El alcalde interino que se despidió por carta antes de irse a Nápoles hasta que escampara en Sevilla, deja caer a través de los últimos de Filipinas del sector crítico que no tiene prisa por irse. Al menos hasta que lo reubiquen. Dicen las gacetas que ha pedido una empresa pública o algún ente de la Junta que sirva de enlace a su historial municipal y que dé cobijo a un inspector médico acostumbrado a la vida pública. ¿Que le den cobijo? Pero, Alfredo ¿qué es, un médico o un ‘sin techo’? ¿Un cargo que enlace con su historia municipal porque está acostumbrado a la vida pública? Ya le dieron una salida: el Parlamento Europeo, pero lo rechazó. No puede quejarse ahora. Y por esa regla de acogerse a la costumbre yo me podría pedir la Dirección General de Radio Televisión Española y hasta me quedaría corto. Si al alcalde le quedara un resto de dignidad, ya se habría ido a su casa. Lo que está haciendo es peor que patético: usa Sevilla en su negociación personal. Veremos ahora si se cumple el aserto de Griñán de que el PSOE no es ni una empresa ni una ONG.
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Prietas las filas
La Democracia ha enseñado desde UCD que si hay algo que no perdonan los electores son las divisiones en los partidos. Por eso Griñán hizo en el congreso extraordinario del PSOE de Sevilla un llamamiento a la unidad. La de Sevilla es la agrupación socialista más importante de Andalucía y de España, el granero de votos del PSOE y con el valor simbólico de ser la cuna de Felipe González y de Alfonso Guerra, que llevaron al partido desde las catacumbas del franquismo hasta la Moncloa.
Sevilla es mucho más que la capital, por más que ésta sea la única gran urbe donde gobiernan los socialistas, merced al apoyo de IU, dado que Monteseirín perdió las municipales frente a un desconocido aspirante del PP llamado Zoido. Sevilla tiene 700.000 habitantes; el conjunto de los 105 municipios, 1.900.000. El peso de la capital es sólo el 37% del total de la provincia, y la provincia vota no sólo en las municipales, sino también en las generales, autonómicas y europeas.
Sevilla provincia le ha dado al PSOE en las elecciones generales el 58,1% de los votos frente al 31,5% al PP (26,6 puntos de diferencia); en las elecciones autonómicas, el 54,33% frente al 31,72% al PP (una diferencia de 22,61 puntos); y en las municipales, un 18% más de votos que al PP, 496 concejales más que los populares y el gobierno de 74 pueblos frente a los 6 del partido de Arenas.
UN CONTRAPODER
Desde hace años y por la guerra de guerrillas de Monteseirín y su facción, los votantes están recibiendo el mensaje de que en Sevilla hay dos PSOE: el de la capital, donde manda el alcalde con su propio estatuto de autonomía funcional, y el de la provincia, donde el alcalde habría confinado a Viera.
Los críticos, además, han cultivado la imagen de que eran el griñanismo, ‘los hombres del presidente’ frente a la vieja guardia que representaría el chavismo de Viera, Pizarro y compañía. Por ende, Griñán es un militante de la agrupación de Nervión, dirigida por Celis, el joven cachorro de Monteseirín y hombre encargado por éste de crearle en las agrupaciones de la capital un poder paralelo al de Viera.
Sin embargo, en la semana previa a su elección como secretario general y cuando más necesitado estaba de contar con un escenario de unidad de todo el partido tras él, Griñán vio cómo Monteseirín y su facción han tratado de condicionarle el futuro en Sevilla capital. En vez de asumir la decisión del presidente de relevarlo de candidato, oficialmente a petición del propio alcalde, y de agotar disciplinadamente el mandato para dar tiempo al PSOE a buscar y promocionar a su sucesor, Monteseirín y los críticos han agitado el ambiente con tácticas como éstas:
-Amagar con una salida inmediata del Ayuntamiento con una carta de despedida a los sevillanos.
-Condicionar la permanencia de Monteseirín en el cargo a la designación de Celis como nuevo alcalde primero y como candidato en las elecciones de 2011 después, al margen de la Ejecutiva Provincial y de la mayoría que ésta representa y de cualquier órgano de dirección del partido.
-Presentar a Celis como el hombre que debe autorizar cualquier operación en Sevilla por ser quien controla la mayoría de las agrupaciones de distrito, proyectando así la imagen de que hay “un partido (Celis), dentro de otro partido (Monteseirín), dentro del PSOE (Viera)”.
-Calificar de “disparate” tener tres referentes en un año (Monteseirín, su sustituto transitorio en caso de que no agote el mandato y el candidato), sin percatarse de que fue la misma situación que provocó Monteseirín hace doce años. En 1998, aquél, siendo presidente de la Diputación, ganó las primarias a Borbolla, y el PSOE estuvo un año con tres referentes: Borbolla, perdedor de las Primarias; Carmelo Gómez, que hizo las veces de nuevo portavoz socialista, y Monteseirín, el candidato a un año vista. Aquel ‘disparate’, como lo calificaría hoy Monteseirín, se tradujo paradójicamente en que el PSOE pasó del 28,94% de los votos en 1995 al 35,99% en 1999 y estuvo en posición de pactar con Rojas Marcos la Alcaldía para Monteseirín.
