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Discursos intercambiables

Casi dos meses antes de las elecciones municipales del 22 de mayo de 2011, a las que ya no concurrió como candidato a la reelección por el PSOE y que iban a suponer el final de su ciclo de doce años como alcalde de Sevilla, Monteseirín protagonizó el acto de inauguración oficial de las por entonces aún inacabadas ‘Setas’ de la Encarnación: el monumento al despilfarro (120 millones de euros, detraídos incluso de la ‘hucha’ del PGOU para los nuevos barrios de la ciudad) que legaba como icono arquitectónico de su época en el sillón de la Plaza Nueva.

Las crónicas periodísticas de aquel día, que constan en las hemerotecas, recogen algunos párrafos de la perorata que el entonces alcalde dirigió a los miembros de su claque y a los curiosos allí presentes. Monteseirín, obviando la herencia de escándalos y de deuda multimillonaria (en torno a los 600 millones de euros) que dejaba a su futuro sucesor y a la ciudad, hizo un panegírico de su Gobierno, que era tanto como de sí mismo. Lo calificó como arriesgado e innovador, en contraste con el “inmovilismo que caracteriza -aseveró- a ciertos sectores de la ciudad”. Los críticos, claro era, con el Metropol Parasol y su descomunal coste económico.

CIUDAD ‘CONGELADA’

A estos sectores les dirigió este explícito mensaje: “Sólo decirles que no tengan miedo a cambiar, porque es cuestión de tiempo que Metropol Parasol sea cantado como uno de los símbolos seculares de la Sevilla eterna, como hoy lo es la Plaza de España”. Monteseirín subrayó que “según los análisis de los expertos, los beneficios económicos, directos e indirectos, que Metropol Parasol va a traer para la ciudad superarán, en sólo un año, la inversión acometida: turismo, comercio, hostelería, imagen y proyección exterior”. Y abundó: “Tengo la sensación, creo que compartida, de que esta tarde, en la Encarnación, estamos teniendo el privilegio de asistir a la inauguración de la Sevilla del siglo XXI”.

El predecesor de Zoido insistió en su tesis de que “la tradición no puede ser lo único que sirva a una ciudad, pues bloquea; y el desarrollo sólo se puede asumir con retos. Sevilla -añadió- no puede ser un territorio congelado en el tiempo; no puede ser  la ensoñación de un pasado idealizado y sin futuro, la Vetusta pequeña y provinciana”.

DE LAS ‘SETAS’ A LA TORRE

Cambio de escenario, de personaje, de tiempo y de icono arquitectónico. En vez de las ‘Setas’ de la Encarnación, el trasfondo simbólico lo ocupa el rascacielos de 178 metros de altura construido en la isla de la Cartuja, la torre Pelli, aunque físicamente las palabras fluyerann en la Plazas de España, durante la apertura del Encuentro Internacional sobre Arquitectura Contemporánea en Ciudades Históricas, comprometido ante la Unesco.

Han pasado dos años y medio: 17 de septiembre de 2013. Quien habla es Juan Ignacio Zoido, sucesor de Monteseirín y otrora detractor tanto del Metropol Parasol -donde ahora ya no tiene empacho en que le hagan hasta un reportaje fotográfico- como de la torre Pelli.

Los cronistas reproducen para la posteridad trozos del discurso del alcalde, que se expresa en estos términos: “El principal valor de una ciudad patrimonial no son sólo sus monumentos o edificios históricos, sino el entramado de éstos y sus relaciones con los que los perciben y con los que los disfrutan. Por ello, no nos tenemos que sentir tentados a convertir las ciudades en museos, sino en espacios de vida. La musealización de un casco histórico sólo conlleva el falseamiento de la realidad, la adulteración del patrimonio y la folclorización”.

PARALELISMO

Y Zoido añade: “No debemos renunciar a la evolución sostenible e inteligente de la arquitectura contemporánea, integrándola como un elemento que ha nacido no sólo para hacer más confortable y agradable la vida del hombre, sino como manifestación de lo que puede proyectar e idear el genio”.

