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La Campana y el Laredo

La Campana presume de haber sobrevivido a todos los regímenes pero amenaza con el cierre por 11  veladores

Robles pagará cuatro veces más por el Laredo en competencia con Starbucks y mantiene  su plantilla

 

Los dueños de la confitería La Campana le están echando un nuevo pulso al Ayuntamiento con la colocación de una gran pancarta, presuntamente ilegal, a lo ancho de la fachada del edificio con la leyenda: “La eliminación total de la terraza de veladores por la Gerencia de Urbanismo sin causa justificada, ha sentenciado el futuro de este establecimiento fundado en 1885, que para muchos sevillanos forma parte del patrimonio cultural de su ciudad. Una injusticia que mandará al paro a los 40 trabajadores de su plantilla. Te necesitamos!!!”.

Asimismo, el gerente ha conseguido 9.158 adhesiones hasta ahora en la plataforma Change.org a su campaña de “que vuelvan los veladores a la confitería La Campana”, confundiendo de forma interesada a los firmantes, ya que los veladores no están ni  han estado en la confitería, sino en una plaza pública que es propiedad de todos los sevillanos.

En su escrito afirma que llevaba operando los once veladores desde hace más de 25 años (¿?); que el futuro de la centenaria cafetería, con cerca de 40 trabajadores, estaría seriamente comprometido; que no es difícil vaticinar que casi con toda seguridad se instalará en su lugar otra de las prolíferas franquicias que minan el casco antiguo de Sevilla, porque la confitería está siendo víctima de una decisión irracional, desproporcionada, demagógica e injusta y que en ningún momento el Ayuntamiento abrió una vía de diálogo ni les solicitó propuesta alguna.

A ello se han unido declaraciones de empleados expresando su temor a que sean víctimas de un expediente de regulación de empleo y de ediles como María del Mar Sánchez Estrella (PP), que pide ahora que se aplique a “establecimientos históricos y emblemáticos” una excepción, la que no aplicó su partido cuando gobernaba Zoido y redactó la Ordenanza reguladora.

 

EL NEGOCIO

 

Es obvio que los dueños de la confitería amenazan con el despido de los trabajadores (en la pancarta se lee “mandar al paro a los 40 trabajadores de su plantilla”) con el fin de que el gobierno de Espadas ceda a su presión para, con la ayuda de PP y Cs, seguir ocupando en condiciones privilegiadas con veladores el espacio público de todos los sevillanos que es la plaza de la Campana.

Como se recordará el gerente declaró a Radio Sevilla que esos 11 veladores le reportaban unos ingresos diarios de 1.500 euros, por lo que al año serían 547.500. A cambio, pagaba al Ayuntamiento una tasa anual de 1.900 euros. Dicho de otro modo, por cada velador abonaba 172,70 euros anuales y cada uno le generaba un ingreso de 49.772 euros. Aun descontando los gastos de personal en el supuesto de que cada velador estuviera atendido por un camarero con contrato fijo acogido al convenio del sector de la hostelería (Anexo II. Tablas Salariales. Nivel tercero. Camarero o Sumiller. Cafetería de máxima categoría: 1.111,56 euros/mes) o al de Confitería (no existe la figura de camarero y según la Tabla Salarial del Anexo I el sueldo más alto es, en el área de fabricación, de 1.008,40 euros/mes), y considerando también el coste de las consumiciones, podría estimarse que cada velador dejaría un beneficio cercano a los 30.000 euros.

 

CONTRADICCIONES

Omiten en su pancarta que sólo les han retirado los veladores de la parte delantera de la confitería y que junto a los del cercano Burger King habían colmatado la plaza y convertido en una carrera de salvar mesas, sillas y sombrillas el tránsito por la misma. El Ayuntamiento les ha mantenido los veladores en la parte trasera, donde tenían el restaurante La Reja gracias a un contrato de renta antigua.

Ya en octubre de 2016, el gerente declaró a ABC: “Si nos quitan los veladores nos veremos abocados al cierre”. El 23 de febrero de 2017, el suplemento gastronómico del mismo medio publicaba una crónica titulada “La Campana estrena obrador para seguir 132 años más”, en la que se reflejaba que el motivo del traslado del antiguo obrador había sido adaptarse a la nueva normativa sanitaria. En ese acto, al contrario de lo que podría interpretarse en el texto de Change.org, el gerente dio las gracias a las entidades bancarias que facilitaron la financiación para la compra y ejecución de las instalaciones.

Según la crónica, Borja Hernández presumió de una empresa “más antigua que la torre Eiffel y que la estatua de la Libertad;  que ha sobrevivido -añadió- a Alfonso XII, Alfonso XIII, la Segunda República, la Dictadura de Franco, a Juan Carlos I y al inicio de Felipe VI”.

Sorprende, por tanto, el doble mensaje, según el momento y el sitio, del gerente. Si la empresa ha sobrevivido al menos 107 años sin veladores en la plaza y a monarquías, repúblicas y dictaduras, ¿va a echar el cierre porque Espadas no le renueva el permiso para once veladores?

Borja Hernández no deja de contradecirse a sí mismo. En octubre de 2016 declaró a ABC que los 11 veladores sitos junto al quiosco producían el 70% de la facturación de su negocio y que cada tres veladores suponían un puesto de trabajo. Conforme a sus palabras, la supresión de los once veladores tendría que afectar, teóricamente, a 3,6 empleos, pero en su pancarta dice en tono catastrofista que 40 trabajadores (toda la plantilla) acabará en el paro.

