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La Feria de Juan Palomo

El profesor  Palma ha presentado el segundo volumen del estudio sobre el impacto económico de las fiestas de Sevilla, que está viniendo de perlas a los que tenían mala conciencia por pasárselo divinamente mientras la Humanidad sigue en la maldición bíblica del trabajo y largando pestes sobre el exceso de fiestas en el calendario laboral hispalense. El catedrático nos da la coartada perfecta al demostrar que la jarana, además de divertida, es un gran negocio, porque sólo la Feria mueve más de 675 millones de euros. Yo, sin ánimo de fastidiar, quiero hacer de abogado del diablo al fijarme en un dato sobre estas tablas Imput-Output del cachondeo. Observo que al final los ‘guiris’ sólo dejan en Sevilla algo más de 61 millones, por lo que casi toda la pasta nos la hemos gastado nosotros  mismos (casetas, trajes de flamenca, transporte….) y lo que realmente estamos moviendo es nuestro propio dinero, como en la novela ‘La noria’, de Luis Romero. Así que mucho impacto en el PIB, sí, pero al final esto es la feria de Juan Palomo: yo me la guiso, yo me la como.

El volcán de Tussam

Dicen que es la primera huelga durante la Feria en la historia de Tussam, si bien creo que muchos tenemos la sensación de que siempre había habido huelga de autobuses por las fiestas de primavera, de tanto como amenazaban en vísperas con el conflicto laboral. Y gracias a la primera huelga que ha existido realmente –lo otro fueron  percepciones de huelga, meros engaños de nuestros sentidos- nos hemos enterado de que en el Real no sólo hacen sus negocios los empresarios  entre copa y copa de fino, sino que también dan sus pelotazos los sindicatos. Guillermo Gutiérrez ha revelado que de los 65,2 millones de masa salarial de Tussam, dos tercios (43,4 millones) son pluses, complementos, incentivos, mamandurrias y chollos obtenidos durante la Noche del Pescaíto. Que tome nota Rubén Sánchez, el de Facua: si este año vamos a pie a la Feria porque por fin no hay bajada municipal de pantalones ante Tussam, ya no habrá motivo para subir el bonobús. Pero verán cómo lo suben, incluso más que el IPC, aunque tengan que echarle la culpa a la OPEP o al volcán de Islandia.

El otro Parque Temático

La formulación de las cuentas de Isla Mágica de 2009 ha coincidido con la presentación de un estudio de la Universidad, dirigido por el profesor Luis Palma, sobre el impacto económico de la Semana Santa en la ciudad, simultaneidad que nos permite hacer una comparación entre el Parque Temático y el período de fiestas primaverales en que muchos puristas denuncian que Sevilla se convierte en otro parque temático.

Isla Mágica registró unas pérdidas de 3,3 millones de euros, 847.265 visitas (caída del 6%)  y unos ingresos de 17 millones de euros (un 9% menos). El 13 de agosto entró el visitante número 12 millones, motivo por el cual la dirección hizo un somero balance de la afluencia a lo largo de su historia: el 20% procede de Sevilla capital con pases de temporada; otro 20%, de la provincia; un 40%, del resto de Andalucía; un 10%  de España y un 10% de Portugal, si bien en los días de verano los portugueses pueden suponer entre el 35% y el 40% de quienes entran al recinto.

La empresa Staff Consultans hizo para Isla Mágica en 2007 un estudio de impacto económico similar al ahora realizado por la Hispalense para la Semana Santa y estimó que por cada euro ingresado en el Parque Temático se generan 3,75 en Sevilla y su entorno. Con esta ratio, los 17 millones de euros facturados por Isla Mágica en 2009 habrían movido 63,7 millones. La dirección del Parque estima que en sus doce años de historia ha generado en el sector turístico y de servicios un volumen de actividad económica superior a los 550 millones de euros.

EL DINERO ‘MORADO’

Frente a este estudio, el de la Hispalense sobre la Semana Santa. La fiesta mayor genera en los ocho días comprendidos entre el Domingo de Ramos y el de Resurrección 240,3 millones de euros. Esta cifra resulta de sumar los 8,5 millones de euros que gastan el Ayuntamiento y el Consejo de Hermandades; 46, 3   millones de euros de gasto indirecto derivado de la participación de los sevillanos (suelen desembolsar  entre 60 y 65 euros durante la semana); 21,7 millones de euros de gasto de los turistas (a una media de 233,5 euros per cápita) y 164 millones de ‘efecto inducido’.

Así pues, cada euro gastado en la Semana Santa ha movilizado otros 2,14, de los que 1,51 se quedan en Sevilla y Andalucía. Destacan los 12,8 millones empleados en confección de túnicas y complementos.

El estudio de la Hispalense da un dato confuso pero significativo: la asistencia total a las procesiones es de 909.000 personas (el 76% residentes en Sevilla y   área metropolitana), con una participación diaria de 425.000.

