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El coste del alumbrado navideño en Sevilla

Duplica el de la media nacional, según un estudio de Adeces

La ciudad también supera los 34 días de media en que funciona la iluminación y se apunta al derroche de inaugurarla en noviembre

Lebrija y El Coronil han renunciado al alumbrado navideño para destinar el presupuesto a programas de carácter social

El coste medio del alumbrado navideño este año en las grandes urbes y ciudades medias de España es de 209.247 euros, un 21% inferior al del año 2011, según un estudio realizado por la Asociación Pro Derechos Civiles, Económicos y Sociales (Adeces) entre cuarenta y seis ciudades españolas de todas las comunidades autónomas para comprobar cómo se utiliza el dinero público en nuestro país. El estudio analiza las horas y días de iluminación navideños, el consumo energético, el coste de la energía del alumbrado especial por estas fechas y otros parámetros, y del mismo se colige que Sevilla no sólo no ha reducido su gasto en iluminación navideña, sino que con los 437.373 euros destinados a este capítulo supera en un 109% la media de las 46 ciudades más importantes del país.

La famosa promesa de Juan Ignacio Zoido de “luz y taquígrafos” sobre cualquier aspecto referido al Ayuntamiento tampoco se cumple en las luces navideñas, ya que Adeces ha incluido al Consistorio sevillano en su lista negra de diecinueve que se han negado a facilitar datos reales o estimados sobre el coste de su factura energética para estas fechas especiales con el argumento de que hasta que no se desmonta el alumbrado no se conoce realmente, cuando según la asociación los municipios al menos han tenido que efectuar la correspondiente previsión de gasto. Adeces insiste en que el objetivo de su estudio es establecer comparaciones que permitan a las instituciones y los ciudadanos evaluar en términos relativos su forma de funcionamiento, pero que las instituciones locales a veces piensan que los datos y las informaciones son de su exclusiva propiedad, por las dificultades que ponen para su difusión. Lamentablemente, el Ayuntamiento de Sevilla tampoco aplica en esta cuestión la transparencia prometida en su día por el alcalde.

La media estimada para el año en curso del coste energético de la iluminación navideña es de 5.781 euros para el conjunto de España, un 36% menos que en 2011, cuando ascendió a 8.985 euros. En cuanto a la media estimada de coste per cápita de los 27 ayuntamientos que han facilitado datos es de 3,60 céntimos, un 20% inferior al año pasado. Entre las siete grandes urbes sólo han facilitado información Madrid, cuyo coste per cápita es de 0,24 céntimos; Valencia, 0,88, y Bilbao, 075.

HORAS DE ILUMINACIÓN

La media en que el alumbrado navideño está encendido es de 194,49 horas en este año de 2012, cuando Adeces estima como razonable no pasar de 135 horas, por lo que a su juicio, y máxime en plena crisis económica, sigue siendo un tiempo excesivo y pide a los Ayuntamientos una mayor contención en el gasto.

En Sevilla, el alumbrado navideño permanece encendido diariamente de 18:30 a 23 horas, salvo los días 24 y 31 de diciembre y 5 de enero, en que se prolonga hasta la 1 de la madrugada. Por tanto, serán 177 horas, cifra inferior a la media nacional. En el conjunto de las siete grandes ciudades de España, las horas de iluminación son las siguientes: Madrid, 187 horas; Barcelona, 246; Valencia, 211; Sevilla, 177, Zaragoza, 153; Málaga, 246,5 horas; Bilbao, 169.

DIAS DE ILUMINACIÓN

La media nacional es de 33,65 días (34 en números redondos), un 1,5% menos que el año pasado, pero en 2008, al inicio de la crisis, era de 30 días, luego ha habido un incremento del 12% en contraste con el empeoramiento de la situación económica en el conjunto del país. Adeces estima que el encendido a finales del mes de noviembre, tal como ha hecho este año el Ayuntamiento sevillano (el día 30 del mes pasado), es un exceso de difícil justificación y un claro signo de derroche.

Esta asociación sigue proponiendo que la inauguración del alumbrado navideño se realice tan sólo con una semana de antelación a la Navidad y que se fije su duración en 21 días, un plazo que los ayuntamientos de Cáceres, León, Parla, El Puerto de Santa María y San Sebastián de los Reyes demuestran que es perfectamente viable. Además, insta a los ayuntamientos a no someterse a las presiones de los comerciantes de prolongar el alumbrado para así impulsar las compras navideñas.

Sevilla, con 38 días de funcionamiento del alumbrado, supera la media nacional. Los datos de las siete grandes urbes son los siguientes: Madrid, 34 días; Barcelona, 45; Valencia, 34; Sevilla, 38; Zaragoza, 34; Málaga, 38 y Bilbao, 38.