-Amenazar con pedir unas primarias a la Ejecutiva Federal contra las directrices de Viera y Griñán e incurriendo en contradicción con la exigencia anterior, pues el proceso podría desembocar en una situación similar a la de la época de Borbolla. En su obcecación, el alcalde estaba dispuesto a provocar la situación que él mismo denunciaba.
AVISO A NAVEGANTES
A la vista de la peligrosa deriva del sector crítico, el que se presentaba como alineado con Griñán frente al chavismo, el presidente de la Junta de Andalucía decidió zanjar la cuestión a mitad de semana con un aviso a navegantes: “El PSOE de Sevilla (Viera) logró unanimidad en el último congreso…Yo no tengo candidato (para la Alcaldía); el PSOE de Sevilla sí puede tenerlo. Viera es mi interlocutor y con él hablo”. Y, en un gesto inusual, reforzó su figura nombrándolo presidente del congreso extraordinario del PSOE-A, para demostrar quién le merecía su confianza en Sevilla.
En horas veinticuatro, Celis, el hasta entonces ‘delfín’ de Monteseirín y ariete en la operación de los críticos contra la Ejecutiva Provincial, entendió el mensaje y declaró públicamente su fidelidad a Viera, con otro aviso de su cosecha para el alcalde: “No debe actuar por intereses personales”. Celis se convertía así en el nuevo Emilio Carrillo y con su defección ha liquidado el intento del alcalde de mandar vicariamente en el Ayuntamiento y de perpetuar un Monteseirinato.
El coche oficial
El alcalde lanzó el mensaje de que quiere un cargo, por su vocación política. En horas veinticuatro, como Lope de las musas al teatro, Monteseirín pasó de anunciar en su carta que iba a dirigir esa vocación por la cosa pública “a otras tareas”, a verse acreedor de otro nombramiento en virtud de su natural inclinación a la mamela oficial. Repite dirigiéndose a Griñán el ancestral grito del pueblo al cacique alpujarreño Natalio Rivas: “¡Colócanos a tós!”. Monteseirín revela así su concepción de la política no como un servicio transitorio en que uno es ave de paso y luego se reintegra a su anterior función, sino como una profesión, y a ser posible a perpetuidad para seguir disfrutando de las prebendas del Poder. ¿Le darán un cargo para que cuando surjan los problemas repita que él no entiende porque es médico? Lo quiere para seguir, como en los últimos 15 años, sin bajarse del coche oficial. Ya que alardea en su autobiografía de haber sido galeno en San Lázaro, cabría exigirle que emulara la historia del santo con Cristo: “¡levántate (de la poltrona) y anda!”.
Calendas de marzo
Millares de sevillanos recibían a diario en su correo electrónico las intoxicaciones de Marchena con sus interpretaciones edulcoradas de la realidad de Sevilla, siempre a mayor gloria de Monteseirín. Si Marchena perdía las mañanas y parte de las tardes en estas campañas, ¿quién gestionaba entonces Emasesa? ¿Serían los de siempre en el Ayuntamiento, osea, los técnicos que cometen los ‘errores mecánicos’, o es que Emasesa ha acabado convertida también en la Oficina municipal de Propaganda? Ahora que todos esperaban con expectación la exégesis del valido sobre cómo se cargó Griñán al alcalde, resulta que el tam-tam digital de Marchena se ha quedado tan mudo como lívido su jefe en Alcosa cuando le llegó el teletipo de Europa Press, al igual que antaño llegaban con el cese los motoristas de Franco. ¿Quién les iba a decir a M&M que tras mis calendas de abril llegarían, menos de un año después, sus calendas de marzo? Como declamó Castelar, grande es la religión del poder, pero es más grande la religión de la justicia implacable. Quien a hierro mata, a hierro muere.
Entre dos aguas
Como el alcalde interino se quita del medio siempre que huele a chamusquina –y en esta ocasión el quemado era él- y se fue a Nápoles tan (in)oportunamente –según se mire-, se perdió el congresillo de adhesión inquebrantable de los socialistas sevillanos a su defenestrador, Griñán. Monteseirín, al que su designación como delegado le habrá parecido como otra dosis de hiel en su cáliz de la amargura -¿se dejará ver para que todo el mundo le compadezca por los pasillos?-, se perdió el cónclave del que fue ausente protagonista, por alusiones y sin alusiones. Cuentan las gacetas que, de entre la quincena de oradores, quienes más le defendieron fueron su enemigo íntimo, José Antonio Viera, y su amigo íntimo, Fran Fernández. Un señorial detalle por parte del secretario general frente al rebelde ángel caído y pese a haberle soportado su guerra de guerrillas durante los últimos años. Y dicen las crónicas que Celis guardó un elocuente silencio. Ya ves, Alfredo, tu delfín prefirió nadar entre dos aguas en vez de significarse por ti. Antes de que cante el gallo…..
