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La zapata de Triana

El delegado de Empleo, Economía, Fiestas Mayores y Turismo (no sé si me he dejado alguna competencia más en el tintero) del Ayuntamiento de Sevilla, Gregorio Serrano, ha criticado la “hipocresía” de la Junta de Andalucía en relación con el polémico proyecto del alicatado con un mural cerámico de la zapata de Triana, por “dejar ahora en manos del Ayuntamiento toda la responsabilidad (del proyecto) cuando tiene el liderazgo del plan turístico”.

Según Serrano, para el que la ubicación del lienzo de azulejos “depende del proceso de diálogo con vecinos y entidades”, el mural “fue una obra licitada y consentida por la Junta en el marco del Plan Turístico de Sevilla y no entendemos -añadió- que antes se estuviera de acuerdo y ahora no”.

El mural en el malecón trianero se ha convertido en toda una metáfora del proceder político del Ayuntamiento presidido por Juan Ignacio Zoido, más atento al afán de protagonismo inmediato y a hacerse la foto que a atender a otras consideraciones de índole cultural y económica.

AL MARGEN DE LA JUNTA

Si ahora resulta que es la Junta de Andalucía la que tiene el liderazgo político del Plan Turístico de Sevilla, en cuyo marco se habría aprobado la instalación de este gran mural que desfiguraría la imagen tradicional que ofrece la calle Betis desde hace un par de siglos, ¿cómo es que nada menos que tres delegados municipales, el propio Serrano; Francisco Pérez, ‘alcalde’ de Triana, y Maximiliano Vílchez, responsable de Urbanismo, lo presentaron a bombo y platillo la pasada primavera y sin participación de ningún representante del Gobierno andaluz? ¿Cómo debería calificarse entonces la iniciativa del Ayuntamiento? ¿Deslealtad institucional? ¿Afán de protagonismo? ¿No habría puesto Gregorio Serrano el grito en el cielo en caso de que la Junta hubiera dado un golpe de mano como el suyo y hubiera presentado en solitario a los medios de comunicación un proyecto cuyo liderazgo correspondiera al Consistorio?

Aunque fuera verdad lo que ahora, que no desde el principio ni a lo largo de estos meses de polémica, ha dicho Gregorio Serrano, su tesis es inaceptable desde el minuto uno, o sea, desde el momento en que el Ayuntamiento le arrebató el proyecto a la Junta de Andalucía e hizo bandera del mismo ante la opinión pública pensando en que la idea iba a ser tan aplaudida en Triana y en el resto de Sevilla como el ‘mapping’ que proyectó en Navidad sobre la fachada de las Casas Consistoriales.

Aunque fuera verdad que la Consejería de Turismo aprobó, como reconoce, el presupuesto del Plan Turístico de Sevilla pero no más, y en cuyo capítulo de señalética se habría incluido esta innecesaria y costosa -máxime en los tiempos de gravísima crisis económica que estamos viviendo- rotulación en Triana, el proyecto tiene una afección al patrimonio histórico-artístico tan obvia hasta para el más profano que escapa a la competencia de la Consejería de Turismo y que ha de someterse al dictamen previo (subráyese lo de previo) de la Comisión Provincial del Patrimonio de la Consejería de Cultura, un trámite que el Ayuntamiento soslayó desde el principio en una práctica que recuerda los peores vicios de la etapa de Monteseirín.

PARADOJA

Por tanto, puede producirse perfectamente la paradoja, incomprensible para Gregorio Serrano, de que el consejero de Turismo Luciano Alonso no vetara desde la perspectiva de su Departamento que se incluyera Triana en el plan señalético-turístico y que, posteriormente, el mismo Luciano Alonso, ya investido con la responsabilidad de la Cultura andaluza, objete la adulteración del paisaje tradicional de la calle Betis y la zapata con la instalación de este mural, primero de una serie, de gran tamaño.

‘Mutatis mutandis’, el delegado de Economía del Ayuntamiento de Sevilla, Gregorio Serrano, se entusiasmaría ante la posibilidad de que una gran multinacional ofreciera una cantidad multimillonaria por que se la autorizara a colocar su publicidad en el Real de la Feria de Abril, pero el delegado de Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla, casualmente también Gregorio Serrano, vetería la propuesta sin caer en la esquizofrenia, sabedor de que vulneraría la Ordenanza de la Feria, cuya aplicación es de su competencia.

CONTUMACIA

El segundo aserto de Gregorio Serrano, ése de que “la ubicación del mural depende del proceso de diálogo con vecinos y entidades”, es una burla a la inteligencia. El Ayuntamiento no ha dialogado con nadie: lo suyo ha sido un monólogo. Si hubiera dialogado previamente, y vuelvo a subrayar lo de previamente, le habría bastado con constatar el rechazo de amplios sectores ciudadanos y culturales de la ciudad, opuestos a que se altere la visión tradicional de Triana, para haber renunciado a la iniciativa, bienintencionada pero errónea. Y no habría pasado nada. Al revés: más que probablemente se habría ganado el aplauso general (el consejero Llera hasta recibió parabienes por reconocer que no había un euro para seguir mareando la perdiz con la Ciudad de la Justicia) por haber sabido rectificar a tiempo y escuchado la opinión ciudadana.

Sin embargo, la soberbia de los políticos es tal que la mayoría prefiere la contumacia en el error antes que dar su brazo a torcer. Para aparentar el inexistente diálogo, hasta todo un profesor universitario como el delegado trianero, Francisco Pérez, se inventó unas Jornadas patrimoniales en que sólo dio voz a la parte interesada en el proyecto y alineada con las tesis municipales. ¿Diálogo o monólogo?

