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Descreído

felicitacion marchenaMonseñor Asenjo, al que cuando era sólo obispo de Córdoba le vaticiné que sería arzobispo de Sevilla, ha criticado “el secuestro que sufre la Navidad”. El pontífice hispalense lamenta que la iluminación navideña haya perdido todo su simbolismo religioso -Torrijos, deja de silbar-; que los árboles nórdicos sustituyan a los belenes y que las felicitaciones sólo contengan motivos periféricos a la celebración, como ciervos o nieve. Pues todo esto, monseñor, no es nada comparado con el christma (merezco ser condenado por este anglicismo) del imputado Manuel Marchena: una foto de la maqueta de las ‘setas’ de la Encarnación con, sobreimpresa, una tópica frase de Wayne W. Dyer (otro extranjero, para variar) cogida por los pelos, pese a que el valido del (sin) alcalde es calvo. Comprenderán ahora por qué Marchena no merecía salir de rey Melchor en la cabalgata del Ateneo, colofón de las Pascuas. El ahora despreciado por los señores del ladrillo ha dado ya suficientes muestras de no creer en la Navidad. El sólo adora a su particular becerro de oro: Monteseirín.

Chapuza

Monteseirín setasAl (sin) alcalde le ha salido el tiro por la culata. Invitó a periodistas para una sesión de botafumeiro a su mayor gloria en las ‘setas’ de la Encarnación, pero la dircom de Sacyr cantó la gallina. Reveló que el Ayuntamiento oculta desde hace un año que la sexta ‘seta’, la que destroza ‘la Encarnita’, no pinta nada porque la pasarela de conexión es tan feble que se prohíbe el paso, no vaya a hundirse por el peso de los visitantes. Osea, que la tesis con que trataron de justificar las ‘setas’, lo de democratizar las vistas al margen de la Giralda, también se les viene abajo con estrépito. Además, para no dejar en evidencia al arquitecto alemán que ni ha previsto el acceso para los minusválidos, en la reunión se puso a los sevillanos como salvajes al decirse que no abrían la pasarela por miedo a que la gente se dedicara a tirarle piedras a los vehículos (¿cuáles, si los han quitado del medio?) y viandantes. Monteseirín y Marchena -gerente de Urbanismo cuando las ‘setas’- son como Pepe Gotera y Otilio: chapuzas en Sevilla y (¿será por viajar?) a domicilio.

Desprecio

El (sin) alcalde, que desvió 172 millones a las setas y otros delirios arquitectónicos para que además de la cotidianidad la posteridad lo tome por loco, el (sin), decía, hizo en plan trilero  que ese dinero del PGOU para los sistemas generales de los futuros barrios acabara en el Metropol & Cía. Ahora ha  tenido que entonar un ‘mea culpa’ en forma de pacto con los señores del ladrillo,  para que no lo lleven directamente al Juzgado de Guardia. Para representarle en la negociación, el (sin) nombró a su valido Marchena, acostumbrado a disfrutar de gañote  de pinceladas de mariscos al centro con los constructores, por aquello de su época de gerente de Urbanismo. Pero para su escarnio, y sorpresa de Monteseirín, los ladrilleros reclamaron otro interlocutor porque ya no le aguantan ni mijita sus modos matoniles. El desprecio de sus antiguos comensales ha sido un duro golpe a su vanidad. Y es que el valido ya no asusta a nadie desde que lo imputaron en Mercasevilla y los reyes magos le echaron carbón en el Ateneo. Como cantaba Dylan, los tiempos están cambiando.

