Archivo por meses: diciembre 2009

Los sevillanos, obligados al segundo mayor esfuerzo fiscal

Sevilla es la urbe donde más se tributa por IBI, un 18% por encima de la media de las principales capitales

El Ayuntamiento presenta como ‘congelación’ de impuestos las subidas que aprueba en aplicación del IPC de junio

La Hacienda local no ha reflejado la inflación negativa en las Ordenanzas Fiscales para 2010

El Ayuntamiento aplicará de inmediato las Ordenanzas Fiscales para 2010 sin necesidad de celebrar un Pleno de aprobación definitiva al no haberse registrado previamente ninguna alegación en el periodo legalmente establecido para ello. En su día  el PP presentó 37 enmiendas, de las que el gobierno municipal únicamente aceptó la concerniente al fraccionamiento del IBI a las personas en paro, autónomos, pensionistas o a aquellas empresas con dificultades económicas.

La delegada municipal de Hacienda, Nieves Hernández, ha declarado que la decisión de ‘congelar’ los tributos supone en realidad una bajada, ya que los últimos datos auguran un cierre del año con IPC positivo, pese a lo cual el Ayuntamiento no se ha acogido a esta referencia de inflación. Sin embargo, la Corporación municipal confunde sistemáticamente a los sevillanos con el uso equívoco del término ‘congelación’ y con la referencia temporal al IPC, ya que omite que toma como indicador el índice de precios de junio y no el de diciembre.

De atender a la semántica municipal, los sevillanos vivirían en un auténtico paraíso fiscal, ya que sistemáticamente cada año el Ayuntamiento anuncia que ‘congela’ los tributos. Conforme a la octava acepción del término que aparece en el Diccionario de la Academia y al entendimiento del común de los mortales, ‘congelar’ significa en economía “declarar inmodificables sueldos, salarios o precios”. Esa es la idea que el Consistorio trata de inocular en la mente de los sevillanos cuando habla de ‘congelación’, en vez de reconocer que sube los impuestos conforme al IPC.

Si el Ayuntamiento hubiera congelado realmente los tributos, como viene sosteniendo  en los últimos años, la recaudación municipal se habría mantenido prácticamente invariada (cabrían excepciones, como una hipotética subida de ingresos pese a que no se subiera el IBI y  merced al supuesto de  un incremento en la entrega de viviendas, que como es obvio no ha sido el caso).

Sin embargo y conforme a los datos facilitados por la propia Hacienda local sobre la cuantía de la recaudación por los principales impuestos en los dos años de la crisis (2008 y 2009), con la construcción prácticamente paralizada y un desplome del consumo y de la actividad económica, el Consistorio  ha pasado de ingresar 146,3 millones de euros en concepto de IBI en 2008 a 160,9 millones en 2009 (un 10,93% más); por el sello de los automóviles, ha pasado de recaudar 37 a 40 millones de euros (un 8,15% más); por el impuesto sobre construcciones y obras, de 16,8 a 18,9 millones de euros (un 12,03% más).

Sólo han caído los ingresos por incremento del valor de los terrenos, que han pasado de 17,4 a 17,2 millones (un 1,16% menos) y por actividades económicas (el IAE), de 43 a 28,9 millones (un considerable descenso del 32,77 %), pero como consecuencia de la crudeza de la crisis en Sevilla y de la paralización del sector inmobiliario, no porque la Hacienda local decretase esa eufemística ‘congelación’ tributaria.

Malabarismos con el IPC

El segundo eufemismo municipal es que con la supuesta ‘congelación’ tributaria aplica en realidad una bajada de impuestos, ya que el IPC oficial de diciembre puede ser positivo (algunas estimaciones hablan de un + 0,8%). Lo que no dice la delegada municipal de Hacienda es que el Ayuntamiento suele aplicar su política fiscal basándose cada año en el IPC no de diciembre (en tal caso, ¿cuánto tardaría en elaborar los Presupuestos del ejercicio siguiente si ya los presenta fuera de plazo, como ahora, cuando calcula que lo hará en marzo), sino de junio. Así, en 2008 tomó como referencia el IPC del mes semiveraniego, que ascendió al 5,%, justo antes del crash económico, y no el de diciembre, cuando se contrajo hasta el 1,4%.

