Rosamar podría parafrasear a Torrijos, que dijo sobre la final de la Copa: “Al final pude hacer un hueco en mi agenda de trabajo y logré ver el partido por televisión”. Ella al final también pudo hacer un hueco y logró ver la romería del Rocío, pero no por Tv, sino en directo: cogió carreta y manta aunque por el camino se quedara la agenda de trabajo del Ayuntamiento con un Pleno en el que el PSOE quería aprobar otro modificado de las ‘setas,’ pero al quedarse en minoría por la afición rociera de la edil ha tenido que diferir la moción. El PSOE creía urgente librar el dinero para las obras, pero Rosamar pensaría que a qué tanta prisa: en tantos años de retraso dos semanas más ni se van a notar. Ella dice que avisó de que se iría de Sevilla, porque la devoción está antes que la obligación, pero su grupo no se enteró, como tampoco del viaje del alcalde y Marchena a Turquía. ¿Ven como va a ser cierto que en el PSOE tienen un problema de comunicación? Rosamar, que iba a dar el salto a la Alcaldía, al final se ha quedado sólo para dar el salto a la reja.
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La ley del silencio
Un Elia Kazan redivivo podría ambientar otra versión de ‘La ley del silencio’ tanto en los muelles de Nueva York como en lo que rodea al del mismo nombre que existe en Sevilla, donde impera una ley similar gracias a la cobardía colectiva de una sociedad que adora el oro del becerro aun a costa de perder la dignidad y vender hasta el alma. Y, como dijo Cristo, ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde su alma? Dos sevillanos, el catedrático Luis Rull y el ingeniero Luis Eusebio León, han demostrado tener alma y dignidad al irse directamente a su casa antes que seguir en una tertulia radiofónica donde censuraron sus comentarios sobre el viaje de lujo de Monteseirín y Marchena a Turquía después de que el valido, el mismo que fue premiado por la Asociación de la Prensa (¡qué gran ojo clínico!), actuara a golpe de teléfono para acallar las voces críticas. La emisora así llamada lo (sobre)entendió perfectamente: o mordaza de silencio o corte de ciertos fluidos municipales. Es una variante del principio de McLuhan: el telefonazo ya es el mensaje.
Sin alcalde
El (sin) alcalde y su valido montaron un numerito en el aeropuerto para esconderse de la prensa tras su viaje ‘secreto’ a Turquía. Previa escala en Mallorca para despistar, esperaron a pleno sol en medio de la pista para subirse a un coche a pie de escalerilla y acabaron huyendo por la puerta de ‘Mercancías’. Toda una metáfora de la última etapa de Alfredo: quien ha mercadeado con su partido para que le garantizaran otro cargo a cambio de plegarse al ‘aparato,’ sale de San Pablo ocultándose de los fotógrafos y por la zona de carga y descarga en vez de por la puerta de Autoridades, muestra evidente de su pérdida de dignidad y de valor. Hasta habría resultado indiferente que no le hubieran descubierto en el ‘jet’ privado y que nos hubieran colado la trola de que se iba con la familia en vez de con su fontanero de confianza. Según su gabinete, Sevilla habría estado sin alcalde. Osea, que habrían coincidido la Sevilla oficial y la Sevilla real, porque la ciudad sin alcalde y sin presupuestos lleva tiempo a su aire, volando sola con el piloto automático.
Por tuberías y a ver al sultán
El (sin) alcalde y su valido han sido descubiertos viajando en avión privado, que habría costado 37.000 euros del ala, hasta Turquía por el interés más desinteresado del representante de una multinacional turca de tuberías que aspira a colocarle a Emasesa más estructuras tubulares que Mike Oldfield. Pillados con las manos en el asa (de la maleta), desde el Consistorio dijeron que el (sin) se había ido con la familia. Osea, que entonces había más gente en el avión de válvula. El fontanero mayor, por su parte, dijo que han viajado no de gañote o con gastos pagados por la multinacional que unta de grasa las juntas de las tuberías para que ensamblen bien, sino invitados por el Gobierno turco y que era un secreto para no estropear un negocio a Emasesa. Si el viaje era oficial y bueno para Sevilla, ¿para qué urdir el cuento chino de la excursión familiar y ocultarlo? Si era oficial, ¿por qué han ido en jet privado y quién lo ha pagado? Y si era privado, ¿qué hace el alcalde dejándose querer por un contratista? Esto huele a tráfico de…. tuberías, naturalmente.
