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Setas versus Expo 92

Monteseirín  pronunció  durante la  ‘inauguración’ de las inacabadas setas un discurso articulado en torno a cuatro mensajes, según estas frases:

1) “Hoy terminamos muchas cosas: los parasoles, las pasarelas, la impresionante cripta arqueológica….. pero, sobre todo, terminamos con el sino de la Encarnación, con 30 años de indolencia y de frustraciones….y una demostración palmaria de incapacidad política”.

Así tachó de incapaces a los alcaldes anteriores, los mismos que no osaron hipotecar la ciudad con un gasto de 140.821.266 euros, y se puso a sí mismo como el mejor alcalde de la Democracia.

2) “Según los análisis de los expertos, los beneficios económicos que Metropol va a traer a la ciudad superarán, en sólo un año, la inversión acometida, en turismo, comercio, hostelería, imagen y proyección exterior”.

Ese aserto, por demostrar, equivale a atribuir a las setas la mitad del movimiento económico que genera  la Semana Santa por todos los conceptos (240 millones de euros).

3) “Sólo decirles (a los críticos) que no tengan miedo a cambiar, porque es cuestión de tiempo que Metropol Parasol sea cantado como uno de los símbolos seculares de la Sevilla eterna, como hoy es la Plaza de España”.

plaza mayorMonteseirín volvió a presentarse no como el alcalde de todos, sino como el permanente instigador de una división entre dos Sevilla, la supuestamente rancia por conservadora y la pretendidamente moderna por progresista, y como paladín de esta última. Pero en su, para él, momento de gloria, le traiciona el inconsciente y en vez de presentar su icono como una ruptura con la tradición, exhibe su deseo de que sea asumido por esa  denostada Sevilla eterna y equiparado a uno de sus símbolos, la Plaza de España (¿?).

4) “Tengo la sensación, que creo compartida, de que esta tarde, en la Encarnación, estamos teniendo el privilegio de asistir a la inauguración de la Sevilla del siglo XXI”.

Monteseirín comete el mayor pecado de soberbia al omitir que Sevilla entra en el siglo XXI con la Expo 92. ¿Acaso no ha sido  ése el motivo esgrimido por él mismo para dar el nombre  de Felipe González  a la biblioteca que en Torneo mira a la Cartuja, sede de la Exposición?

La Muestra dotó a la ciudad de unas infraestructuras y equipamientos (desde la  fibra óptica y el estreno de la telefonía móvil hasta el AVE) sin parangón en aquel entonces, una ventaja que no supo aprovechar.

FRENTE A FRENTE

La comparación entre el Parasol loado por Monteseirín como un canto a sí mismo y algunas magnitudes de la Expo  son esclarecedoras.

obras.jpg000Monteseirín ha tardado en construir –y aún están inconclusas, no se olvide- las setas tanto tiempo (6 años) como se tardó en levantar  los pabellones de los 108 países participantes en la Expo, de las 17 comunidades autónomas, de las 23 organizaciones internacionales y los temáticos, amén de los 471 kilómetros del AVE a Madrid, los 90 kilómetros de la autovía a Huelva, la ampliación del aeropuerto, el levantamiento del tapón de Chapina, los ocho nuevos puentes, las nuevas rondas, todos los hoteles de nueva planta, etcétera..

Si en vez de construir las setas, Monteseirín hubiera tenido que hacer la Expo y todo lo demás, ¿cuánto tiempo habría necesitado?

Con los 140.821.266 euros que oficiosamente  ha costado el proyecto de la Encarnación, la Expo habría tenido  dinero para estas opciones, a elegir:

-Dos puentes como el del Alamillo (la parte de Calatrava costó 60 millones de euros) más el Reina Sofía (costó 18,6 millones).

-Dos puentes como el del Quinto Centenario (57 millones), más el de Chapina o Cristo de la Expiración (11,5 millones) y también casi el de las Delicias (15 millones de euros).

alamillo-Toda la red ferroviaria del 92: la estación de Santa Justa (60 millones), la variante Norte a Huelva, ésa que ha permitido ahora implantar el Cercanías al Aljarafe (18 millones), el tramo Santa Justa-La Salud (24 millone), la estación de ordenación de Majarabique (9,7 millones), la estación de mercancías de La Negrilla (8,3 millones), el centro de tratamiento técnico de Santa Justa (7,9 millones) y actuaciones varias (7,2 millones). Y aún habrían sobrado 3,7 millones.