CONSUMO ENERGÉTICO PER CÁPITA

La media del consumo energético per cápita es de 0,20 Kwh, un 11% menos que en 2011. En los últimos años se ha registrado un descenso del 58% en el conjunto del país gracias a un alumbrado más eficiente.

Sevilla está claramente por debajo de la media, con un consumo de 0,06 Kwh. En el conjunto de las siete grandes urbes se registran estas magnitudes: Madrid, 0,05; Barcelona, 0,12; Valencia, 0,02; Sevilla, 0,06; Zaragoza, 0,01; Málaga, 0,13, y Bilbao, 0,06 Kwh.

COSTE DE LA INSTALACIÓN

El coste medio de 209.247 euros ha supuesto un 21% menos que en 2011 (265.560 euros). Según la asociación, la horquilla oscila entre los 1,52 millones de euros de Madrid y los 10.000 euros de León. Mención aparte merecen Bilbao y San Sebastián de los Reyes, cuyo coste es de cero euros. En el primer caso, porque los elementos navideños son propiedad del Ayuntamiento y la instalación se hace con cargo al coste anual de mantenimiento. En San Sebastián de los Reyes, la empresa que se encarga del alumbrado público realiza la instalación del navideño.

En contraste, el presupuesto de este año de Sevilla, 437.373,39 euros supera en un 109% la media nacional y es un 9,5% más caro que el del año pasado, por más que el Ayuntamiento trate de justificarlo con el argumento de que ilumina 17 vías urbanas más. Teóricamente, el ‘mapping’ no está incluido en este coste, ya que según la versión oficial del Consistorio no cuesta nada al contribuyente (hay una contraprestación en especie, en forma de cesión de espacios publicitarios, por valor de unos 87.000 euros) al haber sido patrocinado por Movistar.

Durante la recopilación de información para la elaboración del estudio, Adeces constató iniciativas que considera dignas de ser reseñadas y que corresponden a municipios sevillanos. Así, el Ayuntamiento de Lebrija ha destinado los 42.000 euros que invirtió el año pasado en el alumbrado navideño a cofinanciar programas de emergencia social, ley de Dependencia y ayudas sociales familiares. También ha solicitado a sus vecinos que durante estas fechas compren en el pequeño y mediano comercio lebrijano para dinamizar el tejido económico y social del pueblo.

La crisis también ha propiciado que este año el Ayuntamiento de El Coronil no coloque el alumbrado extraordinario de Navidad y que el dinero dedicado inicialmente a tal fin se redirija a financiar parcialmente un plan de empleo para jóvenes de 18 a 30 años, gracias al cual 40 personas accederán a contratos laborales de 15 días, remunerados con 485 euros.

Volviendo al coste de instalación del alumbrado navideño, la media per cápita es de 76 céntimos en el conjunto de España, un 14% menos que en 2011, cuando fue de 88. Las principales causas de esta reducción radican en el ajuste realizado por los ayuntamientos en el Presupuesto y a la mayor colaboración de la iniciativa privada (comerciantes) a la hora de sufragar los costes. Para Adeces, es hora de que los ayuntamientos se replanteen su grado de participación en el alumbrado de Navidad.

El estudio da, a nuestro juicio, un dato erróneo de coste per cápita para Sevilla de tan sólo 51,42 céntimos de euro, cuando debería ser de 61,91 céntimos si se toman como datos de referencia el coste de la instalación general y el número de habitantes que refleja el padrón de la ciudad a 1 de enero del año en curso (706.365 habitantes). Aun así, ambas cifras son inferiores a la media nacional.

La clasificación de las siete grandes urbes es la siguiente: Madrid, 46,62 céntimos per cápita; Barcelona, 87,05 (estimado, ya que aparece borroso en el original); Valencia, 7,62; Sevilla, 51,41 según Adeces, 61,91 según nuestra propia estimación; Zaragoza, 6,52; Málaga, 87,78 céntimos, y Bilbao, cero céntimos por la circunstancia reseñada anteriormente.

Karaoke

Rojas Marcos, alcalde entonces, dijo que Sevilla era una ciudad universal pero que hasta la Expo 92 no había tomado consciencia de su universalidad. Efectivamente, la que fue capital del mundo durante su condición de puerto y puerta de América recuperó un rol planetario con la celebración de la mayor y más exitosa Exposición de la historia y acogiendo las reflexiones de aquel ‘Senado de los saberes’ que fue el Comité de Expertos, el cual alumbró reflexiones sobre el futuro de la Humanidad recogidas en documentos como ‘En el umbral del Tercer Milenio’.

Siete años después, nuestra ciudad aún gozaba de aquella proyección internacional al dar nombre a la ‘Declaración de Sevilla’, que aquí suscribieron los participantes en la Conferencia Euro-Mediterránea de Ciudades Sostenibles.

