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‘Shopping’

El creciente peso que viene adquiriendo dentro de la industria turística mundial el turismo de compras ha impulsado a Fitur, Feria Internacional de Turismo, a crear en el marco de la edición recientemente clausurada en Madrid la nueva sección Fitur Shopping.

 La OMT  afirma en su “Informe Global sobre Turismo de Compras” que este tipo de turismo, caracterizado por su alto nivel y elevado poder adquisitivo, está cobrando una creciente importancia dentro de un sector que busca su diversificación, tanto en las economías más desarrolladas como en aquellos países en vías de desarrollo. En ese contexto, el informe señala que “el turismo de compras es uno de los motores que contribuirá a la recuperación económica y a la creación de empleo en todo el mundo”.

Sevilla ha querido apuntarse de inmediato a esta tendencia y en vísperas del evento ya anunció que acudiría a Madrid a promocionar sus tiendas de lujo, sus clínicas privadas y la Cuaresma, entre otros atractivos de nuestra ciudad.

Aunque es loable el intento de captar cualquier nueva tendencia que aparezca en el mercado y de diversificar la oferta, parafraseado a uno de nuestros escritores malditos de la cultura oficial, Luis Cernuda, una cosa es el deseo y otra la realidad en ese afán de convertirnos en meca del turismo de compras para un público de alto poder adquisitivo, porque la primera condición sería contar con un segmento de lujo que, sencillamente, no tenemos.

LA ESTELA DE LA EXPO

 Cuando con motivo de la Exposición Universal de 1992 Sevilla se convirtió durante seis meses en la capital del mundo, al acoger en el recinto de la Cartuja a 112 países, 24 organizaciones internacionales y las 17 comunidades autónomas españolas, se pensó que se inauguraba una nueva era en la historia de la ciudad, la cual daba el salto al siglo XXI con un decenio de anticipación.

Sevilla recibió en esos seis meses 16 millones de turistas, que hicieron 42 millones de visitas al recinto de la Exposición. Con esa proyección universal y siendo además una ciudad eminentemente turística, inversores internacionales apostaron por nuestra ciudad en esa idea de captar lo que ahora llaman con un anglicismo más ‘Shopping’ o turismo de compras.

Fue el caso de la firma británica Marks & Spencer, el equivalente, salvando las distancias, de El Corte Inglés del Reino Unido: grandes almacenes dedicados a la venta de ropa, productos para el hogar y también de lujo (menos) y alimentación.

 M & S compró un edificio en la Plaza del Duque, en pleno corazón de Sevilla, pero aunque en 1998 se convirtió en la primera firma comercial británica en ganar más de mil millones de libras después de impuestos, ni el mercado local sevillano ni los turistas que venían a nuestra ciudad fueron suficientes para asegurar la rentabilidad del negocio, que cerró pocos años después. El inmueble fue adquirido por El Corte Inglés para instalar Sfera, una cadena de tiendas multimarca pensada inicialmente para un público juvenil.

LA CALLE SIERPES

También al socaire de la Expo, Virgin Megastore, la firma fundada por el magnate Richard Branson y equivalente británico a lo que años más tarde sería la francesa fnac, abrió en el número 21 de la calle Sierpes su primera y única tienda en Sevilla. Esta marca, que era un icono internacional desde su primera apertura en Londres en 1976, tampoco tuvo el mercado que esperaba en Sevilla y cerró sus puertas al poco tiempo. Inauguró una leyenda maldita. Su sucesora, Giacomelli Sport, también se fue a pique. Recogió el testigo en 2006 la sueca H&M, que al cabo de un lustro la liquidó por no cumplir sus expectativas y prefirió la calle Tetuán.

El tercer fiasco británico fue el de la conocida firma de ropa de alta gama Burberry, que eligió la Sevilla postExpo para inaugurar en un local de 700 m2 de la calle Sierpes su tercera tienda de lujo en España, tras las de Barcelona (Paseo de Gracia) y Madrid (calle Ortega y Gasset). La tienda sevillana, siguiendo el modelo de la londinense sita en New Bond Street, sólo duró cuatro años, por la falta de negocio. El local que dejó libre lo ha acabado ocupando Beta, con un híbrido de librería y cafetería.

Posteriormente también lo intentó en Sierpes (antigua sede de Izquierdo Benito) la firma alemana de moda y perfumes Hugo Boss, que facturaba en todo el mundo unos 1.700 millones de euros y tenía su base en España en la madrileña calle Ortega y Gasset. Su aventura duró el tiempo que tardó en percatarse de que aquí no tenía demanda suficiente para sus productos de lujo, sector en el que se estaba reposicionando.

LA ‘MILLA DE ORO’

Frente al declive de la alta gama en la calle Sierpes y la continua apertura de distintas marcas de la cadena textil Inditex en Tetuán, pensadas para un público medio con la excepción de Uterque, la Plaza Nueva se configuró durante unos años como la ‘milla de oro’ del comercio sevillano, en la que se concentraban firmas dedicadas al segmento de mayor poder adquisitivo y donde en una operación de compra-venta el m2 se cotizaba a 10.000 euros.

Aunque paradójicamente el sector del lujo es uno de los que ha crecido durante la crisis, en Sevilla el enclave de la Plaza Nueva no tardó en sufrir sus efectos, por la falta de demanda local y el perfil de la inmensa mayoría de nuestros visitantes. Así, en los últimos años se han ido cerrando locales ocupados por Agua de Sevilla (también el de la calle San Fernando), Victorio & Lucchino, El Caballo, Tommy Hilfiger, Velasco y la italiana Max Mara, que ha resistido durante quince años antes de dejar su sitio a un outlet de bolsos. Hoy sólo sobreviven O´Kean, Carolina Herrera y Loewe.

No sólo el comercio de alto ‘standing’ se ha quedado bajo mínimos en estos años, sino que también han desaparecido hoteles de cinco estrellas en el extrarradio, como la Hacienda Benazuza y La Boticaria, amén de numerosos restaurantes que en su día seguían la estela de Ferrán Adriá.

CONEXIONES INTERNACIONALES

 Para consolidar un turismo de compras de productos de lujo o de gama alta la primera condición es elevar el perfil de nuestros turistas, ya que actualmente, según el diagnóstico de profesionales del sector, Sevilla aún está situada en un segmento turístico de tipo medio-bajo y tampoco tiene la tradición y la oferta de mecas del consumo como Londres, Nueva York y París.