-La ampliación del aeropuerto (costó 91,8 millones de euros) y casi toda la autovía Sevilla-Huelva (60 millones).

-Todas las rondas de circunvalación: la Este (7,3 millones), la Sureste (25 millones),  la Suroeste (83 millones), la Oeste (20 millones) y hasta la Ronda Urbana Norte (7,8 millones de euros).

PRETEXTOS DISTINTOS

¿Para qué seguir? Esta muestra es suficiente para comprender que cualquiera de estos lotes de obras con que se preparó Sevilla para la Expo y con un coste similar al de las setas  han tenido un efecto dinamizador para su economía, o mejorado la vida de los sevillanos, de forma mucho más importante de lo que ‘a priori’ pueda tener el Metropol.

La Expo, como sostenían Felipe González y Alfonso Guerra, fue un gran pretexto para modernizar Sevilla y Andalucía y para que superaran el retraso secular que sufrían en materia de infraestructuras.

Por el contrario, en la Encarnación el mercado provisional de abastos, condenado a desaparecer a medio plazo conforme al pliego de condiciones impuesto por Sacyr a los comerciantes (sus gastos se han quintuplicado desde su traslado) con la connivencia municipal, ha sido el pretexto para erigir en la peor crisis económica de la historia reciente de Sevilla un costosísimo icono arquitectónico sin más función que la de perpetuar la huella de Monteseirín como‘faraón del siglo XXI’.

El sucedáneo del Metro

La Semana Santa ha estado marcada, por dos de los hitos que Monteseirín quería a toda costa que estuvieran en servicio como gran escaparate de su gestión: las setas y la prolongación del tranvía a San Bernardo.

Alcalde Metro Centro.previewEn ambos casos, la precipitación por cortar la cinta inaugural (con el tranvía no le dio tiempo a hacerse la foto oficial por haber entrado antes en vigor la nueva normativa electoral) ha sido la nota característica, hasta el punto de que Tussam hubo de reconocer que no tenía operativas todas las unidades el día señalado, Viernes de Dolores, por lo que los nuevos trenes circulaban a más velocidad de lo habitual para no perder la frecuencia de paso, aun en detrimento de la capacidad de frenada.

La empresa municipal también admitió que como los trenes no venían preparados para el clima de Sevilla -¡y eso que todavía no estamos en agosto!- había que someterlos a continuos reajustes, y que los fallos eran normales en un periodo de rodaje.

¿Imaginan que una aerolínea o cualquier otra compañía de transportes admita  que pone en servicio aviones o autobuses sin haber completado el proceso de rodaje? Como en la Sevilla de Monteseirín lo anormal es ya lo habitual, lo que sería motivo de escándalo en otra parte aquí se asume con resignación.

EL REPLICANTE

Del sucedáneo del Metro al Centro, el PA, en venganza por lo del ‘urbanismo bajo sospecha’, acuñó aquello de que iba “de ningún sitio a ninguna parte”. Ahora, una vez ampliado en 885 metros, ya sabemos a dónde va: al mismo sitio que el Metro, porque replica en superficie idéntico trayecto que bajo tierra realiza el suburbano. Nos hallamos así ante un despilfarro de recursos en la peor crisis económica reciente y que pone aún más en evidencia el sinsentido de la operación electoralista que fue el tranvía de cara a los comicios municipales de 2007.

Metro SevillaComo en el caso de las setas, el Ayuntamiento nunca ha revelado el coste de la ‘operación Metrocentro’. Generalmente se ha admitido como válida la cifra de más de 80 millones de euros para los 1,3 kilómetros iniciales entre la Plaza Nueva y el Prado, y de unos 15 millones de euros el coste de la prolongación  hasta los 2,2 kilómetros puestos en servicio el Viernes de Dolores.

En total, unos 100 millones, casi tanto dinero como el Metropol Parasol para tender una línea que se solapa con el Metro en todo su recorrido salvo en los 670 metros que distan de la Puerta de Jerez a la Plaza Nueva.

