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Desprecio

El (sin) alcalde, que desvió 172 millones a las setas y otros delirios arquitectónicos para que además de la cotidianidad la posteridad lo tome por loco, el (sin), decía, hizo en plan trilero  que ese dinero del PGOU para los sistemas generales de los futuros barrios acabara en el Metropol & Cía. Ahora ha  tenido que entonar un ‘mea culpa’ en forma de pacto con los señores del ladrillo,  para que no lo lleven directamente al Juzgado de Guardia. Para representarle en la negociación, el (sin) nombró a su valido Marchena, acostumbrado a disfrutar de gañote  de pinceladas de mariscos al centro con los constructores, por aquello de su época de gerente de Urbanismo. Pero para su escarnio, y sorpresa de Monteseirín, los ladrilleros reclamaron otro interlocutor porque ya no le aguantan ni mijita sus modos matoniles. El desprecio de sus antiguos comensales ha sido un duro golpe a su vanidad. Y es que el valido ya no asusta a nadie desde que lo imputaron en Mercasevilla y los reyes magos le echaron carbón en el Ateneo. Como cantaba Dylan, los tiempos están cambiando.

El síndrome del jaramago

Zapatero ha presentado su proyecto de una economía sostenible basada  en Investigación+Desarrollo+innovación (I+D+i), un urbanismo a la medida del hombre frente a la voracidad del ladrillo, y las energías renovables. Esta iniciativa casi ha coincidido con la celebración en Sevilla de la investidura de Manuel Castells como doctor honoris causa por la Universidad Hispalense y del 40 aniversario de la creación del departamento de Genética por Enrique Cerdá. Ambos sabios llegaron procedentes de California, si bien uno se quedó y el otro se fue,  y los dos soñaron que la I+D+i  debía ser el motor de desarrollo de nuestra ciudad y que para eso era preciso dotarla de un recinto especial. Al margen de los balances sobre las 102 tesis doctorales y los 450 trabajos publicados en revistas científicas de los que se ha hablado ante la ministra Garmendia, una vasca que en su juventud vino a estudiar a Reina Mercedes atraída por el prestigio del departamento de Genética, Cerdá se ha alejado del triunfalismo oficial y ha sido muy crítico al declarar que a la ciudad no le importa la ciencia y que el verdadero apoyo a la misma habría sido que destinara 200 hectáreas para laboratorios o instalaciones universitarias.

Esas 200 hectáreas debieron ser el recinto de la Cartuja tras la Expo conforme al proyecto PINTA dirigido por Peter Hall y Manuel Castells, profesores entonces en Berkeley,  que concibieron una auténtica ciudad de la ciencia y la investigación cuyos resultados se transferirían al tejido productivo para su modernización tecnológica. Era la misma música que ahora, con otra letra, suena en la ‘economía sostenible’ de Zapatero, el cual pide diez años para ver los resultados de su apuesta. El proyecto PINTA, génesis de Cartuja 93, hubiera necesitado 20, 30 ó 40 años de maduración y ejecución, pero se habían creado tantas expectativas sobre el futuro posterior a la Expo que cuando los jaramagos colonizaron los solares dejados por el derribo de muchos pabellones nos entró el horror al vacío propio del barroquismo sevillano y el modelo se pervirtió.

Se dijo que jamás en la historia, y menos en una Andalucía subdesarrollada, se había concebido un espacio de tal magnitud sólo para las ‘batas blancas’ de los investigadores. Y, para combatir el síndrome de los jaramagos, se metió todo lo que se pudo meter y cuanto antes en la isla: el Parque Temático, empresas, servicios públicos, centros de investigación científica, centros tecnológicos, facultades, escuelas de negocios, centros formativos… por meter, se metió hasta la Policía Municipal y, ahora, hasta se rompe el tabú de las viviendas cuando se anuncian pisos para investigadores. Cartuja 93 ha acabado convertida en un batiburrillo, lejos del espíritu puro de aquella I+D+i que ahora pregona Zapatero como mágico instrumento contra la crisis. En Sevilla la pudimos haber tenido al por mayor, pero la minimizamos por miedo y falta de visión como la que tuvieron dos adelantados a su tiempo: Castells y Cerdá. En la tierra de María Santísima al final, como en la canción de Juan y Junior, siempre nos falta fe.

Por sus obras los conoceréis

El presupuesto es donde se materializa la política de un Gobierno. Éste puede proclamar su apoyo a la cultura, pero si luego en el presupuesto dota con más fondos  la construcción de campos de fútbol que  la de bibliotecas estará demostrando con hechos que tiene otras prioridades, conforme al dicho bíblico de “por sus obras los conoceréis”.

El gobierno de Monteseirín y Torrijos se presentó como “social y de progreso”, para atender a los sevillanos más desfavorecidos en virtud de los principios ideológicos de izquierda de PSOE e IU. Ahora, sin embargo, el Ayuntamiento aplica un tijeretazo a las partidas de Bienestar Social y Economía y Empleo para atender otros compromisos. Así, elimina un millón de euros de ayudas a domicilio, casi 40.000 de un centro de discapacitados, 139.000 euros de la partida sociocultural para la mujer, 32.000 de Participación Ciudadana, 21.000 de Educación, 85.700 de Innovación, 79.000 de Salud y Consumo, 1119.000 de Parques y Jardines….

Ese dinero detraído se destina al ‘agujero’ de Lipasam, al aparato propagandístico de Giralda Televisión y, nada menos que 413.000 euros, a promocionar el campeonato del mundo de basket de 2014. ¿Dónde queda el acento social en los presupuestos? Ahora las prioridades son otras: al Ayuntamiento ‘de progreso’ le importa más el baloncesto que las ayudas a domicilio.

Efecto llamada

La última ocurrencia del Ayuntamiento es anunciar la venta para centro comercial de la antigua sede policial de la Gavidia, comprada a módico precio al Estado para trasladar allí la Hacienda municipal desde la Encarnación una vez construidas las ‘setas’. Habrá incluso que modificar el PGOU, que califica el edificio como equipamiento público, para legitimar su privatización como complejo comercial, una maniobra que no pasará inadvertida al Gobierno, ya en pleito por los Gordales.

Si la política municipal se ha basado estos años en restringir el tráfico privado al centro y en rechazar proyectos equivalentes a éste en la Encarnación poniendo como ejemplo el ‘embudo’ de coches que se producía en la calle Baños y la ronda por el ‘efecto llamada’ del comercio en la Gavidia, ¿cómo ahora se pretende duplicar ese impacto con el equivalente a otro Corte Inglés? ¿Dónde quedan la coherencia y el modelo de ciudad de Monteseirín? Aquí, lo único que importa es hacer caja como sea.