Aunque el aeropuerto ha experimentado una recuperación en el último año, no hay que olvidar que no hace mucho fue el que más descenso de pasajeros sufrió de toda Europa y que ha carecido de suficientes conexiones internacionales, en especial con las grandes urbes que pueden canalizar esos turistas de alto poder adquisitivo para las compras. A título de ejemplo cercano, mientras que Sevilla tiene vuelos a 28 ciudades, entre nacionales y extranjeras, Málaga está conectada con 86, más del triple.

Según la estadística de 2013, el de San Pablo es el décimo tercer aeropuerto de España por número de viajeros, con sus 3,6 millones. La distancia que nos separa de los punteros da idea del diferencial de oportunidades en este aspecto, ya que Madrid canalizó 39,7 millones; Barcelona, 37,2 millones; Palma de Mallorca, 22,7 millones; Málaga, 12,9 millones; Las Palmas, 9,7 millones; Alicante, 9,6 millones y Tenerife, 8,7 millones.

También nos falta la otra vía de entrada del turismo de alto poder adquisitivo, el de cruceros. El número de cruceristas (15.970) ha caído en un 18% el año pasado, mientras que Barcelona recibe 2,5 millones en números redondos, y Baleares, 1,5 millones.

La conclusión es obvia: para captar el turismo de alto poder adquisitivo que sostenga  con sus compras (‘shopping’) un segmento de lujo en la ciudad  es condición imprescindible establecer y mantener conexiones aéreas con al menos las urbes más importantes de Europa, aquellas donde está el dinero.

 

Puente o pasarela

El gobierno municipal acordó en el Pleno ordinario de junio la aprobación provisional de la modificación puntual del PGOU para la construcción de un puente que, en lugar de la pasarela peatonal prevista en el Plan General, canalice el tráfico rodado que genere la futura puesta en servicio (año 2015) de la torre Pelli. El punto contó con el voto a favor del PP, el negativo de IU y la abstención del PSOE.

En el transcurso del debate, el delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, insistió en que el puente en vez de la pasarela peatonal es la única solución para el problema del tráfico que generará el rascacielos, mientras que el portavoz de IU, José Manuel García, defendió que se acometan las soluciones previstas en el PGOU, las cuales pasan por el transporte público (prolongación del tren de cercanías hasta Torretriana y, luego, Blas Infante; dos nuevas líneas de Metro y extensión del tranvía hasta Plaza de Armas), dos puentes para el tráfico rodado pero no al Sur de la Cartuja, sino al Norte, y aparcamientos públicos en la calle Guadalquivir y el Canal de la Expo.

Maximiliano Vílchez espetó a García, para finalizar el debate, que si no se construye el puente, “a ver cómo se lo dicen a los sevillanos cuando estén en el atasco”. Pues en el caso de que se produjera tal hipótesis, que está por demostrar después de que por causa de la crisis y en paralelo a la construcción de la torre Pelli el tráfico haya descendido casi un 20% en Sevilla, el gobierno local de turno debería decirles a los sevillanos que ésa es la consecuencia de la política urbanística de ‘grandeur’ preconizada por Monteseirín durante su mandato, simbolizada por el rascacielos de la Cartuja, las ‘Setas’ de la Encarnación, la derruida -por ilegal- biblioteca universitaria sobre la zona verde de los jardines del Prado (más de 9 millones de euros tirados a la basura) y la conversión de la Alameda de Hércules en el equivalente al paseo marítimo de Islantilla.

ADVERTENCIA DESOÍDA

Si la hipótesis del atasco con más intensidad aún que el existente antes del inicio de la crisis se convirtiera en realidad, no haría más que dar la razón, fundamentalmente a los ecologistas y conservacionistas, que ya cuando se lanzó el proyecto del rascacielos alertaron de la irresponsabilidad que supondría construirlo justo en el punto más saturado de tráfico de la ciudad, la entrada a Sevilla desde la autovía que la conecta con el Aljarafe, Huelva y Portugal.

Cuando en febrero de 2008 se empezó a vallar el solar cercano a Torretriana en el que se iba a construir la torre Pelli y centenares de funcionarios de la Junta que allí aparcaban sus vehículos expresaron su protesta por que debían buscarse un estacionamiento alternativo y empezaban a tomar consciencia del problema que se les avecinaba, el entonces alcalde y promotor político del rascacielos en la Cartuja como supuesto símbolo de modernidad, Monteseirín, prometió redactar un plan de tráfico concreto para su entorno.

Atención al dato: se promovió la torre Pelli y se iniciaron las obras hace seis años (licencia, 16 septiembre de 2008) ¡sin un plan previo de movilidad sobre sus efectos y con sólo una promesa ‘a posteriori’ de redactarlo pero del que nunca más se supo! Monteseirín no hacía más que ratificar lo que en su día ya habían dicho los entonces responsables de Cajasol durante la presentación del rascacielos: desconocían los planes de tráfico existentes para la zona y remitían al Ayuntamiento, en la confianza de que éste tendría previsto su impacto en la Cartuja.

MÁS QUE LA TORRE

Ese impacto, según dijo Monteseirín en marzo de 2008, sería “positivo”. En su opinión, la solución (hablar de solución ya equivalía a reconocer un problema y por tanto un impacto negativo) no consistía en hacer más viales porque al final todos desembocarían en el mismo puente, el del Cristo de la Expiración, sino en “apostar por el transporte público, la política de aparcamientos, las rondas de circunvalación y ofrecer más alternativas al vehículo particular”.

Pero ese impacto no medido, pese a lo cual se autorizó el rascacielos en una política de hechos consumados, no sólo iba a derivar de la torre Pelli, sino también de otros proyectos existentes entonces y que fueron tumbados por la crisis. Recuérdese que en el entorno de la torre se había planeado la construcción de una nueva sede para la Gerencia de Urbanismo que sustituyera a las caracolas, con un coste de 70 millones de euros y para dar cobijo a más de 600 funcionarios, y una nueva macroconsejería de la Junta, Torretriana II, en la parcela de las banderas de la Expo, con una edificabilidad de 68.000 m2, equivalente a la posteriormente autorizada para la torre Pelli.

