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Klopp

Por la vuelta de la Liga de Campeones tras el tópico del paréntesis invernal -tópico, porque el invierno dura oficialmente hasta el 21 de marzo-, le han hecho una entrevista a doble página a Jürgen Klopp en la previa de los octavos de final. El tocayo del arquitecto de las ‘Setas’ de la Encarnación era el entrenador de moda en Alemania hasta que el Bayern de Múnich fichó a Guardiola, con lo cual el ‘filósofo’ intercambia el rol que tuvo en España, ya que el Bayern equivale allí al Real Madrid y el Borussia Dortmund, equipo de Klopp, al Barça. Jürgen se sentó en el banquillo del segundón germano y lo convirtió en campeón de Liga, algo que no ocurría desde hacía un decenio. La temporada pasada no sólo revalidó el título, sino que también le añadió la Copa: doblete. El Guardiola teutón ha alabado la Bundesliga, su rentabilidad y sus estadios, momento en que se acordó de Sevilla, con estas palabras: “En Sevilla he estado en los dos estadios; son viejos y sin ningún confort”. A ver si ahora Del Nido y Guillén van a usar sus declaraciones para pedir otra recalificación.

Rotaciones

Villalobos es a la política lo que Guardiola al fútbol. Si Guardiola revolucionó con su Barça ese deporte al inventarse un juego de posesión y tiralíneas hasta lo imposible, el presidente de la Diputación ha perfeccionado las rotaciones que practican los entrenadores para dar descanso a sus jugadores y las aplica en política en sentido contrario: dar trabajo en la  crisis. El de La Roda ha hecho realidad el dicho de que donde come uno comen tres al rotar hasta tres veces por el puesto de asesor a otros tantos correligionarios nombrados a dedo, para que todos ellos puedan seguir chupando del bote o de la teta públicos. El milagro de los panes y de los peces contemporáneo. En el divertido programa de Radio Sevilla ‘La Cámara de los Balones’, un imitador del entrenador del Betis, Pepe Mel, llama siempre al mismo periodista deportivo para que le dicte a quién debe alinear y a quién dejar en el banquillo o en la grada. Pero la realidad supera a la ficción. A partir de ahora, a quien debería llamar el sosias de Mel es a Villalobos, el verdadero experto en rotaciones.

Los adioses

El (sin) alcalde inicia su postrero curso político cada vez más solo. Los últimos –por ahora- en anunciar el abandono de un barco que se hunde han sido Alfonso Seoane, con quien compartimos tantas horas en aquella Expo del buen recuerdo y que se pasa del fútbol –fue portero del Real Madrid- al baloncesto como directivo de la Federación, y Rosamar Prieto, a la que Monteseirín le ha cogido más ojeriza que Ibrahimovic a Guardiola desde que ella mostró su predisposición a sustituirle en la Alcaldía si Viera se lo cepillaba. Antes que ellos, dieron o les dieron el portazo el propio Viera, Carrillo, Celis…. El mandato del (sin) alcalde se asemeja a la sinfonía ‘Los adioses’, de Haydn, ésa en que los músicos dejan de tocar, apagan la vela de su atril y se van yendo despacio uno tras otro, hasta que al final se quedan únicamente tocando el violín, y con sordina, dos: el director y el concertino, que en nuestro símil serían Monteseirín y Fran Fernández. El último de ellos, que apague la luz (si es que antes no la corta Endesa por la deudas que deja el sin alcalde).

Puente de plata

¿Se imaginan que en el Real Madrid se pusieran a lloriquear por que el Barcelona fuera de ruina y hubieran echado a Guardiola? Más o menos eso mismo está haciendo el PP, donde en vez de brindar con champán por haberse cargado Griñán a Monteseirín, del que decían un día sí y otro también que ha sido el peor alcalde de la historia de Sevilla, han acabado lamentándose en plan jeremíaco por su defunción política. Arenas acusa a Griñán de haber creado “una gran crisis” y “un gran vacío” (¿?) en Sevilla. Zoido admite haber vivido con “mucha preocupación” el día en que conoció la noticia y que aunque él veía cómo el gobierno se deterioraba, lo ocurrido ha sido “el colmo”. Vamos, superior a sus fuerzas. Un poco más, y el PP decreta tres días de luto y crespones (por definición son negros) en las alas de la gaviota. ¿Pena, penita, pena, síndrome de Estocolmo o lágrimas de cocodrilo? El duelo pepero está tan magistralmente interpretado que es para Oscar, pues no me creo que pueda ser sincero. En tal caso sería una completa gilipollez. A alcalde que huye, puente de plata.