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A vueltas con el dragado

La CES, la Cámara, UGT y CCOO presentaron en el pórtico de la Semana Santa la reconstituida ‘Plataforma Sevilla por su puerto. Eurovía del Guadalquivir’, en un acto en el que en su legítimo derecho de reivindicar el dragado en profundidad del río (como otros tienen el mismo derecho de opinar en contra) dieron tal cantidad de argumentos erróneos que no hay más remedio que matizarlos para evitar desde más confusiones hasta falsas expectativas:

1) Cargill, Danone y Roca se han ido por faltarles el dragado: Danone se instaló en Sevilla hace 40 años, y Roca hace 60, cuando ni se hablaba de dragado ni de nueva esclusa. Si su producción estuviera vinculada a un acceso marítimo no tendrían ninguna fábrica en el interior y trasladarían la de aquí a un puerto fluvial o de mar. Sin embargo, Danone suple la fábrica hispalense por las de Aldaya (Valencia) y Tres Cantos (Madrid), a las que no llegan precisamente los barcos. Esta última dista casi 400 kilómetros del mar. 

Roca sustituye la producción de Sevilla por la de Madrid, Burgos, Navarra (las tres sin ríos navegables ni mar), Castellón y Barcelona. Cargill suple Sevilla por sus plantas en Zaragoza, Reus, Sant Cugat del Vallés, La Roda (todas sin acceso marítimo o fluvial) y Barcelona.

La excusa del dragado les hubiera convenido extraordinariamente, porque habrían culpado de su marcha a un factor externo para así desviar la atención de la opinión pública y exonerarse de responsabilidad. Teniéndolo tan fácil, ninguna lo ha invocado, pese a lo que afirman Rus, Herrero, Vidán y Gilabert. Veamos:

-Danone: Perdió en 2012 el 10% de su facturación en el Sur de Europa, con especial incidencia en España por el auge de las marcas blancas de yogures, que copan más del 40% del mercado. Ahora le sobra capacidad productiva y ha cerrado la menor de todas sus fábricas multiproducto, justo la de Sevilla.

-Cargill: Explica su marcha por la constante reducción de aceite de palma para la distribución, lo que unido al exceso de capacidad de molturación y envasado ha afectado la rentabilidad de su factoría. También atribuye el cierre al declive de las cosechas locales y a la fuerte competencia de la industria creciente en el Este.

-Roca: Publicó el 21 de febrero un anuncio informando del cierre por el hundimiento de la construcción, que le ha provocado una caída continua de ventas durante 21 trimestres consecutivos y la pérdida de 200 millones de euros. Buena parte de sus fábricas españolas trabajan por debajo del 30% de su capacidad y sus productos pasan hasta 194 días en los almacenes.

2) El 90% de los barcos europeos no pueden acceder a Sevilla, ya que sólo entran en nuestro puerto los que transportan 10.000 toneladas. Inexacto. Con la nueva esclusa el acceso de la flota mundial de graneleros se ha incrementado hasta el 66% del total. En portacontenedores, al 53%. Y en tráfico RO-RO, al 71%. El puerto puede acoger buques de hasta 20.000 toneladas y 290 metros de eslora. Si no, ¿cómo la Autoridad Portuaria presumió hace unos días de que el ‘Fraga’ había cargado 12.700 toneladas de trigo?

3) Al éxodo de empresas se sumará que no llegarán otras nuevas, ya que los costes de logística (un 30%) se dispararán sin dragado: Cuando aún no había nueva esclusa, alguna ventaja comparativa habrían visto en Sevilla las empresas (Decathlon, Airbus Military, Rhenus Logistics….) que en el último decenio han ocupado ya el 84% de las 54 Has. de la Zona de Actividades Logísticas del Puerto, desarrolladas tras una inversión superior a los 54 millones de euros por Parques Logísticos, Unicaja, La Caixa y la Autoridad Portuaria.

4) El dragado crearía 20.000 empleos: ¿Por qué 20.000 y no 50.000, 10.000 o ninguno? Ejemplos de los últimos años. Para vencer la resistencia de los vecinos de la Cuenca Minera de Huelva a su instalación, el discurso oficial fue que el vertedero de residuos tóxicos en Nerva crearía 2.000 empleos con los que paliar el cierre de las minas de cobre de Riotinto y que sólo se destinaría a albergar residuos de Andalucía. Hoy, el vertedero acoge mierda de toda Europa y no ha dado más de 100 empleos (probablemente hasta me paso en un 30% en la estimación).

También se dijo que la nueva esclusa de Sevilla permitiría crear 15.000 nuevos empleos en los diez años siguientes. ¿Lo recuerdan? Pues bien, en los dos años en números redondos que lleva en servicio Sevilla ha pasado de 77.000 a 91.000 parados, 14.000 más que antes.

5) Gilabert: “Hay demasiadas familias que pasan necesidad para andar con exquisiteces”, en claro desprecio a cualquier cautela ecológica con el dragado: El líder de UGT parece anclado en el siglo XIX y no ha leído aún el informe Brundtland para la ONU, que en 1987 propició un cambio radical de mentalidad: de “la contaminación es el precio del progreso” a “el desarrollo sostenible”.

