Archivo de la categoría: mercasevilla

Sardinas y marisco

Como sardinas en lata. Así vamos los usuarios de Tussam en el autobús si por cualquier circunstancia no podemos subirnos a él antes de las 9 de la mañana, porque una vez rebasada la hora límite laboral-estudiantil, las frecuencias de paso se han alargado notablemente para ahorrar a costa de los sufridos pasajeros -y después piden que no se utilice el coche privado- lo que no han tenido valor de ahorrar en las nóminas infladas por encima del IPC en toda la era Monteseirín hasta desembocar en el pozo sin fondo de 130 millones de euros en pérdidas, equivalentes al coste de las setas de la Encarnación. Tras media hora o más esperando desesperadamente a la intemperie, una masa vociferante toma al asalto el atestado autobús tratando de hacerse un hueco a empellones y desafiando las leyes de la física. La bronca es monumental. El conductor se escuda en que él es un mandado y que las quejas, al (sin) alcalde. Pero las iras no se vuelven contra Monteseirín, Arizaga o Troncoso, sino ¡contra Torrijos y la mariscada! Decididamente, Antonio, creo que tienes un problema.

Torrijos agita a la tribu

La gran antropóloga norteamericana Margaret Mead contaba que en las sociedades primitivas, cuando el jefe de la tribu veía cuestionado su liderazgo, se inventaba la amenaza de un enemigo exterior para unir a todos los miembros del poblado en torno a él, que de esta manera, ante la situación de excepción creada, quedaba reafirmado como el cacique del grupo para organizar la defensa.

A este mismo primitivismo atávico ha recurrido Torrijos tras el amplio eco de la foto de su mariscada en Bruselas a un coste estimado de unos mil euros. Torrijos ha escrito ahora en su página web: “La semana pasada he denunciado en este blog la campaña de acoso y difamación emprendida contra los miembros de Izquierda Unida y contra mí mismo como su portavoz. Sin volver a entrar en detalles, se trata de erosionar planificadamente nuestra imagen y tratar de influir en los resultados electorales de mayo”.

Obsérvese cómo Torrijos presenta la supuesta campaña como dirigida contra sus correligionarios (su tribu) de IU y sólo secundariamente, contra él, para movilizar así a sus afines.

UN PRECEDENTE

El candidato de IU tiene razón en alguna de sus quejas, como la malintencionada interpretación de sus palabras sobre el solsticio de invierno y la Navidad, pero en el ‘affaire’ de la mariscada no son ‘los otros’ quienes erosionan la imagen de su coalición, sino él con su torpeza política y la foto de la ostentación en plan nuevo rico.

Torrijos sigue sin comprender que comunicamos sobre nosotros mismos no sólo con palabras, sino también con el silencio, los gestos y, en fin, con nuestras obras y hasta nuestras omisiones, conforme al clásico libro de Flora Davis ‘La comunicación no verbal’.

Bien lo comprendió antes que él y a su pesar Javier Arenas, a cuenta de otra fotografía: la del limpiabotas del Hotel Palace de Madrid  arrodillado y dándole lustre a sus zapatos mientras el político del PP leía tranquilamente el periódico sin ser consciente del daño que podría causar a su imagen aquella escena y cómo iba a ser voceada, altavoceada y requetedifundida por sus adversarios ideológicos.

Todavía hoy circulan por Internet comentarios del siguiente tenor: “la foto con el betunero ha sido una de las imágenes que mejor han reflejado a Javier Arenas, un señorito andaluz al que le gusta que de rodillas le limpien los zapatos”. O: “Arenas se convirtió en un perdedor sempiterno en Andalucía el día en que se publicó aquella foto”.

VALORES

¿Qué código de valores transmite Torrijos, que quiere pasar por adalid del comunismo y de la izquierda, con la foto de la gran mariscada que tan torpemente o con total desfachatez se dejó hacer? El líder de IU planteó primero la cuestión de forma demagógica al decir que la derecha no quería que los comunistas comieran marisco, sin reparar en que no se trataba de un asequible platito de gambas, sino de pantagruélicas fuentes de todo tipo de ‘delicatessen’ marinas, el símbolo de la riqueza y de los nuevos triunfadores.