Atención a esta última cifra, que desmiente la declaración que cada Jueves Santo suele realizar Monteseirín: “Hoy –reitera el alcalde en cada ecuador de la semana- se cumplirá el tópico de reunir a un millón de personas en la calle”. Lo del millón es sólo eso, un tópico más, pues para que se produjera tal circunstancia tendrían que salir de sus casas todos y cada uno de los 700.000 sevillanos que viven en la capital más 300.000 del área metropolitana. Si, por otra parte, Giralda TV alardea de que este año ha tenido 211.000 espectadores de sus retransmisiones sólo en los primeros cuatro días de la Semana Santa, este dato supone que un número importante de personas prefiere quedarse en su salón contemplando las estaciones de penitencia por la pequeña pantalla antes que hacerlo por las calles de la ciudad.

BALANCE COMPARATIVO

La comparación entre los estudios de impacto económico sobre Isla Mágica y la Semana Santa es demoledoramente favorable a la segunda:

Tan sólo  dos Semanas Santas más dos días de una tercera habrían generado tanto dinero como doce temporadas completas del Parque Temático.

La Semana Santa moviliza en dos días el mismo número de personas que Isla Mágica durante toda la última temporada (nueve meses).

Sólo el dinero que los sevillanos se gastan en túnicas y complementos para la Semana Mayor equivale al 75% de lo que facturó Isla Mágica el último año por todos los conceptos.

Los 240 millones de euros que mueve la Semana Santa equivalen al 1,22% de toda la riqueza creada en la provincia de Sevilla durante un año (19.672 millones de euros), mientras que todo un año de Isla Mágica genera el 0,32% del PIB provincial.

Sevilla ha sido, merced al impacto económico de esta fiesta religiosa primaveral, la tercera provincia española donde más ha bajado el paro en el mes de marzo (ha pasado de 207.202 desempleados registrados a 205.657).

EL GRAN NEGOCIO

Si al impacto económico de la Semana Santa se une el de la Feria de Abril, que, según los profesores autores del informe,  puede ser equivalente o incluso superior, las fiestas primaverales generarían unos 500 millones de euros en poco más de treinta días, y así año tras año. Dicho de otro modo: la Semana Santa y la Feria suponen para Sevilla cada primavera el equivalente al impacto económico de doce parques temáticos como el de Isla Mágica.

¿Qué empresa moviliza ese volumen de dinero en un solo mes?.

¿Qué empresa lo hace además aunando cultura con creatividad y produciendo un efecto altamente gratificante entre quienes disfrutan de tales eventos?

Por mucho que se denigren las fiestas sevillanas y de que se alcen voces críticas que equiparan sus ritos a la escenografía de un gran parque temático en que la ciudad hace su propia representación, la realidad de las cifras se impone. El gran negocio no es el parque lúdico de la Cartuja, sino el de aquende el Guadalquivir: Sevilla exhibiéndose ante sí misma y ante el mundo.

La caseta del cuco

Rosamar Prieto apela a la generosidad del concejal Alfonso Mir para que admita en la caseta que usurpó al Servicio de Mantenimiento de Edificios Municipales a las limpiadoras que se lo soliciten. Ha dicho la delegada de Fiestas Mayores del edil que convirtió esa caseta en familiar compartida aprovechándose para ello de un supuesto ‘error mecánico’ (sigue dándome la risa floja), que “si alguien quiere formar parte de su caseta, él va a ser el primero que no tenga inconveniente en aceptarlo”. ¿Cómo que su caseta? ¿Cómo que hay que solicitarle a un particular un gesto graciable en plan de nuevo señorito cuando se trata de una pertenencia municipal? Mir es como el cuco, que expulsa del nido a sus legítimos concesionarios y encima engorda su ego a costa del Ayuntamiento. Alega Rosamar que Mir se la queda  porque nadie la ha reclamado. Ignora la delegada que la Ley de Bienes  de las Entidades Locales obliga al Ayuntamiento a reclamar, conservar y proteger lo que es suyo/nuestro. Si no da la batalla por una caseta, ¿cómo en caso de ser alcaldesa librará una guerra por Sevilla?

El río siempre llama dos veces

La crecida del Guadalquivir, cuyas aguas han llegado a entrar en el Charco de la Pava, evidencia  el riesgo que entrañaría el traslado de la Feria desde los Remedios a la margen izquierda del río. Dirán que una avenida de una magnitud tal como para que el agua lama la base del muro de defensa se produce una vez cada cientos de años y que hay infinitésimas posibilidades de que acaezca en abril. Yo, que no tengo  una edad bíblica precisamente, ya he visto a lo largo de mi existencia el Charco cubierto por el río salido de madre al menos una vez. Y la primavera es también época de lluvias en Andalucía, incluso de lluvias torrenciales. Recuérdese cómo durante su primer mandato Monteseirín estuvo a punto de firmar el decreto declarando oficialmente restricciones al consumo por la sequía, pero esperó justo a que pasara la Feria y a un lunes, y durante aquel fin de semana llovió tanto que se llenaron los pantanos que abastecen a la ciudad. El Charco de la Pava es zona  inundable y, más tarde o más temprano, el río se acabaría llevando la Feria por delante.

