Archivo de la etiqueta: impuestos

Espadas no tocará el bolsillo de las familias en las nuevas Ordenanzas Fiscales

El gobierno local dio ayer por finalizadas las reuniones que ha celebrado con los portavoces de los grupos políticos municipales para avanzarles las líneas maestras de las nuevas Ordenanzas Fiscales, encuentros en los que sólo ha faltado Zoido, que delegó su representación. Espadas ha declarado intocables a las familias, considera inviable la rebaja del 10% en el IBI preconizada por el PP y Ciudadanos y aplicará una mayor presión fiscal a las grandes empresas, que reducirá si éstas demuestran un mayor compromiso con la ciudad con, por ejemplo, el incremento de sus plantillas.

Las familias y las pequeñas y medianas empresas sevillanas no se verán afectadas, en líneas generales, por el proyecto de Ordenanzas Fiscales para 2016 que el gobierno local ha avanzado a los portavoces de los grupos políticos y que remitirá hoy al Consejo Económico y Social de Sevilla (CESS) para someterlas a su dictamen previo.

Según las primeras impresiones recogidas, ante la actualización de los valores catastrales, en el caso del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) el coeficiente pasa de 0,8067 que tiene en 2015 a 0,7334. Con esta medida, los recibos quedarán completamente congelados para los hogares y las pymes.

El gobierno de Espadas ha rechazado, por inviable, la rebaja del 10% preconizada desde la oposición por PP y Ciudadanos, ya que tendría una repercusión de 17,3 millones de euros en las cuentas municipales, a lo que hay que sumar el recorte en 6 millones de euros decretado por el Gobierno de la nación en la participación de la ciudad en los ingresos del Estado.

Con este escenario, una rebaja en el IBI provocaría que el Consistorio no pudiera afrontar una mínima subida salarial siquiera a los funcionarios, ni el abono de la paga extra. Hay que tener en cuenta que la previsión de ingresos por el IBI para el año en curso es de 173 millones de euros tras las fuertes subidas realizadas en los primeros años del mandato de Zoido, cuando ascendió a 183 millones (año 2012) y 201 millones (año 2013). Por tanto, una rebaja de esa cuantía supondría esos 17 millones de menos en la principal fuente de ingresos del Consistorio.

Por otra parte, en el Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana, popularmente conocido como el impuesto sobre las plusvalías, se reducen los coeficientes que aplica el Ayuntamiento hasta en un 32% en el caso de las plusvalías a corto plazo: cinco años. La cuota de este impuesto pasa de 29,5 a 36,8 con carácter general para que no tenga incidencia la actualización de los valores catastrales. En las transmisiones, además, de 1 a 5 años pasa del 3,7% al 2,5%.

En esta línea de no tocar el bolsillo de la inmensa mayoría de los sevillanos, se congelará el sello del coche y hasta se rebajará en un 4% el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), ya que pasa de 3,85 a 3,70.

La mayoría de las tasas con incidencia en familias y pequeñas y medianas empresas se congelan, desde la tasa de basuras hasta la de Tussam, y se suprime también la tasa de la basura a los locales vacíos que había aprobado el gobierno de Zoido.

En este escenario de congelaciones generalizadas, a salvo de conocer en profundidad el proyecto de Ordenanzas, la presión fiscal se incrementará para las grandes empresas, conforme al discurso del alcalde de que “otros tienen que hacer un esfuerzo: quienes más beneficio obtiene por su actividad, los grandes contribuyentes con grandes instalaciones en la ciudad”.

Ahora bien, el Ayuntamiento introducirá medidas correctoras para aliviar esa presión fiscal destinada a recaudar los 6 millones de euros menos que transferirá el Gobierno de la nación, siempre que las grandes corporaciones adopten un mayor compromiso con Sevilla, con medidas como, por ejemplo, la creación de empleo, habida cuenta de que la ciudad tiene en el paro (84.483 desempleados en septiembre) el mayor de sus problemas.

 

El IBI de Espadas

El pasado día 7 de septiembre (2015), en el curso de un desayuno informativo organizado por Europa Press y la Fundación Cajasol y patrocinado por Atlantic Copper, Juan Espadas anunció la congelación absoluta de la presión fiscal sobre las familias sevillanas. En este sentido, afirmó que el recibo del IBI para todos los inmuebles de uso residencial se congelará en los importes de 2015, reduciendo en su caso el tipo efectivo aplicado este año para absorber una posible actualización por la Ley de Presupuestos del Estado del valor catastral de los inmuebles en nuestra ciudad. “Ninguna familia sevillana -aseveró- pagará en 2016 por su vivienda ni un euro más de IBI que en 2015”.

Esta es una medida que beneficiará al conjunto de los 700.000 habitantes que en números redondos tiene la ciudad. Sin embargo, por el debate abierto en los medios de comunicación, la impresión que les queda a los sevillanos es la contraria: que el alcalde va a subir el recibo de la contribución urbana (nombre popular del IBI) el año próximo.