Cambio Alcaldía por una embajada
El alcalde se planta y dice que seguirá de interino hasta fin del mandato a menos que le den una embajada a la que partir al exilio con sus fieles ejecutores (el valido Marchena y su cohorte). Monteseirín se inspira en Paco Vázquez, que parecía el alcalde perpetuo de La Coruña por sus 23 años en el cargo. Como no lo despegaban del sillón ni con disolvente, la única forma que halló Zapatero de propiciar la renovación en Galicia fue darle la embajada ante la Santa Sede, donde son famosas sus comidas a la Curia. Ahora se rumorea en medios diplomáticos que ZP quiere traerlo de vuelta para que sea el nuevo Defensor del Pueblo. Seguro que Alfredo ha cogido onda y por eso se ha pedido una embajada, a ver si le cae esta breva. Total, él alardea de que llegó al PSOE como cristiano de base, y Marchena fue seminarista, de ahí su afición a los ‘bocatto di cardinale’. Monteseirín tiene razón: el alcalde de Sevilla no puede ser menos que el de La Coruña; en todo caso, más, pues él ha puesto medallas ya a doce vírgenes. Y es que Alfredo nunca da puntada sin hilo.
Desembarco en Nervión
Manuel Marchena fue visto hace unos días en Utrera con un tal Jiménez (no el exentrenador de Arahal, sino otro que alardeaba de ir de blanco y rojo por la vida), algunos directivos del Sevilla F. C. y el presidente José María Del Nido. La cuestión no tendría nada de extraño, dado que el valido del alcalde es un furibundo hincha palangana al igual que Torrijos y gran aficionado a las pinceladas de mariscos al centro, pero parece que la reunión secreta era de más altos vuelos. En la hipótesis de que Del Nido tuviera problemas judiciales en Marbella con el ‘caso minutas’, los conmilitones habrían abordado la posibilidad de que las acciones del grupo al que representa fueran pignoradas en favor de una sociedad a la que se vincularía Marchena que, atención a la jugada, no descartaría optar a la presidencia del club. Si a esto se une la decisión del Sevilla F. C. de activar su canal de televisión digital cuanto antes, esto huele a los preparativos para un desembarco de hombres de Monteseirín en la entidad de Nervión. Y la paradoja es que Alfredo es del Betis.
La debilidad de Alfredo
El alcalde interino da muestras de su vena más sentimentaloide al confesar que siente debilidad por Celis, un político con pinta de David Cameron y al que señaló como el delfín sobre el que consolidar su secta de ‘los críticos’, con la que asaltar el poder orgánico desde el Ayuntamiento. Dice que destaca por su lealtad. Dado que el delfín ha participado o estado, que para el caso es igual, durante todos estos años en la conspiración urdida por Monteseirín, Marchena y compañía contra la Ejecutiva Provincial del PSOE y ha sido por tanto desleal a su secretario general, sólo cabría medir en él la fidelidad al alcalde. Sin embargo, apenas otear la defenestración de Alfredo, Celis ya se cayó del caballo camino del congreso extraordinario socialista y declaró sentirse representado por Viera. En vez de compartir la suerte política del alcalde –declaró en tiempos que él se iría junto con Monteseirín-, Celis se hizo el converso para purgar sus pecados dentro de la Junta en vez de en la calle, donde hace demasiado frío. Celis es como Sevilla: muy leal a sí mismo.
Calendas de marzo
Millares de sevillanos recibían a diario en su correo electrónico las intoxicaciones de Marchena con sus interpretaciones edulcoradas de la realidad de Sevilla, siempre a mayor gloria de Monteseirín. Si Marchena perdía las mañanas y parte de las tardes en estas campañas, ¿quién gestionaba entonces Emasesa? ¿Serían los de siempre en el Ayuntamiento, osea, los técnicos que cometen los ‘errores mecánicos’, o es que Emasesa ha acabado convertida también en la Oficina municipal de Propaganda? Ahora que todos esperaban con expectación la exégesis del valido sobre cómo se cargó Griñán al alcalde, resulta que el tam-tam digital de Marchena se ha quedado tan mudo como lívido su jefe en Alcosa cuando le llegó el teletipo de Europa Press, al igual que antaño llegaban con el cese los motoristas de Franco. ¿Quién les iba a decir a M&M que tras mis calendas de abril llegarían, menos de un año después, sus calendas de marzo? Como declamó Castelar, grande es la religión del poder, pero es más grande la religión de la justicia implacable. Quien a hierro mata, a hierro muere.