HECHOS CONSUMADOS

En una política de hechos consumados, sin tener en cuenta el posible dictamen negativo de la Consejería de Cultura ni atender los miles de firmas en contra del proyecto, el Ayuntamiento encargó bajo cuerda a una fábrica de Castellón los azulejos para el mural supuestamente trianero, con lo cual ha incurrido en un nuevo despropósito y dejado en evidencia su argumento de que con este proyecto también pretendía realzar la artesanía cerámica tradicional del arrabal. El mural ni siquiera está hecho en Triana, y en vez de fomentar la artesanía local hemois acabado fomentando la de Castellón de la Plana.

Gregorio Serrano, pues, ha aludido a un supuesto proceso de participación ciudadana para decidir sobre el mural cerámico que no es más que un paripé, una pantomima, pues ya estaba todo atado y bien atado y los azulejos, traídos desde Castellón y almacenados aquí a la espera de su colocación final, prevista para este mes de septiembre.

SEÑALÉTICA SIN IMPACTO

Ahora, para salvar la cara pero para demostrar que el mural se va a colocar en Triana pese a quien pese, Zoido se muestra dispuesto a buscar un emplazamiento alternativo al malecón, lo cual no hace más que ratificar la innecesariedad de un proyecto con un presupuesto global de 180.000 euros y en el que ya se habrían gastado 60.000. ¿Acaso no saben los turistas dónde está Triana, aunque no haya mural alguno en la zapata? ¿Necesita Roma colocar un mural de gran tamaño en el malecón del Tíber para indicar dónde está el Trastevere? ¿O París en el malecón del Sena para señalizar el Barrio Latino o cualquier otro? ¿Y por qué no instalar en justa correspondencia otro gran mural cerámico en la pared del Paseo Alcalde Marqués del Contadero, para indicarles a los turistas ‘trianeros’ dónde está Sevilla?

Por el contrario, lo que sí necesitan Triana y Sevilla es que se rotulen cuantos más tramos de avenidas y calles en sus intersecciones con otras vías públicas, mejor, como, por ejemplo, hace de forma modélica Salamanca, para que los turistas no se confundan y nuestro nomenclátor responda a lo que viene en los mapas. Serían pequeñas actuaciones, baratas y de grandísima utilidad para nuestros visitantes, pero, claro, no permitirían a los políticos de turno hacerse la foto como la que se harían ante un mural de gran tamaño como el que desfiguraría el paisaje histórico de Triana y cuya única función sería señalizar lo obvio.

Obras contrarreloj en la carretera por el Parque del Guadaira

Vecinos de Heliópolis, Pedro Salvador y Bermejales se sienten

estafados y denunciarán el caso a la UE

 

Insisten en que la vía, de 10 metros y 8 rotondas, discurre por

una zona verde y que vulnera el PGOU vigente

 

La Plataforma pro Parque del Guadaira, compuesta por vecinos de Heliópolis, la barriada Pedro Salvador y Los Bermejales, denuncia que en las últimas semanas se está trabajando en exclusiva, en jornadas de hasta doce horas diarias, para terminar cuanto antes la carretera que cruza por mitad del futuro parque que se construye sobre el antiguo cauce del río, desde el Polígono Sur hasta la Avenida de La Raza, pese a tratarse de una zona verde y con la aquiescencia de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y la vista gorda de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento.

 

El proceso de negociación abierto a instancias del Ayuntamiento, después de que Zoido visitara las obras, entre los vecinos de varios barrios del Sur de Sevilla y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG), promotora de las obras del futuro parque sobre el viejo cauce del Guadaira, se da por fracasado después de que la Plataforma haya comprobado que la construcción de la polémica vía de circulación que parte en dos la zona verde no sólo no se ha paralizado, sino que continúa a marchas forzadas, en jornadas de sol a sol, con el claro propósito por parte de la empresa ejecutante de concluirla cuanto antes como un hecho consumado.

El único compromiso que en principio habrían alcanzado la CHG y la empresa con un sector de Heliópolis consistiría en no conectar la nueva vía de comunicación con las calles Ifni y Perú, a fin de que los antiguos hotelitos de la Exposición del 29 no sufran la invasión de los vehículos que crucen de Norte a Sur , entre el estadio y la ciudad deportiva del Betis, para enlazar con La Raza y los puentes del Centenario y Delicias.

Los vecinos opositores a la carretera exigen la paralización cautelar de esta vía rápida de 10 metros de anchura y 8 rotondas y denuncian la, a su juicio, complicidad del Ayuntamiento, ya que pese a tratarse de un proyecto conveniado con la CHG, a la Gerencia de Urbanismo le corresponde velar por el cumplimiento del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), en el cual el suelo que ocupará el asfalto estaría calificado como zona verde.

El proyecto original del Parque del Guadaira, cuyas obras se interrumpieron en 2007 por la incapacidad de la empresa constructora de continuarlas tras una bajada económica cercana al 40% del coste de salida, incluía un vial de servicio para el futuro parque colindante con la fachada Sur de Heliópolis y una gran zona verde y de esparcimiento, con lagos y cursos de agua  hasta el Guadalquivir. El presupuesto inicial era de unos 25 millones de euros, de los que el 75% correspondían a la Unión Europea.

Sin embargo, tras abandonar la primera empresa constructora, se redactó un modificado del proyecto para volverlo a licitar bajo la coordinación de la CHG y del Ayuntamiento. Así, se eliminaron partidas significativas, como el paso subterráneo por la Avenida de Holanda y la pasarela de la SE-30, que comunicaba el parque con la ribera original del Guadaira.

Para su sorpresa, los residentes en los barrios colindantes con el futuro parque comprobaron que lo que se estaba construyendo una vez reanudados los trabajos no se parecía ni al proyecto original ni a lo que dicen haberles prometido durante la modificación, porque en lugar de un vial de servicio que discurriera por el lateral de la zona verde más cercano a Heliópolis se está construyendo una vía rápida para el tráfico con ocho rotondas y por medio de los jardines, que quedan reducidos a una mera función de ornamentación y camuflaje de la carretera.