Ante la evidencia de que estando proyectado y en construcción el Metro por el mismo trazado (el 70% de la línea) que el tranvía,  éste carecía de sentido, Monteseirín trató alguna vez de justificar el ‘Metrocentro’ con el argumento de que tenía que ser el transporte de las personas mayores porque éstas tendrían miedo y/o dificultades físicas para bajar a tanta profundidad (-18 metros) por las escaleras mecánicas hasta el suburbano y se sentirían más seguras con un medio que se moviera en superficie (¿?).

POLÍTICA DE ‘GRANDEUR’

A finales del mes de marzo,  cuando hubo de improvisar una rueda de prensa dentro de una de las nuevas unidades del  tranvía para escapar del boicot del Sindicato Profesional de Policía y de los eventuales de Tussam, el alcalde adelantó que con la prolongación hasta San Bernardo se preveía incrementar la demanda en días laborables en un 15%, de forma que se capten 2.400 viajeros diarios más, hasta llegar a los 18.400 por jornada, mientras que para los festivos el incremento esperado es de un 10% . En total, los cálculos indican que se pasará de los actuales 4,6 millones de usuarios/año a 5,1 millones.

Así pues,  el Ayuntamiento se ha gastado 100 millones de euros en un tranvía de 2.200 metros que coincide en superficie con el Metro a lo largo de kilómetro y medio para transportar a 5.100.000 personas anualmente, a un promedio de 13.972 pasajeros diarios.

No hace falta, sin embargo, gastar 140 millones de euros para recuperar el mercado de la Encarnación, como ha gastado Monteseirín  con las setas y privatizando todo el espacio público para los próximos 40 años, ni 100 millones de euros para duplicar el itinerario del Metro y favorecer la movilidad hacia el casco antiguo. ¡Qué no se podría haber hecho en los barrios humildes y faltos de equipamiento de Sevilla con esos 240 millones de euros!

LOS CARRILES-BICI

En contraste con el tranvía, Torrijos, el socio de gobierno de Monteseirín, dio algunos datos en vísperas del Velocity 2011 sobre la red de carriles-bici que se ha construido en paralelo al ‘Metrocentro’ impulsado por el PSOE.

Torrijos biciEn este tiempo se han  trazado 127 kilómetros de carril-bici, a un coste estimado (cifra extraoficial) de unos 30 millones de euros; se ha pasado de 13.824 ciclistas diarios a 68.261 y el uso de la bicicleta ha evitado una emisión de CO2 equivalente a la cantidad que habría compensado la plantación de 36.000 árboles.

Gracias a esta red, un 70% más barata que el ‘Metrocentro’ y que da servicio a gran parte de la ciudad, por los Jardines de Murillo, punto de confluencia con el tranvía, circulan cada día laborable 4.903 ciclistas (el 35% de los pasajeros esperados para el ‘Metrocentro’), con la diferencia a favor de los usuarios de las bicicletas que no gastan en electricidad, ni en compra de trenes, ni en su mantenimiento y piezas de repuesto y tampoco en sueldos de conductores y revisores.

Schumacher sostenía que lo pequeño es hermoso, y es cierto: las humildes y ecológicas bicicletas impulsadas por Torrijos aportan mucha más movilidad a mucha más gente y a mucho menor coste que el sucedáneo de Metro de Monteseirín.

Aglomerado

setas--644x362La rotura accidental de un panel de las setas de la Encarnación dos semanas después del paripé de su inauguración por el (sin) alcalde ha puesto al descubierto el presunto timo del súper glue que los alemanes le han pegado, nunca mejor dicho, a Monteseirín. Porque, a simple vista, las fotos del panel quebrado muestran que su estructura interna ni es de madera maciza de pino nórdico, ni ha sido montada con la técnica ligera en forma de ‘T’ desarrollada por Muebles Rústicos en Dos Hermanas con el auténtico pino finlandés (inmune a la polilla, una de sus grandes cualidades), sino de un vulgar aglomerado: una mezcla de virutas ligada con algún tipo de cola o resina. ¿Y esto ha costado 140 millones de euros? Gracias a la grúa que le ha dado el golpetazo a las setas ya sabemos que el (sin) Metro-pol, que tampoco para el sol porque está orientado al revés de lo que debería para hacer honor a su nombre, no es ya una obra faraónica, ni Monteseirín un nuevo Ramsés. El (sin) es más bien es un émulo de Cecil B. de Mille, experto en montar decorados de cartón piedra.

