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La doble jubilación

Mercasevilla ha exportado sus escándalos hasta Jaén al desvelar el PP que un miembro de la Ejecutiva del PSOE de Baeza habría cobrado como prejubilado de la lonja sin haber trabajado en ella en toda su vida.

A Antonio Garrido, jubilado de Coosur, una mano que mece la cuna lo incluyó en las prejubilaciones del Merca aprovechando su tramitación por  la Consejería de Empleo. Total, donde iban a cobrar 18, bien podrían hacerlo 19. Mientras la Junta se hace la loca con los 40 prejubilados pendientes para no abonar ni un euro, al jubilado por duplicado le habrían ingresado 131.550 euros, a razón de 5.876 euros/mes, un dinero que no verán junto a lo largo de su vida los actuales mileuristas. Para colmo, a las 48 horas se descubrió un nuevo caso de intrusismo: una mujer que nunca pisó el Merca, Carmen Fontela es su gracia,  aparece en la lista con unos 170.000 euros librados por el Banco Vitalicio.

Los supuestos  beneficiarios lo niegan todo y perjuran que debe tratarse de un error, inmenso error, que habría dicho Areilza, pero si el Banco certifica que ha transferido el dinero,  a alguna cuenta debe haber llegado, salvo que se haya perdido por las alcantarillas de Mercasevilla, donde huele cada vez  más a podrido.

Puigcercós, el republicano catalán de la polémica  por decir que en Andalucía no paga impuestos ni dios, va a tener que tragarse sus palabras. La cuestión ahora no es que aquí no pague nadie, sino cómo es posible que se cobre dos veces. Asimismo, Griñán debería corregir sus declaraciones sobre que en Andalucía ha mandado la cultura de la subvención. Eso ya es cosa del pasado. Ahora, como demuestran Empleo y Mercasevilla, lo que se lleva es la cultura de la doble jubilación. Y por partida doble.

LAS ‘TONTAS’ DEL ALCALDE

Lopera llamaba las ‘tontas’ a sus empresas que parasitaban al Betis y que según su particular interpretación de la economía aseguraban la financiación del club, si bien  la juez Alaya ha echado por tierra el mito al establecer que lo que presuntamente hacían era  desviarse a sus cuentas el dinero de la entidad verdiblanca..

Monteseirín también tiene sus particulares ‘tontas’, salvo que en vez de llamarse Tegasa o Encadesa responden por Tussam, Lipassam y en especial su (caja) ‘tonta’ preferida, Giralda TV, auténticas sanguijuelas de las arcas municipales.

El Ayuntamiento dice que no tiene un euro para así tratar de pagarles los atrasos a sus funcionarios sólo con días libres, confiado en que se hagan el trabajo entre ellos y le salga la jugada gratis, pero los sindicatos no pasan por el  aro.

No hay dinero según la versión oficial pero Monteseirín se ha dado trazas para, rebuscando, hallar, oh casualidad, unos remanentes con los que inyectarle tres millones a Lipasam, dos a Tussam y tres a su maquilladora de imagen, Giralda TV, que ha perdido ya 8,6 millones de euros y se ha gastado un 69% más de lo previsto pese a la crisis.

Al tiempo que se conocía este balance catódico y caótico, la patronal de las televisiones privadas, Uteca, publicaba un informe sobre el despilfarro de las Tv públicas con el siguiente aserto: “Todos nos hemos ajustado el cinturón menos ellas”. Ignora que las ‘tontas’ de Monteseirín nunca se ponen a dieta.

DESMEMORIA

El redactor del PGOU, Fustegueras, dio una conferencia en Emasesa para echarle un cable a Monteseirín con las peatonalizaciones, que tan poco disfrutan porque generalmente van en coche oficial.