Monteseirín habría podido emplear perfectamente las palabras de Zoido para defender las ‘Setas’ de la Encarnación, al igual que Zoido las de Monteseirín para defender ante los congresistas previamente seleccionados -y aun así se le coló algún que otro disidente- la torre Pelli. La diferencia sustancial es que mientras Monteseirín se mantuvo coherente con su discurso, Zoido ha acabado moviéndose hacia las posiciones de su rival y predecesor, hasta el punto de asumir su argumentario, prueba de su camaleonismo político en función de las circunstancias.

TRANVÍA Y BUS

Estos días hemos tenido otra demostración del argumentario intercambiable entre el anterior y el actual Gobierno municipales. Monteseirín bautizó como Metrocentro el sucedáneo del tranvía, para instalar en el imaginario colectivo la idea de que Sevilla contaba con una línea de suburbano directa al corazón de la ciudad, cuando el Metro auténtico sólo bordea el casco antiguo sin penetrar en el interior.

La prolongación de la línea 3 de Tussam hasta Bellavista, un acierto pleno de Zoido por otra parte, ha sido presentada en los medios, e interpretada por los vecinos, como la conexión que por fin permite al barrio acceder al centro de la ciudad, cuando el autobús circula en paralelo al río bordeando el casco antiguo y su penetración máxima es sólo hasta Plaza de Armas, que no puede considerarse el centro propiamente dicho. Y, sin embargo, una vecina, plenamente convencida, declaraba a la prensa que ahora podía ir directamente hasta el mercadillo del Jueves en la calle Feria.

La línea 3, pues, se ‘vende’ al igual que el Metrocentro de Monteseirín, con la diferencia de que el tranvía al menos llega hasta la Plaza Nueva.

 

Tranvía

El Ayuntamiento de Vélez-Málaga ha autorizado a la empresa concesionaria de su tranvía a que alquile los tres trenes existentes a una ciudad cercana a Sidney (Australia) por 200.000 euros anuales ante la imposibilidad de mantener una infraestructura cuya construcción costó 40 millones de euros y que genera un insoportable déficit para las arcas municipales superior a los 800.000 euros/año. En contraste, el Ayuntamiento de Sevilla, sin título siquiera para tal prerrogativa, vetó sistemáticamente durante la era Monteseirín los intentos de Agesa de ceder a otras ciudades españolas interesadas el telecabina o el tren monorraíl (Zaragoza, Benalmádena…) de la Expo-92, pese a que habían dejado de utilizarse desde hacía años y años en la isla de la Cartuja por antieconómicos. Mientras que el tranvía de Vélez-Málaga presta servicio aunque sea en las antípodas, el telecabina y el tren monorraíl de la Muestra Universal han devenido en pura chatarra, sin utilidad alguna ni para Sevilla ni para ninguna otra ciudad. Monteseirín, la moderna versión del perro del hortelano.

 

Lenguaje

Honoré de Balzac decía que el nombre es la cosa misma. Shakespeare se preguntaba si una rosa olería igual de bien si la llamásemos con otra palabra distinta a rosa. Cuando usamos términos que construyen falsas imágenes en la mente, ésta interpreta la realidad tal como es designada y no conforme a lo que es. Esta Semana Santa, Tussam repartió un pliego con la información sobre sus líneas afectadas por las procesiones, con los cambios de recorrido y de horarios. Y entre la relación de autobuses figuraba textualmente ‘el Metrocentro’. No el tranvía, lo que es realmente, sino esa denominación en el lenguaje inventado por Monteseirín para hacernos creer a vecinos y turistas que Sevilla cuenta con un Metro que nos transporta al centro de la ciudad en vez de un sucedáneo en forma de tranvía en superficie. Zoido se ha gastado 40.000 euros en cambiar el diseño y los colores del sello del Ayuntamiento para simbolizar su cambio político, sin reparar en que allí dentro el idioma oficial sigue siendo el vigente durante la era de Monteseirín. Al principio era el Verbo….

