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La escapada

Cada 52 días, un viaje al extranjero en el peor año de la crisis. Ese es el promedio del (sin) alcalde, émulo del capitán Tan en sus periplos a lo largo y ancho de este mundo. Ahora se ha empotrado en una expedición a Argentina organizada por la Cámara de Comercio para que los productores audiovisuales acudan a un encuentro de cine. De cine se lo monta el (sin) para largarse de la Sevilla de los 70.000 parados. ¿No le ordenó el PSOE un apagón informativo? Pues si Viera y Susana no quieren caldo, que tomen dos tazas. Ya van siete escapadas al extranjero en este curso, con cualquier motivo, porque el (sin) es tan jaranero que toca todos los palos. Lo mismo aterriza en Río, por más que a ZP le diera corte por aquello de la crisis, que en Suráfrica por el Mundial de fútbol o en Turquía la de las tuberías (de Marchena) por el Mundobásquet. El caso es viajar a costa del contribuyente, aunque en Buenos Aires cante para disimular el ‘No llores por mí, Argentina’: “Debéis creerme,/ mis lujos son sólo un disfraz,/ un juego burgués nada más/, las reglas del ceremonial”.

Problemas técnicos en las ‘setas’

Los operarios corrigen ‘in situ’ las desviaciones en

las conexiones entre las setas de la Encarnación

A trece  días de la inauguración oficial el nuevo mercado aún no tiene luz

Las prisas por inaugurar el Metropol Parasol en la fecha del 31 de diciembre y el nuevo mercado el 29 de noviembre, los plazos dados como  definitivos por Monteseirín,  están provocando ciertos desajustes en el ensamblaje de las setas diseñadas por Jürgen Meyer, que han de ser corregidos por los operarios a pie de obra, mientras que los placeros siguen esperando los enganches a la red de suministro eléctrico y que se corrijan las deficiencias observadas en los puestos.

La premura por cumplir los últimos plazos marcados por Alfredo Sánchez Monteseirín en el complejo del Metropol Parasol está obligando a que sean los propios operarios que trabajan en el proyecto de la Encarnación quienes corrijan  los problemas de desviación observados a la hora de interconectar algunas setas entre sí antes que proceder a desmontajes que retrasarían en exceso su culminación.

Aunque oficialmente impera el mutismo más absoluto, en la pasarela de unión entre las setas número cinco y seis, así como en las setas dos y tres, habría habido significativas desviaciones que impedían un ensamblaje perfecto. Estas desviaciones, que al principio podrían haber carecido de importancia al tratarse de sólo unos centímetros, resultaron luego  mucho más significativas en el tramo final de la conexión, por lo que habrían sido rectificadas ‘in situ’ mediante un laborioso proceso de soldaduras a fin de lograr en engarce de todas las piezas.

Mientras se corrigen estos problemas en las alturas, debajo del Metropol Parasol la delegación de Urbanismo del Ayuntamiento ha enviado a una persona de confianza a registrar las peticiones de los placeros para intentar atenderlas antes de que el nuevo mercado, que ha de sustituir las instalaciones provisionales que datan de 1973, abra sus puertas, “esté como esté” (Monteseirín ‘dixit’) el próximo día 29 de noviembre, lunes.

Los comerciantes ven cada día más difícil que las instalaciones se inauguren en la fecha deseada por el alcalde, entre otras razones porque a menos de dos semanas aún no se ha solventado el problema de la altura de los puestos. Los mostradores, sobre todo los de los fruteros, se levantan en tres niveles hasta 1,70 metros, con lo cual los comerciantes apenas si pueden verse con los clientes, máxime si colocan en la parte superior del puesto la fruta y la verdura.

Además, hasta el momento, pese a la notificación de cobro de más de 200 euros por el enganche a la red eléctrica, aún carecen de suministro de luz en los puestos y se teme que la demora se prolongue si se pretende que el mercado vaya dotado con los nuevos contadores electrónicos.

La directiva de la cooperativa de comerciantes se va a reunir mañana mismo para hacer un recuento de las carencias y problemas detectados y exigir al Ayuntamiento una solución inmediata, pues en caso contrario ve bastante problemático realizar el traslado en fechas anteriores para poder abrir el día 29 y que el Ayuntamiento programe un acto oficial previo el domingo 28.

Los comerciantes están empezando a comprobar la política restrictiva que sufrirán en el nuevo mercado, donde tendrán que pedir permiso hasta para taladrar una pared para colocar un espiche y un gancho. La concesionaria sólo les permite veinticinco caracteres, incluidos espacios, a la hora de colocar un rótulo para anunciar su mercancía en los puestos.

Encarnación: problemas con los puestos de fruta

Readaptar cada puesto de fruta de la

Encarnación podría costar 3.600 euros

El mostrador es tan elevado que los placeros apenas podrán ver a los clientes

El panel separador entre los bares salta por los aires debido a la presión del agua

Los comerciantes del mercado de la Encarnación no las tienen todas consigo a medida que se acerca la fecha del traslado desde las actuales instalaciones ‘provisionales’, en las que se hallan desde 1973, a las nuevas habilitadas bajo las setas del Metropol Parasol diseñado por el alemán Jürgen Mayer.