Item más, el pasado día 17, el medio citado recogía que según los cálculos del dueño de la confitería, la facturación ha disminuido en un 30% desde que en abril Urbanismo ordenó retirar los veladores. Pero, ¿no decía en octubre que los veladores le generaban el 70% del negocio? La supuesta afección, siempre según sus propias declaraciones, habría sido un 40% menor.

EN PRECARIO

 

El empresario no puede supeditar su negocio a los veladores cuando sabe perfectamente que están regulados por una Ordenanza según la cual tanto los de la confitería como los de cualquier local de Sevilla están en precario, porque la norma dispone que la instalación de terrazas en la vía pública es una decisión discrecional del Ayuntamiento y que su autorización se ajusta a criterios de minimización del uso privado frente al público, debiendo prevalecer en caso de conflicto la utilización pública de espacio y el interés general del ciudadano. Las licencias se conceden siempre en precario  y estarán sujetas a las modificaciones que pueda decidir el Ayuntamiento, que se reserva el derecho a dejarlas sin efecto, limitarlas o reducirlas en cualquier momento, si existiesen causas razonadas que así lo aconsejasen. Tendrán en todo caso carácter temporal, limitado a un máximo de doce meses de duración, finalizando en cualquier caso el 31 de Diciembre del año en curso y podrán ser renovables.

El dueño de la confitería afirma que su negocio es centenario y representativo del comercio tradicional y del patrimonio cultural de la ciudad y que se corre el riesgo de que su lugar lo ocupe una franquicia. Independientemente de que el alcalde ha declarado que sigue esperando que le presente una propuesta jurídica razonada que justifique “un régimen diferenciado” para la confitería en la Ordenanza de Veladores, ¿se puede invocar la antigüedad o un carácter pretendidamente cultural (¿?) para arrogarse un tratamiento especial y no someterse a las mismas reglas del libre mercado ni a la igualdad de derechos que se proclama en nuestra Constitución? ¿Por qué la confitería debe tener veladores en la plaza y no Burger King? ¿Por qué la franquicia Burger King no debe instalarse en Sevilla y la franquicia sevillana de autobuses turísticos City Sightseeing sí puede expandirse a un centenar de ciudades de todo el mundo?

 

EL LAREDO

 

Y ahora vayamos al otro extremo de la calle Sierpes. Juan Robles, colega de Borja Hernández, no ha invocado ni tradición, ni antigüedad, ni patrimonio cultural con el bar Laredo, sito en un edificio municipal, sino que ha competido en buena lid con una compañía multinacional como Starbucks.

Hace un decenio, Robles se adjudicó el bar Laredo a cambio de pagarle al Ayuntamiento un canon de 30.000 euros anuales (2.337 euros al mes más IVA). Al expirar el contrato, el gobierno local convocó un nuevo concurso con un canon de salida de 30.000 euros anuales. Starbucks ofreció 114.000 euros (IVA aparte). Robles ha ejercido su derecho preferente e igualado la oferta de la multinacional, por lo que continuará explotando el Laredo durante 15 años más pero pagando un canon de 9.500 euros mensuales (IVA aparte). Así pues, las denostadas franquicias han tenido el efecto de que el Ayuntamiento va a ingresar por el Laredo cuatro veces más, lo cual no ha sido óbice para que Robles mantenga los 15 trabajadores en plantilla y siga haciendo negocio con el local.

El debate, por tanto, no hay que centrarlo tanto en los veladores como en el espacio público de todos que ocupan y a cambio de qué precio (172 euros anuales por un velador en la Campana), unas cantidades tan bajas que han permitido grandes plusvalías a unos  empresarios que se erigen a sí mismos como patrimonio histórico cultural de Sevilla,  sin que esos espacios dejen  ingresos significativos en las arcas municipales que destinar a paliar las muchas carencias que sufre la ciudad.

Urbanismo mantendrá la accesibilidad Universal a los veladores de la Avenida

RECLAMACIÓN

Los hosteleros pidieron al Ministerio que los discapacitados no pudieran acceder a todas las mesas, sino sólo a una parte

INGRESOS

Con una menor separación podrían poner más veladores en las terrazas y obtener más rentabilidad

CAL Y ARENA

El Ministerio avala al Ayuntamiento pero sugiere una solución  menos distorsionadora de la actividad económica

La Gerencia de Urbanismo mantendrá en los veladores de la Avenida de la Constitución el principio de accesibilidad universal, que exige una separación mínima entre ellos de 1,5 metros para que quepa o pueda pasar cualquier discapacitado con su silla de ruedas, pese a un dictamen del Ministerio de Economía que pretende ser salomónico y que aun reconociendo la potestad municipal para regular las terrazas concluye pidiendo una solución alternativa con el fin de que haya más veladores.

El pasado 11 de abril, la patronal de la hostelería sevillana, en representación de los establecimientos Zona Café, Oniroma, Sotavento Café y Grancafé, elevó una reclamación al Consejo para la Unidad de Mercado (Ministerio de Economía) contra la propuesta de ordenación de terrazas de veladores en la Avenida de la Constitución.

Según los hosteleros, el Ayuntamiento, a través de la Gerencia de Urbanismo, establece una disposición de veladores muy por debajo de los usos y ocupaciones actualmente concedidos, sobre la base, a su juicio, de una interpretación restrictiva de la normativa de accesibilidad.

En virtud de esta normativa y del denominado principio de accesibilidad universal, Urbanismo estipula una separación de al menos 1,5 metros entre los veladores de las terrazas: la distancia mínima para que quepan o puedan pasar las sillas de ruedas que utilizan personas con discapacidad y que necesiten circular entre las terrazas o bien estacionar en las mismas para tomar algún refrigerio.