Osadía

Mientras que la dirección de Tussam llevaba buscando desde hacía más de un mes, como Diógenes con el candil, un crédito -que ningún banco le dabsa salvo, al final, el Sabadell por intercesión expresa de Zoido- de 11 millones de euros con el que poder pagar las nóminas, una veintena de conductores que fueron destinados al tranvía le ponía un pleito porque querían dejar de ser calificados como chóferes de autobús y que se les creara una categoría nueva, la de maquinistas, con un salario mensual de entre 4.835 y 5.868 euros. Total, han dicho, si esta demanda supone sólo un aumento de 5.000 euros anuales de media en sus retribuciones, a la empresa qué más le da.  Bien, compare usted, amigo lector, su nómina con las que, de estas cifras manejadas en el pleito, se deduce existen en la arruinada Tussam que sostenemos con nuestros impuestos (el bonobús no da ni para la mitad de los ingresos) y saque sus propias conclusiones. Supongo que serán las mismas a que ha llegado el Juzgado de lo Social Número 10 para desestimar las elevadas pretensiones -con la que está cayendo-  de estos frustrados maquinistas de la General: es una “osadía”.

elfrancotiradordesevilla@gmail.com

Farolas, bancos y catenarias

El sino de Zoido parece estar ligado al mobiliario urbano. Si preparó su asalto al Poder elevando a razón de estado desde el banco de Bellavista hasta la basura de El Vacie, ya como alcalde electo ha vuelto a situar en el centro de la escena política los elementos funcionales/decorativos de las plazas al anunciar su intención de retirar paulatinamente las  popularmente conocidas como farolas-ducha y bancos-Ikea que Monteseirín instaló en la Alfalfa, Pan y Pescadería por el proyecto de ‘La piel sensible’, eufemísticamente denominado de recuperación de estos espacios  cuando significó su completa transformación estética y un gasto global, incluyendo cambio del pavimento, superior a los 3 millones de euros.

El nuevo alcalde  cree hacerse eco de la opinión de gran parte de los sevillanos –sus veinte concejales avalan el refrendo mayoritario a sus postulados- al expresar su propósito de “recuperar la coherencia y la armonía en el casco histórico tras las improvisaciones” del gobierno PSOE-IU, por lo que repondrá las clásicas farolas fernandinas y los bancos de forja, bien cuando haya disponibilidad presupuestaria, bien cuando el deterioro de este mobiliario –muy acusado en el caso de los bancos de madera, material inapropiado para nuestro clima salvo que sea objeto de un mantenimiento continuo- así lo aconseje.

Según Zoido, en ningún caso se va a derrochar un solo euro, porque los elementos sustituidos se aprovecharán en otras zonas de la ciudad más acordes con su diseño vanguardista.

 

CASI 400.000 EUROS

 

 

Espadas, el líder de la Oposición, ha calificado el anuncio del nuevo alcalde de “despilfarro” porque a su juicio supone la sustitución de algo que no está en mal estado, cuando hay que atender otros asuntos más urgentes. Asimismo, ha criticado a Zoido por querer trasladar a otras zonas el mobiliario urbano que no le guste para el casco antiguo, con lo que está practicando una política “de escaparate”.

Las farolas y bancos objeto de esta controversia fueron instalados hace tan sólo cuatro años, pese a lo cual los segundos ya muestran evidentes señales de un acusado desgaste.

El gobierno saliente ha filtrado que sólo las 17 farolas-ducha y otros tantos bancos-Ikea en las tres plazas  costaron 390.000 euros, IVA incluido, un precio aparentemente excesivo para el escaso número de unidades adquiridas y su cuestionable calidad.

 

FAROLAS POR CATENARIAS

 

Espadas  ha olvidado la existencia de un precedente en la era de Monteseirín, el mismo que en otro de sus funambulismos políticos incumplió el rompedor proyecto de ‘La piel sensible’ cuando por miedo a las opiniones adversas que ya estaba suscitando la transformación de las plazas del centro decidió mantener la estética tradicional de la del Salvador.

En la primavera de 2008, Monteseirín, igualmente receptivo a las críticas por el impacto visual que causaban los rechonchos soportes en que se apoyaban las catenarias del tranvía a su paso por la Avenida, dio orden a Tussam de que los desmontara y sustituyera por unas farolas fernandinas  más altas de lo habitual y que merced a una ingeniosa idea del gerente, Carlos Arizaga, permitían el camuflaje de los cables del ‘Metrocentro’

El entonces vicepresidente de Tussam, Guillermo Gutiérrez, destacó que la empresa municipal de transportes había cumplido el mandato del alcalde “con mucha dificultad”, ya que “se ha tenido que reponer la cimentación en muchas de las farolas que ya lucen en este tramo (desde la Plaza Nueva hasta la catedral)”. Y añadió: “Desde el punto de vista estético hemos ganado bastante”.