Monteseirín: claves de su carta del adiós

El aún alcalde de Sevilla envió el viernes, camino de Nápoles, una carta a los periódicos  de la ciudad con publicación embargada hasta el domingo para despedirse de los sevillanos y, de paso, lanzar una serie de mensajes codificados a su partido, que pretende que agote el mandato y permanezca en la Alcaldía hasta dentro de quince meses, cuando se celebren las elecciones municipales.

Insólito: el alcalde se despide sin haberse ido. La carta, titulada ‘Gracias a Sevilla (que me ha dado tanto..)’,  puede interpretarse como un órdago a la dirección del partido: aparentando una dimisión inminente, Monteseirín buscaría obtener garantías de futuro como condición  para continuar en su puesto y no precipitar una nueva crisis en el Ayuntamiento que obligara al PSOE a  improvisarle un sucesor. Los hechos demostrarán si el alcalde se va definitivamente en un ataque de dignidad o se traga las palabras como hizo cuando la crisis con Rojas Marcos por el caso Bazar España o cuando cambió de postura en el tema de las Cajas.

Reproducimos en negritas párrafos de la carta del alcalde y, a continuación, nuestras acotaciones:

1) Ya es pública mi decisión, que vengo madurando desde hace mucho tiempo…..

Monteseirín sigue tratando de aparentar que ha sido él y no Griñán quien ha decidido su marcha del Ayuntamiento, cuando su estrategia desde su clamorosa derrota (se parapetó tras el denominado ‘sector crítico’, ya que no tuvo el valor de presentarse él mismo) frente a Viera en el congreso socialista de julio de 2008 ha sido la de una numantina resistencia para evitar que el PSOE lo defenestrara antes de tiempo.

En segundo lugar, para evitar también que cuajara la alternativa interna (Emilio Carrillo) preparada por el partido con la antelación suficiente y dado su derrumbamiento en las encuestas y el rechazo que genera en la opinión pública (el 20% de los sevillanos que declaran conocer al alcalde  lo califican directamente con un cero y jamás ha aprobado en una encuesta durante sus 11 años de mandato, sin contar el demoledor resultado para él de la encuesta encargada por el PSOE a Julián Santamaría).

En tercer lugar y una vez emigrado Chaves (su gran valedor, no tanto por estima como por temer que abrir el melón sucesorio en Sevilla en mitad de un mandato equivalía a abrir la veda para que se hiciera lo mismo en la Junta de Andalucía en mitad de una legislatura, como así le acabó ocurriendo a él: Chaves se veía en el espejo de Monteseirín), una vez ido Chaves, decíamos, amagar con su dimisión a finales de 2009 ante Griñán al comprobar que no gozaba del favor del nuevo presidente, pero con un doble objetivo:

1)      Forzar su ratificación ante la supuesta falta de tiempo (17 meses por entonces) para que el PSOE buscase un candidato alternativo fuera del Ayuntamiento.

2)      En caso contrario, dejar colocado como sucesor  a Celis, el hombre encargado de convertir Sevilla capital en el califato del sector crítico frente a  la Ejecutiva Provincial liderada por Viera y pese a haber contado éste con  el 88,6% de los votos en el último congreso provincial socialista.

Monteseirín ha tratado de asaltar el PSOE de Sevilla desde la trinchera de la capital, parapetado en su condición de único alcalde socialista de una capital de provincia y de Sevilla como capital de Andalucía. Ha tratado deliberadamente de dividir el partido al sentirse ‘intocable’ por ser alcalde de Sevilla, desafiando de forma permanente la autoridad del secretario general y confiado en el manto protector de Chaves.

Monteseirín siempre ha jugado manejando los tiempos políticos para que el tiempo acabara jugando a su favor. Contaba con que su amago de dimisión nunca sería aceptada por Griñán a tan sólo año y medio de las elecciones y que ese año y medio le daría margen de maniobra para tratar de ganarse al nuevo presidente de la Junta, por una parte, y de invertir los sondeos contrarios a su persona mediante una intensa campaña mediática (puesta en marcha de Giralda Tv, compra de favores periodísticos a través de Marchena y del dinero de la publicidad institucional o de las empresas municipales; buzoneo de publicaciones laudatorias en los barrios…) y de captación de apoyo social.

Así, el alcalde habría intentado que Griñán hubiera actuado de presentador suyo en una conferencia que iba a pronunciar después de Reyes. Al no conseguir su propósito de que el presidente de la Junta le hiciera su loa política y  que ésta se interpretara como un aval a su persona, dentro y fuera del partido, pospuso la  conferencia ‘sine die’.