Los hosteleros, por su parte, consideran que no todos los veladores de las terrazas de la Avenida deben ser accesibles para las personas discapacitadas y que es suficiente con que lo sean sólo una parte. Conforme a su pretensión, no haría falta establecer una franja mínima de 1,5 metros entre todos los veladores, con lo cual éstos podrían juntarse más, podría incrementarse su número, también los clientes y, como consecuencia final, los ingresos de los establecimientos.

 

DICTAMEN

 

El Consejo para la Unidad de Mercado emitió el pasado 5 de mayo su dictamen sobre la reclamación de los hosteleros, un dictamen en el que trata de ser salomónico aunque al final propende a dar satisfacción a los propietarios de las cafeterías por cuanto su finalidad como organismo es el fomento con los menos obstáculos posibles de la actividad económica.

Esta entidad reconoce que la exigencia de licencia por parte del Ayuntamiento para la colocación de terrazas con veladores en las inmediaciones de los negocios de hostelería sería “necesaria y proporcionada” en virtud de los términos de la Ley de Garantía de la Unidad de Mercado y de la de Bienes de las Entidades Locales de Andalucía.

Pese a avalar la legalidad de la actuación municipal, el Consejo hace una pirueta al final para tratar de satisfacer también la exigencia de los hosteleros y concluye de la siguiente forma: “En la medida en que el contenido y la aplicación de una norma o un instrumento de planeamiento urbanístico pueda limitar el acceso o ejercicio de una actividad económica, éste habrá de ajustarse a los principios de la Ley 20/2013, de 9 de diciembre, de Garantía de la Unidad de Mercado, en especial al principio de necesidad y proporcionalidad recogido en su artículo 5. En el caso que nos ocupa -prosigue- los mecanismos para garantizar la accesibilidad universal deberán ser siempre tales que no existan otros medios que resulten menos restrictivos o distorsionadores para la actividad económica”.

 

REACCIÓN

Como este dictamen no es vinculante, la Gerencia de Urbanismo no va a modificar su propuesta de ordenación de los veladores en la Avenida y mantendrá el principio de la accesibilidad universal para todos los discapacitados, que exige una distancia separadora mínima de metro y medio entre las mesas de las terrazas, por entender que el interés general está siempre por encima del interés económico de un sector privado.

Según Urbanismo, el planteamiento del Consejo para la Unidad de Mercado de que se intente de alguna manera permitir la colocación de más veladores sin impedir simultáneamente la accesibilidad de los discapacitados es, sencillamente, inviable, ya que o cabe o no cabe una silla de ruedas entre un velador y otro: no hay término medio.

Sevilla: mil veladores más cada año entre 2010 y 2016

MULTIPLICACIÓN

Entre 2010 y 2016 el número de veladores ha pasado de 7.958 a 15.024
FRENO

La tendencia se frena en el segundo año de Espadas, con 271 veladores menos
IMPACTO

Pese al incremento de veladores, ha habido 2.415 parados más en ese periodo

La respuesta de Sevilla a la crisis económica ha consistido en colocar una media de mil veladores más cada año en las calles y plazas de la ciudad, según revela la estadística del periodo 2010-2016, pero esa fuerte apuesta no se ha traducido en un paralelo descenso del paro, ya que en el balance se ha pasado de 75.212 desempleados a 77.627, es decir 2.415 más.

Tras el advenimiento de la crisis económica, a finales de 2008, con el paralelo estallido de la burbuja inmobiliaria, el hundimiento de la Construcción y la pérdida de peso del sector industrial por el cierre o la marcha de compañías tradicionalmente asentadas en la ciudad, Sevilla puso todas sus esperanzas en el turismo como potencial motor económico que podría tirar de los Servicios y en especial de tres subsectores principales del mismo: los hoteles, la hostelería y el comercio.

Uno de los elementos clave de esa estrategia, que empieza a tomar cuerpo en la recta final del último mandato de Monteseirín, es la manga ancha del Ayuntamiento en la autorización de terrazas con veladores. Así, entre 2010 y 2011 (año éste repartido prácticamente a medias entre el último de Monteseirín como alcalde y el primero de Zoido), el número de locales con permiso para la colocación de veladores pasa de 936 a 1.153, con un incremento del 23%. Este aumento es proporcionalmente incluso superior al de veladores propiamente dichos, ya que la evolución de éstos es de 7.958 a 9.405, un 18% más.

Con Zoido al frente del Ayuntamiento, la estrategia municipal de pleno apoyo al sector hostelero llega a su apogeo. Si inicia su mandato con 1.153 establecimientos autorizados a abrir terrazas con veladores, cuatro año después (contando medio año de aterrizaje de Espadas), concluye su etapa al frente de los destinos de Sevilla con 2.002 establecimientos ostentado un permiso municipal, un 73% más que al principio.

Obviamente, a más locales con autorización oficial, más veladores en la vía pública. Se pasa de 9.405 al inicio de su mandato a 15.295 al final (+62,62%). Y si consideramos todo el periodo desde 2010, en tan sólo cinco años, los que van del final de Monteseirín al final de Zoido, el número de veladores prácticamente se duplica, al pasarse de 7.958 a 15.295 (+92%).

