Los Presupuestos de Rajoy para Sevilla son inferiores en 100 millones a los
últimos de Zapatero pero merecen elogios en el PP sevillano
El PSOE local dio su apoyo a las cuentas de Zapatero para Sevilla pese a
un ‘tijeretazo’ por la crisis de 265 millones de euros
El túnel del tiempo fue una popular serie televisiva de ciencia-ficción que se emitió en numerosos países, entre ellos España, hace más de 40 años y que permitía a sus protagonistas viajar a épocas pretéritas. Tenían, por tanto, la posibilidad de cambiar el curso de la historia desde el conocimiento previo para ellos (‘a posteriori’ realmente) de lo que iba a ocurrir, pero sin que al final pudieran modificar el curso de los acontecimientos.
Viajemos en el túnel del tiempo que supone la hemeroteca no a siglos ni a milenios del pasado, sino al relativamente reciente año 2010, el último en que un Gobierno de Zapatero aprobó unos Presupuestos Generales del Estado, vigentes en 2011, ya que tras su aplastante victoria en las elecciones del 20 de noviembre de este último año el PP de Mariano Rajoy sustituyó al político leonés en la Moncloa.

Recuérdese aquel contexto político y económico. Zapatero, que durante el ‘boom’ inmobiliario había alardeado de que España jugaba en la ‘Champions’ de Europa y que a no tardar mucho tiempo daría el ‘sorpasso’ y adelantaría a la mismísima Alemania que le insuflaba el dinero a través de los fondos de la UE, había despertado de repente de su ilusorio y fugaz sueño al darse de bruces contra la realidad que destapó la crisis, provocada por el estallido de la burbuja inmobiliaria en septiembre de 2008.
POLÍTICA DE RECORTES
Tan sólo dos años después, en mayo de 2010, Obama le llamó desde Estados Unidos para asegurarse de que aplicaría drásticos recortes económicos a fin de reducir el galopante déficit público español y que nuestra economía no se hundiera como la griega y arrastrara al resto de la Eurozona. Posteriormente llegaría la imposición de Angela Merkel y del Banco Central Europeo (aquella carta que Zapatero hurtó al Parlamento) de una reforma de la Constitución que pusiera un techo presupuestario forzoso al déficit y la deuda pública. La reforma contó con el apoyo decidido de Rajoy, el cual, emulando a Alemania, ya había lanzado una iniciativa en tal sentido en junio de 2010.

Las tijeras pasaron a presidir la acción del Gobierno, que practicó recortes por doquier. En este ambiente presentó en otoño de 2010 el Gabinete socialista de Zapatero los Presupuestos para 2011, en que se consignaron 435 millones de euros para la provincia de Sevilla.
Según hicieran las cuentas el PSOE sevillano o la patronal CES, la inversión per cápita era de 227 ó 224 euros, cuando la media andaluza ascendía a 351 y la nacional, a 357.
DESGLOSE
Entre otras partidas, en aquellos Presupuestos se destinaron 82,5 millones de euros para la ronda de circunvalación SE-40; dinero para el tercer carril de la A-49; 77,9 millones para la conexión ferroviaria Sevilla Cádiz en alta velocidad; 30,4 millones para el aeropuerto; 41,1 millones para el puerto; aparte, 49 millones para líneas ferroviarias, especialmente el Cercanías del Aljarafe; 600.000 euros para el museo de Bellas Artes y 300.000 para el Arqueológico.
¿Cómo reaccionó el PP, que estaba entonces en la oposición? Por boca de Soledad Becerril y Ricardo Tarno calificó los Presupuestos de “recorte brutal” para Sevilla, ya que según sus cuentas la provincia quedaba relegada al puesto 42 en gasto por habitante.
Particular hincapié hicieron ambos políticos en que con los 82,5 millones para la SE-40 la nueva ronda de circunvalación sería inaugurada en el año 2025, ya que esa partida constituía sólo un 5% de los 1.400 millones que costaba. “Va a terminar en 2025, al ritmo de Zapatero”, ironizaba Tarno. Asimismo, lamentaron que Cultura destinara tan sólo 300.000 euros a la renovación del museo Arqueológico y 600.000 a la ampliación del de Bellas artes, cuando éste era la segunda pinacoteca de España.