Torrijos no dijo toda la verdad cuando alegó que lo normal en una feria del marisco era ir a comer marisco, porque apenas  pisó el certamen, se dedicó a hacer turismo la mayor parte del tiempo según las crónicas y se dio la gran mariscada en un restaurante del centro de Bruselas sito a 7 kilómetros. Después trató de reducir la cuestión a un asunto privado, cuando su viaje y el de sus acompañantes costó 7.064 euros a las arcas de Mercasevilla, empresa municipal sostenida por los sevillanos, que por ende repartió talones de 500 euros entre los expedicionarios como anticipos a cuenta.

El primer teniente de alcalde, que por definición es un fiscalizador del dinero público, se sentó a la misma mesa con mayoristas de Mercasevilla y, según su versión,  se levantó ignorando siquiera quién y con qué dinero pagó la factura. Si, como gato panza arriba sostiene que no fue con dinero municipal y “supone” que alguien invitó,  ese alguien sólo podían ser los mayoristas con sus  particulares intereses, y que para colmo lo niegan y devuelven la pelota a su tejado.

CRISIS COMO TRASFONDO

El líder de IU, que colgó la foto en su blog primero que nadie para reventar una exclusiva periodística, denunció luego que en su publicación por los medios había manipulación política porque irritaban al electorado en plena crisis, cuando la imagen se tomó en un momento, 2008, en que aún no había estallado la burbuja inmobiliaria. Tal como ha recordado el PA, Torrijos también sufre desmemoria selectiva, ya que IU sostuvo en la campaña electoral de aquel año que la crisis ya había llegado a España.

Si después de todo su discurso de ‘sostenella y no enmendalla’ de que se trataba de un asunto personal, que los comunistas también pueden hartarse de marisco y que en 2008 no había crisis económica que le coartase, ¿qué sentido tiene entonces pedir ahora perdón públicamente por una foto ‘entre amigos’? Es el último de una amplia cadena de errores de los que él es único responsable, por más que agite el fantasma de las campañas judeomasónicas.

En la invocación a esos fantasmas ha encontrado un inesperado aliado en Juan Espadas. El alcaldable del PSOE ha pensado ahora que fue demasiado lejos en su condena al edil piquetero y que podría poner en peligro una futurible coalición con IU, de ahí que haya dicho sobre Torrijos que  ha sido víctima de “una campaña de la derecha, a la que no hay que hacer el juego dándole vueltas a este asunto”. Si para Enrique IV París bien valía una misa, para Espadas la Alcaldía de Sevilla bien vale  para justificar la gran mariscada.

El ‘rey’ destronado

Monteseirín llega a la Alcaldía por un pacto entre Chaves y Rojas Marcos tras el hartazgo de Becerril para reeditar el pacto con los andalucistas. El PA lo analizó todo como si fuera una partida de ajedrez: si piden esto, contraofertamos aquello; si rechazan tal cosa, ofrecemos esta otra…..Esta sucesión de tableros políticos visualizados previamente permitió cerrar la coalición en 48 horas, una rapidez que dio pábulo a la tesis del PP de que había sido acordada antes de las elecciones y no después.

Monteseirín, una marioneta de Caballos contra Borbolla, se vio así con el bastón de mando, pero sitiado por un PA que controlaba las delegaciones clave, Urbanismo en especial para redactar el nuevo PGOU, y el 70% de las inversiones.

ESTRUCTURAS PARALELAS

Ya contamos cómo el PSOE diseñó estrategias para romper el férreo control andalucista. Una fueron las inversiones en los barrios a través de los Distritos, raíz del caso Macarena. Otra, la creación de estructuras paralelas de poder aparente, como el  Plan Estratégico para contrarrestar a la Gerencia de Urbanismo y lanzar el mensaje de que el diseño de la Sevilla del futuro estaba en sus manos.