Un nudo más

Torrijos 2En el suelto ‘Cuerda de imputados’ hice un recuento de concejales, altos cargos y correligionarios del entorno más próximo al (sin) alcalde que acaban desfilando ante la Justicia por los numerosos escándalos que han enfangado los doce años de mandato de Monteseirín, la peor etapa de la reciente historia de Sevilla. Ahora, la cuerda tiene un  nudo más tras la imputación de Torrijos por la juez Alaya en el caso Mercasevilla, la madre de todos los corderos que han ido saltando después, EREs incluidos. El primer teniente de alcalde alardeaba entre calada y calada a su característica pipa de que en el Merca no se movía un solo papel sin que él lo supiera, pero a raíz de estallar el escándalo ha procurado ponerse de perfil. No ha colado. Fran Fernández y Torrijos han sido los dos últimos de Filipinas del (sin) alcalde en acabar en la lista negra. Monteseirín se mantuvo en el Poder merced a la campaña del ‘urbanismo bajo sospecha’. Ahora, deja el Poder no con el Urbanismo, sino con el Ayuntamiento entero sospechoso de corrupción. Este es su legado y no el de las setas.

Súper glue

pegamento-loctite-super-glue-3-tubo-3-mlComo los propagandistas oficiales se dedican a destacar los calificativos favorables de la prensa británica, siempre tan atraída por la desmesura, a las setas de la Encarnación (perdón, Plaza Mayor, según la terminología alfrediana), para equilibrar vamos a reflejar también sus críticas. Los colegas de Albión se han percatado también de que las balaustradas, paneles y pavimentos son “ordinarios tirando a miserables” y, además, no las llaman setas, sino sombrillas, otro hallazgo semántico que podría dar mucho juego a Marchena a la hora de sus masivos spam propagandísticos por e-mail. El valido bien podría decir que aunque Sevilla no tiene playa, al menos ya tiene sombrillas para convertir la plaza elevada en un inmenso solarium. Y el otro gran hallazgo de los plumillas británicos ha sido ver que el (sin) Metro-pol es “el edificio más grande del mundo unido con pegamento extrafuerte”. Otro argumento para la propaganda marchenera, pues esto es un hito para el libro Guinness de los records. Al final, las setas van a acabar convertidas en el icono del súper glue.

Hasta el moño

faletePresentación del estreno de ‘Siempre Falete’  en el Teatro Quintero., el teatro del Centro de Sevilla. El cantante, con un cabreo de mil pares de c… bueno, o de lo que sea, se disculpa ante la prensa por su tardanza. Confiesa que se ha hartado de dar vueltas para llegar porque no sabía que la Encarnación seguía cortada por obras. ¿Obras? Pero, ¿no había inaugurado Monteseirín las setas hace ya bastantes días? Otro incauto que ha picado. No acaba aquí la cosa. Tras hablar largo y tendido de su espectáculo y elogiar a su bailaor, el artista se enciende cuando expresa su satisfacción por hallarse –dice- en el mejor momento de su vida personal y profesional y porque llegan las elecciones. ¿Qué ha dicho? ¿Un ‘lapsus linguae’? ¡Qué va! El cantante, que sin citarlo se muestra hasta el moño de Monteseirín,  se lanza a tumba abierta, hace un canto a la libertad de expresión en Democracia, recuerda cómo va la ciudad y aboga por echar el 22-M a los que están. Pero, ¿y si los que están resulta que no salen? Respuesta: pues a comer potaje, como nuestros padres y abuelos. Falete, siempre Falete.

Mundo mundial

mayerNo de que la radiación en el entorno de las centrales nucleares de Fukushima fuera cien mil veces superior a lo normal; ni de que los rebeldes y los leales a Gadafi se estuvieran matando en Misrata tras los bombardeos de la coalición internacional; ni de la rebelión popular en Siria y la quema de sedes del partido Baaz que sustenta a El Asad; ni de las elecciones en el ‘land’ alemán de Baden-Württemberg, que podrían dar a Los Verdes el primer Gobierno de su historia; ni de los graves disturbios en Londres durante la concentración en protesta por los recortes de David Cameron; ni de la propuesta de ETA sobre una verificación “informal” de su alto el fuego; ni siquiera de la primera carrera de la nueva temporada de la Fórmula 1 en Australia. Nada de eso. Según Jürgen Mayer, el arquitecto alemán autor de su diseño, de lo que el mundo estaba pendiente el domingo era de la ‘inauguración’ de las setas de la Encarnación por el (sin) alcalde. Ahora se comprende mejor por qué Monteseirín lo eligió como su arquitecto de cámara (mortuoria). Ninguno de los dos tiene abuela.