El. arquitecto también apoyó así el tranvía por la Avenida: “Podría haber sido otro medio y más barato, pero no creo que pase mucho tiempo en que se convierta en una parte más del Metro”. Será manipulando una vez más el lenguaje,  porque por definición Metro es un tren subterráneo y tranvía uno en superficie. Lo que no dijo Fustegueras es que la Junta ya ofreció al Ayuntamiento integrar el tranvía en el Metro mediante el subterfugio de clasificarlo como una extensión metropolitana y asumiendo sus costes.

Ello suponía un importante ahorro para la ciudad pero a condición de segregar el tranvía de Tussam e incluirlo en la política de transportes de la Junta. ¿No se pide  eso mismo ahora que la empresa municipal está en la quiebra? Monteseirín se frotaba las manos, pero bastaron unas cuantas serenatas sindicales bajo su balcón con el espantajo de la privatización para que rechazara  la oferta. Por la debilidad del alcalde, Sevilla ha soportado el oneroso coste del tranvía disfrazado de ‘Metrocentro’.

ANTES QUE EL FLAMENCO

Ahora que la Unesco está de moda por haber declarado el flamenco Patrimonio de la Humanidad les invito a que miren su página web y lean, bajo el título ‘Sevilla, España, primera ciudad de la Unesco de la música´, lo siguiente: “Sevilla se convirtió el 30 de marzo de 2006 en la primera ciudad de la Unesco de la Música en el marco de la Red de Ciudades Creativas de la Alianza global para la Diversidad Cultural. La ciudad es célebre no solamente por ser un centro de creatividad y actividad, sino que también refleja varios siglos de tradición musical y de diversas influencias mundiales. Eventos musicales extraordinarios reúnen artistas de todos los géneros y atraen la calidad y la diversidad a esta ciudad que apoya y estimula con orgullo su música…(¿?).”

Tenemos la marca Unesco cuatro años antes que el flamenco, pero por los recortes que le aplican al Maestranza y la Sinfónica parece que las Administraciones todavía no se han enterado. En Sevilla, hasta la música es víctima de las conspiraciones de silencio.

El túnel

El túnel de la Avenida de las Tres Mil Palmeras según (in)Movilidad se ha retrasado tanto que, miren qué inocente casualidad, puede acabar inaugurándose justo en vísperas de las elecciones municipales según la última (im)previsión municipal. Dicen que primero dijeron que lo iban a rematar en junio de este año, pero yo oigo hablar del túnel tan inacabado como la sinfonía de Schubert desde que el (sin) alcalde se peleaba con Viera y con Carrillo, antes de acabar K.O. a manos de Griñán con un simple teletipo de Europa Press. Para justificar los retrasos del túnel estratégico desde los tiempos del Plan ídem que iba a liquidar los atascos en las Tres Mil Palmeras y aledaños, el último hombre de Filipinas del (sin), Fran Fernández, alega que los contratistas acometen las obras al ritmo que estiman oportuno y que el Consistorio apenas puede hacer nada ante ello. El mundo al revés: no es la corporación municipal la que marca los plazos y penaliza por los retrasos, sino las empresas las que imponen su calendario a la ciudad. Sevilla, sin alcalde y sin Ayuntamiento.

Vista gorda

El Defensor del Pueblo ha condenado, según Facua, la (falta de) actuación del delegado de (in)Movilidad, Fran Fernández, por hacer la vista gorda, nunca mejor dicho, cuando los parkings de Plaza de Cuba, Avenida de Roma y Paseo de Colón aplicaron ilegalmente subidas de hasta el 53% pese a que la entrada en vigor de una nueva ley les obligaba a cobrar por minutos. Facua recuerda que el delegado dijo que no sancionó a las empresas de los parkings (Martín Casillas y Sando, ¿les suenan?), “porque son bastante colaboradoras con la ciudad” ¿Y hasta dónde llega ese grado de colaboración con el Ayuntamiento como para eximir a estas empresas del ladrillo de cumplir la ley y cobrarles una demasía del 53% a los usuarios? ¿No será ésta una nueva versión del ‘urbanismo bajo sospecha’ del que hablaba Monteseirín sin ver la viga en el ojo propio? Esto tiene cierto olor a podrido, por no decir bastante. Un delegado que se pone al servicio de las grandes corporaciones en vez de velar por los intereses de los sevillanos no merece estar ni un minuto más en el Ayuntamiento.