Problemas técnicos en las ‘setas’

Los operarios corrigen ‘in situ’ las desviaciones en

las conexiones entre las setas de la Encarnación

A trece  días de la inauguración oficial el nuevo mercado aún no tiene luz

Las prisas por inaugurar el Metropol Parasol en la fecha del 31 de diciembre y el nuevo mercado el 29 de noviembre, los plazos dados como  definitivos por Monteseirín,  están provocando ciertos desajustes en el ensamblaje de las setas diseñadas por Jürgen Meyer, que han de ser corregidos por los operarios a pie de obra, mientras que los placeros siguen esperando los enganches a la red de suministro eléctrico y que se corrijan las deficiencias observadas en los puestos.

La premura por cumplir los últimos plazos marcados por Alfredo Sánchez Monteseirín en el complejo del Metropol Parasol está obligando a que sean los propios operarios que trabajan en el proyecto de la Encarnación quienes corrijan  los problemas de desviación observados a la hora de interconectar algunas setas entre sí antes que proceder a desmontajes que retrasarían en exceso su culminación.

Aunque oficialmente impera el mutismo más absoluto, en la pasarela de unión entre las setas número cinco y seis, así como en las setas dos y tres, habría habido significativas desviaciones que impedían un ensamblaje perfecto. Estas desviaciones, que al principio podrían haber carecido de importancia al tratarse de sólo unos centímetros, resultaron luego  mucho más significativas en el tramo final de la conexión, por lo que habrían sido rectificadas ‘in situ’ mediante un laborioso proceso de soldaduras a fin de lograr en engarce de todas las piezas.

Mientras se corrigen estos problemas en las alturas, debajo del Metropol Parasol la delegación de Urbanismo del Ayuntamiento ha enviado a una persona de confianza a registrar las peticiones de los placeros para intentar atenderlas antes de que el nuevo mercado, que ha de sustituir las instalaciones provisionales que datan de 1973, abra sus puertas, “esté como esté” (Monteseirín ‘dixit’) el próximo día 29 de noviembre, lunes.

Los comerciantes ven cada día más difícil que las instalaciones se inauguren en la fecha deseada por el alcalde, entre otras razones porque a menos de dos semanas aún no se ha solventado el problema de la altura de los puestos. Los mostradores, sobre todo los de los fruteros, se levantan en tres niveles hasta 1,70 metros, con lo cual los comerciantes apenas si pueden verse con los clientes, máxime si colocan en la parte superior del puesto la fruta y la verdura.

Además, hasta el momento, pese a la notificación de cobro de más de 200 euros por el enganche a la red eléctrica, aún carecen de suministro de luz en los puestos y se teme que la demora se prolongue si se pretende que el mercado vaya dotado con los nuevos contadores electrónicos.

La directiva de la cooperativa de comerciantes se va a reunir mañana mismo para hacer un recuento de las carencias y problemas detectados y exigir al Ayuntamiento una solución inmediata, pues en caso contrario ve bastante problemático realizar el traslado en fechas anteriores para poder abrir el día 29 y que el Ayuntamiento programe un acto oficial previo el domingo 28.

Los comerciantes están empezando a comprobar la política restrictiva que sufrirán en el nuevo mercado, donde tendrán que pedir permiso hasta para taladrar una pared para colocar un espiche y un gancho. La concesionaria sólo les permite veinticinco caracteres, incluidos espacios, a la hora de colocar un rótulo para anunciar su mercancía en los puestos.

Encarnación: problemas con los puestos de fruta

Readaptar cada puesto de fruta de la

Encarnación podría costar 3.600 euros

El mostrador es tan elevado que los placeros apenas podrán ver a los clientes

El panel separador entre los bares salta por los aires debido a la presión del agua

Los comerciantes del mercado de la Encarnación no las tienen todas consigo a medida que se acerca la fecha del traslado desde las actuales instalaciones ‘provisionales’, en las que se hallan desde 1973, a las nuevas habilitadas bajo las setas del Metropol Parasol diseñado por el alemán Jürgen Mayer.

La satisfacción por el abandono de su estado de provisionalidad, que ha durado 37 años, se ve empañada por problemas y costes con los que no contaban cuando Monteseirín les entregó de forma triunfalista  las llaves de los puestos en el acto público celebrado hace unas semanas en el Ayuntamiento y a medida que han podido conocer por dentro la nueva plaza de abastos.

A mitad de la semana pasada ya se registró una incidencia inesperada: uno de los paneles separadores de los dos bares con que contará el mercado saltó por los aires  cuando se rompió una tubería a consecuencia de la sobrepresión del agua la primera vez que se abrieron los grifos, sin que nadie antes hubiera tenido la precaución de probar el estado de la red.

Ello no ha sido óbice para que, aun sin consumo alguno, Emasesa les haya empezado a pasar una factura por valor de 86 euros en concepto de cuota de contratación (34 euros), fianza (45,8) e IVA. Hacia las 14 horas de ayer les llegó la segunda sorpresa: una notificación por la que deberán abonar cada uno de ellos 200,56 euros en concepto de enganche a la red eléctrica de Endesa.

Los comerciantes creían que, tal como reza la cláusula cuarta del contrato impuesto por Sacyr, pagarían solamente el consumo individual por la electricidad necesaria para la producción de frío industrial y que el mercado ya estaría ‘enganchado’ a la red, tal como les ocurrió cuando se trasladaron a las instalaciones provisionales hace 37 años, pero ahora han de pagar como si se hubieran dado de alta cada uno por su cuenta en vez de encontrarse el asunto resuelto como una dotación más de la plaza de abastos.

Para colmo, la decena de fruteros y verduleros existentes se han llevado la sorpresa al entrar al nuevo mercado de ver cómo sus mostradores para despachar a los futuros clientes tienen tres cuerpos, hasta el punto de que el borde superior llega a la altura de los ojos, con lo que tendrán difícil ver y ser vistos por los usuarios e imposible verlos si colocan género encima.

Se ha estimado que readaptar los puestos para ponerlos a la altura media de placeros y clientes costaría en torno a 3.600 euros, que nadie sabe quién va a pagar o, peor aún, temen que traten de cargarles la factura a ellos. Algunos comerciantes dicen haber sido informados de que ya se está trabajando en el mercado en el rebaje de los mostradores sin necesidad de sustituirlos por otros nuevos y de sorecostes añadidos, algo incierto tal como pudimos comprobar ayer mismo mediante una inspección ocular puesto por puesto en el interior del Metropol Parasol. Aún no se ha rebajado un solo mostrador.

Los comerciantes se quejan de que no se han atendido sus sugerencias en función de sus necesidades específicas –no es lo mismo una pescadería que una frutería- y que expusieron cuando hace meses visitaron el ‘puesto piloto’, y deducen que les han aplicado a todos un mismo diseño estándar conforme al modelo del ‘puesto piloto’.

Nada más lejos de la realidad, ya que en la visita que realizamos ayer pudimos comprobar que dentro de una unidad de estilo hay una gran heterogeneidad de dotaciones en los puestos: algunos han sido más privilegiados que otros en equipamiento aunque sirvan el mismo tipo de género y gozan de estructuras de soporte de piezas de gran peso, de las que carecen los demás. En otros, la disposición de puertas, vitrinas, tomas de agua….varía respecto de la media, aunque según la propaganda oficial todos los puestos sean equiparables (no llegan a 20 m2) en superficie y en equipamiento.

