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El Alcázar y el Acuario

El teórico número dos de Zoido, delegado del Real Alcázar y de Relaciones Institucionales y presidente del Pleno municipal, el catedrático Javier Landa, proclamó hace unos días que el Consistorio hispalense “nunca ha renunciado ni renuncia” a conseguir la cesión de las casas vinculadas al que es considerado el palacio real en uso (residencia oficial de los Reyes de España cuando vienen a Sevilla) más antiguo de Europa: el Alcázar.

Landa ha calificado esta pretensión de “reivindicación histórica”, ya que todas las viviendas ubicadas en el Patio de Banderas están incluidas en el Plan Especial de Protección del Sector 6 del Conjunto Histórico de la ciudad, el cual, dicho sea de paso, aún sigue pendiente de aprobación a estas alturas del siglo XXI.

El delegado del Alcázar ha sido taxativo al insistir en que en ningún momento el gobierno de Juan Ignacio Zoido ha pensado en renunciar a las viviendas, sino todo lo contrario: “Siempre hemos trabajado -ha aseverado- con el ánimo de conseguir que estas casas sean devueltas a Sevilla”.

ANTECEDENTES

Este pronunciamiento público de Javier Landa se ha producido después de una serie de acontecimientos previos. El pasado mes de julio, el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas aprobó, entre otras muchas en Sevilla capital y provincia, la enajenación de seis viviendas de la Judería sevillana mediante subasta pública y en el marco del Plan de Racionalización de Bienes, publicado entonces por Viva Sevilla.

Estas viviendas estaban claramente vinculadas a las murallas del palacio real sevillano y el anuncio de subasta por parte del Gobierno central motivó que el portavoz del grupo municipal socialista, Juan Espadas, recordara el viejo litigio que mantiene la ciudad de Sevilla con el Ejecutivo de la nación, haya sido del color político que haya sido, desde que durante la II República el ministro de Hacienda, el socialista Indalecio Prieto, le cedió mediante un Decreto el Alcázar y sus jardines.

Tal como han recordado cuatro exalcaldes sevillanos durante la Democracia (Luis Uruñuela, del PA; Manuel Del Valle, PSOE; Alejandro Rojas Marcos, PA; Alfredo Sánchez Monteseirín, PSOE), el Ayuntamiento hispalense de 1931 aceptó la cesión por parte del Ministerio de Hacienda, pero la consideró incompleta porque no incluía las viviendas y huertas que históricamente habían estado ligadas al Alcázar, de ahí que dejara pasar un tiempo sin inmatricular el palacio, en espera de que el Gobierno central corrigiera y ampliara aquella cesión.

OCHENTA AÑOS

Hasta el 30 de diciembre de 1935 no la elevó el Consistorio a escritura pública, con lo cual en la inscripción registral sólo se pudieron inmatricular el Real Alcázar y sus jardines, pero no las casas del Patio de Banderas y otras de la Judería, ni las huertas tradicionales. A a lo largo de los 80 años transcurridos desde entonces, las corporaciones municipales y alcaldes que se fueron sucediendo antes de la llegada de Zoido a la Plaza Nueva mantuvieron ante el Gobierno de la nación la exigencia de la ciudad de lograr no sólo el Alcázar y sus jardines, sino también el caserío adosado o vinculado al mismo y que se consideraba parte del conjunto arquitectónico. Y es que, a diferencia de otros palacios reales que suelen hallarse desconectados físicamente de su entorno y se erigen solitarios en medio de un gran espacio libre a su alrededor para que realce aún más su preponderancia como símbolo del poder, el Alcázar sevillano se integra en la trama urbana por tres de sus cuatro lados y no emerge con una imponente silueta para que destaque su carácter real.

Como un hecho insólito y excepcional, los cuatro alcaldes democráticos citados han remitido una carta a Juan Ignacio Zoido en la que le instan a que solicite al Gobierno presidido por Mariano Rajoy que ceda de forma gratuita a la ciudad de Sevilla las casas que históricamente estuvieron vinculadas al Alcázar y que incluyó en el mes de julio entre los bienes que se pretende sacar a subasta antes de que acabe el año.

Si ello ya no fuera posible, los ex-alcaldes recomiendan a Zoido  que, como alternativa, se conceda al Ayuntamiento el derecho de tanteo y/o retracto sobre estos inmuebles (permitirle adquirirlos antes que otros pagando por ellos el mismo precio o bien ‘a posteriori’ y en esas mismas condiciones una vez transmitidos a terceros) y que se convoque una reunión extraordinaria del Patronato del Real Alcázar “para que se adopten las resoluciones que en Derecho procedan”.

RESPALDO

La carta de los exalcaldes ha supuesto un espaldarazo para Juan Espadas, que a mediados de octubre alertó sobre la subasta y ya alertó a Zoido que optara por “una posición frontal y beligerante contra la decisión de Montoro y de Rajoy de hacer caja a costa de lo que desde 1931 se ha entendido como bienes que pertenecen a Sevilla”, y anunció la presentación de una propuesta para que todos los grupos políticos del Ayuntamiento apoyaran de forma unánime la petición de paralización de la venta y de culminación de cesión gratuita de los inmuebles a la ciudad.

Espadas, además, no se dejó llevar por sus posiciones ideológicas, ya que entre sus exigencias de recuperación patrimonial para Sevilla incluyó también una vivienda del Patio de Banderas que ha acabado en manos de la Junta de Andalucía, para que el Gobierno autonómico haga lo mismo que el central y lo transfiera al Consistorio.

MORALEJAS POLÍTICAS

La reivindicación de las casas del entorno del Alcázar, aun siendo de carácter histórico y patrimonial, no deja de tener bastantes lecturas políticas, todas negativas para Zoido, a saber:

1) No fue capaz en su momento de frenar la inclusión de los inmuebles en las subastas del Ministerio de Hacienda, pese a que el ministro, Cristóbal Montoro, es diputado del PP por Sevilla y el alcalde alardea de tener hilo directo con él.