Según la Plataforma vecinal, ni la CHG ni la Gerencia de Urbanismo les enseñan el proyecto que se está ejecutando, y tampoco plasman ninguna promesa por escrito, al igual que cambian de versión continuamente. Así, denuncian que unas veces les dicen que la carretera va a ser para exclusivo uso peatonal, algo carente de sentido por la magnitud y coste de las obras, y otras que  se reservará para el uso del Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento, cuyo representante en una de las reuniones reconoció que les bastaría con un vial de servicio de 3,5 metros de anchura, cuando se está hormigonando una anchura tres veces mayor.

Ante el avance a marchas forzadas de las obras, la Plataforma pro Parque del Guadaira ha decidido denunciar la actuación de la CGH y del Ayuntamiento a la Fiscalía, la Junta de Andalucía y la Unión Europea, ya que esta última subvenciona el 75% del coste del parque, por lo que existe el riesgo de que se repita un conflicto como el de la Biblioteca universitaria erigida sobre una zona verde en el Prado de San Sebastián, también con financiación europea y que tras la lucha de los vecinos de su entorno tendrá que ser demolida por sentencia judicial.

Unidimensional

Miguel Rus, el hombre que sabía demasiado sobre el desalojo de los chabolistas de Los
Bermejales, ha demostrado en horas 24 que, aunque no lea a Marcuse, es un presidente
unidimensional de la CES. Vamos, que aún piensa como  ladrillero de Gaesco y urbanita de
Híspalis, en vez de como para lo que, se supone, fue elegido: representante de todos los
empresarios de Sevilla, incluida la provincia y su agro. Sólo así se entiende (y se le entiende
todo) su olímpico desprecio a los  arroceros, a su aportación al PIB sevillano y a los miles de
empleos que sustentan  (incluida la parte industrial de Ebro Foods, primera multinacional
arrocera del mundo, nacida aquí), sólo porque cuestionan el dragado (¡uy, perdón! que en el
lenguaje políticamente correcto de Rus debe llamarse ahora “garantía de la navegabilidad del río
para barcos de gran calado”) del Guadalquivir. No sólo no ha leído a Marcuse, sino tampoco el
dictamen de los expertos sobre el estado terminal del río, que precisa de una visión integral y no
de la unidimensional del ladrillero presidente de la CES.

La zapata

Por una vez voy a estar de acuerdo con Bernardo Bueno, delegado de Cultura de la Junta, que sin entrar a prejuzgar el proyecto de alicatar la zapata de la calle Betis ha avisado de que debe ser sometido al dictamen de la Comisión del Patrimonio. Naturalmente, porque Curro Pérez -el alcalde trianero-, Max Vílchez y Goro Serrano pretenden, nada más y nada menos, que alterar la fisonomía tradicional del arrabal, ya de por sí adulterada por la torre Pelli, gastando los 180.000 euros que no hay para el Teatro de la Mestranza, sito justamente enfrente, en llenar de azulejos el Altozano con la excusa de que así se ahorran a partir de ahora pintarlo todos los años. Aparte de que todos sabemos que pasa la tira de tiempo sin que se palien los efectos del tiempo y del hombre sobre ese muro del Guadalquivir, ¿para esto se quiere declarar la cal de Morón Patrimonio de la Humanidad, para sustituirla por azulejos? ¿No sería mejor dejar el altozano como ha estado toda la vida de Dios y no empeñarse en reinventarlo? No la toquéis más, que así es la rosa (la rosa de Triana).

Sin discurso

Ciertos sectores de la inexistente sociedad civil sevillana mantienen de forma reiterada en el tiempo un discurso catastrofista, en el sentido de que si no se realiza el dragado en profundidad del río Guadalquivir que ha desaconsejado por ahora el Comité de Expertos, el puerto de Sevilla se muere por falta de suficiente calado para mantener el tráfico mercantil. Pues bien, el dragado no se ha hecho y, oh sorpresa, resulta que el tráfico portuario no sólo no ha disminuido, sino que incluso ha aumentado en un 14,08% durante el primer semestre del año según la estadística oficial del Ministerio de Fomento. ¿Y ahora qué? Algunos se han quedado sin discurso, porque los datos mejor que tanta palabrería demuestran que se puede incrementar la actividad portuaria sin alterar más el cauce del río, motivo por el que hay que felicitar a Manuel Fernández, doblemente además por aquello de que su líder ideológico repite como cabeza de cartel en las listas del PSOE. Al final va a demostrarse que la clave no radica en el dichoso dragado, sino sencillamente en la gestión.

 

 

 

Los sabios han hablado por tercera vez

Doñana, paraíso para las aves acuáticas

Doñana, paraíso para las aves acuáticas

Carlos Román y Vicente Granados reseñaron en su día que Doñana es, probablemente, el espacio natural protegido sobre el que existe mayor literatura científica –y no científica- del mundo. Por sus especialísimas características, esta joya de la Naturaleza que tiene todos los títulos del planeta (desde Patrimonio de la Humanidad a Reserva de la Biosfera), es mucho más que un símbolo de la lucha conservacionista, hasta el punto de que una de las organizaciones ecologistas más importantes, el WWF, cuyo logotipo es el panda, se creó expresamente para luchar por su salvación..

En tres ocasiones en que a lo largo de la historia reciente se ha considerado en peligro el espacio natural, la clase política decidió encomendarse al dictamen de los científicos y proceder conforme a sus recomendaciones.

La primera fue a principios de los años 90, con motivo de la macrourbanización ‘Costa Doñana’. La UE, el Gobierno de España y la Junta de Andalucía impulsaron una comisión internacional de expertos que coordinó el sociólogo Manuel Castells y que, tras un año de trabajo, emitió un dictamen que tumbó el proyecto especulativo y apostó por un desarrollo sostenible basado en la universal marca ‘Doñana’.