Espadas sufre las consecuencias de haber cometido un error de estrategia comunicativa en el mismo acto público: anunciar a continuación una medida antitética que afectará tan sólo a una minoría (el 10%, dijo) de los grandes contribuyentes, o sea, los titulares de inmuebles con mayores valores catastrales.

VENTANA DE PROGRESIVIDAD

En concreto, el alcalde habló de  utilizar las ventanas de progresividad que permite la ley. “Sólo en el caso del IBI,  la Ley nos permite -recordó- aprobar un tipo impositivo diferenciado del general para aquellos inmuebles de uso distinto al residencial que representen, para cada uso, el 10 por 100 de los valores catastrales más altos. Pues bien, en relación con estos inmuebles que agrupan los valores más elevados en usos no residenciales no congelaremos las cuotas de 2015, introduciendo un porcentaje de progresividad en el reparto de la carga tributaria y exigiéndole un mayor esfuerzo a los grandes contribuyentes que, además, se ven beneficiados al poder deducir en sus impuestos estatales sobre la renta (IRPF e IS) la cuota que satisfacen al Ayuntamiento por el IBI y, en general, por los impuestos municipales”.

Al anunciar una medida y también su opuesta en vez de centrarse sólo en una idea-fuerza de la misma temática, Espadas creó involuntariamente las condiciones para que algún medio interpretara erróneamente su política fiscal y divulgara que el IBI va a incrementarse para todos los comercios y empresas de la ciudad, aunque se congele para las familias. Y una vez multiplicada la interpretación errónea a través de Internet y las redes sociales se formó una bola de nieve que fue acrecentándose con las reacciones negativas de los sectores supuestamente afectados, aunque no lo sean ni lo vayan a ser: los pequeños y medianos empresarios y los comerciantes.

LA PATRONAL

El siguiente paso en la evolución de los acontecimientos fue la airada reacción de la Confederación Empresarial de Sevilla, que dirige Miguel Rus, y de la patronal del pequeño comercio, Aprocom. Se creó así el escenario para proyectar la imagen de que los empresarios habían roto la supuesta luna de miel que mantenían desde la precampaña electoral con el nuevo alcalde y antes incluso de que se cumplieran los cien días de éste en el sillón de la Plaza Nueva.

Técnicamente, el error no fue del alcalde, sino de quienes lo malinterpretaron y extendieron el falso supuesto, pero a Espadas, ya con una dilatada experiencia política a sus espaldas y que ha sido hasta consejero de la Junta de Andalucía,  cabe imputarle el fallo de comunicar noticias antitéticas, la buena y la digamos mala, con lo cual acabó imperando esta última y desplazando del primer plano de la actualidad a la primera, máxime si se trata de materia tributaria, ya que lo último que alguien desearía sería pagar más impuestos.

Y es que mientras los 700.000 sevillanos “de a pie” están desarticulados y no tiene forma de hacerse oír para, teóricamente, haber expresado su satisfacción por la congelación de la presión fiscal, los empresarios y los comerciantes tienen a su disposición el altavoz de sus poderosas organizaciones patronales para, en plan ‘lobby’, movilizar y presionar en defensa de sus intereses, supuestamente afectados por el alza del IBI. A ello se une el hecho de que han estado acostumbrados a ser priorizados por la acción del gobierno local durante el mandato anterior, desde con la organización del ‘mapping’ navideño para allegarles más público al centro hasta con el incremento del 40% en el número de veladores ocupando la teórica vía pública, cada vez más ocupada en beneficio de intereses particulares.

MARCHA ATRÁS

El siguiente error del alcalde consistió en proyectar la imagen de que reculaba, con lo cual no hizo más que asentar en la opinión pública la idea de que, efectivamente, pensaba incrementar la presión fiscal de forma generalizada al mundo empresarial. Fue cuando el alcalde entró en el proceloso terreno de las matizaciones y precisiones en vez de en el del desmentido tajante: “No se trata de una decisión cerrada, ya que irá a una consulta pública, estará abierta a alegaciones y al final se tendrá que analizar la decisión de los distintos grupos políticos. Tenemos la obligación -declaró- de presentar un proyecto y de cuadrar la cuentas, algo que también valorará el Consejo Económico y Social de Sevilla”.

Un Consejo Económico y Social, le faltó añadir, que está con un presidente en funciones desde que el anterior dimitió a principios del verano al sentirse preterido por la creación de un organismo consultivo paralelo, formado únicamente por los presidentes de las patronales y de las dos centrales sindicales mayoritarias.

Si no se trata de una decisión cerrada, como posteriormente se esforzó en recalcar Espadas, entonces ¿qué sentido tenía anunciarla en un acto público ante decenas de comensales de la clase política y empresarial y los medios de comunicación?