Los puestos de los fruteros en tres niveles contravienen el proyecto diseñado por Jürgen Meyer, según el cual serían todos circulares por adaptarse mejor a la geometría del mercado y contarían con un mostrador de exposición “en todo el frente, de dos niveles”, un mostrador interior con estanterías superiores y un espacio cerrado de uso privado a modo de almacén provisto de una pila para lavar. Si Meyer confesó en privado en su día a los placeros que él no había modificado su proyecto, la pregunta que hay que hacerse entonces es quién y cuándo ha cambiado las disposiciones del arquitecto alemán.

Monteseirín se encomienda al Carambolo

Fiel a su estilo de los hechos consumados y de tensionar la cuerda para que, por miedo a que se rompa, sean los otros quienes aflojen y así él se salga con la suya, Monteseirín le vuelve a echar un pulso a la Junta con su anuncio de que sacará las 21 piezas de oro (casi tres kilos)  del tesoro del Carambolo (tasado en 8,2 millones de euros a efectos de la póliza de seguros pero de un valor histórico incalculable) de la cámara acorazada del banco en que se hallan para exponerlas “temporalmente” en el ‘Antiquarium’ bajo las setas.

La “temporalidad” puede acabar como la “provisionalidad” del mercado, que ha durado 37 años, ya que el Ayuntamiento tiene la secreta esperanza de que las obras del Museo Arqueológico, el destino natural y legal del tesoro tartésico (o fenicio, según recientes teorías), se prolonguen durante años, si es posible siquiera iniciarlas a corto plazo ante la falta de presupuesto por la crisis.

El Consistorio arguye que el Museo no reúne condiciones de seguridad, ante lo cual ha decidido unilateralmente, con la complicidad del cuestionado arqueólogo Amores (tragó con la destrucción parcial del yacimiento romano en la Encarnación para los gigantescos parasoles), llevarse el Carambolo a las setas con el descarado propósito de, a su reclamo, multiplicar la afluencia de turistas y presentar el ‘estadio olímpico’ de Monteseirín como un éxito.

EN LA CAJA FUERTE

El tesoro, descubierto en 1958 en el cerro del mismo nombre en Camas, no acabó en Madrid como la Dama de Elche porque merced a un atípico acuerdo sólo posible en el franquismo se permitió al Ayuntamiento que lo comprara a condición de que se expusiera en el Museo Arqueológico.

Esta maravilla de la orfebrería era tan valiosa y las instalaciones del Arqueológico tan inadecuadas frente a sofisticados ladrones que se decidió guardarla en la caja acorazada de un banco, sito muy cerca del Ayuntamiento. En estos 50 años han circulado varias réplicas (recuérdese la crisis suscitada en la época de Rojas Marcos a cuenta del proyecto de realizar otra copia en vísperas de la Expo), pero  las joyas tartésicas originales sólo han sido del búnker cinco veces, la última desde el 3 de octubre de 2009 al 28 de febrero de 2010, por la conmemoración en el propio Museo del 50º aniversario de su hallazgo, aunque con un año de retraso.

El retraso se debió a las obras de adecuación que la Consejería de Cultura acometió en las salas de exposiciones temporales. Fue entonces cuando Monteseirín, sin consultarlo con nadie, lanzó un órdago populista a la Junta y  proclamó su intención de que el Carambolo no volviera al banco, sino a la Sala Capitular del Ayuntamiento.

La Junta, que había gastado un millón de euros en adecuar las salas del Museo y pagaba la factura de la caja acorazada ante la inhibición municipal, sostenía que el tesoro podría haberse quedado ya en el Arqueológico, pero no quiso desautorizar  públicamente a ‘su’ alcalde en época preelectoral. Cuando Rosa Torres fue sustituida como consejera por Paulino Plata, éste se encontró en la misma tesitura y tuvo que jugar en el terreno ya marcado por el regidor, así que declaró: “Si el Ayuntamiento sigue empeñado en mostrarlo en sus instalaciones, tienen que darse dos circunstancias, máximas garantías de seguridad y dignidad, porque si el tesoro ha estado tantos años en una caja fuerte no nos vamos a arriesgar ahora y lo mantendríamos guardado”.

SALA CAPITULAR

Todavía a finales de julio, la portavoz del gobierno municipal, Nieves Hernández, declaraba que el Ayuntamiento ya tenía en su poder un informe jurídico que avalaba su pretensión de exponer el tesoro en la Sala Capitular y que para ello bastaba con dar cuenta al Ministerio de Cultura (pasando, pues, por encima de la Junta), “que fue quien hizo la cesión en su momento para que fuera expuesto de manera permanente en el Arqueológico”.

Y Monteseirín decía que antes de que se produjera esa reubicación en el Ayuntamiento “hacen falta unas modificaciones respetuosas con la Sala, que proporcionen las medidas de seguridad necesarias como ha pedido, con toda la razón, el consejero”.

Tan sólo tres meses después, Monteseirín ha cambiado de opinión: ya no es la Sala Capitular el ‘sancta sanctorum’ para  el mayor tesoro simbólico de Sevilla, sino el ‘Antiquarium’ bajo las setas, por más que el Carambolo no tenga relación histórica alguna con los restos romanos y esté fuera de contexto.

APARECE EL DINERO

El alcalde no sólo enviará allí el tesoro, sino que falseando la historia para aparentar que la Encarnación era el corazón de la Sevilla romana (era la Alfalfa), ha lanzado el proyecto ‘Cardo’, para que los visitantes del Alcázar (cerca de un millón al año) puedan acceder con la misma entrada al ‘Antiquarium’ y al Carambolo, con lo que demuestra que no confía en el atractivo ‘per se’ del Parasol para revitalizar el Centro y necesita parasitar desde el Palacio Real más antiguo de Europa a las joyas tartésicas.

Hace unos días, los dueños del mercado provisional declararon que el Ayuntamiento se está retrasando en el pago del alquiler desde principios de año. Ahora, sin embargo, el Consistorio anuncia que pagará todos los gastos de la exposición del Carambolo bajo las setas, la póliza del seguro y las medidas de seguridad extraordinarias. No hay dinero para alquileres, infraestructuras  o el abono de los atrasos a la Policía Local, pero para las setas de la Encarnación, la consigna de Monteseirín está clara: “que no farte de ná”.

Cardo

El (sin) alcalde creará la tarjeta ‘Cardo’ para que los turistas del Alcázar vayan al  ‘Antiquarium’ y las setas. Trata así de presentar ‘su’ Encarnación como el Foro. Palabras de Blanco Freijeiro: “Si el grueso de la circulación de la ciudad tiende a discurrir por sus viejos cauces, ha de reconocerse la plaza de la Alfalfa como centro de la Sevilla antigua. Para atravesarla de este a oeste, ningún camino mejor que entrar por la Puerta de Carmona, enfilar Águilas, cruzar la Alfalfa y continuar hacia el Salvador por Alcaicería. Si queremos atravesarla de norte a sur, y también por el centro, tomaremos Alhóndiga desde Santa Catalina y después Cabeza del Rey Don Pedro, Alfalfa, Corral del Rey y Abades. Tales son las coordenadas de la ciudad, respetadas por el dédalo de callejas tortuosas y de adarves de la Sevilla medieval. Viéndolas en el plano se diría que en ellas persisten el cardo maximus y el decumanus maximus de la Híspalis romana”. La Encarnación no está ni en el cardo ni en el decumanus. El (sin) ignora la historia y/o la manipula. Cardo, pero borriquero.