Aún hace un decenio, en 2002, Sevilla era escenario de la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, en la que se acordaron temas tan importantes como el Plan Global de Asilo e Inmigración y la Reforma de la organización y funcionamiento de las propias Cumbres Europeas y del Consejo de Ministros de la Unión.

Estos grandes eventos con proyección mundial y ligados a Sevilla hasta hace tan sólo una década contrastan con el nuevo rol al que aspira la ciudad, su vuelta al clásico papel de jugador número 12, puesto de manifiesto el domingo con el karaoke promovido por el Ayuntamiento en la Plaza de San Francisco, con el cantante Hugo Salazar de maestro de ceremonias y definido como ‘El mayor evento navideño jamás cantado’. ¿Objetivo? Reunir a un coro de 15.000 personas que cantaran, siguiendo la letra proyectada a modo de karaoke sobre la fachada de las Casas Consistoriales, el tema ‘Blanca Navidad’, para que así Sevilla pueda figurar en el libro Guinness de los Records junto al de esos pueblos a los que nadie conoce y que por eso mismo inventan marcas estrafalarias como la de degustar la paella más grande del mundo, batir el récord de troncos convertidos en astillas a hachazos o superar el de kilómetros de fichas de dominó que se sostienen en pie sin caerse.

Al igual que en la evolución humana hay una escala de Jacob por la que el hombre asciende desde la piedra al cielo, en la evolución de las ciudades debe de haber otra escalera en la que Sevilla recorre el camino inverso: desciende desde los cielos que tocó con la Expo hasta el suelo de equipararse a cualquier poblachón sin nombre que trata de lograr un  estrambótico minuto de gloria.

Será ésto a lo que Zoido llama “la ciudad del talento”.

 

Estas ‘Setas’ son una ruina

“Inauguramos hoy un magnífico espacio, en el centro histórico de Sevilla, que abre las puertas al progreso económico y al desarrollo de un sector de la ciudad que estaba en franca decadencia. Este proyecto, concebido en época de bonanza económica y concluido en una de crisis, es una excelente herramienta para la creación de actividad económica y empleo. Los beneficios económicos que Metropol Parasol va a traer a la ciudad superarán, en un solo año, la inversión acometida”. Así habló Monteseirín el 27-3-2011 en la inauguración de las ‘Setas’ de la Encarnación. Aludía a un supuesto estudio citado en junio de 2010 por el delegado de Urbanismo, Manuel Rey, según el cual el Metropol tendría un impacto económico, directo e indirecto y en sólo un año, de 369 millones de euros.

Pues ni 102.043.776 euros, dinero pagado por el Ayuntamiento hasta este año por su construcción, ni esos 369 millones augurados por Rey.

Veinte meses después, la concesionaria y constructora, Sacyr, exige al Consistorio 35.178.876 euros por las pérdidas sufridas ante la falta de negocio y quiere devolverlo mediante la resolución del contrato.

Por más que Sacyr exija que se la compense por sus supuestas pérdidas, de las cifras conocidas hasta la fecha se colige lo contrario. La construcción del Metropol al menos ha debido de ser un buen negocio. El Ayuntamiento de Monteseirín valoró inicialmente su  ejecución en 51,2 millones de euros, de los que el gobierno local aportaba a fondo perdido 25.421.166 euros, y la empresa, 25.778.834. A cambio de esta cantidad, Sacyr explotaría  durante 40 años el denominado ‘Espacio Encarnación’, que incluye toda la antigua plaza más la sede de la Delegación municipal de Hacienda.

Siempre con las salvedades a que obliga el oscurantismo mantenido con esta polémica obra, Sacyr habría facturado finalmente al Ayuntamiento (modificados de obra y otros) por valor de entre 63 y 72 millones de euros, quedando un resto de entre 4,3 y 8,5 millones del Antiquarium en función de lo que se haya imputado finalmente a los planes 8.000, de Zapatero, y Proteja, de la Junta de Andalucía.

 

LOS CINCO ARGUMENTOS

 

 

La petición de resolución del contrato y de abono de una compensación de 35 millones de euros la basa Sacyr en:

 

1) Pérdidas por el acceso gratis de los sevillanos al mirador: Primero se dijo que había exigido 180.000 euros anuales a Monteseirín por permitir el libre acceso de los nativos a la cubierta, en cumplimiento de la demagógica promesa del ex-alcalde y de su valido, Manuel Marchena, de “democratizar las vistas de Sevilla”, de las que hasta entonces, según ellos, sólo podían gozar los ricos desde los miradores de sus casas-palacio. Ahora se ha publicado que la estimación de la compensación podría ascender a 264.000 euros. Se tiene constancia de una factura mensual presentada por Sacyr por valor de 30.189 euros, lo que significaría una compensación anual de 362.269 euros.