La satisfacción por el abandono de su estado de provisionalidad, que ha durado 37 años, se ve empañada por problemas y costes con los que no contaban cuando Monteseirín les entregó de forma triunfalista  las llaves de los puestos en el acto público celebrado hace unas semanas en el Ayuntamiento y a medida que han podido conocer por dentro la nueva plaza de abastos.

A mitad de la semana pasada ya se registró una incidencia inesperada: uno de los paneles separadores de los dos bares con que contará el mercado saltó por los aires  cuando se rompió una tubería a consecuencia de la sobrepresión del agua la primera vez que se abrieron los grifos, sin que nadie antes hubiera tenido la precaución de probar el estado de la red.

Ello no ha sido óbice para que, aun sin consumo alguno, Emasesa les haya empezado a pasar una factura por valor de 86 euros en concepto de cuota de contratación (34 euros), fianza (45,8) e IVA. Hacia las 14 horas de ayer les llegó la segunda sorpresa: una notificación por la que deberán abonar cada uno de ellos 200,56 euros en concepto de enganche a la red eléctrica de Endesa.

Los comerciantes creían que, tal como reza la cláusula cuarta del contrato impuesto por Sacyr, pagarían solamente el consumo individual por la electricidad necesaria para la producción de frío industrial y que el mercado ya estaría ‘enganchado’ a la red, tal como les ocurrió cuando se trasladaron a las instalaciones provisionales hace 37 años, pero ahora han de pagar como si se hubieran dado de alta cada uno por su cuenta en vez de encontrarse el asunto resuelto como una dotación más de la plaza de abastos.

Para colmo, la decena de fruteros y verduleros existentes se han llevado la sorpresa al entrar al nuevo mercado de ver cómo sus mostradores para despachar a los futuros clientes tienen tres cuerpos, hasta el punto de que el borde superior llega a la altura de los ojos, con lo que tendrán difícil ver y ser vistos por los usuarios e imposible verlos si colocan género encima.

Se ha estimado que readaptar los puestos para ponerlos a la altura media de placeros y clientes costaría en torno a 3.600 euros, que nadie sabe quién va a pagar o, peor aún, temen que traten de cargarles la factura a ellos. Algunos comerciantes dicen haber sido informados de que ya se está trabajando en el mercado en el rebaje de los mostradores sin necesidad de sustituirlos por otros nuevos y de sorecostes añadidos, algo incierto tal como pudimos comprobar ayer mismo mediante una inspección ocular puesto por puesto en el interior del Metropol Parasol. Aún no se ha rebajado un solo mostrador.

Los comerciantes se quejan de que no se han atendido sus sugerencias en función de sus necesidades específicas –no es lo mismo una pescadería que una frutería- y que expusieron cuando hace meses visitaron el ‘puesto piloto’, y deducen que les han aplicado a todos un mismo diseño estándar conforme al modelo del ‘puesto piloto’.

Nada más lejos de la realidad, ya que en la visita que realizamos ayer pudimos comprobar que dentro de una unidad de estilo hay una gran heterogeneidad de dotaciones en los puestos: algunos han sido más privilegiados que otros en equipamiento aunque sirvan el mismo tipo de género y gozan de estructuras de soporte de piezas de gran peso, de las que carecen los demás. En otros, la disposición de puertas, vitrinas, tomas de agua….varía respecto de la media, aunque según la propaganda oficial todos los puestos sean equiparables (no llegan a 20 m2) en superficie y en equipamiento.

Los puestos de los fruteros en tres niveles contravienen el proyecto diseñado por Jürgen Meyer, según el cual serían todos circulares por adaptarse mejor a la geometría del mercado y contarían con un mostrador de exposición “en todo el frente, de dos niveles”, un mostrador interior con estanterías superiores y un espacio cerrado de uso privado a modo de almacén provisto de una pila para lavar. Si Meyer confesó en privado en su día a los placeros que él no había modificado su proyecto, la pregunta que hay que hacerse entonces es quién y cuándo ha cambiado las disposiciones del arquitecto alemán.

Historia del mercado de la Encarnación

Las ‘setas’ acogen a menos del 10% de los

placeros de la Encarnación

De los 430 comerciantes que había cuando en 1973 se derribó

el mercado sólo quedan 39

Los placeros apostaron por la demolición al creer que un parking

y un hotel pagarían la nueva construcción

Se instalaron en el mercado provisional con la idea de que sólo estarían tres años y han permanecido un tercio de siglo

El solar de la Encarnación fue utilizado durante un tiempo como

Parking en superficie de apoyo al de El Corte Inglés

A mediados del siglo XX fue derribada la tercera parte para el

ensanche de Imagen y la plaza de ‘la Encarnita’

Tras 37 años de espera, tan sólo 39 placeros del antiguo mercado de la Encarnación, derribado en el año 1973, han visto la ‘tierra prometida’ de unas nuevas instalaciones que sustituirán a las originales construidas en la primera mitad del siglo XIX y a las provisionales que fueron habilitadas tras entrar la piqueta en la primitiva plaza de abastos.