2) Una vez incluidas las casas en la subasta pública, no ha tenido reflejos políticos para exigir su paralización y ha dejado que una causa histórica de la ciudad la abandere el líder de la oposición, Juan Espadas, en vez de él mismo como alcalde.

3) No ha tenido reflejos, ni él ni Landa, para que al menos fuera el Patronato del Real Alcázar, el organismo de notables y capitulares municiapales que vigila la gestión del monumento, Patrimonio de la Humanidad, el que en su defecto se significara ante el Ministerio.

4) Han sido los exalcaldes y no los Servicios Jurídicos municipales ni el Patronato del Real Alcázar los que le han señalado la posible solución jurídica (el derecho de tanteo y retracto) al problema creado por el anuncio de subasta.

5) Queda en la opinión pública la impresión de que Zoido, con su pasividad e inhibición, ha antepuesto su condición de disciplinado militante del PP y obediente con el Gobierno de Rajoy a la de alcalde de Sevilla y, como tal, obligado a ser el primer defensor de los intereses de la ciudad.

6) Vuelve a proyectar la imagen de que carece de influencia en Madrid, por más que sea también el presidente del PP en Andalucía. El indudable sacrificio a que se ha sometido él mismo como persona y a la ciudad por el tiempo extra dedicado al partido en la región, en detrimento de Sevilla y de su vida personal y familiar, no le ha servido para conseguir compensaciones para la urbe por parte del Gobierno de la nación.

ANTÍTESIS

Por ende, en coincidencia con la reactivación de la reivindicación de las casas ligadas al Alcázar, Zoido acudió a conocer la marcha de las obras del Acuario en el muelle de las Delicias y a presentar con sus responsables el proyecto (cuarto ya), que había estado paralizado desde hacía 13 años por los problemas financieros y de otra índole de todos los promotores anteriores.

Y hubo de reconocerse públicamente ante los sevillanos que si el Acuario se abre por fin el año que viene va a ser porque la Junta de Andalucía, a través de la Agencia IDEA, ha financiado la mitad de la obra, que cuesta al menos 6 millones de euros, ante el cierre del grifo del crédito por parte de los bancos.

Corolario: mientras Zoido no deja de alabar al Gobierno ‘amigo’ del PP en Madrid y de pregonar sin descanso que la Junta maltrata a Sevilla y boicotea sus proyectos, Rajoy y Montoro le subastan las casas del Alcázar y, por contra, Susana Díaz da el dinero para que Sevilla tenga su Acuario.

 

Balance cero

Como los sevillanos habían estado pagando recargos, tasas, impuestos (o como se le llame a que el Poder te meta la mano en el bolsillo) hasta casi las vísperas de la Expo 92 pero por la lápida de la Expo del 29, para desterrar los miedos a que se repitiera la historia, apenas ser nombrado comisario de la Muestra Olivencia anunció que su objetivo era el ‘balance cero’. Algo inexistente o heterodoxo según los puristas de la economía (los mismos que ven brotes verdes donde los demás sólo un erial) pero que entendimos hasta los más torpes de Letras. Pues después de Olivencia (los 20.000 millones en números rojos se los imputaron a Pellón), el único que va camino de repetir el dichoso anuncio es Zoido. El alcalde prometió en su programa mil VPO cada año y en vez de las tres mil viviendas (sin doble sentido) que debería llevar ya en su tercer año de mandato ha conseguido que Emvisesa no haya promovido ninguna. Cero absoluto. ¿Zoido ‘for president’ de la Junta de Andalucía? ¡Qué va! Lo que en verdad le iría a Zoido sería que lo nombraran comisario de la próxima Expo.

 

Desahuciado

Un hombre de 62 años y enfermo del corazón vive desde hace días en la sede de una entidad benéfica del Polígono Norte tras haber sido desahuciado de su vivienda y haber caído en saco roto su petición de auxilio al Ayuntamiento. Inquirido al respecto, Zoido ha recomendado al afectado que acuda primero a los Servicios Sociales de su barrio para ser baremado (sic), y ha reconocido que supo de su situación en el mes de mayo, gracias a la lista de 40 casos de emergencia social que le entregó Juan Espadas y que él remitió de inmediato a la delegada Dolores de Pablo-Blanco, con el nulo efecto demostrado hasta ahora. O sea, que de las ingenuas declaraciones de Zoido se desprende que el alcalde se entera de los casos de exclusión social en la ciudad no por su gobierno, sino por el líder de su leal oposición. Llegados a este punto, la pregunta que cabe hacerse es por qué no nombra ya Zoido directamente a Espadas delegado de Asuntos Sociales, materia en la que se ve no le alcanza la micropolítica. Así al menos se enteraría de lo que pasa allende la ronda del Tamarguillo.

 

«Sólo aciertan cuando rectifican»

El fundador y posterior presidente honorario del PP además de uno de los ‘padres’ de la Constitución, Manuel Fraga Iribarne, acuñó en su época de líder de la oposición a los gobiernos de Felipe González una de esas frases que ha perdurado en la memoria colectiva (como el “puedo prometer y prometo”, de Adolfo Suárez) pese al tiempo transcurrido. “Sólo aciertan cuando rectifican”, dijo para calificar los bandazos que de vez en cuando daba el socialista sevillano, pese a que éste gozaba de una mayoría absolutísima en las Cortes.

FragaSi Fraga levantara la cabeza podría llegar a la conclusión de que aquella máxima suya es aplicable cada vez con más frecuencia a un prócer de su propio partido, el presidente del PP andaluz y alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, el cual no deja de rectificarse a sí mismo tras negar primero la mayor en temas de tanto calado como la rebaja del IBI (su delegada de Hacienda, Asunción Fley, decía que era imposible legalmente cuando quien lo planteaba era la oposición) y de los alquileres de Emvisesa, pero que luego, con la desenvoltura que lo caracteriza (recuérdese que iba a paralizar la torre Pelli cuando se hallaba en la oposición, para luego convertirse en su paladín una vez en la Alcaldía) pregonar como decisiones originales con el fervor del converso que se pone al frente de la manifestación.

