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Piscinas

Una máxima campesina dice que los fuegos se apagan en invierno. El sentido de la aparente paradoja radica en la necesidad de acometer en tal estación los desbroces de maleza, podas de árboles y limpieza de cortafuegos para que, llegados el verano y el riesgo de incendios forestales, las llamas tengan la menor cantidad de materia vegetal posible que consumir y los retenes antiincendios, despejados los caminos para acudir ‘ipso facto’ a apagarlas. El gobierno de Zoido debe aplicarse similar principio y escribir en la pizarra un millón de veces como recordatorio que las piscinas se preparan en invierno. En la época en que nos encontramos mantiene cerrada la piscina pública de Alcosa, una de las ¡únicamente cinco de carácter público! que existen en Sevilla por, según la versión oficial, “obras urgentes de reforma y mejora”. Ha tenido todo un año para reformar y mejorar la piscina, preferentemente en otoño y en invierno, y no se le ocurre otra cosa que meterse en obras justo cuando llega la ola de calor. Veinte concejales y la casa, digo la piscina, por barrer.

 

Acoplamiento

“Las imágenes muestran la ‘ceremonia tradicional’, en la que los equipos intercambian  abrazos y apretones de mano. Ambos realizarán operaciones conjuntas los próximos días”. Yo pensaba que hablaban de Espadas en la ‘tele’ y era del  acoplamiento de una nave a la Estación Espacial. Mi confusión estaba justificada porque Espadas hace lo mismo que el ‘Discovery’ o la ‘Soyuz’: acoplarse a su particular estación espacial, que son la Junta y el Ayuntamiento. Ya hizo una arriesgada maniobra de incrustación en la  inauguración del curso escolar pese a no haber sido anunciado su lanzamiento desde Cabo Cañaveral. También utilizó una grúa para acoplarse al Ayuntamiento en la iniciativa ‘Arte para todos’ en el Polígono San Pablo. Y ya se acopló con éxito a la comitiva de Rosa Aguilar en la gira por Alcosa. La diferencia con la Estación Espacial es que mientras allí realizan operaciones conjuntas sólo por unos días, Espadas amenaza con acoplarse a la Junta y al Ayuntamiento durante ocho meses. ¿Será porque Monteseirín le ha contagiado su frustrada vocación de astronauta?

Trampas

Apenas concluido el mitin con ZP en las Delicias, donde en vez de distanciarse de  Monteseirín acabó presentándose como continuador del alfredismo, Espadas anunció  que propondría a Zoido y a Torrijos una campaña “limpia”, en la que todos respetasen las reglas del juego. ¿Será cínico? Apeló a la limpieza el día en que Rosa Aguilar utilizó con total descaro su cargo de consejera para poner la Junta de Andalucía a su servicio y prepararle un encuentro con los vecinos de Alcosa, a fin de que parezca que el Metro va a tener parada  allí gracias al candidato socialista. Y más que el jefe de Personal de la Diputación lo traslade en su coche pese a no tener carnet (de conducir, que seguro que el otro sí lo tiene), me escandaliza ver cómo el delegado de Urbanismo y el gerente de Lipasam le hacen de teloneros en su precampaña por el Polígono en vez de dedicar su tiempo a aquello por lo que cobran: Sevilla. Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces. Mucho invocar el juego limpio, pero el primero que hace trampas es Espadas. El ‘fair play’ empieza por uno mismo.

Gómez

Repasa en la soledad de su despacho los periódicos. Allí está él, protagonista de todas las portadas, informaciones de apertura y editoriales, con su foto en primer plano haciendo la señal de la victoria. Los medios, desde los adictos a los situados en las antípodas de su ideología progresista, son unánimes al reconocer su apoteósico triunfo en las primarias del PSOE frente a la candidatura oficialista avalada por el líder. Sí, esta vez el sector crítico encarnado por él ha ganado contra todo pronóstico y contra el aparato, por haber sabido conectar con las bases y presentarse como el hombre joven y carismático, capaz de rebelarse contra el orden establecido y ganar. Ahora será designado el candidato del partido. El ring-ring del teléfono le despierta de su ensoñación. Rosa Aguilar le llama para que la acompañe a Alcosa a un acto público montado por la Junta en disimulado apoyo a Juan Espadas. Da un suspiro de resignación y sale en busca de la consejera. La puerta se cierra detras de él y se puede ver la placa con su nombre: Alfonso Rodríguez Gómez de Celis.