Este año 2009, el IPC de julio ha sido negativo (-1%), al igual que durante otros siete meses del ejercicio, de ahí el miedo a los efectos de una deflación, peor aún que la inflación. En aplicación de la lógica municipal, el PP pidió al equipo de gobierno PSOE-IU una rebaja en similar proporción en los tributos municipales y de un 5% en la tasa de basuras para el pequeño comercio, además de la eliminación de la tasa de la licencia de apertura de comercios y la de mercados municipales para los placeros. Según los populares, la reducción de estos ingresos se podría compensar con una mengua del 10% en partidas de propaganda, reuniones, estudios técnicos, Plan Estratégico y Fundación DeSevilla.

El gobierno municipal volvió a esgrimir el término ‘congelación’ en vez de aplicar la caída del IPC estival y alegó que una bajada de un punto no se notaría en el recibo final del IBI, por lo que era preferible facilitar el fraccionamiento del pago a 36 meses en vez de a 24. Ese punto que según el Ayuntamiento no se nota, habría dejado en los bolsillos de los sevillanos 1,6 millones de euros, cantidad que la Corporación puede destinar a, por ejemplo, su aparato de propaganda, con Giralda Tv al frente.

Informe Funcas

La tercera tesis del gobierno municipal es que Sevilla se encuentra a niveles similares, en cuanto a tributación fiscal, que el resto de las grandes ciudades, “y así –ha dicho Nieves Hernández- lo corroboran informes del Ministerio de Hacienda y del Ayuntamiento de Madrid”. Aunque el papel y el retorcimiento de la semántica lo soportan aparentemente todo, no es lo mismo la presión fiscal que el esfuerzo fiscal.

La presión fiscal mide los ingresos de las Administraciones en relación con el Producto Interior Bruto. El defecto principal de este indicador es que no tiene en cuenta la existencia de diferentes niveles de desarrollo entre ciudades, en diferentes momentos, en la estructura económica, en población, productividad, tasas de actividad, etc…, de ahí que se hayan propuesto como alternativa diversos indicadores de esfuerzo fiscal, el cual consiste en dividir la presión fiscal por la renta per cápita.

En este sentido, con datos de la Agencia Tributaria y de otros departamentos del Ministerio de Hacienda, la revista Papeles de Economía Española, que edita la Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas), publicó en su número 116 (año 2008) los índices de esfuerzo fiscal de los municipios españoles con relación a población, renta e IRPF. Este informe revelaba que  el esfuerzo fiscal de los sevillanos según sus ingresos por base imponible de IRPF arroja un dígito de 87, el segundo más alto entre las grandes capitales de España, superando a Málaga (83), Murcia (75), Barcelona (64), Madrid (47) y Valencia (42), y sólo inferior a Zaragoza (97).

El ranking tributario

Y ya que Nieves Hernández ha citado el Ranking Fiscal que por municipios elabora el Ayuntamiento de Madrid, en la clasificación por diferentes tributos el panorama es el siguiente:

IBI (esfuerzo fiscal absoluto): Sevilla es la capital donde más se tributa por este concepto, con una cuota de 97,07 euros, un 18,26% más que la media del conjunto formado por Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga, Murcia y Zaragoza.

Impuesto sobre el Valor de los Terrenos (esfuerzo fiscal absoluto): Sevilla, con una cuota de 61,81 euros (la media está en 61,77), es la cuarta más cara tras Barcelona, Madrid y Málaga, y por delante de Zaragoza, Murcia y Valencia.

Impuesto de Actividades Económicas (esfuerzo fiscal relativo): Con una cuota de 56,86 euros (la media es de 51,7), Sevilla es la segunda con mayor coeficiente entre las grandes capitales, sólo superada por Barcelona (58,53 euros) y por delante del resto. Contrasta la gran diferencia con Málaga, cuya cuota del IAE es de las más baratas (34,07 euros).

Impuesto sobre construcciones y obras (esfuerzo fiscal relativo): Sevilla está al mismo nivel, el más caro, que el resto, pues solamente Barcelona tiene una política fiscal más barata en este capítulo (cuota de 81,25 euros frente a 100 de las demás).

Sello del coche (esfuerzo fiscal relativo): Sevilla, con una tarifa de 61,81 euros, figura en el cuarto puesto entre las grandes capitales.  Es más barata que Barcelona (68,15), Bilbao (65,08), Madrid (64) y Málaga (63,75), pero más cara que Zaragoza (58,70), Murcia (58,35) y Valencia (57,66).