EL VERTIDO TÓXICO

Vertido tóxico de Boliden desde Aznalcóllar

Vertido tóxico de Boliden desde Aznalcóllar

La segunda ocasión en que los políticos dejaron el futuro de Doñana en manos de los científicos fue tras la rotura, el 25 de abril de 1998, de la balsa de residuos tóxicos de la mina de Boliden en Aznalcóllar, la mayor catástrofe ecológica en Europa hasta entonces. La riada de 6 Hm3 de aguas contaminadas con 2,5 Hm3 de lodos piríticos con alto contenido en metales pesados y arsénico arrasó la vida animal y vegetal Guadiamar abajo y a duras penas pudo ser contenida a las puertas del Parque Nacional.

¿Cómo actuar para afrontar un desastre sin precedentes y descontaminar los suelos envenenados? Los políticos se pusieron a las órdenes de los científicos y éstos transmutaron la negligencia de la Administración (¿a quién se le ocurrió autorizar una inmensa balsa en parte del dominio hidráulico del río Agrio y con un pésimo control de su estabilidad?) y de la multinacional sueca –que se ha ido de rositas- en el corredor verde, con lo que salvaron la imagen de España ante el mundo.

EL DRAGADO DEL RÍO

La tercera ocasión está siendo el proyecto de ampliación del dragado del Guadalquivir, promovido por la Autoridad Portuaria de Sevilla. La declaración de impacto ambiental emitida en 2003 se supeditó a posteriores informes que despejaran las dudas sobre su impacto ecológico en el estuario del río y en Doñana.

El dictamen de la comisión de científicos, realizado a petición del Ministerio de Medio Ambiente, recomienda que en la desastrosa situación actual del río no se ahonde el canal de navegación  desde los -6 metros actuales hasta los -8 porque es incompatible con la conservación del estuario y, en consecuencia, de Doñana.

En el futuro, si mejoraran las condiciones del Guadalquivir, podría reexaminarse el proyecto, pero mientras tanto la recomendación es que se mantenga el actual dragado de mantenimiento y bajo control científico, para minimizar sus efectos negativos.

HECHOS CONSUMADOS

El puerto y las fuerzas vivas –las mismas que a las primeras objeciones, hace años, dijeron: “lo importante es que se hagan las obras y que el dinero nos lo llevemos nosotros”- han reaccionado poniendo de manifiesto el sinsentido de haber ejecutado una esclusa de 160 millones de euros para que ahora no se drague.

La nueva esclusa

La nueva esclusa

Este argumento no se compadece con otras declaraciones del presidente de la Autoridad Portuaria,  que dijo que la nueva esclusa había que hacerla “sí o sí”, ya que por la antigüedad y frecuentes averías de la antigua se habían tenido que gastar 1,5 millones de euros en los últimos tiempos.

Pero si ahora quieren darle la vuelta a sus tesis, cabe preguntarse entonces por la irresponsabilidad de haber gastado 160 millones en una nueva esclusa sin esperar a la finalización de los estudios científicos.

En el puerto de Sevilla siguen sin comprender que el Guadalquivir no es su monopolio y que hay multitud de actores en escena, todos con intereses tan legítimos como el suyo: arroceros, pescadores, Doñana, municipios ribereños, Sanlúcar…. Nuestro puerto, pese a su importancia, tiene las limitaciones de su carácter fluvial, por lo que jamás podrá competir en pie de igualdad con los puertos marítimos cercanos (Algeciras, Huelva, Cádiz), amén de que en un Estado de Derecho como España, obligada además por convenios internacionales, no puede plantear como un chantaje su política de hechos consumados. Como en la frase bíblica del sábado y el hombre, no se hizo el Guadalquivir para el puerto, sino que ha de ser el puerto el que se adapte al Guadalquivir y a todo su estuario.

La esclusa es una metáfora de esta Sevilla nuestra, donde, contra la lógica, se colocan los bueyes detrás  de la carreta. Aquí hacemos una esclusa tal que nos tomen por locos antes del dictamen científico sobre el Guadalquivir, como promotores inmobiliarios compraron Tablada para llenarla de ladrillos sin sopesar que el PGOU podía declararla zona verde, o se construyó el estadio olímpico sin pensar en que el Sevilla y el Betis jamás irían a compartirlo.

Por tercera vez, los científicos han dictaminado sobre Doñana. A una ministra andaluza, Rosa Aguilar, le toca ahora  el papel de obrar en consecuencia  o ser la primera gobernante de España que hace oídos sordos a su dictamen.

* ‘Radiografía del Guadalquivir’ (Informe del comité de expertos)

Equilibrista

Espadas, en el puerto

Espadas, en el puerto

Empieza a ser proverbial la falta de ojo clínico de Juan Espadas, que lo mismo programa su proclamación como candidato del PSOE el día de un Barça-Real Madrid que un chat en Internet el 22 de cada mes (por aquello de que las municipales se celebran el 22 de mayo) sin reparar en que el 22 de diciembre es el sorteo de lotería de Navidad y el 22 de abril, Viernes Santo. Ahora se le ocurrió visitar el puerto al día siguiente del dictamen científico contrario al dragado del Guadalquivir. Él solito se metió en la boca del lobo y, claro, no sabía cómo salir del apuro ante la canallesca y sin desairar a la Autoridad Portuaria, máxime cuando su partido lo ha presentado como un experto en Medio Ambiente (fue viceconsejero del ramo) que ‘a priori’ debería haberse alineado con los ecologistas, partidarios de no tocar el río. Toda la prensa coincide en que Espadas actuó en plan gallego, para no pronunciarse ni a favor ni en contra. Vamos, que no se mojó. Esto es un político impermeable (reversible) o que nada, como en la famosa rumba de Paco de Lucía, entre dos aguas.