Con ello ha provisto de munición al PP, que inmediatamente le saltó a la yugular acusándole por boca de Zoido de improvisación y de gobernar a golpe de ocurrencias y de que apenas llegar los socialistas al Ayuntamiento ya empiezan las subidas de impuestos, cuando en realidad ha ocurrido justamente al revés: mientras Espadas inicia su mandato anunciando una congelación del IBI para todas las familias y para el 90% de las empresas y los comerciantes, Zoido lo empezó con una subida general del 10% para todo el mundo, fuera por imposición o no del Gobierno de Rajoy, pero subida al fin y al cabo.

QUEJÍO

Por su parte, Aprocom no dejó pasar la ocasión para instalarse en su quejío tradicional y hablar de que la supuesta subida del IBI supondrá un auténtico varapalo para el pequeño y mediano comercio, “que trata de remontar los desastrosos efectos de la crisis económica de los últimos años”, cuando a lo largo de este verano los comerciantes no han tenido empacho en reconocer una subida de sus ventas y la recuperación de la actividad mercantil al socaire de la mejora de la economía y del auge del turismo.

Algunos han llegado a hablar en medio de la polémica de que la subida del IBI va a provocar una “huida” de comercios de la ciudad, un alarmismo que no cuadra con la apertura de nuevos establecimientos en el Centro (desde Tous a la Joyería Durán en Plaza Nueva hasta un nuevo Mercadona en Plaza de Armas) en los últimos meses y la retirada del cartel de ‘se vende’ o ‘se alquila’ en numerosas calles que antes estaban pobladas de locales vacíos.

Y como a río revuelto ganancia de pescadores, el PP aprovechó la oportunidad para hablar del “abandono absoluto” al que el nuevo gobierno municipal ha sometido al comercio y del “paso atrás” después de sus cuatro años de mandato.

Menos mal que Espadas anunció una congelación del IBI a las familias. ¿Qué habría ocurrido si hubiera anunciado una subida del 10%, como hizo Zoido? Y, por cierto, ¿por qué entonces los comerciantes guardaron silencio y no anunciaron el apocalipsis de un éxodo mercantil?

Zoido crea el copago policial

El alcalde anuncia la primera rebaja de impuestos en Sevilla durante la Democracia al reducir en un 13,4% el IBI para el año próximo tras haberlo subido previamente en un 10%, pero esa reducción no alcanza a las tasas y los precios públicos y, además, crea otras nuevas de las que no se ha informado a la opinión pública, como es el caso de un nuevo copago policial.

El Ayuntamiento ha incluido dos nuevos epígrafes en su propuesta para 2014 de la Ordenanza Fiscal reguladora de la Tasa por los Documentos que expida o de que entienda la Administración o las Autoridades Municipales a instancia de parte, sin que exista una Memoria de justificación económica para estas dos nuevas medidas más que la de esgrimir el tiempo y gasto empleados en la confección, gestión y tramitación de los documentos, como si ello no formara parte de la labor policial desde siempre y supusiera un acontecimiento extraordinario e imprevisto que hubiera que afrontar a partir de ahora.

Así, los sevillanos tendrán que pagar 5 euros por la expedición de certificaciones y acreditaciones de las actuaciones que haga la Policía Local para particulares, compañías de seguros, despachos de abogados…. sobre siniestros en bienes materiales (responsabilidad patrimonial) como caídas, lesiones, denuncias, obras, daños, inundaciones….

Seis veces más, en concreto 30 euros, costará a los implicados en un accidente de tráfico la expedición del típico informe/atestado de la Policía Municipal. Esta tasa también habrá que pagarla cuando la Policía intervenga en siniestros en bienes materiales ante casos de posible responsabilidad patrimonial.

Los contribuyentes sevillanos ya pagan con sus impuestos,  a través del Ayuntamiento, cerca de 43 millones de euros en sueldos a la Policía Local para que haga sus labores habituales, amén de 6,5 millones de euros en complementos de productividad (en los que, por ejemplo, podrían englobarse las actividades citadas anteriormente para no aplicar nuevas cargas económicas a los ciudadanos), pero al Gobierno de Juan Ignacio Zoido no le basta con todo ese dinero y ha decidido inventarse estas dos nuevas tasas que, junto con la imposición de multas, contribuirán a deteriorar aún más la imagen de los policías a pie de calle.

Tasa cero

Se les llena la boca con la palabra Sevilla y se consideran a sí mismos la esencia de la ciudad, pero a la hora de contribuir a los gastos exigen un trato de favor y que paguen los demás. El presidente del Consejo General de Cofradías insta al Ayuntamiento a que le apliquen la tasa cero ( o sea, cero impuestos) por la ocupación de la vía pública con el negocio que hacen con sus sillas en Semana Santa. Vamos, que a efectos fiscales, además de los habituales (recuerden que un solo comentario suyo forzó el levantamiento por obras de la Campana este verano, sólo para complacerlo y aunque se fastidiaran los comerciantes), quieren la misma consideración VIP que el Sevilla y el Betis, los cuales ya se autoaplican no la tasa cero, sino la menos cero directamente. Y otros que tal bailan son los de Gaesco. Han acudido a Urbanismo a exigirle una rebaja del 40% en las Ordenanzas. Dicen que conforme a la cuantía en que han bajado los pisos. Cuando ellos los ponían por las nubes, nunca se ofrecieron voluntarios a la Gerencia para pagar en línea con sus enormes plusvalías.