Estos datos comparativos demuestran que Sevilla no se encuentra a un nivel similar al del resto de las grandes capitales, sino a un nivel muy superior en algunos casos y, como promedio, en el grupo de cabeza de las ciudades que más exprimen los bolsillos de los contribuyentes. Por tanto, los sevillanos no viven en esa Arcadia tributaria que dibuja el Ayuntamiento con su anual mensaje de que los impuestos no suben porque siempre quedan ‘congelados’.

MAS FACILIDADES

PARA PAGAR A PLAZOS

El Ayuntamiento ha anunciado que para facilitar a los sevillanos el cumplimiento de las obligaciones fiscales derivadas de las Ordenanzas que entran en vigor con el nuevo año 2010 elevará de 6.000 a 18.000 euros el límite de la cantidad adeudada sin necesidad de aportar aval bancario y ampliará de 24 a 36 meses el plazo máximo de pago. Asimismo, el límite de la renta se elevará hasta 3,75 veces en el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (Iprem).

En esta línea y en la de las bonificaciones, se mantendrá la exención del impuesto sobre vehículos para los ciclomotores y las motocicletas cuya cilindrada no supere los 125 centímetros cúbicos. Se mantendrá también la bonificación en el Impuesto sobre Bienes e Inmuebles (IBI) para familias numerosas y en el caso del impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), se bonificará al 90 por ciento en el caso de obras que favorezcan a las personas con discapacidad. Los organismos públicos de investigación y de enseñanzas universitarias, en el caso del IBI, gozarán de una bonificación del 95 por ciento.

El pato cojo

No hay mayor imagen de torpeza que la que transmite en su errática trayectoria un pato cojo. La prensa americana acuñó precisamente la expresión ‘the lame duck’ para definir el síndrome que afectaba a los presidentes estadounidenses que no podían optar a la reelección porque se hallaban en su último mandato. La Constitución de EEUU impide que estén más de 8 años en el poder, para inyectar así savia nueva en el sistema político y evitar tentaciones totalitarias. Ya lo dijo el clásico: el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente. Los presidentes que dejarán de serlo a plazo fijo pierden mando e influencia a chorros porque el resto de los políticos, sean o no de su cuerda, dejan de tenerlo como referente y se reorientan en función de los posibles candidatos a la sucesión. Como reacción, los inquilinos de la Casa Blanca dados por amortizados empiezan a pasar olímpicamente de todo y de todos y a hacer lo que les viene en gana. Total, como ya no van a ser penalizados electoralmente. En los ambientes flota que Monteseirín, no acabe o  acabe el mandato por imperativo de sus mayores (él propone y Chaves dispone), está ya políticamente visto para sentencia. Da igual que salga indemne o con algunos perdigonazos de los casos Mercasevilla o Unidad o que corte la cinta inaugural de Fibes o las ‘setas’ de la Encarnación, si es que halla dinero para acabarlas. En la metáfora del cuento de Blancanieves, si a Monteseirín le crecen enanitos como Celis, Rosamar, Espadas y hasta el fantasma de Pepote, es porque todos ellos lo ven ya como un  ‘pato cojo’.

Salvador, usa el rotulador

La tarjeta por contacto sustituye a los bonobuses magnéticos, verdes y rojos. Escena verídica, como habría dicho Gandía. Bronca en el estanco. Una mujer ha agotado su saldo en un santiamén y casi se queda en tierra. Paga su ira con el dependiente. Ignoraba que necesita otra tarjeta con tarifa de transbordo. Se lo aclaran. Exclama: “pero, ¡si son del mismo color!”. ¿Cómo va a poder diferenciarlas? Solución chapucera pero eficaz del estanquero: marcarlas con tinta. Es increíble tener que recurrir a este método arcaico y este retroceso en los autobuses, donde el eficaz Arizaga ha implantado GPS,  consulta horaria por Internet y móvil, paneles horarios en algunas paradas y hasta hilo musical a bordo. ¿La ruina es ya tan grande que no hay dinero ni para lanzar dos tarjetas distintas que eviten confusiones y sobrecostes al usuario? Riamos por no llorar. Parafraseando el popular anuncio de los toldos Quitasol, en Tussam bien podríamos decir: “Olvídese de aquello tan lejano de….¡Raúl, pica el bonobús!, y pase a la modernidad, a….¡Salvador, usa el rotulador!”.

