Archivo por meses: diciembre 2009

Los duendes municipales

El penúltimo escándalo municipal es el del examen para 116 plazas de auxiliar administrativo. Tras esperar cuatro años a la convocatoria, los 7.233 aspirantes no saben si tendrán que repetirlo, por las irregularidades detectadas y la impugnación presentada por el sindicato CSIF. Se denuncia que la prueba no se ajustaba a las funciones de los puestos a cubrir; que no se inició al mismo tiempo en todas las aulas, por lo que pudo haber chivatazos o desigualdad a la hora de pensar en la solución a los tests; que se obligó a hacerla con lápiz, fácilmente borrable ‘a posteriori’; que los impresos no iban dentro de sobres lacrados y que en una de las salas se entregaron cuestionarios con las respuestas marcadas en 12 preguntas. El Ayuntamiento niega el tongo y alega que si había respuestas marcadas fue ¡por un error de la máquina fotocopiadora! Como si la máquina, en vez de fotografiar el papel que le ponen encima, escribiera sobre él. Los periodistas nos amparábamos en los duendes de la imprenta; el Ayuntamiento se inventa ahora los duendes de las copisterías.

El burro y el trigo

En la Andalucía profunda  se  recuerda la historia del burro y el trigo. Un labriego observó cómo el asno de otro invadía sus campos,  y exclamó: “¡Eh, oiga, ese burro está en mi cercado!”. “Pero, ¡si está capado!”, respondió el aludido. Réplica del afectado: “¿Y qué tienen que ver los c…. con el trigo?”. Al director de Mercasevilla, Jordi Maymó, le han grabado proponiendo a un mayorista que declarara oficialmente haber comprado parte de un puesto por 20.000 euros, cuando su coste era de 50.000. Mercasevilla habría ingresado así 6.000 euros por  traspaso en vez de los 15.000 que le habrían correspondido si no se hubiera pagado con dinero negro parte de la operación. Tras ser pillado, Maymó ha salido como el del burro: “Pero, ¡si me han grabado sin mi consentimiento!”.  ¿Acaso grabaron con su permiso a Mellet y compañía los hosteleros de La Raza cuando les pedían comisiones ilegales? La cuestión es si  Mercasevilla puede confiar en un director que en vez de dar ejemplo propone irregularidades cuando piensa que nadie le oye y que habla ‘off the record’.

Desmemoria histórica

En sus bien temperadas declaraciones, como el clave de Bach, el exalcalde Manuel Del Valle abogaba por la llegada de la ‘desmemoria histórica’. No hace falta que venga. En realidad la amnesia ante el mérito mora aquí desde siempre. La muerte de Manuel Prado y Colón de Carval nos recuerda, paradójicamente,  cómo habitaron en cernudiano olvido entre nosotros quienes en tiempos consagraron sus mejores esfuerzos a engrandecer a esta Sevilla ingrata sin haber gozado aún en vida del reconocimiento debido a sus logros. Ahora se ha ido en silencio y soledades el artífice diplomático de la Expo-92. Loas a destiempo. Antes lo hizo Pierre Chaunu, el gran historiador de la Sevilla atlántica. En medio, Vjekoslav Sutej, el director fundador de la Real Orquesta Sinfónica. ¿Quién será mañana? Ecuatoriano, francés y croata, estos foráneos, como tantos otros, cayeron rendidos ante una ciudad que creyeron suya sin saber que ella sólo tiene ojos para mirarse a sí misma en el plateado espejo del Guadalquivir. Sevilla es otro Saturno que acaba devorando a sus hijos adoptivos.

¿Cuántas divisiones tiene el Papa?

Stalin  preguntó a uno de sus consejeros: “¿Cuántas divisiones tiene el Papa?”. Se burlaba del poder real del Pontífice, porque para un individuo sin principios sólo contaban los tanques y no concebía una autoridad moral al margen de la fuerza. Esta pregunta se la hacen también  los alcaldes frente al Defensor del Pueblo: ¿qué más da su autoridad moral si a ellos no les pasa nada por no echarle cuenta? Los tiempos están cambiando. Tras 11 expedientes de queja por falta de colaboración, el Defensor ha dado parte del alcalde de Almuñécar y el fiscal le ha denunciado por un presunto delito contra las instituciones que podría suponerle dos años de suspensión. ¡Por fin Chamizo ha llevado a un alcalde que se ríe de él y de sus vecinos ante la Fiscalía! Ojalá lo hubiera hecho antes y lo haga muchísimo más. Veríamos cómo los parlamentarios dejarían de irse al bar cuando presentara su Informe Anual y los alcaldes cumplirían sus recomendaciones. Hasta que el Defensor no meta a un político en la cárcel no dejarán de verlo como un simple florero del sistema.