La Oficina del Plan Estratégico se constituyó en noviembre de 1999, con Alfonso Yerga como director, pero Monteseirín se desembarazó pronto de él. Yerga acabó refugiado en la Junta  para dejarle vía libre al valido del alcalde, Manuel Marchena, su ‘eminencia gris’. Marchena, un oscuro y ambicioso profesor de talante chulesco, medró por los vericuetos administrativos del turismo tras escribir un libro sobre el tema, aparte de por sus vinculaciones al partido, y medrando medrando acabó relacionándose con Monteseirín a través del Patronato Provincial de Turismo, dependiente entonces de la Diputación, que aquél presidía antes de saltar al Ayuntamiento.

SIMBIOSIS

Monteseirín, psicológicamente un pusilánime, pronto estableció una relación simbiótica de dependencia con Marchena,  su antítesis y a la vez  alma gemela, individuo sin escrúpulos  y ‘bon vivant’, capaz de cualquier cosa con tal de no volver a la tiza, pues con el magro sueldo de PNN no podía aspirar a trepar socialmente, comer en restaurantes de cinco tenedores, vestir a la última y lucir macizos relojes y gafas de marca. Al cabo de diez años se ha sabido que Monteseirín le había puesto un sueldo en Emasesa de 170.749 euros (declaración de 2009) y que ese dinero aún le parecía poco al alcalde  “para lo que valía” su ‘alter ego’.

Ya refugiado en la Junta, a Yerga empezaron a llegarle noticias del Plan Estratégico. Su sucesor había pedido una Visa Oro y el alcalde quería adscribir un coche y un chófer a la Oficina del Plan. ¿Un coche? ¿Para qué? Pronto comprendió la razón: Marchena no tenía carné. Visa y coche a las primeras de cambio.

Y cuando Monteseirín, para guardar las apariencias, instó a una comida de confraternización entre Marchena como responsable del Plan Estratégico y el andalucista del PGOU, el valido no tuvo el menor empacho en decir que él tendría que comer muchos langostinos para llevarse las papas a su casa. Una declaración de intenciones que ha cumplido a rajatabla durante 11 años.

VALIDO DEL ALCALDE

En 2003, tras las elecciones en que el PSOE demolió al PA con el ‘urbanismo bajo sospecha’ pese a haber sido corresponsable como socio de gobierno, Monteseirín puso a su valido al frente de la Gerencia y lo erigió en el interlocutor ante los poderes fácticos de la ciudad, cuyos representantes no dudaron en adularlo, tratarlo como un igual (‘Manolo’ por aquí, ‘Manolo’ por allá) e invitarlo a los reservados de los mejores restaurantes. No era para menos, si desde Urbanismo había miles y miles de millones en juego con el nuevo PGOU y el alcalde no se recataba en decir que quien quisiera algo del Ayuntamiento, que hablara con Marchena en vez de seguir los cauces administrativos.

Con ese poder delegado, acentuado tras su posterior nombramiento como vicepresidente de la AIE y viéndose servilmente halagado, no es extraño que la altanería de Marchena haya crecido hasta extremos desorbitados y que se vanagloriara de utilizar la publicidad institucional para silenciar voces críticas y comprar periódicos. El valido del alcalde ha procurado tejer una red clientelar particular al presentarse como el desatascador de los problemas de los administrados que recurrían a él como atajo. De esta manera, convertía lo que era un derecho en un favor personal a él debido: un neocaciquismo.

PRINCIPIO DEL FIN

Mediante esta cadena de favores (promesa de patrocinar publicaciones del Ateneo con dinero de Emasesa) se hizo nombrar rey Melchor en la Cabalgata, un peldaño más en su escala de trepa social, pero tras su imputación en el caso Mercasevilla el Ateneo le ha retirado el nombramiento haciendo caso omiso a sus bravatas.

Marchena, que merece la presunción de inocencia pese a ser uno de los adalides del ‘urbanismo bajo sospecha’ sin pruebas, no debió verse en esta tesitura, no por estar imputado, sino porque jamás debió ser nombrado rey mago, ya que encarna lo peor de la era Monteseirín y su corrupción moral, y ninguno de los valores que ha de proyectar la Cabalgata.