Las inocentadas de Monteseirín

En la víspera de la festividad de los Santos Inocentes, el acalde dio una entrevista a su emisora amiga, en la que dejó varias perlas que podrían pasar por inocentadas anticipadas si no se conociera previamente los diez años del personaje en la Casa Grande. Él, que se enteró del caso Mercasevilla a principios de febrero pero que ni siquiera preguntó a su interlocutor y luego hasta felicitó a Mellet por su “brillante” gestión, ha dicho ahora totalmente en serio que “lo denunciamos nosotros”. Luego ha aclarado por qué no aparece en los actos públicos y ha dado pie así a las cábalas  sobre su posible relevo: si lanza a Celis por delante no es para placearlo y darle por saco a  Viera, sino porque él está muy ocupado pensando en la solución del paro (sic). Recuérdese: en la presentación de su candidatura prometió el pleno empleo y VPO sin sorteos. Tres años después, más de 70.000 sevillanos han tenido que participar en la rifa de los pisos de las antiguas cocheras del Porvenir y más del 100.000 figuran inscritos en las listas del INEM en demanda de un trabajo.

Mariscos Alfredo

Creo recordar que fue Eddie Murphy el actor que encarnó en una película a aquel personaje que a los pocos meses de llegar a una empresa y ser asignado al departamento de contabilidad asombró a sus compañeros apareciendo en la fábrica con un cochazo último modelo. Nadie podía explicarse cómo un simple administrativo que había acudido a la gran compañía en demanda de empleo había progresado tanto en tan poco tiempo como para permitirse aquellos lujos, cuando quienes llevaban allí desde toda la vida apenas si podían llegar a final de mes y pagar las letras de sus humildes utilitarios.

El trasunto de Eddie Murphy fue encumbrado por su acelerada capacidad de progresar en el salvaje mundo de los negocios partiendo desde lo más bajo de la escala social, pues su exhibicionismo con coches de gama alta, trajes italianos y relojes de oro era la prueba absoluta del triunfo de una inteligencia superior aplicada a la economía.

El personaje no era un genio de las finanzas, sino un pícaro que a la hora de hacer las nóminas de los miles de empleados de la multinacional había descubierto que en las cantidades a percibir siempre había una serie de centavos como decimales, pero que por comodidad contable la cifra final se redondeaba cuando se hacía la transferencia bancaria. Por tanto, si derivaba a su propia cuenta corriente toda esa despreciable ‘calderilla’ que se obviaba en la contabilidad oficial para facilitar que cuadraran las cuentas, la adición de aquellos decimales en que nadie reparaba le supondría a él millares y millares de dólares mensualmente.

Recordé a Eddie Murphy al leer el argumento dado por Mercasevilla para tratar de justificar el penúltimo escándalo en la empresa que preside Monteseirín en su calidad de alcalde de la ciudad: el regalo de dos cestas de 23 kilos de mariscos y por importe de 875,26 euros en la Nochebuena de 2008 a los señores Mir y Fernández. Casualmente, esos apellidos coinciden con los de dos concejales del PSOE, aunque ellos juran y perjuran en un comunicado que no han sido los beneficiarios de la mariscada. ¿Quién, pues, ha utilizado en falso sus nombres como coartada? Los dos ediles deberían ser los primeros interesados en averiguarlo.

Mercasevilla ha dicho que estos regalos son habituales, y, atención, “al igual que en cualquier otra empresa”. ¿Habituales en las empresas? He preguntado en mi entorno, y los de mi entorno al suyo, y así sucesivamente, y resulta que nadie ha recibido nunca su cesta de mariscos por Navidad como dice Mercasevilla que es práctica habitual en las empresas. Si se fijan en la factura de las cestas, importan 875,26 euros. ¡Una cifra con decimales! Seguro que en cada compañía deben de consignarse unos céntimos de euro diarios para nuestro regalo navideño, pero que émulos de Eddie Murphy los están desviando a sus propias cuentas. Esto, y no el cobro de comisiones ilegales o la venta fraudulenta de los terrenos, es el auténtico escándalo que hay que investigar y que ahora ha revelado Mercasevilla:  saber quién se está apropiando de las cestas de marisco a las que todo sevillano tiene derecho.

