, un incremento de la cifra destinada a productividad pero sin justificarlo, y 7 millones para “reordenación del sector público”, que le suenan a indemnizaciones para despidos. Entre las reordenaciones o redirecciones propuestas por Espadas para obtener 30 millones de euros que destinar a un Plan de Empleo y Vivienda figuran las siguientes:

-Ahorro de 500.000 euros en sueldos de altos cargos que cobran más dinero que el alcalde.
-Ahorro de los 450.000 euros presupuestados para convenios con el Sevilla y el Betis.
-Los 12 millones de la subida para productividad.
-Los 7 millones de la ‘reestructuración del sector público’.
-Un millón de euros de la partida de eventos culturales y deportivos del área de Fiestas Mayores.

La alternativa de Espadas no sólo triplica la dotación que para empleo ha destinado Zoido, sino que también es la demostración de que puede hacerse con ese mismo planteamiento realizado  por el alcalde de Sevilla y aún presidente del PP (A) a Griñán para un par de esos cinco pactos por Andalucía: mediante la reducción del gasto superfluo y la racionalización de la Administración Pública y la transparencia y control de la misma. Justamente lo que propugna el alcalde para Andalucía es lo que no practica en el Ayuntamiento, y ha de ser la oposición, a la que no da vela, la que demuestre su viabilidad.

Y, por ende, el Consejo Económico y Social de Sevilla (CESS), en su informe sobre las Cuentas de la ciudad, no sólo ha detectado un recorte en las políticas sociales en una urbe más necesitada que nunca de las mismas por sus 91.000 parados (han pasado de suponer el 38,83% del gasto municipal en 2011 al 32,14% para 2013), sino que también echa en falta un mayor apoyo al tejido empresarial y un esfuerzo inversor.

Pero sabido es que para este Ayuntamiento, tal como ha dicho Gregorio Serrano, delegado de Economía y Empleo, el CESS siempre emite informes negativos a las Ordenanzas Fiscales y a los Presupuestos.

Será por eso que el gobierno de Zoido tiene descontados a los dos, al CESS y a la oposición, y mientras el número de sevillanos en el paro no deja de crecer mes tras mes, el alcalde le exige a Griñán que “baje de la estratosfera”.

Al revés

Los señores del ladrillo disfrutaron de diez años, los de la burbuja inmobiliaria, no de vacas gordas, como en la historia que se cuenta en el Antiguo Testamento bíblico sobre José en Egipto, sino híper gordísimas, cuando se pusieron las botas y los guantes elevando los precios de los pisos a la altura de la nube (y no la de Internet, precisamente) y dando tantos pelotazos con primeras y segundas residencias y pases de suelo, que deberían tener recursos más que  sobrados para aguantar los cinco años de vacas flacas que llevamos de crisis si hubieran atendido el consejo del hebreo en la corte del faraón y reservado una parte de sus ganancias  de los buenos tiempos  Por éso me ha extrañado esta frase del discurso del ladrillero presidente de la CES: “No salimos de ésta cobrando más los pocos que trabajamos; es mejor cobrar menos y generar empleo”. Incorrecto, estimado Miguel Rus. Al revés te lo digo para que lo entiendas. Deberías haber dicho lo siguiente: “No salimos de ésta sin invertir más los pocos que tenemos dinero; es mejor ganar menos y generar empleo”.

La herencia

La sombra del manirroto Monteseirín, el peor alcalde de la (reciente) historia de Sevilla sigue siendo demasiado alargada. Año y medio después de su salida por la puerta falsa del Ayuntamiento, su sucesor, Zoido, aún paga sus desastres. Ahora, 800.000 euros en intereses de demora por los impagos de obras realizadas hace siete años. Hagan cuentas de lo que podría hacerse con la ‘herencia’ del (sin) alcalde anterior si ese dinero no se dedicara a  tapar los agujeros que ha legado a Sevilla y al nuevo regidor. Por ejemplo, el pago de dos alumbrados de Navidad como el de este año. Mejor aún, aplicando el canon de Evelia Rincón de distribuir entre los necesitados de la Macarena los fondos reservados a la Cabalgata del barrio, un reparto de comida entre 13.632 familias sin recursos de la ciudad. O haber socorrido a uno de cada siete de los 91.627 sevillanos en paro. Si decirse suele que rico es quien vive de las rentas que le dejan las rentas, moroso es quien genera intereses sobre los intereses vencidos: Monteseirín, el moroso (sellos del coche aparte) por excelencia.

