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Facturas ‘sombra’

La Consejería de Salud empezará a emitir en  otoño facturas informativas, también denominadas ‘facturas sombra’, para –reza la nota oficial- facilitar a los ciudadanos los detalles sobre el coste aproximado de la atención sanitaria que hayan recibido aunque no tengan que abonarla. Con esta iniciativa se pretende concienciar de la inversión que el Gobierno andaluz realiza en el sistema sanitario público regional. ‘Nihil obstat’, pero ¿y si también la Consejería de Presidencia o de Gobernación emitiera ‘facturas sombra’ con los gastos en que incurren nuestros políticos?. Por ejemplo, el coste aproximado del uso de las tarjetas Visa en restaurantes de cinco tenedores –ellos no tiritan- como hacía Mellet con la de Mercasevilla, los viajes del (sin) alcalde de Sevilla en plan capitán Tán a lo ancho y largo de este mundo, las pinceladas de mariscos al centro de Manuel Marchena, el envío del coche de lujo del (sin) a Barcelona para la final de la Copa del Rey y toda la parafernalia que rodea a estos sufridos servidores del pueblo pero siempre a costa del pueblo.

Manifestódromo

A este paso, además de consultar la predicción meteorológica para ver si hay que salir con paraguas –a la luz de los últimos pronósticos sigue vigente lo de hasta el 40 de mayo no te quites el sayo– o en manga corta, habrá que mirar la nueva sección que crearán los periódicos, dedicada a la manifestación nuestra de cada día. Ya he recortado para manejarme por Sevilla la previsión que ha hecho mi querida colega Estrella Yáñez para toda esta semana: siete colectivos, siete, se anuncian en los carteles para convertir calles y avenidas en un manifestódromo unamuniano contra esto (el Ayuntamiento sin alcalde) y aquello (el Gobierno tutelado por Europa). Lo de los funcionarios de ayer sólo fue el aperitivo, porque hasta el domingo pasearán sus protestas bomberos, mineros de Boliden, supervivientes de Astilleros, los de Correos, vecinos de Amate y familias por la custodia compartida. Y, entre medias, los presuntos prejubilados de Mercasevilla se encierran en tiendas de campaña. Como ven, en materia de conflictividad no nos falta ni un campamento en plan Sintel.

Sin al cubo

Los socios del Gobierno de progreso hacia la opacidad absoluta, Monteseirín y Torrijos, han liquidado al PP en Mercasevilla y acabado con la tradición en Democracia de que la Oposición esté también en las empresas municipales para ejercer allí, y no sólo en el Pleno, su rol fiscalizador. Pero eso es lo que no quieren: tener a Beltrán Pérez de único testigo en plan amish, como en la película de Peter Weir, en una sociedad pública donde la juez Alaya saca un escándalo tras otro, enlazados como las cerezas de Montserrat Roig. Carecen de  la coartada del ahorro por la crisis, ya que el consejero del PP jamás cobró dietas, al contrario que el (sin) alcalde. Y no pueden hablar de despolitización de la empresa, porque políticos de PSOE e IU se han quedado dentro, de guardia. Monteseirín, presidente de la compañía, se quitó del medio, como suele cada vez que a chamusquina huele. El (sin) alcalde del (sin) Ayuntamiento que ni alega al Metro y fía el proyecto a la autogestión ciudadana, quiere ahora que Sevilla se quede también sin Oposición: un sin elevado al cubo.

Automedallas

La Sevilla que según el (sin) alcalde 22.0 iba a ser la ciudad del pleno empleo cae de bruces en la crisis con casi 80.000 parados (el 36% del total provincial), un Ayuntamiento que debe 522 millones de euros, empresas municipales –Tussam, Lipasam, Mercasevilla- sumidas en la ruina y/o el escándalo y proyectos faraónicos  desfasados en tamaño, plazos o costes (las ‘setas’, Fibes, la biblioteca del Prado, el túnel  de Bueno Monreal….). Contra las evidencias, Monteseirín dijo en el acto de las medallas de la ciudad que Sevilla sufre  menos el azote de la crisis por su menor grado de endeudamiento,  los pasados repuntes en la creación de empleo (¿?), la diversificación de su economía y equipamientos que pueden permitir el desarrollo de nuevas iniciativas. Según el (sin), Sevilla tiene sólidos cimientos frente a la crisis gracias a….¿a quién va a ser? Pues al autor de esta visión edulcorada de la realidad: el hombre providencial que en tiempos de vacas gordas nos preparó para las vacas flacas. Con su discurso Monteseirín se impuso él mismo todas las medallas.