Monteseirín: claves de su carta del adiós
El aún alcalde de Sevilla envió el viernes, camino de Nápoles, una carta a los periódicos de la ciudad con publicación embargada hasta el domingo para despedirse de los sevillanos y, de paso, lanzar una serie de mensajes codificados a su partido, que pretende que agote el mandato y permanezca en la Alcaldía hasta dentro de quince meses, cuando se celebren las elecciones municipales.
Insólito: el alcalde se despide sin haberse ido. La carta, titulada ‘Gracias a Sevilla (que me ha dado tanto..)’, puede interpretarse como un órdago a la dirección del partido: aparentando una dimisión inminente, Monteseirín buscaría obtener garantías de futuro como condición para continuar en su puesto y no precipitar una nueva crisis en el Ayuntamiento que obligara al PSOE a improvisarle un sucesor. Los hechos demostrarán si el alcalde se va definitivamente en un ataque de dignidad o se traga las palabras como hizo cuando la crisis con Rojas Marcos por el caso Bazar España o cuando cambió de postura en el tema de las Cajas.
Reproducimos en negritas párrafos de la carta del alcalde y, a continuación, nuestras acotaciones:
1) Ya es pública mi decisión, que vengo madurando desde hace mucho tiempo…..
Monteseirín sigue tratando de aparentar que ha sido él y no Griñán quien ha decidido su marcha del Ayuntamiento, cuando su estrategia desde su clamorosa derrota (se parapetó tras el denominado ‘sector crítico’, ya que no tuvo el valor de presentarse él mismo) frente a Viera en el congreso socialista de julio de 2008 ha sido la de una numantina resistencia para evitar que el PSOE lo defenestrara antes de tiempo.
En segundo lugar, para evitar también que cuajara la alternativa interna (Emilio Carrillo) preparada por el partido con la antelación suficiente y dado su derrumbamiento en las encuestas y el rechazo que genera en la opinión pública (el 20% de los sevillanos que declaran conocer al alcalde lo califican directamente con un cero y jamás ha aprobado en una encuesta durante sus 11 años de mandato, sin contar el demoledor resultado para él de la encuesta encargada por el PSOE a Julián Santamaría).
En tercer lugar y una vez emigrado Chaves (su gran valedor, no tanto por estima como por temer que abrir el melón sucesorio en Sevilla en mitad de un mandato equivalía a abrir la veda para que se hiciera lo mismo en la Junta de Andalucía en mitad de una legislatura, como así le acabó ocurriendo a él: Chaves se veía en el espejo de Monteseirín), una vez ido Chaves, decíamos, amagar con su dimisión a finales de 2009 ante Griñán al comprobar que no gozaba del favor del nuevo presidente, pero con un doble objetivo:
1) Forzar su ratificación ante la supuesta falta de tiempo (17 meses por entonces) para que el PSOE buscase un candidato alternativo fuera del Ayuntamiento.
2) En caso contrario, dejar colocado como sucesor a Celis, el hombre encargado de convertir Sevilla capital en el califato del sector crítico frente a la Ejecutiva Provincial liderada por Viera y pese a haber contado éste con el 88,6% de los votos en el último congreso provincial socialista.
Monteseirín ha tratado de asaltar el PSOE de Sevilla desde la trinchera de la capital, parapetado en su condición de único alcalde socialista de una capital de provincia y de Sevilla como capital de Andalucía. Ha tratado deliberadamente de dividir el partido al sentirse ‘intocable’ por ser alcalde de Sevilla, desafiando de forma permanente la autoridad del secretario general y confiado en el manto protector de Chaves.
Monteseirín siempre ha jugado manejando los tiempos políticos para que el tiempo acabara jugando a su favor. Contaba con que su amago de dimisión nunca sería aceptada por Griñán a tan sólo año y medio de las elecciones y que ese año y medio le daría margen de maniobra para tratar de ganarse al nuevo presidente de la Junta, por una parte, y de invertir los sondeos contrarios a su persona mediante una intensa campaña mediática (puesta en marcha de Giralda Tv, compra de favores periodísticos a través de Marchena y del dinero de la publicidad institucional o de las empresas municipales; buzoneo de publicaciones laudatorias en los barrios…) y de captación de apoyo social.
Así, el alcalde habría intentado que Griñán hubiera actuado de presentador suyo en una conferencia que iba a pronunciar después de Reyes. Al no conseguir su propósito de que el presidente de la Junta le hiciera su loa política y que ésta se interpretara como un aval a su persona, dentro y fuera del partido, pospuso la conferencia ‘sine die’.
Más ejemplos de la estrategia del alcalde de ganarse apoyos sociales para que fueran valorados en la Casa Rosa: intentó que le otorgara la medalla de oro del Ateneo el nuevo presidente de la docta casa, Alberto Máximo Pérez Calero, médico como él y como agradecimiento por los favores municipales –ahí se vio que no eran gratuitos- a la entidad de la calle Orfila.
2) ….un muchacho de barrio, criado junto a la Facultad de Medicina, llegara en 1999 a la Alcaldía de la ciudad que “es bella porque siempre es nueva”.