El mensaje

Marshall McLuhan acuñó aquello de que el medio es el mensaje. En el Ayuntamiento de Sevilla,  el mensaje es Maximiliano Vílchez, al que todavía se le nota el pelo de la dehesa político a siete leguas. Presenta el delegado de Urbanismo el sablazo fiscal de su Departamento a los sevillanos por las puñeteras tasas de veladores, obras, sillas de Semana Santa y demás, y trata de justificar lo injustificable diciendo que nos clava un 6% después de que no subieran desde el año 2009 (gobernaba Monteseirín), ni siquiera de acuerdo con el IPC. El mensaje que lanza el ingenuo Max a los votantes en su candidez es que Monteseirín fue tan bueno para los contribuyentes que no les subía los impuestos cuando gobernaba y que el que los sube ahora el doble que la inflación y se inventa siete tasas nuevas (pagar hasta por tramitar un papeleo ante la Gerencia) es el alcalde que llegó a la Plaza Nueva prometiendo justo lo contrario: que iba a rebajarlos. Espadas y Torrijos tienen que estar encantados con este delegado: Zoido, a Maximiliano, como al pulpo del chiste, ni tocarlo.

 

La coartada

El Ayuntamiento sigue empeñado en homenajear a la Expo de Pellón con la coartada del borrador. Ya saben: cada vez que a la Sociedad Estatal le pillaban un documento comprometedor decía que se trataba de un mero borrador. Nunca era el definitivo, salvo que no suscitara polémicas o conviniera a sus intereses. Max Vílchez ha tirado de ese manual de la Burson Marsteller diciendo otro tanto sobre el plan que le ha pillado Antonio Muñoz,  listo para su aprobación, y que entre otros sablazos preveía subir las licencias de obras en casi un 100%: 130 folios firmados uno a uno por el delegado de Urbanismo y su gerente y con informes justificativos de la jefa del servicio de Gestión Financiera y Tesorería y del director de Administración y Economía. ¿Tanto trabajo, tantos implicados, tantos sellos y tantas firmas para sólo un borrador? Cuidado, que los borradores los carga el diablo. Por de pronto, a los de Gaesco, la patronal del ladrillo, ya se les han puesto los pelos de punta. Y menos mal que Zoido llegó a la Alcaldía prometiendo que no iba a subir los impuestos.

Trato de favor

Zoido ha calculado a ojo de buen cubero que el Sevilla F. C. y el Real Betis le deben al Ayuntamiento unos cuatro millones de euros en tributos desde la era Monteseirín. Esta es otra de las herencias recibidas por el alcalde que pone una multa cada cuatro minutos a los conductores sevillanos pero que cuando se trata de aplicarle la ley a los dos clubes de fútbol se achanta. A Zoido se le ha escapado que negocia con los peloteros no sé qué de un beneficio mutuo en forma de imagen. Tate: esto quiere decir que no van a pasar por caja como todos nosotros, sino que van a hacer como que pagan en especie publicitando alguna ocurrencia municipal. Por ejemplo, eso de la ‘Operación Talento’ en las camisetas de Beñat y de Navas, y deuda saldada. Que yo sepa, a la hora de pagar el sello del coche o cualquier otro tributo a la Hacienda Local, a los sevillanos no les preguntan ni en la ventanilla de la Encarnación ni en la del banco lo mismo que tan cortésmente el alcalde a José María Del Nido y a Miguel Guillén: “¿cómo lo va a hacer, en efectivo o en derechos de imagen?”.

Sevilla, segundo Consistorio con más gasto de personal

Cada sevillano contribuye con 495 euros anuales a

Sostener la burocracia municipal


Los funcionarios de Barcelona le cuestan a los

Contribuyentes casi la mitad que los de Sevilla


Alfredo Sánchez Monteseirín está a punto de concluir su mandato de doce años al frente del Ayuntamiento de Sevilla con otro cuasi récord en materia de gasto público: haber convertido el Consistorio sevillano en el segundo de España por gasto per cápita  para mantener la plantilla de funcionarios municipales, aunque el aún alcalde no se ha recatado en sostener que dejará las arcas de la ciudad en mejor situación que cuando él llegó a la Casa Grande.

El avance de la liquidación presupuestaria del Ministerio de Economía y Hacienda referido al año 2009 revela que en España la media de gasto por habitante para el sostenimiento de los más de 600.000 funcionarios de los 8.109 municipios del país es de 430 euros anuales.

Sólo cuatro de las grandes ciudades españolas tienen un gasto per cápita superior a la media nacional: León, Sevilla, Mérida y San Sebastián. En quinto lugar, prácticamente en el promedio, se halla Bilbao.

jrodriguez-forges_burocraciaLos habitantes de la capital leonesa tienen que contribuir con 533 euros anuales al pago de las nóminas de sus funcionarios municipales, mientras que los sevillanos han de aportar 495,64 euros, un 15,26% más que la cantidad que marca la raya divisoria. Los emeritenses, por su parte, desembolsan 482 euros al año, y los donostiarras, 338.