Historia del mercado de la Encarnación

Las ‘setas’ acogen a menos del 10% de los

placeros de la Encarnación

De los 430 comerciantes que había cuando en 1973 se derribó

el mercado sólo quedan 39

Los placeros apostaron por la demolición al creer que un parking

y un hotel pagarían la nueva construcción

Se instalaron en el mercado provisional con la idea de que sólo estarían tres años y han permanecido un tercio de siglo

El solar de la Encarnación fue utilizado durante un tiempo como

Parking en superficie de apoyo al de El Corte Inglés

A mediados del siglo XX fue derribada la tercera parte para el

ensanche de Imagen y la plaza de ‘la Encarnita’

Tras 37 años de espera, tan sólo 39 placeros del antiguo mercado de la Encarnación, derribado en el año 1973, han visto la ‘tierra prometida’ de unas nuevas instalaciones que sustituirán a las originales construidas en la primera mitad del siglo XIX y a las provisionales que fueron habilitadas tras entrar la piqueta en la primitiva plaza de abastos.

Estos 39 comerciantes suponen menos del 10% de los más de 400 (podrían estimarse en unos 430) que desarrollaban su actividad cuando se decidió la demolición. En el corazón de Sevilla quedó abierta una herida en forma de solar de varios miles de m2 de extensión y que ha tardado 37 años en ser suturada, aunque al precio de privatizar este espacio durante los próximos 40 años y a un coste global estimado de toda la operación de unos 140 millones de euros.

El mercado de la Encarnación debe su nombre al antiguo convento de religiosas agustinas (1591) sobre cuyo solar se edificó en la primera mitad del siglo XIX. La investigadora María Dolores Antigüedad del Castillo recoge en su libro ‘Espacio, tiempo y forma’ un proyecto de alineación en varias calles interiores con una fuente central de la plaza de abastos de la Encarnación, realizado en 1832 por el arquitecto mayor de Sevilla Melchor Cano, colaborador del asistente Arjona.

La fuente, gemela de la existente en la plaza de la Magdalena, pasa por ser la más antigua de Sevilla y aún se conserva tras su traslado a la parte de la plaza que modernamente se ha convenido en llamar ‘la Encarnita’.

El mercado fue el más moderno de su época, pero en pleno régimen franquista (1950) le fue amputada un tercio de su superficie para construir el ensanche de la calle Imagen y conectar a través del mismo la Puerta Osario con la Campana y crear una plaza (‘la Encarnita’) colindante con la iglesia de la Anunciación.

Fue el principio del fin, que se aceleró a mediados de los 60, con el hundimiento de las cuarteladas de las verduras y del pescado, casi siglo y medio después de su construcción. Al contrario que las instalaciones para los pescaderos, que fueron reparadas, los verduleros optaron por acelerar el proceso de abandono, que llevaba implícita la idea de la demolición.

NIDO DE RATAS

Según el testimonio de Francisco Rodríguez, uno de los 39 supervivientes que se traslada al mercado bajo las setas diseñadas por el alemán Jürgen Mayer, la plaza de abastos original, pese a la amputación sufrida, se había quedado demasiado grande para los 430 placeros existentes y agrupados en una de las cooperativas que fomentaba el antiguo régimen.

En la parte colindante con el antiguo bar ‘La Unión’ sólo quedaban en pie los dos primeros puestos. El resto había sido abandonado a su suerte y se había convertido en nido de ratas y hasta en letrinas y refugio para realizar actividades innombrables.

Por otra parte, tras la riada del Tamarguillo se produjo el desplazamiento de numerosos habitantes del casco antiguo a los nuevos barrios periféricos, lo que se tradujo en una caída de la clientela. Además, surgió la competencia de los primeros supermercados. Posteriormente, 48 placeros se trasladaron al nuevo mercado del Tiro de Línea, lo que supuso un golpe a las expectativas sobre cualquier tipo de recuperación del esplendor perdido y contribuyó a alimentar el deseo de tirar abajo el mercado, máxime por los cantos de sirena en la época del desarrollismo franquista.

A los placeros se les llegó a prometer que les resultaría gratis la construcción de un nuevo y más moderno mercado porque lo pagaría un parking subterráneo con 400 plazas y un hotel que se alzaría dentro del mismo complejo comercial, en pleno centro de la ciudad.

Así pues, la mayoría de los comerciantes querían y aplaudieron la demolición, que se produjo el 1 de octubre. A este derribo se sumó hacia la misma época el de unas antiguas viviendas cercanas, cuyo hueco permitió instalar un mercado provisional mientras se levantaba el nuevo, una espera que ha acabado prolongándose durante 37 años.

‘NUMERUS CLAUSUS’

De los placeros existentes, 36 fueron ‘deportados’ directamente a Bellavista, ya que no se sometió el traslado a sorteo, y otros tantos a Las Palmeritas. Más de 50 quedaron en suspenso y muchos perdieron sus licencias sin indemnización alguna al no ser aceptados o no integrarse en la mayoría que formó la nueva cooperativa y que se asentó en las instalaciones provisionales: 91 en total. Algunos aún subsistieron algún tiempo con puestos de fruta construidos precariamente con tablas y cajones de madera.

Se instauró una mentalidad de ‘sálvese el que pueda’, ya que se pensaba que cuantos menos placeros quedaran, más posibilidades de sobrevivir tendrían los demás. Con el tiempo, los placeros de más edad se iban jubilando, pero sus bajas no se cubrían porque la nueva directiva de la cooperativa , compuesta mayoritariamente por verduleros y fruteros, mantenía como política el ‘numerus clausus’ en la creencia de que a menos vendedores, más ventas por cabeza.

Así que los puestos que quedaban vacíos eran comprados por los placeros colindantes para duplicar sus instalaciones y evitar nuevas incorporaciones. Al final han quedado 68 puestos abiertos de los 91 iniciales en el mercado provisional.

El gremio que sufrió mayores bajas de efectivos fue el de los carniceros: doce en total. Algunos, para mantenerse, pasaron a vender recova, congelados y comestibles. Sólo se incrementó el número de pescaderos.

Los placeros tenían la idea, que la historia demostró totalmente equivocada, de que no permanecerían en el mercado provisional más de tres años y que en 1977 a lo sumo inaugurarían la nueva plaza de abastos. Sin embargo, su provisionalidad se iba prolongando en la misma medida en que se sucedían proyectos que nunca se materializaban, quizás porque el mercado estaba adscrito al área de Consumo y no a la Gerencia de Urbanismo, el departamento más potente del Ayuntamiento.