Más ejemplos de la estrategia del alcalde de ganarse apoyos sociales para que fueran valorados en la Casa Rosa: intentó que le otorgara la medalla de oro del Ateneo el nuevo presidente de la docta casa, Alberto Máximo Pérez Calero, médico como él y como agradecimiento por los favores municipales –ahí se vio que no eran gratuitos- a la entidad de la calle Orfila.

2) ….un muchacho de barrio, criado junto a la Facultad de Medicina, llegara en 1999 a la Alcaldía de la ciudad que “es bella porque siempre es nueva”.

Monteseirín trata en esta frase de justificar su ‘grandeur’ arquitectónica, como si Sevilla no fuera bella por el Guadalquivir, el conjunto histórico-artístico de la ciudad, la Catedral, la Giralda, el Real Alcázar, la torre del Oro, la Plaza de España, el parque de María Luisa y todo lo existente antes de su llegada a la Alcaldía sin necesidad del legado del alcalde: las ‘setas’ de la Encarnación, la torre Pelli, la biblioteca de Zaha Hadid en el Prado, la nueva Alameda de Hércules, el proyecto de ‘La piel sensible’ para la Alfalfa, Pescadería, el Pan y otras plazas del Centro…..

3) …superando las dificultades de todo tipo que (siempre los mismos) hemos ido encontrándonos por el camino.

Con ese “siempre los mismos” el alcalde ha anatemizado una vez más como miembros de una Sevilla retrógrada, ‘facha’, rancia, tradicionalista, ‘derechona’ y demás sinónimos a todos aquellos que han osado llevarle la contraria o criticarle en desacuerdo con su gestión, con el doble fin de presentarse ante el electorado de izquierdas como una víctima de esa Sevilla clasista de los de siempre y, por consiguiente, como un héroe/mártir de las clases populares, el hombre que desde una condición humilde llega a la Alcaldía para, levantando las ‘setas’ de la Encarnación por ejemplo, democratizar (¿?) las vistas sobre el caserío histórico que hasta entonces sólo podían disfrutar los ricos desde los miradores de sus casas-palacio. Mensajes simplistas (dicotomía bueno-malo) y demagógicos para consolidar la imagen de la existencia de dos Sevilla, acentuar los enfrentamientos de clase en vez del interclasismo y dividir en vez de integrar.

4) Hemos sido coherentes con un modelo de ciudad….

Monteseirín quiere hacer creer que ha actuado siempre conforme a un modelo previo de ciudad cuando, en todo caso, esa nueva ciudad que él presenta como su Arcadia feliz es la que resulta del lápiz del arquitecto Manuel Angel González Fustegueras y del proceso de participación ciudadana, que confluyen en el nuevo PGOU. Dicho de otro modo, el PGOU no es el fruto de Monteseirín, sino Monteseirín del PGOU. Poco de ese nuevo modelo de ciudad al que tanto remite el alcalde está previamente en sus programas electorales. Al contrario: la peatonalización de la Avenida es la condición necesaria para implantar un tranvía como sucedáneo del Metro y que por acumular tres años de retraso no iba a estar listo ni para las elecciones municipales de 2007.

Recuérdese que Monteseirín llegó a la Alcaldía por el ‘pacto del Metro’ entre Chaves y Rojas Marcos y que en la perspectiva de carecer de Metro todavía ocho años después, no podía presentarse a las elecciones con las manos vacías. Hizo, pues, de la necesidad virtud y a marchas forzadas construyó (destruyendo incluso los hornos almohades de la Puerta de Jerez) y presentó el tranvía como el ‘Metrocentro’, un sucedáneo de Metro penetrando hasta el Centro y cuya consecuencia era la peatonalización para abrir paso a vías y catenarias. El marketing político y electoral convierte esta improvisación en el modelo de ciudad del que alardea el aún alcalde.

5)…tras tantos años de proyectos eternamente pendientes de abordar…

Monteseirín ha querido pasar a la historia como el alcalde que resolvió las cuestiones pendientes de la ciudad (el solar del mercado de la Encarnación, el traslado de la Feria de Abril, el vacío del Prado de San Sebastián, la ampliación de Fibes….), pero algunas las ha dejado irresueltas (la Feria), otras las está resolviendo a un coste multimillonario (las ‘setas’ y el Palacio de Congresos) y ha dejado algunas nuevas para el futuro (el acuario de Delicias, la biblioteca del Prado).

Basó una de sus primeras decisiones nada más llegar a la Alcaldía y que resolvía una de esas cuestiones pendientes, como fue liquidar el edificio administrativo de Moneo que llenaba el espacio vacío del Prado, con el argumento de que ese dinero (unos 30 millones de euros) se debía destinar a modernizar los barrios y que había que ‘descentralizar  el Centro’ repartiendo sedes administrativas por los distritos y ahorrar recursos mediante la informatización y con Internet.