Según Gutiérrez, los postes sustituidos se iban a reutilizar en el proyecto de ampliación del tranvía entre el Prado y San Bernardo primero, y, posteriormente, hasta Santa Justa, una reutilización de la que no se ha tenido noticia hasta ahora (para empezar, los nuevos postes son incluso de distinto color que los antiguos).

El coste de aquella operación de reposición de farolas en el Centro por razones exclusivamente estéticas y no por el deterioro de un material completamente nuevo fue de 700.000 euros, es decir, un 80% más caro de la que propugna Zoido tres años después para cambiar las farolas-ducha y los bancos-Ikea de tres plazas del casco antiguo.

 

MUTISMO HASTA HOY

 

¿Qué dijo entonces Espadas, correligionario de Monteseirín, y qué dijeron los adalides del diseño rupturista de ‘La piel sensible’ sobre esta sustitución de postes en perfecto estado por farolas  tradicionales? Absolutamente nada. Guardaron un total mutismo y no tacharon los trabajos de despilfarro, política-escaparate, agravio comparativo a los barrios por trasladarles en el futuro los postes que no se querían para el Centro ni aludieron a las necesidad  de atender con esos 700.000 euros otras prioridades más urgentes.

Tampoco dijo ni mú el delegado de Cultura, Bernardo Bueno, que ahora arguye  que para cambiar las farolas y los bancos hay que pedirle permiso a la Comisión de Patrimonio, la misma que estuvo igual de silente cuando Monteseirín cambió las farolas clásicas de la Avenida junto a la catedral (patrimonio de la Humanidad) por los horrendos soportes del tranvía primero y deshizo la operación después. ¿Cuándo vulneró la ley de Patrimonio, al principio o al final?

Estamos ante dos operaciones urbanísticas semejantes por criterios meramente estéticos. Por tanto, si no se condenó la primera, no hay razones objetivas para hacerlo con la segunda, salvo que se actúe por una sinrazón política.

 

El Metrogato

Desde que en el año 1975 se aprobó en las Cortes Generales de la Nación Española la ley específica del Metro de la ciudad de  Sevilla, por ende capital de Andalucía por más que muhos no quieran admitirlo, todas las Administraciones Públicas, del signo que fueran, procuraron escaquearse y darle a la ciudad gato por liebre con eufemismos lingüísticos para camuflar como Metro desde el incompleto Anillo de Cercanías de la era Aznar, al que presentaron como Metrotrén, hasta el tranvía de la era Monteseirín, al que denominaron Metrocentro. Ahora que ha costado Dios y ayuda rematar una escuálida línea con casi 40 años de retraso, la Junta, siempre rácana con Sevilla, sigue erre que erre alabando las excelencias del Metro ligero (un eufemismo más, que oculta un tranvía) con tal de ahorrarse un suburbano, que por definición es subterráneo y del que disponen otras grandes urbes, en algún caso desde hace más de un siglo. Por eso hace bien Zoido en plantarse y exigir un Metropolitano de verdad que vertebre la ciudad y llegue a los barrios más alejados, ya que, tal como dice el nuevo alcalde, si somos poco reivindicativos tendremos el sucedáneo de una red de tranvías y una vez más nos habrán dado Metrogato por liebre.

 

Los mil

ANDALUCIA POLITICA ELECCIONESAvenida de la Raza, vísperas del fin de semana. Detenidos en un inmenso atasco por el túnel de la Palmera. De pronto, escandalera de cláxones. Alertan de que el 34 despide una densa humareda. El motor se ha quemado. Al menos se abren las puertas. El pasaje salta despavorido por si se incendia el autobús. No hay parada cercana ni pasa uno alternativo en media hora. Caminata de dos kilómetros bajo un sol de verano. Cabreo monumental. Plaza Nueva. Lunes, dos de la tarde. Los usuarios, como sardinas en lata en el tranvía. Quince minutos intentando arrancar. La gente con claustrofobia desaloja y luego se hace oficial por megafonía. Averiado. El convoy bloquea la vía. En paralelo se queda pillada otra unidad recién llegada. Como un reguero de hormigas por la Avenida. Efecto en cascada: un tranvía ya no puede seguir desde el Archivo de Indias. Otro viene detrás. Cuatro tranvías afectados. El personal pone a parir a Monteseirín y clama por que se vayan (en plural) y Sevilla funcione de una vez. Mientras, Espadas dice que le faltan mil votos. Ya sabe dónde los perdió.