Monteseirín trata en esta frase de justificar su ‘grandeur’ arquitectónica, como si Sevilla no fuera bella por el Guadalquivir, el conjunto histórico-artístico de la ciudad, la Catedral, la Giralda, el Real Alcázar, la torre del Oro, la Plaza de España, el parque de María Luisa y todo lo existente antes de su llegada a la Alcaldía sin necesidad del legado del alcalde: las ‘setas’ de la Encarnación, la torre Pelli, la biblioteca de Zaha Hadid en el Prado, la nueva Alameda de Hércules, el proyecto de ‘La piel sensible’ para la Alfalfa, Pescadería, el Pan y otras plazas del Centro…..
3) …superando las dificultades de todo tipo que (siempre los mismos) hemos ido encontrándonos por el camino.
Con ese “siempre los mismos” el alcalde ha anatemizado una vez más como miembros de una Sevilla retrógrada, ‘facha’, rancia, tradicionalista, ‘derechona’ y demás sinónimos a todos aquellos que han osado llevarle la contraria o criticarle en desacuerdo con su gestión, con el doble fin de presentarse ante el electorado de izquierdas como una víctima de esa Sevilla clasista de los de siempre y, por consiguiente, como un héroe/mártir de las clases populares, el hombre que desde una condición humilde llega a la Alcaldía para, levantando las ‘setas’ de la Encarnación por ejemplo, democratizar (¿?) las vistas sobre el caserío histórico que hasta entonces sólo podían disfrutar los ricos desde los miradores de sus casas-palacio. Mensajes simplistas (dicotomía bueno-malo) y demagógicos para consolidar la imagen de la existencia de dos Sevilla, acentuar los enfrentamientos de clase en vez del interclasismo y dividir en vez de integrar.
4) Hemos sido coherentes con un modelo de ciudad….
Monteseirín quiere hacer creer que ha actuado siempre conforme a un modelo previo de ciudad cuando, en todo caso, esa nueva ciudad que él presenta como su Arcadia feliz es la que resulta del lápiz del arquitecto Manuel Angel González Fustegueras y del proceso de participación ciudadana, que confluyen en el nuevo PGOU. Dicho de otro modo, el PGOU no es el fruto de Monteseirín, sino Monteseirín del PGOU. Poco de ese nuevo modelo de ciudad al que tanto remite el alcalde está previamente en sus programas electorales. Al contrario: la peatonalización de la Avenida es la condición necesaria para implantar un tranvía como sucedáneo del Metro y que por acumular tres años de retraso no iba a estar listo ni para las elecciones municipales de 2007.
Recuérdese que Monteseirín llegó a la Alcaldía por el ‘pacto del Metro’ entre Chaves y Rojas Marcos y que en la perspectiva de carecer de Metro todavía ocho años después, no podía presentarse a las elecciones con las manos vacías. Hizo, pues, de la necesidad virtud y a marchas forzadas construyó (destruyendo incluso los hornos almohades de la Puerta de Jerez) y presentó el tranvía como el ‘Metrocentro’, un sucedáneo de Metro penetrando hasta el Centro y cuya consecuencia era la peatonalización para abrir paso a vías y catenarias. El marketing político y electoral convierte esta improvisación en el modelo de ciudad del que alardea el aún alcalde.
5)…tras tantos años de proyectos eternamente pendientes de abordar…
Monteseirín ha querido pasar a la historia como el alcalde que resolvió las cuestiones pendientes de la ciudad (el solar del mercado de la Encarnación, el traslado de la Feria de Abril, el vacío del Prado de San Sebastián, la ampliación de Fibes….), pero algunas las ha dejado irresueltas (la Feria), otras las está resolviendo a un coste multimillonario (las ‘setas’ y el Palacio de Congresos) y ha dejado algunas nuevas para el futuro (el acuario de Delicias, la biblioteca del Prado).
Basó una de sus primeras decisiones nada más llegar a la Alcaldía y que resolvía una de esas cuestiones pendientes, como fue liquidar el edificio administrativo de Moneo que llenaba el espacio vacío del Prado, con el argumento de que ese dinero (unos 30 millones de euros) se debía destinar a modernizar los barrios y que había que ‘descentralizar el Centro’ repartiendo sedes administrativas por los distritos y ahorrar recursos mediante la informatización y con Internet.
Al final, ha acabado preso de su megalomanía y creyendo que la modernidad de una ciudad se basa en costosísimos iconos arquitectónicos cuales nuevos estadios Olímpicos y no en el eficaz funcionamiento de los servicios públicos (transportes, limpieza) y en la construcción de amplios equipamientos (bibliotecas de barrio, centros cívicos, polideportivos, plazas, jardines..). Mientras alzaba las ‘setas’ en la Encarnación, alteraba la Alameda o ampliaba Fibes, los servicios públicos (Tussam, Lipasam) han acabado en la ruina. ¿Cuánto dinero queda de los convenios urbanísticos firmados en su día para equipar los futuros barrios de la ciudad?