La ecología no es la antítesis de la economía, sino la economía misma: satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las de las generaciones futuras.

* La excusa del dragado

* Radiografía del Guadalquivir

Campanas

El manifiesto fundacional de Iniciativa Sevilla Abierta, titulado ‘Sevilla, algo más que tradiciones’, incluía entre las propuestas de la progresía local a las Administraciones Públicas la lucha “en particular contra la contaminación acústica generada por las campanas de la Giralda y de diversas iglesias sevillanas (que) superan con creces los límites legales…”

Uno de los promotores, que había fijado su residencia en el entorno de la catedral, coló  esta exigencia pese a que las campanas llevan tañendo desde hace casi 500 años con similar volumen de sonido, sin que en estos cinco siglos constara queja alguna por tal circunstancia y pese a que el alérgico al repiqueteo del metal podría haber fijado libremente su residencia lo más lejos posible del antiguo alminar almohade. La pretensión así hecha pública de que enmudecieran las campanas de la Giralda en vez de que quien no las soportaba se mudara de collación denotaba en el fondo la misma intransigencia en quienes tachaban de intolerantes a los guardianes de las tradiciones. En el fondo, se trata de un fenómeno  típicamente sevillano de exclusiones mutuas: el anverso y el reverso de la misma moneda.

Si la Giralda, símbolo de la ciudad por excelencia, existe tal como la conocemos es justamente por el cuerpo superior añadido en el siglo XVI por el arquitecto Hernán Ruiz como campanario para albergar las campanas, rematado por la veleta del Giraldillo, la victoria de la Fe. Y las campanas dejaron de ser exclusivamente un símbolo meramente religioso para convertirse en insólito instrumento musical el 20 de octubre de 1990, cuando el maestro valenciano Llorenc Barber organizó un concierto de tañidos, el ‘Amare Mariam’, en el que sonaron a los cuatro vientos 159 campanas de 56 campanarios y espadañas de la ciudad. Aquel día enmudecieron hasta los veladores de los bares para escuchar la sinfonía de tantos  volteos al unísono o intercalando sones distintos.

La Junta de Gobierno del Ayuntamiento aprobó el proyecto de nueva Ordenanza contra la contaminación acústica, que exime del cumplimiento de los límites de emisiones de ruido al toque de campanas de los templos, con lo cual ya nadie podrá acusar a las campanas de la Giralda de vulnerar la legalidad.

Mira que si a Zoido, además del ‘mapping’ y los copitos de nieve en la Plaza de San Francisco, se le ocurre organizar otro concierto magno, como el de hace 23 años, con todas las campanas de la ciudad para celebrarlo….

Alguien hasta puede exiliarse.

 

Zoido, sin argumentos en la Alameda

La primera gran decisión de Zoido tras asumir la Alcaldía el 11 de junio de 2011 fue la derogación del Plan Centro de restricciones al tráfico en el Casco Antiguo, que había aprobado el gobierno anterior presidido por Monteseirín. Para acallar las protestas de los partidos de la oposición y de los sectores ciudadanos contrarios a que el coche volviera a enseñorearse de las calles del Centro sin ningún control, el alcalde prometió  a finales de julio de aquel año la redacción de un nuevo Plan de Movilidad. El factor diferencial de este Plan en relación con el precedente era que debía ser fruto de un proceso participativo de todos los sevillanos, al contrario de lo que, a juicio del gobierno del PP,  había ocurrido con el anterior durante la coalición PSOE-IU en el Ayuntamiento: era consecuencia de una imposición de las fuerzas de izquierda a quienes no compartían su misma ideología.

El nuevo Consistorio gobernado por el PP pregonaba que el alcalde se había limitado a cumplir su promesa electoral de derogar el Plan Centro para, una vez retrotraídos a la situación anterior, partir de cero y tratar de lograr un consenso participativo en el diseño de las políticas de movilidad en la ciudad, de forma que nadie se sintiera excluido, como había ocurrido en la etapa de Monteseirín como alcalde.

PROMESA INCUMPLIDA

Pues bien, casi dos años después de formulada aquella promesa, tanto la oposición como colectivos ciudadanos, cansados de esperar, han empezado a demandarle a Zoido su cumplimiento,  y están dispuestos a abrir un frente de batalla contra el gobierno del PP, máxime tras la adopción de dos decisiones vinculadas entre sí: la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para la recalificación de la antigua comisaría de la Gavidia como zona comercial (actualmente, el suelo que ocupa está calificado como superficie de interés público y social o SIPS, y el edificio, protegido como un Bien de Interés Cultural) y la derogación de la prohibición de construir aparcamientos rotatorios en el Centro, con lo cual se daría cobertura legal al futurible parking subterráneo en la Alameda de Hércules. Y es que el delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, incurrió en un lapsus freudiano durante el Pleno municipal y confesó que el estacionamiento en el bulevar estaba relacionado con la recalificación de la antigua comisaría de Policía.