Monteseirín se hizo su foto

El Boletín Oficial del Estado del pasado 29 de enero publicó la reforma de la Ley Electoral, por la que se regirán las elecciones municipales del 22 de mayo y los sucesivos comicios autonómicos y generales dentro de aproximadamente un año. El objetivo declarado por el legislador para esta modificación normativa es, por una parte, evitar la incidencia de los poderes públicos en las urnas mediante la realización de campañas institucionales e inauguraciones de obras; y, por otra, reducir la publicidad y la propaganda al limitarla estrictamente al periodo (15 días) de la campaña electoral.

Para comprender la fiebre de primeras piedras e inauguraciones de obras más inacabadas que la famosa sinfonía de Schubert de los últimos días en Sevilla hay que remitirse a la introducción de estos  dos apartados clave en el artículo 50 de la Ley Electoral reformada:

1)      Desde la convocatoria de las elecciones y hasta la celebración de las mismas queda prohibido cualquier acto organizado o financiado, directa o indirectamente, por los poderes públicos que contenga alusiones a las realizaciones o a los logros obtenidos, o que utilice imágenes o expresiones coincidentes o similares a las utilizadas en sus propias campañas por alguna de las entidades políticas concurrentes a las elecciones.

2)      Durante el mismo periodo queda prohibido realizar cualquier acto de inauguración de obras o servicios públicos, o proyectos de éstos, cualquiera que sea la denominación utilizada, sin perjuicio de que dichas obras o servicios puedan entrar en funcionamiento en dicho periodo.

ROZANDO EL LÍMITE LEGAL

Como Alfredo Sánchez Monteseirín ha calculado que la convocatoria oficial de las elecciones municipales del 22-M se iba a publicar  en el Boletín Oficial del Estado  el día 28 de marzos o, a lo sumo, el 29, se apresuró  a anunciar para el domingo 27 de marzo  la ‘inauguración’ de su particular estadio olímpico o mausoleo político de las setas de la Encarnación, cuyo coste global estimamos en su día en unos 140 millones de euros (valorando, además de las obras actuales, las indemnizaciones por la paralización del primer proyecto, que se elevaron a nueve millones de euros,  y la aportación en especie del edificio de la Hacienda Municipal para que Sacyr lo explote durante cuarenta años y que fue tasado en más de 32 millones de euros por el Ayuntamiento).

encarnacion 4La ‘inauguración’ del icono de la era alfrediana es una metáfora del personaje y de su política, ya que todo aquí hoy es pura fachada con el fin de que, antes de que entrara en vigor la prohibición legal de inaugurar nada,  Monteseirín pudiera hacerse la foto oficial del paripé del fin de las obras, que acumula cuatro años de retraso sobre la fecha inicialmente prevista de mayo de 2007 (para las anteriores elecciones municipales), pese a lo cual el alcalde, cómplice de la situación con tal de vez alzadas las setas y dejar su huella para la posteridad en la trama urbana de la ciudad, ha sido incapaz de imponer sanción alguna a la empresa constructora.

EL PRECEDENTE

La impostura de Monteseirín le lleva a ‘inaugurar’ unas obras inacabadas y hasta por fases, como ya hizo con el mercado, cuya actividad se ha desarrollado durante meses en un escenario plagado de andamios y con un trasiego de operarios trabajando a triple turno (¿quién ha pagagado este sobrecoste y por qué no se aplica  para rematar otras obras menos electoralistas?), con el riesgo que ello implicaba para los clientes de la plaza de abastos.

Ni la autoridad (¿?) laboral ni Torrijos, tan aparentemente preocupado por la seguridad laboral, han alzado la voz. Como tampoco la Policía Municipal, encargada de velar por que se cumplan las Ordenanzas contra el Ruido en horario nocturno, el mismo en que se han hecho todo tipo de trabajos en el Metropol Parasol sin importar las molestias que estuvieran causando al vecindario.