El verbo

tranvíaBalzac, el gran novelista de ‘La comedia humana’, sostenía que el nombre de la cosa es la cosa misma. Juan Ramón, nuestro poeta universal que vio en Moguer la luz con el tiempo dentro, pedía a la inteligencia que le diera el nombre exacto de las cosas. Al principio, según la Biblia, era el verbo, y en el verbo se libran las grandes batallas. No hay mayor triunfo que los otros hablen con tu lenguaje, porque a partir del lenguaje se construyen las imágenes mentales y se representa el mundo. Goebbels, el ministro nazi de Propaganda, decía que una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad. Monteseirín ha procurado siempre construir una falsa realidad  a través del lenguaje. Hacernos creer, por ejemplo, que el tranvía era el Metro al Centro. O que ganó tres veces las elecciones municipales cuando dice que los sevillanos avalaron tres veces sus políticas. Pensaba en todo ello al oír al (sin) alcalde hablar de la peatonalización de la Avenida. Falso. Una Avenida cruzada por un tranvía y por infinidad de ciclistas será cualquier cosa menos peatonal.

El sucedáneo del Metro

La Semana Santa ha estado marcada, por dos de los hitos que Monteseirín quería a toda costa que estuvieran en servicio como gran escaparate de su gestión: las setas y la prolongación del tranvía a San Bernardo.

Alcalde Metro Centro.previewEn ambos casos, la precipitación por cortar la cinta inaugural (con el tranvía no le dio tiempo a hacerse la foto oficial por haber entrado antes en vigor la nueva normativa electoral) ha sido la nota característica, hasta el punto de que Tussam hubo de reconocer que no tenía operativas todas las unidades el día señalado, Viernes de Dolores, por lo que los nuevos trenes circulaban a más velocidad de lo habitual para no perder la frecuencia de paso, aun en detrimento de la capacidad de frenada.

La empresa municipal también admitió que como los trenes no venían preparados para el clima de Sevilla -¡y eso que todavía no estamos en agosto!- había que someterlos a continuos reajustes, y que los fallos eran normales en un periodo de rodaje.

¿Imaginan que una aerolínea o cualquier otra compañía de transportes admita  que pone en servicio aviones o autobuses sin haber completado el proceso de rodaje? Como en la Sevilla de Monteseirín lo anormal es ya lo habitual, lo que sería motivo de escándalo en otra parte aquí se asume con resignación.

EL REPLICANTE

Del sucedáneo del Metro al Centro, el PA, en venganza por lo del ‘urbanismo bajo sospecha’, acuñó aquello de que iba “de ningún sitio a ninguna parte”. Ahora, una vez ampliado en 885 metros, ya sabemos a dónde va: al mismo sitio que el Metro, porque replica en superficie idéntico trayecto que bajo tierra realiza el suburbano. Nos hallamos así ante un despilfarro de recursos en la peor crisis económica reciente y que pone aún más en evidencia el sinsentido de la operación electoralista que fue el tranvía de cara a los comicios municipales de 2007.

Metro SevillaComo en el caso de las setas, el Ayuntamiento nunca ha revelado el coste de la ‘operación Metrocentro’. Generalmente se ha admitido como válida la cifra de más de 80 millones de euros para los 1,3 kilómetros iniciales entre la Plaza Nueva y el Prado, y de unos 15 millones de euros el coste de la prolongación  hasta los 2,2 kilómetros puestos en servicio el Viernes de Dolores.

En total, unos 100 millones, casi tanto dinero como el Metropol Parasol para tender una línea que se solapa con el Metro en todo su recorrido salvo en los 670 metros que distan de la Puerta de Jerez a la Plaza Nueva.

Ante la evidencia de que estando proyectado y en construcción el Metro por el mismo trazado (el 70% de la línea) que el tranvía,  éste carecía de sentido, Monteseirín trató alguna vez de justificar el ‘Metrocentro’ con el argumento de que tenía que ser el transporte de las personas mayores porque éstas tendrían miedo y/o dificultades físicas para bajar a tanta profundidad (-18 metros) por las escaleras mecánicas hasta el suburbano y se sentirían más seguras con un medio que se moviera en superficie (¿?).