Un cadáver en la Casa Grande
Cinco minutos después de que Griñán se lo quitara del medio contando diplomáticamente que le había trasladado su deseo de no continuar, Monteseirín confirmó con la cara lívida que no repetirá como candidato a la Alcaldía “para beneficiar al PSOE”, con lo que reconocía que resta votos a la marca socialista. Por ironías del destino, el anuncio por Griñán del final de la década ominosa de Monteseirín trascendió el mismo día en que se publicaba la noticia de la ratificación por el Supremo de penas de cárcel para el asesor y el escolta del alcalde en el caso de las facturas falsas.
Esta mácula sobre la gestión municipal en la era de Monteseirín, que tiene a cinco ediles imputados por la Justicia, se une al escándalo de Mercasevilla y a otras situaciones bajo sospecha, por decirlo en su propio argot, como el presunto caso de información privilegiada desde Urbanismo a una inmobiliaria malagueña para que redactara las bases del concurso del frustrado proyecto de la Ciudad del Empleo siendo ella misma aspirante a la adjudicación. Osea, juez y parte con la complacencia municipal. Marchena ni siquiera se cuidó de guardar las formas.
Por si todo esto no hubiera sido suficiente para Griñán, una reciente encuesta del PSOE confirmaba los peores temores del presidente: el PP obtendría ahora 17 concejales (mayoría absoluta); el PSOE caería hasta los 12 ediles e IU ganaría uno a costa de los socialistas.
EL ‘TEMPO’ POLÍTICO
En sus declaraciones, Monteseirín dejó un par de perlas, como que ha ganado tres elecciones (mentira reiterada en plan goebbelsiano, ya que sólo ganó una y por mayoría relativa) y que quería que acabara la cacería mediática contra su persona y su proyecto, cuando ha sido al revés: su Ayuntamiento ha realizado una cacería sin precedentes contra los medios, los periodistas y hasta los críticos musicales, como bien puede atestiguar Ramón María Serrera.
Monteseirín ya no es ni siquiera un ‘pato cojo’, metafórica figura con la que la prensa americana define a los mandatarios sin posibilidad de ser reelegidos, sino un cadáver político del que el PSOE necesita desprenderse para que entre aire nuevo en el viciado ambiente de la Casa Grande, donde huele demasiado a podrido. Si Griñán ha anunciado ahora la decisión de aceptarle esa retirada que presentó sin deseo alguno de que le tomaran la palabra, no será para dejar expuesto su cadáver político durante 14 meses en el Ayuntamiento. Lo contrario sería un clamoroso error, ya que el PSOE necesita foguear a un candidato nuevo que devuelva la ilusión a sus votantes y quitarse a un alcalde sitiado por escándalos como el de Mercasevilla.
Lo más probable es que Monteseirín no agote el mandato, aunque Griñán y Viera digan ahora lo contrario, pero que tampoco se vaya de la noche a la mañana. Por medio queda el congreso del PSOE y rige la consigna de Zapatero de no provocarle ninguna crisis, por doméstica que sea, durante su presidencia europea, que concluye en junio. Griñán sabe que antes del verano debe resolver los asuntos pendientes y para entonces el PSOE aún tendría 11 meses para lanzar al futuro candidato, aunque no fuera necesariamente alcalde en sustitución de Monteseirín, pero mejor si estuviera dentro del Ayuntamiento.