El Grupo Municipal Socialista ha logrado que en la Junta Municipal del distrito Casco Antiguo se apruebe la comparecencia del delegado de Seguridad y Movilidad, Demetrio Cabello, para que explique de una vez por todas sus planes de tráfico para el Centro, ya que cuando se acerca el ecuador del mandato de Zoido el único plan existente es, justamente, la ausencia de plan alguno y la mera adopción de medidas puntuales cuando llegan las fechas señaladas de Semana Santa y Navidad. O sea, lo mismo que se ha hecho durante toda la vida. En puridad, las novedades aplicadas son los dos coches ponemultas en servicio, cuando antes había uno solo, y la mayor actuación de la Policía Local y de la grúa multando y retirando vehículos para cumplir el objetivo recaudatorio de los 25 millones de euros en sanciones a final de año.

La solicitud del PSOE en la Junta de Distrito no parece que preocupe en absoluto a la mayoría gobernante, por cuanto hace casi un año se aprobó prácticamente la misma exigencia y el delegado Demetrio Cabello aún no se ha dignado comparecer para rendir cuentas sobre su política de movilidad, pese a la promesa inicial de Zoido y a sus continuas apelaciones a las “luces y taquígrafos”.

PLATAFORMA CIUDADANA

Mayores dolores de cabeza puede producirle al alcalde y su equipo la movilización acordada por las 26 asociaciones y colectivos ciudadanos que se integran en la Plataforma No Parking Alameda, cuyo pistoletazo de salida será fijado por la asamblea que ha sido convocada para el próximo miércoles, a las 7 de la tarde, en el Centro Vecinal Pumarejo.

La movilización ciudadana es la respuesta de la Plataforma a la aprobación provisional por parte del Pleno municipal, en su reunión del pasado 22 de febrero, de la modificación del Plan General que permitirá la construcción de aparcamientos rotatorios en el Centro y, por lo tanto, también en la Alameda de Hércules, el objetivo indisimulado declarado por el gobierno de Zoido para que preste servicio fundamentalmente al nuevo centro comercial que pretende implantar en la Gavidia, edificio que carece de estacionamiento propio.

El Ayuntamiento resucita un proyecto que, como ha recordado en estas páginas el arquitecto José García-Tapial, ya fue incluido en el PGOU del año 1962 (2.500 plazas distribuidas en cinco plantas) y rechazado por los ciudadanos, la mayoría de los partidos políticos y el Colegio de Arquitectos en los albores de la Transición.

MEDIO SIGLO ANTES

García-Tapial, rememorando la frontal oposición de aquel entonces, ha aseverado lo siguiente: “Hoy tenemos muchos más datos que entonces para desaconsejar este tipo de propuesta. Como la segura aparición de restos arqueológicos. O el riesgo que para el caserío próximo supondría alterar el curso fluvial subterráneo que aún subsiste. O las numerosas plazas vacantes aún en el vecino aparcamiento municipal de Mendigorría. ¿Se han estudiado todos estos aspectos? ¿Cómo se compatibilizaría, por ejemplo, el acceso de vecinos, carga y descarga, transporte público y usuarios del aparcamiento rotatorio por la angosta calle Calatrava, ya hoy congestionada?”.

Igualmente, la Plataforma ciudadana considera que la construcción de un aparcamiento subterráneo y rotatorio en la Alameda plantearía problemas geotécnicos y de destrucción del arbolado y que su posterior explotación provocaría la saturación de los accesos y limitaría el amplio uso que ahora tiene este espacio.

A su juicio, existen alternativas más coherentes, simples y austeras para favorecer la accesibilidad al Centro, como el fomento del transporte público -primando los autobuses de Tussam en vez de los coches privados-, la potenciación de los itinerarios con prioridad peatonal -manteniendo los carriles-bici- y la construcción de los inconclusos aparcamientos en el borde del Casco Histórico, a pesar de que los de carácter rotatorio existentes en el Centro registran un bajo grado de ocupación.

La Plataforma estima que, desde que derogó el Plan Centro, el gobierno local actúa de forma errática, por la falta de un modelo global, y que los cambios en la política de movilidad son contrarios a las determinaciones del PGOU vigente, a las directrices estatales y europeas y a la tendencia en las ciudades de nuestro entorno.

PLAN DE ACCIÓN

Por ello, los 26 colectivos ciudadanos plantean de entrada las siguientes actuaciones:

-Solicitud a la Junta de Andalucía de que no apruebe con carácter definitivo las modificaciones del Plan General y, por el contrario, que declare la Alameda Sitio Histórico.

-Presentación de un recurso en vía judicial contra el acuerdo del Pleno del 22 de febrero de 2013.

-Campaña informativa entre los vecinos de la ciudad sobre las alternativas al aparcamiento subterráneo y rotatorio en la Alameda.

-Reclamación de la elaboración participativa del Plan de Movilidad prometido por el alcalde.

-Acción de ocupación del espacio público y defensa de su uso peatonal.

DOCUMENTO MUNICIPAL

Paradójicamente, el gobierno de Zoido ha remitido a la Junta de Andalucía un estudio de movilidad para justificar la recalificación comercial de la antigua comisaría de la Gavidia que supone el mejor alegato contra el parking en la Alameda.