Becerril y Tarno calificaron el proyecto de Presupuestos como “un fraude de ley, una estafa”, por lo ficticio – a su juicio- de la previsión de ingresos y su imposibilidad de aplicación. Tarno concluyó diciendo que “lo que viene sobre el papel ya es vergonzoso” y anunciando que el PP ya había comenzado a trabajar en las enmiendas que defendería en el Congreso contra tal proyecto de ley.
EL PROYECTO ACTUAL
Volvamos al presente. Año 2014. El Gobierno del PP presenta su proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2015, en los que prevé una inversión de 335,5 millones de euros para Sevilla y su provincia, 100 millones menos que hace cuatro años con Zapatero, hasta el punto de que la inversión media es de 174,4 euros por sevillano, frente 232 de media en Andalucía y 287,7 de la media nacional.
La partida para la SE-40 es de 37,6 millones de euros, 44,9 millones menos que en 2010 y equivalente al 2,68% del total de 1.400 millones que necesita la obra. Según decía Ricardo Tarno, cuando se le destinaba el 5% se tardaría hasta el año 2025 en terminarla. ¿Cuánto se tardará ahora con el 2,68%?
A la línea ferroviaria Sevilla-Cádiz se le asignan 7,9 millones, la décima parte que hace cuatro años. A la red de Cercanías se le reservan 175.000 euros, 280 veces menos que en el año 2010. Al puerto se le reservan 67 millones, 25,9 más que entonces, y hay dinero para la duplicación de carriles en la N-IV (9 millones) y la SE-35 (4 millones) que entonces no se contemplaron, pero sólo 16 millones para el aeropuerto (30,4 millones antaño) y nada para los museos sevillanos, que hace cuatro años contaron con partidas.
REACCIÓN
Sevilla ha perdido 100 millones respecto del momento en que Tarno vertía tan duras críticas contra Zapatero. ¿Qué dice ahora sobre los recortados Presupuestos de Rajoy? En rueda de prensa, Tarno y Juan Bueno han hablado de “la apuesta y el compromiso de Rajoy con las reivindicaciones de la provincia, con unos Presupuestos que pisan el acelerador del progreso, unas cuentas no expansivas sino reales, con bases sólidas para afrontar la recuperación….”.

Tarno incluso ha destacado el “avance” de la SE-40 y ha dicho respecto de la ausencia de inversiones en el museo de Bellas Artes que “no se puede presupuestar lo que no tiene proyecto”, sin aclarar entonces cómo hace cuatro años sí se pudieron presupuestar 600.000 euros para este museo y 300.000 para el Arqueológico.
Mientras el PP hace ‘un canto a Galicia’ a unos Presupuestos inferiores en 100 millones de euros a los peores de la era Zapatero para Sevilla, el PSOE, por boca de Verónica Pérez (secretaria provincial) y de Juan Espadas (alcaldable) los tachaban de “castigo” a Sevilla (¿les suena?) al no propiciar la entrada en servicio de ninguna de las grandes infraestructuras aún pendientes ni contemplar partidas para los museos, la ampliación del Cercanías de la Cartuja y la comisaría del Polígono Sur.
APOYO A ZAPATERO
Pero, ¿qué dijeron los socialistas en 2010 cuando por los recortes de Zapatero las partidas para Sevilla en los Presupuestos pasaron de los 700 millones del año anterior a los 435 millones?
Entonces el secretario provincial era Viera y su discurso justificativo del menor dinero dedicado a Sevilla por el Gobierno de Zapatero recuerda muy mucho al de Bueno y Tarno, otrora tan críticos con el PSOE, para apoyar las menguadas cuentas de Rajoy para la provincia.

Viera sostenía que en los Presupuestos de Zapatero se contemplaban partidas “para todos los proyectos que constituirán el soporte para el presente y el futuro de Sevilla, tanto en el ámbito de la movilidad como en su valor determinante para la economía”.
En estos ejercicios paralelos de reacciones del PP y PSOE, PSOE y PP, a los Presupuestos Generales del Estado para Sevilla en 2010 y 2014 se observa que sus discursos son perfectamente intercambiables, ya sean insuficientes las cuentas públicas o se hayan visto recortadas, porque más allá de cualquier objetividad a la luz de unos datos económicos comparables entre sí prima ante todo la defensa partidista del Gobierno de turno, en función del color político de cada uno y acomodando la realidad a su ideología.