Su destronamiento como rey mago puede significar el principio del fin de Marchena, por no inspirar ya temor y haber ligado su destino a un alcalde con fecha de caducidad. Más pronto que tarde, comprobará que quienes le adularon lo ignorarán o despreciarán, porque ha dejado de serles útil. Sic transit gloria mundi.

Penitencia

Mientras Mercasevilla dice tras 7 días que no le consta se pagara la mariscada con cargo a sus fondos y los mayoristas de pescado en la comilona sostienen lo contrario, Torrijos se presenta como víctima de una campaña mediática y “supone” que “pagaría algún comensal”, si bien se niega a identificarlo porque el ágape “forma parte de su vida privada”. ¿Cómo que “supone”? Un primer teniente de alcalde no debe ser tan ingenuo como para sentarse ante una mariscada de mil euros en cama redonda con empresarios con intereses en su empresa municipal, hacerse una foto en plan nuevo rico y despreocuparse de si se paga con fondos de reptiles, con factura, en dinero negro o es sospechosamente gratis. En su pecado, por torpe o cínico, lleva ahora la penitencia. Y tampoco cuela eso de que es objeto de una campaña mediática al tratarse de “una comida privada”. Comilona en el marco de un viaje oficial, ante lo cual cabe recordar el principio aplicado por un periódico americano a los políticos: “Borrachera en su casa, asunto suyo; borrachera en la calle, asunto nuestro”.

Sin corona

Por más que Marchena, el valido del (sin) alcalde, vaya diciendo por las esquinas que a él no le propusieron ser rey mago en la Cabalgata (tiene razón: se postuló él mismo) y que se trataba sólo de rumores sin confirmar, aquí nadie se chupa el dedo. Si eran sólo rumores, ¿por qué se pavoneaba tanto cuando durante meses se veía en los periódicos como rey Melchor? El Ateneo, al contrario que otros que se humillaron y vendieron su honra al valido a cambio de un plato de lentejas para mancharse de indignidad por  siempre, no se ha dejado avasallar por el chulesco imputado en Mercasevilla y lo ha destronado antes de la coronación. Tal para cual: a un (sin) alcalde, un valido sin corona. Marchena es ahora como el espía británico en Huelva durante la II Guerra Mundial: el rey que nunca existió. Lo mejor es la excusa diplomática para mandarlo a hacer puñetas: evitarle problemas de seguridad. El Ateneo habrá constatado que el valido ha pisado a tanta gente en Sevilla que podría haber pasado a la historia como el rey mago que recibió más caramelazos de los que lanzó.

Comodidad

Decían de Arafat que nunca perdía una oportunidad de perder una oportunidad, en alusión a que cada vez que era factible un acuerdo de paz con Israel daba un paso atrás en vez de al frente. Pues el (sin) alcalde, igual. Cada vez que Monteseirín tiene una oportunidad de desmarcarse de Torrijos, y de paso desmarcar al PSOE de IU ahora que vienen las municipales, la desaprovecha, víctima del síndrome de Estocolmo. Le pasó con el edil piquetero y, ahora, con el propio Torrijos. En plena tormenta por la foto de la mariscada impropia (como esas competencias que dicen asumen los ayuntamientos sin corresponderles) de Bruselas , el (sin) declara que se siente “muy cómodo” gobernando con IU. ¿A qué viene este capotazo? Pues porque, al igual que en el episodio de las uvas del Lazarillo de Tormes, cuando el (sin) se iba de hoteles de cinco estrellas y de viajes transoceánicos a Brasil y al Mundial de Suráfrica, y al Eurobásquet de Polonia, Torrijos guardaba silencio. Por eso el (sin) está tan cómodo. Ha descubierto al cabo que son tal para cual.  Hoy por ti y ayer por mí.