 

SATURACIÓN

 

Es en esta época en que se llega, especialmente en el Centro y en el tramo comprendido entre la calle san Fernando y la Campana, a la situación de saturación que el gobierno de Espadas trata de paliar con una reordenación que ha puesto en pie de guerra a los hosteleros. De hecho, ya con Espadas plenamente al mando del Ayuntamiento, en su segundo año de mandato (2016), sólo crece en seis (hasta un total de 2018) el número de establecimientos con permiso para poner veladores, pero por primera vez desde 2010 el número de éstos se reduce, hasta los 15.024 (271 menos, un -1,77%).

El sector de la hostelería, que ha ofrecido en su comparecencia del 9 de marzo datos desfasados (sostuvo que había 13.960 veladores en 2015 cuando el año se cerró con 15.295, y que había un velador por cada 54 sevillanos, cuando hay uno por cada 46), esgrime el riesgo de destrucción de empleos y de cierre de establecimientos si el gobierno local reduce el número de veladores (189) en el eje San Fernando-Avenida-la Campana. De hecho, afirma que cada tres veladores generan un empleo, es de la persona que los atiende en la calle, pese a que numerosos establecimientos funcionan en régimen de autoservicio por parte de los propios clientes.

 

EMPLEO

 

La estadística comparada demuestra, sin embargo, que no hay una relación inversamente proporcional entre veladores y empleos. A más veladores no ha habido menos paro, y viceversa. Así, en 2011 y 2012 creció el número de veladores en un 18% y un 19% y no por ello bajó el paro, que siguió subiendo, entre un 8% y un 10%.

Entre 2013 y 2015 el paro bajó, pero en bastante menor proporción al crecimiento de los veladores, y en 2016 descendió el número de veladores pero no subió el de parados, sino al revés: hubo 4.221 desempleados menos.

La caída del paro tiene más que ver con la mejoría de la situación económica general que con factores más locales y específicos. De hecho, en el periodo analizado todavía el balance del paro es negativo para la ciudad: los 77.627 desempleados de 2016 son 2.415 más que los existentes en 2010.

 

Veladores y empleo

 

 

Año     Locales                       %        Veladores      %        Parados         %

con veladores

2010           936                  –               7.958        –               75.212      –

 

2011       1.153               +23            9.405        +18           81.135     +7,87

 

2012       1.362                +18          11.204        +19          89.332     +10,10

 

2013       1.676              +23        13.098        +16          88.377       – 1,06

 

2014       1.809                + 8             14.225     + 8          86.417       – 2,21

 

2015       2.002                +10          15.295         + 7        81.848     – 5,28

 

2016         2.018                   +   0,79      15.024         – 1,77     77.627       – 5,15

 

 

Inicio de la cuenta atrás para reducir Veladores en la calle San Fernando

EN EL BOP

Urbanismo publica la aprobación inicial de la propuesta de ordenación de las terrazas

INFRACCIONES

Recuerda que el 95% de los veladores tiene abiertos expedientes disciplinarios

CALENDARIO

Los hosteleros tendrán de plazo hasta el día 19 de diciembre de 2016 para presentar alegaciones

La Gerencia de Urbanismo activó el pasado día 29 de noviembre el plazo legal para reducir en un 80% el número de veladores existentes en la calle San Fernando al publicar en el Boletín Oficial de la Provincia de Sevilla la aprobación inicial de la propuesta de ordenación de las terrazas en dicha vía pública.

El acuerdo ha sido notificado al Distrito Casco Antiguo, a la Asociación Empresarial de Hostelería y a los interesados. Se ha abierto un plazo de 15 días para la presentación de alegaciones. Dados los festivos del mes de diciembre, podría interpretarse que los hosteleros tendrían de plazo hasta el día 19 de este mes para elevar sus alegaciones al Ayuntamiento, aunque ello dependerá de los criterios de contabilización de días hábiles que maneje la Gerencia.

En la exposición de motivos sobre esta decisión, Urbanismo afirma que la calle San Fernando es actualmente objeto de numerosas y variadas ocupaciones del espacio público: terrazas de veladores, expositores, carteles, venta ambulante, músicos, etcétera, con una gran incidencia no sólo en los elementos físicos en los que se desarrollan (pavimento, mobiliario urbano, arbolado…) sino también con una negativa afección a la imagen y al entorno de este ámbito, de gran valor histórico-artístico. Ello conlleva, además, que la implantación de los mencionados usos privativos merme con exceso el espacio público.

Aunque reconoce que este criterio de saturación actual de la calle no está necesariamente basado en unos parámetros, módulos o medidas preestablecidos para determinar si existe o no, resulta, por una parte, de la apreciación que ha tenido la Administración Municipal sobre la base de criterios de oportunidad y conveniencia resultantes de la realidad existente y de las exigencias técnicas derivadas de las Ordenanzas de aplicación en cuanto a parámetros técnicos de ocupación, distancias, eliminación de barreras arquitectónicas, etcétera.

Y, por otra parte, de la afección de este exceso de ocupación a otros derechos o intereses: quejas tanto del Defensor del Pueblo Andaluz como de la Defensora del Pueblo Nacional por el mal uso de las terrazas de veladores en cuanto a la ocupación indiscriminada del espacio público.

Según Urbanismo, se demanda un uso racional de esos espacios, en el que prime el uso común y general por parte de todos los ciudadanos frente a los usos privativos (recuerda que el 95% de las terrazas de veladores de la calle cuenta con expediente disciplinario).

La Gerencia también habla de reiteradas denuncias de particulares o comerciantes, quejas de colectivos por incumplimiento de la normativa en materia de accesibilidad universal, malestar entre los propios vendedores ambulantes ya autorizados…

Y afirma que el objetivo prioritario de la ordenación de las terrazas de veladores es lograr el respeto del itinerario peatonal y la accesibilidad universal a los distintos usos que se dan en la calle, tratando al mismo tiempo de encontrar un equilibrio entre el potencial económico de las terrazas con el uso público de la vía.