RENTA SOCIAL

El pasado 8 de octubre, Zoido compareció en rueda de prensa junto con la delegada de Asuntos Sociales, Dolores de Pablo-Blanco; el de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, y el gerente de Emvisesa, Miguel Contreras, para anunciar la aprobación de un acuerdo en la empresa municipal de la vivienda en virtud del cual se aplicará una renta social a los inquilinos de promociones en régimen de alquiler y alquiler con opción a compra que se encuentren en situación de emergencia social, una medida que se desarrollará con carácter “urgente y temporal”, para adaptarse a la situación de quienes tienen menos recursos.

Zoido emvisesaAl día siguiente el alcalde vindicó la paternidad de la medida, ignorando de forma deliberada las reiteradas peticiones de la oposición en tal sentido desde hacía meses y señalando sin inmutarse que había sido un compromiso suyo desde el principio pero sin poder explicar cómo en tal caso llevaba casi dos años y medio sin cumplirlo: “El PP ha sido el único gobierno municipal -afirmó- que ha puesto alquileres gratis para quien acredite que no puedo pagar, pero si el PSOE dice que ha sido idea suya, pues que lo diga, pero no sé a quién van a terminar engañando”.

La hemeroteca, ese depósito de la memoria, pone siempre a cada uno en su sitio. Así, tirando de hemeroteca puede comprobarse que tan sólo una semana antes, en el Pleno municipal de septiembre, los socialistas volvieron a reiterar su solicitud de que se rebajaran los alquileres a los inquilinos en dificultades económicas, tal como luego, el 8 de octubre, acabó anunciando el alcalde.

NEGATIVA

Para rechazar la petición, el delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, respondió como si el PSOE hubiera planteado una medida de carácter general e independiente de las rentas y circunstancias de cada inquilino para, a partir de ahí, construir su discurso justificatorio de la negativa: “una rebaja general -dijo- del precio del alquiler de viviendas, incluso para aquellos que ahora siguen teniendo los mismos ingresos que cuando firmaron su alquiler, sería injusta y discriminatoria. Esa política, ellos (por los socialistas) no la aplican allí donde gobiernan, porque es pura demagogia, olvidando que Emvisesa la pagan todos los ciudadanos, que quieren que su dinero se administre bien para atender las verdaderas situaciones de necesidad. No podemos saltarnos la ley”.

EspadasEl anuncio de la rebaja por parte de Zoido se produjo no sólo después de haberlo reiterado la oposición, sin éxito entonces, en el Pleno de septiembre, sino también de la carta que Juan Espadas remitió a la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, en la que le pidió que abriera una investigación sobre el grado de cumplimiento de sus recomendaciones y sobre la gestión de la vivienda protegida y vivienda social por parte del Ayuntamiento de Sevilla.

Espadas, entre otras muchas cuestiones, subrayó ante la Defensora del Pueblo que el gobierno local no concedía rebaja alguna de los alquileres a pesar de las circunstancias concretas de cada caso, y que tampoco estaba procediendo a recalificar viviendas sociales de venta para destinarlas a alquiler, a pesar de los acuerdos en tal sentido en el Pleno, de las recomendaciones de la propia Soledad Becerril y de que Emvisesa había reconocido la existencia de 184 viviendas en venta vacías.

Ha sido, pues, la oposición de PSOE e IU la que ha estado prácticamente desde los albores de este mandato insistiendo a Zoido en que modificara su política de vivienda y aplicara las medidas que ha tardado casi dos años y medio en adoptar, pese a lo cual el alcalde trata de aparecer ahora como el abanderado de las mismas. Prueba de esta improvisación es que el Ayuntamiento tardó tan sólo 24 horas en volver a rectificarse a sí mismo.

EL CAMBIO DEL IPREM

En la rueda de prensa con Dolores de Pablo, Maximiliano Vílchez y Miguel Contreras, tal como recogieron los medios de comunicación, el alcalde anunció que las unidades familiares sin ingresos sólo tendrían que afrontar el pago de la comunidad y de suministros como el agua y la luz, mientras aquellas cuyos ingresos no superen en una vez el valor del Iprem (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples) deberán pagar como máximo el 30% de los mismos, con un mínimo de 50 euros.

Dado que una vez el Iprem equivale a 532,51 euros, tanto PSOE como IU calificaron de insuficiente la medida, porque supondría que muchas familias en dificultades económicas no podrían acogerse a la bonificación y porque el límite establecido era aún más restrictivo, a la baja, que para los pisos sociales, donde se toma como indicador de 1,5 veces (796,53 euros) a dos veces el Iprem.

Y de nuevo el gobierno municipal hubo de rectificarse a sí mismo. El delegado de Urbanismo, Vílchez, saltó a la arena pública para sostener, conforme al manido argumento de que los medios habían malinterpretado al alcalde, que Zoido no iba a la zaga de Espadas y Torrijos porque el indicador que en realidad se tomaría como referencia sería 1,5 veces el Iprem (796,53 euros) y no una vez (532,51), con el fin de que el número de beneficiarios fuera mayor.

EL ERROR COMO EXCUSA

Mientras Vílchez enmendaba la plana al mismísimo alcalde culpando a la prensa, la página web emvisesa weboficial de Emvisesa le dejaba a su vez en evidencia a él mismo al establecer como condición para las bonificaciones a los alquileres el requisito que había anunciado Zoido: los ingresos familiares no superarían los 532,51 euros. Pillado otra vez en sus contradicciones, a Urbanismo ya sólo le quedaba alegar que se trataba de otro de sus ya clásicos “errores inmateriales”, el tercero de gravedad en el que ha tenido que ampararse desde el inicio del nuevo curso político.

Y con esa desenvoltura que le caracteriza para sostener primero una cosa y luego la contraria, Zoido también ha dicho con motivo de esta polémica sobre vivienda que su gobierno fue el primero de España que tomó la medida de que no iba a haber ningún desahucio en las viviendas de Emvisesa.

En este caso se le olvidó también decir que forzado por las demandas de la oposición y las protestas vecinales tras haber enviado la empresa municipal cartas de desahucio a cien familias en San jerónimo y el suicidio de varias personas desahuciadas en distintos puntos de España.