Por frustrarse, hasta se frustró el proyecto diseñado por el arquitecto sevillano hoy de moda, el premiado Guillermo Vázquez Consuegra, el cual ideó un mercado que recordaba al primitivo, con arcadas y en dos plantas, pero a un precio que pareció prohibitivo para la época y que hoy parecería ridículo al lado del coste de las ‘setas’.

PARKING EN SUPERFICIE

El solar incluso fue utilizado durante un tiempo como ‘parking’ de El Corte Inglés. Con el advenimiento del primer ayuntamiento democrático, presidido por Luis Uruñuela (1979-1983),  renacieron las esperanzas de los placeros, máxime cuando en un pleno extraordinario celebrado con motivo del Día de la Constitución el por entonces responsable de Consumo y mercados, José Villa, expuso al resto de la corporación municipal todo lo que supuestamente en breve se iba a construir sobre el solar de la Encarnación, promesas que merecieron el aplauso y refrendo unánime de sus señorías pero que nunca vieron la luz.

Posteriormente, entre la campaña para justificar el abandono del Metro, la redacción del nuevo PGOU y los preparativos para la futura Exposición Universal de 1992, los sucesivos consistorios no tuvieron demasiado tiempo para concretar los proyectos que sobre plano se diseñaban para la Encarnación, y cuando hubo tiempo una vez liquidada la Expo, sobrevino una de las peores recesiones económicas, con lo que la idea de resolver esta asignatura pendiente que se eternizaba no se retomó hasta el gobierno de coalición PSOE-PA, formado por Monteseirín y Rojas Marcos (1999-2003).

Aunque Monteseirín votó cinco veces a favor del proyecto impulsado por sus socios andalucistas de construir un nuevo mercado con diseño del arquitecto José Antonio Carvajal (conocido por ser el autor, entre otras obras, del nuevo seminario en la avenida de la Palmera) y con un parking subterráneo, la polémica creada por el hallazgo de restos arqueológicos en el solar y el riesgo de su destrucción por el aparcamiento fue suficiente para que, ya en un nuevo mandato en coalición con IU, el alcalde optara por liquidar el plan que él mismo había apoyado aun al coste de pagar costosas indemnizaciones por los trabajos realizados y tratara de dejar para la posteridad su sello con otro proyecto de coste faraónico y de polémico diseño por su emplazamiento: las ‘setas’ del alemán Jürgen Mayer.

A partir de ahora, el Metropol Parasol acogerá a los ‘últimos de Filipinas’ de la Encarnación. Se cierra así un capítulo que ha durado 37 años y sólo el tiempo y los placeros dirán si con un final feliz.

Un presupuesto

multiplicado por 10

El presupuesto inicial para la construcción de los 39 puestos del mercado bajo el Metropol Parasol era de 440.000 euros. Al final la factura se ha multiplicado por 10 y se ha elevado a 4.400.000 euros. El Ayuntamiento ha tratado de justificar la cifra con el argumento de que se ha debido a su deseo de atender la solicitud de los propios placeros de que se mejorara el equipamiento con el fin de adecuar las instalaciones a las exigencias de una sociedad del siglo XXI.

La adecuación de las instalaciones se ha traducido en la dotación con cámaras frigoríficas,, lo que ha supuesto un coste promedio de 101.538 euros por cada uno de los 39 puestos, unos números que parecen totalmente desorbitados para los conocedores del sector, ya que fuentes consultadas estiman que con sólo 12.000 euros se puede equipar perfectamente con una cámara frigorífica cualquier puesto. El Ayuntamiento sigue sin aclarar cómo se ha disparado este coste de forma tan extraordinaria.

Por otra parte, aunque los placeros están contentos de salir de las instalaciones provisionales al cabo de 37 años, no las tienen todas consigo sobre el futuro porque, a pesar de que el Ayuntamiento está asumiendo las facturas que exige Sacyr (pagar 350 euros de alquiler en vez de los 680 que pedía la constructora), también creen que sus gastos se van a incrementar. Ahora, por ejemplo, pagan 73 euros de licencia por un puesto de 9 m2, pero se trasladan a puestos con el doble de superficie, por lo que temen un incremento en similar proporción.Algunos temen que el hecho de que el mercado sea tan pequeño puede restarle ambiente y atractivo a la hora de captar clientela.

Las ‘setas’, un negocio de 100 millones

Los compromisos del Ayuntamiento ascienden a 80 millones por privatizar la plaza durante 40 años

El Consistorio carga con el alquiler del edificio de Hacienda y de parte de los puestos del mercado y subvención a las visitas

El coste para las arcas públicas se incrementa con el Antiquarium y las indemnizaciones por desechar el proyecto de PSOE y PA

Visita de Monteseirín y Celis a las setas de la Encarnación

Visita de Monteseirín y Celis a las setas de la Encarnación

Sacyr podría hacer un negocio de al menos 100 millones de euros por la construcción y explotación comercial de las setas y la plaza de la Encarnación,  tras comprometerse en el concurso que le fue adjudicado en su día a invertir tan sólo unos 25 millones de euros y haber obtenido ya del Ayuntamiento durante estos años aportaciones de fondos públicos por valor superior a los 63 millones, que sumarán más de 80 millones (sin contar aportaciones en especie) al cabo de 40 años.

Las estimaciones pueden empezar a hacerse a la luz de las cifras de negocio que se van concretando en las distintas áreas del Metropol Parasol y su entorno y en las previsiones contenidas en el Plan de Financiación elaborado en su día (2005) por la propia compañía.

Recordemos someramente que el Ayuntamiento presidido por Monteseirín valoró la ejecución del proyecto de la Encarnación en 51,2 millones de euros. A cambio de la construcción del Metropol Parasol, el Consistorio permitirá a Sacyr la explotación de todo el conjunto durante 40 años.

La constructora desembolsaría unos 25.778.834 euros y el Ayuntamiento, además de permitirle rentabilizar comercialmente las setas, le aportaba de entrada una subvención a fondo perdido de unos 25.421.166 euros, que con el tiempo y por ahora se han convertido en al menos 63 millones, más  la cesión también por esos cuatro decenios del edificio de la Hacienda Municipal, tasado por Tinsa en 32,3 millones de euros.

Vamos a ir desglosando cada uno de los activos explotables por Sacyr en la Encarnación con sus previsiones de negocio y las variaciones surgidas desde 2005 a la fecha:

EDIFICIO DE LA HACIENDA MUNICIPAL

Se trata en realidad de dos edificios de dos plantas unidos entre sí y con un parking subterráneo, con 6.797 m2 de superficie sobre rasante y 1.113 m2 de aparcamiento. La estimación de negocio de Sacyr era alquilarlo como oficinas a razón de 12 euros por m2 y mes y con un 90% de ocupación, de lo que resultarían unos ingresos  de 73.408 euros al mes; 880.896 al año y 35.235.840 euros en los 40 años de concesión.