Al borde de…

Me lo dijeron tiempo ha lenguas de doble filo de su propio partido: Marchena vive sin vivir en él por mor de la juez Alaya. La mano derecha del (sin) alcalde intentó dar un golpe de efecto al presentarse en el Juzgado sin haber sido llamado. No era el momento procesal oportuno. Ahora le han dado cita, sí, pero con su abogado. Del urbanismo bajo sospecha del PA al sospechoso exgerente de Urbanismo de Monteseirín. ¿Ves, Alfredo, las vueltas que da la vida? Como decía Vico, la historia no es más que un eterno retorno. ¿Por qué a Marchena no lo dejó hablar entonces voluntariamente la juez y lo llama ahora para que cante? Dicen que en el ínterim la Policía Judicial ha estado escudriñado el servidor informático de la Gerencia. Si Marchena ya era un sinvivir antes de la citación judicial, ahora está al borde de un ataque de nervios (secretarias, cuerpo a tierra, que pueden volar las cafeteras). Para no destituirlo (¿será que sabe demasiado?), el PSOE alega que Marchena tiene la conciencia tranquila. Falsa coartada: un ser amoral como Marchena carece de conciencia.

Sin motivo

Una vez recuperado del susto por los abucheos de los funcionarios tras poner pies en polvorosa junto a Chaves, el (sin) alcalde saca pecho a cuenta de los 9 millones de euros (otros dicen que 24) gastados en restaurar la Plaza de España. ¿Éxito?  Yo, que durante los 12 años que lleva el (sin) he sido indignado testigo domingo tras domingo del abandono a su suerte y acelerado deterioro del monumento, veo el mundo al revés que Monteseirín, como en el poema de José A. Goytisolo: para restaurar la plaza primero ha habido que crear las condiciones para que los vándalos se la cargaran. Y durante 12 años el (sin) no ha puesto allí ni un policía a vigilar. Tampoco ahora, hasta el punto de que en el día de la reinauguración ya vi pintadas en los paneles de propaganda montados por el valido  a mayor gloria de su jefe, y desconchones en una de las balaustradas. Por cierto, ¿dónde están las de cerámica que había bordeando la ría? La cuestión no es restaurar, sino hacer una labor callada y diaria de mantenimiento y vigilancia, pero, claro, con eso no se sale en las fotos.

Monteseirín perdona a Agesa una pasarela

Lleva cuatro años sin ejecutar el acuerdo urbanístico mientras

exige otra a Cajasol y Barceló

El alcalde y Espadas echan un pulso a cuenta del nuevo puente

que trata de impulsar el mandatario

El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, y el alcaldable de su mismo partido, Juan Espadas, mantienen un enfrentamiento público a cuenta del anuncio del primero de acelerar la construcción de una nueva pasarela entre el casco urbano y la isla de la Cartuja. Espadas sostiene que no es prioritaria y Monteseirín replica que no se puede perder la ocasión de que la paguen Cajasol y la cadena hotelera Barceló. Sin embargo, el Ayuntamiento lleva cuatro años desaprovechando el acuerdo de que Agesa debe pagar otra pasarela sobre el Guadalquivir. La amnesia municipal se ha acentuado desde que la empresa pública fue transferida a la Junta de Andalucía.

Monteseirín y Espadas están manteniendo un pulso y marcando territorio a cuenta del anuncio del aún alcalde de impulsar la construcción de una nueva pasarela sobre el río Guadalquivir que uniría la ciudad (a la altura de la calle José Díaz) con la isla de la Cartuja (entre el hotel Renacimiento e Isla Mágica) para mejorar la movilidad en el antiguo recinto de la Expo-92.