Y, una vez más, Zoido acertó cuando rectificó.

Como decía Fraga.

 

Perspectiva

Ahora que Zoido ha puesto de moda la Plaza de España con su petición de que sea Patrimonio de la Humanidad es cuestión de ver cómo en Sevilla se desprecia desde el paisaje (a la torre Pelli me remito) hasta los más pequeños detalles, al contrario que en otras urbes. El espectador que en París se coloque ante la pirámide del Louvre podrá observar perfectamente alineados, sin que rompa la maravillosa visión obstáculo alguno, los arcos del Carrusel, el Triunfo y la Defensa ¡a lo largo de 10 kilómetros!. En la Plaza de España, a Monteseirín (quién si no) se le ocurrió colocarle una estatua a Aníbal de forma tal que destroza la completa panorámica que del monumento se tenía a lo largo del eje que a través del Parque lo conecta con la Avenida de La Palmera. Y ya en ésta, un bloque blanco al fondo rompe el horizonte y la sensación de infinitud, como también rompe la visión que de la Puerta de Jerez se tenía desde el puente de San Telmo la marmórea fuente de los poetas, promovida asimismo por el anterior alcalde. La asignatura pendiente de Sevilla se llama perspectiva.

 

Un puente para la torre Pelli

Monteseirín dio el 16 de septiembre de 2008 licencia para la torre Pelli, que él y su valido, Manuel Marchena, habían posibilitado metiéndola en el PGOU de la forma sibilina denunciada por, entre otros, el arquitecto Fernando Mendoza y la plataforma Túmbala.

Independientemente de su impacto en la ciudad (mírese bajando el Aljarafe) y de la ‘jibarización’ de su icono por excelencia, la Giralda, el rascacielos se colocó en un punto estratégico tal (la entrada/salida a/desde Huelva/Aljarafe) que no podía sino agravar la congestión de tráfico que desde mucho antes ya sufría la urbe, como recuerda Ecologistas en Acción.

El Plan de Transporte Metropolitano, redactado en paralelo al PGOU que permitió meter por la gatera el rascacielos, ya reflejaba que el tráfico con destino al Centro de Sevilla superaba en un 5% la capacidad de absorción de la demanda de entrada en hora punta. Las previsiones para 2020 estimaban un incremento del flujo de vehículos del 31%, con lo que se superará en un 25% la capacidad de acogida de más coches, si bien el posterior estallido de la crisis ha aliviado esta perspectiva, porque el tráfico ha caído en un 19% en los últimos seis años.

IRRESPONSABILIDAD

Este estudio demostraba la irresponsabilidad de Monteseirín a la hora de meter con calzador un ‘monstruo’ de 48.000 m2 (la torre de 40 plantas más los inmensos edificios Podio de su base para instalaciones comerciales a escasos kilómetros de Ikea, que provocó el ‘atasco perfecto’ poco tiempo después) en el acceso más colapsado de Sevilla.

Al contrario que Monteseirín, que no dudó en paralizar la obra para un nuevo Ayuntamiento impulsado por Soledad Becerril en el Prado sin que las amenazas de Dragados surtieran efecto en su decisión, Zoido no tuvo agallas, pese a su oposición inicial, de frenar el rascacielos cuando llegó a la Alcaldía y se encontraba aún en sus inicios. Por más que le amenazaran oficiosamente con un pleito de 200 millones, ni por asomo se había producido tal perjuicio (en la nota de la licencia de obras se anunció que la inversión sería de 130 millones) y, por otra parte, ninguna entidad se arriesga a malquistarse con una Administración, máxime si ésta sabe jugar bien sus muchas cartas (recuérdese el precedente de Rojas Marcos paralizando la torre de Plaza de Armas).

SATURAR TORNEO

Ahora, como caído de un guindo, Zoido se percata de la “inminente” inauguración de la torre Pelli y le entra el miedo escénico por el efecto añadido que puede tener en la “insuficiente capacidad -y problemas de congestión en horas punta- de la estructura viaria de conexión entre las márgenes de la dársena, la isla de la Cartuja y Torneo”. En su pecado de haber tragado con la herencia envenenada de Monteseirín (al contrario que éste con la de Soledad Becerril) va a cargar ahora con la penitencia de todas sus negativas consecuencias.

Para paliar el caos de (in)movilidad que teme, al alcalde no se le ha ocurrido más que plantearle a la Junta  una modificación del PGOU para sustituir la prevista pasarela peatonal entre la Puerta Real y la isla de la Cartuja por un puente de 280 metros y cuatro carriles para el tráfico rodado al servicio de la torre Pelli, entre la isla y la calle Torneo y embutido entre dos bienes protegidos como el monasterio de Santa María de las Cuevas y el Pabellón de la Navegación, con lo que se acrecentaría el impacto paisajístico asociado al rascacielos y se saturaría el tráfico aún relativamente fluido por la calle Torneo, que habría que cortar con rotondas de acceso al puente y semáforos.

USOS PEATONALES Y CICLISTAS

El Ayuntamiento y parte de la opinión pública se han escandalizado por el hecho de que la Junta haya rechazado el puente con el argumento cierto de que provocaría un mayor uso del vehículo privado (así lo reconoce Zoido, cuando dijo el jueves que el puente “resolverá los problemas de los peatones y los vehículos”) y contraviene el propio PGOU, la LOUA, el Plan de Transporte Metropolitano, el POTAUS y la Estrategia Andaluza de Movilidad, documentos todos que abogan por restringir el tráfico (por su congestión)  y potenciar el transporte público y los medios no motorizados como la bicicleta.

Es curioso que el Gobierno local y sus afines se rasguen las vestiduras por la apuesta de la Junta por la bicicleta y el transporte colectivo como medios alternativos para llegar a la Cartuja  cuando en su propuesta de modificación del PGOU el Consistorio ofrece la posibilidad de reservar la actual Pasarela de la Cartuja para usos peatonales y ciclistas exclusivamente. O sea, si lo dice la Junta es un escándalo, pero no si esa opción, más el puente para coches, la plantea Zoido, a pesar de que a la Cartuja se puede ir perfectamente andando desde el Centro, como preconiza el arquitecto Juan Ruesga, y de que en Sevilla se mueve ya más gente en bicicleta (72.000 desplazamientos diarios de media) que en el Metro (38.446).