Y todo elllo cuando el Plan de Transporte Metropolitano de la Junta ya reflejaba que el tráfico con destino al centro de Sevilla superaba en un 5% la capacidad de absorción de la demanda por las infraestructuras existentes en hora punta. La previsión para 2020 era de que se superaría en un 25% la capacidad de absorción de ese embudo citado por Monteseirín del puente del Cristo de la Expiración.

PROBLEMA HEREDADO

Este problema en ciernes, muy aliviado por la caída de tráfico causada por la crisis económica, es el que ha heredado Zoido. El alcalde lo pretende solucionar antes de que hipotéticamente se plantee construyendo un puente para el tráfico rodado, en vez de una pasarela peatonal, desde Torneo a la Cartuja, embutido entre los bienes patrimoniales como el pabellón de la Navegación de la Expo y el monasterio de Santa María de las Cuevas, y a un coste mínimo de 11,3 millones de euros. De este dinero, sólo dispondría de los 4,8 millones comprometidos en su día por la promotora del rascacielos para la pasarela peatonal.

Zoido se ha empecinado en esta batalla urbanística contra los dictámenes hasta ahora negativos de la Junta, que visó el PGOU de Monteseirín, con lo cual estaría liberando al Gobierno andaluz y al central del elemento de presión que supuestamente tendría -la amenaza del terrible atasco permanente- para exigir a esas Administraciones que construyan las infraestructuras previstas en el PGOU para evitarlo o paliarlo: cierre del anillo ferroviario, nuevas líneas de Metro, puentes al Norte de la isla, aparcamientos públicos, etcétera.

Al contrario: en vez de presionar a la Junta para que ejecute las alternativas que avaló con el PGOU de Monteseirín, Zoido se echa sobre sus hombros y sobre las arcas del Ayuntamiento la solución al hipotético problema en beneficio de una iniciativa privada y que le obligaría a desembolsar 6 millones de euros (la diferencia entre el coste de la pasarela que sufragaría la promotora del rascacielos y el del puente), más otro millón de euros en la convocatoria de un concurso arquitectónico para el puente, cuya construcción y entrada en servicio se demoraría hasta 2018, tres años después de la prevista inauguración de la torre Pelli.

COMPÁS DE ESPERA

Por tanto, con estos plazos el puente no va a solucionar de entrada el hipotético problema de los atascos que provocaría el rascacielos y que parecen demasiado magnificados por los técnicos municipales para justificar su construcción: ¡un 46% de incremento del tráfico, casi el doble de todo lo previsto en el Plan Metropolitano para el año 2020!. Si de todos modos habría un lapso de tiempo de tres años, ¿no sería mejor esperar a ver cómo evoluciona el tráfico sin puente para obrar en consecuencia?

Si al tráfico rodado se le crean nuevas infraestructuras a su servicio, nunca se darán las condiciones para que el problema se aminore, sino al contrario, ya que se entraría en una espiral sin fin: un efecto llamada para más coches, que a su vez demandarían nuevos puentes, con lo que se incrementaría de nuevo el tráfico, y así sucesivamente. La solución, pues, consistiría en crear alternativas al tráfico privado -que no se han hecho todavía- en vez de potenciarlo con un nuevo puente. A su impacto paisajístico sobre los bienes patrimoniales de la Cartuja (no es el mismo que el de una liviana pasarela peatonal) habría que añadir el hecho de que contravendría lo dispuesto no ya sólo en el PGOU vigente, sino también en la LOUA, el Plan de Transporte Metropolitano, el POTAUS y la Estrategia Andaluza de Movilidad, los cuales abogan por potenciar el transporte público en vez de potenciar el privado.

IMPACTO EN TORNEO

Hay otro elemento apenas considerado en este debate: el puente canalizaría  el tráfico rodado hacia y desde la Cartuja a través de la calle Torneo, de relativa circulación rápida y que discurre en paralelo al río sin obstáculo más allá de algunos semáforos en el itinerario.

La construcción del puente en perpendicular a Torneo rompería la continuidad del tráfico, por la necesidad de abrir paso al proveniente o con destino a la isla  a través del puente, con rotondas de acceso, con lo que se ralentizaría aún más el tráfico, con efectos hasta la zona de Arjona y del Paseo de Colón.

Y, por ende, el Ayuntamiento acaba de aprobar un parking de 180 plazas para dar servicio al Paseo del Arte, también con obligado acceso/salida desde Torneo.

Así, mientras trata de adelantarse a un problema en la Cartuja va sentando las bases para crear otros equivalentes en esta orilla del río.

El derecho a decidir

Un acuerdo de mínimos, que abundaba en lo ya decidido por los órganos rectores del teatro de la Maestranza y de la Real Orquesta Sinfónica (ROSS) en el sentido de dar participación a los músicos en el comité técnico que debe elevar su propuesta a los consejos de administración para la designación del nuevo gerente del teatro y director de la Sinfónica, permitió la desconvocatoria de la huelga anunciada por los miembros de la orquesta y el estreno el pasado fin de semana de la ópera de Wagner ‘El ocaso de los dioses’.

Los músicos comprendieron que tenían a la opinión pública y publicada en contra, como demostró el comunicado emitido por las tres grandes asociaciones de melómanos de la ciudad (Amigos de la ROSS, Amigos de la Ópera, Amigos de Wagner), en que se les invitaba a hacer una reflexión de urgencia que les llevara a reconsiderar, con plena libertad, su decisión de seguir adelante con el paro.

Afortunadamente, se impuso el sentido común para evitar revivir la pesadilla de años atrás con la huelga durante la representación de la ópera ‘Otelo’, en que la ROSS tuvo que ser sustituida por un pianista, y la agrupación fue parte esencial el pasado sábado del éxito que la crítica especializada ha otorgado (cuatro estrellas) al estreno de ‘El ocaso de los dioses’, con el que la Sinfónica y el teatro de la Maestranza han culminado la tetralogía wagneriana ‘El anillo del nibelungo’. Se trata de una obra que sólo está al alcance de agrupaciones y escenarios de primer nivel artístico, como son ya considerados la orquesta y el teatro sevillanos.