A plena luz

Calles del Centro como Tetuán cuentan con alumbrado especial aunque Torrijos las había excluido del plan municipal con tal de  fastidiar a Aprocom. Se publica que la AIE que dirige Marchena  apoquinará 30.000 euros, pese a la quiebra de Tussam y Lipasam,  para que no ocurra como el año pasado, cuando el Centro se salvó ‘in extremis’ de quedarse sin luces de Navidad. Sin novedad en el frente. Pocos saben que el Ayuntamiento ya pagó, imputándolo a otras partidas o mediante el consorcio municipal, el alumbrado en 2009, camuflado como parte de un aniversario en la Fleet Street local de quienes no podían permitirse tal alarde por sus deudas multimillonarias y sus EREs encubiertos. La estratagema preveía que el camuflaje de este año lo asumiera el otro medio marchenero con la coartada de su traslado de sede, luego abortado por la crisis. Como a Monteseirín lo defenestraron mediante el teletipo de Europa Press, que no el de las amapolas, ya da igual todo y el Consistorio no necesita de sus lacayos externos. Lo que ayer hizo bajo cuerda hoy puede hacerlo a plena luz.

La escapada

Cada 52 días, un viaje al extranjero en el peor año de la crisis. Ese es el promedio del (sin) alcalde, émulo del capitán Tan en sus periplos a lo largo y ancho de este mundo. Ahora se ha empotrado en una expedición a Argentina organizada por la Cámara de Comercio para que los productores audiovisuales acudan a un encuentro de cine. De cine se lo monta el (sin) para largarse de la Sevilla de los 70.000 parados. ¿No le ordenó el PSOE un apagón informativo? Pues si Viera y Susana no quieren caldo, que tomen dos tazas. Ya van siete escapadas al extranjero en este curso, con cualquier motivo, porque el (sin) es tan jaranero que toca todos los palos. Lo mismo aterriza en Río, por más que a ZP le diera corte por aquello de la crisis, que en Suráfrica por el Mundial de fútbol o en Turquía la de las tuberías (de Marchena) por el Mundobásquet. El caso es viajar a costa del contribuyente, aunque en Buenos Aires cante para disimular el ‘No llores por mí, Argentina’: “Debéis creerme,/ mis lujos son sólo un disfraz,/ un juego burgués nada más/, las reglas del ceremonial”.

Asilo

El alcalde perpetuo de Dos Hermanas, Kiko Toscano, ha dado asilo político a Marchena, imputado en el caso Mercasevilla, al nombrarlo rey mago en su Cabalgata.  Según el del perpetuo socorro, el veto del Ateneo a Marchena es indigno y, además, lo normal es que la mayoría de los cargos públicos acaben tan imputados como él, más temprano que tarde. Lo indigno es que un matón como el valido de Monteseirín, caracterizado por sus vetos a la prensa, hubiera ‘comprado’ a cambio de los favores de Emasesa (patrocinio de libros a la Docta Casa, entre otras prebendas) el título de rey Melchor. Ahora ha probado sólo una pequeña dosis de su propia medicina: quien a veto mata, a veto muere. Y como para el nazareno lo normal es que la clase política acabe en los tribunales, por eso mismo en las encuestas del CIS los políticos aparecen como uno de los principales problemas del país. Ya puestos, Toscano se ha quedado corto. Podría  haber nombrado rey Melchor a Marchena; Gaspar, a Rivas, y Baltasar, a Mellet, con los falsos prejubilados de Mercasevilla haciendo de beduinos.

El ‘rey’ destronado

Monteseirín llega a la Alcaldía por un pacto entre Chaves y Rojas Marcos tras el hartazgo de Becerril para reeditar el pacto con los andalucistas. El PA lo analizó todo como si fuera una partida de ajedrez: si piden esto, contraofertamos aquello; si rechazan tal cosa, ofrecemos esta otra…..Esta sucesión de tableros políticos visualizados previamente permitió cerrar la coalición en 48 horas, una rapidez que dio pábulo a la tesis del PP de que había sido acordada antes de las elecciones y no después.

Monteseirín, una marioneta de Caballos contra Borbolla, se vio así con el bastón de mando, pero sitiado por un PA que controlaba las delegaciones clave, Urbanismo en especial para redactar el nuevo PGOU, y el 70% de las inversiones.

ESTRUCTURAS PARALELAS

Ya contamos cómo el PSOE diseñó estrategias para romper el férreo control andalucista. Una fueron las inversiones en los barrios a través de los Distritos, raíz del caso Macarena. Otra, la creación de estructuras paralelas de poder aparente, como el  Plan Estratégico para contrarrestar a la Gerencia de Urbanismo y lanzar el mensaje de que el diseño de la Sevilla del futuro estaba en sus manos.