Reza el dicho de que el político debe desayunarse un sapo cada mañana. A ello habría que añadir que también debe comulgar con ruedas de molino cada otoño, cuando sus jefes presentan los Presupuestos. Ayer, lo que era negro, hoy es blanco. Y viceversa.

Por éso Rajoy ha abortado en dos ocasiones la operación diseñada por su secretaria general, María Dolores de Cospedal, y su presidente regional en Andalucía y alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, para la designación del alcalde de Tomares y mano derecha de aquél, José Luis Sanz, para disputarle la Presidencia de la Junta de Andalucía a una emergente Susana Díaz, la nueva estrella rutilante en el PSOE andaluz y nacional.
El legado político de Arenas es incuestionable a ojos de Rajoy, ya que el PP tiene 50 diputados en el Parlamento autonómico y gobierna en cinco Diputaciones y en 23 de los 29 municipios más poblados de la comunidad. Con ese balance, no es de extrañar que Arenas le mantenga el pulso al dúo Cospedal/Zoido en lo que entiende ‘su’ feudo político, ya que esos resultados se deben en gran parte a los miles de kilómetros que él se hacía cada año para no dejar sin visitar ninguno de los 787 municipios que componen Andalucía.
La historia ha vuelto a repetirse hace unos días, cuando tras la convención nacional del PP en Valladolid Cospedal ‘bajó´a Sevilla para anunciar al alimón con Zoido a los presidentes provinciales del partido en una cena convocada a tal efecto el nombre de José Luis Sanz, alcalde de Tomares, como el elegido. Sin embargo, la cena hubo de ser cancelada sobre la marcha por, otra vez, orden de Rajoy y, según los oficialistas de Zoido, por interferencias de Arenas, que quiere controlar la sucesión tras el distanciamiento habido con el alcalde sevillano, su otrora protegido. Se trata de una historia paralela a lo sucedido en el PSOE entre Griñán y Chaves: los delfines acaban orillando a sus padrinos, como temía Saturno con sus hijos.
puede faltar) y de una circunscripción, Sevilla, que sigue siendo la única en la historia de España en democracia donde el PP no ha sido capaz de ganar unas elecciones, sea del signo que sea. Además, tiene en su contra que está fuera del Parlamento de Andalucía al no ser diputado autonómico y por tanto no podría contrarrestar a Susana Díaz en la cámara autonómica (a Arenas en su día le ocurrió lo mismo respecto de Chaves y Monteseirín fue elegido candidato a la Alcaldía de Sevilla un año antes y estando fuera del Ayuntamiento). Por otra parte, tiene a tres de sus ediles imputados judicialmente por la denuncia de la oposición municipal en un caso de presuntas facturas falsas.
Este asentimiento y complicidad iniciales con la asamblea se trocó en alarma cuando supieron que el delegado de Medio Ambiente, Maximiliano Vílchez, el cual había llevado el peso de la negociación por parte del Ayuntamiento, había anunciado el estudio de la contratación de una empresa externa, previa petición de permiso al Gobierno central, para la retirada de las 7.000 toneladas de basura acumuladas hasta entonces tras diez días de paro.
Aunque el conflicto se ha solucionado “en segunda vuelta”, la impresión que queda tras el mismo es que se ha llegado a un punto de no retorno en la percepción ciudadana sobre Lipasam y que los sevillanos no están dispuestos a tolerar la repetición de una huelga tan duradera (de hecho ha batido el récord) como ésta, por lo que comprenderían la adopción de medidas excepcionales en el futuro por parte del Ayuntamiento. Por éso, el inicial rechazo al preacuerdo, al mostrar la intransigencia e insolidaridad de la plantilla de Lipasam en un contexto socioeconómico de despidos y recortes salariales generalizados, se ha acabado convirtiendo en una victoria moral para Zoido, paradójicamente.
Basta contar las veces que las palabras cesión y concesión se emplearon el jueves en los medios de comunicación para comprobar que, como dijeron los sindicalistas, el preacuerdo “se ajustaba a sus reivindicaciones” más que a las del Ayuntamiento: seguirán librando en Semana Santa, Feria y Navidad; el recorte salarial se limita al 3,6% y se compensa con una subida del 0,75% en 2014 y del IPC en 2015; se mantiene la Bolsa de trabajo de los eventuales y el gobierno local sólo ahorra 2,6 millones de euros en vez de los 3,3 millones que se había marcado como objetivo.