La iniciativa del alcalde no ha sentado nada  bien a Espadas, porque demuestra que Monteseirín sigue sin atender la directriz del PSOE de que dé un paso atrás y deje todo el protagonismo público al alcaldable socialista, el cual querría haber rentabilizado políticamente el anuncio como si hubiera sido fruto de su programa o de sus gestiones.

El alcaldable y futurible senador socialista ha dicho en respuesta a Monteseirín que la Cartuja necesita una reordenación integral que hay que analizar en relación con proyectos futuros como el cierre del Anillo de Cercanías, la llegada del Metro y otras conexiones con el resto de la ciudad, y que sólo si en ese contexto fuera necesaria y razonable la nueva pasarela, su equipo (en la confianza de conquistar la Alcaldía) la estudiaría.

Espadas ha sostenido públicamente que Monteseirín se ha extralimitado al lanzar este proyecto a pocos meses de que deje la Alcaldía y ha afirmado que es “claramente” una propuesta que corresponde analizar al nuevo gobierno municipal “porque no es una necesidad inmediata”.

RECALIFICACIONES EN CURSO

Monteseirín, que ya dijo que acometería recalificaciones en la isla de la Cartuja si contribuían a paliar el paro, ha respondido a Espadas con el argumento de que la pasarela “no es prioritaria, pero sí necesaria”, que está programa desde el nuevo PGOU de 2006; que no se puede desaprovechar la oportunidad de que la paguen los privados Cajasol y Barceló (cadena propietaria del hotel Renacimiento) con una aportación de 11 millones de euros y que la obra generaría puestos de trabajo en la ciudad.

Monteseirín quiere aprovecharse del interés del hotel Renacimiento en reordenar la edificabilidad otorgada en el PGOU a sus parcelas y el de Isla Mágica por construir una zona comercial en las suyas para modificar el Plan, a cambio de que paguen entre los dos la pasarela.

Sin embargo, el alcalde no ha hecho lo mismo con Agesa, que también desde 2006 tiene el compromiso de construir una pasarela sobre el Guadalquivir a cambio de que el Ayuntamiento le permitiera, como así hizo, deshacerse de los suelos de Puerto Triana para vendérselos a las Cajas y propiciar así la construcción del rascacielos de Cajasol, diseñado por el arquitecto argentino César Pelli.

En mayo de 2006, la entonces presidenta de Agesa, Carmen Rodríguez Ares, y el por entonces delegado de Urbanismo, Emilio Carrillo, firmaron un protocolo para determinar el uso del Palenque, Auditorio y Pabellón del Futuro conforme a las recalificaciones previstas en el nuevo PGOU.

Con las plusvalías derivadas de los nuevos usos lucrativos, Agesa se comprometió públicamente con el Ayuntamiento a construir una pasarela sobre el río Guadalquivir, que fue valorada inicialmente en al menos tres millones de euros, mientras que el Consistorio decidiría sobre su ubicación.

Aquel protocolo aún no ha sido elevado a la categoría de convenio urbanístico, que se sepa, y/o el Ayuntamiento no ha exigido a Agesa que cumpla su compromiso. Al contrario: cuando la presidenta de Agesa, Carmen Rodríguez Ares, fue a despedirse este verano de Monteseirín al Ayuntamiento, el alcalde planteó la posibilidad de que la sociedad pública financiase la recuperación de algunos activos aún ociosos de la Expo-92 en beneficio de Sevilla.

Poco después, el alcalde fue abroncado telefónicamente por la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, por la pretensión municipal de que Agesa, colocada bajo su adscripción tras ser transferida por el Estado a cuenta de la Deuda Histórica, realizase gasto alguno. Desde entonces, el alcalde no ha vuelto a abrir la boca, y menos desde que Agesa está en manos de la Junta de Andalucía, cuando hizo famosa por su insistencia la frase de que Agesa “no tiene corazón; sólo cartera”.