Cuatro recordatorios de Urbanismo

La Gerencia de Urbanismo lanza un mensaje a los hosteleros citando de forma expresa cuatro artículos de la vigente Ordenanza reguladora de las terrazas de veladores:

-Artículo 6º: Dice que la instalación de terrazas en la vía pública supone la utilización especial de un espacio público, por lo que su régimen de uso deberá supeditarse a criterios de minimización del uso privado frente al público, debiendo prevalecer en los casos de conflicto la utilización pública de dicho espacio y el interés general de la ciudadanía.

-Artículo 4º: Dispone que la instalación y funcionamiento de las terrazas de veladores será siempre en precario y estarán sujetos a las modificaciones que pueda decidir el Ayuntamiento, el cual se reserva el derecho a dejarla sin efecto, limitarla o reducirla en cualquier momento, si existiesen causas razonadas que así lo aconsejen, mediante resolución motivada.

-Artículo 12: Estipula igualmente que el Ayuntamiento podrá declarar espacios en los que se prohíbe expresamente la instalación de terrazas de veladores, con independencia de los así declarados en el Catálogo de Espacios Urbanos Protegidos del PGOU.

-Artículo 9: Se expresa en el mismo que el Ayuntamiento podrá aprobar diseños específicos de mobiliario urbano para las terrazas de veladores, para su implantación en los sectores que se determinen en función del reconocimiento de las diferentes áreas morfológicas del consolidado urbano, así como en espacios emblemáticos, turísticos, etcétera.

Sevilla: el carril peatonal

 

La Mesa de los Veladores propone una franja reservada a los peatones entre los edificios y las terrazas de los bares

La pretendida peatonalización de la Avenida y la calle San Fernando ha supuesto la privatización del espacio público

 

Más de un año después de la toma de posesión de Espadas, una de las tantas mesas de diálogo impulsadas por el alcalde para intentar contentar a tirios y troyanos con su política de no disgustar a nadie y de que los colectivos en conflicto definan ellos mismos las soluciones, y hasta se las autogestionen sin necesidad de que el Ayuntamiento tenga que ejercer la autoridad (recuérdese por ejemplo, la apelación a los colectivos religiosos para que se autorregulen y reduzcan tantas procesiones que dejan en evidencia la falta de policías), la denominada Mesa de los Veladores ha llegado a la obvia conclusión para todos, menos para el sector turístico como parte interesada, de que hay un exceso de veladores, especialmente en el eje calle San Fernando-Avenida y en la calle Betis.

De la conclusión de la Mesa se colige que debe haber establecido un número racional de veladores que pueden soportar esas vías públicas y en función de ¿qué? criterios, para determinar así que por debajo de ese límite habría una carga admisible o sostenible y, por encima, ese exceso del que se ha hablado pero sin que se haya difundido ningún dato objetivo que nos permita ampliar la visión sobre el asunto.

Recuérdese que en la actual Ordenanza municipal, aprobada hace tan sólo tres años durante el mandato de Zoido, se especifica que por cada licencia de veladores que expida el Ayuntamiento -recauda en torno a un millón de euros anuales por este concepto- el titular de la misma puede ocupar un máximo de 100 m2 de vía pública e instalar también como máximo 25 veladores en ese área, que debe delimitarse con tachuelas o cualquier sistema de marcas para que quede claro cuál es el espacio objeto de la concesión.

 

CORRALITOS

 

Aparte de la doble fila de tachuelas de los carriles-bici (porque casi desde el principio en esas vías ya no hay un solo carril-bici, sino dos en cada sentido), en la calle San Fernando y en la Avenida ¿se ha cumplido esa obligación de señalizar el espacio de los veladores? Allí donde se está haciendo no es con marcas en el suelo franqueables, que permitieran el paso de los transeúntes cuando no hubiera clientes sentados en los bares, sino que se está acotando el terreno con paneles de metacrilato u otro tipo de barreras de separación que multiplican la imagen de corralitos infranqueables por los peatones, los cuales se ven condenados a luchar por el espacio “sobrante” con ciclistas, patinadores y tranvía, entre otros.

Para tratar de paliar este desaguisado, los miembros de la Mesa de los Veladores han propuesto en su informe (obsérvese que tras la fase de diagnóstico, que ha durado un año y permitido a Espadas escudarse en la existencia de la Mesa para mantener el “statu quo” sin mojarse en ningún sentido y cruzando incólume para su partido dos procesos electorales, hemos pasado a la fase de propuestas) que se limite la extensión máxima que puedan ocupar los veladores, de forma que la zona más cercana a las fachadas se configure como un itinerario peatonal libre de obstáculos.

CORREDOR YA PREVISTO

Lo que la Mesa de los Veladores ha propuesto es ni más ni menos que la creación de un carril peatonal, una especie de corredor humanitario que permita a los sufridos viandantes cruzar por el Centro, aunque sea en fila india y sin tener que saltar por encima de sillas y mesas de los bares y sorteando ciclistas, patinadores, inexpertos usuarios de plataformas segway, coches de caballo y los tranvías que circulan en uno y otro sentidos.

Pero es que el “carril peatonal “ ya está contemplado en la actual Ordenanza municipal, en la cual se fija un espacio mínimo (atención, mínimo, no máximo) de metro y medio entre los muros de los edificios y los primeros veladores, para permitir el paso de las personas.