6) Y hoy, aun cuando la crisis económica y financiera mundial está azotándonos como a todos de la forma más lacerante, con el desempleo…
Responsabiliza a factores externos, esa crisis mundial, del incumplimiento de su promesa electoral del pleno empleo y de una vivienda para todos y sin sorteo durante este mandato. Se arroga lo que se hace en la ciudad y culpa de lo que no se hace a las circunstancias y a “los de siempre”.
7) Sevilla volverá a ganar la partida frente a la resignación, el inmovilismo y la involución.
Monteseirín practica un doble lenguaje o una doble moral. Por una parte, ataca de forma sistemática a esa Sevilla inmovilista e incluso involucionista, para complacer así a los votantes de la izquierda, y por otra hace lo imposible por complacer y cortejar a esa Sevilla de las tradiciones de siempre, que supuestamente detesta y es un freno para sus planes modernizadores.
Ni Soledad Becerril ni Rojas Marcos, ni por supuesto Del Valle y Uruñuela, otorgaron tantas medallas de la ciudad (doce) a Vírgenes como ha otorgado Monteseirín; ni se inventaron el ‘urbanismo morado’ para alimentar de subvenciones a las cofradías en descarada busca del voto popular; ni erigieron tantas estatuas a toreros y nobles en el Paseo de Colón o espacios públicos; ni frecuentaron tanto los salones de la aristocracia, los palcos de la Semana Santa o la plaza de toros de la Maestranza……
8) …..gracias con el alma por como habéis respaldado siempre nuestras ideas y nuestras propuestas en el foro de la democracia ciudadana. Ese apoyo y confianza me han permitido ser, después de estos más de diez años, la persona que más tiempo lleva desempeñando la tarea de alcalde de Sevilla desde que se instituyeron las alcaldías modernas, a principios del siglo XIX.
Esta es la mentira reiterada de Monteseirín, en la que insiste una y otra vez como un martillo pilón: que ha obtenido siempre el respaldo electoral en las elecciones municipales. Falso. Sólo ganó una de las tres a las que se ha presentado, y por mayoría relativa. Las primeras y las terceras las ganó el PP (Becerril y Zoido), y en sus tres mandatos tuvo que pactar (una vez con el PA, dos con IU) para lograr los votos que le faltaban para ser alcalde.
9) …..voy a dirigir mi vocación por la cosa pública a otras tareas, en mi condición de funcionario o en cualesquiera otras en las que mi formación y mi experiencia puedan seguir siendo útiles…
Lanza el mensaje de que quiere un nuevo cargo público, cuando en el comienzo de su carta reconoce que lleva 30 años en la política y los últimos quince sin bajarse del coche oficial (hasta el punto de que reconoce en su declaración de bienes que no tiene ninguno de su propiedad; no le hace falta) como presidente de la Diputación y de la FAMP y alcalde de Sevilla. Veremos hasta dónde se cumple el aserto de Griñán el pasado fin de semana de que el PSOE “no es ni una empresa, ni una ONG”.
10)….Un impulso renovado que, desde la continuidad del proyecto y los relevos generacionales que lo acompañen..
Con la expresión “los relevos generacionales”, Monteseirín está postulando de nuevo a Celis como su sucesor frente a personas de la vieja guardia del partido como pudieran ser Rosamar Prieto, Viera o el mismísimo Alfonso Guerra. Es curioso que hasta diciembre, cuando hizo el amago de retirada ante Griñán pese a que no hace mucho decía que quería seguir en la Alcaldía hasta el año 2020 por lo menos, Monteirín nunca se incluía entre los necesitados de relevo generacional, a pesar de que ya tiene más de 50 años y de que lleva 30 ocupando puestos y cargos en el PSOE y en la vida pública en nombre del PSOE.
11)La ciudad nos necesita a todos y a todas al margen de coyunturas o decisiones personales.
Monteseirín está llegando al final de su carta y por primera vez parece que habla en clave institucional y como alcalde de todos los sevillanos, pero….
12) Sevilla, la buena gente de Sevilla, se lo merece todo.
…al final vuelve a hablar de buenos y de malos al establecer una distinción implícita entre la buena gente, a la que nombra, y la mala, subyacente en la frase. Siempre el mensaje de las dos Sevilla y de que él va de bueno por la vida y como tal debe ser perdonado por sus errores de gestión, imputables más a su entorno (el manido recurso a los técnicos municipales en escándalos como el de los Bermejales, la cubierta de la Davis, la caseta de la Feria…) que a su persona.
Y así fue como Monteseirín dio las gracias a Sevilla (que le ha soportado tanto).
Puente de plata
¿Se imaginan que en el Real Madrid se pusieran a lloriquear por que el Barcelona fuera de ruina y hubieran echado a Guardiola? Más o menos eso mismo está haciendo el PP, donde en vez de brindar con champán por haberse cargado Griñán a Monteseirín, del que decían un día sí y otro también que ha sido el peor alcalde de la historia de Sevilla, han acabado lamentándose en plan jeremíaco por su defunción política. Arenas acusa a Griñán de haber creado “una gran crisis” y “un gran vacío” (¿?) en Sevilla. Zoido admite haber vivido con “mucha preocupación” el día en que conoció la noticia y que aunque él veía cómo el gobierno se deterioraba, lo ocurrido ha sido “el colmo”. Vamos, superior a sus fuerzas. Un poco más, y el PP decreta tres días de luto y crespones (por definición son negros) en las alas de la gaviota. ¿Pena, penita, pena, síndrome de Estocolmo o lágrimas de cocodrilo? El duelo pepero está tan magistralmente interpretado que es para Oscar, pues no me creo que pueda ser sincero. En tal caso sería una completa gilipollez. A alcalde que huye, puente de plata.