PROBLEMAS NUEVOS

Zoido tiene la rara ‘habilidad’ de crear nuevos problemas donde no los había. Prometió más de 30 aparcamientos y en vez de atenerse a su programa se inventó los de la Alameda y el Prado, no previstos. Ahora, en vez de desarrollar el PGOU y su estrategia de movilidad, que dispone para aliviar el tráfico en la Cartuja dos puentes para el tráfico rodado (al Norte de la Barqueta y del Alamillo), dos pasarelas peatonales, dos parkings (en el canal de la Expo y la calle Guadalquivir), la extensión del tranvía a Plaza de Armas y del Cercanías a Blas Infante, más dos líneas de Metro, se inventa otro puente al margen del Plan.

¿Será para que la Junta le diga siempre que no  y así hacerse la víctima política?

Discursos intercambiables

Casi dos meses antes de las elecciones municipales del 22 de mayo de 2011, a las que ya no concurrió como candidato a la reelección por el PSOE y que iban a suponer el final de su ciclo de doce años como alcalde de Sevilla, Monteseirín protagonizó el acto de inauguración oficial de las por entonces aún inacabadas ‘Setas’ de la Encarnación: el monumento al despilfarro (120 millones de euros, detraídos incluso de la ‘hucha’ del PGOU para los nuevos barrios de la ciudad) que legaba como icono arquitectónico de su época en el sillón de la Plaza Nueva.

Las crónicas periodísticas de aquel día, que constan en las hemerotecas, recogen algunos párrafos de la perorata que el entonces alcalde dirigió a los miembros de su claque y a los curiosos allí presentes. Monteseirín, obviando la herencia de escándalos y de deuda multimillonaria (en torno a los 600 millones de euros) que dejaba a su futuro sucesor y a la ciudad, hizo un panegírico de su Gobierno, que era tanto como de sí mismo. Lo calificó como arriesgado e innovador, en contraste con el “inmovilismo que caracteriza -aseveró- a ciertos sectores de la ciudad”. Los críticos, claro era, con el Metropol Parasol y su descomunal coste económico.

CIUDAD ‘CONGELADA’

A estos sectores les dirigió este explícito mensaje: “Sólo decirles que no tengan miedo a cambiar, porque es cuestión de tiempo que Metropol Parasol sea cantado como uno de los símbolos seculares de la Sevilla eterna, como hoy lo es la Plaza de España”. Monteseirín subrayó que “según los análisis de los expertos, los beneficios económicos, directos e indirectos, que Metropol Parasol va a traer para la ciudad superarán, en sólo un año, la inversión acometida: turismo, comercio, hostelería, imagen y proyección exterior”. Y abundó: “Tengo la sensación, creo que compartida, de que esta tarde, en la Encarnación, estamos teniendo el privilegio de asistir a la inauguración de la Sevilla del siglo XXI”.

El predecesor de Zoido insistió en su tesis de que “la tradición no puede ser lo único que sirva a una ciudad, pues bloquea; y el desarrollo sólo se puede asumir con retos. Sevilla -añadió- no puede ser un territorio congelado en el tiempo; no puede ser  la ensoñación de un pasado idealizado y sin futuro, la Vetusta pequeña y provinciana”.

DE LAS ‘SETAS’ A LA TORRE

Cambio de escenario, de personaje, de tiempo y de icono arquitectónico. En vez de las ‘Setas’ de la Encarnación, el trasfondo simbólico lo ocupa el rascacielos de 178 metros de altura construido en la isla de la Cartuja, la torre Pelli, aunque físicamente las palabras fluyerann en la Plazas de España, durante la apertura del Encuentro Internacional sobre Arquitectura Contemporánea en Ciudades Históricas, comprometido ante la Unesco.

Han pasado dos años y medio: 17 de septiembre de 2013. Quien habla es Juan Ignacio Zoido, sucesor de Monteseirín y otrora detractor tanto del Metropol Parasol -donde ahora ya no tiene empacho en que le hagan hasta un reportaje fotográfico- como de la torre Pelli.

Los cronistas reproducen para la posteridad trozos del discurso del alcalde, que se expresa en estos términos: “El principal valor de una ciudad patrimonial no son sólo sus monumentos o edificios históricos, sino el entramado de éstos y sus relaciones con los que los perciben y con los que los disfrutan. Por ello, no nos tenemos que sentir tentados a convertir las ciudades en museos, sino en espacios de vida. La musealización de un casco histórico sólo conlleva el falseamiento de la realidad, la adulteración del patrimonio y la folclorización”.

PARALELISMO

Y Zoido añade: “No debemos renunciar a la evolución sostenible e inteligente de la arquitectura contemporánea, integrándola como un elemento que ha nacido no sólo para hacer más confortable y agradable la vida del hombre, sino como manifestación de lo que puede proyectar e idear el genio”.

Monteseirín habría podido emplear perfectamente las palabras de Zoido para defender las ‘Setas’ de la Encarnación, al igual que Zoido las de Monteseirín para defender ante los congresistas previamente seleccionados -y aun así se le coló algún que otro disidente- la torre Pelli. La diferencia sustancial es que mientras Monteseirín se mantuvo coherente con su discurso, Zoido ha acabado moviéndose hacia las posiciones de su rival y predecesor, hasta el punto de asumir su argumentario, prueba de su camaleonismo político en función de las circunstancias.

TRANVÍA Y BUS

Estos días hemos tenido otra demostración del argumentario intercambiable entre el anterior y el actual Gobierno municipales. Monteseirín bautizó como Metrocentro el sucedáneo del tranvía, para instalar en el imaginario colectivo la idea de que Sevilla contaba con una línea de suburbano directa al corazón de la ciudad, cuando el Metro auténtico sólo bordea el casco antiguo sin penetrar en el interior.