Pulso al Ateneo

Antier, el periódico gubernamental publicaba un informe contra el PP, al que acusaba de convertir Valencia en el reino de la impunidad porque sus cargos imputados no dimiten. Rubalcaba, en un mitin en San Roque, censuraba a Rajoy por ignorar cuántos imputados en escándalos tiene su partido. Y Alarte, líder del PSOE valenciano, decía que los socialistas imputados en el ‘caso Brugal’ renuncian a sus cargos pese a tan poco avance procesal, a diferencia de los del PP, “porque nosotros no somos unos sinvergüenzas”. Y al leer tantas apelaciones al ser y parecer de la honradez socialista, me acordé de que Marchena, imputado en el caso Mercasevilla, no sólo no dimite, sino que, fiel a su estilo de matón, amenaza al Ateneo con represalias hasta de sus periódicos a sueldo si no lo ratifica como Rey Mago, distinción prometida otrora a cambio de ciertos favores de  Emasesa. El nuevo presidente del Ateneo tiene muy fácil pararle los pies a este siniestro individuo: basta con que le aplique la doctrina del PSOE… de Valencia, porque el de Sevilla sigue a la luna de ídem.

La mariscada

Torrijos trata de desactivar el efecto de la foto de su pantagruélica mariscada en Bruselas con la tesis de que “tanto si se pagó con dinero público como si no, no se puede criminalizar una actividad normal, propia de un representante público”. Sus palabras denotan su concepción de la política: lo normal es que los  cargos públicos se coman mariscadas de mil euros a costa del contribuyente en cuanto que la factura, presuntamente, corría a cuenta de Mercasevilla, empresa municipal. ¿Habría encargado Torrijos una mariscada de mil euros si la hubiera tenido que pagar de su bolsillo? Probablemente, no. Lo que no habría hecho en su vida privada no tiene empacho de hacerlo en la vida pública. Y con la agravante de que dice representar al partido de la ‘famélica legión’ o/y ‘los esclavos sin pan’y a una empresa con 4 millones de euros de pérdidas, y en una situación (2008) de crisis que deja a 75.000 sevillanos en el paro. La foto de la mariscada es, en el fondo, un retrato moral de Torrijos, un político que ha perdido la credibilidad y su discurso de izquierda.

Olvido

El interventor del Ayuntamiento, que es miembro de la Comisión Ejecutiva y del Consejo de Administración de Mercasevilla, ha confesado ante la juez Alaya que ni él ni el secretario se leyeron el pliego de condiciones por el que la empresa municipal vendió a Sanma un suelo valorado en 106 millones de euros pese a que su oferta era inferior en 75 millones a la de Noga. Pero, ¿en qué manos estamos? Una cosa es que Celis revelara que él tampoco se leía los papeles aun siendo delegado de Urbanismo y otra muy distinta es que tampoco lo hagan quienes como fedatarios públicos tienen la obligación legal de supervisarlo todo. Seguro que a la hora de pasar por caja a fin de mes y de cobrar las dietas de los consejos de Mercasevilla no sufrieron olvido alguno. Ha dicho el interventor que no revisó el pliego de la venta presuntamente fraudulenta porque se fiaba de Fernando Mellet, al que luego grabaron los empresarios de La Raza mientras, presuntamente, les pedía comisiones ilegales. Con su testimonio, el interventor ha demostrado que quien no es digno de confianza es él.

Sueldos

El PSOE se escandaliza por que la Cospedal, merced a sus pluriempleos, ingresó el año pasado 167.864 euros como secretaria general del PP; 69.309 como senadora y 3.560 por trienios como abogada del Estado. El PSOE  pretende que le quiten algún sueldo, sin reparar en que el PP puede alegar que con las cuotas de sus militantes le paga a su lideresa lo que estime y que ahí están las encuestas. Aquí podríamos mencionar las pluridietas que con cargo a las cajas y a las empresas municipales se ha sacado históricamente como sobresueldo Monteseirín, hasta más que duplicar el que tiene como alcalde, sin que nadie dijera ni pío. Y si se escandalizan por la nómina de la Cospedal en la Secretaría General del PP, ¿qué me dicen del sueldazo de Marchena, el valido del (sin) alcalde, en Emasesa? El imputado en el caso Mercasevilla declaró unos ingresos de 170.749 euros en el ejercicio de 2009, todavía más que la doña del PP. Recuerden lo que dijo Monteseirín: que el imputado ganaba poco para lo mucho que valía. ¿Comprenden ahora por qué ha subido tanto el agua en Sevilla?