Operación acordeón

Mercasevilla está en la ruina y recurre a una ‘operación acordeón’: reducir su capital a cero y luego ampliarlo. Dicen las crónicas que el consejero apoderado, Alfonso Mir, “no acertó a explicar en qué consistía la ‘operación acordeón’, para lo cual recurrió al nuevo director gerente, Juan Carlos Recio, que tampoco acertó a explicarlo”. Los gestores de Monteseirín en las empresas municipales no saben ni lo que aprobaron cinco minutos antes ni lo que se traen entre manos. ¡Así le va a Sevilla! Pero como una de las obras de caridad es enseñar al que no sabe, debería ilustrar a Mir con una metáfora inteligible para él. Mira, Alfonso: la ‘operación acordeón’ es como si por Nochebuena Mercasevilla te regalara una cesta repleta de mariscos. Llegaría el momento en que -tras haberte comido los langostinos, bocas, nécoras, gambas y etc- la cesta  se quedaría a cero, pero a la siguiente Navidad Merca te enviaría otro canastón y así ampliarías tu capital de marisco. Y si aún no lo has comprendido, vete a Emasesa: seguro que Marchena te lo sabe explicar mejor que yo.

Buena pesca

Antes de que los noruegos lo domesticaran en sus piscifactorías de los fiordos –yo he visto cómo les echan pienso desde carretillas en plan ‘pitas, pitas’- y pasara de ser lujo escaso a plato habitual, el salmón era tan abundante que los mineros asturianos del XIX se sublevaron hartos de que  lo sirvieran como rancho en el tajo. Las comidas de trabajo, aunque sean manjares, acaban siendo un fastidio, de ahí que el entorno de Mellet, el exdirector general de Mercasevilla, no haya dado mayor importancia a las facturas cargadas a la Visa de la empresa municipal a su servicio: 530 euros en ‘La Buena Pesca’, especializado en marisco; 149 euros en el ‘Asador de Aranda’; 173 euros en  el ‘Oriza’, y 323 de otra comida en  ‘Alcuza’. Ya no sé si estos directivos comen para trabajar o hacen como que trabajan para comer siempre a costa del contribuyente. El  Gobierno estudia quitar la ayuda de 426 euros/mes a los parados de larga duración:   menos dinero aún que una comida en ‘La Buena Pesca’. ¿Y si probara a retirarles la Visa a todos en los que estamos  pensando?

Un cadáver en la Casa Grande

Cinco minutos después de que Griñán se lo quitara del medio contando diplomáticamente  que le había trasladado su deseo de no continuar, Monteseirín confirmó con la cara lívida que no repetirá como candidato a la Alcaldía “para beneficiar al PSOE”, con lo que reconocía que resta votos a la marca socialista. Por ironías del destino, el anuncio por Griñán del final de la década ominosa de Monteseirín trascendió el mismo día en que se publicaba la noticia de la ratificación por el Supremo de penas de cárcel para el asesor y el escolta del alcalde en el caso de las facturas falsas.

Esta mácula sobre la gestión municipal en la era de Monteseirín, que tiene a cinco ediles imputados por la Justicia, se une al escándalo de Mercasevilla y a otras situaciones bajo sospecha, por decirlo en su propio argot, como el presunto caso de información privilegiada desde Urbanismo a una inmobiliaria malagueña para que  redactara las bases del concurso del frustrado proyecto de la Ciudad del Empleo siendo ella misma aspirante a la adjudicación. Osea, juez y parte con la complacencia municipal. Marchena ni siquiera se cuidó de guardar las formas.