Según el Ayuntamiento, la apertura de un centro comercial en la Gavidia sólo generaría 1.605 desplazamientos más a la semana, debido al gran número de establecimientos ya existentes en la zona, desde grandes almacenes (El Corte Inglés) hasta pequeños y medianos comercios.

El Consistorio subraya la existencia de varios aparcamientos públicos en el intercambiador de transportes de la estación Plaza de Armas, los carriles-bici, los itinerarios peatonales, las paradas de autobuses en la citada plaza amén de las del Duque y Magdalena, más la del tranvía en la Plaza Nueva, para llegar a la conclusión de que la mitad de los 1.605 desplazamientos se realizarían en transporte público;  el 40%,  de forma no motorizada (a pie o en bicicleta) y sólo un 10% en automóvil privado.

Ese 10% supone, por tanto, tan sólo 160 desplazamientos en coche privado semanalmente o, lo que es lo mismo, 27 por cada día de la semana de apertura del centro comercial. Y, ¿está justificado levantar la Alameda para que albergue en sus entrañas 27 coches diarios?

En su afán por minimizar el impacto sobre el tráfico de un centro comercial en la Gavidia, el Ayuntamiento se ha quedado sin argumentos para justificar el parking rotatorio en la Alameda de Hércules.

Llueve sobre mojado en Écija

El vicepresidente de la Junta, Diego Valderas, abogó el mismo día en que las inundaciones en Écija afectaban a 3.000 hogares por que se fueran adoptando las medidas necesarias que eviten en un futuro su  repetición en la paradójicamente conocida como ‘ciudad del sol’ y ‘la sartén de Andalucía’.

Cabe preguntarse ante quién abogará Valderas, ya que el Estado transfirió a la Junta  el 26 de marzo de 1984 las competencias sobre programación, aprobación y tramitación de inversiones e infraestructuras de interés en materia de encauzamiento y defensa de márgenes de áreas urbanas.

Así pues, la Junta ha tenido 29 años para resolver al menos una de las dos causas de las inundaciones en la ciudad astigitana, el desvío y nuevo encauzamiento del soterrado arroyo Argamasilla. Y, sin embargo, tanto el Gobierno autónomo como el central y sus organismos han pasado la mayor parte del tiempo haciendo estudios y más estudios sobre la obviedad de que Écija y numerosos municipios andaluces se inundan históricamente cuando llueve incluso no en exceso.

En 1975 ya se había elaborado un inventario de los puntos negros de los cauces en todo el país.

En 1983, la Comisión Técnica de Emergencia por Inundaciones realizó un informe general sobre el problema.

Por la misma época en que el Estado transfirió las competencias a la Junta, el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo realizó nuevos estudios, tras los cuales concluyó que la densidad territorial de inundaciones históricas registradas en Andalucía en los últimos 500 años había sido un 62% mayor que la nacional, y un 111% mayores las pérdidas per cápita por dicha causa.

Año 1985. La Comisión Nacional de Protección Civil redactó un estudio de inundaciones históricas, mapas de riesgos potenciales y acciones para prevenir los daños causados.

Posteriormente se encuestó a todos los ayuntamientos de Andalucía para obtener una nueva estimación oficial de la incidencia de las inundaciones en los núcleos urbanos.

Toda esta serie de estudios, informes y sondeos no sirvieron para evitar que en diciembre de 1997 una crecida del río Genil inundara un tercio del casco urbano de Écija y uno de sus mayores polígonos industriales, obligara al desalojo de unas mil personas de sus hogares y causara daños valorados en 12.000 millones de pesetas (72 millones de euros).

La respuesta de la Junta de Andalucía a la catástrofe fue….. encargar otro estudio de carácter general sobre el problema de las inundaciones urbanas en la comunidad autónoma, que fue concluido al año siguiente.

La Administración central tampoco se quedó atrás. El Ministerio de Medio Ambiente dedicó un amplio capítulo a las inundaciones en el Libro Blanco del Agua en España, por las mismas fechas. Un año más tarde, el Instituto Geológico y Minero empezó a publicar de forma anual informes sobre catástrofes naturales, inundaciones incluidas. A esa tendencia se sumó también el Senado y, por pura lógica, las Confederaciones Hidrográficas presentes en Andalucía, por entonces únicamente las del Guadalquivir y del Sur.

Con tal bagaje de información, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía acordó en marzo de 1998 la formulación de lo que se denominó Plan de Prevención de Avenidas e Inundaciones, con la finalidad declarada de “constituir el marco de coordinación e intervención en la materia y de prevenir y minimizar los riesgos y daños por inundaciones en los núcleos urbanos andaluces”.

Tres años más tarde, con motivo de la aprobación del Plan Hidrológico Nacional hubo que reestructurar el Plan andaluz de Prevención, sin que la situación hubiera variado en Écija y en otros municipios andaluces.

Todavía hubo que esperar un año más para que el 2 de julio de 2002 la Junta de Andalucía diera por aprobado definitivamente el Plan de Prevención, dieciocho años después de asumidas las competencias transferidas por el Estado. En el documento se identificaron los puntos negros por inundación en toda la región, figurando Écija por partida doble, debido a las amenazas del Genil y del Argamasilla.