Que la Mesa de los Veladores proponga como “solución” que se haga lo que ya está estipulado en la Ordenanza desde el año 2013 es la demostración del incumplimiento de la norma sin consecuencias para quienes la incumplen y de que para ese viaje de un año de la susodicha Mesa no hacían falta tales alforjas, ya que acaba preconizando que se haga lo que estaba previsto que se hiciera y debería haberse hecho pero que no se ha ejecutado.

Al final va a resultar que la Mesa le va a acabar dándole la razón a la patronal de la hostelería, que insta a Espadas a que empiece por hacer cumplir la Ordenanza y se deje de plantear “experimentos” de reducciones de licencias y de horarios (ya se sabe que con las cosas de comer no se juega y que, por tanto, los experimentos, mejor con gaseosa no vayan a acabar explotando).

La patronal, cuyo nuevo presidente se ha estrenado en el cargo pidiendo todavía más ocupación de la vía pública, podría ayudar al alcalde de la “autorregulación” instando a sus asociados a dar ejemplo con el cumplimiento de la Ordenanza y así ni siquiera haría falta la existencia de la Mesa de los Veladores ni tendríamos este debate en la ciudad.

EXCESOS

Espadas no ha dejado pasar la oportunidad de aludir, como suelen hacer todos los gobernantes, a la herencia recibida. Así, se ha referido al “exceso de autorizaciones” del gobierno de Zoido, que ha provocado “un problema de congestión, de movilidad y de estética”.

Tiene razón, ya que según las estadísticas extraoficiales Monteseirín se fue dejando en las calles 9.635 veladores, mientras que Zoido hizo lo propio cuatro años más tarde pero con licencia para 13.679 (un 42% más). Casi medio año después de su toma de posesión, Espadas, según declaró Antonio Muñoz en noviembre pasado, había reducido su número a 12.192 (un 11% menos). Habría que exigirle al Ayuntamiento que difunda mensualmente la estadística del número de veladores que colonizan calles y plazas, al igual que divulga la cifra de los turistas que pernoctan en los hoteles, ya que tan indicadores del sector turístico son unos como otros.

Sin embargo, al actual alcalde hay que achacarle la autorización de los veladores en la Campana, en una demostración de que la cuestión no es sólo cuantitativa, sino también cualitativa: se pueden saturar aún más los espacios emblemáticos de la ciudad.

La excesiva proliferación de veladores, según el dictamen de la propia Mesa creada a tal efecto, en la calle San Fernando y en la Avenida es la demostración del “bluff” de la peatonalización de ambas vías principales de la ciudad que “vendió” Monteseirín como uno de los mayores “éxitos” de su época al frente del Ayuntamiento.

Los viandantes tienen ahora mucho menor espacio que anteriormente, y si otrora disponían al menos de aceras diferenciadas y a mayor altura para caminar separados de los vehículos, ahora han circular al mismo nivel disputándose el menguante territorio que les han dejado con veladores, tranvía, ciclistas, patinadores y cualquier elemento que se mueva sobre una o más ruedas.

La pretendida peatonalización ha supuesto en realidad, como en la Plaza de la Encarnación con la Setas, la privatización del espacio público, donde en la práctica el viandante ni es su dueño, como antiguamente lo era de forma natural, ni tiene prioridad, de ahí la propuesta del carril peatonal, equivalente a la de los espacios protegidos que en la Naturaleza se reservan para las especies en peligro de extinción.

 

Programa

En sus habituales recompensas periodísticas de fin de semana con los criterios de siempre para el reparto, a modo de premios y castigos, el Ayuntamiento del cambio ha filtrado dos noticias sobre proyectos de inminente (¿?) ejecución una vez sobrepasado el ecuador del mandato de Zoido. Una hacía referencia a la instalación de…. ¡lo han adivinado!, terrazas de veladores sobre la pasarela fluvial tendida al pie de la calle Betis, en la lámina del Guadalquivir. La imaginación, al poder. La otra, a la reconversión de la antigua estación de Cádiz  en un centro deportivo con parking subterráneo y manteniendo allí el mercado provisional (ya sabemos qué significa esta palabra en Sevilla, cuasi eternidad) de la Puerta de la Carne. El pequeño detalle es que ambos proyectos datan del mandato anterior PSOE-IU, como el del mercado gourmet en las naves del Barranco, la segunda tienda de Ikea y tantos otros. Me pregunto cuándo Zoido va a empezar a cumplir realmente su programa, el que le llevó a la victoria electoral, en vez de rematar las obras que dejó pendiente Monteseirín.

 

Impacto de la Semana Santa

El arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo, previno en su día contra la vertiente crematística de la Semana Santa al subrayar que debe predominar su dimensión espiritual, porque se trata “de actualizar y revivir -dijo- la Pasión del Señor”. Pero eso no significa que el pontífice de la Iglesia sevillana no comprenda ni valore la dimensión económica de estas fechas religiosas, tan señaladas para los creyentes, siempre que no sea “un fin en sí mismo, sino -según sus palabras- una consecuencia del corazón”.

Un mes antes del pleno ejercicio de su responsabilidad como arzobispo de Sevilla (noviembre de 2009), para lo que hubo de esperar a la renuncia efectiva del cardenal Amigo Vallejo, y siendo aún administrador apostólico de la diócesis de su procedencia (la de Córdoba), el actual prelado de los sevillanos tuvo la oportunidad de comentar un estudio realizado por Analistas Económicos de Andalucía -perteneciente a Unicaja- en que se llegaba a la conclusión de que el impacto de la Semana Santa en la capital de la mezquita era de 42 millones de euros y que contribuía a generar o mantener el equivalente a 1.682 puestos de trabajo.