Por si todo esto no hubiera sido suficiente para Griñán, una reciente encuesta del PSOE confirmaba los peores temores del presidente: el PP obtendría ahora 17 concejales (mayoría absoluta); el PSOE caería hasta los 12 ediles e IU ganaría uno  a costa de los socialistas.

EL ‘TEMPO’ POLÍTICO

En sus declaraciones, Monteseirín dejó un par de perlas, como que ha ganado tres elecciones (mentira reiterada en plan goebbelsiano, ya que sólo ganó una y por mayoría relativa) y que quería que acabara la cacería mediática contra su persona y su proyecto, cuando ha sido al revés: su Ayuntamiento ha realizado una cacería sin precedentes contra los medios, los periodistas y hasta los críticos musicales, como bien puede atestiguar Ramón María Serrera.

Monteseirín ya no es ni siquiera un ‘pato cojo’, metafórica figura con la que la prensa americana define a los mandatarios sin posibilidad de ser reelegidos, sino un cadáver político del que el PSOE necesita desprenderse para que entre aire nuevo en el viciado ambiente de la Casa Grande, donde huele demasiado a podrido. Si Griñán ha anunciado ahora la decisión de aceptarle esa retirada que presentó sin deseo alguno de que le tomaran la palabra, no será para dejar expuesto su cadáver político durante 14  meses en el Ayuntamiento. Lo contrario sería un clamoroso error, ya que el PSOE necesita foguear a un candidato nuevo que devuelva la ilusión a sus votantes y quitarse a un alcalde sitiado por escándalos como el de Mercasevilla.

Lo más probable es que Monteseirín no agote el mandato, aunque Griñán y Viera digan ahora lo contrario, pero  que tampoco se vaya de la noche a la mañana. Por medio queda el congreso del PSOE y  rige la consigna de Zapatero de no provocarle ninguna crisis, por doméstica que sea, durante su presidencia europea, que concluye en junio. Griñán sabe que antes del verano debe resolver los asuntos pendientes y para entonces el PSOE aún tendría 11 meses para lanzar al futuro candidato, aunque no fuera necesariamente alcalde en sustitución de Monteseirín, pero mejor si estuviera dentro del Ayuntamiento.

OPCIONES

Se abre un escenario con estas posibilidades:

1)      Celis alcalde. Sería como continuar el Monteseirinato sin Monteseirín, ya que éste no se ha recatado en postularlo como su sucesor para frenar cualquier intento del partido de renovar a fondo el Ayuntamiento y para asegurarse un peón de cara al futuro, ya que, tal como lo definió su otrora padrino, Caballos, Monteseirín es un ‘glotón de la política’ en todos los sentidos del término, que necesita de la política para vivir mejor y que confiado a su proverbial buena suerte no renuncia a ninguna aspiración. Es dudoso que Celis cumpla su aserto de que “cuando se vaya Monteseirín, me iré con él”, pero la Ejecutiva provincial, a la que últimamente se ha acercado tácticamente, no se fía de él, reconvertido en griñanista de última hora. Viera sostiene que quien ha formado parte del problema no puede ser la solución.

2)      Que Juan Espadas, consejero de Vivienda, deje la Junta y sea nombrado edil por designación directa, previa dimisión de uno de los dos ‘dediles’ del PSOE (Maribel Montaño, portavoz, y Emilia Barroso, delegada de Bienestar Social). Espadas sería delegado de Presidencia y alcalde ‘in pectore’ y Rosamar Prieto sería la alcaldesa nominal hasta las elecciones como única superviviente en la cabeza de lista del PSOE –era la número tres- tras las dimisiones de Monteseirín (necesaria para este supuesto), Viera y Carrillo.

3)      Ni Celis ni Espadas. Se activa la solución Rosamar en espera de una tercera vía externa al Ayuntamiento. La hipótesis de Alfonso Guerra no está descartada, ni la de Viera.

4)      Mantenimiento del ‘statu quo’ municipal. El candidato es externo al Ayuntamiento pero Monteseirín se queda de figura decorativa, probando durante 14 meses la misma medicina que él le aplicó a Borbolla.