Se incorporó una previsión de inversiones para acabar con el problema en toda la comunidad, inversiones que se debían repartir las diferentes Administraciones en dos grandes períodos, 2002-2006 y 2007-2015, con un total de 347 millones de euros en el primero y de casi 888 en el segundo. En total, 1.235 millones, de los que el Estado aportaría casi 675; la Junta, 431,5; los ayuntamientos, 128,6 millones. ¿Se ha cumplido esta programación?

El Plan no sirvió de mucho para Écija, ya que ocho años después de su aprobación, en diciembre de 2010, el Genil y el Argamasilla inundaron de nuevo un tercio del casco urbano y el polígono industrial ‘El Limero’. El agua del Genil, con un caudal que superaba los 1.100 m3/seg. llegó a los 7,4 metros de altura, hubo que evacuar a mil astigitanos y a los enfermos del hospital y recurrir, como en estos días, a la Unidad Militar de Emergencias. En los primeros días se habló de al menos 18 millones de euros en pérdidas.

La inundación se repitió tres veces, y hasta la tercera no apareció Griñán, que la achacó a lluvias sin precedentes, cuando el récord histórico de pluviosidad (unos 160 litros/m2) databa realmente de tres años antes.

Las obras de desvío del Argamasilla, presupuestadas por la Junta y que debieron acabarse en abril de 2012, llevan paradas casi un año y Écija ha vuelto a inundarse. En 29 años con las competencias transferidas, la Junta ha sido incapaz de acabar con las riadas en la ciudad del sol. ¿Cuántas inundaciones más necesitará?

Sevilla pierde otra oportunidad

Mientras los políticos sevillanos se felicitaban hace unos días por el acuerdo en virtud del cual La Caixa, a cambio de renunciar a invertir 325 millones de euros en los próximos 75 años en las Atarazanas se va definitivamente con su Caixafórum a la torre Pelli tras una compensación de tan sólo 25 millones (10 para la rehabilitación y 200.000 euros/año durante tres cuartos de siglo), la prensa madrileña festejaba otro acuerdo, en virtud del cual el denominado ‘Paseo del Arte’ de la capital de España (eje Recoletos-Prado) tendrá en un par de años otro hito que unir a los nueve fabulosos museos, centros culturales y jardines históricos de esta ‘milla de oro’ de la cultura. El décimo atractivo para enriquecer la enorme oferta de la capital de España en tan concentrado espacio será el Museo de las Artes, la Arquitectura, el Diseño y el Urbanismo (MAADU), el cual será instalado en el número 30 del Paseo del Prado.

El Ayuntamiento de Madrid ha cedido por 75 años un espacio de 3.600 m2, y la Fundación del gran arquitecto argentino Emilio Ambasz (paisano de César Pelli, autor del rascacielos de la isla de la Cartuja pero en las antípodas en su concepción de la arquitectura) se hará cargo íntegramente del diseño y construcción del futuro museo (cinco plantas, con la fachada y el techo totalmente recubiertos de jardines por este pionero de la denominada ‘arquitectura verde’, que ha declarado que el edificio debe ser fácilmente recordado por un niño) y de su funcionamiento durante los próximos tres cuartos de siglo.

A MADRID LE SALE GRATIS

Se estima que Ambasz invertirá de su propio bolsillo, y por lo tanto sin costarle un euro a los madrileños, al menos 10 millones de euros. El nuevo museo albergará una colección permanente de arte, arquitectura y urbanismo revolucionario y sostenible. Contará, además, con una biblioteca virtual, salas de exposiciones temporales, espacios para conferencias y simposios y un programa de becas de excelencia.

Emilio Ambasz, adalid de la arquitectura ecológica, había barajado la idea de instalar su museo en la capital de su país natal, Buenos Aires, o, en su defecto, Nueva York o Bolonia, pero finalmente se ha decidido por España por las razones que expuso en su discurso ante Ana Botella, la alcaldesa de Madrid: “La idea de crear un museo aquí viene de mis lazos con este país, donde he realizado obras reconocidas internacionalmente, como el Centro de Retiro Espiritual, en Sevilla. Me siento muy orgulloso de poder ampliar la oferta cultural de esta bella ciudad y de poder dejar un legado de mi obra para aquellos apasionados de las obras de arte”.

UN HITO EN SIERRA MORENA

La Casa de Retiro Espiritual fue construida en 1974 por Ambasz bajo una gran pradera verde en la sevillana finca de ‘La Roda’, sita entre los términos municipales de Guillena, El Ronquillo y Burguillos, y con unas espectaculares vistas sobre el pantano de La Minilla y Sierra Morena. Por esta pequeña maravilla, con la que el arquitecto dijo que quería recuperar el sentido primitivo de la arquitectura, Ambasz obtuvo el ‘Progressive Architecture Award’ en el año 1980. Su proyecto formó parte de una exposición organizada por el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA) y ha sido incluido en numerosos libros sobre la arquitectura contemporánea.