Estos 39 comerciantes suponen menos del 10% de los más de 400 (podrían estimarse en unos 430) que desarrollaban su actividad cuando se decidió la demolición. En el corazón de Sevilla quedó abierta una herida en forma de solar de varios miles de m2 de extensión y que ha tardado 37 años en ser suturada, aunque al precio de privatizar este espacio durante los próximos 40 años y a un coste global estimado de toda la operación de unos 140 millones de euros.

El mercado de la Encarnación debe su nombre al antiguo convento de religiosas agustinas (1591) sobre cuyo solar se edificó en la primera mitad del siglo XIX. La investigadora María Dolores Antigüedad del Castillo recoge en su libro ‘Espacio, tiempo y forma’ un proyecto de alineación en varias calles interiores con una fuente central de la plaza de abastos de la Encarnación, realizado en 1832 por el arquitecto mayor de Sevilla Melchor Cano, colaborador del asistente Arjona.

La fuente, gemela de la existente en la plaza de la Magdalena, pasa por ser la más antigua de Sevilla y aún se conserva tras su traslado a la parte de la plaza que modernamente se ha convenido en llamar ‘la Encarnita’.

El mercado fue el más moderno de su época, pero en pleno régimen franquista (1950) le fue amputada un tercio de su superficie para construir el ensanche de la calle Imagen y conectar a través del mismo la Puerta Osario con la Campana y crear una plaza (‘la Encarnita’) colindante con la iglesia de la Anunciación.

Fue el principio del fin, que se aceleró a mediados de los 60, con el hundimiento de las cuarteladas de las verduras y del pescado, casi siglo y medio después de su construcción. Al contrario que las instalaciones para los pescaderos, que fueron reparadas, los verduleros optaron por acelerar el proceso de abandono, que llevaba implícita la idea de la demolición.

NIDO DE RATAS

Según el testimonio de Francisco Rodríguez, uno de los 39 supervivientes que se traslada al mercado bajo las setas diseñadas por el alemán Jürgen Mayer, la plaza de abastos original, pese a la amputación sufrida, se había quedado demasiado grande para los 430 placeros existentes y agrupados en una de las cooperativas que fomentaba el antiguo régimen.

En la parte colindante con el antiguo bar ‘La Unión’ sólo quedaban en pie los dos primeros puestos. El resto había sido abandonado a su suerte y se había convertido en nido de ratas y hasta en letrinas y refugio para realizar actividades innombrables.

Por otra parte, tras la riada del Tamarguillo se produjo el desplazamiento de numerosos habitantes del casco antiguo a los nuevos barrios periféricos, lo que se tradujo en una caída de la clientela. Además, surgió la competencia de los primeros supermercados. Posteriormente, 48 placeros se trasladaron al nuevo mercado del Tiro de Línea, lo que supuso un golpe a las expectativas sobre cualquier tipo de recuperación del esplendor perdido y contribuyó a alimentar el deseo de tirar abajo el mercado, máxime por los cantos de sirena en la época del desarrollismo franquista.

A los placeros se les llegó a prometer que les resultaría gratis la construcción de un nuevo y más moderno mercado porque lo pagaría un parking subterráneo con 400 plazas y un hotel que se alzaría dentro del mismo complejo comercial, en pleno centro de la ciudad.

Así pues, la mayoría de los comerciantes querían y aplaudieron la demolición, que se produjo el 1 de octubre. A este derribo se sumó hacia la misma época el de unas antiguas viviendas cercanas, cuyo hueco permitió instalar un mercado provisional mientras se levantaba el nuevo, una espera que ha acabado prolongándose durante 37 años.

‘NUMERUS CLAUSUS’

De los placeros existentes, 36 fueron ‘deportados’ directamente a Bellavista, ya que no se sometió el traslado a sorteo, y otros tantos a Las Palmeritas. Más de 50 quedaron en suspenso y muchos perdieron sus licencias sin indemnización alguna al no ser aceptados o no integrarse en la mayoría que formó la nueva cooperativa y que se asentó en las instalaciones provisionales: 91 en total. Algunos aún subsistieron algún tiempo con puestos de fruta construidos precariamente con tablas y cajones de madera.

Se instauró una mentalidad de ‘sálvese el que pueda’, ya que se pensaba que cuantos menos placeros quedaran, más posibilidades de sobrevivir tendrían los demás. Con el tiempo, los placeros de más edad se iban jubilando, pero sus bajas no se cubrían porque la nueva directiva de la cooperativa , compuesta mayoritariamente por verduleros y fruteros, mantenía como política el ‘numerus clausus’ en la creencia de que a menos vendedores, más ventas por cabeza.

Así que los puestos que quedaban vacíos eran comprados por los placeros colindantes para duplicar sus instalaciones y evitar nuevas incorporaciones. Al final han quedado 68 puestos abiertos de los 91 iniciales en el mercado provisional.