La toalla la tiraron desde el rincón
El alcalde ya caducado se esfuerza por aparentar que ha sido él quien ha decidido no repetir como candidato del PSOE. Pero no ha sido Monteseirín quien ha tirado la toalla, no. La toalla la ha arrojado Griñán desde fuera del cuadrilátero de la Plaza Nueva al observar que su pupilo deambulaba grogui por el ring -totalmente sonado tras la sentencia del Supremo sobre las facturas falsas- y temeroso de una derrota por K.O. antes del último asalto, por los golpes que pudiera propinarle el caso Mercasevilla. Monteseirín amagaba con su retirada, pero eso no era más que una finta para, en el peor de los casos, dejar colocado a su delfín Celis y sin capacidad de maniobra a Viera. Un político que quiere irse respira aliviado al saber que se van a cumplir sus deseos. Por el contrario, Monteseirín se quedó lívido en Alcosa cuando le comunicaron que Griñán lo daba por amortizado. Sus balbuceantes declaraciones ‘in situ’ a una emisora de radio evidencian su estado de ‘shock’. Como él es médico, para recuperarse se ha recetado un viaje a Nápoles. Huye de Sevilla.
Vino y se va entre escándalos
Marchena, el valido de Monteseirín, en su afán por controlar la prensa a golpe de billetes de la publicidad institucional y de patrocinios a través de las empresas municipales como camuflaje, sostenía la teoría de que cualquier titular crítico sobre Sevilla era un titular en contra de su jefe, aunque se hablara de Isla Mágica y no del Ayuntamiento, porque el alcalde –decía- era el máximo responsable de cuanto acaecía en la ciudad. He recordado la doctrina marchenera, aunque jamás la tragué (y no como otros) ni con billetes ni con ruedas de molino y aun a costa de perderlo todo menos la dignidad, al socaire del intento del PSOE de minimizar la condena del Supremo a un asesor y al escolta del alcalde por las facturas falsas. Cuando el PSOE dice que no hubo ninguna responsabilidad en el Consistorio, yo le remito a Marchena: el máximo responsable de todo es el alcalde. Ayer, Griñán decidió cargárselo por fin. Miguel Hernández llegó con tres heridas. Monteseirín se va tal como llegó (recuérdese su subida del sueldo), entre escándalos que dejan herida a Sevilla.
Melonares se llenó contra el protocolo de seguridad
La presa sevillana alcanzó su máxima capacidad en sólo 4 días
Iznájar desembalsó en plena situación de alerta en Ecija por la crecida del Genil
El temporal de lluvias y la crecida de los ríos han dejado en evidencia los pésimos resultados de la transferencia de las competencias sobre la cuenca hidrográfica del Guadalquivir a la Junta de Andalucía, ya que la Agencia Andaluza del Agua ha cometido significativos errores en la gestión de embalses que han provocado un gran malestar entre los alcaldes de los municipios afectados por la riada y entre los regantes que han visto sus campos anegados.
Probablemente el desbordamiento del Guadalquivir habría sido igual de inevitable, pero el efecto de la inundación no habría sido el mismo con un mejor manejo de la situación por parte de la Agencia del Agua, cuyo modelo de organización, descentralizado y con primacía de criterios políticos sobre los técnicos, se ha demostrado ineficaz en graves situaciones de riesgo como las sufridas en Andalucía
Los alcaldes afectados por las inundaciones de sus términos municipales (casas o tierras de cultivo) que se reunieron a puerta cerrada en Palma del Río el pasado sábado durante la visita del presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, y la vicepresidenta del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, expresaron en privado fuertes críticas a la gestión de los pantanos y de la crecida del Guadalquivir por parte de la Agencia Andaluza del Agua, aunque decidieron no hacer público su malestar para no enturbiar aún más el ambiente y porque consideraron prioritario resolver la situación creada por las inundaciones y atender a las necesidades de centenares de afectados, ya fueran propietarios de viviendas desalojadas o de campesinos que han perdido sus cosechas.
Aunque los responsables políticos de la Agencia Andaluza del Agua, que por primera vez se han enfrentado a una riada tras las transferencias de las competencias sobre el Guadalquivir, han preferido mantenerse en silencio y los andaluces no tenían ningún referente al que mirar en busca de orientación o información durante el temporal y las posteriores inundaciones, poco a poco van trascendiendo datos que ponen en cuestión su proceder en las últimas semanas.