El arquitecto argentino no sólo está vinculado a Sevilla por esta joya arquitectónica radicada en la provincia, sino también por el hecho de haber sido ganador en 1986,  ‘ex aequo’ con el equipo del ingeniero  José Antonio Fernández Ordóñez (autor del puente del Centenario sobre el río Guadalquivir), del concurso internacional de ideas para la ordenación del recinto de la Exposición Universal de Sevilla 1992. Frente a la ordenación en damero, cuadriculada y convencional de Fernández Ordóñez (era hermano de quien fue ministro de Asuntos Exteriores con Felipe González, Francisco Fernández Ordóñez), el diseño de Ambasz era una maravilla auténticamente revolucionaria para su época.

VENECIA EN LA CARTUJA

Propuso excavar la isla de la Cartuja para crear tres grandes lagunas que se habrían nutrido de agua desde la corta mediante una estación de bombeo y que habrían estado conectadas con el cauce vivo del Guadalquivir, con lo que se habría asegurado de forma permanente la circulación del líquido elemento y evitado el efecto del estancamiento. Las lagunas habrían permitido la formación de un microclima especial, con temperaturas inferiores entre cuatro y seis grados a las imperantes en la ciudad, y los pabellones de la Expo habrían ‘flotado’ sobre la lámina de agua.

Ambasz pensó además en máquinas productoras de niebla que, de paso, habrían generado  sombra para defenderse del tórrido calor sevillano en el estío, reducido la temperatura en otros seis-ocho grados, ofrecido sensación de frescor sin llegar a la humedad y creado un arco iris permanente sobre la futura Expo-92, que habría quedado así envuelta en una especie de halo mágico. El sistema de transporte entre la ciudad y las lagunas de la isla de la Cartuja y sus pabellones habría sido cubierto por ferries, para evitar el uso del automóvil. Conforme a su lema de “para poder diseñar 1992, primero debemos concebir 1993”, Emilio Ambasz ideó su proyecto tras comprobar que Sevilla tenía algunos jardines históricos pero que le faltaba un gran parque suburbano (en ese lema está el germen de lo que hoy es el parque del Alamillo, del que este año se conmemorará el XX aniversario), por lo que pensó en que una vez clausurada la Muestra Universal quedara como herencia un gran parque acuático suburbano rodeado de jardines casi selváticos.

FUSIÓN CONVENCIONAL

Pese a que su proyecto (su ejecución se cifró en 10.000 millones de pesetas de la época, nada extraordinario comparado con las magnitudes posteriores) era un 10% más barato que la ejecución de uno normal que se construyera sobre tierra, los políticos y técnicos españoles ordenaron que se fusionaran el revolucionario y ecológico diseño de Ambasz (proporción de 80% de vegetación y sólo un 20% de construcción) con el convencional (mera cuadrícula de calles) de Fernández Ordóñez. El resultado de la fusión distó mucho de lo imaginado por el arquitecto argentino, como puede apreciarse con tan sólo una visita aún hoy a la isla de la Cartuja. Prácticamente, la única concesión que se le hizo fue la de excavar un solo lago interior, el de España (en torno al cual se construyeron los pabellones nacional y autonómicos y que luego, reducido más todavía, ha seguido articulando el parque temático Isla Mágica), y el agua micronizada (el famoso microclima de la Expo), mediante la instalación de microaspersores para rebajar la temperatura en el verano sevillano y que hoy utilizan numerosos bares y restaurantes de la ciudad en sus veladores y terrazas.

Pues bien, el arquitecto argentino, que a la hora de hablar sobre sus lazos con España para justificar la construcción de su museo en Madrid sólo es capaz de recordar proyectos en Sevilla, al final levantará el MAADU y lo financiará de su propio bolsillo en la capital española en vez de en la capital de Andalucía, lo que denota de nuevo la falta de reflejos por parte de nuestro Ayuntamiento y/o la desconexión de la ciudad de los grandes circuitos culturales internacionales.

‘MILLA DE ORO’ CULTURAL

La baronesa Thyssen prefirió en su día llevarse su colección de pintura andaluza a Málaga antes que exponerla en Sevilla y Emilio Ambasz levantará su museo de las Artes, la Arquitectura, el Diseño y el Urbanismo en Madrid, cuando podría haber tenido cabida perfectamente en un edificio similar,  como habría sido la abandonada comisaría de la Gavidia si el Consistorio hispalense hubiera andado más listo y no se hubiera dejado ganar la partida por la correligionaria de Zoido, Ana Botella. Un MAADU en la Gavidia le habría resultado gratis a la ciudad (el arquitecto lo pagaba todo) y permitido crear un nuevo polo de atracción cultural en paralelo al Museo de Bellas Artes.

Por ironías del destino, el MAADU en la ‘milla de oro’ de la cultura madrileña se situará enfrente del Caixafórum que La Caixa instaló en la capital del Reino rehabilitando para ello la antigua central eléctrica de Mediodía y encargando el trabajo a los prestigiosos arquitectos suizos Herzog & De Meuron, autores, entre otros, del conocido estadio ‘El nido del pájaro’ en los Juegos Olímpicos de Pekín y distinguidos con el premio Pritzker, considerado el equivalente al Nobel de la arquitectura.