El gremio que sufrió mayores bajas de efectivos fue el de los carniceros: doce en total. Algunos, para mantenerse, pasaron a vender recova, congelados y comestibles. Sólo se incrementó el número de pescaderos.

Los placeros tenían la idea, que la historia demostró totalmente equivocada, de que no permanecerían en el mercado provisional más de tres años y que en 1977 a lo sumo inaugurarían la nueva plaza de abastos. Sin embargo, su provisionalidad se iba prolongando en la misma medida en que se sucedían proyectos que nunca se materializaban, quizás porque el mercado estaba adscrito al área de Consumo y no a la Gerencia de Urbanismo, el departamento más potente del Ayuntamiento.

Por frustrarse, hasta se frustró el proyecto diseñado por el arquitecto sevillano hoy de moda, el premiado Guillermo Vázquez Consuegra, el cual ideó un mercado que recordaba al primitivo, con arcadas y en dos plantas, pero a un precio que pareció prohibitivo para la época y que hoy parecería ridículo al lado del coste de las ‘setas’.

PARKING EN SUPERFICIE

El solar incluso fue utilizado durante un tiempo como ‘parking’ de El Corte Inglés. Con el advenimiento del primer ayuntamiento democrático, presidido por Luis Uruñuela (1979-1983),  renacieron las esperanzas de los placeros, máxime cuando en un pleno extraordinario celebrado con motivo del Día de la Constitución el por entonces responsable de Consumo y mercados, José Villa, expuso al resto de la corporación municipal todo lo que supuestamente en breve se iba a construir sobre el solar de la Encarnación, promesas que merecieron el aplauso y refrendo unánime de sus señorías pero que nunca vieron la luz.

Posteriormente, entre la campaña para justificar el abandono del Metro, la redacción del nuevo PGOU y los preparativos para la futura Exposición Universal de 1992, los sucesivos consistorios no tuvieron demasiado tiempo para concretar los proyectos que sobre plano se diseñaban para la Encarnación, y cuando hubo tiempo una vez liquidada la Expo, sobrevino una de las peores recesiones económicas, con lo que la idea de resolver esta asignatura pendiente que se eternizaba no se retomó hasta el gobierno de coalición PSOE-PA, formado por Monteseirín y Rojas Marcos (1999-2003).

Aunque Monteseirín votó cinco veces a favor del proyecto impulsado por sus socios andalucistas de construir un nuevo mercado con diseño del arquitecto José Antonio Carvajal (conocido por ser el autor, entre otras obras, del nuevo seminario en la avenida de la Palmera) y con un parking subterráneo, la polémica creada por el hallazgo de restos arqueológicos en el solar y el riesgo de su destrucción por el aparcamiento fue suficiente para que, ya en un nuevo mandato en coalición con IU, el alcalde optara por liquidar el plan que él mismo había apoyado aun al coste de pagar costosas indemnizaciones por los trabajos realizados y tratara de dejar para la posteridad su sello con otro proyecto de coste faraónico y de polémico diseño por su emplazamiento: las ‘setas’ del alemán Jürgen Mayer.

A partir de ahora, el Metropol Parasol acogerá a los ‘últimos de Filipinas’ de la Encarnación. Se cierra así un capítulo que ha durado 37 años y sólo el tiempo y los placeros dirán si con un final feliz.

Un presupuesto

multiplicado por 10

El presupuesto inicial para la construcción de los 39 puestos del mercado bajo el Metropol Parasol era de 440.000 euros. Al final la factura se ha multiplicado por 10 y se ha elevado a 4.400.000 euros. El Ayuntamiento ha tratado de justificar la cifra con el argumento de que se ha debido a su deseo de atender la solicitud de los propios placeros de que se mejorara el equipamiento con el fin de adecuar las instalaciones a las exigencias de una sociedad del siglo XXI.

La adecuación de las instalaciones se ha traducido en la dotación con cámaras frigoríficas,, lo que ha supuesto un coste promedio de 101.538 euros por cada uno de los 39 puestos, unos números que parecen totalmente desorbitados para los conocedores del sector, ya que fuentes consultadas estiman que con sólo 12.000 euros se puede equipar perfectamente con una cámara frigorífica cualquier puesto. El Ayuntamiento sigue sin aclarar cómo se ha disparado este coste de forma tan extraordinaria.

Por otra parte, aunque los placeros están contentos de salir de las instalaciones provisionales al cabo de 37 años, no las tienen todas consigo sobre el futuro porque, a pesar de que el Ayuntamiento está asumiendo las facturas que exige Sacyr (pagar 350 euros de alquiler en vez de los 680 que pedía la constructora), también creen que sus gastos se van a incrementar. Ahora, por ejemplo, pagan 73 euros de licencia por un puesto de 9 m2, pero se trasladan a puestos con el doble de superficie, por lo que temen un incremento en similar proporción.Algunos temen que el hecho de que el mercado sea tan pequeño puede restarle ambiente y atractivo a la hora de captar clientela.