La disparidad podría deberse a la variación con el tiempo en las previsiones de visitas y precios de las entradas. Inicialmente el objetivo era recaudar un millón de euros/año por 400.000 visitas anuales a un precio de 2,5 euros cada una. La última noticia al respecto habla de unos ingresos de 600.000 euros, de los que 450.000 se imputarían a los sevillanos y el resto a los turistas.

Esta previsión ya denotaría el fracaso del Metropol como el gran polo de atracción turística con que Monteseirín lo presentó, y ello pese a que se ha introducido el ‘Antiquarium’ en el circuito del Alcázar para derivar turistas hacia la Encarnación. Teóricamente, a medida que pase el tiempo el mirador de las ‘Setas’ debe de perder interés para los sevillanos una vez que lo hayan conocido, como ha ocurrido con Isla Mágica, la Catedral, la Giralda…. por lo que no tiene mucho sentido (sí, el de cobrarle al Ayuntamiento) imputarle a la ciudad el 75% de las visitas y sólo el 25% a los turistas.

 

2) Retraso en la entrega del inmueble de la Delegación de Hacienda: Sí, pero Monteseirín pactó con Sacyr que el Ayuntamiento se lo alquilara durante cinco años por 60.000 euros/mes. Contrato extraordinario para la empresa, que se ahorró el coste de la rehabilitación (2,7 millones) y se garantizó una renta mensual en plena crisis inmobiliaria, caída de alquileres y oficinas vacías por exceso de oferta.

 

3) Repercusión del coste de explotación a los placeros menor de lo pactado: Si le salvó políticamente la cara a Monteseirín para propiciar el traslado de aquéllos y justificar así la obra misma, sería porque tendría bastantes buenas razones para ello. En todo caso, es su problema haberlo aceptado y, además, no considera el valor comercial de la reversión de los puestos ya abandonados por sus titulares en estos dos años.

 

4) Retraso de 10 meses (febrero 2012) del pago de la última certificación de obra (11,6 millones): Sabido es que Monteseirín inauguró el Metropol antes de que estuviera terminado con tal de hacerse la foto él y no Zoido.

 

5) Inversión no amortizada y lucro cesante al haberse fijado unos mínimos con Monteseirín que no se han cumplido: Sacyr hizo su Plan de Negocio, no se lo hizo Monteseirín. El riesgo es inherente a la aventura empresarial. Si no se han cumplido sus previsiones es que estaban mal hechas y lo que ahora pretende es socializar las pérdidas.

Si se hubieran superado esas previsiones y Sacyr hubiese ganado 35 millones más de la cuenta, ¿los habría compartido con el Ayuntamiento o se los habría repartido a sus accionistas?

 

Cátedras

Una peculiaridad de los conservatorios es la denominación de asignaturas y/o de los profesores que las imparten no por la actividad musical, sino por el instrumento. Así, en vez de catedrático de interpretación pianística existe el titular de piano, del trombón y hasta de modalidades de guitarra, como la clásica o la flamenca. Es como si el catedrático de Química lo fuera de probeta o pipeta. Ahora, la Universidad  ha copiado esa terminología de los conservatorios de música al anunciar la creación de la Cátedra Metropol-Parasol, así denominada porque es una manera de hacerle publicidad a la obra de quien la financia, la constructora Sacyr, en cuyo beneficio ese pseudosocialista aparente defensor de la cosa pública llamado Alfredo Sánchez Monteseirín se la hurtó a los sevillanos y la privatizó por los próximos 40 años. En cinco siglos  de historia, ni a la Hispalense ni a ninguna empresa local les dio por financiar la Cátedra Giralda, Real Alcázar o Torre del Oro, y miren por dónde la primera que se constituye está dedicada a las polémicas Setas de la Encarnación.

Verdi

Cuando gran parte de Italia estaba integrada en el imperio austro-húngaro, la censura austriaca era tan estricta que rechazó una ópera de Verdi, temerosa de que los italianos convirtieran cualquier pieza en otro himno contra los ocupantes extranjeros, como habían hecho con el coro de esclavos, ‘Va pensiero’, de ‘Nabucco’. Furioso, Verdi fue a exigir explicaciones. Los censores se justificaron diciendo que lo que en realidad rechazaban era el libreto, pero no su música, que el compositor podría adaptar sin problemas a otro texto. El genio se indignó más aún al comprobar que los cuadriculados represores no comprendían que música y libreto eran todo uno y que otro texto le inspiraría una música diferente. A Luciano Alonso le ha pasado con La Caixa lo mismo que a Verdi con los austriacos: los banqueros catalanes le han regalado el diseño de Vázquez Consuegra para otro proyecto en las Atarazanas sin reparar en que, como les ha respondido el consejero, si era para el Caixafórum no vale para algo distinto, aunque a La Caixa no le importe irse con su música a otra parte.