La otra agenda oculta de Monteseirín

La historia de cómo nació y se desarrolló el Parque Alcosa que cuenta en su web el IES Pablo Picasso (www.iesppicasso.org) es un ejemplo de historias similares de decenas de barriadas. Narra esta web que en los años 60, ante la escasez de vivienda en Sevilla, un constructor valenciano se comprometió a construir VPO si le cedían suelo barato.

Los comienzos fueron muy difíciles, por la falta de agua potable, que se distribuía con camiones-cisterna. Las aguas residuales corrían por tuberías paralelas a las del agua potable y morían en un principio en pozos negros. El alumbrado público dejaba esquinas de los primeros bloques sin iluminar, lo que favorecía el gamberrismo.

Como estos terrenos quedaban muy alejados del casco urbano y no entraban en los planes del Ayuntamiento a corto plazo, el barrio demandaba servicios que no tenía: acometida de agua potable y alcantarillado, mercado, colegios, consultorio…

Dice la página del instituto que actualmente las avenidas principales están recepcionadas por Urbanismo, pero no el interior de las plazas, por lo que son los propios vecinos los que, constituyendo intercomunidades, cuidan jardines, acerados y parterres, y que una de las reivindicaciones más antiguas de las asociaciones es la recepción de las zonas urbanizadas y la urbanización de las zonas pendientes, ya que los vecinos pagan sus impuestos municipales “y el Ayuntamiento contesta que con los medios económicos actuales la recepción total del barrio se hará en sucesivas etapas”.

En tiempos de Rafael Carmona como delegado de Urbanismo –hasta 2003- se calculó que el Ayuntamiento aún tenía un centenar de barrios por recepcionar oficialmente. Y en febrero de 1995, el portavoz del grupo socialista, José Vallés, decía que actuar en barrios sin estar recepcionados “es una falta de ética en la que el PSOE no hubiera incurrido nunca”.

LA TASA FUSTEGUERAS

Cincuenta años después de aquella colonización de suelos para erigir Alcosa y otros barrios sin apenas equipamientos, los tiempos del urbanismo son otros. Ahora, en los Planes Generales adquiere una importancia fundamental la determinación de la red de sistemas generales, para asegurar la coherencia y racionalidad en el desarrollo urbano: red de vías públicas, de circulación rodada y peatonal; infraestructuras para la prestación de todos los servicios de acceso, suministro de energía eléctrica, suministro y saneamiento de agua, alumbrado, telecomunicaciones…

El suelo destinado a estas dotaciones públicas de carácter general lo obtiene el Ayuntamiento de forma gratuita con cargo a los propietarios del suelo, pero además de esta contribución forzosa, el redactor del último PGOU de Sevilla (2006), el arquitecto Manuel González Fustegueras, supo comprometer  a los promotores y constructores para que se implicaran en la financiación de las futuras infraestructuras generales de la ciudad, que habrían de permitir su expansión y el nacimiento ordenado de los nuevos barrios. A tal efecto, aquéllos firmaron 52 convenios urbanísticos por los que entregaron al Ayuntamiento unos 230 millones de euros.

DESVÍO DEL DINERO

En tiempos de vacas flacas como los actuales, esta reserva de dinero realizada en los tiempos de vacas gordas habría permitido activar la construcción de VPO (la ley exige un cupo mínimo en cualquier nueva promoción de viviendas) a precios asequibles para las decenas de miles de sevillanos demandantes de pisos, y mantener la actividad en el sector de la construcción.