Tetuán, la 7ª calle más cara de España

Asunción empieza a despuntar y las grandes marcas ignoran aún la Encarnación

La calle Tetuán sigue siendo la más atractiva de Sevilla a la hora de instalar un comercio y de hecho es la séptima vía más cara de España, con una cotización de 120 euros por m2 y mes (1.440 anuales), que no ha variado en los tres últimos años según un estudio mundial de la firma inmobiliaria Cushman & Wakerfield. El año pasado Tetuán era la novena en una lista que en este ejercicio encabeza la barcelonesa Portal del Ángel y su ascenso dos puestos en el escalafón se debe a la caída de dos calles madrileñas que ya no están ni entre las diez primeras, Ortega y Gasset y la Gran Vía.

Tetuán mantiene su cotización estable en 1.440 euros/m2/año desde que hace tres ejercicios figura entre las diez más caras de España, cuando superó a Sierpes como vía más comercial de Sevilla. No es, sin embargo, la calle más solicitada de Andalucía, honor que corresponde a la malagueña Marqués de Larios, con 1740 euros/m2/año, y aún está muy lejos de los precios que se pagan en Barcelona y Madrid.

La barcelonesa Portal del Angel es ahora la mejor calle comercial del país, al incrementarse  sus precios en un 13% en el último año y situarse en 3.120 euros. Desbanca así a la clásica Preciados, de Madrid, cuna de los grandes almacenes españolas, que se ha estancado en 2880 euros/m2/año.

Según Cristina Pérez de Zabalza, responsable de ‘retail’ de la firma Cushman & Wakefield, las principales calles comerciales como Tetuán no muestran apenas variaciones en sus niveles de renta porque en épocas de crisis como la actual mantiene su atractivo para las marcas de primer nivel.

Esta gran vía comercial sigue teniendo mucha demanda y muy poca oferta, pero esta circunstancia no se traduce en una irradiación sobre las calles colindantes salvo en momentos de gran expansión o auge económico, como los anteriores años de bonanza. Sierpes y Velázquez siguen siendo buenas calles comerciales pero no al nivel de Tetuán, y mucho menos Rioja, que según Cushman & Wakerfield no es lo que los operadores comerciales de primer nivel están buscando.

Las empresas de telefonía móvil, las textiles y de moda y las de accesorios y complementos son las que pujan por Tetuán. Sierpes  tiene más locales disponibles y mantiene un buen cartel entre las grandes firmas, aunque se hayan registrado abandonos como los de Hugo Boss y Burberry.

A juicio de esta consultora inmobiliaria, ambas multinacionales extranjeras se equivocaron claramente porque esta calle no era la más adecuada a su negocio, sino más bien la Plaza Nueva. La nueva revelación, ‘El Ganso’, ha entrado con fuerza y con mayor conocimiento del mercado local.

La consultora ha detectado un repunte de la calle Asunción tras la finalización de las obras de peatonalización, si bien su cotización aún es en torno a un 30% inferior a la del área Plaza Nueva, Tetuán, Sierpes y la Campana. Hay grandes marcas comerciales que han empezado a poner sus ojos sobre la calle de Los Remedios y si se materializa su desembarco, es posible que en seis o siete meses empiece a subir la cotización de esta vía y por tanto el coste de los alquileres.

Donde no hay señales de vida por ahora es en la Encarnación y el Metropol Parasol, cuyos locales comerciales han empezado a comercializarse recientemente. Esta consultora que recibe encargos sobre el mercado inmobiliario de todas partes confirma que no ha recibido ni siquiera una pregunta sobre las setas de la Encarnación y su potencial futuro: “ni solicitudes, ni preguntas, ni interés. Absolutamente cero”.

Por otra parte, Cushman & Wakefield no ha notado un aumento significativo de la cotización de la Avenida de la Constitución tras su peatonalización, salvo en locales de hostelería. Por lo demás, la Avenida sigue manteniendo su cuota de comercios de carácter local en al menos el primer tramo, por lo que no hay tanta presión de grandes marcas como en el entorno de la Plaza Nueva.

LAS CALLES MÁS COTIZADAS DE ESPAÑA

Ciudad Calle

Renta €/m2/año

Junio 09

Renta €/m2/año

Junio 10

Crecimiento anual (%)

1

Barcelona Portal de l’Angel 2.760 3.120 13,00

2

Madrid Preciados 2.880 2.880 0,0

3

Madrid Serrano 2.520 2.580 2,4

4

Barcelona Passeig de Gràcia 2.400 2.280 -5,0

5

Malaga Marqués de Larios 1.740 1.740 0,0

6

Valencia Colón 1.560 1.560 0.0

7

Sevilla Tetuán 1.440 1.440 0.0

8

Bilbao Gran Vía 1.380 1.440 4,3

9

Barcelona Rambla Catalunya 1.320 960 -27,3

10

Zaragoza Pza. de la Independencia 1.260 1.260 0,0

11

Palma de Mallorca Jaime III 1.020 1.020 0,0

12

Barcelona Diagonal 840 660 -21,4

De propietario a inquilino

Resumen del capítulo anterior del culebrón sobre las setas. En el Pleno extraordinario del 21 de julio, el Ayuntamiento aprueba ‘in extremis’ con el voto de calidad (¿?) del alcalde el segundo modificado del proyecto, que supone una aportación extraordinaria municipal de 30,47 millones de euros para culminar  la obra. Los voceros municipales reconocen a regañadientes que de los 51 millones iniciales se pasa a 89,6, si bien según las estimaciones desarrolladas anteriormente en esta página el coste real de la ‘operación Encarnación’ en que Monteseirín ha embarcado a los sevillanos ascendía a   123 millones de euros.