‘Bon vivant’

Monteseirín, a pesar de dárselas de humanista cristiano y de socialista de base, era en realidad un ‘bon vivant’ reprimido, represión de la que se liberó en cuanto se subió al coche oficial, primero en la Diputación y luego en el Ayuntamiento, y gozó de las mieles del poder a costa, naturalmente, de los contribuyentes. No sólo instauró la práctica de cobrar dietas de las empresas municipales para más que duplicarse así su sueldo, sino que se aprovechó al máximo del cargo de alcalde para alojarse en hoteles de cinco estrellas y apuntarse a todo tipo de viajes continentales y transoceánicos con cualquier pretexto, desde una presentación folklórica en Nueva York hasta para ver de gañote el Eurobasket de Polonia y, junto con Marchena,  el Mundial de Suráfrica. Ahora, con su innata torpeza política y defecto de la inoportunidad, sale en la foto de la cata de vinos en Madrid de ‘El club de la vida buena’. Monteseirín, de fiesta en su obligado exilio de la capital de España mientras los periódicos daban la noticia de la EPA de los seis millones de parados.

 

Rotaciones

Cual si fuera un entrenador de fútbol, como Míchel y Mel, Villalobos se ha inventado en la Diputación las rotaciones para sus cargos de confianza, con el fin de que los calificados internamente como “prescindibles” dejen sus puestos a otros socialistas más necesitados por mor de la crisis y todos acaben al menos cobrando el paro. Salvando las distancias, esta práctica me recuerda a la que se descubrió a raíz del plan de arreglo de aceras en la era Monteseirín: había empresarios afines que daban de baja a los albañiles durante los fines de semana y los recontrataban los lunes, o hacían lo mismo los veranos, para ahorrarse así la Seguridad Social y las pagas extra. Ya ven, unos dando de baja y otros de alta aprovechando las lagunas del sistema. Habrá que preguntarle al inspector de Trabajo/presidente de la Junta, José Antonio Griñán, si las rotaciones de Villalobos son legales o incluso éticas, aunque la cuestión que yo me planteo es que si hay asesores calificados como absolutamente prescindibles, entonces ¿con qué criterios y/o para qué fueron contratados?

 

Sueños

Philip K. Dick, uno de los autores clásicos de la ciencia-ficción, se planteó una pregunta que dio título a una de sus obras,  ya famosa en el género,  y que inspiró la película de culto  ‘Blade Runner’, protagonizada entre otros por quien luego encarnaría al arqueólogo aventurero  Indiana Jones, el actor Harrison Ford: “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”. La Cámara de Comercio de Sevilla y el campus universitario EUSA han preguntado en una encuesta en plan albertiano qué sueñan los jóvenes sevillanos de ahora y, según coligen por sus respuestas, sus ilusiones son de ciencia-ficción como la novela de Dick porque están totalmente desconectados de la realidad. El onírico deseo de buena parte (un 40%) de la juventud que, por teórica rebeldía generacional, debe estar destinada a cambiar el imperfecto mundo que le vamos a legar es convertirse en funcionarios. Vaya por Dios lo que va de los abuelos revolucionarios a sus nietos, como en la canción del trovador  chileno Víctor Jara. Ignoran los muy ingenuos (eso pasa por no leer los periódicos, que alguna ventaja deberían tener, aparte de para papel de envolver) que según los planes de ajuste enviados por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy,  a la Unión Europea aquí no va a haber oferta pública de empleo en unos cuantos años. Y ahora, ¿qué hacemos?