Monseñor Asenjo expresó su alegría por que la Semana Santa contribuyera al sustento de tantas familias y aprovechó la oportunidad para asegurar que “la Iglesia da a la sociedad mucho más de lo que recibe de los poderes públicos”. Según el arzobispo de Sevilla, la contribución eclesial debe valorarse doblemente, no sólo por esa ayuda material derivada de la conmemoración de la Pasión y Muerte de Cristo, sino también por “la formación de buenos cristianos, que siempre serán buenos ciudadanos”.

Que recordemos, ésa ha sido la única oportunidad en que el titular de la Archidiócesis de Sevilla se ha pronunciado públicamente sobre la repercusión económica de la Semana Mayor. Si saludó con alborozo el estudio de Unicaja sobre la de Córdoba y su evaluación de los 42 millones de euros, cabe imaginar qué habría pensado cuando medio año antes un estudio similar cifró el impacto en Sevilla en 240,3 millones de euros, casi sesi veces más que la cordobesa.

En el año 2005, un equipo de trabajo de la Universidad Hispalense compuesto por Luis y María Luisa Palma Martos, Antonio García Sánchez y Gloria Franco Casillas realizó una propuesta metodológica para la evaluación del impacto económico de las fiestas de primavera en la ciudad de Sevilla, cuya última cuantificación se produjo, si no recordamos mal, en el año 2010.

La conclusión del equipo universitario fue que sólo la Semana Santa tenía un impacto económico en la ciudad de los citados 240,3 millones de euros. En comparación con el estudio de Unicaja, realizado casi por las mismas fechas para Córdoba, la Semana Santa sevillana tiene mucho más potencial que la que reflejan esas cifras. Con tan sólo algo más del doble de población (702.000 habitantes frente a 328.000, en números redondos) la repercusión económica de la fiesta primaveral hispalense no duplica, sino que sextuplica a la cordobesa, pese a estar las dos ciudades ribereñas del Guadalquivir separadas únicamente por 120 kilómetros y al también enorme valor patrimonial de la capital califal.

Estos datos demuestran que Sevilla ha sabido rentabilizar, en mayor proporción que el que teóricamente le correspondería por su peso demográfico, la Semana Santa en comparación con el resto de Andalucía y aun de España. Y es que, según el estudio universitario citado, la conmemoración de la Pasión de Cristo que se organiza en nuestra ciudad llega a congregar 909.000 personas, de las que 215.000 vienen de fuera de la capital y de su área metropolitana.

El perfil mayoritario del sevillano que participa o está presente en los actos de la Semana Mayor es el de un varón de entre 20 y 29 años o mayor de 50, con estudios superiores y ocupado en el sector servicios, con una renta inferior a los 3.000 euros y cuatro días de asistencia. El perfil dominante entre los forasteros es el de una mujer de similares tramos de edad, formación y sector ocupacional, pero con un día menos (tres) de asistencia.

El informe del equipo de investigadores de la Hispalense revela también la importancia para el sector turístico local de la fiesta religiosa, por cuanto el gasto medio de los turistas que se alojan en los hoteles asciende a 230 euros.

Con estas magnitudes no es de extrañar que los hosteleros sevillanos se levantaran en pie de guerra en las vísperas de esta Semana Santa contra el Ayuntamiento por el horario de los veladores, que ya viene siendo motivo de discordia a lo largo del mandato de Zoido y, especialmente, tras la redacción de la nueva Ordenanza contra el Ruido.

Pese a que el delegado de Fiestas Mayores, Gregorio Serrano, declaró en la emisora de radio de la Conferencia Episcopal Española que todo estaba listo para la Semana Santa de este 2013 con un despliegue en los servicios de varios millares de personas, porque según dijo existe una larga experiencia en su organización, la Asociación de Hosteleros montó en cólera contra el Consistorio al conocer a última hora del Viernes de Dolores la orden de que debía retirar el Domingo de Ramos los veladores de las calles a partir de las 13 horas, con el fin de dejar expedito el terreno ante el paso de las cofradías y una posible evacuación en caso de emergencia, y el resto de la Semana Santa a partir de las 16 horas.

Los hosteleros llegaron a calificar la notificación municipal de “puñalada” a sus negocios y criticaron por boca de su vicepresidente, Antonio Palomino, la “falta de seriedad y de coordinación absoluta” en el seno del gobierno local, especialmente entre el Cecop, Urbanismo y la Policía Municipal.

Y es que mientras en años anteriores se realizaba, según la Asociación de Hosteleros, un análisis previo para ver si había que hacer algunos cambios, como retirada puntual de veladores o retranqueos, este año le ha costado más tiempo de lo normal reunirse con los distintos departamentos municipales. Cuando cada propietario de bar había tomado sus decisiones en materia de contratación de personal para atender a los veladores que tenía previsto, a las 7 de la tarde del Viernes de Dolores llegaron las notificaciones sobre los nuevos horarios, después de una semana “sin que nadie cogiera el teléfono -aseveró Palomino- ni responder a nuestros correos electrónicos”.

Al final ha tenido que ser el alcalde, tan solícito siempre a las demandas de comerciantes, hoteleros y hosteleros, quien le ha enmendado la plana a su equipo para mantener el ‘statu quo’ en los horarios de los veladores, a fin de que propietarios de algunos establecimientos no perdieran, según las estimaciones de la patronal, hasta el 80% de los ingresos previstos en estas fechas de Semana Santa, la temporada alta para el sector y que aporta el 1,22% del producto Interior Bruto de Sevilla capital.