Al final, ha acabado preso de su megalomanía y creyendo que la modernidad de una ciudad se basa en costosísimos iconos arquitectónicos cuales nuevos estadios Olímpicos y no en el eficaz funcionamiento de los servicios públicos (transportes, limpieza) y en la construcción de amplios equipamientos (bibliotecas de barrio, centros cívicos, polideportivos, plazas, jardines..). Mientras alzaba las ‘setas’ en la Encarnación, alteraba la Alameda o ampliaba Fibes, los servicios públicos (Tussam, Lipasam) han acabado en la ruina. ¿Cuánto dinero queda de los convenios urbanísticos firmados en su día para equipar los futuros barrios de la ciudad?

6) Y hoy, aun cuando la crisis económica y financiera mundial está azotándonos como a todos de la forma más lacerante, con el desempleo…

Responsabiliza a factores externos, esa crisis mundial, del incumplimiento de su promesa electoral del pleno empleo y de una vivienda para todos y sin sorteo durante este mandato. Se arroga lo que se hace en la ciudad y culpa de lo que no se hace a las circunstancias y a “los de siempre”.

7) Sevilla volverá a ganar la partida frente a la resignación, el inmovilismo y la involución.

Monteseirín practica un doble lenguaje o una doble moral. Por una parte, ataca de forma sistemática a esa Sevilla inmovilista e incluso involucionista, para complacer así a los votantes de la izquierda, y por otra hace lo imposible por complacer y cortejar a esa Sevilla de las tradiciones de siempre, que supuestamente detesta y es un freno para sus planes modernizadores.

Ni Soledad Becerril ni Rojas Marcos, ni por supuesto Del Valle y Uruñuela, otorgaron tantas medallas de la ciudad (doce) a Vírgenes como ha otorgado Monteseirín; ni se inventaron el ‘urbanismo morado’ para alimentar de subvenciones a las cofradías  en descarada busca del voto popular; ni erigieron tantas estatuas a toreros y nobles en el Paseo de Colón o espacios públicos; ni frecuentaron tanto los salones de la aristocracia, los palcos de la Semana Santa o la plaza de toros de la Maestranza……

8) …..gracias con el alma por como habéis respaldado siempre nuestras ideas y nuestras propuestas en el foro de la democracia ciudadana. Ese apoyo y confianza me han permitido ser, después de estos más de diez años, la persona que más tiempo lleva desempeñando la tarea de alcalde de Sevilla desde que se instituyeron las alcaldías modernas, a principios del siglo XIX.

Esta es la mentira reiterada de Monteseirín, en la que insiste una y otra vez como un martillo pilón: que ha obtenido siempre el respaldo electoral en las elecciones municipales. Falso. Sólo ganó una de las tres a las que se ha presentado, y por mayoría relativa. Las primeras y las terceras las ganó el PP (Becerril y Zoido), y en sus tres mandatos tuvo que pactar (una vez con el PA, dos con IU) para lograr los votos que le faltaban para ser alcalde.

9) …..voy a dirigir mi vocación por la cosa pública a otras tareas, en mi condición de funcionario o en cualesquiera otras en las que mi formación y mi experiencia puedan seguir siendo útiles…

Lanza el mensaje de que quiere un nuevo cargo público, cuando en el comienzo de su carta reconoce que lleva 30 años en la política y los últimos quince sin bajarse del coche oficial (hasta el punto de que reconoce en su declaración de bienes que no tiene ninguno de su propiedad; no le hace falta) como presidente de la Diputación y de la FAMP y alcalde de Sevilla. Veremos hasta dónde se cumple el aserto de Griñán el pasado fin de semana de que el PSOE “no es ni una empresa, ni una ONG”.

10)….Un impulso renovado que, desde la continuidad del proyecto y los relevos generacionales que lo acompañen..

Con la expresión “los relevos generacionales”, Monteseirín está postulando de nuevo a Celis como su sucesor frente a personas de la vieja guardia del partido como pudieran ser Rosamar Prieto, Viera o el mismísimo Alfonso Guerra. Es curioso que hasta diciembre, cuando hizo el amago de retirada ante Griñán pese a que no hace mucho decía que quería seguir en la Alcaldía hasta el año 2020 por lo menos, Monteirín nunca se incluía entre los necesitados de relevo generacional, a pesar de que ya tiene más de 50 años y de que lleva 30 ocupando puestos y cargos en el PSOE y en la vida pública en nombre del PSOE.

11)La ciudad nos necesita a todos y a todas al margen de coyunturas o decisiones personales.

Monteseirín está llegando al final de su carta y por primera vez parece que habla en clave institucional y como alcalde de todos los sevillanos, pero….

12) Sevilla, la buena gente de Sevilla, se lo merece todo.