La prolongación de la línea 3 de Tussam hasta Bellavista, un acierto pleno de Zoido por otra parte, ha sido presentada en los medios, e interpretada por los vecinos, como la conexión que por fin permite al barrio acceder al centro de la ciudad, cuando el autobús circula en paralelo al río bordeando el casco antiguo y su penetración máxima es sólo hasta Plaza de Armas, que no puede considerarse el centro propiamente dicho. Y, sin embargo, una vecina, plenamente convencida, declaraba a la prensa que ahora podía ir directamente hasta el mercadillo del Jueves en la calle Feria.

La línea 3, pues, se ‘vende’ al igual que el Metrocentro de Monteseirín, con la diferencia de que el tranvía al menos llega hasta la Plaza Nueva.

 

Gobierno sin funcionarios

El vicepresidente de la Corporación de Empresas Municipales (CEMS) y consejero delegado de Emasesa, Jesús Maza, saltó a la arena pública hace unos días para dar la versión oficial de que “por un error” se había incluido en la página del Perfil del Contratante un contrato de 60.000 euros con la arquitecta Soledad Cruz Guzmán, adjudicado por la vía de negociación, para la captación de inversiones, cuando en realidad ascendía a 30.000 euros. Según la explicación dada por Maza, el contrato era de 30.000 euros por un año pero con posibilidad de prórroga por otro periodo de 365 días, por lo que se incluyó la cantidad total del bienio cuando técnicamente sólo debió figurar la retribución de un solo ejercicio.

El supuesto error cometido en la contratación de servicios externos por parte del ‘holding’ municipal se produce tan sólo días después de que la Delegación de Urbanismo atribuyera a otro supuesto ‘error material’ la reiteración en las Ordenanzas Fiscales para 2014 de un texto que intentó introducir el año pasado y que le habría permitido incrementar en un 100% el importe de las licencias de obra a los promotores inmobiliarios.

Detectada la contumacia en su empeño, Urbanismo hubo de recurrir al pretexto del ‘error material’ para justificar la medida, que hubo de retirar de inmediato para evitarle otro conflicto al alcalde. Fuentes bien informadas cuestionan, sin embargo, la versión oficial por el hecho de que el polémico párrafo había sido destacado en el texto en letra negrita, para que no pasara inadvertido a los responsables de tomar la decisión. Maximiliano Vílchez y Alberto de Leopoldo, delegado y gerente de Urbanismo, respectivamente, aún no han sido capaces de explicar cómo es posible que además de repetirse el texto del año anterior, ahora apareciera en negrita para que resaltara aún más a la vista, salvo que los ordenadores en las caracolas de la Cartuja tengan vida propia.

ERROR DE SEIS MESES

Jesús Maza se ha visto en la misma tesitura de culpar a ‘errores materiales’, pero dados los precedentes, esta explicación no parece gozar entre la oposición y la opinión pública de muchos visos de credibilidad aun a su pesar, dado su propósito de que las empresas municipales funcionen con la eficacia y precisión de ese reloj suizo puesto como metáfora por Zoido. Al contrario: la reiteración de supuestos errores de bulto que no detectan los servicios y empresas municipales pese a los medios y el numeroso personal de que disponen, mientras que sí lo hace la oposición y los medios de comunicación aunque sus recursos sean limitados  denota, en el mejor de los casos, que la maquinaria administrativa falla de forma lamentable en una urbe en la que Zoido prometió despejar la chapuza, el enchufismo y los escándalos.

Uno de los problemas añadido para el caso de la arquitecta Sol Cruz Guzmán y su contrato edulcorado bajo la figura de la negociación radica en que la adjudicación por valor de 60.000 euros habría figurado en el perfil del contratante al menos desde el mes de marzo y que no fue corregido hasta el dia 24 de septiembre hacia las 15 horas, un día después de que la noticia fuera publicada por El País. Dicho de otro modo, durante seis meses ha figurado oficialmente la existencia de un contrato de asesoramiento externo por valor de 60.000 euros, y si un medio de comunicación no se hubiese percatado de tal circunstancia cabe preguntarse qué habría ocurrido. Así pues, por de pronto la prensa le ha ahorrado 30.000 euros al Ayuntamiento, cuya ineficacia ha quedado otra vez en evidencia.

AFÍN A ZOIDO

Casualidad o coincidencia (¿pero existen casualidades en política?), la beneficiaria del contrato en un Ayuntamiento en el que Zoido prometió acabar con el ‘enchufismo’ de correligionarios, amigos y parientes para pasar al Gobierno de los funcionarios es una arquitecta colaboradora del alcalde y del PP desde los tiempos en que el regidor estaba en la oposición.

A título de ejemplo, en noviembre de 2010 Zoido anunció su proyecto ‘Corazón de Sevilla’:  convertir el Parque de María Luisa y su entorno, desde la Puerta de la Carne a la Casa Rosa, en un Parque Central, un ‘Hyde Park’ a la sevillana, con la construcción en toda esa área de hasta tres aparcamientos subterráneos con 2.300 plazas para así erradicar todos los estacionamientos existentes en superficie y celebrar, completamente rehabilitado, el centenario del parque de María Luisa el 18 de abril de 2014.

La comisaria de ese proyecto iba a ser la exalcaldesa Soledad Becerril y su directora y brazo ejecutivo la arquitecta Sol Cruz Guzmán, la misma que cuatro meses después de ser contratada (el 11 de marzo de 2013) como asesora técnico-económica especializada en búsqueda de convocatorias y ayudas para financiar inversiones (un perfil más propio de un economista que de una arquitecta) era nombrada miembro del Consejo Social de la Universidad Pablo de Olavide (12 de julio) a propuesta del PP.

SEVILLA GLOBAL

La tercera circunstancia singular que concurre en este caso es que la contratación de esta asesoría externa se produjo prácticamente en paralelo al proceso de disolución y despido de toda la plantilla de la empresa municipal Sevilla Global, uno de los departamentos encargados de la misión de captar inversiones exteriores para Sevilla junto con la Asociación para la Promoción Exterior de Sevilla y la Oficina de Planificación Estratégica.