La generosa política retributiva de Monteseirín sostenida con los impuestos de los sevillanos supera a la de los alcaldes de otras grandes urbes. Así, los madrileños aportan 428,75 euros para pagar los sueldos de sus funcionarios municipales (un 13,5% menos que los sevillanos). Los bilbaínos, 430,81 euros (un 13,08% menos). Los zaragozanos, 417,26 euros (un 15,81% menos). Los valencianos, 361,78 euros (un 27% menos). Los vallisoletanos, 345,60 euros (un 30,27% menos). Los murcianos, 291, 49 euros (un 41,18% menos). Los barceloneses, 270,06 euros (un 45,51% menos). Destaca este último dato de que en la capital de Cataluña la plantilla municipal cueste a sus habitantes casi la mitad que la de Sevilla a los sevillanos.

Según la estadística del Ministerio de Economía y Hacienda, pese al escenario de crisis económica el conjunto de la Administración local española (ayuntamientos, cabildos y dipuitaciones) destinó a sueldos de sus funcionarios un total de 20.278 millones de euros en el año 2009, un 5% más que en el ejercicio precedente.

El conjunto de los ayuntamientos (8.109) no tomó consciencia de la crisis hasta 2010, ya que en los años previos aquéllos incrementaron sus plantillas en 30.000 personas hasta situarlas globalmente en 677.000 efectivos.

LA HUELLA ECONÓMICA

La gestión económica de Monteseirín deja en Sevilla otros hitos significativos. Así, una familia media sevillana que tenga dos hijos, un piso de entre 85 y 95 metros cuadrados y un automóvil de gama media paga al Ayuntamiento 716 euros anualmente en tributos locales, la cifra más alta entre las grandes ciudades españolas, según se desprende del Ránking Tributario de los Municipios Españoles 2010, que desde hace trece años elabora el Ayuntamiento de Madrid.

Frente a la cifra del sufrido contribuyente sevillano, una familia similar paga en Barcelona, la segunda ciudad con más tributación,  655,59 euros/año; en Madrid, 540,76 euros; en Valencia, 533,18 euros; en Málaga, 493,10 euros y en Zaragoza, 462,64 euros. Por tanto, a efectos fiscales, vivir en Sevilla es un 8,5% más caro que en Barcelona; un 24,21% más que en Madrid; un 25,57% más que en Valencia; un 31,14% más que en Málaga y un 35,42% más que en Zaragoza.

El Ayuntamiento presidido por Monteseirín no sólo ‘fríe’ a impuestos a las familias sevillanas más que ninguna otra corporación municipal española, sino que también lo hace con las empresas domiciliadas en la capital de Andalucía. La cuota tipo en euros por el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) asciende a 801,23 euros y es la segunda más alta después de la de Barcelona (835,42 euros) y por delante de Madrid (771,81), Murcia (770,06), Valencia (733,24), Zaragoza (521,55) y Málaga (335,57).

Otro de los hitos de Monteseirín es la deuda del Ayuntamiento. Según los criterios del Ministerio de Economía y Hacienda, el ayuntamiento de Sevilla no habría superado el límite del 75% que inicialmente se puso para la solicitud de nuevos créditos, pese a que tal como bien apuntan los técnicos la estadística deja fuera el elevado endeudamiento de empresas municipales como Tussam (en torno a los 130 millones de euros) y Lipasam (sometida a un plan de saneamiento). En este sentido, el PP divulgóp en su día un documento interno del interventor municipal según el cual el porcentaje de deuda de Sevilla (89,83) superaría en casi quince puntos el tope fijado por la vicepresidenta Salgado.

La delegada de Hacienda, Nieves Hernández, ha tardado un año  en presentar el balance de 2009, saldado con unas pérdidas  de 31,4 millones de euros, que se suman a los 87 millones de déficit en 2008.

Sevilla, la ciudad con más impuestos

Una familia media paga 716 euros en tributos locales frente a los 655 de Barcelona y los 540 de Madrid

Sevilla es además la segunda ciudad más cara para los empresarios por el Impuesto de Actividades Económicas

Una familia media sevillana que tenga dos hijos, un piso de entre 85 y 95 metros cuadrados y un automóvil de gama media paga al Ayuntamiento presidido por  Monteseirïn 716 euros anualmente en tributos locales, la cifra más alta entre las grandes ciudades españolas, según se desprende del Ránking Tributario de los Municipios Españoles 2010, que desde hace trece años elabora el Ayuntamiento de Madrid.

El gobierno ‘de progreso’ PSOE-Iu ha puesto a Sevilla a la cabeza de las grandes ciudades españolas en materia de tributación local, ya que una familia prototipo hispalense paga al Fisco municipal 716,29 euros anuales por conceptos tales como el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), la tasa de basuras, el distintivo por la tasa de estacionamiento, el sello del coche y la tasa por paso de vehículos, los tributos sobre los que se ha hecho una comparación homogénea entre las principales capitales de provincia.