El desencuentro temporal entre el Ayuntamiento y la Asociación de Hosteleros demuestra que el gobierno de Zoido, en el segundo año en que organiza la Semana Santa (el Consistorio se remite a que, en puridad, el organizador es el Consejo General de Cofradías y Hermandades, pero éste no regula el horario de los veladores), sigue sin estar completamente rodado y que el Cecop, o bien no ha empezado haciendo honor a su nombre de Centro de Coordinación Operativa o bien ha quedado desautorizado por el alcalde con tal de complacer a uno de los poderes fácticos de la ciudad.

 

El veládromo

El colega Eduardo Barba ha revelado que el propietario de tres establecimientos del entorno, y que probablemente será aquel en quien la mayoría estamos pensando, ha propuesto al Consorcio de Turismo un proyecto “bastante completo” para la colocación de veladores en la Plaza de San Francisco.

La Asociación de Hosteleros califica la propuesta como “una ocupación lógica del espacio”, o sea, en la misma línea de lo acaecido en la calle San Fernando, en la Avenida y en cada vez más vías oficialmente públicas pero privatizadas con los dichosos veladores por el Ayuntamiento en beneficio mutuo de la Hacienda municipal y de los dueños de los bares, mas en detrimento de los sevillanos.

La Avenida es el mayor exponente del peor urbanismo con la falsa coartada de la peatonalización: un desbarajuste en el que entre el tranvía, el doble carril bici formado por tachuelas cada vez más desmochadas y peligrosas, los expositores de fotos a modo de gigantescas fichas de dominó intercaladas entre los naranjos deformes de La Algaba trasplantados a tierra hostil y los veladores hasta acotados con pequeñas mamparas sintéticas, los peatones carecen de espacio propio para moverse si no es sorteando esta carrera de obstáculos y a riesgo de ser atropellados por el pseudo Metro al Centro, los ciclistas o los patinadores. Este es el paradigma de que, al contrario de la falsa proclama de Monteseirín, Sevilla se ha convertido en la ciudad de cualquier cosa menos de las personas.

El barroquismo sevillano, su ‘horror vacui’, se llena ahora con la ambición de los hosteleros por colonizar cualquier m2 en su provecho y con la connivencia del gobierno local. En el manual urbanístico del PP, las plazas ya no son espacios para la convivencia, el paseo, el descanso, la conversación, la lectura o el juego de los niños, sino terrazas privativas de los bares. Negocio en vez de ocio. Por esa misma lógica de la ocupación, que no de la ocupación lógica, de San Francisco habría que plantar veladores en la Plaza Nueva, la Magdalena, el Duque, la Campana y hasta en la explanada de San Telmo. Así como Monteseirín privatizó la Encarnación en beneficio (o hasta perjuicio, quién sabe) de Sacyr, Zoido se apresta a convertir San Francisco en su (o de ellos) particular Encarnación, sin ‘Setas’ pero con ‘mapping’ de temporada, el nuevo cine de verano pero en invierno.

Monteseirín pensaba que la solución para Sevilla era un ‘botellódromo’. Zoido lo ha retuiteado en un ‘veládromo’: la Disneylandia de los veladores.

 

 

Tachuelandia

Caso verídico, como habría dicho Paco Gandía, ocurrido durante el ‘puente’ del 12 de octubre: una turista tropieza en una de las innumerables tachuelas clavadas como carrera de obstáculos en el suelo de la Avenida y un ciudadano atento la salva de que caiga de bruces sobre las vías del tranvía. Pues esto no va a ser nada con la que se puede liar a cuenta de la Ordenanza de Veladores, que obligará a los bares a acotar las zonas de terraza y los pasillos peatonales de 1,5 metros (es muy poco, pero menos da una piedra) con más tachuelas todavía, las cuales además deberán llevar en relieve el escudo del NO8DO homologado por el Ayuntamiento. Fedeme, la patronal del Metal, agradecida le va a poner sendos pisos a Vílchez y a Zoido, por el gran negocio que se le viene encima. Contaban Estrabón y Plinio el Viejo en la antigüedad que la masa forestal de Hispania era tal que una ardilla podía recorrer de punta a punta la Península sin bajarse de los árboles. Mutatis mutandi, aquí más pronto que tarde podrán cruzar el Centro de Sevilla saltando de tachuela en tachuela.

 

Especial

Paracelso dijo que sólo la dosis determina que una cosa sea o no veneno. Veladores en su justa proporción incrementan el encanto de los espacios públicos. Exceso de veladores producen el efecto contrario. Y los 10.000 autorizados por el Ayuntamiento (más los ilegales) proyectan una imagen de casi zoco medieval. Ahora, Max Vílchez ha recalificado, el verbo más conjugado por los delegados de Urbanismo, una veintena de calles como de categoría especial a efectos del sablazo en el cobro de tasas. Arguye el hombre que proclama su desapego de los  campanilleros que se trata de una medida justa, debido al incremento de los servicios de limpieza y seguridad, entre otros. Aparte de ese cajón de sastre vacío llamado ‘entre otros’, ¿alguien ha visto algún policía los fines de semana velando, nunca mejor dicho, por las calles declaradas ahora como integrantes de la Champions League urbana? Pidamos a Max que se deje de eufemismos. El Consistorio, que ha propiciado el negocio dando permisos a mansalva, lo que en realidad quiere es su parte de la tarta. O del velador.