ÉXITO ARTÍSTICO

Si bien está lo que bien acaba, habremos de felicitarnos todos por que en vez de estar lamentándonos a estas horas del golpe económico (pérdidas de 500.000 euros) que habría supuesto la cancelación de la ópera para el teatro y, por extensión en cuanto responsable, la ROSS, amén de para la imagen y el prestigio  de ambos y la marca ‘Sevilla’, estemos alegrándonos del éxito de haber superado con nota un desafío artístico y técnico de altura, en el que han participado unos 300 especialistas, de los que la inmensa mayoría (unos 270) están asentados en la ciudad: los propios músicos de la orquesta, cantantes del coro, figurantes, bailarines, acróbatas, técnicos audiovisuales, técnicos de iluminación, técnicos de maquinaria escénica, sastrería, regidores, maquilladores….

La culminación de la tetralogía de Wagner, que casi ha coincidido con el inicio del programa de visitas guiadas (Tras el telón) al Maestranza y en cuya elaboración también han participado consultores y empresas locales especializados en la gestión cultural y en montajes audiovisuales, ha sido la mejor demostración de que gracias a la mayoría de edad alcanzada por el teatro y la orquesta ha surgido y se ha consolidado en sus entornos una industria cultural de calidad, capaz no sólo de alcanzar casi la autosuficiencia en montajes complicados, sino también de exportar su ‘Know how’ desde Sevilla y, por tanto, de generar riqueza a partir de la cultura, en línea con lo preconizado por, entre otros, Benito Navarrete.

MENOR APORTACIÓN

De esta manera, la Sinfónica y el Maestranza revierten a la sociedad parte del apoyo público que reciben de los presupuestos del Ayuntamiento y de la Junta de Andalucía, aunque en el caso específico de la ROSS el del Gobierno autónomo es, desgraciadamente, cada vez menor desde el estallido de la crisis (temporada 2008/2009), en que progresivamente ha pasado de 3,48 millones de euros a 3,39; 3,05; 2,61; 2,34 y 2,18 millones. La aportación del Ayuntamiento también menguó desde 2008, pero aun cuando no ha alcanzado el nivel anterior al menos se ha estabilizado en el mandato actual: 3,46 millones; 2,77; 2,77 y 3,05 millones en cada uno de los tres últimos años.

El conflicto de la Sinfónica ha permitido constatar cómo el comité de empresa ha proyectado la idea de que como los músicos son quienes más saben de música deben ser ellos y no el Consejo de Administración quienes elijan a su director, un argumento sin paralelismo para justificar su pretensión de tener también capacidad decisoria en cuestiones gerenciales.

Sin embargo, a la hora de la verdad esa supuesta lógica no se la han aplicado ellos mismos. No han elegido como representante para formar parte de la comisión de selección de candidatos a la dirección de la ROSS y de la Gerencia al intérprete con mejor currículum profesional y experiencia previa en la dirección (alguno hay), ya que se trata de proponer a una nueva batuta, sino a un miembro del comité de empresa. Dicho de otro modo, el comité de empresa que provoca la amenaza de conflicto por criterios supuestamente artísticos acaba eligiéndose a sí mismo y no por criterios artísticos precisamente. ¿Qué credibilidad puede otorgársele a ese comité de selección, en el que sus restantes miembros son o están avalados por la clase política?

AUSENCIA DEL PÚBLICO

Y cabe preguntarse por qué no forman parte del mismo representantes de los patrocinadores del teatro y/o de la orquesta y del público que pasando por taquilla y con sus impuestos los mantiene. El comunicado conjunto de la Asociación de Amigos de la ROSS, Amigos de la Ópera y Amigos de Wagner concluía con una frase plena de acierto: “No (se) debe olvidar que no hay orquesta buena ni mala sin público”.

Una gran verdad pero que no ha servido para que las instituciones les hayan dado a los representantes del público que acude a los conciertos de la ROSS (casi el 90% de ocupación media en toda su historia) voto en el comité de selección, máxime en una etapa en que no deja de hablarse de fomentar la participación ciudadana en los asuntos públicos para superar la desafección hacia la política y la clase política.

Pero si esa razón no fuera ya suficiente, los melómanos sevillanos pueden acreditar conocimientos musicales, sensibilidad y apoyo sin fisuras a su orquesta y su teatro y, por tanto, tienen títulos de sobra para hacerse acreedores de ese derecho. Basta con consultar las respectivas páginas web de algunos de estos colectivos para comprobar la ingente tarea realizada en proporción a sus escasos medios para la consolidación de la ROSS y el Maestranza en la ciudad a lo largo de casi un cuarto de siglo, en que no todo han sido días de vino y rosas como durante la Expo-92.

LABOR ALTRUISTA

La Asociación Sevillana de Amigos de la Ópera se fundó en 1990 por entusiastas de la lírica en la ciudad que ha inspirado un centenar largo de títulos operísticos. En estos años han colaborado con el teatro en la organización del ciclo de conferencias-concierto en la víspera del estreno de cada ópera. Creó el concurso de nuevas voces ‘Ciudad de Sevilla’. Otras actividades: edición del boletín semestral ‘Fígaro’. Ciclo de conferencias de divulgación sobre la historia de la ópera en el Labradores y sobre ‘mi ópera favorita’ con el Colegio de Médicos. Colaboración con las publicaciones del teatro. Envío de información a los asociados. Adquisición de entradas y organización de desplazamientos a eventos operísticos fuera de Sevilla.

En cuanto a los Amigos de la ROSS, unos 400 indesmayables desde el año 1993, han sido los ángeles de la guarda para muchos músicos extranjeros (la orquesta se fundó con componentes de quince países distintos) llegados a Sevilla sin idea de la ciudad ni de nuestro idioma y les han ayudado a resolver hasta cuestiones puramente domésticas.

Organizan o han organizado charlas preconcierto y cenas musicales. Han contribuido a la decoración floral del escenario para los conciertos de la ROSS. Han sufragado la edición de dos discos de miembros de la orquesta y de becas de formación impartidas por músicos de la Sinfónica. Han organizado el ciclo de música de cámara, un programa de hasta diez conciertos por temporada. Editan el boletín informativo ‘Paraíso’ y otorgan el premio musical del mismo nombre.

SÓLO VOZ

Cierto es que como deferencia a esta encomiable labor, el presidente de la asociación suele ser invitado a las reuniones del Consejo de Administración de la ROSS, donde se le da voz, pero no voto. Si se va a iniciar una nueva etapa en el teatro y la orquesta, se ha cumplido con creces el tiempo para cambiar esta situación. Entre los Amigos de la Ópera, de la ROSS y de Wagner  hay personas con un grado de conocimiento musical y escénico muy superior al de los políticos que circunstancialmente ocupan los puestos decisorios, personas que no sólo asisten regularmente a los conciertos de la ROSS y las actividades del Maestranza, sino que también han cultivado su afición musical en grandes templos internacionales de la música y que han visto y escuchado interpretar a Wagner en Bayreuth.