OPCIONES
Se abre un escenario con estas posibilidades:
1) Celis alcalde. Sería como continuar el Monteseirinato sin Monteseirín, ya que éste no se ha recatado en postularlo como su sucesor para frenar cualquier intento del partido de renovar a fondo el Ayuntamiento y para asegurarse un peón de cara al futuro, ya que, tal como lo definió su otrora padrino, Caballos, Monteseirín es un ‘glotón de la política’ en todos los sentidos del término, que necesita de la política para vivir mejor y que confiado a su proverbial buena suerte no renuncia a ninguna aspiración. Es dudoso que Celis cumpla su aserto de que “cuando se vaya Monteseirín, me iré con él”, pero la Ejecutiva provincial, a la que últimamente se ha acercado tácticamente, no se fía de él, reconvertido en griñanista de última hora. Viera sostiene que quien ha formado parte del problema no puede ser la solución.
2) Que Juan Espadas, consejero de Vivienda, deje la Junta y sea nombrado edil por designación directa, previa dimisión de uno de los dos ‘dediles’ del PSOE (Maribel Montaño, portavoz, y Emilia Barroso, delegada de Bienestar Social). Espadas sería delegado de Presidencia y alcalde ‘in pectore’ y Rosamar Prieto sería la alcaldesa nominal hasta las elecciones como única superviviente en la cabeza de lista del PSOE –era la número tres- tras las dimisiones de Monteseirín (necesaria para este supuesto), Viera y Carrillo.
3) Ni Celis ni Espadas. Se activa la solución Rosamar en espera de una tercera vía externa al Ayuntamiento. La hipótesis de Alfonso Guerra no está descartada, ni la de Viera.
4) Mantenimiento del ‘statu quo’ municipal. El candidato es externo al Ayuntamiento pero Monteseirín se queda de figura decorativa, probando durante 14 meses la misma medicina que él le aplicó a Borbolla.
Monteseirín quiere una salida para él, su valido y gente de confianza, pero aún no tiene garantías. En su día se pensó en darle Agesa como refugio, pero en el seno del PSOE hay una corriente que propugna enviarlo lo más lejos posible de Sevilla, por si en el futuro estalla un nuevo escándalo ligado a su gestión que no se le visualice cerca del hipotético alcalde. El PSOE no quiere que Alfredo, al contrario que el Cid, le cause derrotas después de muerto (políticamente, se entiende).
Monteseirín: claves de su carta del adiós
El aún alcalde de Sevilla envió el viernes, camino de Nápoles, una carta a los periódicos de la ciudad con publicación embargada hasta el domingo para despedirse de los sevillanos y, de paso, lanzar una serie de mensajes codificados a su partido, que pretende que agote el mandato y permanezca en la Alcaldía hasta dentro de quince meses, cuando se celebren las elecciones municipales.
Insólito: el alcalde se despide sin haberse ido. La carta, titulada ‘Gracias a Sevilla (que me ha dado tanto..)’, puede interpretarse como un órdago a la dirección del partido: aparentando una dimisión inminente, Monteseirín buscaría obtener garantías de futuro como condición para continuar en su puesto y no precipitar una nueva crisis en el Ayuntamiento que obligara al PSOE a improvisarle un sucesor. Los hechos demostrarán si el alcalde se va definitivamente en un ataque de dignidad o se traga las palabras como hizo cuando la crisis con Rojas Marcos por el caso Bazar España o cuando cambió de postura en el tema de las Cajas.
Reproducimos en negritas párrafos de la carta del alcalde y, a continuación, nuestras acotaciones:
1) Ya es pública mi decisión, que vengo madurando desde hace mucho tiempo…..
Monteseirín sigue tratando de aparentar que ha sido él y no Griñán quien ha decidido su marcha del Ayuntamiento, cuando su estrategia desde su clamorosa derrota (se parapetó tras el denominado ‘sector crítico’, ya que no tuvo el valor de presentarse él mismo) frente a Viera en el congreso socialista de julio de 2008 ha sido la de una numantina resistencia para evitar que el PSOE lo defenestrara antes de tiempo.
En segundo lugar, para evitar también que cuajara la alternativa interna (Emilio Carrillo) preparada por el partido con la antelación suficiente y dado su derrumbamiento en las encuestas y el rechazo que genera en la opinión pública (el 20% de los sevillanos que declaran conocer al alcalde lo califican directamente con un cero y jamás ha aprobado en una encuesta durante sus 11 años de mandato, sin contar el demoledor resultado para él de la encuesta encargada por el PSOE a Julián Santamaría).