 

Los vaivenes de Zoido

El alcalde, al que no se puede negar olfato político porque en caso contrario no habría obtenido la mayoría más absoluta (20 concejales) en la historia democrática de la ciudad, dio orden en el último Pleno municipal al Grupo Popular para que se adhiriera a la moción del PSOE por la que se insta a La Caixa a rectificar su decisión de trasladar el Caixafórum a la torre Pelli y lo mantenga en las Atarazanas, cumpliendo así el convenio firmado en 2008 con la Junta de Andalucía.

Y es que Zoido había percibido a lo largo de las dos semanas y media transcurridas desde que se hizo aquella foto con los directivos de la entidad  catalana en el Ayuntamiento, que había acabado navegando en  sentido contrario a aquel en  que iban la mayoría de los sevillanos en este asunto, a tenor de la reacción generalizada de indignación, expresada en las redes sociales y en y por los medios de comunicación locales, donde no se han ahorrado críticas a la pasividad, cuando no presunta complicidad, del Consistorio para propiciar la ‘solución’ del rascacielos de la Cartuja en detrimento de las Atarazanas.

 

Pirueta política

El alcalde ha hecho de la necesidad virtud y, en otra pirueta política más similar a la que protagonizó con la misma torre Pelli al pasar de propugnar su paralización a defenderla ante la Unesco, ha evolucionado desde la posición de agradecer la decisión de La Caixa de abandonar las Atarazanas a alinearse con el PSOE e IU para exigirle que la reconsidere y no renuncie al proyecto original en el antiguo astillero medieval. “Si La Caixa rectifica, estaría encantado”, ha declarado Zoido, que tiene ya tal grado de conexión con la entidad catalana que aun no siendo de su competencia el convenio sobre el inmueble ordenado construir por Alfonso X el Sabio sino de la Junta de Andalucía -como bien se ha encargado de recalcar una y otra vez-, ha sido él y no ningún miembro del Gobierno andaluz el que ha anunciado públicamente que la reunión bilateral entre la Consejería de Cultura y La Caixa se celebrará el próximo día 12 de diciembre para reevaluar la situación creada.

Así pues, al igual que ha hecho con el tema de los desahucios, tras pasar de permitir que Emvisesa enviara cartas de desalojo a sus adjudicatarios a tratar de ponerse en vanguardia del movimiento antidesahucios exigiendo incluso a la Junta que adoptara medidas similares y omitiendo o pareciendo ignorar que ya lo están desde hace meses, Zoido puede acabar encabezando el movimiento contrario al traslado del Caixafórum, en una nueva demostración de su imperturbable capacidad de mutación política y sin despeinarse.

 

Argumentario

Aun así, el alcalde y el grupo municipal del PP han tenido que articular un mensaje, un argumentario destinado a justificar este giro ante la opinión pública y su electorado, un discurso de negación del cambio de postura mismo o presentándolo como fruto de un exceso de celo por la legalidad urbanística, para lo cual han tenido que volver a poner la tramitación administrativa de la licencia de obras bajo sospecha.

El alcalde dice ahora que no tiene que arrepentirse de sonreír en una fotografía “con unos señores que dijeron que iban a ratificar convenios con el Ayuntamiento de Sevilla de carácter social, contando con cinco millones para estos fines además de un plan especial de empleo para personas desfavorecidas, algo a lo que añadieron que el Caixafórum en Sevilla no peligraba, aunque alguien de manera interesada hablaba de que podía irse a otra ciudad”.

Sin embargo, si se repasa la hemeroteca se comprobará que el alcalde, algo insólito en él, habría perdido entonces la gran oportunidad de apuntarse el tanto político de los cinco millones de euros para programas sociales en una ciudad con 90.000 parados, ya que ningún medio de comunicación reflejó por aquellas fechas ni una sola palabra sobre el supuesto convenio. Y es que no dijo nada al respecto. Al contrario, todos los medios se hicieron eco de su valoración sobre la decisión de La Caixa de llevarse el Caixafórum a la torre Pelli.

Según la prensa más afín al primer edil, Zoido dijo que era un día muy importante para Sevilla, agradeció la decisión adoptada por la entidad financiera y destacó que el proyecto de las Atarazanas podía poner en peligro la consideración de Patrimonio de la Humanidad de los monumentos del entorno. “Hemos dado un paso muy importante y al mismo tiempo -dijo- algo que para nosotros es fundamental: que nuestro patrimonio quede fuera de peligro y no tenga ningún riesgo”.