La Oficina del Plan Estratégico se constituyó en noviembre de 1999, con Alfonso Yerga como director, pero Monteseirín se desembarazó pronto de él. Yerga acabó refugiado en la Junta  para dejarle vía libre al valido del alcalde, Manuel Marchena, su ‘eminencia gris’. Marchena, un oscuro y ambicioso profesor de talante chulesco, medró por los vericuetos administrativos del turismo tras escribir un libro sobre el tema, aparte de por sus vinculaciones al partido, y medrando medrando acabó relacionándose con Monteseirín a través del Patronato Provincial de Turismo, dependiente entonces de la Diputación, que aquél presidía antes de saltar al Ayuntamiento.

SIMBIOSIS

Monteseirín, psicológicamente un pusilánime, pronto estableció una relación simbiótica de dependencia con Marchena,  su antítesis y a la vez  alma gemela, individuo sin escrúpulos  y ‘bon vivant’, capaz de cualquier cosa con tal de no volver a la tiza, pues con el magro sueldo de PNN no podía aspirar a trepar socialmente, comer en restaurantes de cinco tenedores, vestir a la última y lucir macizos relojes y gafas de marca. Al cabo de diez años se ha sabido que Monteseirín le había puesto un sueldo en Emasesa de 170.749 euros (declaración de 2009) y que ese dinero aún le parecía poco al alcalde  “para lo que valía” su ‘alter ego’.

Ya refugiado en la Junta, a Yerga empezaron a llegarle noticias del Plan Estratégico. Su sucesor había pedido una Visa Oro y el alcalde quería adscribir un coche y un chófer a la Oficina del Plan. ¿Un coche? ¿Para qué? Pronto comprendió la razón: Marchena no tenía carné. Visa y coche a las primeras de cambio.

Y cuando Monteseirín, para guardar las apariencias, instó a una comida de confraternización entre Marchena como responsable del Plan Estratégico y el andalucista del PGOU, el valido no tuvo el menor empacho en decir que él tendría que comer muchos langostinos para llevarse las papas a su casa. Una declaración de intenciones que ha cumplido a rajatabla durante 11 años.

VALIDO DEL ALCALDE

En 2003, tras las elecciones en que el PSOE demolió al PA con el ‘urbanismo bajo sospecha’ pese a haber sido corresponsable como socio de gobierno, Monteseirín puso a su valido al frente de la Gerencia y lo erigió en el interlocutor ante los poderes fácticos de la ciudad, cuyos representantes no dudaron en adularlo, tratarlo como un igual (‘Manolo’ por aquí, ‘Manolo’ por allá) e invitarlo a los reservados de los mejores restaurantes. No era para menos, si desde Urbanismo había miles y miles de millones en juego con el nuevo PGOU y el alcalde no se recataba en decir que quien quisiera algo del Ayuntamiento, que hablara con Marchena en vez de seguir los cauces administrativos.

Con ese poder delegado, acentuado tras su posterior nombramiento como vicepresidente de la AIE y viéndose servilmente halagado, no es extraño que la altanería de Marchena haya crecido hasta extremos desorbitados y que se vanagloriara de utilizar la publicidad institucional para silenciar voces críticas y comprar periódicos. El valido del alcalde ha procurado tejer una red clientelar particular al presentarse como el desatascador de los problemas de los administrados que recurrían a él como atajo. De esta manera, convertía lo que era un derecho en un favor personal a él debido: un neocaciquismo.

PRINCIPIO DEL FIN

Mediante esta cadena de favores (promesa de patrocinar publicaciones del Ateneo con dinero de Emasesa) se hizo nombrar rey Melchor en la Cabalgata, un peldaño más en su escala de trepa social, pero tras su imputación en el caso Mercasevilla el Ateneo le ha retirado el nombramiento haciendo caso omiso a sus bravatas.