EL PROTOCOLO CON AGESA

El protocolo firmado en mayo de 2006 entre Agesa, ahora en manos de la Junta de Andalucía, y el Ayuntamiento estaba condicionado a las recalificaciones contempladas en el nuevo PGOU y a la modificación del contrato de explotación de Isla Mágica con Cartuja 93 para desvincular el Pabellón del Futuro del Parque Temático.

Según el acuerdo firmado por las dos partes, Agesa podrá edificar 20.800 metros cuadrados de oficinas de servicios avanzados en la parcela que hasta entonces ocupaba el Palenque (ya demolido), de 10.400 metros cuadrados de superficie y arrendada en aquel momento al grupo de empresas TCM.

El  nuevo PGOU contemplaba el cambio de uso de la parcela que ocupaba el Palenque en el centro del parque tecnológico Cartuja 93, de modo que dejara de destinarse a espectáculos para tener un uso más acorde con el entorno, como eran los servicios avanzados. Mediante este cambio de uso se permitiría  a Agesa dar respuesta a la fuerte demanda de parcelas en la Tecnópolis de Cartuja 93, de la que sigue siendo accionista, aunque minoritario. Existía un acuerdo previo entre Agesa y la empresa concesionaria del Palenque para rescindir el contrato de alquiler, que en principio no expiraba hasta después de varios años.

El protocolo de intenciones también recogía la cesión al Ayuntamiento de Sevilla del Auditorio, propiedad de Agesa y valorado hace varios años en unos 36 millones de euros. Agesa tenía alquilado el Auditorio también al grupo de empresas TCM, que al parecer también había llegado por entonces a un acuerdo con el Ayuntamiento de Sevilla para continuar explotando este activo de la Expo.

Agesa no se comprometió a entregar  el Auditorio cubierto, pese a que el anterior presidente, Luis Miguel Martín Rubio, abordó con TCM esa posibilidad a cambio de incrementarle el canon de explotación.

Por otra parte, Agesa recuperaba el uso del Pabellón del Futuro y podría construir en una parcela anexa unos 6.000 metros cuadrados de usos lucrativos. Hasta entonces el pabellón se hallaba incluido dentro del contrato de explotación que Isla Mágica firmó con Cartuja 93, por lo que estaba adscrito al Parque Temático, si bien prácticamente sin uso alguno.

La trama de las facturas falsas

La Policía ha acreditado que el Ayuntamiento pagó antes de las municipales de 2003 por obras no ejecutadas en el distrito Este y amparadas en facturas falsas, al igual que en el distrito Macarena, hechos éstos por los que la Justicia condenó a penas de cárcel a José Pardo, escolta del alcalde en aquella campaña electoral, y a José Marín, exdirector de Área del Ayuntamiento y, en la época de autos, secretario del distrito.

El presidente de la Cais, José Baena, alertó a la Justicia de que en mayo de 2007 recibió copias de unas facturas por valor de 5.266 euros y emitidas por un cambio de solerías en el distrito Este, obras que jamás se ejecutaron, pese a lo cual fueron abonadas por el Ayuntamiento. La Policía elevó en 2008 a la juez del  caso un informe en el que advertía de que esas facturas no son más que “la punta del iceberg”, porque el constructor había facturado al distrito 269.412 euros sin que las cuentas cuadrasen.

La Policía ratifica así la denuncia que en 2005 hicieron los dos ediles del PA, Paola Vivancos y Rafael Carmona, que destaparon el escándalo, los cuales señalaron que había una trama de facturas falsas en los distritos  Macarena y Este. Sólo les dio tiempo antes de salir del Ayuntamiento a airear la corrupción en el primero.