 

Nuevo cambio de posición

Al votar ahora a favor de que el Caixafórum vuelva a las Atarazanas, Zoido demuestra su incoherencia o la vacuidad del argumento patrimonial que utilizó entonces, ¿o es que ya no es fundamental que el Caixafórum ponga en peligro el Patrimonio de la Humanidad, como él sostenía, si se instala en las Atarazanas? ¿Lo ponía o no lo ponía? Sí y no, según convenga en cada coyuntura política.

Los medios de comunicación no sólo reflejaron la gratitud del alcalde a La Caixa el día en que se hizo con sus directivos la foto en el Ayuntamiento, sino que también al día siguiente, cuando aquél envió la carta a la Consejería de Cultura de la Junta para mostrarle su inquietud por el futuro de las Atarazanas, Zoido reiteró su agradecimiento a la entidad financiera por -dijo- garantizar su inversión en la capital de Andalucía aunque con distinta ubicación a la prevista.
Asumir los 5 millones para programas sociales como una compensación a Sevilla por el traslado del Caixafórum a la torre Pelli, como se ha interpretado desde el entorno del alcalde, sería un gran error político por parte de Zoido. Primero, porque este tipo de programas de la Obra Social de La Caixa ya existen desde hace tiempo, de forma independiente y sin necesidad de vincular la asignación del dinero a ningún otro proyecto de la entidad. Es, por ejemplo, el caso de los 102 pisos al final de la calle Torneo que La Caixa ha alquilado con rentas inferiores a las de una vivienda de protección oficial (VPO), con contratos de cinco años prorrogables y posibilidad de compra para sus inquilinos al cabo de cinco lustros, siempre que los adjudicatarios no tengan ingresos superiores a 4,5 veces el IPREM.

Y, segundo, porque pésima imagen de negociante para los intereses de la ciudad proyectaría Zoido entre los sevillanos si trocara esos 5 millones a invertir en un programa social (¿cuántos millones más sin necesidad de convenio alguno con el Ayuntamiento han costado los 102 pisos construidos al final de la calle Torneo y de los que no ha hablado nadie hasta ahora?) por los 25 millones de la rehabilitación de las Atarazanas más los 300 millones de inversión cultural en el plazo de 75 años: la renuncia de un total de 325 a cambio de tan sólo 5. ¡Qué negocio habría hecho Zoido para Sevilla en tal caso!

 

A vueltas con el plan especial

La segunda línea Maginot de defensa del Ayuntamiento ha sido la de seguir arrojando sospechas urbanísticas sobre el Caixafórum en las Atarazanas, de ahí la insistencia en modificar la moción original del PSOE con el añadido de que se actúe “según la legalidad vigente”, para seguir justificando así su exigencia de un Plan Parcial previo. Incluso el delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, había preparado en la víspera del Pleno un informe en el que se aseguraba que el proyecto de Vázquez Consuegra no era una mera rehabilitación, sino una ampliación de las Atarazanas. Ambos extremos, la necesidad del Plan Parcial y que se trata de una ampliación en vez de una rehabilitación, han sido desmentidos en estas mismas páginas por sendos informes de expertos urbanísticos como Angel Cabral y José García Tapial, respectivamente.

Aunque haya sido a regañadientes de Zoido y su grupo, de manera excepcional en este mandato el PP, el PSOE e IU han sido capaces por fin de formar un frente común en defensa de un proyecto a cuya materialización se había comprometido La Caixa, mediante la firma de un convenio con la Junta, desde el año 2009.

Una vez colocada la primera piedra del entendimiento entre las tres fuerzas políticas con representación municipal, cabe preguntarse por qué este consenso es excepcional y no la regla cuando se trata de abordar otros asuntos no menos importantes para la ciudad, empezando por el primer problema de todos los existentes: el paro, con 90.000 sevillanos inscritos en las oficinas del INEM.

 

Farolas

Dicen que en cumplimiento de una promesa, más postelectoral que electoral, Zoido va a gastarse 150.000 euros en reubicar en parques del extrarradio las farolas de la Alfalfa, la Pescadería y el Pan y sustituirlas por las tradicionales de estilo fernandino, como las del Salvador. Particularmente, nunca me gustó el mobiliario urbano de Monteseirín en el Centro, por creer que desentonaban claramente con su entorno, aunque respeto a quienes opinen lo contrario, pero aunque pudiera apoyar esta decisión del alcalde me parece perfectamente aplazable a otro momento sin las angustias económicas del presente. En una ciudad en la que se acaba de rebasar la barrera de los 90.000 parados y donde se han recortado o eliminado partidas de carácter social como el bonobús solidario con el argumento de la crisis, destinar 150.000 euros a cambiar de sitio unas farolas que aún funcionan supone, además de un gasto superfluo,  incurrir en una absoluta confusión sobre el actual orden de prioridades. La decisión de Zoido en plena crisis es tan antiestética como las propias farolas.