Así, por ejemplo, la presa de Melonares se dejó llenar completamente en tan sólo cuatro días de la segunda quincena de febrero en contra del protocolo de seguridad para un pantano recién construido y que debe ser probado de forma gradual para verificar que no existen fisuras en el muro y funcionan todos sus sistemas. Este protocolo no es gratuito, ya que se han dado casos de aparición de grietas en pantanos durante su período de pruebas (en la provincia de Madrid, sin ir más lejos), por lo que el muro no habría aguantado la presión del agua a plena capacidad.
Mientras los puentes se verifican colocando encima camiones de gran tonelaje repletos de cemento, arena, rocas o cualquier otro material de elevado peso para comprobar su grado de resistencia, los pantanos se prueban mediante su llenado/vaciado a diferentes cotas, y jamás deben llenarse sin interrupción.
IMPRUDENCIA
A finales de enero, el agua alcanzó en Melonares los 72 metros de altura y un volumen de 83,1 Hm3 (el 46% de su capacidad total, estimada en 180 Hm3), por lo que se procedió a realizar una nueva prueba de carga, con desembalse al río Viar. La siguiente prueba debía realizarse cuando el agua llegara a la cota 78, y la última, cuando alcanzara los 82 metros y la máxima capacidad.
En vez de abrir y cerrar gradualmente la presa, la Agencia Andaluza del Agua cerró las válvulas y permitió que durante el temporal de lluvias de febrero el patano pasara en tan sólo cuatro días del 50% de su capacidad al 104%, con lo que Melonares empezó a desembalsar y, por tanto, a agravar la situación de una cuenca hidrográfica ya de por sí desbordada por el vertido de agua de 60 presas simultáneamente.
Los técnicos de las empresas constructoras de Melonares (Ferrovial y Sando) se echaron las manos a la cabeza al ver la imprudencia temeraria de completar el llenado del pantano en tan sólo cuatro jornadas y sin cumplir el protocolo de seguridad. Si hubieran aparecido fisuras en el muro, poco se hubiera podido hacer ante la presión de una ingente cantidad de agua como la que se había dejado acumular y la que en avalancha venía desde la cuenca alta del río.
Los regantes acusan a la Agencia Andaluza del Agua además de no coordinarse con la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, ya que simultáneamente hubo que aliviar el pantano del Pintado, hecho que habría contribuido a agravar aún más la situación de Melonares.
ABIERTO EN VEZ DE CERRADO
Otro caso de manejo desacertado de la situación ha sido el del pantano de Iznájar, situado en el tramo medio del río Genil y considerado por su capacidad de 981 Hm3 como el lago de Andalucía. En foros de Internet se reflejaba la preocupación ciudadana con diálogos como éstos:
-Hola, yo hablo desde la ignorancia, pero ¿no sería mejor que soltasen ya agua de Iznájar? En Ecija el río ahora no llega a los dos metros y el Iznájar está al 90% y subiendo. ¿A qué esperan para desembalsar agua?
-Comprendo la preocupacion en localidades como Ecija, Puente Genil o Palma del Río, pero mirad: las imágenes de Lora son acojonantes. Esperemos que el nivel del Guadalquivir baje al menos entre hoy y mañana y entonces que desembalsen agua de Iznájar. No creo que los encargados de la red hidrográfica sean tan torpes.
-Pues los encargados de Iznájar deberían dejarse de tonterías y empezar a desembarsar yaaa!!!!! Luego les entraran las prisas y empezarán a desembalsar más de lo que el río permite y nos inundaremos en todos los pueblos ribereños. Esto es por una gravísima falta de previsión, sabiendo desde enero que llovería sin parar durante todo el mes de febrero y no dieron largas poco a poco.
Y pasó lo que temían en los municipios ribereños con el río, ya que el Iznájar no fue aliviado cuando la situación era más propicia y, sin embargo, empezó a desembalsar cuando aún se encontraba al 82% de su capacidad pero con el río Genil llevando 700 m3 de agua por segundo a su paso por Ecija, que se encontraba en estado de máxima alerta por la crecida del río. Este desembalse, que llegó a ser de 60 m3/segundo, agravó la situación río abajo, cuando debió haberse actuado justo al revés: reteniendo agua, ya que aún quedaba margen de llenado (un 18%). La Agencia Andaluza del Agua se percató de su error y trató de corregirlo mediante la posterior reducción del caudal de desembalse a 10 m3/segundo.
LA AGENCIA ANDALUZA DEL AGUA NO
ALIVIÓ PANTANOS CUANDO AÚN TENÍA TIEMPO
La Consejería de Medio Ambiente, de la que depende la Agencia Andaluza del Agua, trató de justificar el desembalse del Iznájar con Écija en estado de alerta (lo lógico habría sido lo contrario) con un argumento que deja en evidencia su actuación en la semanas previas a la reactivación del temporal durante la segunda quincena de febrero. Según Medio Ambiente, si desembalsó de forma controlada 50 m3/segundo del Iznájar, fue como medida de prevención ante la posibilidad de que en días posteriores continuaran las precipitaciones intensas y para evitar riadas en municipios como Puente Genil y Écija.