…al final vuelve a hablar de buenos y de malos al establecer una distinción implícita entre la buena gente, a la que nombra, y la mala, subyacente en la frase. Siempre el mensaje de las dos Sevilla y de que él va de bueno por la vida y como tal debe ser perdonado por sus errores de gestión, imputables más a su entorno (el manido recurso a los técnicos municipales en escándalos como el de los Bermejales, la cubierta de la Davis, la caseta de la Feria…) que a su persona.

Y así fue como Monteseirín dio las gracias a Sevilla (que le ha soportado tanto).

El florero de Mercasevilla

Gonzalo Crespo, exconcejal del PSOE y presidente de Mercasevilla cuando la adjudicación presuntamente amañada de los suelos, declara ante la juez Alaya que todo lo hicieron…..¿A que no lo adivinan? Pues ¿quiénes iban a ser, hombre?, ¡los técnicos!. Los sevillanos creen que gobiernan PSOE e IU, pero los ediles socialistas lo niegan más que San Pedro a Cristo siempre que van al Juzgado o estalla un escándalo, como el último de la caseta: quienes  hacen y deshacen y meten patas y manos son los técnicos. Si la tecnocracia no existiera, habría que inventarla como coartada para las huestes de Monteseirín. Crespo dice que, aunque era el presidente del Merca y por tanto máximo responsable legal, estaba allí poco menos que de florero: para dar la palabra. Y con toda desfachatez confiesa que en sus 40 años de político jamás se leyó un pliego de condiciones. ¿Así velaba por el interés público? No sé si por Mercasevilla, pero yo, en el lugar de la juez, lo habría ‘empurado’ por traicionar la confianza de los sevillanos y cometer el mayor pecado del mundo:el de omisión.

Cortina de humo

El coche ponemultas

El coche ponemultas

Aunque digan que no les importa, lo primero que hacen en el Ayuntamiento es analizar la prensa. Esto leyeron el lunes por la mañana: “El PP lleva al pleno la reprobación de Mir y Celis por el ‘caso caseta’ y acusa al primero de una “evidente maniobra fraudulenta”. Marchena, el hombre clave: no hay nada que se cocine en el Ayuntamiento sin que él no esté al tanto. Mercasevilla decide si recurre la sentencia de su exdirectivo (Daniel Ponce). Denuncian al juez ‘sobresueldos’ a altos cargos municipales en Feria pese a que algunos de ellos ni siquiera se ponían al teléfono. La asfixia de Tussam deja a la plantilla sin cobrar 375.000 euros en pluses salariales; la ‘privatización’ de líneas, en el BOE”. Así que por la tarde lanzaron un señuelo, pese a que faltan 7 meses para el presunto plan, y el martes los periódicos abrían con la estratagema municipal de convertir Sevilla en el gueto de Varsovia y multar a todo coche que se mueva por el Centro. Ya no se hablaba de Marchena, Mercasevilla o la caseta. Y luego dicen que son tan inocentes que ni saben comunicar.

Alfonso, bueno y mártir

La delegada de Fiestas Mayores, Rosamar Prieto, ha pedido un informe –el tercero que encarga el Ayuntamiento en los últimos días en relación con la gestión del Real- sobre los criterios de adjudicación de las casetas de la Feria de Abril a raíz de la presunta usurpación de la caseta de las limpiadoras municipales por el concejal Alfonso Mir, que la convirtió ‘de facto’ en la caseta del sector del PSOE sevillano crítico con su secretario general, José Antonio Viera.  La noticia es sumamente reveladora del descontrol imperante en el gobierno municipal tanto en éste como en otros escándalos (el de Mercasevilla, sin ir más lejos),  porque es sorprendente que con el tiempo que lleva en el cargo y en el Ayuntamiento la delegada  responsable de este departamento aún no sepa cuáles son los criterios que se aplican en una materia de tanta trascendencia social.

Extrapolado el caso al sector privado, es como si el consejero delegado de Airbus no supiera con qué criterios se adjudicaran los aviones que vende su compañía, de lo cual se inferiría que tras ser designado para el cargo ni revisó la política previa de la empresa ni dictó sus propias directrices para la nueva etapa, pues en tal caso no habría necesitado encargar informe alguno para paliar su ignorancia. Del máximo responsable de una sociedad privada o de una Delegación municipal se presupone que debe estar al tanto al menos de las cuestiones básicas que les atañen, y si en Fiestas Mayores no es básico el reparto de las casetas de la Feria pues ya me dirán de qué otras cuestiones ha de preocuparse más la titular del departamento.

Caldo de cultivo

¿Cuál es el criterio? Sebastián Torres, el periodista que de forma tan brillante ha destapado el escándalo, ha demostrado con sus investigaciones en este periódico que el aparente criterio de la preeminencia de la antigüedad es pura falacia, ya que hay privilegiados que se saltan la lista de espera sin ningún problema. Hay, pues,  una retórica oficial y una práctica encubierta que demuestra que el criterio es justamente la ausencia de un procedimiento reglado, ya que ello permite adjudicaciones irregulares como la que presuntamente habría beneficiado al concejal Mir, sin que exista una fiscalización pública ni se abran plazos de alegaciones de los posibles perjudicados.