En casa del herrero….

Sornas aparte, la actuación y las explicaciones de Mercasevilla en este caso son un paradigma de la deriva municipal durante el mandato de Monteseirín, presidente además de la empresa pública, porque para colmo las cestas de mariscos fueron enviadas a través de una marisquería privada, cuyo dueño ha confesado que estos encargos los recibe desde hace al menos diez años, justo el tiempo que lleva Monteseirín de alcalde.

Sorprende que Mercasevilla, que presume de ser el mercado de pescado y marisco más importante del Sur de Europa y que según la Memoria del año 2006 vende cada mes más de dos millones de kilos de estos productos (casi 28 millones de kilos en todo ese ejercicio, por valor de 97,3 millones de euros), tenga que recurrir a la hora de enviar una cesta navideña a una marisquería privada. En casa del herrero, cuchillo de palo. O deja de sorprender, si se piensa que éste era el método idóneo para evitar preparar las cestas destinadas a los supuestos concejales dentro de la propia empresa pública, con el riesgo de tener que dar enojosas explicaciones. La factura de la marisquería privada quedaría así difuminada entre los miles y miles de papeles tramitados cada año y el concepto de pago podrìa ser especificado de forma genérica para no despertar sospechas.

Flores como coartada

Desde la empresa presidida por Monteseirín se ha abundando en la idea de la ‘normalidad’ de este tipo de regalos a sus consejeros (suelen ser concejales del Ayuntamiento) y ha revelado que también envió un ramo de flores a un edil del PP cuando fue padre. Un ramo de flores es un detalle. Cestas de mariscos con ¡23 kilos! de gambas, langostinos, cigalas, nécoras, mejillones, patas, bocas, bogavantes y langostas no son ni siquiera una ‘pincelada’ a las que están habituados ciertos altos cargos municipales a costa de los contribuyentes sevillanos, sino sencillamente una obscenidad, y máxime en tiempos de crisis como los que ya se vivían en las postrimerías del año pasado.

Como alcalde, como presidente de Mercasevilla y como socialista, Monteseirín  debe explicar a los más de cien mil parados sevillanos y a los centenares de miles de jóvenes que ni siquiera alcanzan la condición de mileuristas y que por eso hacen cola para aspirar a una VPO, cómo una empresa del Ayuntamiento se gasta 875,26 euros en cestas de mariscos por Navidad, y no ahora, sino desde que él llegó a la Alcaldía.

Quizás esta práctica sea otro signo de la modernización de Sevilla según (mariscos) Alfredo.

La respuesta está en el viento

A pesar de que Sevilla está en alerta por un temporal que deja  records de lluvias y vientos huracanados, algunas personas aguantan desde primera hora el día 24 ante la Oficina de Empadronamiento. El 1 de enero entra en vigor el tarifazo de Emasesa, que, para aliviarlo, insta a los sevillanos que no lo estén a darse de alta en el Padrón. Además, el Ayuntamiento hace permanente campaña en pro de la inscripción, para no bajar de 700.000 habitantes. En la Casa de la Moneda sólo hay un cartel con el mínimo horario de atención al público: de 9,30 a 13,30. El reloj da las 9,30. Nada. Las 9,45. Tampoco. A las 10 las puertas siguen cerradas a cal y canto. Está claro que los funcionarios se han tomado el día libre, pese a que el 24 de diciembre no figura como festivo en el calendario laboral oficial que publica el Boja. Los ciudadanos que han perdido su tiempo y los nervios en la espera bajo la lluvia y el viento se van bramando contra Monteseirín. Y todavía se pregunta el PSOE por qué da tan mal en las encuestas. En la suma de estos detalles está la respuesta.