Mientras que La Caixa eligió para su Caixafórum madrileño la mejor ubicación posible, el ‘Paseo del Arte’, en Sevilla ha abandonado, con el aplauso de toda la clase política,  las emblemáticas Atarazanas al lado del conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (Catedral, Alcázar y Archivo de Indias) para, a cambio de una módica compensación de 25 millones de euros en 75 años, reubicar el futurible Caixafórum sevillano extramuros, allende el río, en la torre Pelli.

Los arquitectos Antonio Cruz, Juan Ruesga y Francisco Torres han coincidido en las páginas de El País en considerar que este traslado supone “rebajar de categoría” el futurible espacio cultural, porque la nueva ubicación no cumple, a juicio de cada uno de ellos, con los requisitos que imperan en los centros que La Caixa tiene en España y que sí reunían las Atarazanas: ser un edificio noble y estar bien situado.

Pero es que Sevilla es experta en lo mismo que se le achacaba a Arafat cada vez que se veía cerca la paz en el conflicto árabe-israelí y él daba un paso atrás: nunca pierde la oportunidad de perder la oportunidad.

Métodos para el blanqueo de las ilegalidades urbanísticas

El fiscal jefe del  Tribunal Superior de Justicia de Andalucía,  Jesús García Calderón, solicitó a los andaluces, durante una conferencia pronunciada en noviembre de 2003 en la Universidad de Málaga sobre delitos urbanísticos, que exigiéramos a la Administración el cumplimiento de su función como garante y vigilante de la legalidad.

Mi respuesta a la solicitud de Jesús García Calderón se encuentra en los informes ‘Métodos para el blanqueo de las ilegalidades urbanísticas. Cuatro casos prácticos’, que al cabo de los diez años transcurridos desde entonces se han podido colgar en Internet y a los que se puede acceder a través de enlaces desde la pestaña ‘Memoria Histórica’ de este mismo blog  (parte superior).

En esos informes, fruto de años de investigaciones para tratar de comprender cómo las propias Administraciones Públicas promueven la ilegalidad, la consuman y la ocultan, García Calderón y cualquier andaluz, sobre todo si están interesados en el medio ambiente y el urbanismo, pueden comprobar qué le ocurre al iluso ciudadano que haya tenido la ingenuidad de atender la solicitud del fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y se crea todavía que España es un Estado de Derecho. Porque, ¿qué ocurre cuando es la propia Administración encargada de velar por el cumplimiento de la ley la que la infringe sistemáticamente? ¿Quién vigila al vigilante?

 

Jesús García Calderón

Estos documentos también son una respuesta a la cuestión que el 26 de febrero de 2004 plantearon la Red de Fiscales de Medioambiente de Andalucía y la Oficina del Defensor del Pueblo: la necesidad de aclarar la frontera entre la ilicitud penal y la administrativa. Se demuestra que la acumulación de lo que Jesús García Calderón reduce a meras “irregularidades administrativas” produce  al final el mismo efecto que una ilicitud penal a las bravas, como las que cometía Jesús Gil en Marbella. En este sentido, el pueblo onubense de Zalamea la Real se convirtió en los años 90 del pasado siglo en el laboratorio de ensayos de ocultación y blanqueo de ilegalidades urbanísticas y medioambientales por parte de la Junta de Andalucía mientras casi todo el mundo miraba exclusivamente a la Costa del Sol.

Los cuatro casos prácticos para comprender los métodos para el blanqueo de las ilegalidades urbanísticas y que pueden consultarse a partir de los enlaces desde la pestaña ‘Memoria Histórica’ son los siguientes:

Caso Nº1: Anisados Arenas

Caso Nº 2: La ITV de Veiasa

Caso Nº3: La huerta ‘de’ Muñiz

Caso Nº 4: Las Cañadas de Arriba

Basta, dentro del caso número 1, con analizar tres episodios aparentemente iguales de ¿ilegalidades? ¿irregularidades? Urbanísticas para ver cómo, en función de quiénes están implicados en los mismos, los Poderes Públicos y la Justicia  actúan de manera radicalmente distinta y convierten en papel mojado y una burla el artículo 14 de la Constitución: “Todos los españoles son iguales ante la ley”. ¿De verdad? Lean y compruébenlo en el siguiente enlace:

https://www.manueljesusflorencio.com/memoria-historica/

Doñana

La Ley de Reclasificación de 1978 creó unas figuras para Doñana en función del grado de protección que se otorgaba por la valía ecológica de los terrenos: el Parque Nacional, para los mejores ecosistemas; el Preparque, áreas ‘blandas’ de transición en las que se permitían los usos agropecuarios tradicionales y extensivos de la comarca, y las Zonas de Protección del precioso arroyo de La Rocina y un kilómetro océano Atlántico adentro. Luego llegó la Junta de Andalucía y en esta España de taifas autonómicas creó su propio chiringuito en la corona de Doñana: el Parque Natural. Después, con la mezcolanza de las competencias compartidas, el Gobierno autonómico difuminó los límites y acuñó la denominación ‘Espacio Doñana’: un totum revolutum. Pero ahora, cuando se trata de justificar el depósito de gas y el gasoducto que le ha endosado al ‘Espacio Doñana’ ese asesor de Gas Natural llamado Felipe González, el consejero Planas dice que no hay que preocuparse porque está más allá o más acá del Parque Nacional, como si la Naturaleza y los animales supieran de fronteras.