Y, sin embargo, este balance favorable para la plantilla queda mitigado ante la opinión pública por el efecto de otra victoria moral y enormemente significativa del Consistorio: la democratización de la Bolsa de trabajo, ampliada en su día por Monteseirín y convertida en un coto cerrado de los afiliados del PSOE y/o UGT y de sus familiares. El propio Viera decía gráficamente que militantes de agrupaciones socialistas acudían a votar en las elecciones internas del partido “con el mono de Lipasam puesto”. Monteseirín no sólo compraba la paz social en la empresa con el dinero de los contribuyentes mediante generosos convenios colectivos, sino también el voto para su facción, contraria a la oficialista de Viera, llenando de enchufados la Bolsa de trabajo de Lipasam y de otras empresas públicas.
El jurado ha declarado culpable de cohecho en el caso Mercasevilla al exdelegado de Empleo de la Junta, Antonio Rivas, una sentencia pendiente de ratificación por el juez y por las instancias judiciales superiores en la hipótesis de que sea recurrida. Si se confirmara, sería el primer alto cargo condenado por corrupción en los 30 años de historia de la Junta y se desmontaría el argumento de Griñán en contrario, eso de que jamás se había producido tal circunstancia. Lo significativo es que ahora tanto la Junta como el PSOE reniegan de Rivas y subrayan que ya no vive allí: dimitió de su puesto de alta responsabilidad y entregó el carné de militante, cuando su condena deriva justamente de sus actuaciones cuando era director general de la Consejería afectada por el escándalo de los EREs (Griñán lo mantuvo en el puesto aun estando imputado, en contra de su doctrina al respecto) y hombre fuerte del partido en Camas y de confianza de Viera cuando éste ocupaba la Secretaría General. A Rivas quiere hacerle el PSOE lo mismo que la UCI a Armstrong: borrarlo de la historia.
Recordaba Caro Romero (el periodista, no el pregonero) que en 2004 Chaves, como aviso a navegantes, fulminó al delegado de la Junta en Sevilla días antes de un congreso provincial que se disputaba a cara de perro (entre Caballos y Viera, supongo). Pues aunque ahora Griñán deje en suspenso el nombramiento de los delegados del nuevo Gobierno de coalición PSOE-IU como medida de presión para los congresillos de este fin de semana, hay una que ya tiene todas las papeletas para ser relevada de su cargo: Carmen Tovar, la misma que dio el mitin a los alumnos en el instituto El Majuelo de Gines. La aún nominalmente delegada de Griñán en Sevilla ha tenido la osadía de dejarse ver en el acto de proclamación, como candidato del sector crítico a la Secretaría Provincial del PSOE, de Gutiérrez Limones frente a Susana Díaz, la niña de los ojos del presidente, de lo que se deduce que sabe que la van a poner de patitas en la calle. O sea, que acompañó a Limones porque como ya lo tiene todo perdido no tiene nada que perder. (Y de paso, por si cae no un limón, sino la breva).
El PSOE (A) pregona que la prueba de la superación de su crisis por la pugna entre rubalcabistas y chaconistas y la dimisión de Viera es que el Comité Director aprobó las listas electorales por aclamación, a mano alzada y sin que nadie pidiera la palabra. Claro, los ausentes no hablaron. Y es que se ha puesto sordina a la crisis de ‘la silla vacía’, protagonizada por los seguidores de Viera al modo de lo que, miren por dónde, hicieron los franceses al no volver a ocupar sus asientos durante las negociaciones para la financiación de la PAC, ésa que trae por la calle de la amargura a nuestros agricultores y ganaderos. La mitad de los delegados sevillanos, que eran afines a Viera, no acudieron o no entraron en el Comité y dejaron sin ocupar sus puestos, para dejar patente que la guerra no ha terminado. Como ni siquiera han escenificado una paz aparente, le han dado a Susana la excusa perfecta para dejarse de integraciones y empezar a cortar cabezas a partir del día 26, si antes no le cortan la suya: quien no fue al Comité del PSOE de Sevilla perderá su silla.