Ese magma de ambigüedad y descontrol es el caldo de cultivo para la arbitrariedad, los autopases de casetas y los cambios de ubicación, mientras hay sevillanos preteridos desde hace más de veinte años, y ello pese a que según la normativa vigente este tipo de prácticas están tajantemente prohibidas. Al Defensor del Pueblo, José Chamizo,  le han faltado reflejos para abrir una queja de oficio en este asunto de tanto calado popular.

Enredar la madeja

Y en esto llegó el alcalde. Monteseirín, fiel a su libro de estilo, le dio la vuelta a la tortilla e interpretó al revés el dictamen de la Delegación de Fiestas Mayores, que determinó en su día que la caseta ocupada por Mir nunca había sido suya, sino de titularidad municipal. Pues bien, el alcalde dijo todo lo contrario: “la caseta nunca fue municipal; fue privada”. Segunda táctica: marear la perdiz. Alfredo ha introducido en la escena variaciones, combinaciones y permutaciones sobre el término “privado” para enredar aún más la madeja. Según el alcalde, ahora se trata de discernir si la caseta es “privada institucional” o “privada particular”.

Lo primero es una antítesis; lo segundo, un pleonasmo. En la línea abierta por Monteseirín también cabría discernir, por ejemplo, si es “privada singular” o “privada específica”; o si más bien es “privativa singular” o “privativa plural”; acaso pudiera ser “privada íntima” o “privada colectiva”;  quizás “privada confidencial” o “privada elástica”; inclusive “privada oficiosa” o “privada reservada”; asimismo,  “privada abierta” o “privada cerrada”; cabe que sea “privada normal” o “privada superlativa”, y así podríamos seguir ‘ad infinitum’ o, al menos, hasta que acabe el mandato.

Sentimentalismo

Tercera táctica del regidor: el victimismo habitual. Alfonso Mir no es un presunto usurpador de una caseta de Feria, sino una pobre víctima al que el alcalde describe casi con la misma ternura que Juan Ramón a Platero en su celebérrimo poema en prosa: “Es una persona entrañable, de las que se hace querer, y un gran trabajador; no tiene nada que ver con los estraperlistas de la política que andan por ahí. El se ha ganado todo lo que tiene trabajando desde abajo, sin que nadie le regalase nada”. De Alfredo buena gente a Alfonso buena gente. Un unamuniano san Alfonso bueno y mártir. El alcalde apela al sentimentalismo para inspirar compasión y benevolencia hacia un edil pintado tan bondadoso y laborioso que no tenemos más remedio que simpatizar con él y alejar toda sospecha: este alma cándida, inocente y pura, ¿cómo se iba a apropiar de una caseta, por Dios? Y el auditorio así inducido deberá llegar a la misma conclusión de la versión oficial: sólo cabe un error, un inmenso error mecánico.

Y Monteseirín remata su pieza de oratoria con una expresión marca de la casa al calificar como “dinámica confusa” el proceso de adjudicación de las casetas. Desde aquello de Pellón de que la Expo estaba sumida (por Olivencia) en una “nebulosa jurídica” no se había oído nada parecido. Pues bien, si tras diez años de Monteseirín en la Alcaldía las casetas aún se adjudican con esa dinámica de confusión, ¿de quién es la responsabilidad? ¿Habrá que achacársela, como siempre, a la Sevilla rancia?

El delfín no da la talla

La imagen del delegado de Urbanismo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, como alcaldable del PSOE en la carrera por la probable sucesión de Monteseirín ha quedado seriamente afectada a cuenta de la polémica por la presunta usurpación de una caseta municipal que habría realizado su correligionario, compañero de gobierno municipal e íntimo amigo, Alfonso Mir. Celis ha cometido durante la polémica todo un catálogo de errores, impropios de quien es considerado el ‘delfín’ del alcalde y por tanto aspirante a regir los destinos una ciudad como Sevilla.

Celis se ha mostrado ante la opinión pública como  un gobernante imprudente al poner en diversas ocasiones la mano en el fuego por el delegado de Convivencia y Seguridad con declaraciones de apoyo a su actuación en el caso de la caseta sin esperar siquiera a que concluyera la investigación abierta por la Delegación de Fiestas Mayores, la cual acabó determinando que la caseta era de titularidad municipal y no propiedad del edil socialista y de su familia, como este último viene sosteniendo de forma numantina pese a todas las evidencias, el propio informe de Rosamar Prieto y el testimonio de Antonia Jiménez, la trabajadora que en nombre del Servicio de Limpieza de Escuelas la solicitó en el año 1989.