En su día, el Gobierno local trató de justificar la liquidación de Sevilla Global con, entre otros, el argumento de que carecía de sentido mantener su actividad por el ahorro que supondría la asunción de sus funciones por parte de la propia Delegación de Empleo y Economía. Mientras el Consistorio despedía al personal de esta empresa municipal estaba contratando a Soledad Cruz Guzmán y gasta dinero por partida doble: en el ERE de Sevilla Global y en el fichaje de asesores externos.

Además de incorporar a la arquitecta que iba a ejecutar el nonato proyecto ‘Corazón de Sevilla’ (otro más de los que han caído en el limbo del olvido del programa electoral de Zoido), el Ayuntamiento contrató a la consultora Deloitte tras propiciar la salida, el pasado mes de mayo, del hasta entonces director de la Oficina de Planificación Estratégica y Desarrollo (OPEyD), el catedrático Rafael Salgueiro.

TAMBIÉN DELOITTE

La misión reconocida de Salgueiro y la OPEyD era atraer inversiones a Sevilla, pero según la versión oficial del delegado de Relaciones Institucionales, Javier Landa, como la materialización de este cometido, cuya dificultad admite, “recibe una valoración poco satisfactoria a lo largo de estos dos años”, a Salgueiro se le invita a marcharse pese a que hasta entonces se le habñia atribuido un papel esencial en la consecución de la Zona Franca.

El 25 de julio, Javier Landa comunica al Consejo Asesor de la OPEyD que la empresa Deloitte ha resultado adjudicataria de un concurso que tiene por objeto facilitar las inversiones en Sevilla, “inversión en Sevilla -añade- entendida como atracción empresarial tanto a la zona portuaria, ya sea en el interior del recinto de la Zona Franca o en cualquier espacio portuario, como en otros espacios habilitados para el ejercicio de actividad industrial o empresarial, tal es el caso de la zona aeroportuaria”.

No consta la previa convocatoria de ese concurso del que resulta adjudicataria Deloitte para captar inversiones en Sevilla, pero una vez más nos encontramos con que se externalizan, con el consiguiente sobrecoste para las arcas municipales, funciones previamente asignadas a empresas, servicios u organismos del Consistorio, como serían Sevilla Global, la APES y la Oficina de Planificación Estratégica; y a la luz de las palabras de Landa, asumiendo incluso la labor que corresponde a entes ajenos, como la Autoridad Portuaria y el Aeropuerto de Sevilla.

Por tanto, ya no cabe hablar de ‘error material’ alguno, sino de una nueva política que prescinde de forma expresa y deliberada de los funcionarios y del personal municipales y, por ende, vacía de competencias organismos como el Instituto Municipal de Deportes, pese a que Zoido prometió que su Gobierno sería el de los funcionarios.

Impacto

La Unesco amenazó con incluir en su lista negra del Patrimonio Mundial el peligro, con riesgo de posterior descatalogación que nos equiparaba el Tercer Mundo, la Catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias, debido al impacto visual sobre ellos de la Torre Pelli. Aquella amenaza provocó una guerra de encuadres fotográficos entre partidarios y detractores del rascacielos, para demostrar que se veía o no desde los tres monumentos sevillanos en el ‘top-ten’ mundial. Conjurado el peligro por la promesa de Zoido, tras caerse del caballo camino de la Cartuja, de prohibir cualquier otra Babel, ahora, en otra de sus piruetas, quiere aparentar ser más unesquista que la Unesco y propone que también sean declarados Patrimonio de la Humanidad la Torre del Oro y la Plaza de España. Preguntado en la Cadena SER por el contrasentido de proponer una torre que con sus 36 metros está a la sombra de otra de 178, Zoido dijo tan pancho que la Torre Pelli no tiene impacto visual sobre la Torre del Oro. Lo peor de los políticos es que encima nos toman por tontos al negar la evidencia.

El suspenso de cada septiembre

El veterano político y diplomático español Marcelino Oreja Aguirre, ya práticamente retirado de la vida pública, visitó Sevilla en el año 1984 cuando en un país por entonces recién salido de la Dictadura franquista ocupaba uno de los puestos exteriores de mayor relevancia a los que podíamos aspirar: la Secretaría General del Consejo de Europa. Quien diez años más tarde sería también comisario europeo de Transportes y Energía dijo durante un acto celebrado en el club Antares de nuestra ciudad que cuando visitaba oficialmente un país en su calidad de secretario general del Consejo Europeo, pedía que le mostraran escuelas, bibliotecas y mercados porque de esa manera medía el grado de desarrollo de la sociedad que le acogía, dado que en su opinión nada debía preocupar más a unos gobernantes que el estado de las instalaciones en que tenían que estudiar sus hijos, las generaciones futuras.

Si el perfecto estado de revista en que deben encontrarse los colegios era para Marcelino Oreja el termómetro para medir el progreso y desarrollo social, más que económico y más que los kilómetros de autopistas y de líneas de AVE, el mercurio sevillano marca una temperatura más bien baja, pese al asfixiante calor ambiental que caracteriza a la ciudad durante los veranos.

Y es que no falla: cada mes de septiembre, a la vuelta de las vacaciones, las Administraciones Públicas, sean del signo que sean, merecen un suspenso general por los retrasos en la ejecución de las obras pendientes en colegios, de modo que el curso se inicia en muchos de ellos con la compañía de albañiles, fontaneros, electricistas, pintores…. suponiendo, en el mejor de los casos, que estén allí porque al menos se ha dotado de partidas presupuestarias para acometer esos trabajos de mejora o de reparación.  Entre el Escila de la falta de dinero y el Caribdis de la improvisación, esta reiterada realidad septembrina demuestra claramente, por remitirnos de nuevo a las palabras de Marcelino Oreja, que la educación de nuestros hijos no es la número uno en nuestro orden de prioridades, por más que los políticos digan siempre lo contrario en sus manidos discursos.