POLÍTICA DE ‘GRANDEUR’

A finales del mes de marzo,  cuando hubo de improvisar una rueda de prensa dentro de una de las nuevas unidades del  tranvía para escapar del boicot del Sindicato Profesional de Policía y de los eventuales de Tussam, el alcalde adelantó que con la prolongación hasta San Bernardo se preveía incrementar la demanda en días laborables en un 15%, de forma que se capten 2.400 viajeros diarios más, hasta llegar a los 18.400 por jornada, mientras que para los festivos el incremento esperado es de un 10% . En total, los cálculos indican que se pasará de los actuales 4,6 millones de usuarios/año a 5,1 millones.

Así pues,  el Ayuntamiento se ha gastado 100 millones de euros en un tranvía de 2.200 metros que coincide en superficie con el Metro a lo largo de kilómetro y medio para transportar a 5.100.000 personas anualmente, a un promedio de 13.972 pasajeros diarios.

No hace falta, sin embargo, gastar 140 millones de euros para recuperar el mercado de la Encarnación, como ha gastado Monteseirín  con las setas y privatizando todo el espacio público para los próximos 40 años, ni 100 millones de euros para duplicar el itinerario del Metro y favorecer la movilidad hacia el casco antiguo. ¡Qué no se podría haber hecho en los barrios humildes y faltos de equipamiento de Sevilla con esos 240 millones de euros!

LOS CARRILES-BICI

En contraste con el tranvía, Torrijos, el socio de gobierno de Monteseirín, dio algunos datos en vísperas del Velocity 2011 sobre la red de carriles-bici que se ha construido en paralelo al ‘Metrocentro’ impulsado por el PSOE.

Torrijos biciEn este tiempo se han  trazado 127 kilómetros de carril-bici, a un coste estimado (cifra extraoficial) de unos 30 millones de euros; se ha pasado de 13.824 ciclistas diarios a 68.261 y el uso de la bicicleta ha evitado una emisión de CO2 equivalente a la cantidad que habría compensado la plantación de 36.000 árboles.

Gracias a esta red, un 70% más barata que el ‘Metrocentro’ y que da servicio a gran parte de la ciudad, por los Jardines de Murillo, punto de confluencia con el tranvía, circulan cada día laborable 4.903 ciclistas (el 35% de los pasajeros esperados para el ‘Metrocentro’), con la diferencia a favor de los usuarios de las bicicletas que no gastan en electricidad, ni en compra de trenes, ni en su mantenimiento y piezas de repuesto y tampoco en sueldos de conductores y revisores.

Schumacher sostenía que lo pequeño es hermoso, y es cierto: las humildes y ecológicas bicicletas impulsadas por Torrijos aportan mucha más movilidad a mucha más gente y a mucho menor coste que el sucedáneo de Metro de Monteseirín.

La doble jubilación

Mercasevilla ha exportado sus escándalos hasta Jaén al desvelar el PP que un miembro de la Ejecutiva del PSOE de Baeza habría cobrado como prejubilado de la lonja sin haber trabajado en ella en toda su vida.

A Antonio Garrido, jubilado de Coosur, una mano que mece la cuna lo incluyó en las prejubilaciones del Merca aprovechando su tramitación por  la Consejería de Empleo. Total, donde iban a cobrar 18, bien podrían hacerlo 19. Mientras la Junta se hace la loca con los 40 prejubilados pendientes para no abonar ni un euro, al jubilado por duplicado le habrían ingresado 131.550 euros, a razón de 5.876 euros/mes, un dinero que no verán junto a lo largo de su vida los actuales mileuristas. Para colmo, a las 48 horas se descubrió un nuevo caso de intrusismo: una mujer que nunca pisó el Merca, Carmen Fontela es su gracia,  aparece en la lista con unos 170.000 euros librados por el Banco Vitalicio.

Los supuestos  beneficiarios lo niegan todo y perjuran que debe tratarse de un error, inmenso error, que habría dicho Areilza, pero si el Banco certifica que ha transferido el dinero,  a alguna cuenta debe haber llegado, salvo que se haya perdido por las alcantarillas de Mercasevilla, donde huele cada vez  más a podrido.