El plan de negocio prevé alquilar las 41 plazas de estacionamiento con una ocupación plena y a razón de 150 euros mensuales por plaza. Resultaría una renta mensual de 6.150 euros; anual de 73.800 y de 2.952.000 en los 40 años.

El Ayuntamiento, propietario del inmueble, previó el traslado de los funcionarios a la antigua Comisaría de la Gavidia, que adquirió al Ministerio del Interior a cambio de 9 millones de euros más la entrega de cinco solares para que construyera Comisarías de Policía, pero hasta  la fecha Interior sólo ha construido una comisaría, y el Consistorio ni ha rehabilitado la Gavidia ni trasladado a los funcionarios para dejarle libre a Sacyr la sede de Hacienda y que aquélla, conforme al compromiso adquirido con la Corporación Municipal, la demoliera para alzarla de nuevo o la rehabilitara a sus expensas.

Desechada la idea de la demolición y nueva edificación por razones de ahorro para Sacyr, la constructora estimó el coste de la rehabilitación a razón de 360 euros/m2 en las oficinas y de 250 euros/m2 en el garaje. Total, 2.725.170 euros.

Por su parte, el Ayuntamiento se comprometía a indemnizar a Sacyr con unos 21.000 euros periódicamente si cuando estuvieran acabadas las setas no había liberado el edificio. Las setas no se han terminado aún, tras un retraso de varios años, y pese a ello y sin que haya mediado concurso público, Monteseirín ha decidido que los funcionarios municipales continúen al menos cinco años más en la Encarnación y convertirse en inquilino de su propio edificio, a cambio de una renta mensual para Sacyr de 60.000 euros. Así pues, en esta época de hundimiento del mercado inmobiliario, el Ayuntamiento garantiza a Sacyr el alquiler de los próximos cinco años con una cifra de 3.600.000 euros. Y por ende la constructora se ahorra el coste de la rehabilitación, esos 2,7 millones citados.

METROPOL PARASOL

La cubierta del Metropol Parasol

La cubierta del Metropol Parasol

Por niveles, desde el subsuelo hasta la coronación de las setas, hay los siguientes elementos:

-Antiquarium (Cota: – 5 metros)

El Consistorio ha anunciado que invertirá 8,5 millones de euros en la construcción de este gran espacio museístico bajo el suelo de la Encarnación y que acogerá todos los restos arqueológicos hallados durante las excavaciones. De momento no está claro si el museo será de entrada libre. El alcalde anunció su propósito de que fuera gestionado por el Patronato del Alcázar, aunque Sacyr también ha sacado tajada, ya que el alcalde le ha adjudicado aquí obras por valor de 4,7 millones de euros.

-Nivel Plaza Cero (Cota: – 5 metros)

Servicios del mercado, que se encuentran bajo rasante. Aquí Sacyr proyecta explotar 376 m2 con una renta mensual de 15 euros/m2, lo que arrojaría 5.640 euros mensuales; 67.680 euros al año y 2.707.200 euros en todo el periodo.

Nivel Plaza Uno (Cota: 0,00 / 10,25 metros)

La seta sobre la plaza de la Encarnita

La seta sobre la plaza de la Encarnita

Este es el nivel del mercado y de toda la Plaza de la Encarnación, con una superficie de 4.500 m2. Aquí se ha construido el mercado para los 39 placeros supervivientes del primitivo mercado derruido en 1973, si bien la previsión de Sacyr es la de recuperar toda esta zona dentro de unos 20 años, cuando calcula que los placeros se habrán ido retirando, abandonando o desapareciendo físicamente, una previsión que ha indignado a aquéllos. El plan de negocio de la constructora consistía originalmente en cobrarles 360 euros por puesto y mes, lo que arrojaría 168.480 euros/año, pero ahora se ha descolgado con una tarifa de 680 euros, según el delegado de Urbanismo (Manuel Rey), para recaudar 318.240 euros al año.

Así pues, de una proyección de 6.739.200 euros de ingresos totales en 40 años, Sacyr pasará a ingresar 12.729.600 euros, gracias a que Monteseirín, otra vez, se ha comprometido a abonar con cargo a los contribuyentes la diferencia que se niegan a pagar los comerciantes privados, un total de 5.990.400  euros en 40 años y que suponen otra aportación extra municipal para las arcas de la compañía.

El Ayuntamiento incurrirá en otro coste en este sentido, al destinar 179.700 euros para indemnizar a seis placeros que teniendo derecho no se podrán trasladar al nuevo mercado desde las actuales instalaciones provisionales porque bajo las setas sólo caben 39 puestos en vez de los 45 que habrían hecho falta, por lo que aquéllos renunciaron a la mudanza a cambio de este dinero.

En este mismo nivel, aunque en el lado contrario (fachada a calle Imagen, para entendernos) al de los puestos de los placeros, se halla la galería comercial. En el Plan financiero inicial de Sacyr figuraban 836 m2 de locales alquilables a razón de 30 euros/m2/mes.

Sin embargo, al final la constructora ha estirado al máximo para obtener un total de 1.040,45 m2, divididos en principio en diez módulos que incluso podrían modificarse en función de las demandas de los clientes: siete con medidas inferiores a los 100 m2 (el más pequeño, de 16,19 m2) y los otros de 100,83 m2, 148,87 m2 y 394,02 m2. Los precios de alquiler oscilan entre 18 y 54 euros mensuales el m2 y la estimación (no se dan cifras oficialmente) de ingresos sería ahora de 40 euros/m2/mes, lo que reportaría a Sacyr 499.416 euros/año y un total de 19.976.640 euros a lo largo de 40 años.

-Nivel Plaza 2 (Cota: + 5 metros)

Este es el nivel de la plaza elevada. En principio Sacyr proyectaba una especie de kiosco que le reportaría 3.000 euros mensuales. Sin embargo, con el fin de incrementar la facturación, en la parte noroeste piensa habilitar un restaurante-terraza y dos bares. No hay datos oficiales, pero si se multiplicaran esos 3.000 euros por los tres negocios, los ingresos podrían ascender a 108.000 euros/año y un total de 4.320.000 en todo el periodo de la concesión.

-Nivel Plaza 3 (Cota: + 21,50 metros)

Imagen virtual de un bar en el mirador

Imagen virtual de un bar en el mirador

El nivel del café panorámico en el mirador de los parasoles. El plan inicial de negocio consistía en autorizar un restaurante de 844 m2, con un alquiler de 12 euros/m2/mes, pero ahora Sacyr está pensando en colocar dos restaurantes en uno de los extremos, aun a costa de incrementar el número de puertas de un muro cortina de separación y control de acceso. Quizás no duplicará la superficie alquilable, pero sí la incrementará en buena medida para seguir haciendo caja. Si nos atenemos al plan inicial de un solo restaurante, la estimación de ingresos sería de 10.128 euros/mes; 121.536 euros/año y 4.861.440 euros en 40 años.

La previsión de Sacyr es ingresar un millón de euros anualmente por las visitas turísticas (estimación de 400.000 clientes) a la cima de los parasoles, de lo que se deduce que cobraría por la entrada 2,5 euros. El Plan financiero no las tiene todas consigo sobre la realización de este objetivo, que sería el más rentable, ya que supondría unos ingresos de 40 millones de euros en todo el periodo.