Segunda inundación con la Agencia del Agua

La crecida del Guadalquivir supera a la que provocó las inundaciones de hace diez meses

La gestión de los embalses no logra contener las riadas en la cuenca del río, traspasada a la Junta

La riada del Guadalquivir en diversas poblaciones de su cuenca hidrográfica y de su afluente el Genil a su paso por  Écija ha vuelto a sorprender a la Agencia Andaluza del Agua por segunda vez en 2010, ya que a principios de año el organismo gestor de los recursos hídricos en Andalucía tras el traspaso de las competencias a la Junta por parte del Gobierno ya vio cómo el río se desbordaba e inundaba municipios de su vega.

El manejo de los pantanos no impidió entonces la avenida del río, y ahora, tampoco, con la agravante de que ahora ha circulado aún más agua que hace diez meses por las presas en los momentos álgidos del actual temporal.

El 25 de febrero de 2010 fue la fecha culminante de la penúltima riada del Guadalquivir, cuando con toda la cuenca en estado de alerta por las inundaciones registradas a lo largo del curso del río, en la presa de Alcalá, considerada como el indicador fundamental por su cercanía a Sevilla capital y a los pueblos en situación de mayor riesgo por su ubicación en el tramo final, el caudal circulante era de 2.958,76 m3 de agua por segundo.

Ayer, día 8 de diciembre, a media mañana, el río circulaba por ese mismo punto transportando 3.247,37 m3/segundo. Peor aún era la situación en Peñaflor, donde en febrero el Guadalquivir arrastraba 2.141,90 m3/segundo y ayer el volumen de agua era 1.000 m3 más: 3.144,40.

Hace diez meses, las críticas llovieron sobre la Agencia Andaluza del Agua por su ineficaz manejo de los desembalses en la cuenca del río. Se le achacó que cuando quiso reaccionar fue demasiado tarde y el volumen del agua embalsada era tal que no había margen de maniobra para contener la afluencia de líquido por las fuertes precipitaciones y tuvo que desembalsar sin más remedio.

Hay que recordar que Andalucía sufrió un temporal de lluvias desde la Navidad de 2009 hasta mediados de enero de 2010 y que tras un paréntesis de aproximadamente un mes, el temporal se recrudeció a partir de mitad de febrero, con la máxima crecida del río hacia el día 25 de dicho mes.

Justamente la falta de desembalses cuando el tiempo dio una tregua a partir de mediados de enero es de lo que acusaron a la Agencia del Agua alcaldes y regantes que se dieron cita en Palma del Río durante la visita de Griñán y la entonces vicepresidenta del Gobierno, Mª Teresa Fernández de la Vega, para conocer los daños de las inundaciones.

Las mediciones del caudal del Guadalquivir por la presa de Alcalá del Río indicaban que hasta el 16/17 de enero se registraron unas medias de alrededor de 2.000 m3/segundo (1.800 m3 en estas fechas; 1.959 m3 hacia la festividad de Reyes), pero que entre el 21 de enero y el 15 de febrero aproximadamente el caudal medio descendió de forma muy acusada, con una media incluso inferior a los 300 m3/segundo (416 m3 el día 20 de enero; 112 el día 27).

Aun así, los embalses se hallaban al 75% -80% de su capacidad y la previsión meteorológica indicaba un nuevo temporal con fuertes lluvias a partir de la segunda quincena de febrero. La Subdelegación del Gobierno en Sevilla envió por entonces al Ejecutivo central a Madrid un informe en que preveía que el Guadalquivir alcanzaría los 3.000 m3/segundo a su paso por Sevilla, pero estos datos no fueron tenidos en cuenta por la Agencia Andaluza del Agua, responsable de la gestión del río tras la transferencia de las competencias, la reivindicación estrella de Chaves durante su última etapa al frente de la Junta.

La historia ha vuelto a repetirse, porque el actual temporal, anunciado con reiteración por los meteorólogos en vísperas del ‘puente’ de la Constitución, ha pillado de nuevo, por así decirlo, a la Agencia Andaluza del Agua con los pantanos a una media similar.

Con fecha 7 de diciembre de 2010, la Agencia emitía una nota de prensa en la que recordaba que desde la segunda quincena de diciembre de 2009 y hasta prácticamente el mes de abril del año en curso las cuencas hidrográficas andaluzas se beneficiaron de una temporada de lluvias excepcionalmente intensa y continuada. El agua de lluvia acumulada superó los registros máximos de los últimos 25 años, “lo que se ha traducido en unas aportaciones de agua excepcionales a los embalses de prácticamente toda Andalucía”.

Según la Agencia, esta situación “ha provocado un desembalse de agua progresivo en casi todos los pantanos andaluces desde el pasado año para evitar riadas e inundaciones, (desembalse) que continuó durante la campaña de riego de este verano y que se ha seguido llevando a cabo durante los dos primeros meses del año hidrológico, sobre todo tras los últimos episodios de lluvias”. La Agencia daba un 76,02% de volumen de agua en los embalses de la cuenca del Guadalquivir, osea, un nivel similar al que precedió a la riada de principios de año.

Sin embargo, ese mismo día 7, con Écija ya inundada por el desbordamiento del Genil, el director gerente de la Agencia, Juan Paniagua, mantenía la tesis contraria a la nota de prensa de su propio organismo al declarar públicamente lo siguiente: “Este año hay que tener en cuenta que los pantanos ya partían de una situación diferente a la del año pasado, ya que se encontraban sobre el 70% de su capacidad antes del inicio de las lluvias y tienen, por tanto, menos capacidad para retener agua”.

Lo cierto es que, tal como el mismo Paniagua reconocía, los niveles de desembalse en los pantanos no estaban siendo muy importantes pese a la previsión meteorológica y a las alertas naranja por lluvias decretadas en diversas provincias: 190 m3/segundo de media.

A excepción del Guadalén, que empezó a desembalsar agua en la noche previa a la inundación de Ecija, el resto de pantanos no vertía nada y los desembalses del Tranco de Beas, Guadalena, Giribaile, Negratín, Yeguas, Vadomojón e Iznájar no eran demasiado significativos.