Puigcercós, el republicano catalán de la polémica  por decir que en Andalucía no paga impuestos ni dios, va a tener que tragarse sus palabras. La cuestión ahora no es que aquí no pague nadie, sino cómo es posible que se cobre dos veces. Asimismo, Griñán debería corregir sus declaraciones sobre que en Andalucía ha mandado la cultura de la subvención. Eso ya es cosa del pasado. Ahora, como demuestran Empleo y Mercasevilla, lo que se lleva es la cultura de la doble jubilación. Y por partida doble.

LAS ‘TONTAS’ DEL ALCALDE

Lopera llamaba las ‘tontas’ a sus empresas que parasitaban al Betis y que según su particular interpretación de la economía aseguraban la financiación del club, si bien  la juez Alaya ha echado por tierra el mito al establecer que lo que presuntamente hacían era  desviarse a sus cuentas el dinero de la entidad verdiblanca..

Monteseirín también tiene sus particulares ‘tontas’, salvo que en vez de llamarse Tegasa o Encadesa responden por Tussam, Lipassam y en especial su (caja) ‘tonta’ preferida, Giralda TV, auténticas sanguijuelas de las arcas municipales.

El Ayuntamiento dice que no tiene un euro para así tratar de pagarles los atrasos a sus funcionarios sólo con días libres, confiado en que se hagan el trabajo entre ellos y le salga la jugada gratis, pero los sindicatos no pasan por el  aro.

No hay dinero según la versión oficial pero Monteseirín se ha dado trazas para, rebuscando, hallar, oh casualidad, unos remanentes con los que inyectarle tres millones a Lipasam, dos a Tussam y tres a su maquilladora de imagen, Giralda TV, que ha perdido ya 8,6 millones de euros y se ha gastado un 69% más de lo previsto pese a la crisis.

Al tiempo que se conocía este balance catódico y caótico, la patronal de las televisiones privadas, Uteca, publicaba un informe sobre el despilfarro de las Tv públicas con el siguiente aserto: “Todos nos hemos ajustado el cinturón menos ellas”. Ignora que las ‘tontas’ de Monteseirín nunca se ponen a dieta.

DESMEMORIA

El redactor del PGOU, Fustegueras, dio una conferencia en Emasesa para echarle un cable a Monteseirín con las peatonalizaciones, que tan poco disfrutan porque generalmente van en coche oficial.

El. arquitecto también apoyó así el tranvía por la Avenida: “Podría haber sido otro medio y más barato, pero no creo que pase mucho tiempo en que se convierta en una parte más del Metro”. Será manipulando una vez más el lenguaje,  porque por definición Metro es un tren subterráneo y tranvía uno en superficie. Lo que no dijo Fustegueras es que la Junta ya ofreció al Ayuntamiento integrar el tranvía en el Metro mediante el subterfugio de clasificarlo como una extensión metropolitana y asumiendo sus costes.

Ello suponía un importante ahorro para la ciudad pero a condición de segregar el tranvía de Tussam e incluirlo en la política de transportes de la Junta. ¿No se pide  eso mismo ahora que la empresa municipal está en la quiebra? Monteseirín se frotaba las manos, pero bastaron unas cuantas serenatas sindicales bajo su balcón con el espantajo de la privatización para que rechazara  la oferta. Por la debilidad del alcalde, Sevilla ha soportado el oneroso coste del tranvía disfrazado de ‘Metrocentro’.

ANTES QUE EL FLAMENCO

Ahora que la Unesco está de moda por haber declarado el flamenco Patrimonio de la Humanidad les invito a que miren su página web y lean, bajo el título ‘Sevilla, España, primera ciudad de la Unesco de la música´, lo siguiente: “Sevilla se convirtió el 30 de marzo de 2006 en la primera ciudad de la Unesco de la Música en el marco de la Red de Ciudades Creativas de la Alianza global para la Diversidad Cultural. La ciudad es célebre no solamente por ser un centro de creatividad y actividad, sino que también refleja varios siglos de tradición musical y de diversas influencias mundiales. Eventos musicales extraordinarios reúnen artistas de todos los géneros y atraen la calidad y la diversidad a esta ciudad que apoya y estimula con orgullo su música…(¿?).”

Tenemos la marca Unesco cuatro años antes que el flamenco, pero por los recortes que le aplican al Maestranza y la Sinfónica parece que las Administraciones todavía no se han enterado. En Sevilla, hasta la música es víctima de las conspiraciones de silencio.