Las rendijas de Monteseirín

Parados ante una oficina de empleo

Parados ante una oficina de empleo

A finales del año 2007, cuando oficiosamente la Administración española comenzó a admitir la existencia de la gravísima crisis económica actual, había en la provincia de Sevilla 118.000 parados. En enero de 2009 ya eran 173.000; en enero de 2010, 203.027; en enero de 2011, último dato revelado por el Ministerio de Trabajo hace unos días, 216.033. En tan sólo tres años el número de desempleados inscritos en el INEM –las estadísticas no recogen a aquellos que, por el efecto desánimo, se caen de la lista o ni siquiera se apuntan- casi se ha duplicado: un 83% más. De esta cifra desoladora, un tercio de los parados (entre 71.000 y 75.000, según qué fuente) corresponde a la capital hispalense.

Los datos reflejan que las personas de entre 25 y 45 años, y en mayor proporción  los hombres que las mujeres, son las más afectadas por esta situación de emergencia social. Es la prueba evidente de que la reforma laboral del Gobierno no ha servido aún para nada. En el último año incluso se han firmado 200.000 contratos temporales menos que al inicio de la crisis. Los contratos fijos para menores de 30 años son una quimera. La ya conocida como ‘la generación perdida’, cuando halla trabajo es como camareros, dependientes y en otras actividades del sector servicios.

RECORTE DE LA INVERSIÓN

Para que haya trabajo y actividad económica debe haber primero empresas y emprendedores. Y si hemos visto anteriormente las desalentadoras estadísticas del INEM sobre el mercado laboral, las del ‘Informe sobre la Economía de Sevilla’, elaborado por el catedrático Francisco Ferraro para la Cámara de Comercio y la Confederación Empresarial Sevillana y presentado unos días antes, van por la misma senda.

En lo que llevamos de crisis han desaparecido en Sevilla y su provincia 6.368 empresas, a una media, atención, de seis cada día. Otras 292 han entrado en proceso concursal, antigua suspensión de pagos.

En esta gravísima situación, todas las miradas se vuelven hacia las Administraciones Públicas en demanda de una solución keynesiana: más inversión pública. Lo imploran los empresarios, los sindicatos y hasta el Consejo Económico y Social (CESS).

Mota imitando a Rubalcaba

Mota imitando a Rubalcaba

La respuesta la han dado en los Presupuestos para 2011, que van justamente en la dirección contraria: un tijeretazo general a la inversión y, por consiguiente, a proyectos que puedan generar empleo. La Junta de Andalucía ha recortado en un 25% el dinero que destina a Sevilla. La Diputación, en un 50%. Y el Ayuntamiento gobernado por Monteseirín, ¡en un 78%!

El CESS, en su dictamen sobre los últimos Presupuestos del actual alcalde sevillano, criticó el “desplome” de las inversiones municipales en la capital, “en una época donde serían esenciales para reactivar la economía y crear empleo”. Las cuentas del Ayuntamiento destinan más dinero a la televisión de Monteseirín que a inversiones, y con eso está dicho todo.

El argumento defensivo del gobierno local es que ya se han hecho todas las obras que había que hacer y que, por tanto, toca apretarse el cinturón en época de crisis.

NO HAY FONDOS

Por eso, por ejemplo, como no hay dinero la biblioteca de la Casa de las Columnas (Triana) se cierra por las tardes desde hace casi tres meses y no se ha acabado de construir ninguna de las 18 bibliotecas públicas proyectadas para antes de 2012. Marcelino Oreja, que cuando era presidente del Consejo de Europa visitó Sevilla, decía que para medir el grado de desarrollo de ciudades y países en sus viajes internacionales no se fijaba en datos económicos de renta per cápita  y similares: observaba el número y estado de las bibliotecas y colegios –donde se forman nuestros hijos- y la limpieza. Sevilla, con más de 700.000 habitantes, sólo tiene doce bibliotecas municipales, a razón de una para cada 58.333 sevillanos.

Por esa falta de dinero que alega el Ayuntamiento, funcionarios municipales trasladados al edificio Metrocentro llevan desde diciembre ateridos de frío porque, por no tener, carecen hasta de electricidad y, huelga decirlo, de ordenadores y material de oficina.