El Estado apaga la luz

Sevilla, tal como analizó Javier Rubio en estas páginas en su artículo ‘La misma moneda’, ha hecho un pésimo negocio con la decisión de la Junta de Andalucía de aceptar el pago de la deuda histórica en solares en cinco provincias y, en nuestro caso, la asunción de Agesa, gestora de los activos de la Expo. La consejera de Economía, Martínez Aguayo, afirma que los bienes de Agesa valen más de 300 millones de euros. ¿Cómo lo sabe, si el primer punto del acuerdo es tratar de ponerse de acuerdo en su valoración? Estado y Junta los tasarán por separado y, en caso de discrepancia, se remiten a un tasador  independiente. El  proceso llevará tiempo, más el que impliquen los cambios registrales, asignación de activos a los organismos correspondientes y otros trámites, con lo que los hipotéticos fondos que se obtuvieran mediante ventas difícilmente podrán aplicarse ahora a las partidas ‘a priori’ presupuestadas por el Gobierno andaluz a cuenta de la deuda histórica cuando el criterio era el de cobrarla en líquido en vez de en especie.

Los activos de la Expo no valen ni 300 millones, ni los 150 que se ha dicho luego, cuando se ha moderado el oficialista exceso de entusiasmo por esta operación que habría que preguntarse si, por ejemplo,  se la hubiera ‘tragado’ Cataluña.  El valor neto contable que figuraba en los libros de Agesa antes del cambalache era de 93 millones de euros: tres veces menos de lo pregonado por la consejera de Economía. Y aunque el papel lo soporta todo y se podrán hacer los apuntes que se quiera, el valor real de sus activos será el que marque el mercado en cada momento. Huelga decir que el mercado inmobiliario está hundido. ¿Qué, pues, va a poder venderse o malvenderse de Agesa? Repásense sus bienes y se verá la dificultad de que, como ha dicho Griñán, su contravalor en “dinero contante y sonante” (¿un edificio es dinero contante y sonante o en la actual coyuntura más bien un inmovilizado devaluado, como bien sabe la banca cuando trata de vender sus impagados con rebajas ya de hasta el 50%?) “se reinvertirá en vivienda, salud y educación a lo largo y ancho de las ocho provincias andaluzas”?

Gastos en vez de ingresos

¿A quién le puede interesar comprar el pabellón del Futuro, el de la Navegación, la torre Schindler, la torre panorámica, el helipuerto, el pabellón de España (dentro de Isla Mágica), el teatro Central, la nao Victoria…..Agesa soporta el mantenimiento de esos activos ‘ociosos’ tras la Expo merced a la explotación de sus particulares joyas de la corona, como el edificio Expo, el centro de prensa, el edificio Leonardo, la banda de servicios y, en el futuro, el centro de negocios del Palenque. En el hipotético caso de que la Junta vendiera esos inmuebles rentables para hacer caja con destino a viviendas, hospitales y colegios en toda Andalucía, Agesa entraría en barrena, al quedarse con los ‘marrones’ (Futuro, Navegación…)  que no generan rentas y sí gastos de conservación.

Lo más sensato sería mantener el modelo actual, que ha costado perfilar estos 17 años tras las regulaciones de plantilla (quedan 48 trabajadores) y el pago del crédito multidivisas de unos 20.000 millones de pesetas por el ‘agujero’ del 92. Hoy, como dijo  Aguayo, Agesa es una sociedad saneada que ha dado beneficios de 6,7 millones al Estado, pero sólo en 2008 y por extraordinarios derivados de la regularización de Isla Mágica. De ordinario los beneficios no superan el millón de euros. Como de los 784,21 millones de deuda histórica la Junta se cobra 300 millones en especie sólo con Agesa, para que las rentas generadas por esta última (ese millón anual) equivalgan en dinero contante y sonante a esa cantidad harían falta ¡300 años!

Si la Junta vende los activos rentables de la Expo para reinvertir en toda Andalucía habrá una transferencia de recursos desde Sevilla al resto de las provincias. Sevilla pierde. Y si se mantiene el ‘statu quo’, o no gana nada, o también pierde, porque se queda sin la presencia del Estado y sin las inversiones que Madrid se sentía moralmente obligada a ejecutar en la isla a través de Agesa, como esos 10 millones de euros en plena crisis en un nuevo museo en el Pabellón de la Navegación cuando Cultura recorta, difiere o rechaza inversiones en la ciudad (véanse si no los casos de la Fábrica de Artillería, el Museo y el Maestranza), 42 millones en el nuevo Palenque y 15 en el Instituto Cartuja.