La compañera Ana Sánchez Ameneiro hizo un estupendo trabajo de campo periodístico al indagar sobre el terreno de la Encarnación y en las cuadrillas de operarios que estaban trabajando contra el reloj en las setas. El testimonio recogido de un jefe de cuadrilla deja en evidencia las mentiras de Monteseirín: “No sé a quién quiere engañar –aseveró el operario- el Ayuntamiento. Nosotros tenemos aquí trabajo para dos o tres meses más. Los alrededores de los parasoles sí puede que estén urbanizados a tiempo para que pase el alcalde y se haga la foto, pero no así los demás elementos del proyecto”.

DOS O TRES MESES MÁS

Según el inventario de mi colega, para poder dar por finalizadas las setas quedan por rematar al menos siete tareas todavía, entre ellas pintar con poliuretano las copas de dos parasoles, revestir de hormigón y de metal la base de dos setas, acabar el restaurante-mirador y abrirlo, equipar el Antiquarium y probar su equipamiento multimedia…. Una labor para la que harán falta dos o treses meses más de trabajo, lo cual no es óbice para que  Monteseirín haya protagonizado  otra de sus farsas: el paripé de inauguración de su faraónico proyecto, con, probablemente, hasta una placa en cualquier parte que empiece por la manida fórmula de “siendo alcalde….”.

Pero, muy a su pesar y tal como nos enseñaron en la Facultad de Periodismo, la noticia no es que un perro muerda a un hombre, sino al revés. Y la noticia que ha desmontado la farsa ha sido, a partir del lunes 28 de marzo, ver la foto de los operarios rematando por dentro y por las alturas  unas setas que, según la versión oficial y el aparato de propaganda del alcalde, ya están terminadas desde hace una semana.

Ridículo

Jurgen MayerEl (sin) alcalde no quiere irse de este mundo de la política -en que tan bien ha vivido con coche oficial, móvil de última generación, viajes a lo largo y ancho de este mundo, hoteles de cinco estrellas y comilonas a cargo del contribuyente- sin ver que quede perfecto para su gusto su faraónico mausoleo olímpico: las setas de la Encarnación. Al escándalo por su retraso de casi cuatro años y su coste mayúsculo, hay que unir el de su escasa fiabilidad, hasta el punto de que por miedo al colapso de los materiales se ha prohibido el paso por la pasarela y la seta llamada ‘Pellón’. La querida colega Ameneiro ha revelado que en su reciente visita a Alemania, Monteseirín abroncó al arquitecto Jürgen Mayer y su equipo por haber hurtado a los nativos y turistas el conocimiento completo de su mausoleo con esa prohibición. Mayer, estupefacto, le aclaró que la decisión fue de la Gerencia de Urbanismo en tiempos de Celis, el delfín de Monteseirín. No cabe mayor ridículo: el (sin) alcalde tuvo que enterarse en Alemania de lo que se había acordado en su propio Ayuntamiento.

Los arquitectos salen de la clandestinidad

Los arquitectos salen de la clandestinidad

Hace años, un prestigioso arquitecto llamó indignado a mi periódico por entonces para denunciar la desastrosa situación de las orillas del Guadalquivir.

El espacio comprendido entre el muelle de la sal y la torre del Oro seguía convertido en un gran parking, en contraste con los muelles del Sena, en París, que el ilustre comunicante ponía de ejemplo.

No quedó ahí la filípica, porque del abandono a su suerte de las riberas del río pasó a criticar con gran fundamento muchos otros aspectos de la ciudad.

El redactor que le atendía le dijo:

-Tienes toda la razón. Voy a darle a tus denuncias el máximo espacio posible. Seguro que viniendo de ti se va a abrir un debate público sobre todo lo que has dicho y que el Ayuntamiento va a tomar buena nota para corregir la situación.

Al otro lado del teléfono se oyó una voz suplicante. El ilustrísimo arquitecto se había arrepentido ‘ipso facto’ y dijo que de ninguna manera podía salir su nombre en los papeles, ya que ello podría ponerle en peligro ante la Junta y el Ayuntamiento. En realidad, según aclaró, él había llamado para que fuera el periodista el denunciante de la desidia o las barrabasadas urbanísticas municipales, nunca él mismo.

AL CABO DE DOCE AÑOS

Recordé este caso tras la reciente presentación por el decano del Colegio de Arquitectos, Angel Díaz del Río, del Consejo Consultivo del ente colegial, formado por José Antonio Carbajal, Rafael Manzano, Fernando Mendoza, Antonio Sáseta y Gabriel Verd.