En ese Pleno y/o en declaraciones a los medios, Torrijos advierte de que no va a admitir ninguna desviación presupuestaria más y que no las refrendará con sus votos. Asimismo, dice contar con información reservada de que habrá más sobrecostes y que la obra no se acabará en el nuevo plazo (el quinto ya): diciembre de 2010.

DE ALQUILER EN SU PROPIA CASA

El Pleno se celebró el 21 de julio, y Monteseirín ocultó, igual que ocultó en 2007 los informes que decían que las setas eran técnicamente inviables, que estaba acabando de negociar con la empresa constructora Sacyr que el Ayuntamiento pasara de propietario del edificio de la Delegación de Hacienda en la Encarnación a inquilino y por un plazo de cinco años, tal como acordó la Junta de Gobierno reunida justamente al día siguiente del Pleno: el 22 de julio.

Como se recordará, ese pésimo jugador de billar que es el aún alcalde había ideado en 2005 la siguiente carambola: le regalaba 25 millones de euros a Sacyr y le otorgaba una concesión mercantil durante 40 años de toda la Encarnación, incluido el edificio de la Hacienda municipal, para que edificase las setas en el plazo de dos años por la ‘módica cifra’ de unos 51 millones de euros. Luego le compró al Ministerio del Interior la antigua y ruinosa comisaría de la Plaza de la Gavidia por 9,9 millones de euros y le cedió cinco solares para que construyera otras tantas comisarías, y con la Gavidia en sus manos trasladaría allí a los funcionarios de la Hacienda municipal antes de entregarle el inmueble a Sacyr para que lo rehabilitara, cosa que tampoco ha hecho, y lo alquilara para oficinas.

Cinco años después, las setas están por acabar, su presupuesto oficial casi se ha duplicado a costa de los sevillanos, Interior sólo ha construido una comisaría de las cinco, la Gavidia está más en ruina que antes y ahora hay que pagarle a Sacyr otro sobrecoste derivado de las setas en concepto de alquiler de un edificio del propio Ayuntamiento. ¿Cabe mejor metáfora de hasta dónde es capaz de llevar Monteseirín a Sevilla? La factura del alquiler será de 60.000 euros al mes, igual a 720.000 euros al año, igual a 3.600.000 euros en un lustro.

¿No decía Torrijos que no iba a admitir más sobrecostes?

BONIFICACIÓN A LOS PLACEROS

En el ínterin, los 39 placeros supervivientes del antiguo mercado se rebelan ante la pretensión de Sacyr de exigirles el pago global de 288.000 euros anuales  por ocupar las nuevas instalaciones debajo del Parasol, lo que supondría prácticamente el doble de lo que ahora abonan (de 360 euros mensuales a unos 615). Los placeros anuncian que no se van a dar por enterados de la exigencia porque pactaron con Urbanismo que la cuota mensual que tendrían que abonar no superaría el coste de mantenimiento.

Para evitar la ‘rebelión en la granja’ y más daños de imagen a su juguete preferido, el alcalde anuncia que el Ayuntamiento va a pagar ese sobrecoste porque, total, como ya destina 62.000 euros anuales al alquiler del mercado provisional el ‘statu quo’ no cambia. Una mentira más. Si Sacyr exige 288.000 euros y los 39 placeros pagan en conjunto 168.480 euros (360 euros/mes x12 meses), la diferencia a cargo del Ayuntamiento será de 119.520 euros/año. Esta cifra (sin contabilizar IVA ni IPC) supondrá 4.780.000 euros en los 40 años de concesión de las setas. Otra factura con la que no se contaba. ¿No decía Torrijos que no iba a admitir más sobrecostes?

DEMOCRATIZAR LAS VISTAS

Uno de los argumentos más demagógicos y falaces de Monteseirín, Marchena y compañía para justificar las setas era que así se democratizarían las vistas de Sevilla y la Giralda, “reservadas ahora sólo a los privilegiados que son dueños de una azotea en el Centro”, porque los sevillanos podrían subir gratis a lo alto del Parasol y solazarse viendo los tejados del caserío.

Los sevillanos no necesitan el Parasol para admirar el paisaje urbano cuando pueden hacerlo gratis desde lo alto de la Giralda, que lo duplica en altura.