El mayor error ocurrido tras la Expo fue que el 13 de octubre de 1992 el Gobierno, por las críticas a la inversión realizada, dejara el piloto de la Cartuja en ‘stand by’ y propiciara el ‘síndrome de los jaramagos’. Con el trueque de Agesa por la deuda histórica,  la Junta logra que el Estado ‘apague la luz’ y se vaya definitivamente de Sevilla.

Salida para Monteseirín

La asunción de Agesa podría tener un efecto rebote añadido, ya que en el PSOE se empieza a sopesar que esta empresa pública, o en su defecto Sogefinpa –a la que podría ser adscrita- sería una honrosa salida para Monteseirín y su equipo de máxima confianza en caso de que el partido optara por otro candidato para la Alcaldía en las próximas elecciones.

Sería toda una paradoja, ya que Monteseirín acuñó la famosa frase de que Agesa no tenía corazón, sino únicamente cartera, cuando le exigía mayores inversiones en la ciudad, y podría verse en la tesitura de negarle a otros lo que él pedía para sí mismo. ¿Aceptaría Monteseirín ser el Pellón del siglo XXI? De alcalde de Sevilla a alcaide de la Cartuja.

Del Valle es verde

Sí. No es una errata. Han leído bien. El valle, como el de la famosa película, es verde, y Del Valle, el exalcalde de Sevilla, también. Pasa, en cuanto socialdemócrata, por rojo pálido, más bien difuminado por aquello de los despachos, pero al final ha roto en ecologista. Y es que aplica a la política local el principio ecológico del ‘nicho vacío’ (en la Naturaleza, toda especie tiende a ocupar el hábitat dejado libre por otras) cuando ha destacado el gran protagonismo de Torrijos por la debilidad de Monteseirín. Por ende, ha puesto a parir los proyectos-estrella del alcalde, desde el ilógico tranvía que duplica en superficie el recorrido del Metro hasta las ‘setas’ de la Encarnación; ha alardeado de que en su época no había escándalos como el de las facturas falsas y Mercasevilla y ha prescrito que un alcalde no debe estar más de 8 años en el cargo porque se enroca en las ideas y hace falta aire fresco. Parece como si Del Valle, tan serio entre tantos graciosos sin ángel, hubiera extendido el acta de defunción política de Monteseirín.

Tablada: el dedo y la Luna

En su recopilación de cuentos zen, Alejandro Jodorowsky recupera el viejo proverbio oriental que dice que cuando el sabio señala la Luna, el necio mira el dedo, pero que el dedo y la Luna pertenecen a dos mundos diferentes.. Me viene a la mente la vieja historia a propósito de la Tablada azul. Ya saben, ese proyecto que dicen bienintencionado –debe de serlo, por estar entre sus padrinos mi viejo amigo Francisco Casero- de inundar la antigua dehesa para convertirla en marisma rociera, cual un Doñana a las puertas de Sevilla. De paso se satisfaría uno de los viejos anhelos de Monteseirín, quien quiso hasta rebautizar con el nombre del Parque Nacional el aeropuerto de San Pablo, aunque doña Sole (Becerril) replicó que ni por encima de su cadáver.

Mientras nuestra imaginación se desborda, nunca mejor dicho, viendo ya los patos, los flamencos, la polla (con perdón) de agua, la focha cornuda (lo siento, pero tal es su denominación; la Naturaleza es así de salvaje) y la cerceta pardilla (¿y si los pardillos fuéramos nosotros?) nadando en el nuevo lago artificial, no reparamos ni en los mosquitos ni en la cara oculta de la Luna: los bloques de pisos que se pretende construir al borde del agua para (se dice) financiar el coste del proyecto y (lo que no se dice) que den el pelotazo los promotores que gastaron miles de millones de pesetas al comprar el suelo a las Cajas aun a sabiendas de que era y es no urbanizable en el PGOU, pero en la confianza de que les caerá una recalificación. Y es que en materia de urbanismo la clase política, salvo Torrijos, siempre tira al monte.

No seamos bobos y no miremos sólo los patitos, que detrás de la Tablada azul hay ladrillos, ladrillos camuflados con plumas de ave. ¿No han tenido ya bastante con los dos millones de pisos que sobran en todo el país que aún quieren más? ¿Es ésta la I+D+i para salir de la crisis? El nuevo modelo económico es ¿más de lo mismo? En el congreso que en la UNIA se celebró sobre los ‘150 años con Darwin’ dijo José Luis Sanz (el catedrático de Paleontología, no el alcalde de Tomares) que las aves son dinosaurios que se especializaron para sobrevivir. Y que “las gallinas y las cigüeñas son dinosaurios tras millones de años de adaptarse a los cambios del medio, como los patos que hay en el río, aquí en Sevilla…. El Guadalquivir está lleno de dinosaurios”.