Los melómanos sevillanos, pues, también deben tener derecho a, como dicen los músicos, “influir de forma decisoria” en la elección de quienes rijan los destinos de la Sinfónica y el Maestranza.

Semana Santa versus Alameda

El  Consejo de la Gerencia de Urbanismo aprobó en pleno Miércoles Santo modificaciones puntuales del PGOU que permitan construir aparcamientos rotatorios en el Casco Antiguo (fundamentalmente, en la Alameda de Hércules) y recalificar para usos comerciales la Gavidia. La aprobación incluye la documentación complementaria exigida por la Junta de Andalucía tras la remisión de un expediente incompleto a principios de año, pese a que el Ayuntamiento lleva hablando del tema prácticamente desde el inicio del mandato y denunciando el supuesto boicot del Gobierno andaluz, cuando oficialmente no ha planteado hasta ahora la recalificación de la antigua comisaría.

La nueva estrategia del Consistorio consiste en justificar la construcción de aparcamientos rotatorios en el Casco Antiguo con la tesis de que la falta de transporte público impide su vertebración; una vez que se subsane esa deficiencia, los aparcamientos rotatorios dejarían de tener sentido como tales y se ofrecerían a los residentes, con lo cual cabe calificarlos como una medida provisional, una especie de solución intermedia.

PLANES NO EJECUTADOS

La Gerencia de Urbanismo cita en su informe todas las medidas no ejecutadas en la política de transporte prevista anteriormente, tales como:

-El Metro: De las cuatro líneas de que se iba a componer la red de Metro de Sevilla, sólo se ha construido una, la primera, que además únicamente bordea el Centro (estaciones de Puerta de Jerez y del Prado de San Sebastián), pero sin penetrar en su interior.

-Tranvía: Sólo se ha ejecutado al 40%, ya que no se ha realizado la conexión con la estación de Santa Justa ni se ha extendido la red hasta la Plaza de Armas.

-Microbuses: De las líneas proyectadas (Puerta de Jerez-Alameda; Plaza Nueva-Santa Justa; Prado-Macarena; Triana-La Cartuja; La Palmera-Macarena) no se ha puesto en servicio ninguna.

-Intercambiadores metropolitanos de transporte: En el Prado y en Santa Justa, de los que no hay noticias.

-Cintas transportadoras: Entre la Puerta de Jerez y la Plaza Nueva, que tampoco se han puesto en servicio.

VIEJOS PROYECTOS

Urbanismo vuelve a recordar las tres líneas de Metro que faltan y cuyo coste estimado es al menos de 3.750 millones de euros, una quimera en tiempos de crisis y justo cuando el propio alcalde, Juan Ignacio Zoido, declara que “no es el momento de grandes proyectos, nadie los hace”.

En cuanto a la ampliación del tranvía, el PP fue siempre escéptico sobre la conveniencia de un medio de transporte en el que Monteseirín se gastó 80 millones de euros y que se limita a replicar en superficie parte del mismo trazado en subterráneo de la línea 1 del Metro (Puerta de Jerez-San Bernardo). Una vez en el gobierno municipal, tampoco ha mostrado el menor interés por extenderlo hasta Santa Justa y Plaza de Armas, pese a lo cual ahora utiliza los viejos proyectos de Monteseirín, que ha desechado o relegado al olvido, para tratar de justificar el parking rotatorio en la Alameda como apoyo al futurible complejo comercial en la Gavidia.

Lo mismo podría decirse de las seis líneas de microbuses: si no existen es por decisión del propio Ayuntamiento, que tiene la potestad de implantarlas a través de Tussam, la empresa municipal de transportes. Por tanto, el Consistorio le reprocha a la Junta algo que sólo es imputable a él mismo. No parece ‘a priori’ muy justificable la implantación de esta red de microbuses ideada en los tiempos de Monteseirín a la luz de la experiencia con alguna otra y con las líneas de autobuses de barrio creadas por razones políticas en tiempos de Blas Ballesteros como delegado de Transporte y que fueron una ruina para Tussam. Por más que Urbanismo las saque ahora a colación, la empresa municipal hace bien en dejarlas aparcadas mientras no se justifiquen económicamente cuando hay líneas tradicionales que conectan distintos barrios de la ciudad y que son estructuralmente deficitarias.

Más sorprendente aún es que se pretenda justificar el parking rotatorio de la Alameda con la falta de un tapiz rodante -como el de los aeropuertos- entre la Plaza Nueva y la Puerta de Jerez, una mera idea expuesta en un concurso público sin compromiso alguno y cuya materialización en todo caso, y pago de la correspondiente factura más el de la energía y su mantenimiento, correspondería al Ayuntamiento.

MODIFICACIÓN ESTRUCTURAL

El argumentario de Urbanismo es bastante endeble para camuflar como medida puntual y transitoria lo que no es más que una modificación estructural del PGOU, ya que implicaría volver a poner patas arriba la Alameda durante un par de años y tirar a la basura los millones de euros gastados durante su completa y desafortunada remodelación (le ha dado un aspecto equivalente al de los paseos marítimos de Benalmádena e Islantilla) por el gobierno de Monteseirín.

El informe de la Gerencia ha coincidido con el del Real Automóvil Club de Cataluña sobre la movilidad en España y Europa y que revela que, a pesar de la drástica caída en el tráfico por la crisis económica, Sevilla es la tercera ciudad española con más atascos, causa por la cual los sevillanos pierden 16 horas/año en sus coches (en 2010 perdían 57,5 horas). Construir aparcamientos rotatorios en el Centro supondría generar un efecto llamada, como el clásico de la Gavidia hasta la calle Baños y Torneo, que agravaría aún más la saturación del tráfico rodado, pese al alivio que ha experimentado en estos años de recesión.

Asimismo, mientras la Gerencia redactaba su informe, en París se celebraba una cumbre sobre Transporte, Salud y Medio Ambiente entre los ministros europeos del ramo. Según los datos expuestos, en Europa se producen anualmente unos 500.000 muertos por contaminación, en su mayor parte generada por la circulación rodada, y 90.000 por accidentes de tráfico.