Un político prudente habría esperado al menos a que concluyera la investigación que estaba en curso para realizar cualquier pronunciamiento público. Si Celis apuesta por alguien que presuntamente ha cometido irregularidades de amplio eco social además, ¿qué confianza suscitaría como alcalde a la hora de elegir a sus colaboradores?

El segundo error de Celis fue no inhibirse en el caso pese a ser parte interesada en calidad de socio de la caseta presuntamente usurpada por Mir y ocultar tal condición ante la opinión pública. El delegado de Urbanismo se enfangó en el caso al actuar más como miembro de la peña de Mir y amigo personal del delegado de Convivencia y Seguridad que como un responsable del gobierno local, del que además ejerce como portavoz y por tanto es su cara ante los sevillanos.

Celis cometió otro error al implicarse personalmente en el escándalo saltando a la palestra en vez de dejar que fuera la responsable del área afectada, Rosamar Prieto en su calidad de delegada de Fiestas Mayores, la que actuara de pararrayos y se pusiera delante de los focos. El ‘delfín’ de Monteseirín se mostró así como un político demasiado impulsivo e irreflexivo al bajar a la arena a las primeras de cambio. De esta manera, la polémica ascendió hasta la portavocía del grupo municipal socialista, sin que la Delegación de Rosamar actuara de dique de contención. Celis ha acaparado las cámaras y los titulares, con lo que ha acabado a la altura del propio Mir y como coprotagonista del caso. No se ha puesto a cubierto en absoluto.

El aspirante a alcalde de Sevilla ha demostrado también falta de conocimiento técnico al sostener que las Ordenanzas municipales recogían la posibilidad de cambios de ubicación de casetas, una práctica que se hace bajo cuerda pero que no está contemplada en la normativa. Un gobernante no puede ser cogido en tales renuncios por el afán de aparentar saberlo todo. Este error ha sido otra de las consecuencias de haber invadido el área de Fiestas Mayores para no cederle protagonismo a la edil responsable de la misma.

Por último, Celis ha demostrado falta de reflejos políticos tras el informe de la Delegación de Fiestas Mayores en que aclaraba el carácter municipal de la caseta ‘de’ Alfonso Mir, de la que es socio. El ‘delfín’ de  Monteseirín dice que exigió en su día a Mir que expulsara como socio a Fernando Mellet tras conocerse su implicación en el caso Mercasevilla.

Al estallar el escándalo de la presunta usurpación de la caseta por el delegado de Convivencia y Seguridad, Celis podría haber reaccionado anunciando que dejaba en suspenso su afiliación a la caseta en tanto no se aclarara definitivamente la polémica por la titularidad de la misma. Sin embargo, primero trató de negar la evidencia de su condición de socio al declarar que no lo era “en el estricto sentido del término”, sino únicamente para la semana de la Feria, como si las efímeras casetas permanecieran en el Real a lo largo de todo el año y no solamente durante los días de la fiesta primaveral. A su manera, el delegado de Urbanismo presentó las casetas como si pudieran ser objeto de la figura turística del ‘time sharing’  o ‘tiempo compartido’, en que uno puede comprar el uso de un apartamento durante sólo un periodo de tiempo al año.

Celis es socio de pleno derecho de la caseta de Mir a la luz de una sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla de noviembre de 2008 que revocó otra anterior del Juzgado de Primera Instancia Nº 9 en el caso de la caseta ‘Chóferes municipales’. La Audiencia condenó a los titulares administrativos a inscribir como socias de pleno derecho a diez personas que habían venido pagando previamente una cuota anual y contribuido por tanto al mantenimiento y montaje.

La Audiencia explica que la Feria de Abril funciona gracias a unas normas administrativas junto a un «importante componente consuetudinario que ha ido generando una tradición consolidada». En virtud de ella, «el funcionamiento de una caseta de Feria, con la sola integración del titular administrativo, carecería del atractivo tradicional que es propio de esta clase de festejos tan arraigados en la historia y costumbre sevillanas».

Para enredar aún más la madeja, prolongar más en el tiempo una polémica que sólo puede perjudicarle y externalizar una decisión que sólo le corresponde a él, Celis ha propuesto que para su tranquilidad personal y porque se està poniendo en entredicho su honestidad personal el Ayuntamiento investigue “si es legal que cualquier persona que sea socia o está cometiendo alguna irregularidad o ilegalidad que aconseje no renovar su vinculación con esa caseta” (sic).

La explicación de Celis de que entró en la caseta por invitación de su íntimo amigo Alfonso Mir y sin ser consciente de que exisitiera ninguna anomalía en el procedimiento administrativo de concesión es plenamente convicente, pues haber reconocido lo contrario lo haría cómplice de la presunta irregularidad. A partir de ahí, lo inexplicable es que el ‘delfín’ del alcalde necesite que le hagan un informe municipal para ver si renueva o no su vinculación con la caseta. Su último error, por el momento, es justamente su indecisión.