Justamente la falta de desembalses cuando el tiempo dio una tregua a partir de mediados de enero es de lo que acusaron a la Agencia del Agua alcaldes y regantes que se dieron cita en Palma del Río durante la visita de Griñán y Fernández de la Vega para conocer los daños de las inundaciones. Las mediciones del caudal del Guadalquivir por la presa de Alcalá del Río indican que hasta el 16/17 de enero se registraron unas medias de alrededor de 2.000 m3/segundo (1.800 m3 en estas fechas; 1.959 m3 hacia la festividad de Reyes), pero que entre el 21 de enero y el 15 de febrero aproximadamente el caudal medio descendió de forma muy acusada, con una media incluso inferior a los 300 m3/segundo (416 m3 el día 20 de enero; 112 el día 27).
Aun así, los embalses se hallaban al 75% -80% de su capacidad (en función de cómo se contabilice el de La Breña) y la previsión meteorológica indicaba un nuevo temporal con fuertes lluvias a partir de la segunda quincena de febrero. La Subdelegación del Gobierno en Sevilla envió por entonces al Ejecutivo central a Madrid un informe en que preveía que el Guadalquivir alcanzaría los 3.000 m3/segundo a su paso por Sevilla, pero estos datos no fueron tenidos en cuenta por la Agencia Andaluza del Agua, responsable de la gestión del río tras la transferencia de las competencias, la reivindicación estrella de Chaves durante su última etapa al frente de la Junta.
La Agencia Andaluza tuvo una bonanza climática de veintinco días para haber acompasado los desembalses de pantanos, entonces al 75% de su capacidad en previsión de la segunda gran oleada de lluvias, pero cuando quiso reaccionar ya era tarde. El día 16 de febrero vuelve a llover con intensidad. Para el 20 de febrero, de los 92 embalses de la comunidad autónoma, 52 estaban al 90% de su capacidad, 27 se habían llenado completamente y hubo que aliviar agua de 60 presas, pero ya el caudal del Guadalquivir iba enormemente crecido, hasta el punto de que el día 25 se registraba una media de 2.958 m3/segundo por la presa de Alcalá.
Probablemente el río se hubiera desbordado, pero si la Agencia hubiera sido más previsora, en línea con las estimaciones del Gobierno central y de la Agencia Estatal de Meteorología, las consecuencias de la inundación hubieran sido menos graves, pero los pantanos ya no tenían apenas capacidad de regulación y la de laminación había quedado agotada.
LA JUNTA ACABÓ CON EL MANDO
ÚNICO SOBRE EL GUADALQUIVIR
El modelo organizativo para la gestión de la cuenca hidrográfica del Guadalquivir que a través de la Agencia Andaluza del Agua ha impuesto la Junta de Andalucía una vez conseguidas las tranferencias sobre el río, que históricamente había depositado el Gobierno de la nación en la Confederación Hidrográfica, ha impedido paliar las desastrosas consecuencias del desbordamiento del río durante este temporal de lluvias al faltar un mando único que actuara en tiempo real tomando decisiones y coordinando todo el aparato administrativo.
Históricamente, desde su creación en 1927, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir fue un organismo eminentemente técnico, compuesto por experimentados ingenieros que hicieron del conocimiento y dominio del gran río de Andalucía su ‘leit motive’ con el objetivo de evitar las desastrosas consecuencias de sus desbordamientos y su máximo aprovechamiento para el abastecimiento urbano y los regadíos agrícolas.
Todos actuaban por criterios de eficacia y bajo un mando único nombrado por el Gobierno de la nación pero que se regía por el principio de la profesionalidad. Estos ingenieros fueron los que construyeron los pantanos, las cortas y los muros de defensa y se convirtieron en auténticos expertos en el manejo del río.
La Junta liquidó este sistema para imponer otro descentralizado en que el máximo poder lo ostentan las Delegaciones Provinciales de Medio Ambiente, al margen incluso de los Servicios Centrales en Sevilla, y en que una superestructura de cargos políticos sin acreditada experiencia ha sido colocada por encima de unos ingenieros a los que incluso se les ha prohibido relacionarse con los alcaldes y los regantes, con quienes compartían hasta entonces el día a día de la cuenca hidrográfica en su calidad de servidores públicos.
Las inundaciones han demostrado la ineficacia de la nueva organización, ya que la crecida del río y de los pantanos exigía una coordinación máxima y una capacidad de decisión sobre la marcha de un mando único conforme al principio de unidad de cuenca, que ha sido una de las aportaciones de España al mundo y un modelo imitado en todos los países.
La estructura provincializada y descentralizada se ha demostrado como una rémora a la hora de la toma de decisiones y en estas situaciones el tiempo es oro. La Agencia Andaluza del Agua ha estado además “desaparecida en combate” ante la opinión pública, sin presencia alguna durante el temporal, cuando siempre la Confederación Hidrográfica era el referente natural a la que se volvían los ojos de los andaluces e informaba antes, durante y después de cuanto acaecía en el río. Las deficiencias organizativas pueden taparse en el día a día, pero quedan en evidencia en los momentos críticos, como los que ha vivido la cuenca con este temporal.