Por eso, porque hay que apretarse el cinturón por la crisis, al Defensor del Ciudadano ni le han pagado los 67 euros que tuvo que poner de su bolsillo para una cerradura rota de la puerta de su despacho.

Y así sucesivamente.

Este es el mensaje y la práctica de presunta austeridad del gobierno ‘de progreso’ PSOE/IU en Sevilla.

EL QUE BUSCA, HALLA

Hace unas semanas, comentamos aquí, medio en serio medio en broma, que Monteseirín era como el humorista José Mota en su imitación por Nochevieja de Rubalcaba, cuando a la pregunta sobre dónde estaba el dinero decía que “en la rendija que queda en medio de los cojines del sofá, ahí hay todo un mundo de posibilidades”.

Monteseirín se abona al centenario de Elcano aunque se vaya de alcalde

Monteseirín se abona al centenario de Elcano aunque se vaya de alcalde

Pues bien, la realidad de Monteseirín supera una vez más a las parodias fruto de la imaginación de Mota. En la misma semana en que hasta se ha cancelado en Sevilla la Feria del Toro por falta de 300.000 euros, entre las lamentaciones del sector turístico, la compañera María Rionegro ha descubierto que el alcalde ha ‘detraído’ 150.000 euros del Presupuesto municipal para una fundación ‘fantasma’ (‘Sevilla World’) que conmemore en el año 2019 la vuelta al mundo de Juan Sebastián Elcano.

Probablemente, el regidor habrá seguido el consejo del humorista Mota pero aplicado a las rendijas de las cuentas públicas en vez de a las del sofá del salón: “Hay que meter la palma de la mano por todos lados, porque siempre cae algo”.

Monteseirín, el alcalde que como estamos en crisis ha hecho sólo siete viajes al extranjero en el último año desde la Sevilla de los 70.000 parados, siempre acaba, como el humorista Mota, dando la campanada.

Cuchillo de Herrero

Santiago Herrero

Santiago Herrero

En esta Sevilla de las falsas apariencias tenemos un (sin) alcalde y un (sin) empresario presidente de la CEA, lo más alejado de la figura del emprendedor, pues su modelo siempre fue el funcionariado en la patronal, al modo Cuevas. Herrero ha dicho con su sonrisa profidén que hay que corregir el “problema de la actitud de los parados, que no buscan trabajo hasta dos meses antes de la pérdida de la prestación”. Yo, prueba viviente de la falsedad de tal aserto, digo que eso es una forma fina de llamar vagos al millón de parados andaluces y de hacerle el juego a los Puigcercós de turno. ¿Sabe el (sin) empresario presidente algo del drama de ese millón de parados? ¿Ha vivido la humillación de verse en el paro? ¿Ha ido acaso a los comedores sociales o a Cáritas a solidarizarse con ellos y con sus penas, no precisamente de San Vicente? Con su mismo desparpajo y frivolité alguien podría volverle la oración por pasiva y decirle que los empresarios no invierten si no trincan de la Junta. Me remito a Griñán: “en Andalucía está instalada la cultura de la subvención”.

‘Lapsus linguae’

Viera ha declarado que la presencia del delegado municipal de Economía y Empleo en un piquete “no es la mejor imagen que puede dar un gobierno”, por lo que confía en que el portavoz  de IU y primer teniente de alcalde, Torrijos, “tome nota” y “dé alguna explicación”. ¿Y por qué tiene que tomar nota y dar las explicaciones Torrijos si quien, como el propio nombre del cargo del edil piquetero indica (delegado, osea, que ejerce la función en representación de otro),  lo ha designado y por tanto tiene la potestad de relevarlo y es el máximo responsable del gobierno municipal que da tan mala imagen es teóricamente el (sin) alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín? Viera, en su afán de echarle un capote a ese cadáver político defenestrado por él mismo y por Griñán, ha incurrido en un ‘lapsus linguae’ al reconocer indirectamente  que quien en realidad manda en la Plaza Nueva es Torrijos y que por eso debe dar las explicaciones. A Viera le ha traicionado el inconsciente. Ha ratificado lo que ya dijo Del Valle:  Torrijos ha ocupado el espacio dejado vacío por Monteseirín.