En tercer lugar y una vez emigrado Chaves (su gran valedor, no tanto por estima como por temer que abrir el melón sucesorio en Sevilla en mitad de un mandato equivalía a abrir la veda para que se hiciera lo mismo en la Junta de Andalucía en mitad de una legislatura, como así le acabó ocurriendo a él: Chaves se veía en el espejo de Monteseirín), una vez ido Chaves, decíamos, amagar con su dimisión a finales de 2009 ante Griñán al comprobar que no gozaba del favor del nuevo presidente, pero con un doble objetivo:
1) Forzar su ratificación ante la supuesta falta de tiempo (17 meses por entonces) para que el PSOE buscase un candidato alternativo fuera del Ayuntamiento.
2) En caso contrario, dejar colocado como sucesor a Celis, el hombre encargado de convertir Sevilla capital en el califato del sector crítico frente a la Ejecutiva Provincial liderada por Viera y pese a haber contado éste con el 88,6% de los votos en el último congreso provincial socialista.
Monteseirín ha tratado de asaltar el PSOE de Sevilla desde la trinchera de la capital, parapetado en su condición de único alcalde socialista de una capital de provincia y de Sevilla como capital de Andalucía. Ha tratado deliberadamente de dividir el partido al sentirse ‘intocable’ por ser alcalde de Sevilla, desafiando de forma permanente la autoridad del secretario general y confiado en el manto protector de Chaves.
Monteseirín siempre ha jugado manejando los tiempos políticos para que el tiempo acabara jugando a su favor. Contaba con que su amago de dimisión nunca sería aceptada por Griñán a tan sólo año y medio de las elecciones y que ese año y medio le daría margen de maniobra para tratar de ganarse al nuevo presidente de la Junta, por una parte, y de invertir los sondeos contrarios a su persona mediante una intensa campaña mediática (puesta en marcha de Giralda Tv, compra de favores periodísticos a través de Marchena y del dinero de la publicidad institucional o de las empresas municipales; buzoneo de publicaciones laudatorias en los barrios…) y de captación de apoyo social.
Así, el alcalde habría intentado que Griñán hubiera actuado de presentador suyo en una conferencia que iba a pronunciar después de Reyes. Al no conseguir su propósito de que el presidente de la Junta le hiciera su loa política y que ésta se interpretara como un aval a su persona, dentro y fuera del partido, pospuso la conferencia ‘sine die’.
Más ejemplos de la estrategia del alcalde de ganarse apoyos sociales para que fueran valorados en la Casa Rosa: intentó que le otorgara la medalla de oro del Ateneo el nuevo presidente de la docta casa, Alberto Máximo Pérez Calero, médico como él y como agradecimiento por los favores municipales –ahí se vio que no eran gratuitos- a la entidad de la calle Orfila.
2) ….un muchacho de barrio, criado junto a la Facultad de Medicina, llegara en 1999 a la Alcaldía de la ciudad que “es bella porque siempre es nueva”.
Monteseirín trata en esta frase de justificar su ‘grandeur’ arquitectónica, como si Sevilla no fuera bella por el Guadalquivir, el conjunto histórico-artístico de la ciudad, la Catedral, la Giralda, el Real Alcázar, la torre del Oro, la Plaza de España, el parque de María Luisa y todo lo existente antes de su llegada a la Alcaldía sin necesidad del legado del alcalde: las ‘setas’ de la Encarnación, la torre Pelli, la biblioteca de Zaha Hadid en el Prado, la nueva Alameda de Hércules, el proyecto de ‘La piel sensible’ para la Alfalfa, Pescadería, el Pan y otras plazas del Centro…..
3) …superando las dificultades de todo tipo que (siempre los mismos) hemos ido encontrándonos por el camino.