 

Arboles

Me he leído las 23 páginas de la nueva Ordenanza de Arbolado, Parques y Jardines Públicos en el municipio de Sevilla que ha redactado el gobierno de Zoido y que no han suscitado excesivo entusiasmo, sino más bien lo contrario, entre las asociaciones protectoras de las zonas verdes. El problema no son las Ordenanzas, donde teóricamente se protege todo lo protegible, se prohíbe todo lo prohibible y se sanciona todo lo sancionable, sino el desprecio al árbol innato en nuestro incivismo y que acabarán por convertirlas, como las anteriores, en papel mojado.

Hace unos años pudieron verse imágenes de una calle de París, cercana a la sede de la Unesco, toda levantada por obras. Lo que más me llamó la atención era que el tronco de todos y cada uno de los árboles había sido rodeado por un perímetro de tablones que llegaban hasta la cruz, desde donde partían las ramas, de forma que quedaban protegidos ante cualquier golpe accidental de los albañiles y/o de su maquinaria. Pues bien, similar protección del arbolado durante la ejecución de obras se decreta en el artículo 14 de las Ordenanzas de Sevilla, pero ¿ha visto alguien alguna vez que esta medida se haya aplicado durante la infinidad de obras acometidas en los últimos años en nuestra ciudad?

Durante el anterior mandato municipal se dio bula a los ciclistas, o si no ellos se la tomaron debido al interés político en fomentar el uso de la bicicleta para justificar la inversión (bien hecha, por otra parte) en la red de carriles bici, para que ataran sus vehículos de dos ruedas a cualquier tipo de soporte vertical en la vía pública. De las señales de tráfico y farolas se pasó sin solución de continuidad a  troncos de los árboles, especialmente de naranjos, que acabaron presos, y con la corteza dañada, de las cadenas antirrobo. Sobre el papel de la Ordenanza se trata de una práctica prohibida. ¿Quién la respeta y quién la hace respetar?

Monteseirín, que se las daba de progresista y moderno, fue tan bárbaro que en vez de trasplantarlos, como se habría hecho en una urbe civilizada, cortó a ras de suelo (lo vieron mis ojos) todos los naranjos de la Plaza Nueva, considerados un obstáculo durante los trabajos para el nuevo enlosado perimetral.

Así que yo, más que artículos sobre la tala y abatimiento en las Ordenanzas, le pediría a Zoido que cumpliera a rajatabla una de aquellas promesas que hizo cuando estaba en la oposición: para cortar un árbol en Sevilla será condición ‘sine qua non’ el permiso previo y por escrito del alcalde.

Tachuelandia

Caso verídico, como habría dicho Paco Gandía, ocurrido durante el ‘puente’ del 12 de octubre: una turista tropieza en una de las innumerables tachuelas clavadas como carrera de obstáculos en el suelo de la Avenida y un ciudadano atento la salva de que caiga de bruces sobre las vías del tranvía. Pues esto no va a ser nada con la que se puede liar a cuenta de la Ordenanza de Veladores, que obligará a los bares a acotar las zonas de terraza y los pasillos peatonales de 1,5 metros (es muy poco, pero menos da una piedra) con más tachuelas todavía, las cuales además deberán llevar en relieve el escudo del NO8DO homologado por el Ayuntamiento. Fedeme, la patronal del Metal, agradecida le va a poner sendos pisos a Vílchez y a Zoido, por el gran negocio que se le viene encima. Contaban Estrabón y Plinio el Viejo en la antigüedad que la masa forestal de Hispania era tal que una ardilla podía recorrer de punta a punta la Península sin bajarse de los árboles. Mutatis mutandi, aquí más pronto que tarde podrán cruzar el Centro de Sevilla saltando de tachuela en tachuela.

 

Todos multados en dos años

Aprovechando las vacaciones, el Ayuntamiento ha cambiado la disposición de las plazas de aparcamiento de la zona azul en Marqués de Paradas, por lo que los vehículos que antes aparcaban en cordón ahora deben hacerlo en batería. Pueden estacionar unos 60 coches más, con el consiguiente incremento de recaudación para la empresa municipal (Aussa) que gestiona la zona azul, pero a costa de ocupar uno de los carriles de esta arteria que canalizar el tráfico hacia Torneo, la Cartuja, el Aljarafe y Huelva y que ahora se queda con tres carriles en vez de cuatro.

Las consecuencias para el tráfico se apreciarán mejor en septiembre, con la ‘rentrée’, pero para la calculadora municipal no hay vuelta de hoja: 60 plazas más en esta zona azul significan 21.900 más al año, que en función de la rotación de los vehículos por tramos horarios se pueden multiplicar por cifras de hasta dos dígitos.