La Conferencia abogó por seguir el ejemplo de Copenhague, en la que el transporte por bicicleta supone el 26% del total. Mientras internacionalmente se apuesta por un modelo con cada vez menos coches, Sevilla va en dirección contraria tratando de crear infraestructuras de apoyo y fomento del automóvil privado.

LA ALTERNATIVA DEL CESS

El tercer elemento paralelo al informe de la Gerencia de Urbanismo ha sido el dictamen del Consejo Económico y Social de Sevilla (CESS) a la Ordenanza de Circulación. Los agentes sociales (empresarios, sindicatos, vecinos, consumidores y usuarios) han planteado al Ayuntamiento una alternativa a sus parkings rotatorios en el Centro y que evitaría la penetración de automóviles en el Casco Antiguo: ‘áreas verdes’ de aparcamiento en la periferia, conectadas con la ciudad por lanzaderas de Tussam, sobre todo en horas-punta y siguiendo el exitoso modelo del Charco de la Pava durante la Feria. A esta zona, que junto con la Banqueta del río permitió estacionar 40.000 coches cuando la Expo-92, se le podría unir, según el CESS, el entorno del estadio de la Cartuja. Esta alternativa redundaría además en beneficio de la cuenta de resultados de la empresa municipal de transportes.

Urbanismo eligió un Miércoles Santo para elevar sus tesis sobre la necesidad de aparcamientos rotatorios en el Centro por la falta de transporte público que otorgue conectividad a esta parte de la ciudad, sin reparar en que el Plan de Tráfico municipal por Semana Santa desmonta sus argumentos.

RÉCORD DE TUSSAM

Recuérdese que desde el Viernes de Dolores al Lunes de Pascua se blinda el Centro al tráfico con cortes totales de circulación en distintos puntos desde las 8 de la mañana a las 2 de la madrugada, y cortes parciales en función de las cofradías, con importante afección al acceso y uso de los aparcamientos existentes y a la mayor parte de la zona azul. Además, este año el Ayuntamiento ha dificultado aún más el uso del coche privado al eliminar las plazas de aparcamiento que existían en el Paseo de Colón y prohibir estacionar en la trasera de Plaza de Armas.

En el peor escenario posible para el coche privado y los aparcamientos existentes en el Centro (privados, públicos y rotatorios como los de Albareda, Gavidia, San Pablo….) y con la afluencia de centenares de miles de personas para ver las procesiones de Semana Santa, los autobuses de Tussam habían transportado entre el Domingo de Ramos y el Viernes Santo 1.468.953 pasajeros, cifra que supone 171.141 más que en el mismo periodo del año anterior (+ 13,2%) y la demostración de que la conectividad está asegurada de sobra con el transporte público actual, sin necesidad de aparcamientos rotatorios que, por otra parte, restarían usuarios a la empresa municipal e irían finalmente en detrimento del propio Ayuntamiento.

Sendai

La Expo-92 motivó que los participantes bucearan en la historia, a la busca de algún vínculo que les permitiera congraciarse con Sevilla. Así fue como trascendió la existencia de más de 600 habitantes de Coria del Río a los que, por apellidarse Japón, se supone descendientes de los expedicionarios que hace 400 años remontaron el Guadalquivir procedentes del país del sol naciente y liderados por el samurái Hasekura Tsunenaga. En el archipiélago nipón quedaron entusiasmados al saber de esta colonia en Occidente, y la ciudad de Sendai, desde la que partió la denominada Embajada Keicho, cursó una invitación formal a Sevilla para el hermanamiento de ambas urbes en la época de Rojas Marcos como alcalde. Pese a que Japón es una potencia mundial y a los beneficios culturales, turísticos y de todo tipo de un   hermanamiento que para los japoneses no tenía nada de folklórico, sino un carácter verdaderamente sentimental, Sevilla, con su tradicional desidia, lleva 21 años demorando la respuesta. Así funciona esta ciudad. Ni reloj suizo, como pretende Zoido, ni reloj japonés.

Tranvía

El Ayuntamiento de Vélez-Málaga ha autorizado a la empresa concesionaria de su tranvía a que alquile los tres trenes existentes a una ciudad cercana a Sidney (Australia) por 200.000 euros anuales ante la imposibilidad de mantener una infraestructura cuya construcción costó 40 millones de euros y que genera un insoportable déficit para las arcas municipales superior a los 800.000 euros/año. En contraste, el Ayuntamiento de Sevilla, sin título siquiera para tal prerrogativa, vetó sistemáticamente durante la era Monteseirín los intentos de Agesa de ceder a otras ciudades españolas interesadas el telecabina o el tren monorraíl (Zaragoza, Benalmádena…) de la Expo-92, pese a que habían dejado de utilizarse desde hacía años y años en la isla de la Cartuja por antieconómicos. Mientras que el tranvía de Vélez-Málaga presta servicio aunque sea en las antípodas, el telecabina y el tren monorraíl de la Muestra Universal han devenido en pura chatarra, sin utilidad alguna ni para Sevilla ni para ninguna otra ciudad. Monteseirín, la moderna versión del perro del hortelano.

 

Miopía

Una ‘spin off’  de Málaga gestiona el clúster empresarial Tourism&Health Spain que, tras tres años de investigación y desarrollo de una moderna plataforma tecnológica, aspira a convertir la capital de la Costa del Sol también en la capital del turismo de salud promocionando la cantidad de centros sanitarios allí existentes, sus hoteles, el clima y los equipamientos. De esta manera, Málaga se va a unir/competir con las 55 ciudades del mundo con programas de este tipo y realizar ahora lo que Sevilla pudo hacer y no hizo veinte años antes.

Démosle a la moviola y viajemos al año 1993, el posterior a la Expo. España, que en plan machada ha organizado simultáneamente en un mismo año la Muestra Universal, los Juegos Olímpicos y la Capitalidad europea de la cultura, cae en una crisis casi tan terrible como la actual, que durará al menos cinco años, y Felipe González se ve obligado a devaluar tres veces la peseta para tratar de devolver competitividad al país.