Consejo consultivoEl decano anunció la celebración de unas futuras jornadas sobre arquitectura con el fin de que Sevilla “recupere la sensatez”, perdida a su juicio durante el mandato de Monteseirín por causa de tres iconos de la modernidad según el alcalde: las ‘setas’ de la Encarnación, la torre Cajasol en la Cartuja y la Biblioteca en el Prado.

Los miembros del recién creado Consejo no ahorraron descalificaciones a estos hitos de la era Monteseirín. Para ellos, supuestos representantes de todas las corrientes arquitectónicas del colegio sevillano, las ‘setas’ son como naves extraterrestres que han aterrizado en una ciudad poseedora de una arquitectura y un urbanismo únicos; la biblioteca del Prado es estrafalaria, de pladur y supone un misil contra el PGOU, y el rascacielos en la Cartuja, aparte de ilegal, representa un modelo de arquitectura-espectáculo que sólo busca hacer negocio cuando en realidad nos lleva a la ruina.

El decano, Angel Díaz del Río, ha resumido la cuestión con estas palabras: “Sevilla no necesita más iconos porque ya los tiene y son los que viene buscando la gente”.

TORRES DE MARFIL

Todas estas opiniones de primeros espadas de la arquitectura sevillana (salvo algún caso, en mi modesta consideración) son tan respetables como sus contrarias, porque el libro de los gustos no está escrito, ni hay unanimidad sobre cuál debe ser el canon arquitectónico de Sevilla, aunque algunos se empeñen en erigirse en martillo de la tradición y otros se rebelen contra los profetas de la modernidad. En realidad, existen tantas Sevilla como sevillanos, pero no es éste, el estético, el debate que quiero suscitar.

No, la cuestión de fondo es por qué ahora, a dos meses y pico de las elecciones municipales tras las que se augura un hipotético cambio de ciclo político, se constituye este Consejo y se lanzan estos ataques contra los símbolos de la era Monteseirín, y no durante cualquiera de los doce años de su mandato.

¿Acaso no es este decano del Colegio de Arquitectos que arroja denuestos contra las ‘setas’, la biblioteca y el rascacielos el mismo que participó en algún jurado o comité de expertos convocado por el Ayuntamiento para elegir esos proyectos faraónicos contra los que ahora se pronuncia?

setas-encarnacion¿Acaso no es este Angel Díaz del Río que ahora tacha de innecesaria la torre Pelli el mismo que, nadando entre dos aguas para no significarse públicamente, lo máximo que se atrevió a decir antaño sobre el rascacielos fue que era “contundente”?

Y, ¿dónde han estado en estos doce años, cuando aún estaban abiertas las mesas del PGOU y se hicieron públicos luego los diseños ganadores de esos concursos o encargos para las ‘setas’, la biblioteca y la torre de casi 200 metros quienes ahora los tachan de platillos volantes, tabiques de pladur y misiles urbanísticos?

¿Estaban acaso en Marte o más bien refugiados tras los seguros muros de  sus propias torres de marfil, sin bajar a la arena ni decir esta boca es mía?

COLECTIVO SIN VOZ

Cuando debieron y pudieron alzar la voz para evitar lo que ahora consideran irreparable permanecieron mudos, y en este momento, tras años de una política de hechos consumados y de urbanismo de mesa camilla que ya no tiene remedio, tratan de ponerse al frente de una manifestación que, dada la insensibilidad predominante (salvo casos aislados), ni siquiera ha sido convocada.

La posición del Colegio de Arquitectos, un referente cívico incluso en momentos más comprometidos como los del franquismo (contestación a la usurpación del ejido comunal del Prado o al Actur de la isla de la Cartuja), recuerda la verídica historia de Caracol el del Bulto, aquel flamenco que fue padre de Manolo Caracol y mozo de estoques del torero Joselito ‘El Gallo’, durante un viaje desde Sevilla hasta Madrid en un tren tirado a duras penas por una locomotora decimonónica.

Cuando, tras descender del tren en la estación de Atocha, caminaba ya por el andén, de pronto la máquina dio un resoplido y lo envolvió por completo en una nube de vapor.

Caracol no pudo contenerse y exclamó:

-¿Ahora me vas a venir con eso? ¡Esos cojones, en Despeñaperros!