Pero la previsión de los meteorólogos se cumplió y lluvias de entre 60 y 140 litros por m2 descargaron sobre gran parte de las sierras andaluzas a lo largo del mismo martes 7, con lo que sólo entre las 10 de la mañana y la 1 de la tarde el agua entraba en los embalses de la cuenca del Guadalquivir a un ritmo de 5.000 m3 por segundo, por lo que el 16% de los pantanos empezó a aliviar líquido y algunos a un ritmo muy superior a esos 190m3/segundo de media que mantenía la Agencia antes del temporal.

A las 23 horas del martes, ya con la alerta por la crecida del río en zonas como Peñaflor y Lora, el Guadalén estaba soltando 416 m3/segundo; Fernandina, 247; Rumblar, 410; Yeguas, 263; Guadalmellato, 412; el Bembézar, 308.

La media diaria de desembalses en estos grandes pantanos  venía siendo hasta esos momentos de menos de 20  m3/segundo, por lo que al multiplicarse por diez o veinte su aportación de agua al Guadalquivir, con el río a un nivel ya más alto que en la riada anterior de principios de año desde Córdoba a Peñaflor, la crecida a lo largo de la noche del 8 de diciembre era inevitable, así como la previsión, adelantada por expertos consultados por este periódico, de que el caudal por la presa de Alcalá superaría los 3.000 m3/segundo (3.236,43 m3 se registraban  a las 23 horas y 15 minutos del martes, y 2.948,52 m3 por Peñaflor) y de que subiría 15 metros sobre la cota habitual a su paso por Lora.

El director de la Agencia Andaluza del Agua, Juan Paniagua, ha declarado que se ha estado desembalsando todo el agua posible de manera controlada “y siempre tratando de cumplir los protocolos de seguridad”. La cuestión es si no hay que revisar esos protocolos a la luz de las últimas experiencias y de las predicciones científicas sobre que el cambio climático se traduce para España en menores lluvias pero más torrenciales, como ha ocurrido durante el ‘puente’ de la Constitución. Al parecer, la Agencia trabajaba con la hipótesis de lluvias de unos 40 litros por m2, cuando en algunos puntos de las sierras han sido de 140.

UNA RIADA SUPERIOR A LA DE PRINCIPIOS DE AÑO

(Comparativa de caudales en m3/segundo por las centrales fluyentes del Guadalquivir)

Fechas

Presa               24-12-09         25-12-09         6-1-10             24-2-10           25-2-10          8-12-10

Pedro Marín             53,58                66,82             87,74              216,58             133,58           33,28

Mengíbar     281,81              152,98            268,14         1.030,21             807,81         618,17

Marmolejo              364,55              436,62            721,91         1.811,87           1.356,00     1.359,69

El Carpio     491,08              515,47            858,35         1.856,48           1.563,43     2.092,46

Villafranca               620,96              626,12            935,24         2.040,06           1.924,43     1.943,95

Peñaflor              1.008,48           1.075,48        1.385,39         1.730,69            2.141,90     3.144,40

Alcalá                 1.296,31           1.579,52        1.958,93          2.663,46            2.958,76     3.247,37

En este cuadro se reflejan los caudales del río Guadalquivir por diversas presas en las fechas más significativas del temporal anterior (diciembre de 2009, enero y febrero de 2010) y en el actual (8 diciembre 2010). Los datos de ayer se tomaron hacia mediodía. Se comprueba que esta crecida ha sido en los puntos más importantes aún peor que durante el temporal del último invierno.

LAS LLUVIAS QUE DESBORDARON LAS

PREVISIONES DE LA AGENCIA DEL AGUA

(Acumulado del 7 diciembre 2010)

Pluviómetro                                         Litros/m2

Martín Gonzalo                                   148,70

Huesna                                    132,80

Retortillo                                             123,50

Bembézar                                            122,80

Puente Nuevo                                     116,70

Cala                                                    113,70

Melonares                                           113,00

Villafranca                                           112,40

Guadanuño                                          107,20

Cardeña                                              102,40

Venta de Cárdenas                              102,30

La Minilla                                            101,40

Ecija                                                     95,80

Jándula                                      93,00

S. R. Navallana                                     91,60

Yeguas                                      85,90

Fresneda                                               83,10

Fuencaliente                                          81,40

José Torán                                            80,00

Encinarejo                                             79,20

Marmolejo                                          77,30

Castillo de las Guardas            75,40

Carpio                                                74,80

Zufre                                                   69,10

Pintado                                               68,70

Rivera Cala                                         66,30

Zocueca                                              61,70

Vvde. Río                                           60,90

Rumblar                                              60,30

Guadalén                                             59,40

Gigantescas balsas en el entorno de Doñana

Los proyectos de macrobalsas de agua en el

entorno de Doñana causan nuevas alarmas ecológicas

La Confederación Hidrográfica propugna cuatro presas artificiales nutridas por el pantano de Peñaflor mediante canales paralelos de 28 kilómetros

El pantano de Boliden en Aznalcóllar alimentaría a través del Agrio y del Guadiamar una balsa para la zona de los Hatos

El agua, que es la razón de ser del Parque Nacional de Doñana como un don del Guadalquivir al igual que Egipto es un don del Nilo, se está convirtiendo en el nuevo campo de batalla entre los ecologistas y los agricultores. La ordenación de los regadíos y el freno a las extracciones clandestinas del acuífero 27, del que depende en gran medida la supervivencia del Parque, se está tratando de compensar a juicio de Ecologistas en Acción con proyectos de balsas gigantescas que provocarían nuevos impactos paisajísticos y medioambientales que agravarían la situación.

Hace seis años, cuando se aprobó el Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana (Potad) la Administración cuantificó en 10.300 las hectáreas de riego en el entorno de Doñana al margen de los arrozales, una superficie que el  Consejo de Participación de Doñana se verá forzado a bendecir y consolidar ante la ineficacia de los organismos oficiales a la hora de clausurar pozos ilegales de riego y de ejecutar las multas impuestas a lo largo de los años, como se ha demostrado con los casos de Hato Ratón y Hato Blanco.