LAS OBRAS NO SON PARA EL VERANO

Y ello con la agravante de que todo el mundo sabe, desde los gobernantes hasta los alumnos, pasando por los profesores, los padres y los operarios, que el curso comienza cada año por las mismas fechas de principios o mediados de septiembre, por lo que cabría planificar el ritmo de las obras y de las inversiones de forma tal que los trabajos estuvieran concluidos para la fecha señalada. Se cuenta, además, con la ventaja de que las aulas se quedan vacías durante los meses de verano y se puede trabajar con absoluta comodidad.

La delegada de Hacienda del Ayuntamiento de Sevilla, Asunción Fley, ha acuñado este año como coartada para tratar de justificar los retrasos la teoría de que no es posible acometer las obras en los colegios durante el verano, sin que haya profundizado en el argumento, el cual contrasta con el hecho de que en los tajos al aire libre, con casi 40º o más durante el estío, se trabaja desde primera hora de la mañana hasta las 15 horas o las 17 horas, sin que se sepa qué factor diferencial impide hacerlo en colegios vacíos y a cubierto en vez de a pleno sol.

Como la clase política ve siempre la paja en el ojo ajeno antes que la viga en el propio, el diputado sevillano del PP Juan de la Rosa se ha dedicado a hacer su particular balance de cómo ha ido este año la vuelta al ‘cole’ en la provincia de Sevilla. Según sus datos, el curso escolar se ha iniciado con el 62% de las actuaciones de reforma o de mejora en los centros educativos sin haberse terminado.

Estima el diputado del PP que de las 87 actuaciones que deberían haberse realizado durante las vacaciones escolares, 44 todavía estaban en ejecución al volver los alumnos a clase; 10 ni siquiera se habían iniciado y 33 habían finalizado a tiempo. Juan de la Rosa ha destacado que “a pesar de los reiterados anuncios de la Junta año tras año, el curso ha empezado con aulas en caracolas en 21 centros docentes”, aunque ha pasado de puntillas sobre la responsabilidad en el retraso en las obras de los colegios, que se supone es de competencia municipal y no del Gobierno autonómico.

ESPADAS PASA REVISTA

Tampoco ha quedado muy claro si en el balance del PP de esas 47 obras aún en ejecución y 10 ni siquiera iniciadas se incluyen o no las 37 fuera de plazo existentes en Sevilla capital y que, por su parte, ha denunciado el portavoz del grupo municipal Socialista, Juan Espadas. El líder de la oposición en la capital recordó que Zoido se había comprometido en julio de 2012 a invertir casi 4 millones de euros en reparaciones en centros docentes de la ciudad, pero según su particular balance, para el curso pasado sólo se ejecutaron 19 obras, 4 no se concluyeron hasta el segundo trimestre y 14 siguen aún pendientes a estas alturas.

En el balance de este año, Espadas contabilizó que de los 24 colegios en que se iban a hacer trabajos de mejora, sólo uno (Santa Catalina) estaría a tiempo para el inicio del nuevo curso, por lo que instó al alcalde a pedir perdón a los sevillanos por estas dilaciones y anunció que, al modo de la micropolítica de Zoido,  iba a visitar uno por uno los colegios en obras para comprobar su situación real.

Las denuncias, con profusión de datos, de Espadas, demostrativas de que lo de la oposición frontal va completamente en serio y no de farol, obligaron a Zoido a reaccionar para adelantarse al movimiento anunciado por su rival y hacer lo que mejor sabe: echarse a la calle y protagonizar un gesto mediático, cual ha sido una maratón de visitas a los centros docentes, desde por la mañana hasta por la tarde y a razón de uno por cada uno de los once distritos de la ciudad.

OBRAS ANTIGUAS O MENORES

Ahora bien, el populismo de Zoido no podía ocultar esta realidad:

-En cuatro de los colegios que visitó se habían anunciado obras en 2012 y se ejecutaron ese mismo año. Zoido, pues, había cumplido su promesa, por lo que no tenía sentido incluir el grupo España, Borbolla, San Jacinto y Juan XXIII en su gira, cual si estuviera en campaña electoral, hecho que denotaba justamente que no tenía nada nuevo que mostrar en esos distritos y recurría a obras realizadas en el plan anterior. Indirectamente, pues, era un reconocimiento a las denuncias de la oposición.

-En el colegio Sor Angela de la Cruz, la obras se anunciaron en 2012 y llegado el inicio del curso 2013-2014 ni siquiera habían empezado.

-Otro de los colegios visitados, el Vara del Rey, debió estar listo para el inicio del curso 2012-2013 en vez de para el curso actual.

-En el resto de los centros inspeccionados por Zoido (Pablo Ruiz Picasso, Juan Sebastián y Bandarán, Pío XII, Azahares y Martín de Gaínza), los trabajos se han anunciado y ejecutado durante este año, pero en la mayoría de los casos se trataba de obras menores, con presupuestos inferiores a 15.000 euros  (2.000 euros por instalar un frente de armario o 2.600 por una mano de pintura), que no son como para lanzar las campanas al vuelo.

LA HERENCIA RECIBIDA

Como era de esperar, el Ayuntamiento ha culpado de los retrasos a la herencia recibida de Monteseirín, un argumento un poco ajado si se tiene en cuenta que se encuentra ya en el tercer año de mandato, como si los problemas endémicos que dice se dedica a resolver fueran la causa que explica por qué obras anunciadas el año pasado tampoco estaban listas ni siquiera un año después, pese a la promesa de Zoido en su investidura de que los Servicios Municipales y la ciudad en general iban a funcionar bajo su dirección con la puntualidad de un reloj suizo.

En algunos colegios el reloj acumula un año de retraso, pese a lo cual el Consistorio ha insistido en que los centros educativos son una de las prioridades del alcalde. Si realmente lo fueran, tanto de él como del resto de alcaldes sevillanos, como preconizaba Marcelino Oreja a la hora de tomarle el pulso a las sociedades que visitaba, ni el diputado del PP habría denunciado las obras pendientes en la provincia (atribuibles, por deducción, a Ayuntamientos socialistas), ni Espadas habría hecho lo propio con las que faltan en Sevilla capital. Como estudiantes desaplicados, gobiernen quienes gobiernen, unos y otros volverán a repetir la misma asignatura en septiembre de 2014, con la próxima vuelta al ‘cole’.