Y como no hay sitio para todos en los botes salvavidas, de ahí que, como ha denunciado Viera, los candidatos ya piensan más en sí mismos que en el partido. Sálvese el que pueda.
Tan sólo tres días más tarde, en la antevíspera de la reunión del Comité Provincial del PSOE sevillano, el Capdea divulgó los datos provincializados del sondeo realizado en diciembre y que revelan que, por primera vez en la historia, el PP ganaría también en la provincia de Sevilla además de cosechar una holgada mayoría en el conjunto de Andalucía (47% frente al 37,6%). En la tierra de Felipe González y Alfonso Guerra, el sondeo atribuye al PP el 32,3% de los votos, frente al 25,1% del PSOE y, además, revela que el 60% de los sevillanos creen en la victoria de los populares, frente a sólo un 22% que aún confían en un triunfo socialista en nuestra provincia.
El resucitado y, casi sin solución de continuidad, él solito (Elena Valenciano dixit) dimitido al frente del PSOE de Sevilla, José Antonio Viera, ha denunciado -a buenas horas- que en el partido se estaba instalando la idea de que había tres secretarios provinciales: él mismo, el presidente de la Diputación Provincial (“invitado”, según Toscano, por Viera a presidir de forma meramente honorífica la Ejecutiva), Fernando Rodríguez Villalobos, y la secretaria de (Des)Organización del PSOE andaluz y antigua mano derecha suya, Susana Díaz. Aunque, tal como ha subrayado Viera, el único elegido de forma democrática por la militancia en un congreso provincial era él, la constitución -por la fuerza de los hechos o tras el escándalo de los ERE- de este ‘ménage à trois’ político ha provocado que el partido acabe saltando por los aires. Decía Giovanni Bocaccio en uno de sus relatos del Decamerón que en un corral puede haber numerosas gallinas, pero no más de un gallo. De lo que se infiere que en el PSOE sevillano deben leer menos a Tony Judt y más a los clásicos.
Una de las leyendas negras de España, tan negra como las que levantan los guiñoles de Canal+ Francia sobre nuestros deportistas, es que aquí no dimite nadie y que ni con agua hirviendo se puede despegar a un carguillo de su sillón. La prueba de que no es más que eso, una leyenda, es Viera. O será que el resucitado y autoenterrado en sólo siete días es la excepción que confirma la regla, porque el ya ‘ex’ del PSOE local tiene un largo historial de espantadas y de tirarse al callejón. Primera dimisión, que recuerde: como delegado del Gobierno para dar el (a)salto al PSOE de Sevilla. Segunda: Viera ‘el breve’ le da con la puerta del Ayuntamiento en las narices a Monteseirín y abandona como concejal sin tiempo ni para calentar la silla. Tercera: se larga de Cartuja 93 para quedarse en el Parlamento andaluz. Cuarta: se va del PSOE de Sevilla cinco minutos antes de que lo eche Susana, sin respeto para esas canas. Ahora sólo le falta dimitir como diputado si la juez Alaya lo empura por los ERE, pero en tal hipótesis sospecho que se acabaría su carrera dimisionaria.
El resucitado Viera, que fue quien lo puso de alcaldable, divulgó que su ya exprotegido Espadas le había dicho que iba a dar su voto a Rubalcaba en el congreso del PSOE. Pero en las vísperas, el portavoz municipal socialista se pasó con armas y bagaje al bando de Carmeli Chacón y se retrató como su palmero en la famosa foto de la Buhaira. Dijo Juan que dio su apoyo a la oriunda de Olula porque “conecta mejor con la imagen de renovación que debe transmitir el PSOE”. ¡Qué gran ojo clínico!, porque resultó que el partido, donde se cuecen las habas y los cargos, conectaba mejor con Rubalcaba. Y Espadas, con esos pelos, sin enterarse. Quizás porque como se rodeó de una cohorte de independientes, alguno de los cuales ya ha volado del palomar, se trata poco con las bases y no capta, como Alfonsito R.G. Celis, por dónde sopla el viento, que no era de cambio precisamente. A Espadas se le nota demasiado que pisa poco el fango y que, contrariamente a su apellido, no se pone el cuchillo en la boca porque es un político de moqueta. De la moqueta de la Junta de Andalucía.