El bastón de mando

Dicen que el alcalde es el gran ausente en los actos de la ciudad y eso dispara las cábalas sobre su futuro. O está ausente porque quiere dejar de ser alcalde o al no sentirse ya  alcalde por eso está ausente, como en el poema de Neruda. Dicen también que habría comunicado a Griñán su deseo de dejar el bastón de mando. La percepción hasta en el PSOE es que ese bastón lleva abandonado demasiado tiempo. Recuerden si no lo dicho por Del Valle: si Torrijos tiene más poder que el que representan sus votos es porque está ocupando el vacío que deja Monteseirín. En realidad, Alfredo ha sido siempre un alcalde cogido entre alfileres, primero por las del PA y luego por las de IU.  Viera en Sevilla y Blanco en Madrid han intentado cargárselo al comprobar con horror el rechazo que inspira en las encuestas hasta entre los votantes socialistas, pero ha sobrevivido gracias a la teoría de Chaves de que a un regidor no debe quitarlo el partido, sino las urnas. Que Monteseirín se vaya o se quede, al cabo es indiferente: sólo es una marioneta cuyos hilos mueve  Marchena.

Algo más

Sostiene Antonio Távora, presidente de los agentes de viaje, que a principios de los 90 Sevilla tenía aquello de lo que carecían otras ciudades –AVE, un palacio de congresos y una buena planta hotelera- pero que ahora poseen ya muchas y que, por tanto, hay que ofrecer “algo más”. Por tener, teníamos hasta fibra óptica en la Cartuja, presentada como el símbolo de la máxima modernidad. Sin quizás pretenderlo, Távora nos ha enfrentado a nuestra propia mediocridad. Sevilla no ha sabido aprovechar el gran salto adelante que supuso el 92, hasta el punto de que, sin necesidad de ninguna Expo, en otros sitios se han puesto a nuestra altura o incluso nos han rebasado, porque nos ha faltado ese ‘algo más’ del que habla Távora. ‘Sic transit gloria mundi’, como reza la leyenda de uno de los cuadros pintados por Juan Valdés Leal para el Hospital de la Caridad. Lo malo es que para poder pedir otra Exposición Universal aún quedan 83 años hasta  el VI Centenario del Descubrimiento que la justifique. Y es que, ya se sabe, Sevilla sólo avanza a golpe de grandes eventos.

Manos en el fuego

Un centenar de profesionales han firmado un documento de apoyo a la funcionaria de Urbanismo imputada en el caso Mercasevilla por su intervención en el pliego de condiciones del concurso que la juez sospecha fue amañado para adjudicar los suelos al grupo Sando. Dicen que la imputada es persona “seria, rigurosa, honesta y muy humana, incapaz de cualquier hecho antijurídico mínimamente censurable socialmente”. Previamente, dos centenares de técnicos del Ayuntamiento firmaron otro comunicado avalando “la total lealtad y honestidad” de su compañera de Urbanismo. Si la juez Alaya, de la que también puede decirse que es “seria, rigurosa, honesta, etcétera”, ha imputado a la funcionaria, sus razones habrá tenido, sin que ello prejuzgue culpabilidad. Esta recogida de firmas tiene cierto tufillo corporativista y puede interpretarse como un intento de coacción a la magistrada, porque cien amigos no pueden erigirse en jurado y emitir un veredicto exculpatorio sin siquiera juicio previo. La Justicia, por más que lo dijera Pedro Pacheco, no es aún un cachondeo.

Atrasado a su tiempo

Más de 70.000 personas han participado esta semana en Sevilla en el sorteo de Emvisesa para la adjudicación de 233 viviendas de protección oficial (VPO) en régimen de venta en las antiguas cocheras de Tussam en El Porvenir y de 95 para alquiler en Torrelaguna y San Luis, siendo el 70% de ellas jóvenes. Actualmente, el 57% de los sevillanos con edades comprendidas entre los 18 y los 34 años no pueden emanciparse de sus padres debido, fundamentalmente, al elevado precio de los pisos pese a las aparentes bajadas por efecto de la crisis.

Según el Observatorio Joven de Vivienda en España, en el hipotético caso de que un joven sevillano decidiera comprarse un piso, tendría que dedicar casi el 65% de sus ingresos a pagar la hipoteca; sólo le quedaría el 35% para afrontar  las facturas de la luz, el agua, el gas, el teléfono, la ropa, la comida, el transporte…..Es un sueño prácticamente imposible, pues para realizarlo el joven sevillano medio debería ganar al menos 2.582 euros/mes, cuando sus emolumentos no superan los 1.200 en el mejor de los casos. Se comprende, pues, la avalancha de solicitudes ante cualquier sorteo de VPO como el del Porvenir.