El problema es que ante esta comprobada ineficacia de la Confederación Hidrográfica primero y de la Agencia Andaluza del Agua después, las hectáreas de riego ya no son 10.300, sino que según cálculos de empresarios independientes de la comarca y de los conservacionistas superarían las 13.000.

Para evitar más extracciones del acuífero subterráneo, cuyo nivel freático ha descendido unos 18 metros en los últimos años, y suministrar aportes hídricos a los arrozales sin detraer tampoco más agua del sobreexplotado Guadalquivir, están circulando propuestas y proyectos alternativos que se basan en la construcción de grandes balsas de riego en la marisma o su entorno alimentadas desde embalses superficiales y que han disparado las alarmas entre los ecologistas por su impacto visual y su gigantismo.

Los ingenieros de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir redactaron un estudio de soluciones e impacto ambiental de aporte de agua a la zona arrocera del que sólo han trascendido las grandes líneas generales. El objetivo de este proyecto es dotar de caudal suficiente a los arrozales, mejorar la calidad del agua y evitar la intrusión salina en la ría mediante la ejecución de las siguientes grandes obras:

-Cuatro balsas que ocuparían una superficie de 2.766,43 hectáreas (equivalentes a otros tantos campos de fútbol como el del Sevilla F. C.) y que permitirían el almacenamiento de 80 Hm3 dee agua.

– Sendos canales paralelos en ambas márgenes del río Guadalquivir, con una longitud total de 28.761,279 metros.

-Esclusa en el cauce del río, bien en la Punta del Verde, bien en La Mata.

-Abastecimiento desde la presa de Peñaflor.

-Dragado del Brazo de los Jerónimos y compuerta de retención.

La CHG llegó a pedir una valoración de cómo afectaba su proyecto al dominio público marítimo terrestre.

EL PANTANO DE BOLIDEN

En el otro frente, el de los cultivos al margen del arroz que se abastecen de pozos subterráneos, la Administración ha dibujado un plan para que gradualmente se vayan dejando de utilizar estos sondeos y se sustituyan por aguas superficiales del embalse del río Agrio hasta un total de 20 Hm3, ya que tras la catástrofe ecológica de Aznalcóllar esta presa dejó de ser utilizada por la multinacional sueco-canadiense Boliden.

Los propietarios de la finca Hato Blanco, que según los documentos revelados por Ecologistas en Acción acumulan cantidades millonarias en sanciones por riegos ilegales sin que ninguna de esas multas hayan sido ejecutadas por la Administración, han pedido en el marco de esa nueva política que se les autorice la construcción de una balsa con capacidad para 3,4 Hm3 pero que gozaría de una concesión de 9 Hm3, con lo cual se recargaría tres veces al año, y que ocuparía una extensión de 86 Has.

El proyecto fue objeto de un tenso debate en la reciente reunión de la Comisión de Aguas del Consejo de Participación de Doñana, donde se enfrentaron los verdes y los promotores de la balsa. Estos argumentaron que en invierno la presa artificial, con una altura de coronación de 6 metros, se alimentaría de las escorrentías del Guadiamar y que en el resto del año detraería agua de la presa del Agrio.

Los ecologistas afirman que las aguas de la antigua presa minera están afectadas por las escombreras de Boliden y que acabarían contaminando Doñana. A su juicio, si se aprueba esta balsa y otras en ciernes se convertiría el Guadiamar en una tubería al aire libre para el regadío y no se daría opción a rematar el Plan Doñana 2005.

Aunque la balsa se ubicaría ahora fuera de la zona delimitada por el Potad, Ecologistas en Acción sigue sosteniendo que con este proyecto se cumpliría una doble finalidad: legalizar riegos ilegales y aprovechar la concesión para derivar agua hacia una futura planta de energía solar que se construiría cerca de la marisma de Hinojos porque allí existen yacimientos de gas que se pondrían en explotación para complementar la central solar, conforme a una iniciativa de Enagás.

Los ecologistas están a la espera de las actas oficiales de la Comisión de Aguas para adoptar una estrategia ante el cariz que vayan tomando estos nuevos proyectos.

Monteseirín perdona a Agesa una pasarela

Lleva cuatro años sin ejecutar el acuerdo urbanístico mientras

exige otra a Cajasol y Barceló

El alcalde y Espadas echan un pulso a cuenta del nuevo puente

que trata de impulsar el mandatario

El alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, y el alcaldable de su mismo partido, Juan Espadas, mantienen un enfrentamiento público a cuenta del anuncio del primero de acelerar la construcción de una nueva pasarela entre el casco urbano y la isla de la Cartuja. Espadas sostiene que no es prioritaria y Monteseirín replica que no se puede perder la ocasión de que la paguen Cajasol y la cadena hotelera Barceló. Sin embargo, el Ayuntamiento lleva cuatro años desaprovechando el acuerdo de que Agesa debe pagar otra pasarela sobre el Guadalquivir. La amnesia municipal se ha acentuado desde que la empresa pública fue transferida a la Junta de Andalucía.

Monteseirín y Espadas están manteniendo un pulso y marcando territorio a cuenta del anuncio del aún alcalde de impulsar la construcción de una nueva pasarela sobre el río Guadalquivir que uniría la ciudad (a la altura de la calle José Díaz) con la isla de la Cartuja (entre el hotel Renacimiento e Isla Mágica) para mejorar la movilidad en el antiguo recinto de la Expo-92.

La iniciativa del alcalde no ha sentado nada  bien a Espadas, porque demuestra que Monteseirín sigue sin atender la directriz del PSOE de que dé un paso atrás y deje todo el protagonismo público al alcaldable socialista, el cual querría haber rentabilizado políticamente el anuncio como si hubiera sido fruto de su programa o de sus gestiones.