Con ese “siempre los mismos” el alcalde ha anatemizado una vez más como miembros de una Sevilla retrógrada, ‘facha’, rancia, tradicionalista, ‘derechona’ y demás sinónimos a todos aquellos que han osado llevarle la contraria o criticarle en desacuerdo con su gestión, con el doble fin de presentarse ante el electorado de izquierdas como una víctima de esa Sevilla clasista de los de siempre y, por consiguiente, como un héroe/mártir de las clases populares, el hombre que desde una condición humilde llega a la Alcaldía para, levantando las ‘setas’ de la Encarnación por ejemplo, democratizar (¿?) las vistas sobre el caserío histórico que hasta entonces sólo podían disfrutar los ricos desde los miradores de sus casas-palacio. Mensajes simplistas (dicotomía bueno-malo) y demagógicos para consolidar la imagen de la existencia de dos Sevilla, acentuar los enfrentamientos de clase en vez del interclasismo y dividir en vez de integrar.
4) Hemos sido coherentes con un modelo de ciudad….
Monteseirín quiere hacer creer que ha actuado siempre conforme a un modelo previo de ciudad cuando, en todo caso, esa nueva ciudad que él presenta como su Arcadia feliz es la que resulta del lápiz del arquitecto Manuel Angel González Fustegueras y del proceso de participación ciudadana, que confluyen en el nuevo PGOU. Dicho de otro modo, el PGOU no es el fruto de Monteseirín, sino Monteseirín del PGOU. Poco de ese nuevo modelo de ciudad al que tanto remite el alcalde está previamente en sus programas electorales. Al contrario: la peatonalización de la Avenida es la condición necesaria para implantar un tranvía como sucedáneo del Metro y que por acumular tres años de retraso no iba a estar listo ni para las elecciones municipales de 2007.
Recuérdese que Monteseirín llegó a la Alcaldía por el ‘pacto del Metro’ entre Chaves y Rojas Marcos y que en la perspectiva de carecer de Metro todavía ocho años después, no podía presentarse a las elecciones con las manos vacías. Hizo, pues, de la necesidad virtud y a marchas forzadas construyó (destruyendo incluso los hornos almohades de la Puerta de Jerez) y presentó el tranvía como el ‘Metrocentro’, un sucedáneo de Metro penetrando hasta el Centro y cuya consecuencia era la peatonalización para abrir paso a vías y catenarias. El marketing político y electoral convierte esta improvisación en el modelo de ciudad del que alardea el aún alcalde.
5)…tras tantos años de proyectos eternamente pendientes de abordar…
Monteseirín ha querido pasar a la historia como el alcalde que resolvió las cuestiones pendientes de la ciudad (el solar del mercado de la Encarnación, el traslado de la Feria de Abril, el vacío del Prado de San Sebastián, la ampliación de Fibes….), pero algunas las ha dejado irresueltas (la Feria), otras las está resolviendo a un coste multimillonario (las ‘setas’ y el Palacio de Congresos) y ha dejado algunas nuevas para el futuro (el acuario de Delicias, la biblioteca del Prado).
Basó una de sus primeras decisiones nada más llegar a la Alcaldía y que resolvía una de esas cuestiones pendientes, como fue liquidar el edificio administrativo de Moneo que llenaba el espacio vacío del Prado, con el argumento de que ese dinero (unos 30 millones de euros) se debía destinar a modernizar los barrios y que había que ‘descentralizar el Centro’ repartiendo sedes administrativas por los distritos y ahorrar recursos mediante la informatización y con Internet.
Al final, ha acabado preso de su megalomanía y creyendo que la modernidad de una ciudad se basa en costosísimos iconos arquitectónicos cuales nuevos estadios Olímpicos y no en el eficaz funcionamiento de los servicios públicos (transportes, limpieza) y en la construcción de amplios equipamientos (bibliotecas de barrio, centros cívicos, polideportivos, plazas, jardines..). Mientras alzaba las ‘setas’ en la Encarnación, alteraba la Alameda o ampliaba Fibes, los servicios públicos (Tussam, Lipasam) han acabado en la ruina. ¿Cuánto dinero queda de los convenios urbanísticos firmados en su día para equipar los futuros barrios de la ciudad?
6) Y hoy, aun cuando la crisis económica y financiera mundial está azotándonos como a todos de la forma más lacerante, con el desempleo…
Responsabiliza a factores externos, esa crisis mundial, del incumplimiento de su promesa electoral del pleno empleo y de una vivienda para todos y sin sorteo durante este mandato. Se arroga lo que se hace en la ciudad y culpa de lo que no se hace a las circunstancias y a “los de siempre”.