Los modernísimos hoteles construidos para el 92 se cerraban paulatinamente o estaban casi vacíos. Entre ellos, el Al-Andalus, en la prolongación de la Palmera, el segundo más grande de España, con sus 700 habitaciones. Le sobraban por lo menos la mitad. Y entonces, a su dueño, el empresario balear Antonio Coll, se le encendió una bombilla al saber que turistas británicos acudían en cruceros a operarse de cataratas y otras afecciones oftalmológicas en Gibraltar, como ahora van en aviones a los dentistas polacos, por desconfianza en su sistema de salud, más caro y peor.

Coll, viendo que el sector Sur, en que está el Al-Andalus, es el de los hospitales y clínicas de la ciudad (Virgen del Rocío, Militar, Valme, Fátima, Sagrado Corazón, doctor Infantes Alcón y hasta el Colegio de Médicos), intuye el potencial turístico-sanitario de Sevilla y proyecta la reconversión de la mitad de su hotel en una especie de Incosol para turistas ricos: la clínica Reina Mercedes.

En vez de crear un ‘clúster’ en torno a la idea, como ahora en Málaga todo el sector, la Asociación de Clínicas Privadas de Sevilla lanza una campaña en contra, levanta también a los vecinos del hotel por el presumible ruido de las ambulancias, y tumba el proyecto. Coll tira la toalla y, simbólicamente, el hotel. Lo pierde. 

La saga de los oftalmólogos Fernández-Vega ha demostrado cómo una ciudad media como Oviedo puede convertirse en meca del turismo sanitario de alto standing, como proyecta Málaga con su ‘Tourism&health Spain’ y Sevilla despreció hace veinte años por….. miopía.

El Auditorio

El Auditorio es la prueba del algodón de que las normas pueden ser burladas en Sevilla de la misma forma una y otra vez sin consecuencia alguna, ya que si las hubiera habido en primera instancia quizás  no habría habido una segunda ocasión.

Como nadie escarmienta en tragedia ajena, pese a la reciente catástrofe del Madrid Arena, sólo tras la alerta provocada por las pesquisas periodísticas se suspendió allí el pasado fin de semana un sarao musical que iba a durar hasta las 7 de la madrugada del domingo, para tormento de los vecinos del Casco Antiguo, donde se ha llegado a medir 27 decibelios más del máximo legal. Para obviar cualquier control, las entradas (más de 1.200) se habían vendido por teléfono o Whatsapp, pese a que el edificio sólo tiene licencia de actividad para el período estival y no para febrero, obviamente, y Urbanismo, mediante resolución del 30 de enero, le denegó el permiso a la sucedánea carpa denominada ‘Rocío Jurado’.

Llueve sobre mojado, porque hace tres meses, en pleno duelo nacional por las cinco víctimas de la macrofiesta de Madrid, el Auditorio iba a acoger una ‘Mega Party’ con la misma falta de papeles que ahora, pese a lo cual ya había vendido unas 1.500 entradas. Y como no pasó nada entonces porque los expedientes sancionadores, si se incoan siquiera, parecen que tienen el mismo efecto disuasorio que las multas para los gorrillas, la historia ha vuelto a repetirse.

El dossier de vistas gordas y de presuntas irregularidades cometidas en favor del Auditorio, pese a ser -o quizás por eso mismo- de propiedad municipal y estar la concesionaria en concurso de acreedores desde hace casi dos años,  contribuye a alimentar el descrédito de los políticos, siempre tan miopes cuando interesa: licencia otorgada obviando las competencias de la Junta de Andalucía pese a una capacidad superior a los 700 espectadores, autorización de emisión de ruidos hasta 94,3 decibelios cuando el máximo legal permitido entonces era de 70, aislamiento acústico que no consta fuera verificado, expedientes sancionadores (ocho) criando telarañas en los cajones, fijación de una hipotética sanción por un máximo de 30.000 euros cuando la normativa fija ese máximo en 300.000 (lo que hace un cero de menos, ¿verdad?), quejas sobre el incumplimiento sistemático de los horarios caídas en saco roto…..

Era vox populi que, con Monteseirín, el Auditorio tenía un padrino en el Ayuntamiento. Lo que no cabía esperar es que con el cambio de Zoido todo iba a seguir igual, como en El Gatopardo.

El sheriff

A Manuel Pizarro, al que por decir la verdad sobre la crisis que teníamos en lo alto casi toda la prensa dio por perdedor en aquel debate con el vendedor de humo Solbes, lo ha nombrado Esperanza Aguirre ‘fiscal anticorrupción’ interno o especie de sheriff del PP de Madrid, para frenar la corrupción a raíz del caso Bárcenas. Es una novedad vieja, con veinte años de antigüedad. Manuel Olivencia, el gran mercantilista y profesor de Felipe González, fue de las primeras cosas que hizo apenas endosarle aquél el marrón de organizar la Exposición Universal de Sevilla a ocho años vista. No sólo sometería a su Oficina a una auditoría externa, sino que también creó como doble mecanismo de vigilancia un Departamento de Auditoría Interna. Y así ocurrió que Alberto Cabello, el adjunto al director del mismo, llegó a denunciar a Pellón por una presunta ocultación de informes económicos al Tribunal de Cuentas, algo inimaginable hoy. Vamos, como si Pizarro denunciase a la Espe. Así pues, el que inventó la figura del sheriff fue, paradójicamente, un comisario: el de la Expo-92.

Isla Mágica hablará en francés

Apenas conocerse la noticia de la venta, por CaixaBank, de Isla Mágica a los franceses de ‘Looping Group’, llamo a un exalto cargo del Parque Temático para que me amplíe la información sobre los nuevos propietarios. Aunque en su día negoció con AsproOcio, Parques Reunidos y otros operadores de parques el cuaderno de venta de Isla Mágica (las Cajas estaban locas por desprenderse del espacio lúdico y los potenciales compradores, conociendo su ansiedad, lo querían poco menos que regalado), carece de referencias sobre el grupo galo, por ser un recién llegado al sector y formar parte de la ‘otra Liga’ de los Parques Temáticos, la de carácter regional, no la ‘Champions’ de Disney, Six Flags y otros elegidos.

¿Quiénes son, pues, los nuevos dueños de Isla Mágica? No ‘suenan’ porque aparentemente son nuevos en el gremio, ya que formalmente ‘Looping Group’ no es visualizado por la opinión pública hasta hace dos años, pero en realidad hunde sus raíces de forma más profunda en el tiempo, hasta unos años antes del nacimiento de Isla Mágica en su primera acepción, la de ‘Cartuja. El Parque de los Descubrimientos’, gestionado por Partecsa en 1993.