El alcaldable y futurible senador socialista ha dicho en respuesta a Monteseirín que la Cartuja necesita una reordenación integral que hay que analizar en relación con proyectos futuros como el cierre del Anillo de Cercanías, la llegada del Metro y otras conexiones con el resto de la ciudad, y que sólo si en ese contexto fuera necesaria y razonable la nueva pasarela, su equipo (en la confianza de conquistar la Alcaldía) la estudiaría.

Espadas ha sostenido públicamente que Monteseirín se ha extralimitado al lanzar este proyecto a pocos meses de que deje la Alcaldía y ha afirmado que es “claramente” una propuesta que corresponde analizar al nuevo gobierno municipal “porque no es una necesidad inmediata”.

RECALIFICACIONES EN CURSO

Monteseirín, que ya dijo que acometería recalificaciones en la isla de la Cartuja si contribuían a paliar el paro, ha respondido a Espadas con el argumento de que la pasarela “no es prioritaria, pero sí necesaria”, que está programa desde el nuevo PGOU de 2006; que no se puede desaprovechar la oportunidad de que la paguen los privados Cajasol y Barceló (cadena propietaria del hotel Renacimiento) con una aportación de 11 millones de euros y que la obra generaría puestos de trabajo en la ciudad.

Monteseirín quiere aprovecharse del interés del hotel Renacimiento en reordenar la edificabilidad otorgada en el PGOU a sus parcelas y el de Isla Mágica por construir una zona comercial en las suyas para modificar el Plan, a cambio de que paguen entre los dos la pasarela.

Sin embargo, el alcalde no ha hecho lo mismo con Agesa, que también desde 2006 tiene el compromiso de construir una pasarela sobre el Guadalquivir a cambio de que el Ayuntamiento le permitiera, como así hizo, deshacerse de los suelos de Puerto Triana para vendérselos a las Cajas y propiciar así la construcción del rascacielos de Cajasol, diseñado por el arquitecto argentino César Pelli.

En mayo de 2006, la entonces presidenta de Agesa, Carmen Rodríguez Ares, y el por entonces delegado de Urbanismo, Emilio Carrillo, firmaron un protocolo para determinar el uso del Palenque, Auditorio y Pabellón del Futuro conforme a las recalificaciones previstas en el nuevo PGOU.

Con las plusvalías derivadas de los nuevos usos lucrativos, Agesa se comprometió públicamente con el Ayuntamiento a construir una pasarela sobre el río Guadalquivir, que fue valorada inicialmente en al menos tres millones de euros, mientras que el Consistorio decidiría sobre su ubicación.

Aquel protocolo aún no ha sido elevado a la categoría de convenio urbanístico, que se sepa, y/o el Ayuntamiento no ha exigido a Agesa que cumpla su compromiso. Al contrario: cuando la presidenta de Agesa, Carmen Rodríguez Ares, fue a despedirse este verano de Monteseirín al Ayuntamiento, el alcalde planteó la posibilidad de que la sociedad pública financiase la recuperación de algunos activos aún ociosos de la Expo-92 en beneficio de Sevilla.

Poco después, el alcalde fue abroncado telefónicamente por la consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, por la pretensión municipal de que Agesa, colocada bajo su adscripción tras ser transferida por el Estado a cuenta de la Deuda Histórica, realizase gasto alguno. Desde entonces, el alcalde no ha vuelto a abrir la boca, y menos desde que Agesa está en manos de la Junta de Andalucía, cuando hizo famosa por su insistencia la frase de que Agesa “no tiene corazón; sólo cartera”.

EL PROTOCOLO CON AGESA

El protocolo firmado en mayo de 2006 entre Agesa, ahora en manos de la Junta de Andalucía, y el Ayuntamiento estaba condicionado a las recalificaciones contempladas en el nuevo PGOU y a la modificación del contrato de explotación de Isla Mágica con Cartuja 93 para desvincular el Pabellón del Futuro del Parque Temático.

Según el acuerdo firmado por las dos partes, Agesa podrá edificar 20.800 metros cuadrados de oficinas de servicios avanzados en la parcela que hasta entonces ocupaba el Palenque (ya demolido), de 10.400 metros cuadrados de superficie y arrendada en aquel momento al grupo de empresas TCM.

El  nuevo PGOU contemplaba el cambio de uso de la parcela que ocupaba el Palenque en el centro del parque tecnológico Cartuja 93, de modo que dejara de destinarse a espectáculos para tener un uso más acorde con el entorno, como eran los servicios avanzados. Mediante este cambio de uso se permitiría  a Agesa dar respuesta a la fuerte demanda de parcelas en la Tecnópolis de Cartuja 93, de la que sigue siendo accionista, aunque minoritario. Existía un acuerdo previo entre Agesa y la empresa concesionaria del Palenque para rescindir el contrato de alquiler, que en principio no expiraba hasta después de varios años.

El protocolo de intenciones también recogía la cesión al Ayuntamiento de Sevilla del Auditorio, propiedad de Agesa y valorado hace varios años en unos 36 millones de euros. Agesa tenía alquilado el Auditorio también al grupo de empresas TCM, que al parecer también había llegado por entonces a un acuerdo con el Ayuntamiento de Sevilla para continuar explotando este activo de la Expo.

Agesa no se comprometió a entregar  el Auditorio cubierto, pese a que el anterior presidente, Luis Miguel Martín Rubio, abordó con TCM esa posibilidad a cambio de incrementarle el canon de explotación.

Por otra parte, Agesa recuperaba el uso del Pabellón del Futuro y podría construir en una parcela anexa unos 6.000 metros cuadrados de usos lucrativos. Hasta entonces el pabellón se hallaba incluido dentro del contrato de explotación que Isla Mágica firmó con Cartuja 93, por lo que estaba adscrito al Parque Temático, si bien prácticamente sin uso alguno.