CAMBIO DE PAREJA

Tras las municipales de 1999, el hartazgo de Soledad Becerril propicia la ruptura de la coalición PP-PA y la forja de una nueva alianza, PSOE-PA, que permite el acceso de Monteseirín a la Alcaldía por un pacto en el que Rojas Marcos  impuso a Chaves desde el Metro hasta  su cuota de poder municipal: controlarían el 70% de las inversiones del Ayuntamiento pese a contar con la mitad (6) de concejales.

El PA seguía manteniendo la delegación clave de Urbanismo y otras áreas que les permitían proyectar sus políticas para luego rentabilizarlas electoralmente: Obras, Cultura y Deportes, Fiestas Mayores y Participación Ciudadana. Así pues, Monteseirín gobernaba realmente sobre un 30% del presupuesto y, teóricamente, su capacidad de acción era muy limitada, si bien el PSOE podía beneficiarse de la imagen pública del nuevo alcalde, imagen que ha acabado siendo tan pésima como empezó, ya que su primera decisión fue la de subirse el sueldo.

EL ANZUELO

Los socialistas tendieron una ‘inocente’ trampa a los andalucistas, y éstos mordieron el anzuelo. El delegado de Hacienda y del distrito Macarena, Carmelo Gómez, propuso a sus socios que se incrementaran los presupuestos de los distritos y se les permitiera acometer pequeñas obras: arreglos y similares.

El grupo Andalucista debate la propuesta. En principio no le ve sentido, porque el PA controlaba todos los trabajos  en la ciudad a través de Urbanismo y de la nueva delegación de Obras. Asimismo, porque los distritos carecían de personal y más aún de técnicos especializados, como eran los de Urbanismo, para controlar la calidad de la ejecución y la veracidad de los presupuestos de los contratistas.

Sin embargo, al final se impone la tesis de Juan Ortega, delegado de Fiestas Mayores, que veía en la idea una gran oportunidad de que se visualizara en su distrito Sur la acción del PA. Así que se multiplicó el presupuesto de los distritos y se les dio capacidad de hacer ‘obritas’, pese a que ni tenían personal ni técnicos, una carencia que Carmelo Gómez se ofreció a subsanar mediante arquitectos de Patrimonio que visasen los expedientes y personal de apoyo (voluntarios) que supervisasen las obras, que se acometerían previa consulta a los vecinos sobre su necesidad.

PRINCIPIO DEL FIN

Cuatro años más tarde, tras las elecciones de 2003 -en las que el PSOE marcó al PA con la acusación del ‘urbanismo bajo sospecha’-, Monteseirín logró desembarazarse de sus incómodos socios de gobierno al forjar una nueva coalición con IU merced a la caída de los andalucistas, que de 6 concejales pasaron a 4. El PSOE ganó el equivalente a lo perdido por el PA y pasó de 12 concejales a 14.

Dos de los distritos controlados por los socialistas, Macarena y Este (ambos con casos de facturas falsas), fueron clave. En Macarena, el PSOE pasó de 29.217 votos a 34.711;  el PA, de 14.526 a 9.565. En Este, el PSOE evolucionó de 36.365 a 41.501;  el  PA registró 9.938 votos frente a los 12.739 anteriores. Y en el distrito Sur, donde debían visualizarse las obras acometidas por el PA, el PSOE prácticamente se mantuvo (de 18.912 votos a 18.645) y los andalucistas fueron incapaces de rentabilizar nada: de 7.787 votos a 6.370.

Ya en la Oposición, cuando Vivancos y Carmona buscaron una explicación a lo ocurrido y chequearon durante seis meses los expedientes municipales, se percataron de que de obritas, nada: en los distritos controlados por el PSOE se habían urbanizado hasta avenidas enteras mediante facturas fraccionadas como “arreglitos”, y hasta en los marmolillos se había impreso, en vez del sello municipal, una leyenda del  distrito Macarena, para que los vecinos visualizaran quién les hacía las obras, encargadas a personas afines. Como no había control técnico de Urbanismo, nadie sabía, podía o quería interpretar si habían sido 100 en vez de 200 los m2 de solería colocados, y así se propició que se inflaran los costes y hasta se falsificaran facturas por  obras inexistentes, como se ha vuelto a demostrar ahora en el distrito Este, donde la Policía no ha hallado vestigio de “solado de hormigón pulido en color verde”.