El Ayuntamiento, en su campaña de propaganda en pro de las setas y de “democratizar” las vistas sobre Sevilla y la Giralda, prometió que los sevillanos subirían gratis a lo alto del Parasol, pero esa promesa no era de la incumbencia de Sacyr, que ha exigido a la Corporación Municipal el pago de 180.000 euros anuales para permitir a todos los que aporten el DNI de vecinos de la ciudad el paso libre al mirador. En los 40 años de este régimen de concesión, esa indemnización municipal por el lucro cesante le reportaría a la constructora 7.200.000 euros. El resto, hasta los 40 millones, deberían aportarlo los forasteros.

ESPACIOS PUBLICITARIOS

En su Plan financiero, Sacyr prevé el cobro de 10 euros/m2 por la publicidad que se coloque en el conjunto de la Encarnación. De momento, su idea es aprovechar como soportes propagandísticos en el nivel Plaza Cero los muros que delimitan los itinerarios peatonales, las escaleras y las rampas; y en el nivel Plaza Uno habrá una zona publicitaria específica. Carecemos de datos para hacer una estimación de este tipo de ingresos a lo largo de 40 años.

Como se recordará, el proyecto de las setas de la Encarnación, sin contabilizar todos los costes de deshacer el anterior empezado a ejecutar durante el gobierno de coalición PSOE-PA entre Monteseirín y Rojas Marcos, tenía un presupuesto inicial de 51,2 millones de euros, de los que el Ayuntamiento aportaba como subvención a fondo perdido 25.421.166 euros. Por tanto, el desembolso correspondiente a Sacyr era de 25.778.834 euros (cifras aproximadas, dado el oscurantismo existente al respecto).

El sobrecoste de las obras ha obligado al Ayuntamiento a aprobar posteriormente dos modificados, el primero por valor de 8,4 millones de euros y el segundo, por 29,9 millones de euros. De momento, las cuentas de las setas salen así: la factura para el Ayuntamiento hasta ahora y por sus compromisos futuros asciende a más de 80 millones de euros (sin contar los costes del proyecto PSOE-PA desechado en su día, ni los 8,5 millones del ‘Antiquarium’, cargados al Plan 5.000 de Zapatero) para privatizar la plaza de la Encarnación a favor de Sacyr, que podría mover  al menos 100 millones de euros en números redondos, sin contabilizar los ingresos por publicidad.

LAS FACTURAS DEL AYUNTAMIENTO

(Estimación. Cifras en euros, sin contabilizar actualización por IPC)

-Aportación inicial en líquido                                                   25.421.166

-Primer modificado                                                                               8.400.000

-Segundo modificado                                                                         29.900.000

-Alquiler durante 5 años del edificio                                           3.600.000

de la Hacienda Municipal

-Subvención de la tarifa de Sacyr a los                                       5.990.400

placeros durante 40 años

-Indemnización a 6 placeros por no                                                           179.700

poder trasladarse al nuevo mercado

bajo las setas

-Subvención de la visita de los sevillanos                                                  7.200.000

al mirador del Parasol durante 40 años

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TOTAL                                                                                                80.691.266

Y ADEMÁS

-Obras del Antiquarium cargadas a los planes                            8.500.000

del Gobierno y/o la Junta

-Indemnizaciones al constructor del mercado y parking

iniciados durante la coalición Monteseirín/Rojas Marcos:                      9.000.000

-Mantenimiento de pantallas en torno a los restos

arqueológicos hallados durante las obras del mercado

y parkings en la coalición Monteseirín/Rojas Marcos                5.300.000

-Honorarios de Jürgen Mayer                                                    5.000.000

-Honorarios del coordinador                                                                      30.000

-Valor del edificio de la Hacienda Municipal cedido                32.300.000

(aportación en especie) a Sacyr para que lo explote

durante 40 años

EL NEGOCIO  DE SACYR

(Estimación según Plan Financiero para los 40 años de concesión. Cifras en euros, sin contar actualización por IPC)

GASTOS                                INGRESOS TOTALES

-Aportación inicial                   25.778.834                                         –

-Rehabilitación de la

Hacienda Municipal                            –                                              –

-Alquiler de oficinas en

la Hacienda Municipal                       –                                              35.235.840

-Alquiler del parking de

la Hacienda Municipal                       –                                                2.952.000

-Servicios comerciales

Nivel Plaza Cero                               –                                                2.707.200

-Placeros de la Encarnación                 –                                              12.729.600

Nivel Plaza Uno

-Galería comercial                               –                                              19.976.640

Nivel Plaza Uno

-Bares Nivel Plaza Dos                       –                                                4.320.000

-Restaurante(s) Mirador Parasol

en Nivel Plaza Tres                                                                             4.861.440

-Visitas turísticas al Parasol                  –                                              40.000.000

-Espacios publicitarios             –                                                         ¿?

-Obras del Antiquarium                       –                                                4.700.000

TOTAL                                   25.778.834                                      127.482.720

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NOTA.- No ha acometido la rehabilitación de la Hacienda Municipal a que se obligaba ante el Ayuntamiento, con un coste estimado de 2.725.170 euros.

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Monteseirín manipula la historia

para ocultar que votó cinco veces

a favor de un parking

Restos arqueológicos hallados en el solar de la Encarnación

Restos arqueológicos hallados en el solar de la Encarnación

Alfredo Sánchez Monteseirín, que durante su coalición de gobierno con el PA votó en los órganos municipales cinco veces a favor del proyecto de construcción de un parking subterráneo de cuatro plantas y un mercado diseñado por Carvajal en la Encarnación, manipula en su blog (http://smsevilla.wordpress.com/2010/09/09/antiquarium-2/) la historia reciente para ocultar este hecho.

Según dice Monteseirín en su blog, en el mandato 1991-1995, los dos partidos (PA y PP) que gobernaban en coalición en el Ayuntamiento trataron de convertir el inmenso solar de la Encarnación en un gran aparcamiento subterráneo. “Cuando fui elegido alcalde (1999) aquella idea desapareció del debate político y las excavaciones que se empezaron a realizar dieron a la luz el mayor yacimiento arqueológico romano de toda la ciudad”, añade el alcalde en su blog.

Monteseirín oculta deliberadamente que esas excavaciones se acometieron en el marco del proyecto de su gobierno de coalición con el PA (1999-2003) de construir un mercado en superficie más cuatro plantas de parking subterráneo y que él apoyó cinco veces en los organismos municipales con su voto ese plan del Ayuntamiento que presidía como alcalde.

Tras coligarse con IU a partir de 2003 para mantenerse en el poder y tratar de desvincularse de la etapa anterior, tuvo que pagar con dinero público 9 millones de euros en indemnizaciones a los adjudicatarios de aquellas obras y 5,3 millones por mantener las pantallas en torno a los restos arqueológicos, condición ‘sine qua non’ para poder convocar el concurso del que surgieron las setas de la Encarnación, diseñadas por el alemán Jürgen Meyer.