Frente a la cifra del sufrido contribuyente sevillano, una familia similar paga en Barcelona, la segunda ciudad con más tributación,  655,59 euros/año; en Madrid, 540,76 euros; en Valencia, 533,18 euros; en Málaga, 493,10 euros y en Zaragoza, 462,64 euros. Por tanto, a efectos fiscales, vivir en Sevilla es un 8,5% más caro que en Barcelona; un 24,21% más que en Madrid; un 25,57% más que en Valencia; un 31,14% más que en Málaga y un 35,42% más que en Zaragoza.

El Ayuntamiento hispalense pregona sistemáticamente al final de cada ejercicio que atendiendo a los efectos de la crisis ‘congela’ la mayor parte de sus tributos y que se limita a incrementarlos en igual proporción a la subida del coste de la vida, una expresión contradictoria en sí misma, ya que ‘congelación’ significa dejarlos tal como están y no elevarlos ni siquiera conforme al IPC.

Sin embargo, el análisis comparativo realizado un año más por el Ayuntamiento de Madrid en su ya clásico ‘Ránking Tributario de los Municipios Españoles’ llega a la conclusión en lo referido al ejercicio en curso que el propietario de un piso medio en Sevilla (de entre 85 y 95 m2) ha pagado un 5,28% más que en el año precedente, en línea con la subida media de las 52 capitales de provincia (un 5,3%).

La cuota que se paga en Sevilla por un piso que tuviera en el año 1990 un valor catastral de 6.010 euros y al que cada año transcurrido desde entonces se le hayan incrementado las actualizaciones aprobadas por Hacienda ha pasado de 82,08 euros a 86,43 euros, lo que revela un mayor esfuerzo fiscal absoluto por el Impuesto de Bienes Inmuebles. Así, aunque el Consistorio arguya que ha congelado el IBI, al optar por aumentar el valor catastral de los pisos en realidad está aumentando su base imponible y con ello el contribuyente ha de afrontar una mayor factura fiscal.

El Ayuntamiento presidido por Monteseirín no sólo ‘fríe’ a impuestos a las familias sevillanas más que ninguna otra corporación municipal española, sino que también lo hace con las empresas domiciliadas en la capital de Andalucía. La cuota tipo en euros por el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) asciende a 801,23 euros y es la segunda más alta después de la de Barcelona (835,42 euros) y por delante de Madrid (771,81), Murcia (770,06), Valencia (733,24), Zaragoza (521,55) y Málaga (335,57).

LA TABLA DE LOS MUNICIPIOS

En un intento de realizar comparaciones de presión fiscal con otros municipios, el Ayuntamiento de Madrid publicó, en el año 1997, su primer «ranking tributario de los municipios españoles». Desde entonces, el ranking se viene publicando con regularidad año tras año y se ha convertido en un instrumento ya clásico de fiscalidad comparada.

El ranking distingue entre los conceptos de esfuerzo fiscal absoluto y esfuerzo fiscal relativo para cada una de las figuras tributarias locales (Impuesto sobre Bienes Inmuebles, Impuesto de Actividades Económicas, Impuesto sobre Circulación de Vehículos de Tracción Mecánica, Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras e Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana), estableciendo posteriormente un entorno en el que se tienen en cuenta los indicadores de esfuerzo fiscal correspondientes a cada una de las 52 ciudades capitales de provincia y los 15 municipios de más de 50.000 habitantes de la Comunidad Autónoma de Madrid. En el intento de lograr una mayor objetividad de situaciones comparativas, se definen los siguientes conceptos:

-Tipo impositivo máximo y mínimo.

– Tipo impositivo equivalente (únicamente en el caso del IBI, para municipios con revisión reciente de valores catastrales).

-Rango máximo: diferencia entre tipo impositivo máximo y mínimo.

-Rango establecido: diferencia entre tipo impositivo establecido y el tipo mínimo que permite la ley.

-Rango equivalente (únicamente en el caso del IBI, para municipios con revisión reciente de valores catastrales).

– Esfuerzo fiscal relativo: porcentaje que supone el rango establecido o equivalente sobre el rango máximo.

CUADRO COMPARATIVO DE TRIBUTOS LOCALES

Sevilla                 Barcelona      Madrid        Valencia         Málaga       Zaragoza

IBI             415,69                 297,79           294,79         335,90           286,87           170,17

Recargo

IBI                 0,00                  42,06               0,00             0,00             0,00               0,00

Basura         74,64                  90,72               59,00          44,40              0,00             34,72

Tasa de

Parking       72,50                    52,00               24,60            0,00            63,89           130,00

Sello

Coche        130,46               143,88              137,00        125,42          134,60           125,50

Paso de

Vehículos    23,00                   29,14               25,37          27,46              7,94               2,25

TOTAL     716,29                655,59              540,76         533,18         493,30          462,64

Cifras en euros para una familia con dos hijos, piso de 85-95 m2 y coche gama media

CIUDADES CON IMPUESTOS

MÁS CAROS

(Sevilla = Base 100)

1)      Sevilla              =  100,00

2)      Barcelona          =    91,52

3)      Madrid              =    75,49

4)      Valencia            =    74,43

5)      Málaga              =    68,86

6)      Zaragoza           =    64,58

Tomando los 716,29 euros de Sevilla como base 100, las cifras reflejan el porcentaje de menor impuestos que se pagan en otras urbes. Así, Málaga es un 31,14% más barata que Sevilla.