Pues ahora Sacyr le exige al Ayuntamiento que le pague 180.000 euros anuales si quiere que los sevillanos tengan acceso a lo alto de las setas, ya que los turistas van a pasar por caja. Y si paga el Ayuntamiento, a la postre estamos pagando todos por, supuestamente, “democratizar” las vistas. ¿Dónde queda ahora la demagogia de Marchena? Pues bien, 180.000 euros (sin contar el IPC) en 40 años de concesión supondrán 7.200.000 euros.

Si sumamos los 3,6 millones del alquiler del edificio de la Hacienda municipal, los 4,78 millones de la bonificación a los placeros y los 7,2 millones por el acceso a las setas, veremos que los nuevos sobrecostes a futuro desde el 21 de julio ascienden a 15.580.800 euros y que el conjunto de la operación de las setas va ya por 138.580.800 euros.

Y menos mal que Torrijos decía que ni él ni IU iban a admitir más desviaciones presupuestarias.

Gorrillas

Rojas Marcos acabó aplicando el clásico adagio de ‘si no puedes con tu enemigo, únete a él’ y trató de integrarlos en el sistema con la creación de los ‘Vovis’. Monteseirín cambió de estrategia y aprobó contra ellos una normativa municipal que los comerciantes han tachado de “inoperativa” y “carente de eficacia” porque sus destinatarios son insolventes y carecen de domicilio conocido, motivo por el cual da igual que se les multe o se les envíe a ‘su’ casa.. Me refiero a ese invento genuinamente sevillano de los gorrillas, que no han podido erradicar ninguno de los ayuntamientos de la Democracia. Sin embargo, leo que la Policía ha realizado en los últimos días intervenciones que se han saldado con la expulsión de los gorrillas más conflictivos de la Gavidia. ¡Y decían que no había manera de meterle mano al problema! Pues se ve que cuando se quiere y hay voluntad política, se puede quitar a los molestos y extorsionadores gorrillas del medio. Supongo que en Bami todos los vecinos habrán recortado ya la página del periódico. Para ellos es la noticia del verano.

Siete Puertas

Si introducimos en ‘Google’ las palabras ‘Almacenes siete puertas’ veremos que aparecen 3.200.000 registros. Y si tecleamos ‘Siete puertas’ a secas aparecen 290.000. Casi da igual una cifra que otra porque está comprobado que los usuarios de Internet no pasan de la primera o segunda páginas que les ofrecen los navegadores en sus búsquedas en ese infinito océano que es la Red de redes, de ahí la pugna para  aparecer en la primera pantalla que muestra Google, dado su valor mercantil. Más allá es como si nada existiera.

He chequeado las diez primeras páginas de cada texto citado al principio y he encontrado referido a ‘Siete Puertas’ un restaurante barcelonés que data de 1836 y tiene, una página de magnífica factura; un colectivo de arte de Navarra; una canción de Pedro Guerra; referencias a otro restaurante, esta vez de Llanes, y hasta la sinfonía que Penderecki dedicó con el sobrenombre de ‘las siete puertas’ a Jerusalem por su trimilenario, plena de alegorías referidas al número siete, tan importante en la cultura hebrea.

BARCELONA Y SEVILLA

He hallado también bastantes referencias al cierre de los tradicionales almacenes sevillanos ‘Siete Puertas’, una de las noticias más comentadas de este verano, pero ninguna página propiamente dicha de ese histórico comercio al modo del ‘Restaurant 7 Portes’ catalán, por más que el consejero delegado de Google haya advertido de que “todo lo que en algún momento haya sido colgado en Internet permanece, aunque quizás en un lugar más recóndito de la Red’.

Es muy posible, pues, que ‘Siete Puertas’, fundado en 1923, ni siquiera haya tenido un escaparate en Internet desde el que promocionar sus productos, e incluso venderlos a través de una tienda electrónica, a un mundo globalizado de 6.000 millones de personas. No es una excepción. Se estima que más de la mitad de las empresas sevillanas y andaluzas carece aún de página web. Por contraste, el ‘Sete Portes’ catalán, que es casi cien años más antiguo que su cerrado homónimo comercio sevillano, dispone de una estupenda página en Internet  en la que de paso cuenta cómo dedica sillas a los ilustres visitantes que ha tenido a lo largo de su casi bicentenaria historia: los Reyes, Lorca, Picasso, Dalí, Alberti, Fleming, García Márquez, María Callas, Orson Welles, Kraus, Cela, Serrat…..

SIN EVOLUCION

¿Significa acaso que Siete Puertas ha cerrado por carecer de página web? Obviamente, no. Su cierre se habrá debido a un cúmulo de circunstancias, pero no debería atribuirse en exclusiva a la reduccionista excusa de la peatonalización o de los problemas de acceso al Centro, como se ha presentado de forma generalizada. De hecho, hasta donde mi memoria alcanza porque he sido vecino de esa collación, ‘Siete Puertas’ ha estado siempre en una zona peatonal, donde hay una silenciosa pero más frecuente de lo que parece renovación del tejido comercial por el mismo principio darwinista de la selección natural: el que no se adapta a los nuevos tiempos desaparece y su ‘nicho vacío’ es ocupado por otro establecimiento. Hoy es un bazar chino, pero ayer pudo ser un local de cintas de vídeo, una tienda de pantalones vaqueros, una sucursal de una multinacional o hasta una de productos dietéticos, según evolucionaran las modas y las costumbres.