Monteseirín, que dijo desconocer hasta a su guardaespaldas –uno de los condenados en el caso Macarena-, calla. ¿Seguirá sosteniendo que no había ninguna trama?

Demagogia

El (sin) alcalde, hablando de la peatonalización,  dice que eliminó 11 líneas de autobús, y añade: “¿Y qué precio tiene volver a ver a jugar a los niños en la Plaza Nueva?”. Respuesta: ninguno, porque los niños han jugado allí antes y después de la peatonalización. Es más, cuando dejaron de jugar fue precisamente durante las obras de peatonalización, tiempo en que  Monteseirín la puso patas arriba. Si nos situamos en la fachada del Ayuntamiento, observaremos que el ‘statu quo’ no se ha modificado, ni para  niños ni para adultos. Donde antes había parada de autobuses desde Tetuán a Méndez Núñez ahora hay de bicicletas. El espacio reservado otrora a Tussam frente al hotel Inglaterra lo ocupan ahora paradas de taxis y del microbús eléctrico de la propia Tussam. Y el sitio de las paradas en el lateral de la Consejería de Gobernación está destinado a la del tranvía, con sus vías hasta casi la calle Zaragoza. Los niños tienen el mismo espacio ahora que antes porque Monteseirín ha logrado en la Plaza Nueva lo que no pudo Pellón en la Expo: el balance cero.

‘Okupas’

Fran Fernández, el concejal que ve la vocación en los solares al igual que León Felipe veía poemas en las piedras pequeñas y aventureras como tú, no es el único entre los equipos del (sin) alcalde que ‘okupa’ propiedades ajenas. Carmelo Gómez, otro de los ángeles caídos de Monteseirín, se puso a asfaltar para parking una explanada particular  sin encomendarse ni al Registro de la Propiedad ni a Urbanismo cuando era delegado de la Macarena. Ya les conté lo de la zona verde en suelo ajeno inaugurada por Parques y Jardines. ¿Acaso Marchena no avaló con los fajos de billetes la ‘okupación’ de los terrenos por los chabolistas de Los Bermejales con el argumento de que gozaban de un derecho adquirido? Y Alfonso Mir, ¿no ‘okupó’ también la caseta de las limpiadoras en la Feria? La ‘okupación’ es una práctica inveterada del Consistorio de Monteseirín, convertido en sumatorio de ediles con vocación usurpatoria. Si un día el juez le preguntara a Fran quién diseñó los parkings sobre suelos privados, éste bien podría invocar a Fuenteovejuna: todo el Ayuntamiento a una.

Suma y sigue

Dos dilectos colegas descubren ahora la auténtica razón del incumplimiento por la Delegación de (In)Movilidad del plan de parkings subterráneos: el Ayuntamiento adjudicó las obras de 11 aparcamientos en suelos que no eran suyos, Fran Fernández no se preocupó de averiguar la titularidad de los terrenos hasta dos años después y luego ha tratado de camuflar su incompetencia culpando a las constructoras del desatino o procurando camelarse al secretario y al interventor, que no se han dejado embaucar  ante tal sumatorio de imprevisiones. ¿Que parece increíble? Pues tiempo ha, a un constructor se le atragantó el desayuno al ver en los periódicos que el Ayuntamiento había inaugurado a bombo y platillo un parque  ¡en suelo de su empresa!. Como ha reconocido con total desparpajo el exconcejal Lolo Silva en el juicio que se le sigue por contratar a su primo, la práctica habitual del Ayuntamiento consiste en disparar primero y, si acaso, preguntar después, bastante después. Los pistoleros del salvaje Oeste se quedan en pañales al lado del Consistorio de Monteseirín.