El alcalde, sin margen para más ingresos

Aplica ya prácticamente el tope máximo que le permite la ley en los cinco principales impuestos

En los diez años que lleva de mandato duplicará el coste del recibo del IBI que pagan los sevillanos

Trata de hacer caja con las multas de tráfico, cuya recaudación ha multiplicado por cinco en sólo dos años


Ha anunciado  la supresión de servicios por falta de fondos

Diez años después de la llegada de Monteseirín a la Alcaldía, el Ayuntamiento de Sevilla se halla en una más que delicada situación financiera, con una deuda de 493 millones de euros según el Banco de España, una mengua de 52 millones de euros en las transferencias del Estado por efecto de la crisis económica, el arrastre del déficit de ejercicios anteriores, con Lipasam y Tussam prácticamente en quiebra y sin apenas poder incrementar la capacidad recaudatoria municipal porque roza, cuando no aplica ya, los tipos máximos impositivos que le permite la Ley reguladora de las Haciendas Locales.

La asfixia económica en que se encuentra el Ayuntamiento de Sevilla un decenio después de la llegada de Monteseirín a la Alcaldía es tal que él mismo ha anunciado que peligran algunos servicios municipales, y ello pese a que el Consistorio socialista ha exprimido casi al máximo las posibilidades recaudatorias que le otorga la ley y a que los sevillanos son, comparativamente, los habitantes de las grandes ciudades españolas que más impuestos pagan por ser propietarios de una vivienda.

El sevillano que haya tenido la sabia precaución de archivar los justificantes de pago de sus impuestos podrá comprobar que desde el ejercicio del 2000, el primero en que entraron en vigor unos Presupuestos Municipales con Monteseirín como alcalde, hasta el año 2009 el recibo del IBI se le ha incrementado en un 90% en números redondos.

La base imponible de este impuesto es el valor catastral de los bienes inmuebles. Cuando Hacienda autoriza su revisión, la base imponible sube en un 100% y el incremento se aplica gradualmente durante un decenio, a razón de un 10% anualmente. El 2010 será el último año de aplicación de la subida (el 10% restante) para completar la duplicación del coste del recibo.

Morosos y multas

Ahora bien, los tipos impositivos del IBI pueden ser incrementados o reducidos por los Ayuntamientos en los supuestos y dentro de los límites fijados por la ley reguladora de las Haciendas Locales. La norma permite aplicar un tipo impositivo sobre la base imponible que oscila entre el 0,4% y el 1,1%. El Ayuntamiento de Sevilla aplica un 0,847% desde el año 2002. Otros ayuntamientos, como el de Cádiz, han logrado una congelación práctica del IBI a través del tipo impositivo aplicable.

En la delicada situación financiera en que se halla el Consistorio sevillano, a Monteseirín aún le queda un último pero impopular recurso: incrementar el tipo impositivo del IBI hasta ese máximo legal permitido del 1,1%, lo que supondría un nuevo ‘catastrazo’ en el bolsillo de los sevillanos.

Consciente del efecto electoral ‘boomerang’ que podría tener esta hipotética medida de urgencia para el PSOE en las elecciones municipales de 2011, Monteseirín ha dado orden a la Delegación de Hacienda de que haga lo imposible por cobrar los 45 millones de euros que en conjunto adeudan millares de contribuyentes al Ayuntamiento por diversos conceptos desde hace 15 años, pese a que la Oposición estima que muchas de esas deudas han prescrito.

Otra de las medidas para engrosar como sea las arcas municipales es incrementar en lo posible las multas por infracciones de tráfico y, en especial, por aparcar en doble fila. El famoso coche ‘ponemultas’ y el comando especial de la Policía Local denominado ‘Blackberry’, por haber sido equipados con tecnología de última generación para imponer sanciones con la mayor fiabilidad y celeridad, son dos exponentes de la nueva política municipal, que está dando sus frutos. En tan sólo dos años, el Ayuntamiento ha pasado de recaudar 2,5 millones de euros por sanciones a los automovilistas a 11,3  millones de euros: casi cinco veces más.

Topes máximos

Otra de las opciones que tiene el alcalde de hacer más caja es sello del coche. Se trata de un impuesto directo y real que grava la titularidad de los vehículos de tracción mecánica de cualquier clase y categoría, aptos para circular por las vías públicas. La ley de Haciendas Locales fija un cuadro de tarifas en función de la potencia fiscal y clase de vehículo. Los Ayuntamientos pueden incrementar las cuotas fijadas en dicho cuadro aplicando unos coeficientes en función de la población de derecho de su municipio. El coeficiente máximo en el caso de Sevilla es el 2% y el Ayuntamiento ya aplica un 1,82%, por lo que el margen de maniobra que le queda es muy escaso.

El Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana grava el aumento de valor que los terrenos urbanos hayan experimentado a lo largo de un periodo máximo de veinte años, siempre que tal aumento se ponga de manifiesto como consecuencia de su enajenación o de la limitación de su dominio, ambas a título oneroso o lucrativo.

La base imponible es el incremento del valor de los terrenos, que se calcula aplicando sobre el valor catastral del suelo en el momento del devengo un porcentaje a fijar por cada Ayuntamiento que varía en función de la población de derecho del Ayuntamiento y de los periodos de revalorización de los solares, y que se sitúa entre un mínimo del 2 por 100 y un máximo del 3,7 por 100. Sobre esta base se aplica un tipo impositivo fijado por cada Ayuntamiento cuyos límites oscilan también en función de la población de derecho del municipio entre un mínimo del 16 por 100 y un máximo del 30 por 100. Pues bien, el Consistorio sevillano ya aplica el tope máximo.

El  Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras tiene un carácter indirecto y  grava la realización dentro del término municipal de aquellas actividades enunciadas en su denominación que requieran licencia municipal, haya sido expedida o no ésta. La base imponible está formada por el coste de la operación gravada. El tipo impositivo básico es del 2 por 100, incrementable por los Ayuntamientos hasta un máximo del 4 por 100 en función de la población de derecho del municipio. En este caso, la Corporación hispalense también aplica el máximo permitido por la ley.

El Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE), de carácter directo,  se exige por el ejercicio de actividades empresariales, profesionales o artísticas. La cuota tributaria resulta de aplicar las tarifas del Impuesto. Las tarifas mínimas se aprueban por Real Decreto y sobre ellas los Ayuntamientos pueden aplicar un coeficiente en función de la población de derecho del municipio, e independientemente pueden aplicar una escala de índices que pondera la situación del local comercial en función de la categoría de la calle en la que radique. En Sevilla hay recargos por cinco categorías de vías públicas y el Ayuntamiento ha fijado también el máximo legal, por lo que carece de margen de maniobra.

Con este panorama, al Consistorio sólo le queda prácticamente incrementar ingresos por la vía de las tasas municipales (hay 29), un método tampoco muy popular, ya que el contribuyente percibe con nitidez el efecto de las subidas en su bolsillo.

LOS ‘AGUJEROS’ CONDICIONAN

EL PRESUPUESTO DE 2010

Los Ayuntamientos presididos por Monteseirín baten records de retraso en la aprobación de los Presupuestos. Los del año 2009 vieron la luz en abril con la excusa del Plan ‘E’, aunque ello no fue óbice para que corporaciones de otras grandes ciudades beneficiarias también del plan de reactivación de Zapatero los tramitaran en tiempo y forma. Igual está ocurriendo este año, ya que se prevé que las cuentas municipales no se aprueben hasta la primavera, máxime cuando la Delegación de Hacienda deberá hacer encaje de bolillos para cuadrar los números.

El problema de fondo radica en que los gastos de la Corporación son más o menos fijos (más bien más que menos) mientras que los ingresos son variables y dependen en buena medida de las transferencias estatales. El punto de partida son 52 millones menos de dinero aportado por el Gobierno de la nación por causa de la crisis y la caída de recaudación en las arcas del Estado.

Siguiente hándicap: el Ayuntamiento arrastra un déficit de 87 millones de euros del ejercicio de 2008 y la Ley le obliga a realizar un plan de saneamiento para reducirlo en el plazo de tres años, ya que en caso contrario quedaría bajo la tutela económica de la Junta de Andalucía. Así pues, en los Presupuestos de 2010 debe ahorrar un tercio de ese déficit: 29 millones de euros.

Se estima que por el hundimiento del sector inmobiliario, la Hacienda municipal podría dejar de ingresar unos 7 millones de euros por los impuestos relacionados con el mundo de la construcción y las plusvalías de los terrenos.

Y, por ende, el Ayuntamiento deberá afrontar los déficits generados por las empresas municipales. Tussam podría acabar el ejercicio 2009 con un ‘agujero’ superior a los 50 millones de euros, y Lipasam tiene pendiente de ejecución un plan de saneamiento por unos 30 millones. En esta senda de pérdidas se hallaría ya Giralda Tv, que precisaría de una financiación añadida de 1,5 millones de euros.

En esta situación de caída general de ingresos y arrastre de déficits, a la Corporación sólo le queda recortar gastos allí donde pueda. La primera víctima del tijeretazo municipal ha sido la Real Orquesta Sinfónica: mientras las demás Administraciones mantendrán sus aportaciones para el año 2010, el Ayuntamiento ha recortado su contribución a una de las señas de identidad culturales de la ciudad.