Y en el origen, la sorpresa: de nuevo hay una Caja de Ahorros, aunque en este caso francesa: Caisse d´Epargne (Caja de Depósitos y Consignaciones). Su nombre probablemente sí resultará familiar a los aficionados al ciclismo, ya que es una gran patrocinadora del deporte de las dos ruedas en todas sus formas y, especialmente, de equipos profesionales que han participado en las tres grandes pruebas del calendario ciclista: Tour de Francia, Giro de Italia y Vuelta a España. En nuestro país prestó su nombre hasta 2010 al equipo propiedad de Abarca Sports que dirigía Eusebio Unzúe, y contaba en sus filas con, entre otros, Alejandro Valverde y ‘Purito’ Rodríguez.

Caisse d´Epargne constituyó el 26 de enero de 1989 la Compañía de los Alpes, con sede en Boulougne-Billancourt y con el fin de gestionar estaciones de esquí, deporte al que por la abundancia de nieve en el país tan aficionados son los franceses. Poco a poco, la nueva compañía se fue haciendo de estaciones invernales como Tignes, Les Arcs y La Plagne (nombre asociado de nuevo al ciclismo, a una de las míticas victorias de etapa de Miguel Induráin en el Tour) en Francia, y de otras en Suiza y los Países Bajos, hasta un total de catorce destinos blancos.

SALTO DESDE LA NIEVE

 

 

En el año 2001 su actividad se extiende a los parques de atracciones, acuáticos, temáticos y de ocio en general y da un salto cuantitativo y cualitativo cuando tres años más tarde le surge la oportunidad de comprarle a Six Flags, el mayor operador de parques de ocio del mundo y rival de Disney, los parques europeos agrupados bajo la marca Walibi y otros en el Viejo Continente. Al cabo de veinte años de su creación, la Compañía de los Alpes, que había empezado con una estación de esquí tipo Sierra Nevada, se había convertido en uno de los operadores de ocio más importantes de Europa, al ser propietaria total o parcialmente de 35 espacios lúdicos o invernales en una decena de países del Viejo Continente.

Casi en paralelo, el Parque Temático de la isla de la Cartuja, creado en 1993 bajo la acepción de ‘El Parque de los Descubrimientos’, sólo daba pérdidas año tras año y se libraba del cierre merced a las generosas quitas de sus acreedores y a las inyecciones a fondo perdido de las Cajas de Ahorros, presionadas por los políticos.

La Compañía de los Alpes creó una filial, Grevin & Cie, para gestionar todo lo que no fueran sus estaciones de esquí: la veintena de parques que fue incorporando con el tiempo en Francia, Holanda, Alemania y Reino Unido. Entre ellos, el más conocido en el país vecino, aparte de Futuroscope y Disney París, cual es el Parque Astérix, dedicado al mítico personaje de los cómics, con su aldea gala perfectamente plasmada, y que recibe del orden de 1,5 millones de visitas anuales. En conjunto, sus estaciones invernales y  parques registran unos 24 millones de visitas y la compañía facturó 641,5 millones de euros en 2011.

 

 

EXPERTO EN REFLOTAR

 

 

Laurent Bruloy, el presidente de ‘Looping Group’, es hijo de un carnicero y un ‘self made man’ a la francesa. A partir del negocio familiar hizo de todo. Organizando recepciones para hombres de negocio y sirviendo a los restaurantes, llegó al mundo del ocio casi por casualidad, tras hacerse cargo de la cafetería de Aqualud, un parque acuático en un pueblo de 5.000 habitantes llamado Le Touquet,  situado de forma estratégica en el Paso de Calais y que era deficitario desde 1985. En 1997 lo compra, invierte en nuevas atracciones y en su especialidad, los establecimientos gastronómicos bajo la marca Nemo, y tan sólo dos años después ya atrae a 119.000 visitantes, que se convierten en 175.000 en 2002; en 180.000 en 2003…. En diez años, el negocio antaño ruinoso es tan próspero y apetecible que se lo compra la empresa española Parques Reunidos en 2007.

Bruloy se queda con el gusanillo de los parques de ocio y convence a la filial europea del fondo americano de capital riesgo HIG Capital (que en España ha entrado en la audiovisual Vértice) para fundar la empresa ‘Looping Group’ y comprarle a la Compañía de los Alpes, el 31 de enero de 2011, sus más pequeños parques de ocio, ya que aquélla estaba más interesada en potenciar sus grandes marcas, como Astérix, Walibi y Grévin. La operación fue apoyada por los representantes de los trabajadores de cada parque que se iba a segregar de la compañía matriz, ya que se les promete una inversión de unos 20 millones de euros en mejoras en el curso de cinco años. Los vendidos son Bagatelle, Minichateaux, el Acuario de Saint Malo y el Acuario del Valle del Loira, en Francia; Aquaparc, en Suiza; Aventurenpark Hellendoor, en Holanda; y Hills Pleasurewood, en Reino Unido.

 

LÍDER DE LOS PEQUEÑOS

 

 

En conjunto, estos espacios habían recibido 1,6 millones de visitas en la temporada 2009-2010, generado una facturación de 28,3 millones de euros y obtenido unos beneficios de 4,9 millones antes de impuestos. La Compañía de los Alpes se quedó con el 30% del capital de ‘Looping Group’, a fin de facilitar la transición y de tutelar el proyecto desde sus inicios, y también concedió un crédito de proveedores.

Bruloy había diseñado un ambicioso plan de negocios para acelerar la expansión de estos parques como plataforma desde la que seguir creciendo vía adquisiciones. Así, el 22 de mayo de 2012 ‘Looping’ compra el Cobac Park, cerca de Rennes (Bretaña), que el año anterior había recibido unas cien mil visitas. Cédric Lépée, director de HIG Capital, declara: “Nuestra meta es llegar a ser uno de los líderes europeos en la operación de los parques de atracciones regionales. A la vista de los proyectos actualmente en revisión, esperamos anunciar más adquisiciones en los próximos meses”.

Isla Mágica ha sido la nueva pieza de este proyecto de Bruloy, el hombre al que no le asustan los retos, capaz de posar ante un tigre para un reportaje y apasionado del enduro, las carreras de motos de resistencia.