¿De dinosaurios? No, hombre, no, el Guadalquivir lo que está lleno es de tiburones, de tiburones inmobiliarios.

La Carrera particular

Mientras la crisis sigue galopando implacable hacia los 4,5 millones de parados en todo el país –léase al respecto el último informe de Funcas-, en esta Sevilla nuestra seguimos enfrascados en las mismas cuestiones de siempre: las botellonas, los retrasos en las obras (ahora, también las de Fibes) y si han de ser 6.000 en vez de 7.000 las sillas que se sacrifiquen  en la Carrera oficial para establecer pasillos de seguridad de al menos 1,20 metros. Nada nuevo bajo el sol sevillano, cuando estos asuntos deberían estar resueltos  de oficio, pues no en vano hay una ley antibotellón y normas reguladoras de las medidas de seguridad en los espacios y espectáculos públicos que, obvio es decirlo, no se cumplen.

Ya que sigue el debate sobre las sillas de la Carrera oficial, propongo que se abra otro sobre la Carrera particular. Sí, la que con el beneplácito del Ayuntamiento echan entre sí los hosteleros y hoteleros por ver quién se apropia con sus sillas y veladores de más terreno en nuestras calles. Dice Monteseirín que si peatonaliza tanto es  para convertir Sevilla en la ciudad de las personas. ¿De qué sirve si luego  privatiza espacios públicos y se los quita a los sevillanos?. Los transeúntes cada día tiene menos sitio por donde moverse en el Centro.

¿Han visto el corralito que el Hotel Eme Fusión se ha montado para su uso particular en Alemanes? El nombre al hotelito tan frecuentado por los mandamases municipales le viene que ni pintado, porque se ha fundido la acera, acotada con macetones y todo, y ahora el peatón se ve obligado a pelearse con los coches para no ser atropellado. Y quien se ríe de los pasillos de seguridad es Robles, que como presidente de los hosteleros debería dar ejemplo. Sus veladores en Argote de Molina también expulsan a los viandantes de la acera al tráfico rodado. Y a estos veladores y mesas hay que unir los que tiene en Plaza de San Francisco, Alvarez Quintero, Placentines… Robles, al igual que Fraga durante la Transición, bien puede decir que en el Centro “la calle es mía”.

¿Será Rumanía en vez de Sevilla?

Recordarán que el presidente de Renault España, Jean Pierre Laurent, alertó de que su empresa está construyendo una nueva fábrica de coches en el puerto autónomo de Tánger, al que es muy costoso exportar las cajas de cambio desde la factoría sevillana porque ahora deben dar un rodeo por Canarias y Casablanca. Si esto sigue así, a Renault le saldrá más barato enviar las cajas desde Rumanía, aunque esté mucho más lejos, de ahí que el señor Laurent pidiera que Sevilla se adelantara a los acontecimientos y que sus empresas logísticas crearan una ‘autovía marítima’ hasta Tánger.

Ha pasado el tiempo y en una reciente entrevista le preguntaron a Laurent si ya se había acercado a Renault alguna empresa logística. Su respuesta: “desde Algeciras, sí; desde Sevilla, no”. Aquí nos creemos que somos el nuevo polo aeronáutico de Europa y el nodo entre Oriente y Occidente y seguimos sin percatarnos de que el futuro pasa por convertirnos en la puerta de entrada al norte de Africa.

El riesgo define al empresario

Cristina Hoyos pone en venta por 6 millones el Museo del Baile Flamenco al incumplirse las expectativas y hundirse el número de visitas. Su entorno se indigna por la polémica creada sobre si debe devolver el millón de euros recibido en subvenciones -es obvio, si se incumple el objetivo cultural que las justificaron-, califica el proyecto de “regalo” a la ciudad y lamenta que papá Estado y mamá Junta no acudan ahora como el Séptimo de Caballería en su rescate. Aplaudo a Cristina por su iniciativa en esta ciudad huérfana de ellas y por haber invertido varios millones de su bolsillo en el museo, que no puede ser tildado de regalo a Sevilla cuando cobra la entrada a 10 euros por barba, pero pasar de bailaora orgánica del PSOE -iba en la lista electoral de Monteseirín en las municipales- a empresaria implica también el riesgo de arruinarse. Volvamos la oración por pasiva: si el museo hubiera sido una mina de oro ¿acaso la bailaora habría compartido los beneficios con esas dadivosas Administraciones cuyo auxilio ahora se implora?