Antes y ahora

Con este panorama social sorprende aún más si cabe que en su comparecencia parlamentaria para explicar el acuerdo con el Gobierno sobre los pormenores de la ‘deuda histórica’, la consejera de Economía, Carmen Martínez Aguayo, dijera que el hecho de que la mayoría de los suelos cedidos sirvan para levantar, más que VPO (ninguna en Sevilla, ya que aquí se paga con los restos de la Expo) viviendas de renta libre (3.128, el 71% del total),  da más valor económico a la operación, puesto que la Junta podrá venderlas sin límite de precio y obtener así más dinero. ¿Cuánto tiempo deberá esperar el Gobierno andaluz a que se reactive, y al alza, el mercado inmobiliario para colocar esos futuribles pisos? El INE revela que en octubre la venta de casas cayó un 21% y el BBVA augura una caída de los precios del 20% en dos años.

La Junta de signo socialista se felicita, pues, de poder construir pisos de renta libre (los más caros) en suelos públicos para los ciudadanos de mayor poder adquisitivo en vez de para los jóvenes sin recursos y los mileuristas, justamente lo contrario de lo que en su momento hizo  Monteseirín en las antiguas cocheras de Tussam,  por puro oportunismo político en busca de un pacto con IU porque ya no podía soportar más  la por entonces vigente coalición con el PA.

Subasta

Recuérdese que Monteseirín sacó a subasta las cocheras del Porvenir con el declarado fin de obtener fondos con los que acabar con el enorme déficit acumulado por Tussam bajo su mandato y aprovechando el traslado de los autobuses al antiguo cuartel de San Fernando. Dada su privilegiada situación en la nueva ‘milla de oro’, varias empresas pujaron por el solar. Umbella 4  presentó la mayor oferta en vísperas de las elecciones municipales de 2004: 43 millones de euros, dinero más que suficiente para haber liquidado la deuda de Tussam.

En una de sus características marchas atrás (el frenazo al edificio de Moneo, en el Prado, inauguró la serie) Monteseirín decidió, sin embargo, anular el proceso de venta para anunciar la construcción de VPO en vez de pisos de renta libre. El caso acabó en un pleito en que el juez impuso una condena mínima al Ayuntamiento en una sentencia que fue todo un varapalo para el alcalde. Dijo el magistrado en su fallo que se había producido  “una falta de lealtad y quiebra de la buena fe” por “la ruptura unilateral provocada de forma consciente por la entidad demandada, quien primero quiere acudir al mercado a hacer caja con sus terrenos, convoca a los interesados en la adquisición, y luego modifica las condiciones de la cosa que se ofrece en venta para provocar precisamente el efecto contrario, es decir, su salida del mercado”.

Balance cero

Urbanismo  tuvo que salir al rescate del alcalde tras su frenazo y marcha atrás: rediseñó el solar del Porvenir en el PGOU para permitir 233 pisos de VPO y detrajo del Patrimonio Municipal de Suelo unos veintitantos millones de euros (frente a los 43 que pagaba Umbella) para comprarle a Tussam las cocheras, que luego cedió gratis a Emvisesa a fin de que construya las viviendas que se han adjudicado esta semana y que tardarán en entregarse varios años. Si el concurso de venta se hubiera resuelto tal como se planteó, habrían estado ya edificadas el 30% de VPO a que obligaba la ley al promotor privado que lo ganó y las arcas municipales habrían ingresado 43 millones de euros con los que enjugar el déficit de Tussam.

Por el contrario, la habitual improvisación de Monteseirín le ha costado a la ciudad esos veintitantos millones de euros que con una mano hubo que sacar de un organismo municipal (Urbanismo) para entregarlo con la otra a una empresa 100% municipal, Tussam. No se ganó ni se perdió nada con la transacción, porque el dinero simplemente se cambió de un sitio a otro, como en el trile. El balance económico fue cero, como el famoso objetivo de la Expo. Lo que no pudieron conseguir ni Olivencia ni Pellón en la Cartuja lo logró  por arte de birlibirloque el alcalde en El Porvenir. Pero  en vez de quedar como un adelantado a su tiempo al trocar viviendas de renta libre por VPO, a Monteseirín la jugada le ha salido al revés, ya que la Junta dice ahora, con motivo de la ‘deuda histórica, que lo ortodoxo es construir pisos caros en los suelos públicos con tal de hacer, cuanta más caja, mejor.