Ridículo

Según la clásica definición que nos enseñaron en la Facultad ahora llamada de Comunicación,  noticia no es que un perro muerda a un hombre, sino que un hombre muerda a un perro. Pues en cuestiones de perros,  el Ayuntamiento considera noticioso que durante el último mes las actuaciones conjuntas de Lipasam y de la Policía Local se hayan saldado con denuncias a tan sólo seis personas en toda la ciudad por no recoger los excrementos de sus canes. Sí, es noticia, pero no positiva como la ‘vende’ el aparato de propaganda del alcalde sin sentido del ridículo, sino todo lo contrario, porque ya me dirán el grado de eficacia de los dos Servicios Municipales cuando en la ciudad se estima que hay al menos unos 50.000 perros que depositan 5.000 kilos diarios de heces o 1.825.000 anualmente. Cincuenta mil animales defecando cada día en las aceras y la Poli y Lipasam sólo trincan a seis de sus incívicos amos a lo largo de todo un mes, a un promedio de uno cada cinco días. Y luego va Zoido y les paga una extra de Navidad disfrazada en concepto de productividad. De risa perruna.

 

Carlos

Carlos Segovia, segundo por la izquierda

Con el declinar del año viejo se nos fue para siempre Carlos Segovia Espiau, aún en la flor de la vida. Era uno de los históricos del ecologismo andaluz, pionero en la más antigua asociación regional conservacionista, Andalus, y en la Fundación Bios, creadora con sus escasos medios de la primera Reserva Ecológica en una finquita llamada Puerto Moral, en la Sierra Morena onubense.  Gracias a él y a otros románticos urbanitas que  trocaban el asfalto por las jaras del monte se han salvado de la extinción los buitres negros de Sierra Pelada -donde reposarán sus cenizas para fusionarse con la tierra a la que todos hemos de volver- y de la Contienda. Boyante hombre de negocios, liquidó su parte empresarial para dedicarse de lleno a su pasión por la Naturaleza, como apicultor y como observador de grullas, espátulas, moritos y cualquier ave que surcara esos cielos que, merced a su labor, aún no hemos perdido. Parece que se nos fue Carlos Segovia, pero sabemos que su espíritu pervive en cada aleteo de un pájaro y en el majestuoso planeo de los buitres negros de Aroche.

 

Garoña

Al igual que Doñana es el símbolo  de la Naturaleza y escenario durante años de las batallas entre ecologistas y desarrollistas, Garoña ha representado otro tanto en la energía nuclear: por la pugna para su cierre o mantenimiento entre antinucleares y pronucleares, con trascendencia política debido a las promesas de Zapatero (clausura) y Rajoy (continuidad), para que ahora sean las eléctricas quienes le den el cerrojazo por echarle un pulso al Gobierno con la coartada de los impuestos pero en realidad para tumbarle una reforma energética que a nadie satisface.

¿Y qué tiene que ver Garoña con Sevilla, se preguntarán? Si en otras circunstancias el cierre de la nuclear habría causado problemas, actualmente se puede suplir su aportación de electricidad a la Red con una alternativa energética desarrollada en Andalucía, y más en concreto en Sevilla y Almería: las centrales termosolares. Sin la investigación realizada en la Plataforma Solar almeriense, en Abengoa y en la Escuela de Ingenieros de la Hispalense por Valeriano Ruiz y su equipo no se habría inaugurado en Sanlúcar la Mayor, en febrero de 2007, la primera central termosolar en explotación comercial del mundo: la PS10, de Abengoa.

Sevilla es desde entonces la meca termosolar mundial (aquí se celebra cada año el mayor y más importante congreso del sector, el CSP Today) y España, líder planetario (copa el 70% del mercado) de una tecnología que exporta a los EE UU de Obama, Iberoamérica, Suráfrica, norte de Africa, países árabes… con unas perspectivas billonarias si el Gobierno, con su miopía, no se carga del todo el sector justo cuando por la curva de aprendizaje lograda en tan poquísimo tiempo va camino de abaratar y rentabilizar las ayudas invertidas en su desarrollo y que nos permitirían dominar una energía inagotable: la del sol.

Valeriano Ruiz calculó hace un año ante el Foro Cádiz 2012 que con veintidós centrales termosolares de las ya clásicas de 50 MW España estaría en disposición de sustituir una  central nuclear como la de Garoña. ¡Quién le iba a decir que aquella hipótesis es hoy una realidad!, en los dos aspectos: se cierra la central y tenemos no ya 22, sino 39 termosolares, de las que 21 radican en Andalucía. España es, pues, el primer país en la historia que consigue suplir una central nuclear con la energía del sol, ese mismo sol sonriente que ilustraba  el lema del ‘¿Nuclear? No, gracias’.

Cuando lean que Garoña se ha cerrado, dejen de preocuparse: un tercio de la electricidad que generaba la suplen las 10 centrales termosolares de Sevilla.