 

Aunque con la crisis el tráfico ha caído en Sevilla alrededor de un 30%, y el calor y las vacaciones dejan semidesiertas muchas calles, no es ésta la percepción de la Policía Local, que argumentando “la saturación de vehículos estacionados irregularmente”, según reveló Chema Rodríguez, está aprovechando el estío para aplicar un nuevo método de control y sanciones: batidas por cada distrito de dos grúas y un patrullero para actuar conjuntamente e ‘ipso facto’ en la imposición de la multa y la retirada del vehículo mal estacionado hasta el depósito municipal.

A estas medidas hay que añadir las adoptadas previamente a lo largo del año:

1) La compra de 140 ‘Blackberry’ de última generación, provistas de impresoras portátiles, conectadas con la base de datos del Ayuntamiento y de la DGT y dotadas de cámaras fotográficas de alta resolución. Con estos aparatos se multiplica la productivicad sancionadora de los policías locales, que ya no tienen que perder tiempo llamando a la emisora municipal para recabar datos de los coches. Los agentes teclean el número de la matrícula, les aparecen todos los datos del propietario, toman la foto del coche mal aparcado y hasta imprimen sobre la marcha la multa y dejan una copia en el parabrisas, o una pegatina en el suelo si interviene la grúa para retirarlo.

2) La adquisición, por 60.000 euros, de un segundo coche ‘ponemultas’ con el programa informático más avanzado del momento, con lo cual la Policía podrá tener dos vehículos de este tipo batiendo las calles de la ciudad y multando instantáneamente, ya que su sistema está conectado con las bases de datos. Pese a que por sus numerosas averías el primer coche ‘ponemultas’ estuvo fuera de servicio durante meses el año pasado, el vehículo puso él solo 28.816 sanciones, frente a las 110.593 de toda la plantilla de la Policía Municipal. Con dos coches a pleno rendimiento se puede sustituir a medio cuerpo policial o incrementar en al menos un 50% la imposición de sanciones.

3) Recuperación  de ocho cámaras de videovigilancia, distintas de las del Plan Centro, para instaurar el sistema de foto-control de semáforos en rojo y retratar a los vehículos que se los salten. Se instalarán en las vías de mayor circulación y, por lo tanto, con mayores posibilidades de multar a los infractores: Avenida de Carlos III, en la isla de la Cartuja (dos cámaras), Ronda del Tamarguillo (otras dos), Avenida Alcalde Luis Uruñuela (dos más), Kansas City y Avenida Alberto Jiménez Becerril.

4) Rescate de las cámaras del Plan centro para, con el refuerzo del coche ‘ponemultas’ y una grúa en exclusiva, vigilar la ampliación de la red del carril-bus, que se ha empezado por la Avenida Ramón y Cajal, y sancionar a los automovilistas que no respeten el vial reservado al transporte publico.

La consecuencia previsible de esta ofensiva ‘por tierra, mar y aire’ contra los infractores será el incremento de las multas de tráfico en Sevilla capital, que en los últimos años han registrado la siguiente evolución:

Año 2007: 111.009 multas.

Año 2008: 117.922

Año 2009: 173.213

Año 2010: 117.361

Año 2011: 160.785

 

Tan previsible es que hasta el Ayuntamiento de Zoido ha calculado un 42% más de ingresos por sanciones a los conductores, al pasar de los 17,7 millones de euros/año que contemplaba Monteseirín a 25,2 millones para 2012. A este dinero se le suma otra estimación de 1,2 millones por infracciones al resto de Ordenanzas Municipales, lo cual arroja una cifra total de 26,4 millones de euros. Para llegar a este objetivo, el Ayuntamiento necesita recaudar cada día una media de 72.328 euros en multas, a razón de 50 euros por minuto.

Las previsiones se van a superar con creces  si se tiene en cuenta que, a pesar de la huelga de ‘bolís caídos’ que mantuvo en primavera la Policía Municipal, entre enero y mayo se habían tramitado por todo tipo de infracciones 149.938 multas, a una media de 1.000 diarias. A este ritmo, Zoido multará a todos los sevillanos por cualquier motivo en sólo dos años, cuando llegue al ecuador de su mandato, y todavía tendrá ocasión de volver a multarlos en una segunda vuelta durante sus dos últimos años como alcalde.

Naturalmente, el Ayuntamiento niega cualquier afán recaudatorio por este zafarrancho de cámaras, ‘Blackberry’, coche ‘ponemultas’, grúas y patrullas policiales. Demetrio Cabello, el delegado de Movilidad, ha declarado que sólo cumple con su deber y que frente a la “ciudad sin ley del PSOE nosotros queremos una ciudad ordenada”.

Lo curioso en toda esta estadística es que en el primer cuatrimestre del año las multas a los ‘gorrillas’ habían caído en un 93,6%. ¿Acaso porque son insolventes?