Marchena, que merece la presunción de inocencia pese a ser uno de los adalides del ‘urbanismo bajo sospecha’ sin pruebas, no debió verse en esta tesitura, no por estar imputado, sino porque jamás debió ser nombrado rey mago, ya que encarna lo peor de la era Monteseirín y su corrupción moral, y ninguno de los valores que ha de proyectar la Cabalgata.

Su destronamiento como rey mago puede significar el principio del fin de Marchena, por no inspirar ya temor y haber ligado su destino a un alcalde con fecha de caducidad. Más pronto que tarde, comprobará que quienes le adularon lo ignorarán o despreciarán, porque ha dejado de serles útil. Sic transit gloria mundi.

Desobediencia

Dicen las gacetas que aunque el (sin) alcalde reunió en junio a los responsables de las empresas municipales para promover un acuerdo que ahorrase 5,2 millones de euros en personal y gasto corriente durante un semestre, “cada empresa ha actuado por su cuenta: han decidido sus prioridades y han encallado (sic) cualquier planteamiento de actuación conjunta”. ¿Ven cómo Monteseirín no manda ni en su propia casa (grande)? El (sin) da una orden a Tussam, Lipasam, Emvisesa, Emasesa, Mercasevilla, Giralda TV y alguna más del Ayuntamiento paralelo y pasan olímpicamente de él. Si eso es para ahorrar, imaginen qué no será para gastar. Y, ¿no se creó la AIE, el consorcio de empresas municipales, para ahorrar gastos y generar sinergias entre ellas? Item más, ¿adivinan a quién le pusieron un sueldo de 170.000 euros para coordinarlas a todas, y aun le parecía poco dinero a Monteseirín? Pues a Manuel Marchena. Si cada empresa actúa de espaldas al resto, ¿qué ha logrado el valido? En vez de sinergias, en la AIE predominan las alergias, alergias al ahorro y a la coordinación.

Sin corona

Por más que Marchena, el valido del (sin) alcalde, vaya diciendo por las esquinas que a él no le propusieron ser rey mago en la Cabalgata (tiene razón: se postuló él mismo) y que se trataba sólo de rumores sin confirmar, aquí nadie se chupa el dedo. Si eran sólo rumores, ¿por qué se pavoneaba tanto cuando durante meses se veía en los periódicos como rey Melchor? El Ateneo, al contrario que otros que se humillaron y vendieron su honra al valido a cambio de un plato de lentejas para mancharse de indignidad por  siempre, no se ha dejado avasallar por el chulesco imputado en Mercasevilla y lo ha destronado antes de la coronación. Tal para cual: a un (sin) alcalde, un valido sin corona. Marchena es ahora como el espía británico en Huelva durante la II Guerra Mundial: el rey que nunca existió. Lo mejor es la excusa diplomática para mandarlo a hacer puñetas: evitarle problemas de seguridad. El Ateneo habrá constatado que el valido ha pisado a tanta gente en Sevilla que podría haber pasado a la historia como el rey mago que recibió más caramelazos de los que lanzó.

Pulso al Ateneo

Antier, el periódico gubernamental publicaba un informe contra el PP, al que acusaba de convertir Valencia en el reino de la impunidad porque sus cargos imputados no dimiten. Rubalcaba, en un mitin en San Roque, censuraba a Rajoy por ignorar cuántos imputados en escándalos tiene su partido. Y Alarte, líder del PSOE valenciano, decía que los socialistas imputados en el ‘caso Brugal’ renuncian a sus cargos pese a tan poco avance procesal, a diferencia de los del PP, “porque nosotros no somos unos sinvergüenzas”. Y al leer tantas apelaciones al ser y parecer de la honradez socialista, me acordé de que Marchena, imputado en el caso Mercasevilla, no sólo no dimite, sino que, fiel a su estilo de matón, amenaza al Ateneo con represalias hasta de sus periódicos a sueldo si no lo ratifica como Rey Mago, distinción prometida otrora a cambio de ciertos favores de  Emasesa. El nuevo presidente del Ateneo tiene muy fácil pararle los pies a este siniestro individuo: basta con que le aplique la doctrina del PSOE… de Valencia, porque el de Sevilla sigue a la luna de ídem.