7) Sevilla volverá a ganar la partida frente a la resignación, el inmovilismo y la involución.
Monteseirín practica un doble lenguaje o una doble moral. Por una parte, ataca de forma sistemática a esa Sevilla inmovilista e incluso involucionista, para complacer así a los votantes de la izquierda, y por otra hace lo imposible por complacer y cortejar a esa Sevilla de las tradiciones de siempre, que supuestamente detesta y es un freno para sus planes modernizadores.
Ni Soledad Becerril ni Rojas Marcos, ni por supuesto Del Valle y Uruñuela, otorgaron tantas medallas de la ciudad (doce) a Vírgenes como ha otorgado Monteseirín; ni se inventaron el ‘urbanismo morado’ para alimentar de subvenciones a las cofradías en descarada busca del voto popular; ni erigieron tantas estatuas a toreros y nobles en el Paseo de Colón o espacios públicos; ni frecuentaron tanto los salones de la aristocracia, los palcos de la Semana Santa o la plaza de toros de la Maestranza……
8) …..gracias con el alma por como habéis respaldado siempre nuestras ideas y nuestras propuestas en el foro de la democracia ciudadana. Ese apoyo y confianza me han permitido ser, después de estos más de diez años, la persona que más tiempo lleva desempeñando la tarea de alcalde de Sevilla desde que se instituyeron las alcaldías modernas, a principios del siglo XIX.
Esta es la mentira reiterada de Monteseirín, en la que insiste una y otra vez como un martillo pilón: que ha obtenido siempre el respaldo electoral en las elecciones municipales. Falso. Sólo ganó una de las tres a las que se ha presentado, y por mayoría relativa. Las primeras y las terceras las ganó el PP (Becerril y Zoido), y en sus tres mandatos tuvo que pactar (una vez con el PA, dos con IU) para lograr los votos que le faltaban para ser alcalde.
9) …..voy a dirigir mi vocación por la cosa pública a otras tareas, en mi condición de funcionario o en cualesquiera otras en las que mi formación y mi experiencia puedan seguir siendo útiles…
Lanza el mensaje de que quiere un nuevo cargo público, cuando en el comienzo de su carta reconoce que lleva 30 años en la política y los últimos quince sin bajarse del coche oficial (hasta el punto de que reconoce en su declaración de bienes que no tiene ninguno de su propiedad; no le hace falta) como presidente de la Diputación y de la FAMP y alcalde de Sevilla. Veremos hasta dónde se cumple el aserto de Griñán el pasado fin de semana de que el PSOE “no es ni una empresa, ni una ONG”.
10)….Un impulso renovado que, desde la continuidad del proyecto y los relevos generacionales que lo acompañen..
Con la expresión “los relevos generacionales”, Monteseirín está postulando de nuevo a Celis como su sucesor frente a personas de la vieja guardia del partido como pudieran ser Rosamar Prieto, Viera o el mismísimo Alfonso Guerra. Es curioso que hasta diciembre, cuando hizo el amago de retirada ante Griñán pese a que no hace mucho decía que quería seguir en la Alcaldía hasta el año 2020 por lo menos, Monteirín nunca se incluía entre los necesitados de relevo generacional, a pesar de que ya tiene más de 50 años y de que lleva 30 ocupando puestos y cargos en el PSOE y en la vida pública en nombre del PSOE.
11)La ciudad nos necesita a todos y a todas al margen de coyunturas o decisiones personales.
Monteseirín está llegando al final de su carta y por primera vez parece que habla en clave institucional y como alcalde de todos los sevillanos, pero….
12) Sevilla, la buena gente de Sevilla, se lo merece todo.
…al final vuelve a hablar de buenos y de malos al establecer una distinción implícita entre la buena gente, a la que nombra, y la mala, subyacente en la frase. Siempre el mensaje de las dos Sevilla y de que él va de bueno por la vida y como tal debe ser perdonado por sus errores de gestión, imputables más a su entorno (el manido recurso a los técnicos municipales en escándalos como el de los Bermejales, la cubierta de la Davis, la caseta de la Feria…) que a su persona.
Y así fue como Monteseirín dio las gracias a Sevilla (que le ha soportado tanto).