Menos lobos

El (sin) alcalde ha vuelto a ‘sostenella y no enmendalla’ al decir que el proyecto de las setas de la Encarnación generará, sólo en su primer año, ojo, 165 millones de euros de beneficios para Sevilla. Alfredo en el país de las maravillas. Menos lobos, como en el chiste de aquel cazador que empezó viendo una manada y acabó por reconocer que al menos se habían movido unos matorrales por efecto del viento. Y es que Monteseirín va a modificar los estatutos del Patronato del Real Alcázar para que parte de los dineros que recauda el Palacio Real más antiguo de Europa se desvíen a la conservación del ‘Antiquarium’ bajo las setas. Si el Parasol sin Metropol va a generar ‘cienes’ y ‘cienes’ de millones de euros, más aún que la Semana Santa y la Feria al ojo de buen cubero de Emilio Carrillo con sus cifras malabares y cuyo nombre es mentarle la bicha al (sin) alcalde, ¿cómo es que hay que echar mano del Alcázar para pagar el recibo de la comunidad del ‘Antiquarium’ de la modernización  de Sevilla según Alfredo? El discurso de Monteseirín siempre acaba negando la mayor.

De propietario a inquilino

Resumen del capítulo anterior del culebrón sobre las setas. En el Pleno extraordinario del 21 de julio, el Ayuntamiento aprueba ‘in extremis’ con el voto de calidad (¿?) del alcalde el segundo modificado del proyecto, que supone una aportación extraordinaria municipal de 30,47 millones de euros para culminar  la obra. Los voceros municipales reconocen a regañadientes que de los 51 millones iniciales se pasa a 89,6, si bien según las estimaciones desarrolladas anteriormente en esta página el coste real de la ‘operación Encarnación’ en que Monteseirín ha embarcado a los sevillanos ascendía a   123 millones de euros.

En ese Pleno y/o en declaraciones a los medios, Torrijos advierte de que no va a admitir ninguna desviación presupuestaria más y que no las refrendará con sus votos. Asimismo, dice contar con información reservada de que habrá más sobrecostes y que la obra no se acabará en el nuevo plazo (el quinto ya): diciembre de 2010.

DE ALQUILER EN SU PROPIA CASA

El Pleno se celebró el 21 de julio, y Monteseirín ocultó, igual que ocultó en 2007 los informes que decían que las setas eran técnicamente inviables, que estaba acabando de negociar con la empresa constructora Sacyr que el Ayuntamiento pasara de propietario del edificio de la Delegación de Hacienda en la Encarnación a inquilino y por un plazo de cinco años, tal como acordó la Junta de Gobierno reunida justamente al día siguiente del Pleno: el 22 de julio.

Como se recordará, ese pésimo jugador de billar que es el aún alcalde había ideado en 2005 la siguiente carambola: le regalaba 25 millones de euros a Sacyr y le otorgaba una concesión mercantil durante 40 años de toda la Encarnación, incluido el edificio de la Hacienda municipal, para que edificase las setas en el plazo de dos años por la ‘módica cifra’ de unos 51 millones de euros. Luego le compró al Ministerio del Interior la antigua y ruinosa comisaría de la Plaza de la Gavidia por 9,9 millones de euros y le cedió cinco solares para que construyera otras tantas comisarías, y con la Gavidia en sus manos trasladaría allí a los funcionarios de la Hacienda municipal antes de entregarle el inmueble a Sacyr para que lo rehabilitara, cosa que tampoco ha hecho, y lo alquilara para oficinas.

Cinco años después, las setas están por acabar, su presupuesto oficial casi se ha duplicado a costa de los sevillanos, Interior sólo ha construido una comisaría de las cinco, la Gavidia está más en ruina que antes y ahora hay que pagarle a Sacyr otro sobrecoste derivado de las setas en concepto de alquiler de un edificio del propio Ayuntamiento. ¿Cabe mejor metáfora de hasta dónde es capaz de llevar Monteseirín a Sevilla? La factura del alquiler será de 60.000 euros al mes, igual a 720.000 euros al año, igual a 3.600.000 euros en un lustro.

¿No decía Torrijos que no iba a admitir más sobrecostes?

BONIFICACIÓN A LOS PLACEROS

En el ínterin, los 39 placeros supervivientes del antiguo mercado se rebelan ante la pretensión de Sacyr de exigirles el pago global de 288.000 euros anuales  por ocupar las nuevas instalaciones debajo del Parasol, lo que supondría prácticamente el doble de lo que ahora abonan (de 360 euros mensuales a unos 615). Los placeros anuncian que no se van a dar por enterados de la exigencia porque pactaron con Urbanismo que la cuota mensual que tendrían que abonar no superaría el coste de mantenimiento.

Para evitar la ‘rebelión en la granja’ y más daños de imagen a su juguete preferido, el alcalde anuncia que el Ayuntamiento va a pagar ese sobrecoste porque, total, como ya destina 62.000 euros anuales al alquiler del mercado provisional el ‘statu quo’ no cambia. Una mentira más. Si Sacyr exige 288.000 euros y los 39 placeros pagan en conjunto 168.480 euros (360 euros/mes x12 meses), la diferencia a cargo del Ayuntamiento será de 119.520 euros/año. Esta cifra (sin contabilizar IVA ni IPC) supondrá 4.780.000 euros en los 40 años de concesión de las setas. Otra factura con la que no se contaba. ¿No decía Torrijos que no iba a admitir más sobrecostes?

DEMOCRATIZAR LAS VISTAS

Uno de los argumentos más demagógicos y falaces de Monteseirín, Marchena y compañía para justificar las setas era que así se democratizarían las vistas de Sevilla y la Giralda, “reservadas ahora sólo a los privilegiados que son dueños de una azotea en el Centro”, porque los sevillanos podrían subir gratis a lo alto del Parasol y solazarse viendo los tejados del caserío.

Los sevillanos no necesitan el Parasol para admirar el paisaje urbano cuando pueden hacerlo gratis desde lo alto de la Giralda, que lo duplica en altura.

Pues ahora Sacyr le exige al Ayuntamiento que le pague 180.000 euros anuales si quiere que los sevillanos tengan acceso a lo alto de las setas, ya que los turistas van a pasar por caja. Y si paga el Ayuntamiento, a la postre estamos pagando todos por, supuestamente, “democratizar” las vistas. ¿Dónde queda ahora la demagogia de Marchena? Pues bien, 180.000 euros (sin contar el IPC) en 40 años de concesión supondrán 7.200.000 euros.

Si sumamos los 3,6 millones del alquiler del edificio de la Hacienda municipal, los 4,78 millones de la bonificación a los placeros y los 7,2 millones por el acceso a las setas, veremos que los nuevos sobrecostes a futuro desde el 21 de julio ascienden a 15.580.800 euros y que el conjunto de la operación de las setas va ya por 138.580.800 euros.

Y menos mal que Torrijos decía que ni él ni IU iban a admitir más desviaciones presupuestarias.