Monteseirín quiere una salida para él, su valido y gente de confianza, pero aún  no tiene garantías. En su día se pensó en darle Agesa como refugio, pero en el seno del PSOE hay una corriente que propugna enviarlo lo más lejos posible de Sevilla, por si en el futuro estalla un nuevo escándalo ligado a su gestión que no se le visualice cerca del hipotético alcalde. El PSOE no quiere que Alfredo, al contrario que el Cid, le cause derrotas después de muerto (políticamente, se entiende).

La toalla la tiraron desde el rincón

El alcalde ya caducado se esfuerza por aparentar que ha sido él quien ha  decidido no repetir como candidato del PSOE. Pero no ha sido Monteseirín quien ha tirado la toalla, no. La toalla la ha arrojado Griñán  desde fuera del cuadrilátero de la Plaza Nueva al observar que su pupilo deambulaba grogui por el ring -totalmente sonado tras la sentencia del Supremo sobre las facturas falsas-  y temeroso de una derrota por K.O. antes del último asalto, por los golpes que pudiera propinarle el caso Mercasevilla. Monteseirín amagaba con su retirada, pero eso no era más que una finta para, en el peor de los casos, dejar colocado a su delfín Celis y sin capacidad de maniobra a Viera. Un político que quiere irse respira aliviado al saber que se van a cumplir sus deseos. Por el contrario, Monteseirín se quedó lívido en Alcosa cuando le comunicaron que Griñán lo daba por amortizado. Sus balbuceantes declaraciones ‘in situ’ a una emisora de radio evidencian su estado de ‘shock’. Como él es médico, para recuperarse se ha recetado un viaje a Nápoles. Huye de Sevilla.

El florero de Mercasevilla

Gonzalo Crespo, exconcejal del PSOE y presidente de Mercasevilla cuando la adjudicación presuntamente amañada de los suelos, declara ante la juez Alaya que todo lo hicieron…..¿A que no lo adivinan? Pues ¿quiénes iban a ser, hombre?, ¡los técnicos!. Los sevillanos creen que gobiernan PSOE e IU, pero los ediles socialistas lo niegan más que San Pedro a Cristo siempre que van al Juzgado o estalla un escándalo, como el último de la caseta: quienes  hacen y deshacen y meten patas y manos son los técnicos. Si la tecnocracia no existiera, habría que inventarla como coartada para las huestes de Monteseirín. Crespo dice que, aunque era el presidente del Merca y por tanto máximo responsable legal, estaba allí poco menos que de florero: para dar la palabra. Y con toda desfachatez confiesa que en sus 40 años de político jamás se leyó un pliego de condiciones. ¿Así velaba por el interés público? No sé si por Mercasevilla, pero yo, en el lugar de la juez, lo habría ‘empurado’ por traicionar la confianza de los sevillanos y cometer el mayor pecado del mundo:el de omisión.

La mesa camilla de Mercasevilla

Torrijos reconoce que los gerifaltes de Mercasevilla (Mir y Maymó) han decidido saltarse a la torera el acuerdo de la Ejecutiva de una  auditoría en la empresa de los escándalos por ser muy costosa y no aportar nuevos datos. Así, dos señores en una mesa camilla deciden en Mercasevilla (perdón por el pareado, pero es que Torrijos me lo ha puesto a huevo) digan lo que digan los demás (como cantaba Raphael) y pida lo que pida la juez; y al vicepresidente tan amante de las formalidades (el propio Torrijos) le parece de perlas. Y también de perlas que previamente Maribel Montaño hubiera hecho el paripé de correr  sin siquiera despeinarse al Juzgado a entregarle a la magistrada en sobre lacrado un documento que ni es auditoría ni es ‘ná’. No hay un euro para auditorías, no vayan a resultar  de infarto, pero sí para, como diría Lopera, la ‘tonta’ del alcalde, Giralda TV. Y no hay auditorías porque Torrijos es tan preclaro que ya sabe el resultado. Osea que prejuzga la realidad, y al prejuzgar asume el rol de la juez en plan Charles Bronson: “Yo soy la Justicia”.