Evolucionan modas y costumbres, pero los comercios tradicionales de Sevilla deben preguntarse si evolucionan en paralelo o se quedan anclados en el tiempo y en sus cada vez menores, por puro efecto biológico, clientelas de siempre; y si reaccionan o no a esas nuevas circunstancias del tráfico en la ciudad, que teóricamente deben favorecerles más que perjudicarles, como generalmente ocurre con las calles peatonales en las grandes ciudades europeas.

CULPA DE TERCEROS

La carencia de página web es sólo un síntoma más de otros muchos que podrían detectarse en un chequeo. Por ejemplo, ¿desde cuándo no veíamos un anuncio de ‘Siete Puertas’ en la prensa o en la radio tras su clásico ‘Siete, siete, siete Puertas. Usted tiene la ventaja’?. ¿Había expedido tarjetas de fidelización a sus clientes? ¿Les enviaba ‘newsletters’ sobre sus promociones? ¿Encargaba encuestas sobre el grado de satisfacción de su clientela? ¿Renovaba sus colecciones y escaparates cada temporada? ¿Organizó algún desfile o acto promocional para el gran público? ¿Se integró en el centro comercial abierto planteado en su día para su zona? ¿Creó, por sí o en asociación con otros un servicio de envío gratis a domicilio a partir de determinado importe de compra para contrarrestar las dificultades de acceso al Centro? ¿Regaló minutos de aparcamiento en los alrededores? ¿Qué hizo para atraer a un público joven que camina con el Ipod en los oídos y que asocia la calle Puente y Pellón con tiendas de viejo?

Y así podríamos seguir preguntándonos ‘ad infinitum’, tanto para ‘Siete Puertas’ como para muchos comercios tradicionales, cuyos dueños aún no han leído la fábula de Spencer Johnson ‘¿Quién se ha llevado mi queso?’ o no han comprendido que, como cantaba Dylan, ‘los tiempos están cambiando’. Para ellos, culpar de su crisis exclusivamente a  las peatonalizaciones es la coartada más fácil, porque les permite eludir cualquier atisbo de responsabilidad propia en su situación. La culpa siempre será de un tercero o del Ayuntamiento.

Comenté con alguien mucho más joven que yo la noticia del cierre de ‘Siete Puertas’. Cosa rara, aún le sonaba el nombre, y me respondió: ‘Ah, ¿pero no hacía tiempo que había cerrado ya?’.

‘Rentrée’

Las dichosas obras, como las de la calle San Jacinto (¿pero hubo alguna vez en que la calle San Jacinto no estuviera en obras?), los anuncios de las inminentes restricciones al tráfico en el Centro, los dimes y diretes sobre estaciones e itinerario de las futuribles líneas del Metro, las telarañas que está dejando Monteseirín en las arcas del Ayuntamiento antes de irse, el sobrecoste de todo lo de las setas (ahora, el alquiler de los puestos de los placeros, que pagará el sin alcalde de nuestros bolsillos), la alerta amarilla o naranja por el calor diurno y las mínimas nocturnas que rompen sistemáticamente la barrera del insomnio…..Vuelve usted -si es que tuvo la suerte de irse pese a la crisis- de las vacaciones predispuesto al síndrome de la famosa ‘rentrée’ septembrina, pero es como si no se hubiera ido, como si no hubiera cambiado nada, como si todo hubiera seguido igual, como si el tiempo se hubiera detenido y no se hubiesen movido las manecillas del reloj…..En Sevilla no hace falta ser Bill Murray para estar condenado a sufrir el día de la marmota.

Segunda estación

El (sin) alcalde que no iba a alegar al proyecto del Metro por –decía- haberlo pactado todo previamente con la consejera de Obras Públicas le ha roto ahora los esquemas a la Junta al alinearse con la inmensa mayoría que pide una segunda estación en el centro aparte de la prevista en la plaza del Duque. Por más que los técnicos digan que los cimientos de las setas impiden excavar la parada en la Encarnación, el (sin) propugna un pozo de bolsillo con dos bocas: una al Antiquarium y otra dentro del Parasol para hacer honor a su nombre de Metropol. Si se admite la tesis de Alfredo, que para más ‘inri’ reconoce que no es suya cuando dice que se trata de “imitar a Barcelona” (¿será algún día al revés?), la Junta ya no tendrá argumentos para encastillarse en paradas cada 1.400 metros, porque el Duque y la Encarnación sólo distan 250. Más que nunca, como sostienen los comerciantes, se justificaría la gran estación central en Plaza Nueva, situada a 500 metros del Duque y donde no hay problemas técnicos para excavar porque el pozo lleva veinticinco años esperando.