Sin embargo, al igual que hizo con el informe sobre la inviabilidad técnica de las setas de la Encarnación, Monteseirín ha ocultado durante estos años que la denominada ‘hucha del PGOU’ se la estaba gastando no en los sistemas generales para la Sevilla del futuro, sino en su urbanismo de escaparate en, sobre todo, el Centro, justamente la zona con menos problemas de equipamiento de Sevilla: 65 millones de euros en el Parasol, 5 millones en la Alameda, 6 en la Plaza de España, 18 en los carriles-bici….y 41 millones en el primer tramo de la SE-35, 17,7 millones en el bulevar de Bellavista, 19,7 millones en el Plan de Barrios…

El Monteseirín que irrumpió en la política local firmando contratos-programa con las asociaciones de vecinos por el déficit de equipamientos de los barrios debido justamente a que las inversiones se concentraban históricamente aquende la Ronda del Tamarguillo, ha cambiado de discurso al verse descubierto. Ahora proclama que el dinero de los convenios urbanísticos debe servir para equipar “la ciudad construida” y no para hacer “viales o calles que van de ningún sitio a ninguna parte”.

CIUDAD HIPOTECADA

Los promotores, agrupados en Gaesco, han calificado el desvío del dinero de ‘la hucha del PGOU’ como “una estafa en toda regla” e, indignados, estudian cómo llevar al Ayuntamiento ante los tribunales. Ahora, después de cuatro años con un PGOU nuevo, no hay sistemas generales ni dinero para ejecutarlos, por lo que, conforme a la nueva ley, ni siquiera se podrían otorgar licencias para viviendas si previamente no se han construido las infraestructuras.

Monteseirín no sólo ha hipotecado el presente de la ciudad (con él la deuda del Ayuntamiento asciende ya a 522 millones de euros), sino también el futuro. Los vecinos de Alcosa ya saben la respuesta a su pregunta de por qué el Ayuntamiento dice que no hay dinero para la recepción total de la barriada: porque el alcalde se lo gastó en las setas de la Encarnación y en “la ciudad construida”, no en la del futuro ni en la pendiente de rematar.

Calendas de marzo

Millares de sevillanos recibían a diario en su correo electrónico  las  intoxicaciones de Marchena con sus interpretaciones edulcoradas de la realidad de Sevilla, siempre a mayor gloria de Monteseirín. Si Marchena perdía las mañanas y parte de las tardes en estas campañas, ¿quién gestionaba entonces Emasesa? ¿Serían los de siempre en el Ayuntamiento, osea, los técnicos que cometen los ‘errores mecánicos’, o es que Emasesa ha acabado convertida también en la Oficina municipal de Propaganda?  Ahora que todos esperaban con expectación la exégesis del valido sobre cómo se cargó Griñán al alcalde, resulta que el tam-tam digital de Marchena se ha quedado tan mudo como lívido su jefe en Alcosa cuando le llegó el teletipo de Europa Press, al igual que antaño llegaban con el cese los motoristas de Franco. ¿Quién les iba a decir a M&M que tras mis calendas de abril llegarían, menos de un año después, sus calendas de marzo? Como declamó Castelar, grande es la religión del poder, pero es más grande la religión de la justicia implacable. Quien a hierro mata, a hierro muere.

La toalla la tiraron desde el rincón

El alcalde ya caducado se esfuerza por aparentar que ha sido él quien ha  decidido no repetir como candidato del PSOE. Pero no ha sido Monteseirín quien ha tirado la toalla, no. La toalla la ha arrojado Griñán  desde fuera del cuadrilátero de la Plaza Nueva al observar que su pupilo deambulaba grogui por el ring -totalmente sonado tras la sentencia del Supremo sobre las facturas falsas-  y temeroso de una derrota por K.O. antes del último asalto, por los golpes que pudiera propinarle el caso Mercasevilla. Monteseirín amagaba con su retirada, pero eso no era más que una finta para, en el peor de los casos, dejar colocado a su delfín Celis y sin capacidad de maniobra a Viera. Un político que quiere irse respira aliviado al saber que se van a cumplir sus deseos. Por el contrario, Monteseirín se quedó lívido en Alcosa cuando le comunicaron que Griñán lo daba por amortizado. Sus balbuceantes declaraciones ‘in situ’ a una emisora de radio evidencian su estado de ‘shock’. Como él es médico, para recuperarse se ha recetado un viaje a Nápoles. Huye de Sevilla.